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El Juego como método educativo.

Se puede definir el juego como la actividad que realiza el individuo y que involucra
el desarrollo de la mente y el cuerpo, dicha actividad puede tener varios sentidos:
lúdico, recreativo, aprendizaje.

El juego, como método de enseñanza, es muy antiguo desde la época prehistórica


era utilizado de manera positiva en el desarrollo de habilidades en los niños y
jóvenes que aprendían de los mayores la forma de cazar, pescar, cultivar, y otras
actividades que se trasmitían de generación en generación.

En el siglo XX se inician la investigación psicológica por parte de K. Groos, quien


define una de las tantas teorías acerca del juego, denominada Teoría del Juego, en
la cual caracteriza al juego como un adiestramiento anticipado para futuras
capacidades serias.

En la educación el juego tiene un rol importante debido a que el mismo permite la


adquisición de aprendizaje, ya que es una herramienta para favorecer el desarrollo
integral de los niños y niñas a nivel físico, cognitivo, social y emocional,
convirtiéndose así como un método educativo.

“Hoy en día, el juego desarrolla un papel determinante en la escuela y contribuye


enormemente al desarrollo intelectual, emocional y físico. A través del juego, el
niño controla su propio cuerpo y coordina sus movimientos, organiza su
pensamiento, explora el mundo que le rodea, controla sus sentimientos y resuelve
sus problemas emocionales, en definitiva se convierte en un ser social y aprende a
ocupar un lugar dentro de su comunidad”. [ CITATION Álv79 \l 8202 ].
El juego como método, es aplicado en todos los niveles y modalidades de la
educación, como estímulo para que el individuo logre habilidades en determinada
área de desarrollo y de aprendizaje, iniciando por integrar conceptos y normas
sociales. De igual forma el juego genera placer, propicia la integración, construye la
capacidad lúdica, acelera los aprendizajes.

Si bien los juegos sinónimos de libertad, independencia y soltura, al realizarse con


fines didácticos y/o educativo se convierten en una actividad planificada y
orientadora que satisface ciertas exigencias. Por lo mencionado anteriormente, es
importante el rol del docente como animador y/o mediador del juego, el mismo
debe propiciar su organización, planificación, clima y estructura, esto también
permitirá una evaluación periódica y sistemática de aprendizajes.

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