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RODRIGO SILVA MONTES FRANCISCO VEGA MENDEZ EDITORIAL ; j JURIDICA COLECCION MANUALES JURIDICOS DE CHILE RODRIGO SILVA MONTES FRANCISCO VEGA MENDEZ MANUAL DE PROCEDIMJENTO CONSTITUCIONAL EDITORIAL JURIDICA DE CHILE PROLOGO, Me resulta un honor prologar el libro Manual de Procedimiento Constitucional, que se suma a la tradicional y rica coleccién de manuales sustantivos y procesales que hace tantos afios manticne la Editorial Juridica de Chile, de los autores Rodrigo Silva Montes yErancisco Vega Méndez. En primer lugar, por la conocida trayectoria académica y profesional de los autores: uno, Rodrigo Silva Montes, egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, ha sido profesor de Derecho Procesal en varias universidades de la capital, y ha contribuido alacoleccién a la que se suma este Manual con miiltiples textos referidos a variados aspectos del Derecho Procesal chileno; el otro, Francisco Vega Méndez, egresado de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Catélica de Valparaiso, es un destacado y erudito profesor de Derecho Politico y Constitucional, con una vasta produccién monografica en nuestro medio. Desde que ambos provienen del cultive de areas distintas del Derecho, con énfasis, y estilos distintos usando la ya superada distinci6n twadicional, uno dedicado al estudio del Derecho adjetivo y el otro del Derecho sustantivo-, me dediqué alla lectura del texto con entusiasmo, esperando que la complementacién de sus experticias diese como resultado un producto notable. Y,en efecto, los autores lograron complementarse bien en beneficio de sus lectores. Ahora bien -y sin perjuicio de lo ya sefialado-, el mayor interés que despierta la obra esta en su contenido: como los mis- mos autores sefialan en la Introducci6n, se trata de una “guia de estudio a estudiantes y abogados respecto del procedimiento y tramitacion de las diversas pretensions y recursos llamados a proteger y garantizar el ejercicio de aquellos derechos garantizados en la Constitucién Politica y otros cuerpos de jerarquia constitucional”. La obra cum- ple su propésito, es una guia ordenadora de procedimientos al uso, y ello la hace muy Util. En efecto, al dia de hoy han prolife- rado en nuestro ordenamiento una scrie de procedimientos de tutela de derechos fundamentales que se suman a los remedios tradicionales, los cuales, por estar disper- sos en multiples cuerpos normativos, no contaban con un tratamiento unitario, La posibilidad de que el medio juridico -y por lo que se dira mas adelante, especialmente los estudiantes de Derecho cuenten con un solo texto que retina los procedimientos de todos ellos, realzando de esa manera la ensefanza de la defensa de los derechos fundamentales. En efecto, en nuestro pais —en buena parte por la traumatica experiencia de la dictadura— paulatinamente se han ido pro- fundizando los remedios que garantizan la plena vigencia de los derechos fundamen- tales y del Estado de Derecho. Asi, incluso antes de comenzar la Transicién empez6 a utilizarse cada vez. mas el recurso de protec- cién -en rigor, accién— del articulo 20 de la Constituci6n, a la vez que, comenzada la re- gularizaci6n institucional tras el término de a dictadura, empez6 a tener plena vigencia en la practica de los tribunales el tradicional habeas conpus, es decir, la accién de amparo del articulo 21. Luego, el legistador ha ido sumando una serie de acciones que, sien- do que tuvieran por objeto la proteccién de derechos constitucionales en aspectos particulares de la relaci6n del Estado con las personas o de aquella de las personas ontat JURIDICA vt entre si, han contribuido a fortalecer la vigencia de estas garantias y a superar las debilidades propias de la naturaleza de la accién de protecci6n. Asi, por ejemplo, r cientemente ha entrado en vigencia la Ley N® 20.609, conocida popularmente como la “Ley Zamudio”, que contempla un nue- vo remedio para enfrentar las situaciones de discriminacién arbitraria mediante un procedimiento sumario pero mais adecuado para la recepcién y valoracién de medios de prueba por el tribunal. Asi, el Manual se dedica a cxaminar estos procedimicntos, ofreciéndonos algunas sorpresas. Porque a lo que uno esta acostumbrado a que se ensefie en las facultades de Derecho en los cursos de De- recho Constitucional o de Derecho Procesal Constitucional la accién de proteccién, la accién de amparo, el requerimiento de inaplicabilidad por inconstitucionalidad, cl requerimiento de deckaracién de inconstitu- cionalidad de un precepto legal y el recurso de amparo econdmico— 0 Administrativo -la nulidad de Derecho Piblico- aqui se suman procedimientos que, en efecto, tam- bién tienen por finalidad proteger derechos garantizados en la Constitucion, aunque no se encuentren en su propio texto y que, por tanto, son ensefiados de forma separada. Asi, por ejemplo, el procedimiento de tutela de derechos fundamentales contenido en el Cédigo del Trabajo, o la ya mencionada acci6n por discriminaci6n arbitraria de la Ley N® 20.609. ‘Tal cometido es de fa mayor relevancia por sus consecuencias pedagégicas. En efecto, en tanto se trata de un Manual, el libro de los autores Silva Montes y Vega Méndez esta destinado en buena parte a los estudiantes de Derecho del pais, quie- nes, pudicndo estudiar en un solo texto estos procedimientos podrin comprender mejor la importancia radical que tienen los derechos fundamentales en nuestro ordenamiento juridico, trascendiendo la barreras de las ramas del Derecho e im- pregnandose de todo su contenido. Pero, atin més, los autores han tenido la inteligente iniciativa de incluir dentro de su texto una explicacién del prtoriat JURIDICA pe nite 10 interamericano de derechos humanos y de los procedimientos a que se atienen los requerimientos ante la Comision In- teramericana de Derechos Humanos y la Corte de San José de Costa Rica. Tal inclusién claramente excede el titulo de la obra, pues no se trata, claramente, de procedimicntos constitucionales. Sobre este punto, debo expresar mi desacuerdo con la idea ~insinuada en la Introduccién- de que los tratados internacionales de derechos humanos tengan en nuestro pais jerarquia igual a la Constitucin; tal posicion la he manifestado miltiples veces en diversos articulos y ponencias y no vale la pena aqui argumentarla. Porque lo realmente impor- tante, en relacién a cste libro en particular, es que pone ficilmente a disposicion de los estudiantes de Derecho una materia que, pese a su importancia creciente en la practi- ca juridica del continente, no parece tener tan entusiasta recepci6n en las escuclas de Derecho de nuestro pais. Por supuesto, no se trata de que los estudiantes de Derecho y los demas opera- dores juridicos no tengan a disposicién los instrumentos del sistema interamericano y manuales que expliquen su funciona- miento; existen milliples textos, tanto de autores nacionales como extranjcros, que tratan estos tépicos. Pero los estudiantes raramente considerarin estos textos si no se los enfrenta a ellos. Por eso ¢s valioso que los autores de este Manual de Procedi- miento Constitucional evidencien a los estu- diantes como la garantia de los derechos fundamentales no acaba con los dcrechos constitucionales, sino que también implica su dimensién internacional, de derechos humane También cabe felicitar a los autores por el capitulo en que introducen a los lectores al tema de las nulidades administrativas. Desde que la nulidad de Derecho Piblico es claramente una accién constitucional, no podia quedar afuera de un Manwal como éste; ademas, certeramente, los autores también hacen una descripcién del recla~ mo de ilegalidad municipal, el que, en su propio ambito, suele servira los ciudadanos para la proteccién de sus derechos frente alos 6rganos de Administracién local. Tal capitulo de introduccién al tema es basico, por cuanto esta lejos de agotar el tema, pero cumple su pretensién de introducir al lector en la materia para la debida com- prensin de los capitulos siguientes. Para un tratamiento mas profindo de la materia se requiere, naturalmente, ira la doctrina administrativista, y ello es bien entendido por los autores. De la misma forma, destaca la inclusion del procedimiento del juicio politico, materia muchas veces relegada por los profesores constitucionalistas pese a su creciente importancia en la practica politica contemporadnea en nuestro pais. Con todo, a la vez que celebro la inclu- sidn de varios capitulos relacionados con procedimientos destinados “a proteger y garantizar el ejercicio de aquellos derechos garantizados en la Constitucién Politica” ~el fin que los autores declaran para su obra en la Introduccién-, me cuesta entender la inclusion, aunque breve, de otres procedi- mientos que se alejan de tal objeto, como la querella de capitulos, o el exhaustivo tratamiento del recurso de amparo del Cédigo Procesal Penal, que inchuye una profunda descripcién de las medidas caute- lares penales, tema profusamente ensciiado por penalistas en sus clases y textos y algo extrafio en un manual procesal constitu- cional. Extraiia tanta profundidad frente al tratamiento dado a otras materias propias del objeto de estudio, como la accion de amparo econémico o el requerimicnto de declaracién de ser injustificadamente err6neo 0 arbitrario un error judicial, del articulo 19 N° 7° letra i) de la Constitucion, que resultan algo exiguos, aunque de todas formas suficientes para el lector al que los autores se dirigen Finalmente, quiero aprovechar la opor- tunidad de expresar una vicja pretension de Ia academia constitucionalista nacional y que es omitida en la exposicién que los autores ofrecen sobre la accion de pro- teccién de garantfas constitucionales: la accién de proteccién del articulo 20 de la Constitucion se encuentra actualmente regulada en su procedimicnto por un auto acordado de la Corte Suprema. Tal como W __ Prdlogo sefialan los autores al tratar el control de constitucionalidad de los autos acordados, Ia facultad de dictar autos acordados de la Corte Suprema, las cortes de apelaciones y el Tribunal Calificador de Elecciones: “no significa que se otorgue a estos tribunales una especie de potestad normativa residual”, pues, como sefiala Eduardo Aldunate -cita do por los autores- “alli donde la Carta ha querido justifiear una excepcion al cardicter residual del reglamento auténomo respecto de la ley dentro del sistema de fuentes, lo ha hecho otorgando las habilitaciones norma- tivas a los respectivos Grganos”. Es, luego, tanto por una cuestién de normalizacion de nuestro sistema de fuentes asi como de legitimidad democratica de la regulaci6n, que el legislador, de la misma forma en que ha hecho durante los tiltimos aitos fuerzos en la creacién de nuevos remedios procesales que garantizan la vigencia de los derechos fundamentales, debiese ocuparse de dar, por ley, una regulacién adecuada y moderna la accién de proteccién; siguien- do asi el camino de otros paises de nuestra América que han codificado su Derecho Procesal Constitucional; materia en la que una mocién parlamentaria sobre acciones constitucionales permanece en un injusto olvido. Tal iniciativa, ademas de cumplir con tales fines, seria la oportunidad de adecuar el procedimiento a los nuevos desafios del recurso, impucstos tanto por el colapso de algunas Cortes por el ntimero de ingresos asi como por la complejidad de los medios, de prueba que a veces ¢s presentada a las Cortes para su valoracion. Slo me queda felicitar a los autores por su trabajo, recomendar el uso de su Manual como referencia a abogados y su estudio a los estudiantes, con conciencia de la importancia y necesaria vigencia per- manente de los derechos fundamentales y del Estado de Derecho. Santiago, marzo de 201 FRANCISCO ZUNIGA URBINA Profesor ‘Titular de Derecho Constitucional Universidad de Chile eprromiAL JURIDICA pe crn INTRODUCCION Esta obra no trata del estudio de los procedimientos establecidos en la propia Carta Fundamental relativos a cuestiones administrativas-constitucionales, como la formacién de leyes y cl funcionamiento interno de las corporaciones legislativas. El presente libro pretende servir de guia de estudio a estudiantes y abogados respecto del procedimiento y tramitacion de las diversas pretensiones y recursos Ila- mados a proteger y garantizar el ejercicio. de aquellos derechos establecides en la Constitucién Politica y otros cuerpos de jerarquia constitucional. Su conocimiento habia sido entregado tradicionalmente a los Tribunales Superio- res. Hoy se ha confiado en algunos casos a tribunales unipersonales, incluyendo inclu- s0 algunos que no pertenecen al “Poder Judicial’, como los Tribunales Tributarios tradici6n chilena y una “vocaci6n republi- cana” cada vez mas arraigada una tendencia a “judicializar” la vida, de llevar “todo” a los Tribunales. De aqucllo podrn dar explicaciones socidlogos y quienes entiendan de psicolo- gia. Desde nuestro punto de vista se debe auna serie de factores: 1. Pérdida de confianza en las institu- ciones. Las superintendencias y entidades fiscalizadoras no funcionan eficientemente, lo que ha permitido una serie de abusos percibidos como cometidos por los mas poderosos. La gente ve en la Jurisdiccién alguna posibilidad de resolver los conflictos, juridicos y obtener alguna reparaci6n alo que se estima como injusticias. 13 2. Las instituciones, objetivamente, y mas alld de la percepcién ciudadana que pueda tenerse, no funcionan de manera fluida. Ello hace que se “judicialicen” cues- tiones que no lograron resolverse por las sedes ¢ instancias previstas para ello. Ante el fracaso en el funcionamiento de esos otros institutes, no se percibe ni intuye mas remedio civico que recurrir al Organo Jurisdiccional. Los Tribunales no pueden excusarse de ¢jercer su ministerio, ni aun a falta de ley que resuelva el litigio some- tido a su decisién (articulo 10 del Cédigo Orginico de Tribunales) 3. Si bien parece notarse un cambio paulatino, y a diferencia de lo que ocurre en otras legislaciones, no existe entre nosotros una conciencia de recurrir a los medios alternativos de resolucién de conflictos -negociacién, mediacién Es necesario advertir que las sighas CRP. se refieren al Cédigo Procesal Penal y no al Cédigo de Procedimiento Penal. Las referencias o citas de este Ultimo seran hechas sin abreviaturas. Debemos agradecer la colaboracién de la Directora de la Escuela de Derecho versidad Miguel de Cervantes, scovich Pequeno; de las alum- nas ayudantes, Jacqueline Lara Castro y Gabriela Opazo San Martin; y el apoyo decidido de nuestra editora general, Rosa Da Venezia, y el personal de produccién de Editorial Juridica de Chile, quienes han corregido con paciencia y gencrosidad nuestros borradores, hasta dar forma al presente libro. Los autores: spirortat JURIDICA pe cut Se I. DE LA PROTECCION CONSTITUCIONAL DE LOS DERECHOS LABORALES DEL PROCEDIMIENTO DE TUTELA LABORAL (arts. 485 y ss. del Codigo del Trabajo) 1. AMBITO DE APLICACION Este procedimiento, de competencia de los Juzgados del Trabajo, se aplicara en los siguientes casos: 1.1. Primer caso. “Se aplicara respecto de las cuestiones suscitadas en Ta relacion laboral por aplicacién de las normas labora- les, que afecten los derechos fundamentales de los trabajadores, cuando aquellos derechos resulten lesionados en el ejercicio de las facultades del empleador” (art. 485). 1.2. Segundo caso. “También se aplicara este procedimiento para conocer de los actos discriminatorios a que se refiere el articulo 2° del Cédigo del Trabajo, con la excepci6n prevista cn su inciso sexto” Nos referiremos a ellos de inmediato 1.3. Tercer caso, Se refiere al conoci- miento y resolucién de las infracciones por practicas desleales o antisindicales (art. 292) 1.4, Cuarto caso. Conocimiento y resolu- ci6n de infracciones por practicas desleales en una negociacién colectiva (art. 389). En los dos tiltimos casos la ley ha esta- blecido, sin embargo, algunas modalidades particulares, por lo que nos refcriremos a ellos especialmente al final de este ca- pitulo. 1.5. Quinto caso, Se refiere a las denun- cias que se realicen invocando cl articu- 15 lo 62 bis del Cédigo del Trabajo (infrac- cidn a la obligacién del empleador de dar cumplimiento al “principio de igualdad de remuneraciones entre hombres y mujeres” que presten un mismo trabajo). 2. REQUISITOS DE. PROCEDENCIA Asi, para que proceda la aplicacion de este procedimiento es necesario que con- curran varios requisitos: 2.1, EN RELACION AL PRIMER CASO. 1.1. Debe tratarse de cuestiones susci- tadas dentro de una relacién laboral, y no de algiin otro tipo, ni aun entre empleador y trabajador 2.1.2. Dichas cuestiones deben haberse producido por aplicacién de las normas laborales, y no por algtin otro motivo. 2.1.3. Esa aplicacién debe afectar “de- rechos fundamentales del trabajador”, y no otros derechos laborales que no tengan ese cardcter, ni tampoco expectativas, Para estos efectos, se consideran como tales los siguientes, todos consagrados en la Constitucion Politica de la Republica: i. Articulo 19 N° 1°, inciso 1°, esto es, el derecho a la vida y a la integridad fisica y psiquica de la persona, siempre que su vulneracién sea consecuencia directa de los actos ocurrides en la relacién laboral. ii, Articulo 19 N® 4°. El respeto y pro- teccién a la vida privada y ala honra de la persona y su familia, pirowiat JURIDICA ve cece SS Manual de Procedimiento Constitucional iii, Articulo 19 N® 5° (la inviolabilidad del hogar y de toda forma de comunicacién privada) en lo relativo a la inviolabilidad de toda forma de comunicacién privada. iy. Articulo 19N® 6°, inciso 1°. Libertad de conciencia, manifestacin de todas las creencias y el ejercicio libre de todos los cultos que no se opongan a la moral, a las buenas costumbres 0 al orden publico. ¥. Articulo 19 N° 12%, inciso 1%. Liber tad de emitir opinion y la de informar, sin censura previa, en cualquicr forma y por cualquier medio, sin perjuicio de responder por los delitos y abusos que se cometan en el gjercicio de estas libertades, en confor midad a la ley vi, Articulo 19 N° 16° (lalibertad de traba- joysu proteccin), en lo relativo a la libertad de trabajo, el derecho a su libre elecci6n. vii. Articulo 19 N° 16° inciso cuarto. “Ninguna clase de trabajo puede ser pro- hibida, salvo que se oponga a la moral, a la seguridad o a la salubridad ptiblicas, 0 que lo exija cl interés nacional y una ley lo declare asi. Ninguna ley 0 disposicion de autoridad publica podra exigir la afiliaci6n a organizacion o entidad alguna como re- quisito para desarrollar una determinada actividad o trabajo, ni la desafiliaci6n para mantenerse en éstos...”. 2.1.4. Los derechos mencionados deben_ haber resultado lesionados “en el ejercicio de las facultades del empleador”. 2.2. EN RELAGION AL SEGUNDO CASO, Como enunciamos, se refiere a aque- los actos discriminatorios que menciona ¢l articulo 2° del Cédigo del Trabajo, con la cxcepcién contemplada en su inciso sex- to, Esto es, debe tratarse de distinciones, exclusiones o preferencias basadas en motives de raza, color, sexo, edad, estado civil, sindicaci6n, religin, opinion politica, nacionalidad, ascendencia nacional u ori- gen social, que tengan por objeto anular 0 altcrar la igualdad de oportunidades 0 de trato en el empleo y en la ocupacién. aK ror at FURIDICA 16 2.3. REQUISITOS Como hemos adelantado, es necesario, para hacer admisible este procedimiento, que los derechos y garantias mencionados “resulten lesionados”. La ley “entiende” que ello ocurre en los siguientes casos: 2.3.1, Cuando el ejercicio de las faculta- des que la ley le reconoce al empleadorlimita el pleno ejercicio de aquellos derechos y garantias sin justificacién suficiente, en forma arbitraria o desproporcionada, o sin respeto a su contenido esencial. De lo anterior aparece que para que estemos en presencia de esta causal que hace admisible este procedimicnto de tutcla laboral es necesario: a. Que el empleador esté ejerciendo alguna facultad legal b. Que en ese desempefio limite el ejercicio de alguno de los derechos a que nos hemos referido recién. c. Que dicha limitacién sea sin alguna justificacién suficiente. d. Que ademas lo sea en forma arbitra- ria o desproporcionada, o sin respeto a su “contenido esencial”, 2.3.2. En igual sentido se entenderin as represalias cjercidas en contra de traba- jadores, cn razén 0 como consecuencia de Ia labor fiscalizadora dle la Direccion del Trabajo o por el ejercicio de acciones judiciales. 3. CARACTERISTICAS DE ESTE PROCEDIMIENTO. 3.1. Es INCOMPATIBLE CON LA “ACCION, DE PROTECCION CONSTITUCIONAL” (art. 485 del Cédigo del Trabajo) Interpuesta que sea la accién de pro- teccién a que se refiere el articulo 20 de Ia Constitucién Politica, en los casos que proceda, no se podra efectuar una denun- cia de “tutela laboral” que se refiera a los mismos hechos. Esta limitaci6n 0 incompatibilidad cons- tituye una excepcién, pues por regla general cl llamado recurso de proteccién procede sin perjuicio de los demas derechos que se pueda hacer valer ante la autoridad © los iribunales correspondientes De esta manera, enfrentado un. traba- jador ante un caso que haga posible el ¢jercicio de ambas vias, debera optar por una de ellas. 3.2. APLICACION LIMITADA (art. 487 del Cédigo del Trabajo) Este procedimiento sélo tendré apli- cacion y estar limitado, por tanto, a la tutela de los derechos fundamentales a que se refiere el articulo 485 del Codigo del Trabajo a que nos hemos referido (ademas de los casos de infracciones por practicas desleales o antisindicales; y de infracciones por practicas desleales en la negociacién colectiva, segiin se advirtid, al principio, de la manera que veremos al final de éste). No procederd la acumulacién de accio- nes de otra naturaleza o con idéntica pre- tension basada en fundamentos diversos. 3.3. PREFERENGIA PARA SU CONOCIMIENTO Y FALLO (art. 488) La tramitacién de estos procesos gozaré de preferencia respecto de todas las demas causas que se tramiten ante el mismo tribu- nal, excepto el caso a que se refiere el inciso final del articulo 489 (accién de despido injustificado, indebido 0 improcedente interpuesta subsidiariamente). Con igual preferencia se resolveran los recursos que se interpongan. 3.4, AMPLITUD DE TITULAR (art. 486) Estin legitimados para impetrar esta acci6n de tutela laboral las siguientes pe sonas, y con las siguientes limitaciones y restricciones: L. De la proteccién constitucional de los derechos laborales 3.4.1. El trabajador y las organizaciones sindicales Cualquier trabajador u organizacién sindical podra requerir la tutcla de sus derechos fundamentales mencionados por la via de este procedimicnto, concurriendo los siguientes requisitos: | i, Deberan invocar un “derecho o interés legitimo”. ii, Deberdn considerar lesionados de- rechos “fundamentales” de aquellos a que nos hemos referido. ji. Esa “lesién” debe serlo en el ambito de las relaciones laborales. iv, Esas “rclaciones juridicas laborales” deben constituir materias cuyo conocimien- to corresponda a la jurisdiccién laboral. v. Como acabamos de advertir, ni iquiera cllos podrian impetrar esta ai cidn de tutela si ya antes recurrieron “de proteccién” a la Corte de Apelaciones respectiva. ‘Veremos a continuacién algunos casos cn que estos procesos podran, o incluso deberan, ser iniciados por otras personas distintas que el trabajador afectado. Esta regla tiene, sin embargo, una importante excepcién, prevista en el articulo 485 del Cédigo del Trabajo: Si la vulneracién de derechos fundamentales a que se refie! los incisos primero y segundo de ese ar- ticulo se hubiere producido con ocasién del despido, la legitimacion activa para recabar su tutela, por la via de este proce- dimiento, correspondera exclusivamente al trabajador afectado. Asi, s6lo el trabajador afectado, y nadie mas que él, ser’ el titular de esta acci6n en la medida en que: Se haya producido Ia vulneracién de alguno(s) de los derechos fundamental que se refieren los incisos primero y segun- do del mismo (casos de aplicacién de este procedimiento, segtin hemos visto). Que dicha vulneracién se hubiere producido “con ocasién del despido”, y no por alguna otra causa. v woroan.JuRIDICA pecins SB ‘Manual de Procedimiento Constitucional 3.4.2. Las organizaciones sindicales a. Como hemos visto recién, podrin impetrar ellas también esta accién, en. los casos y concurriendo los requisitos anotados. b. Podran, ademds, hacerse parte en el proceso iniciado por un trabajador, como tercero coadyuvante, siempre que: i, El tabajador afectado por una lesion de derechos fundamentales haya ya incoado una accion conforme “a las reglas de este parrafo”. Debe entonces tratarse de un proceso ya incoado. ii, Se trate de aquella organizacion sindical a que se encuentre afiliado ese trabajador, directamente o por intermedio de su organizacin de grado superior. Se trata de una facultad privativa de la men- cionada organizaci6n sindical. Esta, por tanto, no esta obligada a apersonarse en el mencionado proceso. iii, Como hemos insistido, que no se haya impetrado una acci6n de proteccién constitucional. Sin perjuicio de lo anterior, la or- ganizacion sindical a la cual se encuentre afiliado el trabajador cuyos derechos fun- damentales han sido vulnerados, podrd interponer denuncia, yactuard en tal caso como parte principal, y no ya entonces como coadyuvante, concurriendo los siguientes requisitos: i. Unavez mis, se trata de una facultad privativa de la organizaci6n sindical. ii, Debe tratarse de aquella organi: cidn sindical a que se encuentre afiliado cl uabajador, y no otra. iii, Debe haberse vulnerado algun “de- recho fundamental” de un trabajador. Hemos analizado en las lineas anteriores lo que eso significa. Que no se haya recurrido de “pro- teccién”. No lo volveremos a decir. rorTowiat JURIDICA pe cnn 18 34.3. La Inspeccién del Trabajo A diferencia de lo que ocurrié con las organizaciones sindicales, que nunca estu- vieron obligadas nia iniciar nia intervenir como coadyuvantes en algunos de estos procesos, veremos ahora que la Inspeccion del Trabajo puede, y a veces debe, intervenir en ellos, incluso inickindolos: Cuando estudiemos, pocas lineas mas adelante, cl procedimiento, veremos que en estos procesos el tribunal podra pedir un informe acerca de los hechos denunciados alla Inspeccién del Trabajo. Podrd entonces hacerse parte en el proceso. Se trata de una facultad privativa de la Inspeccin del Trabajo, y por tanto no es forzosa ni obligatoria esta intervenci6n. =La Inspeccién del ‘Trabajo, “sin per juicio de sus facultades fiscalizadoras” debera (en el evento de que haya fraca- sado la mediaci6n previa, en los términos a que nos referiremos casi de inmediato) incoar un proceso para requerir la tutela laboral de algun trabajador, concurriendo las siguientes circunstancias: i, Comose ve, la Inspeccidn del Trabajo impetrard esta acci6n sin perjuicio de sus facultades fiscalizadoras gencrales. . Debera actuar obviamente (la ley lo quiso reiterar en forma expresa), “dentro del ambito de sus atribuciones”. iii, En ese ambito, y no de alguna otra manera, debe dicha Inspeccién haber to- mado conocimiento de los hechos. iv. Dichos hechos deben constituir una yulneracién de alguno(s) de los derechos fundamentales a que tantas veces nos he- mos referido. v. Debera denunciarlos al tribunal que sea “competente”, conforme a las reglas generales. vi. Deberd confeccionar un “informe de fiscalizacién” y acompaiarlo a su denuncia. Esta denuncia servira de suficiente requé miento para dar inicio a la tramitacién de un proceso de tutela laboral. I, De la protecci La Inspeccién del Trabajo podra hacerse parte en el juicio que por esta causa se entable. La Inspeccin del Trabajo tendra que iniciar el proceso, a través de la denuncia correspondiente, mas no esta obligada a perseverar en él, cuestién que podra o no hacer, segtin estime. Mediacion previa Sin embargo, para que la Inspeccién del Trabajo pueda efectuar esta denunci ¢ incoar el proceso de esta manera, sera necesario que previamente Hleve a cabo una mediaci6n entre las partes a fin de agotar las posibilidades de correccién de las infracciones constatadas Sélo en el evento de que ésta fracase, la Inspeccién procedera a efectuar la denuncia en los términos anotados. La mediacién sera realizada ante esa reparticion publica. 4, PROCEDIMIENTO 4.1. DEL INICIO DEL PROCESO Como hemos visto, este proceso puede ser iniciado de dos maneras diversas: por denuncia ante el Tribunal del Trabajo; y por “requerimiento de la Inspeccién del Trabajo”. 4.2. OPORTUNIDAD PARA INCOAR EL PROGESO La denuncia (0 el Requerimiento, en su caso) debera interponerse dentro del plazo fatal de sesenta dias habiles contados desde que se produzca la vulneracién de derechos fundamentales alegada. Este plazo se suspenderd en la forma a que se reficre el articulo 168 del Codigo del Trabajo. ! nnciso final del articulo 168 del Codigo del rahajo dispone que el plizo referido se suspenders cuando, dentro de éste, el trabajador interponga un reclamo ante la Inspecci6n del Trabajo respectiva, y que dicho plazo seguir corriendo una ver concluido este 19 1 constitucional de los derechos laborales En el caso de una denuncia en que la vulneracién de los derechos fundamenta- les se hubicre producido “con ocasién del despido” (caso en que, como sabemos, ésta s6lo puede ser efectuada por el trabajador) , el plazo de sesenta dias se contara desde la fecha “de la separacién”, y se suspenderi de la misma forma que en los otros casos. Una regla que merece la pena recordar aqui dice relacién con la caducidad del plazo para solicitar la calificacién de un despido como injustificado, indebido o im- procedente a que se refiere el articulo 168 del Cédigo del Trabajo. Sabemos que los plazos se suspenderan en la forma anotada. Sabemos también que las acciones que haya que tramitar en procedimientos distintos nose acumularan y que se deberan deducir de conformidad a las normas respectivas, y que si una dependiera de la otra, no correra el plazo para ¢jercer aquella hasta cjecutoriado que sea el fallo de ésta. Renuncia “tdcita” de acciones A propésito de lo anterior, el inciso final del articulo 489 del Cédigo del Trabajo nos ha dado en este procedimiento una regla especial: si de los mismos hechos emanaren dos o mas acciones de naturaleza laboral, y una de ellas fuese de tutela laboral, dich: ciones deberan ser ejercidas conjuntamente en un mismo juicio, salvo sise tratare de la accién por despido injustificado, indebido 0 improcedente, Ia que debera interponerse subsidiariamente. Hemos destacado los términos impera- tivos de la norma, pues su inobservancia trae aparejada una sanci6n grave: “El no ejercicio de alguna de estas acciones en la forma sefialada importari su renincia” ac. 4.3. REQUISITOS DE LA DENUNCIA Para ser admitida a tramitacin la de- nuncia debe cumplir con los siguientes requisitos: can gil ca laspeniee ApRAGTenagtE sd poate esi tae aca aoveam fa bes deule a aeparseign del abalor eprroniat JURIDICA pe cite mg

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