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A Se ISAAC G. EDUARDO | a a nae, I —- HIMNOS ¥ QUEJAS = w porsiag, gpl. fO- 2- PZ. POR Gd ait ISAAC G. soimaeo iy | gna 2% HIMNOS Y QUEJAS ogi, 8 POESIAS BIBLIOTECA DE ISAAG G, EDUARDO 3 Dv vs a r i: oe MUON un ef LA PAZ Impre, enta « “Liberal” 1888. GUARDA TU FE [A MI HERMANO.- Guarda tu fe, que ella tu amparo sea En el viaje penoso de la vida; Ella es Ja luz que al corazon recrea Y es para e] alma protectora egida. Guarda tu fe, que el hombre en su impaci No aleanza la verdad, que el cielo oculta, 4 la ciencia, Y por hallar la luz llama Que en un caos de sombras lo sepulta. encia a abrumadora duda, sin calma, aruda alma. En una eter Se agita su razon, sin paz, ¥ cuando brama la torment No encuentra donde refugiar su _No sabes qué es dudar; tu alma de nine No abe cuanto el corazon solloza c uando entre suenos de color de armino, Se busca Ja verdad con alma ansiosa. Yo también en Ja aurora de mi Vida, Era eval ti sencillo y candoroso; Y hoy dia por m1 senda oscurecida Mareho agitado y sin hallar reposo. -Ay! yo tambicn senti dentro del alma, \aduda germinar con impaciencia, Y por hallar de la verdad la palma, Me engolfé en los problemas de la Cienciy Lei, lei y en mi delirio ardiente sintiendo de dolor mi alma abrumada, Laneé un grito de edlera estridente ‘Al sentirme sin fe, sin luz, sin neda.._. Pobre de mi! que cuando sufro y Noro Herido por los dardos de la vida, A nadie doy mi queja, 4 nadie imploro; Por que sé que no hay balsamo 4 mi herid,, Es pobre la razon, pobre es la ciencia, Para volver al corazén la calma; -Qué no hiciera por dar 4 mi existencia, La dulee paz que me arranqué del alma! Arrojado 4 este piélago insondable, En este fango de eternal miseria, Yo no sé sid mi cuerpo despreciable EF] alma le da vida, 6 la materia. No sé si tras la muerte misteriosa Existe un nuevo edén, un nuevo mundo, Ni si el hombre al perderse entre 1a fo: Vuelve 4 ser lodo miserable, inmundo. No se si el hombre que en la tierra vive. Rindiendo culto 4 la virtud sagrada, Un premio en recompensa alla recibe, 0 si el bien ante el crimen se anonada. Yo nada sé; que oscura es mi conciencia, Y es oscura y fatidica mi suerte 4 Donde hallaré la luz de una creenc Solo en el seno horrible de la muerte. Alli esta la verdad, en esa oscura Mansion de que el mortal no sabe nada En esa pobre, humilde sepultura, En esa caja tétrica, enlutada. .-- Alli la busearé; si el alu-a humana A traves del NO SER sigue su _viaje, Ta luz de Dios me alumbrara manana Al arrojar mi terrenal ropaje. Y si todo termina con Ja muerte Y e] alma es ilusi6n del pensamiento, Podré en mi tumba reposar inerte. 4Qué importa al polvo que lo barra el viento. Mas tu, sencilla flor, alma creyente, Que entre tu pecho la virtud cobijas, Que buscas los laureles de tu frente En el Edén donde tu vista fijas. Sigue adelante, con resuelto paso Por Ja senda del bien y la bonanza, Sin desatar el inseguro lazo Que encadena Ja fe con la esperanza. Sigue adelante, tu virtud sencilla —4— No trueques, no, por la implacable duda; Que es ella de los males la semilla, El germen cruel de la desgracia ruda. jAy! nunca intente conocer lo cierto De ese misterio, tu anhelar constante, Y & vivir, siendo sabio, de lo incierto, Prefiere tener fe, siendo ignorante. SOLEDAD. —DE LAMARTINE— Al pid del viejo roble, Al declinar el dia, Me siento muchas veces De Ja montafa en la elevada cima; Y, triste y silencioso, Paseo la mirada Por la feraz llanura Que desarrolla al pié su panorama. Aqui, murmura el rio Formando blanca espuma, Y marcha serpenteando Hasta perderse en las lejanas_brumas; Alld, el inmovil lago : Estiende sus cristales Hasta el confin remoto Donde se alza la estrella de la tarde. En este altivo monte, Coronado de musgos, —b6+ Despide tristemente Sus ditimos destellos el crepy La reina de Ja noche, Wseulg, En su brillante carro, Asciende en estas horas Y blanquea 10s bordes del espacig, De la gética torre Se escapa una plegaria Que lena Jos espacios, Y la santa orac! On cierne sus iilas. Detiénese el viajero, ‘Al oir la voz vibrante, ¥ une su voz al ruido De los ultimos ecos de la tarde. Mas mi alma indiferente Ante el] estenso Ilano, No goza, ni se encanta, Ni se conmueve al contemplar sus cuadros, Como una sombra muda La tierra yo comtemplo: Es que el sol de los vivos No anima los despojos de los inuertos. De colina en colina Deje vagar mis ojos ¥ recorro el espacio Buscando en vano la ventura ansiose: Y al ver que todo calla Ante mi opaca vista, Me digo: no me espera En ningun sitio la anhelada dicha. §Qué me importan log valles Los bosques, las cabaiias? Vanos, mudos objetos De los que huyé el placer para mi alia Rios, rocas, florestas, Soledades queridas,— Un solo ser os falta Y estais tristes, desiertas y marchitas. Que el sol siga su curso Q interrumpa su brillo, Con indolentes ojos Yo eternamente su carrera sigo; Que él se acueste 6 levante En un hermoso cielo, {Qué importa 4 mi existencia? Jel dia que él alumbra nada espero. Cuando puedo seguirlo En su basta carrera, Mis ojos solo encuentran El vacio, el desierto y la tristeza. Yo no ambiciono nada De lo que el sol anima, — Yo nada pido al mundo, Ni al inmenso oceano de la vida. Mas sé que alla, en el limite De su remota esfera, Existen otros mundos Donde otro gol mas puro reverbera, Cuande deje en el suelo Mis pdlidos despojos, Lo que he sofiado tanto Yo sé que ha de brillar ante mis ojos. Me embriagaré en la fuente Que tanto mi alma ansia, ¥ hallaré la esperanza Y el amor ideal que el hombre aspira. ;Ab! que no pueda ahora, Sobre el carro del alba oR a Llevarm e hasta ese cielo, De los rayos de luz sobre las ‘las! Sobre este triste valle De proseripcién amarga— -Por qué el destino adverso Detiene adn mi perezosa marcha? ,De qué sirvo en la tierra? ,Cual la misién que Nevo? Entre mi alma y el mundo ; No hay nada de comin, Sov forastero, Cuando caen las hojas Que visten la pradera, El viento de la tarde Se alza del bosque y las arrastra y lleva. Yo soy en este mundo Cual la hoja marchitada; Lievadme'como 4 ella, Tempestuogo aquildn, en vuestras dlas! EN UN ALBUM. Como es ini lira tan torpe y no tiene la cadencia que a tus trovadores piden : tu hermosura y tu belleza, permiteme que tan solo te refiera aqui una escena que he contemplado entusiasta no hace mucho en Ja pradera. Era una tarde. La brisa con suave somnolencia inecia sobre sus tallos la rosa y la verbena; el sol de palidos rayos, como candida doncella que oculta entre blancas gasas su pudor y su inocencia, medio escondido en las nubes que el cielo azulado pueblan, parecia detenerse ante esa calma_suprema: Ti por medio de las flores que al cielo gy ar pasabas en ese j con tal gracia Jy tal con tal sonrisg en Ios Y tal aire de inocencia, que senti dentro del alma no sé qué ansiedad Secreta.__ Al verte, las florecillas i se levantaron enhiestas, para hacerse mag notables ante ti que eres sy Teina; mas tu orgullosa cruzaste, despreciéndolas, sin verlas, nténces las Pobres flores consoldndose en sy pena, €n sus didlogos Sencillos hablaron de este Manera: —Mi color tiene en sus labios, dijo el cLaver; ¥ entre ellas salté la edndida Rosa, Y con voz sencilla, ingenua, respondié a] clavél:—E] mio en sus mejillas lo lleva. —Lo tiene ¢] mnio en sus anos, interpuso la AZUCENA; Y todas lag bellas flores que vestian la Pradera, Isputaban orgullosas, comparando su belleza as las Derfecciones Magen se contemplan. ante necortado al no podep encontgeUEtA, nada que se 1 ¥ Como la de, SUS altivas e¢ reclin6 sobre Spr —JjJil— pensativa, la cabeza; ¥ & poco tiempo se vid toda en padazos deshecha Y en jugueta convertida del viento de la pradera...... iPobres flores! ;pobre flores! me dije entonces al verlas, como igularse pretenden ala escultural Fidelia? No saben las pobrecillas que-son palidas ante ella. MIEDO ETERNO, _Tuve miedo al mirarte, por que mi 4 Sintié algo que auguraba una pasion, Y en tus ojos lei como en un libro , Los misterios secretos del amor. Tuve miedo al sentir por vez primera Ese horrible presagio de un afan, Y quise abandonarte, y tuve miedo De hallar léjos de ti la soledad. Te amaba ya, y el cielo de mi vida Brillaba mas espléndidv y azul; Tus palabras ofa como uD hisuno Y hallaba, amante, en tus pupilas luz Alrevelarte mi pasién vehemente Tuve miedo, sombrio, aterrador, Pengando que con fria indiferencia De mi alma oyeras la angustiada voz. Mas me brindaste esa sonrisa dulce —- BH Que es eonsuelo, esperanza, dicha afan; Y¥ tuve miedo al encontrarme solo De la dudaen la densa oscuridad . ¥ atin dudando esperé; por que quien duda En la esperanza guarda su ilucion, Y vive del maiana sobre un mundo De locas ambiciones y temor. ¥ era feliz por que esperaba ansioso El eden de tu seno virginal, Cuando vi disiparse las tinieblas De esa noche sin astros de mi afan. Y vi venir al desengaiio horrible A_posarse rugiendo entre mi ser; Me estremeci al sentirlo y tuve miedo De ser presa de un mostruoso tan cruel. Hoy tengo miedo que el pesar me deje, Tengo miedo volver 4 la ilusién, Tengo miedo olvidarte con la dicha.— Con e’ dolor no te he olvidado, no. DEJEMOSLA, SE HA DORMIp Mlbg (ANTE EL CADAVER DE LA SENORITA | GUAS.) AL La palida beldad, la virgen pura De tez morena y labios de corales, La reina sin rival de la hermosura Que inspir6 mil ensuefios celestiales, Y que en lecho de flores remecida Se hallaba por las auras juveniles,— Cual blanco.cisne se qued6 dormida. No! no la desperteis; guardad su sueno, eCual le guardan hoy dia los querubes Desde el trono risueho Formado por el tu! de blancas nubes. Tiene el alma letargos pasageros, Como el cuerpo— rendido : Por las luchas del mundo—su descan* En el eterno suefio de la nada; 25 =. Mas el alma, titan nunca vencido, Renace en otros mundos A seguir de la vida la jornada. Por eso, los afectos, las pasiones, La f6, la inspiracién, son eternales. Si habeis amado al alma que atin se agita De la que duerme Ya, sois inmortales Por que atu en ella vuestro amor palpita. Mas no la desperteis! Su helado pecho No volveré 4 lanzar, tierno, un latido. Ni de su boca fria y sin aroma Se escapara un gemido; Por mas que alli, sobre el mortuorio lecho, Cierna el alma sus alas de paloma. Mas ay! en eal Busca un consuelo en su fatal ausencia, Puede el ave seguir en su jornada La carrera inmortal de la existencia. Mas Qué han de hacer iDios santo! Sus pobres compaiieras de la selva, Si vuela & otras regiones la paloma Que fué todo su encanto? jAy! Qué ha de hacer la selva entristecida Sind llorar y maldecir la vida? {Oh santa Providencia! Puedes en tus designios ser muy justa Las leyes al regir de la existencia; Pero en tu crueldad, eres injusta.... Hay en los golpes que tu mano asesta encono tenaz del asesino, Cuando, oculta la mano del destino, etrds de los alahagos de la vida, Nos espia y nos hiere ual cobarde homicida. — 16 g nace en el jardi . ué nace en I jardin Jp , iA te ‘al hombre candidos a Poy Que inst mas el alma siente y gor i, ¥ ona rar sus VIVIdOS Colores opl jnvierno i o del i Oil a E 20 Toy Ja marchita aja al posque en un dolor eterna y sThombre en soledad triste, infinity : is vs por ventura el viaje de la vida t Me cruel de una vengaza 6 eagobia nuestros pobres corazonegs i venganza 4por que? {80M08 culpa. as, cemos al mundo con pasiones, - Npabites, miserables, desgraciados? | bi a .Débiles, wiser gracia jes e] hombre un gusano 4 quién se lana, S Alos mundanos mare! his Para que luche alli con los designios Del alto cielo, que sembr6 en el mundo Fl gérmen del dolor y los pesares? jPor qué si ha de morir el caminante Que marcha en pos de un venturoso suefy, Antes de que refleje en su semblante La luz de un sol mas puro y mas risuefo,— jPor qué ;oh Dios! si morir es su destino, No muere en el umbral de su camino? 4Es la muerte un castigo de los cielos? jEs un premio de la vida? jPor qué enténevs nos roban de la tierra ee serés mas buenos, mas queridos, ase: he eu la guerra 3 La esperanza de] ole en Dn len apetecidat ;Por qua ‘4 misera existencia— 4 los aarés ey reba el eielo iPor qué ae amamos con vehemencia? arranea de su lado, ae Nos deja el pensamiento Que vive en el recuerdo aprisionado? Y si a vivir estamos condenados— Por qué no nos arranca el sentimiento? silencio! silencio! Del cadaver No turbe el sueno la blasfemia ruda; Que ante el horrible aspecto de la muerte La vida calla, la conciencia duda. jSilencio! ni una voz robe la calma De la palida virgen adormida. ..... Ella fué buena en su terrena vida; No temais por el viaje de su alma. AL PARTIR [EN UN ALBUM. | «des y sabiendo, amiga. 3 me pides y Sa : ae gees torpe foi laid, pobres sus note, Qu ndad pretendes impulsarlo, " bol : Syria darme de tu album una hoja. y-es inutil tu empefio: no el rocio Queriega los yergeles en la aurora, Dara vida 4 la flor ya marchitada, Ni volvera el perfume 4 sus corolas. Y6 ya no sé cantar; el alma mia Ha enmudecido al contemplar tus gracias. Como al mirar del sol los resplandores Se ofusca el hombre y admirado calla. Y c6mo no! si en tu graciosa imagen Hay algo de divino que embeles a; ‘Quien contempla tu faz se vuelve loco Y quien tus ojos ve de amores ciega.” — iW Fuente de amor, de luz y de armonia, E] sol en tt su resplandor encuentra; De ti aspiran las flores su perfume, Y la brisa al pasar tus ldbios besa. Todo es hermoso en ti: es de la luna La nivea palidez de tu semblante; El negro de tus ojos, el del ébano; El timbre de tu voz, el de las aves. Mag. ..-.-siento ya que el hado inexorable Me arranca de tu tierra tan querida, Sin poder expresarte mi ternura Arrobado en Ja luz de tus pupilas! ;Adios! ;Adios! Te dejo en estos versos Una muestra de tierna simpatia; Y un suspiro, un recuerdo, una plegaria Solo te pide el ave fugitiva. DUELO y AMOR. ‘Aun vagaba por Jos air el suspiro ostrimero ; que exhald el nino en la cuna, antes de ir al cielo. eS nifo dormido . de los muertos, los azahares ban su lecho. Estaba el con el sueiio en medio de que perfuma Y cuan cerca de la tumba, ligados por amor tierno, gozdbamos delirantes — de ese bien dulce y supremo. = Ya reclinada en mis brazos, ya recostada en mi pecho, prorumpia ella en promesas que ne olvida e] pensamiento. slnsultabamos la muerte? iAy! es el amor tan ciego ae levanta sus altares sobre el polvo de los muertos. © — 1 Il. Bendito el nihu que al partir al cielo ‘Tus amantes promesas escuchd, Bendito elangel que al alzar el’ vuelo Cobij6 con sus dlas nuestro amor. TIL. Ay! triste debe ser dejar el mundo Sin sentir las fruiciones del amor, De aquel amor purisimo y profundo Del que ansiosos gozébamos los dos. O, niiio, si al volar hacia tu cielo Cerniste el ala en el espacio azul, Celoso de mi dicha, vuelve al suelo Do encontrards un angel como ti. Mas si en la gloria es la afeccién tan pura, Reflejo fiel de la que viste aqui, Vuela angel, vuela Ala celeste altura % Do puedes igual dicha conseguir. Op En-tanto yo refundiré tu vida XK. ‘ En la mia, sedienta de placer, Y oe Para ofrecerla 4 la mujer querida, - % Para quien corta mi existencia es. Para vivir como en aquel momento, Por lo que tt debieras de vivir, Junto & 1a virgen que con suave aliento ‘Te alitié la senda que conduce allt. Nino feliz que al ascender al cielo “y oe Sorprend iste el secreto de mi ana - * Oh! Neva alli mis ansias y mi a Si, Névalas y las bendiga Dios. & (A MOISES “°° sTRIMONIO. LLEVALA s ASCARRUNZ CON Moriya, Moises, 4 tu regazo amante 1 de virtud y de candor, que revela en su semblan;, ades del amor. Lleva, A ese ange: A ose angel que | Los tintes sonros Los tintes, si, de la pasién primera Que vinieron su seno 4 despertar, Como 4 la flor que duerme en la praden, El primer rayo de la luz solar. Llévala, amigo, & tu feliz regazo Sonriendo de emocion y de placer, Para robarla en el primer abrazo Los tesoros de su alma de mujer. Llévala, si; que es gloria y es ventura Despertar de una virgen la ilusidn. ves Drimera esencia de cernura erla en el sediento corazon. Llé lévala, Yhallavas en el aliento — 23 De su boca, perfumes y calor; En todas sus sonrisas, sentimiento; En todas sus miradas, luz y amor. ; Que ella en sus fibras que al amor agitan Te consagra un tesoro virginal, Y son tuyos los besos que palpitan En sus labios de grana y de coral. Y son tuyos los suefios de su mente, Tuyas las ansias de su vida son, Son tuyos su pasado, su presente, Su porvenir, su gloria, su ambicion. Que es ella una beldad en cuyo seno No ha dejado sus huellas otro amor, Ni han probado sus labios el veneno Que dan el desengaio y el dolor. Ella es cual la paloma que en su yuelo Llev6 del aRca la sefial de paz; Y cuya vista iluminé en el cielo E] iris, que es alivio y es solaz. Unela 4 ti con los sagrados lazos De ese amor que hard dulce tu existir, Y tendras un refugio entre sus brazos Si acaso se te anubla el porvenir. Mas no; que de risuefos embelesos. Scerubrado tu camino encontraras, Y al arrullo suave de sus besos Por su senda triunfante marchards. Algo hay en mi, no sd que voz secreta Que me augura la dicha de los dos: jPermitidme que sea yo el profeta Que os tiaiga aqui la bendicién de Dios! A BOLIVIA, EN EL ANIVERSA RIO DE SU INDEPEN), Desde la playa remota Donde el mar estremecido Viene 4 quedarse dormido Cual fatigada gaviota,— Tu bardo, la dulce nota De su admiracién te envia; Pues nace en el alma hoy dia Al recuerdo de tu historia:— La idea, que es Juz y gloria, Y¥ el amor, que es armonia. Ved cuan grande se levanta La noble hija del guerrero Que con el brillante acero Que 4 los tiranos espanta, Supo hundir bajo su planta Las furias del despotismo, Y del fondo de un abismo De esclavitud y abyeccién Levantar una nacion, Al calor del heroismo. AF» LS. — 23 Miradla! Sobre su frente Brilla un iris de esperanza En el que a leer se aleanza La aspiracion noble, ardiente, Que es del progreso la fuente ¥ del patriotismo enseia; Pues quien en su anhelo sueha Con la libertad amada, Es que la senda sagrada De su porvenir disena. jBolivia! patria querida. Faro de ese porvenir, Si en tu seno ha de latir Por siempre un gérmen de vida, | Por el mundo Dendeeida Sera tu brillante gloria,— De Bolivar Ja memoria Pregonada eternamente; Pues 4 Ja hija de un valiente Rinde homenaje la historia. Ya el estruendo de la guerra La voz de la industria acalla: E] fragor de la batalla Ya no ensordece Ja tierra; Ya en Bolivia ne se aferra De la discordia la mano, Y ya el mundo americano Mira con los ojos fijos Seguir 4 sus nobles hijos La luz del progreso humano. Ya eres, Bolivia, la nave De los mares del progreso; Ya del infortunio el peso Vencer tu grandeza sabe. — 26 si te elevas Como el aye aaa gloria, hasta la Cumbre, Habra un dia en que deslum yy, \ la Europa tu arrogancia, Cual otro tiempo la Frane}, Sirvid 4 la tierra de lumbre. De tu nombre y bizarrig Sigue orgullosa y ufana, Siempre al lado de la hermana Con quien nacieras un dia; Vivan en dulce armonia Del Inca las dos naciones, Y latan sus corazones Al unisono en el_pecho, Formando vinculo estrecho Sus inmortales pendones. Te ofrezca el Pertti su aliento De progreso y venturanza, Y dale ttt la pujanza, Del valor y el pensamiento; los mares e] acento 0s arrulle con sus notas, cual dos blancag gaviotas 'n la misma ola mecidas, Pesuid para siempre unidas Buscando playas remotas. Lima, agosto 6 —18X6 CONTEMPLACION. Desde que el sol vertia sus destellos Hasta que en Jas montaias Escondia sus tibios resplandores, — Con qué ansiedad extraiia, Pasaba yo las horas, contemplando La choza de mi amada, Que en Ja desierta roca se veia Como el nido del aguila. ;Ayj; entdnces la noche tenebrosa Con sus fimebres alas Escondia 4 mis ojos, en la cumbre, ica morada, Y sin poderla ver, bajo los tilos Cuan triste sollozaba Sumido en la amargura mas profunda Que atormentara el alma. Si supiera la noche, ine decia, E] dolor que me causa Cuando envuelve en su manto funerario E] nido de mi amada, ‘Talvez no legaria; ni el sol claro Se escondiera detras de la montana. PAISAGES, I. Llegué al fin 4 la cum bre Sigantezcg De do se aleanza 4 dominar e] lano, De do se estiende la mirada altiva Y abarea la estension jQué hermoso Chad Ks la aurora, ¥ un cielo diamantino Cubre la intensa y floreciente selva, En la que se alza la plateada mole Que su blanco Topage nos ensefia. Es el Ande! Ja novia engalanada Que vela su rubor con nubes de oro, Y al despertay de su 4MOroso suenho “l velo Tasga en Voluptuoso insomnio. — {Qué Cuadro! Los arbustos del arroyo Sobre lag ondas sy Matiz reflejan . Y bulle alborozado UN regimicnte © mil flores aladas—as é Pa) Alli baja rugiendo la cascada Que en un lecho de arena se recuesta; Por aqui la colina que se estiende Matizada de rosas y violetas. Mas alla el labrador con fuerte m ane Abre resuelto el anchuroso surco, En tanto que una madre carifiosa Aduerme 4 un nifio palido y desnudo. El sol ardiente en el espacio brilla Y nubes de vapor se alzan del bosque; Las muchachas conducen su rebafio, Coronadas de espigas y de flores. E] buey sumiso al labrador, cansade Del yugo al peso la cabeza dobla, De blanca espuma Jos ijares Menos, Richinando los piés sobre la roca. El agudo aguijén le presta brio: Cruge el arado al entreabrir la brecha, ¥ el noble buey, con sofocado aliento, Va removiendo el pelvo de su senda. Por en medio del Andes majestuoso Llega el condor, el rey de Ja montana, Con raudo vuelo, con semblante adusto, Rasgando el aire sus ingentes alas. iQué paisage! Qué euadro! Por el ciclo Se estiende audaz cl pensamiento altivo, ¥ la mente que sucha y se embriaga Kleva ansiosa & su Creador un himno. - 80 — Todo es hermoso aqui! pad Mas, un instany, fijémos en e! alma: bién un cuadro nos present, Ja luz de la esperanza. La mirada Que ella tam Formado por Ella tiene su cielo en sus delirios, Sus antorchas de luz en suS almores, Y su noche terrifica y callada En sus dudas y horribles descepciones..._.. jCudnta esperanza en ella! Todo es suyo: suyos el porvenir, la gloria, el génio; No hay nubes en su cielo de esmeralda; Todo es amor, inspiracién, anhelos. Es suyo el porvenir, su PDE; I p , suyo es el orbe; - ella el bien y Ja virtud imperan; eed de gloria y la ambici6n la abrasaa; “8 ancho el honrizonte de su senda... .--.--- Voy 4 ar, En based de plement tena a ms Tengo amor, juventyy eee was anor, juventi 1 ‘lg Yome alo Juventud, fuerz i ne uienta la luz de la espera iene Il. Curinte ‘into he tar vol ardadojoh Dj a é D; ire 5 ¢ nsadlo eo desta elovada cima eens apenas la mirada, wi de la colina. Es de ta, rde Al cient opaci et cambio en la natura! an egri denegridas nubes; as | = hice aia de nieve en vapor denso .a mont q he mbria avergonzada cubre. su faz 80) Se asemeja 4 la virgen solitaria ue el triste olvido de su amante Ilora y, abandonada y timida, se esconde Entre el velo enlutado de las sombras. Ya las aves recdjense 4 sus nidos, Y deja el labrador cerrado el surco; FI sol tras la colina se despide; La noche asoma con su faz de luto. ISADO Vuelve el condor, el rey de Ja montana, Con su pausado y perezoso vuelo, Y en las grietas profundas de las cumbrestg INVENTARIADOR of Corre 4 dormir su fatigado sueno. i i a) ‘Todo es fiinebre aqui! é 1. 4 . Mas un instante La mirada fijemos en el alma, Que ella también un cuadro nos presenta Formado por la dicha 6 la desgracia- ana tiene su cielo en sus delirios: You a ¥ chas de Juz en su aimores, En sug ihe terrifica y callada Sus dudas y horribles descepciones. . . . - . iQué horn} Cu mg getible lobreguéz! ;Cudnta amargura! O acalg ty eudinta esperanza muertas. Busea ag 5 ya el anima gastada 6 ballar su soledad eterna. a OF om Vencido su valor en cien combates, Perdidos sus ensuenos y esperanzas. silt iAy! por piedad! salgamos de este abisny. Que es un abismo impenetrable el alma, Salgamos por piedad!..... De la Iannra rs viento helado ya el verdor arrasa; 8s flores de sus tallos se desprenden, un hombre, y6, Solloza en 1a montana... DEDICATORIA, (BN LA PRIMERA PAGINA DE «RAFAEL.») Tu 4 quien adoro con ferviente anhelo ¥ eres el angel que mi afecto guarda, Lee 4 RAFAEL cuya pasion sincera Es la misma que mi alma te consagra. Es mi afecto el reflejo de ese afecto. Mis ensuenios los mismos que é] forjara, Y mi pasi6n la misma que angustiosa Ardié en su pecho con fulgente Nama. En mi existen los mismos sentimientos Que de RavakEt la vida alimentaran, ‘48 mismas inquietudes y alegrias, “I Misme frenesi, las mismas lagrimas ye antas veces por eso en mi ternura ‘Manto derramé sobre sus paginas; n ellas hallaras la huella ejado la esercia de mi alma. OY eso @} Que ha di — 34 Y si tu corazon me ha comprendidy Sé tt la Jura tierna, apasionada,—' Y yo RAFAEL, que si la vida adoro Es solo por la luz de tus miradas. Hay en nosotros la afeccién sincera De dos vidas en una amalgamadas, La ternura de PABLo y de VIRGINIA De Fausto y MarGarira la esperanza. Hay la inocencia y la pasién vehemeni< De GRACTELLA la pobre procitana, De Werther la locura delirante, Los ensuefios de LAURA y de] PETRARC!: Ruega al cielo que nunea nuestro afect? Con su aliento la muerte lo deshaga; Que 4 los dos en un soplo nos devore, Antes que separar nuestras dos almas. _ Como 4 PaBLo y VIRGINIA en una fost Guaérdenos otra tuinba funeraria. Y no nos deje en este mundo solos Como 4 RAFAEL, lHorando su desgracin. =" DE SOULARY. (TRADULCION LIBRE.) La bellota es el gérmen de Ja encina Que en el bosque se inclina Al.soplo récio del sanudo viento: La flor que nace de su tronco inerme Es el fruto que duerme. Mecido de la brisa al suave aliento. Y es fruto de la noche el claro dia, Tesoro de poesia Que todo el orbe con su luz jnunda. La vida es de Ja muerte eflorecencia, ¥ el paso a la existencia Es la simiente que el calor fecunda. El ser es la carrera al sufrimiento: Y¥ es el primer aliento De la existencia, el padecer profundo: Y nacer es morir, por que la vida ¥s la primera herida Que siente el alma al acercarse al mundo. — 36 — Oh amor! ;Sublime amor, tierno, inefy)j, ;A quién le fuera dable | Gozar sin padecer de tus fruicionest Tu naces de una noche de tormento, Y en tu postrer aliento Aun nos inspiras nuevas ilusiones. Mezcla del padecer y la alegria, Es tu voz la poesia Que alas alinas anima con su encanto. Tus besos son los besos de la aurora Que rie, y luego Ilora, Fecundando la tierra con su Ianto. Como 4 las flores que arrebata el viento Nos llevas con tu aliento De las tinieblas 4 la luz hermosa, Y, macerando el cuerpo palpitante, Tu aliento fecundante Hace al alina feliz, voluptuosa LOS NINOS Y EL JILGERO. (DEL FRANCES.) —jOh! hermoso pajarillo, Ya en nuestro empeno, Cortar hemos logrado Tu raudo vuelo; _ Turaudo vuelo Detuvo nuestra astucia,— Hoy eres nuestro. —Para surcar el mundo De polo 4 polo, Dios me puso en la tierra, Nifios hermosos; Nifios hermosos, La libertad volvedme, Volvedme pronto. —No llores, pajarillo, Tu lanto calma, Sofoca tus anhelos, Dobla tus alas; a Bo bla tus alas, na tendras Confites, que tr uutas, Migajas. uiero esos mabjares Ae os alucinan,— e tengo mas preciados % n Ja colina; Enlacolina Donde encuentro mil frutas Que me dan vida. _Te haremos un palacio Con hilos de oro, Do viviras contento Junto 4 nosotros; Junto 4 nosotros Que te amaremos tanto Como 4 un tesoro. —El nido mas hermoso, La mejor jaula. Jamas sera un palacio Para mi alma; Para mi alma Que solo anhela el aire De la montaia. ~Visiremos alegres - on tus plegarias, x elogiando tus himnos Siempre entusiastas; ~Cantaba y, oneayo en el bosque mM Crueles Nios, | ama et a ot lel ie ce Y 4la selva encantaban Mis dulces trinos; Mis dulces trinos Serdn solo lamentos Si soy cautivo.--.-------- —Pobre avecilla, vuela Vuela entusiasta, La libertad te damos Cierne tus Alas; Cierne tus alas Y torna 4 los jardines De tu montana. A MARIA. EN SU ALBUM. Todo es amor, es todo sentimient, Junto 4 la virgen de nevada ter, J unco 4 Ja virgen que en su dulee alicnty Brinda aromas al mirto y al clavel. Todo es amor! Todo & su lado canta, Y tudo late con vehemente afan, Y alli do posa su divina planta Nacen la rosa, el lirio, el azahar. Todo es amor! Sus ojos son 1a fuent D6 bebe el sol su refulgente luz, Y cuando brilla su pupila ardiente Canta en la rama la torcaZ azul. ;Ah! todo ante sus célicos boosie Goza y sonrie con intense amo ‘yin0s Y entre las ondas de sus neg AD. Se aprisiona sensible e] cora? —— 4 No sé qué encanto tiene su hermosura, No sé qué de sublime y celestial; En sus ojos retleja la ternura Y la bondad revélase en su faz. Por eso en ella nuestra mente inquieta Busca y encuentra tierna inspiracion; Ella es Ja fuente donde bebe el poeta Luz, sentimientos, ilusi6n, amor. 2Quién al mirarla no sintio la Nama, La Nama de un amor puro, ideal? iQuién al verla no siente que la ama Con la vehemencia de un intensovafant? Dichoso aquel que en su eternal ventur a Alcance una sonrisa de pasion; Dichoso aquel que beba en su ternura La esencia de su alma que es amor. Si fuera tan feliz. ... ;Perdén! ,Qué digot Quizé en mi anhelo Ja orendi,—perdén.- Ma4s ine queda una gloria: ser su amigo, Y esta es la gloria que decanto yo. = Be I viaje es un gy, cgemos. El via, ¢ dein, due la terrena realidad Aeortg I. sansado estoy del mundainay guisre aleanzar la dicha e] almaeth Por eso aqui, tan Iéjos de] Tuido, Busco la soledad que eg inj alegtig Aqui vivo feliz: mis compaiieras Son las aves que pueblan la Montag No hay mas bullicio aqui que Ja 4" 0 De la fuente que orea. mi Cabaiia, ha Aqui vivo feliz, nada me falta; Me convidan los Arboles sy Sombra; Las violetas me ofrecen SU perfume Y el verde eésped sirveme de alfombra, Si alguna vez me abruma la tristeza, Las golondrinas, con sas tiernog Cantos, Me devuelven Ja, paz que tanto adoro, me dé la montana sus encantos, I. Piad, pind, mis tiernas golondrinas, Dela tierra yo} cielo mensajeras; py ota soledad 8 vig iis hermanas, mi dolor verpetuas compaiieras. A ELVIRA. [LA DE LOS LENTES OPACOS.] Estoy impaciente, Elvira, y ya el deseo me inquieta de beber la luz radiante que en tus ojos centellea, Yo sé que tras las cortinas de los cristales que velan Jas dos nifas de tus ojos, hay fuego que abrasa y quema; mas ignoro si esa lumbre que hasta el corazén penctra, irradia de unas pupilas verdes, azules 6 negras. Son verdes? Ya me imagino de esmeralda rieas piedras, engastadas en el fondo de dos relucientes perlas, como el simbolo preeiado de quien amoroso espera. 4Son azules? ;Brilla en ellas el color de las violetas? iYa los comtemplo en mis suehos como emblema del Pocta, Juciendo tris las cortingg de unas pestanas de Seda! » jSon negros? ZEres acagy alguna huri del profeta que desde el cielo de Mahoma ha descendido 4 la tierrat Si, ya veo en el conjunto de tu escultural belleza, en ese rostro amasado con rosas, coral y perlas, sombreado por bucles de oro,— dos abismos, dos estrellas, Aparta de esos cristales, hermosa Elivira, la venda; que no por estar ocultos los astrus de brillar dejan, Muéstrame tu faz desnuda y sofoca la impaciencia. que por contemplar tus ojos siente el alma que te aprecia. Td sabes que & las pupilas ansiosa el alma se acerea; que alli amor y sentimiento claramente se reflejan. dulce eS Elvira, amorosa, "* angelical y tierna, seus ae a Opacos lentes 0 anhelo be €s prendas? dejar B}y 7 £808 solos; SiNO quiey es ices vea, an i Ansiedad in tmagine ue xf ld indisereta MO ‘ n 1030. + ostatua Sviega, fai, La, Vida, inocey © hag’ cia gis ( encia, Ue ores ue Sane i AWE eres Mala 6 anes bien mio, TRS... tuerta. PROMESAS. En el jardin las flores se agitaban Al beso amante de la blanda b isa, Y AJa luz temblorosa de los ast ros Ella su eterno amor-me promet fa ¥ al oirla, ferviente de ternura, La pregunté, temiendo por mi dicha: sPodra alguien; cuando pasen estas horas Hablarme de tu amor y tus sonrisas? Ella entdénces suspensa de mis labios. Ve, me dijo, esas flores que se agitan, Y¥ que son mis hermanas por lo amantes, Responderan de mi pasion purisima. Y despues, cuando asida de mi braze’ Vagaba por el bosque, ponsativa, Me preguntaba al fin: gQuién do tu afecto Me hablar cuando pasen estos dias? 2 Re Entonces v6, mirando 61 firmament, Mostrabale los astros que en el brillan, Diciéndole: Miéntras existan ellos Vivird la pasién que en mi palpita. Despues jay! ...muy despues. ..seccs los i Mustias las flores por doquier yacian...... Hoy en cambio, en el cielo, cudn brillantes Las estrellas purfsimas oscilan. PAGINAS INTIMAS. Tu has escrito en el libro de mi vida Las mas risuenas y brillantes paginas, Cual poemas de luz eseribe el cielo Sobre la tierra, cuando nace el alba. Como escribe en las ondas de la fuente Sus idilios de amor la luna pilida, Como escribe la noche en el espacio Con antorehas de fuego sus plegarias. Cada sonrisa de tus labios rojos Es para mi un poema de esperanzas, Y cual me alhaga el cadencioso ritmo De tus dulces, tus intituas palabras Yo Nevo en mi la historia de_esas horas Que en brazos del amor abandonada, Tus labios abrasados, delirantes, Mil amantes promesas me juraban. Tus caricias, tus besos perfumados Con el aroma que tu aliento emana. — 50 — Todo ocupa en el libro de mi vida Paginas tiernas que mi afecto guarda, Mas !oh dolor! no es solo la ventura Lo que escribe el amor dentro del alina, En medio de sus fibras mas sensibles También guarda mi ser huellas de lag Tus celos, tus desdenes, tus e nojos, Tu fria indiferencia y tu insconstancia, Heridas me han dejado que adormezco Con el rocio que el pesar me arranca. La vida del ay or tiene su hi: teria Oculta en lo mas fiitimo del alma, Por el buril del sentimiento impresa, Dictada por la dicha 6 la desgracia. Por eso cuando leo en mi pasado, Hoy que el calor de tu pasion me falta, Yo vuelvo a mis afectos carinosos Y siento que renace mi esperanza.

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