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administrada por un gobernador propi0 27 .

Si la acción se concentró en un principio en la defensa y ataque mutuo


en la frontera espacial establecida, ahora se hacía sobre el territorio incursionado
del Alto Chocó, lo que trajo como consecuencia constantes destrucciones de los
endebles pueblos, por las rebeliones de indígenas que eran empleados como mano
~ de obra en la explotación minera.
Esto obligó a trasladar a Toro al otro lado de la cordillera, en el Valle del
Cauca, con la consiguiente desaparición del pueblo de Toro en el Chocó.
Así se sucederán repetidas apariciones y desapariciones de pueblos o
reales de minas a orillas de ríos. Su duración dependía de la demora de los
Tamanaes o Wananas en destruirlas por alzamientos, como el ocurrido en 1640 que
obligó a un nuevo abandono de las minas del río Tamaná.
Con la incursión al Alto Chocó se estaba debilitando el "colchón" que
amortiguaba los impactos en la provincia de Citará, que ya estaba próxima y al
alcance de la mano de los invasores.

"Pacificación" religiosa

Dominicos, Franciscanos, Jesuítas, Agustinos Recoletos y Capuchinos,


fueron las órdenes religiosas que se alternaron y participaron en esta empresa de
f "pacificación" no sólo con ánimo espirituoso, sino que muchos de ellos entraron a
disputar la explotación aurífera .
Los Dominicos entraron por el sur en 1573 y sólo duraron el tiempo que
permaneció la fundación de Toro.
Los Agustinos Recoletos (1626 -1638) permanecieron en el Urabá.
Los Capuchinos se instalaron en 1648 en el Darién pero después
desaparecieron y sólo regresaron a finales del siglo XIX28 •
Los Jesuítas, en 1651 y por espacio de 32 años, hicieron un trabajo de
evangelización presuntamente con el panameño Pedro Cáceres, a quien se le
'atribuye equivocadamente la fundación de Quibdó*.
Después llegó Benito Carvajal a un poblado llamado San Francisco de
Citará que, según Manuel Salge, es el mismo que había fundado previamente el
franciscano Fray Matías Abad 29 •
Si bien los jesuitas antes de partir hacia el Amazonas habían realizado
una labor evangelizadora, ésta fue demasiado penosa y se retiraron en 1688. Dice
Jaime Arroyo, "En el espacio de 32 años de trabajo lograron éstos fundar algunos
pueblos, entre ellos el de Citará, que hoy llamamos Quibdó, en los cuales se con taba
hasta treinta mil indígenas cristianos con hábitos de orden y moralidad"30,
Los Franciscanos fueron realmente los que obtuvieron un relativo éxito ya que "no
\ sólo lograron la pacificación y evangelización de aborígenes, sino también la
formulación de doctrinas"" .

• El historiador Manuel Salge afirma que en 1654 el padre Pedro Cáceres no puedefimdar a Quíbdó porque nunca visitó In
provincia de Citará
8€

11IS". . 1

I.oo"nnl
Este proceso se inició en 1648 con Fray Matías Abad, quien erigió en ese
año una primera doctrina llamada San Francisco de Atrato, sin una localización
precisa, así como otros sitios de reducción de indígenas que se hicieron con los
nombres de San Francisco de Citará, San Francisco de Quibdó o San Francisco de
Quito. De todas maneras e independiente del sitio preciso se crearon poblados en
inmediaciones de Quibdó, Lloró y Neguá que marcan el ingreso a la provincia de
Citará de los españoles, aunque sin su consolidación definitiva.

"Pacificación" real
A pesar de la avanzada religiosa y los referentes que definió, aun para
esta época no se había podido someter al Chocó, por lo que se decidió en 1594 su
incorporación a la Gobernación de Popayán, con el fin de facilitar las operaciones
militares32 • A pesar de todo esto no fue suficiente y en 1666 por una cédula real se
decidió "confiar la tarea de reducción de los indígenas a las autoridades de las
gobernaciones vecinas de Popayán, Antioquia, Cartagena y Panamá"33
De esta manera entran a competir por este territorio las gobernaciones
de Popayán y Antioquia. La primera dispuso la entrada de inmediato de Juan
López García de quien no se reporta éxito y posteriormente, de un Vicario General
y varios sacerdotes, entre 1667 y 166gJ4.
Del Valle de Urrao partió en 1669 "el bachiller Guzmán" quien hizo un
recorrido por el río Arquía y siguió por las partes altas del Bebará, Bebaramá,
Neguá y Tutunendo, haciendo reducciones de indios y fundando pueblos como los
de San Juan de Niguá y Nauritá 3S en áreas próximas al actual Quibdó, obligando a
pagar a los indígenas tributos a la ciudad de Antioquia.
No s610 era la anexión territorial sino la tributación el problema que
enfrentó a las gobernaciones, con el agravante de que la misión franciscana también
disputaba su parte.
De nuevo la población indígena en 1684 se levantó y en la provincia de
Citará destruyeron los poblados existentes y "los trabajos en las minas se interrum­
pieron especialmente en el pueblo de Neguá"36.
Se emprende otra campaña de pacificación exclusivamente para la
provincia de Citará, ya que la provincia de Nóvita que estaba bajo influencia de
Popayán «gozó de relativa tranquilidad a partir de 1670,,37 Así, en 1688 el Gober­
nador de Popayán podía comprobar que los indios de Noanamá, que varias veces
en el curso de los siglos XVI y XVII habían hecho desistir del poblamiento del puerto
de Buenaventura, pagaban tributo y abastecían ias minas de maíz.
Antonio de Veroiz y Alfaro, Teniente de Gobernador, nombrado
Alcalde mayor de minas de la provincia de Citará y por orden del Gobernador de
Popayán Jerónimo Berrío, entra en 1687 "a pacificar la de Citará (muy vocinglera
por la ambición y envidia de los hombres y malicia del demonio) [...] para que yo
los acabase de poblar a los indios y hacer cultivar la tierra que en cinco años de
guerra no quedó señal de estancia, por lo cual ha habido fiera hambre siguiéndole
su compañera la enJermedad"·18.
Enel transcurso de 1688 se reediJica el pueblo de Lloró "que es el mejor
por haber nél ajusticiado el maestro de campo Don Juan de Caicedo más de treinta
indios de los más soberbios que al enfermo del accidente violento siempre le
liCUADO. I

I..MILI
Con ello se logró un auge minero que colocó al Chocó como el mayor
productor, centrándose en mayor medida en la provincia de Nóvita que ya en 1579
tenía 59 campamentos mineros en detrimento del Citará que solo 100 años des­
pUéS47 de alguna manera desarrollaba su explotación.
Las riquezas auríferas, que fueron la principal razón de la entrada al
Chocó, se mantendrán sin intensa explotación en la provincia de Citará, al menos
hasta inicios del siglo XIX.
En un estudio de William Sharp, citado por Germán Colmenares 4R, se
plantea un ciclo de auge minero entre 1725 y 1785, con una tasa de ganancia que sólo
es positiva hasta 1759 y una duplicación de la población esclava que pudo incidir
en la rentabilidad a partir de ese año.
Otro hecho significativo fue la bonanza platinífera que se experimentó
a finales del siglo xvrn en razón a la política española de convertir este mineral en
propiedad exclusiva del tesoro real. El mercadeo lo hacían ellos mismos por ser
poseedores de la patente de refinación que había encontrado Chabaneau,
generándose un monopolio real. La platina, que hasta ese momento era inútil por
la refinación se vuelve un metal preciado, por lo cual Carlos III ordena en 1787 más
explotación, autorizando al Virrey el aumento de los precios.
Al Chocó, que era el único productor, le generó una bonanza aumen­
tada por algunos cambios sugeridos por el visitador Vicente Yáñez para incentivar
la explotación latinífera, como la apertura de la navegación por el Atrato y el
financiamiento de la compra de esclavos a "condición de que una parte se pagará
en platinJ"49.
El beneficio indirecto fue posterior y para otras situaciones diferentes,
no para el platino que quedó en el olvido hasta su resurgimiento a principios del
siglo XX .

Reactivación del tráfico negrero


Se reactivó el tráfico legal e ilegal principalmente a través del puerto de
Cartagena, ya que "la mayoría de esclavos que llegaban allí - sobre todo en 1711 y
1712 - eran cond ucidos al Chocó, al nuevo emporio minero de la Nueva Granada "so.
La importancia económica adquirida por el Chocó, no sólo afectaba y dinamizaba
la economía cartagenera, sino que, recíprocamente, determinó desde entonces una
influencia sobre la vida social y económica de Quibdo.

Economía agraria esclavista


Otra de las incidencias fundamentales que persistió por casi dos siglos
fue la aparición del sistema de producción agrario de la hacienda vallecaucana, que
surgió como una economía agraria esclavista asociada a la economía minera del
Chocó.
Las campañas de "pacificación" beneficiaron a los que en ellas partici­
paron. Un buen número de mestizos, criollos y españoles recibieron títulos militares
por su campaña, y "los más poderosos de entre ellos se sucedieron como
lugartenientes del gobernador en la provincia de Nóvita"sl . Esto les permitió un
control político sobre las zonas mineras que les dio acceso a la mano de obra
mayor de comunicaciones que pasaba por los centros administrativos de mayor
jerarquía, los de más antigua fundación, entre los que estaba Popayán.
Esto generó que las relaciones espaciales se subordinaran a esta red de
estrechos corredores (Ver plano No. 10) que se había determinado en la Conquista.
Los centros urbanos de mayor jerarquía, no sólo lograron el control político
administrativo, sino que por los privilegios otorgados amarraron el control econó­
mico, obligando a la utilización de la red vial establecida entre ellas.
Esta es la razón por la cual la "pacificación" del Chocó fue ordenada
desde los centros de poder, aunque estos fueran lejanos: Cartagena, Panamá,
Antioquia y Popayán.
El logro obtenido por Popayán no sólo le reportó el beneficio económi­
co anteriormente señalado, sino que determinó lo que Jacques Aprile denomina"el
paso radical del modelo comarcal a la formación regional amplia ... cuando se logra
agregar a la economía local agropecuaria el uso de la minería de aluviones del
Chocó"52.
Esta forma de relación espacial "triangular" determinó la subordina­
ción de lffiO de los vértices, es decir, los Reales de Quibdó y Nóvita, de los otros dos:
el poder político-administrativo en Popayán y el productivo, de la hacienda en el
Valle del Cauca. Cada uno de los vértices depende de esta relación. Por tal motivo
se impide cualquier otra alternativa que la afecte.
La Corona mantiene cerrada la posibilidad económica del río Atrato
que alteraría ese"equilibrio" y decide mantenerlo con Popayán, el gran beneficia­
do, a pesar de las pésimas condiciones de comunicación.
Quibdó es la más pe~udicada por estar sobre el río Atrato. Mientras la
provincia de Nóvita es la más "beneficiada" por su mayor carcanía a Popayán y
Cali, así logra más rápidamente y en «mejores,) condiciones la integración espacial.
Quibdó permanecerá en el punto más alejado del triángulo. Aunque a
veces asume la condición de capital de la gobernación de la provincia del Chocó,
la realidad es que las aristocráticas familias payanejas manejaban el poder desde
Popayán con Nóvita como satélite.

EL POBLAMIENTO
YLASCARACTEruSTICAS
URBANO - ARQUITECTONICAS
En el área de influencia de Quibdo, del hábitat rural disperso inicial se
pasó a las reducciones de indios, con unos asentamientos sin mayor ordenamiento,
en donde lo importante era la iglesia para el adoctrinamiento.
Así se trasluce en lo ordenado por el bachiller Guzmán:

Se ha de hacer un pueblo con iglesia para

que toda la gente que reside en las vegns de

este río de Atrato, desde la boca del río

Andragadó para arriba, y los indios que

residen en este de Samugradó acudan a

este pueblo y hagan casas y vivan con

dante general y algunas compañías suel­


tas o de forasteros que se empiezan a

formar, a cuyo fin se está construyendo

cuartel en la plaza de Quibd¡)59.

La existencia de la plaza le permitió a Quibdó un ordenamiento básico


que no tuvo un pueblo como Nóvita a pesar de la mayor importancia que tenía en
ese entonces, del cual se dijo "que está construida de madera, sin orden ni
simetría"60.
En cuanto a la iglesia, hecho que ya se destacó con anterioridad, fue un
elemento simbólico que jugó un papel fundamental en el sometimiento de la
población nativa, por lo cual aparece referenciada constantemente. Su construcción
y mejora es preocupación permanente, y en las desgracias su reedificación es una
acción inmediata aun con materiales perecederos:

Se sabe que hubo parroquia e iglesia de

indios, que la primera fue arruinada por

un temblor cuya época se ignora, quedan­


do solo desde entonces la de indios que

sirve al público. Estas iglesias fueron ad­


ministradas por los religiososfranci scanos

en calidad de misioneros hasta que se

crearon curatos 61.

Es importante resaltar una sutil diferencia en lo consignado y referido


a los últimos años del siglo XVI y a principios del siglo XVII, que se compagina con
la estructura espacial, y es el hecho de la existencia de la parroquia para los
españoles e iglesia de indios para los indígenas, así en algún momento tengan que
beneficia rse los primeros de esta última.
Para 1770 el sacerdote de uibd ",tendía una feligresía dispersa en las
minas de todo el distrito, desde los limites con el curato de Lloró hasta el río Negua,
siendo también un centro de feligresía. El religioso requería tres días para recorrer su
área, por lo cual y de conformidad con una céd ula r al se le a ignaron do coadjutores
uno para Neguá y otro para Cabí y parte anexa del Atrato. Con esta de tcnninación
el sacerdote quedó residenciado en el pueblo a tendiendo desde una iglesia parroquial
con arquitectura muy simple: "Esta es de paja en cuanto permitió, la norma de su
fábrica es despejada y con airosa proporción respecto a su vecindario"ó2 .
Ya en el año de 1777 la iglesja es unificada como hecho físico y como
símbolo para todos los pobladores, a diferencia de lo que venía ocurriendo, hecho
que también destaca las mejoras materiales y formales de la misma :

La iglesia telldrá 50 varas de longitud y 16

de latitlld, Sil altar es correspondiente a su

extellsión :la torre nace I?n el fronti s de la

portada:está colocado el santísimo ~ acra­

mento del altar, y es la única iglesia deesta

provincia que goza de tal felicidadóJ

casa de oración,Jormando un cementerio

con los fragmentos que resultara1l de la

obra. En paraje seco, y apartado del pueblo

ala parte opuesta de los vientos que llegan

en este siti0 69 •

Esta obra arquitectónica es el ejemplo más claro de los esfuerzos de la


iglesia por señalar con su presencia el sometimiento de la población. Con ella
culminó el tortuoso camino recorrido por consolidarse y materializarse en un
verdadero ejemplo de arquitectura.

ARQUITECTURA

La arquitectura no podía seguir un camino diferente a lo que le


demarcaba la situación económica, lo cual también se reflejó en lo urbano. Para
mediados del siglo XVIII no se le brindaba ningún tipo de atención a la ciudad, de
ahí su precariedad arquitectónica, tanto en lo ternológico como en lo formal, ya que
en ambos casos era una adopción con algunas variaciones de arquitectura nativa.
En un testimonio transcrito por el jesuita Giandomenico Coleti escrito
entre 1757 y 1767, por lo demás la primera descripción conocida, se percibe la
elementalidad:

...está construida de madera y de cañas

silvestres llamadas "guaduas". Los techos

están cubiertos de hojas de plátano y de

una planta llamada chambira...los señores

no suelen permanecer allí, no obstan te que

poseen sus casas, pues la mayor parte del

año viven en las minas de or070.

La permanencia en los entables mineros, en donde se concentraban los


intereses, obviamente se reflejaba en el desinterés por adelantar mejoras materiales,
pues con excepción de la iglesia el resto de la arquitectura se reducía a viviendas
para la residencia transitoria . No existían edificaciones representativas para ese
entonces y dentro de las viviendas sólo la casa real, del Teniente de Gobernador, al
frente de la plaza, revestía alguna importancia:

...en cuanto permite la construcción acre­


dita preferencia y superioridad a todas las

del pueblo, que inclusive la del cura, son

cuarenta y ocho, sin mencionar las seis de

familias de indios que se han introducido

entre el común; dichas casas, atento a su

fábrica , son muy buenas por espaciosas,

firmeza y duración y también por la norma

en que se sitúan, con distancia proporcio­


nada una de otra, para evitar las

Una minoría blanca, que representaba e12.1 %. Le seguían los "libres"


con un 21 %; eran esclavos un 30% y la población indígena era la mayoritaria a nivel
urbano con un 46%*. La población indígena, a pesar de la bárbara persecución y su
fuga a las cabeceras, seguía siendo la dominante. Pero paulatinamente continúa el
declive, iniciado desde la época de las reducciones. En Quibdó se exterminó gran
parte de ellos:

"Entonces habían 1300 indios de armas y

más de 100 capitanes, de los cuales no han

quedado mas de 300 tributarios y solo un

capitán reducido "76.

Su importancia para la economía explica que sigan teniendo tal


presencia urbana para fines del siglo XVIII e incluso hasta mediados del siglo
XIX.
El caso de la población negra es inversamente proporcional a la
población indígena. La no utilización de los indígenas como mano de obra en la
explotación minera, obligó a la introducción de la mano de obra negra esclava,
convirtiéndose el Chocó en el máximo receptor de toda la Nueva Granada. Nóvita
la tuvo en la explotación minera desde el siglo XVI; Robert West señala que para
1579 existían 59 campamentos mineros individuales con un total de 2685 esclavos
negros 77 . En el caso de la provincia de Citará es más tarde. En la " pacificación" de
1688, Antonio de Veroiz y Alfaro apunta :

En el pueblo de Neguá hubo muchas mi­


nas y esclavos que las labraban , pero

despl/ és del alzamiento, en que murieron

muchos, salieron los más de los que e-ca­


paroll con vida por el socorro. Al presente

no hay más de 18 /legras esclavos de minas

del gobernador Juan Buello de Valdés y 12

dcllicellciado Miguel Benítez de la Serna,

y4 de Fllbil1l1 Ralllírez 7S .

Al sitio específico de Quibdó no sabemos el momento exacto de la


llegada, pero señalemos que para 1729 sólo existían en Quibdó (Citará) 150 esclavos
(por los 3000 que presentaba NóvitaY9, iniciando un ascenso paulatino, hasta llegar
a los 1214 que se contabilizaron en el padrón de Juan ]iménez Donoso.
La población negra esclava que en 1724 era de 1000, pasa en 1778 a 5276
yen 1782 alcanza el máximo número con 7088, para iniciar un declive hacia 1804
con 1968 hombres!!U
A pesar de esto la población esclava negra no era el grupo ma yoritario,
por el contrario, la población negra libre fue alcanzando un número significativo
hasta ser mayor que los esclavos y los demás grupos sociales. Se tienen referencias
de negros cimarrones desde el siglo XVI, que h u yendo de las minas antioqueñas del
Bajo Callca se internan al Chocó por el Bebará y Bebaramá, (lejano origen de los
llamados paisas negros) .
. Tomad(J t n/110 film/e d atJ sa ql lt) rl pa ret~ en la historia dOC/ //1/1 '11 1n! dr¡ Chocó de Ül riq u(' Ortega R. p. 21 2 fl 214.
Merece primer lugar en este trabajo la

laborde las minas, particularmente deoro,

por ser estas las qrte sostienen y nrttrell el

cuerpo político del virreinato de Santa

Fe... Por esta fundamental razón convie­


ne... se le faciliten los medios que sean

posibles para hacerle menos moles to tan

importante trabajo. En las provincias del

Chocó, tan célebres por sus minas, se pade­


ce una lamentable escasez de víveres y de

todo lo necesario para laborar, comprando

los mineros a subidos precios el alimento,

fierro , acero, esclavos y demás; y para

reparar de algún modo su indigencia, se­


guido expediente judicial, concede que cada

año pudieren navegar de Guayaquil dos

barcos para su provisión 85

Reconoce que la medida fracasó, achacándola a la avariCia de los


comerciantes que obtuvieron la licencia del gobernador, pero no por lo enrevesada
y absurda de la misma, con lo cual los contrabandistas hacían el gran negocio a lo
largo del golfo de Urabá y el río Atrato.
Este comercio ilegal era el más importante desde el siglo XVII, que se
realizaba aprovechando la vía natural del río Atrato, negada por la corona y las
autoridades al comerciu del Caribe y Cartagena para privilegiar a la "realeza
pacificadora" de Popayán.
Así, se estableció lUl próspero comercio ilegal con base en el golfo de
Urabá, negocio que incluye la trata de esclavos por parte de holandeses, ingleses,
franceses y españoles.
De todas maneras, a finales del siglo XVIII y principios del XIX el
comercio de Quibdó era más abierto: de Antioquia se traían víveres; de Quito,
Guayaquil y Lima comestibles, ropa de Castilla, lencería , bayetas y otros géneros;
de Panamá, por la vía de Cupica, también se traían productos ro,; inclusive desde
Santafé de Bogotá se traían harinas "adobando los costa les en salmuera yempacada
la harina florecida con terrones de sal, según el método antiguo " ~7, con lo cual
disminuyó la dependencia económica de Quibdó fr('nte a Popayá n.
No por abierto, era más económico. Seguía siendo gravoso por la falta
de producción interna: "El comercio interior que se hace en estas provincias es muy
corto, con el ningún aprecio que se hace los producciones o frutos y así solamente
en oro, única materia comerciable que hay"as, escribe Juan Jiménez Donoso en 1780.
Esta situación de proveerse del comercio exterior y solamente dar
importancia a la explotación minera conduce a que en 1810 desaparecieran los
últimos reductos agrícolas, como lo eran los cañadulzales de muchas regiones
cercanas a Quibd6:

Como los de Nauritá e [chó, hasta el punto

de comprarse fl/1 trow de miel por el cas­


tellano deoro, estimftlándose la fabricación

Todos estos caminos seguían existiendo para el siglo XIX, aunque se


presentaban algunas variaciones en los recorridos, con respecto al siglo XVIII. A
pesarde la precariedad eran transitados por cargueros, como lo muestra la acuarela
de Manuel María Paz, dibujada durante la expedición de 1843 de la Comisión
Corográfica, en un paso por las montañas de Tamaná (Ver foto No. 1). Las otras vías
importantes eran los ya mencionados ríos Atrato y San Juan.

Como se ha escrito reiteradamente, el río Atrato fue cerrado a la


navegación y al comercio desde 1698, preservando los intereses de Popayán, pero
se utilizaba por comerciantes ilegales y piratas de diferentes nacionalidades, que
entraban a saquear no solo las costas:

El año de mil setecientos tres, las armadas

inglesas con pocos efectos de su poder

costeaban sin oposición hasta en la Amé­


rica, y sin tener suceso feliz, doscientos

ingleses esperando mejorfortuna , entran

por el golfo del Darién , y poniendo pie en

tierra pasaron a Antioquia, con ánimo de

saquearla 94 .

Muchos hechos de esta índole se presentaron. Juan Jiménez Donoso


narra la existencia de dos cañones"de a tres", que pertenecieron a navíos ingleses
que intentaron subir a Quibdó a saquearla, pero se fueron a pique sin lograr su
cometido.
Por eso el 20 de enero de 1730, por mandato real, nuevamente se
prohibió su utilización "con no menor pena que la pérdida de la vida".
Muy a pesar de las órdenes de la Corona se siguió utilizando por los
contrabandista y piratas a causa de la poca presencia española. La prohibición se
reiteró en 1774, por otra Real Cédula deiS de junio, en razón al suceso de María
Antonio de Borja quien fue apresada con sus tres hijos en "la vigía" del Atrato por
los indios cuna-cuna, y vendidos como esclavos a una balandra holandesa y por
estos a un judío esclavista de Curaza09S
El capitán Juan Jiménez en un informe muestra las bondades que
traería la apertura a la navegación del río Atrato:

Beneficiaría la minería del Chocó, el co­


mercio de Quibdó y a los gobiernos de

Popayán, San Miguel de lbarra, Cuenea y

Quito; para la población; pamla defensa

del territorio cJlOcoano. Incluso señala

bondades para el mismo Reil10 al utilizar

la vía del Atrato para transportar la co­


rrespondencia desde Lima hasta Cartagena

en treill/a días a través de Cupica. Sería

fuerte desgracia perder en el día esta bue­


na ocasión para facilitar el mayor bien a

es/as provillcías y aún a España 96

La economía colombiana

y el Chocó

en el siglo XIX

Terminados los sucesos de la Guerra de Independencia, en la cual el


Chocó jugó un papel activo, el país inició una lenta transformación de . us
estructuras político-administrativas y económicas que lo alejarán de su herencia
colonial. Las condiciones objetivas internas como externas de que habla José
Antonio Ocampo"! en la economía mundial, que a principios del siglo XIX hacía una
transformación del capitalismo comercial al capita lismo industrial, obligarán a b
burguesía colombiana a acoger un d esarrollo basado en la exporta .ón como única
manera de integrar a Colombia al sistema de intercambio mundial.
Con ello se intentó modifiGlr las fo rmas económicas coloniales del
período español que había dejado unas economía · regionales relativament autó­
nomas, autárquicas, es decir, con unos mercados muy locales, con poca relación
entre sí (sin posibilidad de un intercambio il1traregional), y con lill dispar y mínimo
contacto con la economía mundial.
Este proceso de transición hacia el trabajo asalariad o y las redes
comerciales extensas tuvo su momento de mayor auge en los inicios del ~ig lo XX
(lus tres primeras décadas), pero sus rudim0ntos tuvieron origen en la segunda
mitad del siglo XIX.
El modelo de desarrollo se fundamentaba en la exportación d produc­
tos para los cuales no hab ía eJ1 su momento una alternativa de oferta estable en el
mercado mundial, los productos primarios forestales, antes de que Se iniciara su
cultivo. Apelando para tal fin a condiciones de producción o exploración elemen­
tales e improvisadas, esta forma de comportamiento empresarial que se denomina
"producción-especulación" tuvo su apogeo en Colombia durante la bonanza
exportadora de 1850 a 1882.
Pero estos productos dependían de los precios de los mercados mun­
diales, por lo cual sufrían de muchas variaciones, genera n do cido con sus
respectivas bonanzas y crisis y, después, la desaparición de los product s d el
mercado, haciendo también muy il1estable la economía.
A pesar de toda esta situación, señalaron cambios de dirección en la
economía colombiana. Aquí se indican los aspectos más relevantes, al menos los
que tuvieron una incidencia específica en el Chocó, concentrando en Quibdó los
mayores cambios.

Disolución de la economía
de hacienda en el Valle del Cauca
Una de las regiones más afectadas por las Siht<lciones políticas y lo:·
cambios experimentados a lo largo del siglo XIX fue la regió n del gran Ca uca, que
había sustentado su p oder en el triángulo económico ya descrito, en donde
Popayán con su "hinterland" del Valle, y los esclavos mil1er s en el Chocó,
mantuvo la hegemonía política.
Con la crisis de la minería chocoana de finales del siglo XVIII, el alto
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