1
Francisco Fernández Buey, “Sobre el Movimiento de Movimientos”, Revista
de Estudios de Juventud, Ediciones Injuve, marzo de 2007, Número 76, pp. 21-
36. Disponible en línea: https://www.upf.edu/materials/polietica/_pdf/mov.pdf.
alcanzar un capitalismo con rostro humano para paliar con microavances
el desastre en ciernes, no sería pues más que un freno a las auténticas
aspiraciones emancipadoras. El desolador panorama de la política
institucional, caracterizado por el ascenso vertiginoso del populismo
zafio, la extraordinaria degradación del discurso y la pasmosa
mediocridad de la llamada «clase política» y del parlamentarismo en
nuestras «fortalezas» occidentales, es la rotunda contraprueba del
completo vaciamiento de los mecanismos reales para incidir, a través de
las vías institucionales, en la mejora de las condiciones de vida de las
clases subalternas.
El filósofo marxista John Holloway, autor del iluminador texto
«Cambiar el mundo sin tomar el poder»2, al que David Harvey, en
nombre del marxismo «ortodoxo», trata con suma displicencia,
caricaturizando agriamente su «desprecio anarquista al poder», pone el
dedo en la llaga de los efectos contraproducentes del vano intento de
«asaltar los cielos» institucionales por parte de la izquierda reformista:
Cualquier gobierno de este tipo implica una canalización de las
aspiraciones y de las luchas dentro de conductos institucionales que
necesariamente tienen que buscar la conciliación entre la rabia que
estos movimientos expresan y la reproducción del capital. La
existencia de cualquier gobierno pasa por fomentar la reproducción del
capital (atrayendo inversión extranjera o de otra forma). Esto implica
inevitablemente participar en la agresión que es el capital .3
2
John Holloway, Cambiar el mundo sin tomar el poder: el significado de la
revolución hoy, El Viejo Topo, 2003.
3
Amador Fernández Savater, “Entrevista a John Holloway”, Blog
Interferencias, El Diario.es, 30-7-2014. Cursivas mías. Disponible en línea:
https://www.eldiario.es/interferencias/john-holloway-podemos-syriza-
capitalismo_132_4725766.html.
4
Lema coreado durante las asambleas y movilizaciones del
movimiento denominado de los «indignados», que protagonizó una gran
«indignados» en la oleada de viento fresco que supusieron las masivas
movilizaciones populares y los fugaces destellos de nuevas formas de
acción colectiva desarrollados en medio mundo durante la primavera de
2011. En ese grito se condensa la perentoria necesidad de desarrollar
vías de lucha «extraordinarias» frente al espanto circundante creado por
la ofensiva del capital desembridado, alejadas de los amansados y
estériles cauces del movimentismo ciudadanista y de la vana ilusión de
«asaltar los cielos» de los hemiciclos: romper con la lógica del capital en
lugar de participar -aunque sea a regañadientes- en su agresión.
No hemos criticado a los ciudadanistas porque no tengamos los mis-
mos gustos, los mismos valores o la misma subjetividad. Y tampoco
hemos criticado a los ciudadanistas en cuanto personas, sino al
ciudadanismo en cuanto falsa conciencia y en cuanto movimiento
reaccionario, como se decía antes; es decir, como movimiento que
contribuye a ahogar lo que todavía sólo está en germen. Tanto es así
que no dudamos que una gran cantidad de personas, empalagadas por
las contradicciones del ciudadanismo en su loable deseo de actuar
sobre el mundo, se unirán un día a aquellos que desean transformarlo
realmente.5
7
Bernardo Alvárez Villar, “Entrevista a Anselm Jappe”, El Salto Diario, 20-4-
2019. Cursivas mías. Disponible en línea:
https://www.elsaltodiario.com/pensamiento/entrevista-anselm-jappe-ningun-
problema-actual-requiere-solucion-tecnica
El peligro ideológico que se deriva de esta transformación sociopolítica
radical, provocada por la agonía de la democracia formal bajo el
fascismo financiero sin la emergencia de ningún antagonista surgido de
las clases populares, es que los populismos retrógrados, que ofrecen
soluciones demagógicas –demonización de la inmigración, obsesión por
la seguridad, denuncia de la corrupción rampante, etc.– que no mejoran
en absoluto las condiciones de vida de las clases populares pero les
ofrecen una protección aparente contra el abismo de la precariedad,
pueden resultar satisfactores más eficaces y mejores lenitivos de la rabia
popular que los discursos blandamente reformistas y conciliadores de la
izquierda legal: la hidra fascista siempre al acecho en los tiempos de
claroscuros en los que surgen los monstruos.
Si estos grupos consiguen captar la atención mayoritaria del precariado y
de las masas crecientes de desclasados, expulsados del quebrado Edén
de la clase media universal, con los cantos de sirena que llevan a la
guerra entre pobres, nos esperan tiempos muy oscuros.
Holloway resalta las potencialidades y los peligros de esta absoluta
ausencia de letras para «graficar el porvenir»:
9
John Holloway, La Tormenta: crisis, deuda, revolución y esperanza (Una respuesta
al desafío zapatista). 20 clases de John Holloway, 2016. Herramienta Ediciones.
Disponible en línea: http://comunizar.com.ar/wp-content/uploads/John-Holloway-
La-Tormenta.pdf.
empezando con el trabajo abstracto, se está diciendo que en el centro
de nuestra visión de cómo funciona la sociedad están las relaciones de
todos los días, cómo nos relacionamos con las personas alrededor
de nosotros. Es otro punto de partida.10
«Porque las herramientas del amo nunca desmantelan la casa del amo.
Quizá nos permitan obtener una pequeña victoria pasajera siguiendo sus
reglas del juego, pero nunca nos valdrán para efectuar un auténtico
cambio»
Audre Lorde
19
«El dinero debe ser destruido» Carthago delenda est (Cartago debe ser
destruida) o Ceterum censeo Carthaginem esse delendam (Además opino que Cartago
debe ser destruida) es una famosa locución latina. La frase se atribuye a Catón el Viejo
quien, según fuentes antiguas, la pronunciaba cada vez que finalizaba sus discursos en
el Senado romano durante los últimos años de las guerras púnicas, alrededor de 150
a.C. Esta expresión se utiliza para hablar de una idea fija que se persigue sin descanso
hasta que se realiza. Fuente: Wikipedia
20
John Holloway, 2015. Op. Cit. pp. 53-83
La potencialidad de la riqueza humana se encuentra por tanto atrapada,
en el capitalismo, en una apariencia, comprimida por la estrecha faja de
la materialidad mercantil. La gigantesca acumulación de mercancías
-con su equivalente universal, el vínculo de todos los vínculos, el dinero,
en la cúspide- es el corsé que impide el desarrollo de las disposiciones
humanas creativas, sometiéndolas a las «continuas fatigas» causadas por
el prurito crematístico. Nos hallamos pues, en los hegelianos términos
del Marx de los Manuscritos, ante el poder enajenado de la humanidad:
24
Karl Marx, Trabajo asalariado y capital, 1847. Tomado de Chesnais,
François, “Las dimensiones financieras del impasse del capitalismo”, Sin
Permiso, 27-12-2017. Disponible en línea:
https://www.sinpermiso.info/textos/las-dimensiones-financieras-del-impasse-del-
capitalismo. Cursivas mías.
del valor, de métrica para medir el tiempo de trabajo, que deja de ser por
tanto la molécula básica de la mercancía y de la riqueza material.
25
Karl Marx, 2016. Op. Cit.
26
Anarquistas sin plan económico: el problema del dinero, Todo por hacer,
Economía, septiembre 2015. Dispnible en línea:
https://www.todoporhacer.org/anarquistas-sin-plan-economico/
generado para regular la escasez y la riqueza se distribuye de forma
comunitaria, el dinero deviene superfluo.
%20Marx/Critica%20del%20programa%20de%20Gotha.pdf
33
Jérôme Baschet, Op. Cit.
34
Agustín García Calvo, “Lo que el Poder no puede”, El País, 4-9-2012.
Disponible en línea:
https://elpais.com/elpais/2012/09/03/opinion/1346675237_889370.html.