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“Interpelar la menstruación, es interpelar la cultura”

Nota de Gisela Gentile a Andrea Caminotti para el Diario Conclusión.

La psicóloga, doula y terapeuta menstrual, mantuvo una profunda charla con


Conclusión en donde los saberes ancestrales tomaron un rol protagónico. Resulta
indispensable deconstruir la información llena de prejuicios y tabúes que ha llegado a las
mujeres desde niñas.
La palabra “indisposición” es quizás una de las más utilizadas para hacer referencia al
momento del ciclo hormonal en donde las mujeres menstrúan. ¿Analizamos alguna vez por
qué se ha ligado esta palabra, tan vinculada a la enfermedad, para hablar de esto? ¿Las
mujeres tenemos que transitarla como si nada pasara? ¿Por qué la cultura patriarcal nos ha
puesto en este lugar tan minúsculo y poco poderoso? Las respuestas sin dudas están
estrechamente relacionadas al sistema capitalista y la desconexión con nuestro ser, que el
mismo pretende. Para saber cómo abordar este tema tan profundo y trascendental,
Conclusión dialogó con la psicóloga, doula y terapeuta menstrual Andrea Caminotti.
La charla comenzó remontándonos al nacimiento, “durante el acompañamiento en el
embarazo y el parto, un concepto que surge es el de <matriz>, pensándolo como la matriz
uterina, podemos referenciarla como una cuestión de origen que moldea un montón de cosas y a
la vez también es moldeada”. Según la matriz que tenga cada mujer, se darán diferentes
conexiones con nuestro cuerpo, y en este sentido podremos aportar diferentes
transformaciones. “Siempre les digo a la mujeres que van a parir, que lo haremos desde nuestra
matriz, pensada en términos integrales y por sobre todas las cosas lo haremos con la matriz
psíquica, que sería como un banco de información. Dicha matriz uterina biológica, es la que
responde a la psíquica ya que según la información que tengamos en ella responderá de tal o
cual manera. De este modo ese banco de datos es el que hace que la misma responda o no, se
abra o no, tengamos un orgasmo o no, o que vivamos una menstruación dolorosa o no”.
Para reflexionar en torno a las menstruaciones, Andrea Caminotti marcó un
interesante punto de inicio. “Ante todo tenemos que marcar lo cultural y es inevitable pensarlo
desde lo matrístico hacia lo patriarcal, en donde durante todos esos años se ha ido moldeando lo
que significa ser mujer y ese ser mujer está adecuado a un determinado modelo. En el mismo
aparece un ideal de mujer no menstruante y desconectada”. La segmentación de la información
sobre nuestro cuerpo, y sobre aquello que nos habita, ha hecho que parte de la misma nos
llegue de manera descolocada y sin sentido, “lo importante es poder ver la totalidad de nuestra
matriz, entonces de esa manera podremos parir con dolor y placer, pensar en la contracción del
parto y la expansión, la dilatación y el descenso, reflexionando sobre el otro lado, sin que uno
anule al otro. Con respecto a la menstruación sería del mismo modo, logrando así pensar que la
menstruación puede ser dolorosa pero también placentera, incómoda pero también liberadora.
En algunos casos, quizás nos impida algunas cosas y nos sintamos indispuestas para
determinadas acciones, pero a la vez también estar dispuestas para otras. De este modo
podremos ir viendo esta otra parte de la realidad, para no quedarnos solamente con una”,
añadió.
Les trabajadores de la salud tienen un rol fundamental en el aporte de la información,
“debemos interpelarnos acerca de qué información recibimos de esta matriz psíquica, las
mayorías de las consultas provienen fundamentalmente de datos recibidos ligados al machismo,
el patriarcado y capitalismo, que son obturantes del ser. De esta manera se crea una subjetividad
absolutamente patológica y adoctrinada que genera síntomas emocionales, psíquicos, mentales
o biológicos. En este último punto podemos remarcar mujeres con menstruaciones dolorosas y
nacimientos con cesáreas. El mayor acto de evolución o re- evolución, tiene que ver con
interpelarnos los conceptos adquiridos que posee nuestra matriz y así transformarla”.
“Es necesario desprogramar nuestra matriz para poder instalar nuevos programas más
acordes a nuestra parte consciente, porque allí aparece un juego entre esta parte y el
inconsciente. En este último, se encuentran aquellas informaciones que vienen siendo
transmitidas de generación en generación”, sostuvo Caminotti. Resulta fundamental el
acompañamiento a las niñas en su menarquía (primera menstruación), “un gran paso es poder
interpelarse como mujer y también acercarnos a nuestra niña interior. Hay que tener presente
que somos nosotras quienes acompañamos esas infancias y adolescencias, en donde tendremos
que ir sanando algunas cuestiones a la par de nuestras hijas e hijos y de esa manera
resignificarla”. Las mujeres madres tenemos la compleja y desafiante misión de deconstruir la
idea que tenemos de nuestro propio ciclo menstrual, “las personas que están cercanas a
nosotras deben poder apreciar cómo vivimos nuestras menstruaciones, ya que la transmisión no
es sólo del razonamiento, sino desde la vivencia”.
Poner en palabras aquellos que nos ocurre es un gran paso, “exteriorizar qué nos está
sucediendo en ese momento, logrando así que la menstruación vuelva a ser una parte valiosa de
nuestra cultura, como lo fue siglos atrás”. En la actualidad y tras siglos de opresión patriarcal,
nos han enseñado a callar, guardar y tapar, pero en otra época el rol de la mujer ya sea
menstruando, gestando, pariendo o lactando era otra. “La mujer menstruante era muy valiosa
para la tribu, la llamaban para que dance en los sembradíos, se le consultaba si podía donar su
sangre para curar heridas o ungüentos y también se les pedía consejos”, resaltó.
Es imposible no interpelar el capitalismo como actuante directo en el rol de las
mujeres, “el sistema nos quiere como objetos de consumo, en donde se borra la ciclicidad,
mostrándonos lineales, siempre en buenas condiciones, desconectadas de nuestro interior para
conectarnos con un exterior que nos brinda productos para que ni se note que menstruamos. A
esto se le suma el abanico de productos a consumir para que nosotras tampoco lo sintamos, y así
poder seguir trabajando, tomando pastillas, adquiriendo tampones, toallitas y demás
productos”.
Las vivencias que retransmitimos resuenan en nosotras, situaciones vividas en la
escuela o la secundaria, en donde la premisa fundamental era poder ocultar, estar atentas al
cambio de toallitas para evitar el tan temido derrame. “Muchas veces en este interpelar la
cultura, nos encontramos con nuestra niña herida en la escuela, donde aparecen palabras como
vergüenza o asco. La desinformación ligada a que muchas mujeres se encontraban con la
menarquía sin saber qué era, o en otros casos encontrarnos con un embarazo sin saber qué era.
Por ello es fundamental encontrarnos nosotras, para luego poder acompañar a una niña que
puede ser nuestra hija, sobrina o alumna”.
La necesaria implementación de la ESI (Educación Sexual Integral) Si bien la misma
debería aplicarse en todas las escuelas y colegios del territorio del país, la ESI se desarrolla
tímidamente y en la mayoría de los casos sin las herramientas necesarias para su
implementación. “Es muy importante la ESI, ya que constituye nuevos hombres y mujeres,
porque las menstruaciones no son solo femeninas ya que los hombre serán los que acompañen a
esas mujeres en su ciclo”. Los tabúes, la poca información y la cultura patriarcal, han calado
hondo en la vida de las niñas, jóvenes y adultas. “En una oportunidad frente al curso, les
pregunté a mis alumnes que sabían de la menstruación, fue allí en donde percibí que las mujeres
hacían caras de asco tremendas y miraban para otro lado, mientras que los hombres podían
decir mucho más sobre nosotras que las propias mujeres”, enfatizó la profesional.
Cíclicas. Es común que la palabra lunática se asocie a las mujeres y sus cambios de
humor que suelen percibirse cuando menstruamos, qué interesante sería resignificar esta
poderosa palabra llena de contenido cósmico. “Es importante volver a darle un valor cultural a
esto, teniendo en cuenta que nosotras somos cíclicas lunares y los hombres son cíclicos solares. El
ciclo hormonal femenino es mensual, mientras que el de los hombres es diario. Los varones
tienen dos picos de testosterona entre las 8-9 hs y las 15-16 hs aproximadamente, en donde están
más activos, agresivos y con mayores deseos sexuales”, agregó. El patriarcado ha oprimido
fundamentalmente a las mujeres, pero también ha manipulado sentires e información de los
hombres. “Existe mucho prejuicio y desinformación sobre nuestra ciclicidad, pero pese a ello está
más visibilizado que el del hombre, como también ocurre con las heridas sexuales de ellos. En
esto último hago referencia a sus iniciaciones obligadas y abusivas en manada, las exigencias
tales como tamaño, duración, número de mujeres, formas de conquistas. De todas ellas no se
habla”.
El amor propio y el conocimiento son palabras claves, “el conocer nuestro cuerpo y
observarlo libremente es un gran paso. Hay muchas mujeres que hoy queremos acompañar
sexualidades e infancias que no vivimos, en donde acompañamos a otras a la vez que sanamos
nuestra niña, por ello el sostén es muy importante y la tribu toma un rol fundamental”. Dejar de
vivir los ciclos menstruales con una lógica capitalista, en donde el ocultar y seguir como si
nada nos estuviera ocurriendo es la premisa fundamental. “Interpelar la menstruación es
interpelar la cultura, esta sangre sana, la células madres son un gran aporte. Actualmente se
están realizando muchos investigaciones sobre los beneficio de la misma para infinidades de
medicinas, como así también las del cordón umbilical y la placenta”.
Lo cósmico cobra un rol preponderante y se convierte en parte de ese todo, dejando de
lado segmentación a la cual estamos acostumbrados. “Este ciclo nos recuerda que somos parte
de la naturaleza y de un todo, en donde la luna en todas su fases es perfecta y nos recuerda la
ciclicidad”.
La necesidad de contar con las carpas rojas. Históricamente existían lugares
exclusivamente para mujeres en donde circulaba información, vivencias, experiencias y
empíreas. “Sería fundamental volver a estas carpas en donde estábamos desde el inicio, ya que
nacíamos allí porque nuestras madres allí parían y permanecíamos durante todas las etapas de
nuestra vida. Un lugar sagrado donde circulaba información permanente sobre menstruación,
anticoncepción, dolores y demás. En donde se acompañaba constante y naturalmente los
diferentes procesos, compartiendo democráticamente los saberes”. “De esta manera y con
información se dejaría de segmentar, reconociéndonos en ese ciclo menstrual e identificando
cuándo vibramos más con la vieja, la niña, la madre o la mujer sexual”. La naturaleza está
presente en nosotras, solo hay que poder captarla. “Es esencial siempre conectar y volver a la
soberanía de nuestro cuerpo emocional mental y energético, desde la información democrática
que vamos adquiriendo”, concluyó.
ANDREA CAMINOTTI

Psicóloga y Profesora en Psicología, certificada en UNR.


Doula y formadora de doulas.
Co-Creadora de “Pasionarias, red de doulas”.
Educadora perinatal en Talleres de Preparto y Crianza.
Educadora en Medicina de Placenta.
Acompañante en procesos de nacimiento en institución y en domicilio.
Miembros del Observatorio de Violencia Obstétrica Regional Rosario (OVO)
Coordinadora de Abordaje Corporal Emotivo, certificada por Raquel Schallman.
Ciclos de Anatomía para el Parto en Movimiento, certificada por Núria Vives Parés.
Docente del Método Embarazo y nacimiento eutónico, certificada por Frida Kaplan.
Terapeuta Menstrual con especialidad en Ciclicidad Integral, certificada por Zulma
Moreyra.
Creadora de “Matriz Lunar-Carpa Roja”.
Asesora pedagógica y facilitadora de charlas, talleres y capacitaciones en ESI.
Coordinadora Pedagógica en “Centro Educativo Terapéutico Inti Raymi”.
Maestra Reiki, certificada por Silvina Arrieta.
Formadora de Reikistas, desde método vivencial “Psicobioreiki”
Terapeuta en biodecodificación, certificada por Daniel Gambartte.
Terapueta en Biodecodificación, certificada por Elisa Botti.
Terapeuta en Técnica Metamórfica, certificada por Fernando Cavestany.
Terapeuta floral, certificada por Carolina Campra y Julia Bertone.
Terapeuta en cristales, certificada por León Meotto.
Terapeuta EMDR, certificada por Raquel Ferrazzano Solvey.

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