Por otro lado, pensamos que la experimentación con animales para fines
económicos ya sea lucrativos, es un acto inmoral además de ser innecesario, la
tortura y dolor constante a lo que están expuestos distintas especies no debe ser normalizado por muchas empresas, quienes se lavan las manos y se la llevan fácil porque no reciben sanción alguna por cargar con esta bolsa negra de matanzas. Algunas corporaciones de belleza de hoy en día dieron el en clavo al indicar en sus productos que no realizan pruebas con algún tipo de vida animal, mientras otras dizque desaprueban estos métodos pero brillan por su ausencia por lo que asumimos que no piensan dejar este tipo de prácticas, parece que ignoran la idea de que la ciencia es nuestra mejor amiga y puede solucionar o darle pie a un cambio al abuso en contra de la fauna. Los tejidos humanos recreadas por células madres son el inicio para una solución ante esta problemática de crueldad, puesto que imitan al organismo y hace que las células crezcan por si mismas de forma natural, donde la tecnología hace su entrada para que por medio de los ordenadores y programas muy avanzados puedan realizar testeos, como el conocido corrositex, que en la vida real induce que conejos a situaciones donde ya se pasan de la raya y prueban la toxicidad en la piel pero por la puras. Es de faltarle un tornillo a alguien comparar la piel humana con la de un animal, los resultados que presentan no pueden ser aplicados debido a la diferencia anatómica, fisiológica y metabólica que existen entre nosotros, uno de los medios adecuados aparte de los ya mencionados computarizados, es la donación de células humanas de forma ética, que ya se aplican en Europa donde ya es casi un hecho las pruebas y sus resultados que empiezan hacerse eco en todo el mundo además de que una bióloga leonesa está revolucionando la industria, realiza modelos a escala con impresiones 3D para tratar distintos casos y no solo cosméticos, sino para enfermedades como el cáncer de mama.