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Primera temporada

La primera temporada de Roma está basada acontecimientos históricos en la antigua Roma entre
los años 52 y 44 adC. Inicia con la victoria de Julio César en la batalla de Alesia y acaba con su
asesinato.

Episodio 1: El águila robada

En el año 52 aC, después de ocho años de guerra, Julio César ha puesto fin a la sangrienta
conquista de la Galia. Justo cuando está preparando la celebración de su victoria y la vuelta a
Roma con su ejército, recibe la noticia de que su hija Julia ha muerto al dar a luz. Desconsolado,
intenta ayudar a Pompeyo El Grande, su hijo político, para que encuentre una nueva esposa.

En Roma, Atia, la calculadora sobrina de César, y Servilia, ex amante de César y madre de Bruto,
esperan ansiosas su vuelta, mientras la clase dominante teme que este regreso suponga una
amenaza para la clase dirigente, los patricios.

Cuatrocientos años después de la fundación de la República, Roma es la ciudad más rica del
mundo, una metrópoli con un millón de habitantes a punto de convertirse en un Imperio. La
República, fundada a partir de los principios del poder compartido, se tambalea por culpa de la
corrupción y el exceso. La clase dominante se ha vuelto muy poderosa y hay un gran abismo que
separa a las clases sociales.

El poder se concentra en el Senado, y en los dos cónsules: Pompeyo el Grande y Julio César.
Pompeyo, tiene el apoyo de Catón, Cicerón, Escipión y otros senadores que intentan convencerle
de que renuncie a Julio César, por miedo a que en su vuelta triunfal, su popularidad entre las
masas populares, le aúpe al poder en solitario. Éste se debate entre su deseo de mantener el
poder o su larga amistad con César, el padre de su recientemente fallecida esposa.

Atia decide entonces encargarse de aliviar el dolor de Pompeyo ofreciéndole a su hija, Octavia
como esposa, a pesar de que la joven está profundamente enamorada de su actual marido, un
plebeyo. Con la intención de jugar en ambos bandos, Atia también le envía a César un regalo a
través de su hijo de once años, Octavio, que tendrá que realizar un peligroso viaje para llevarle a
César un majestuoso caballo blanco. Sin embargo, Octavio es capturado en una emboscada por
unos galos.

Mientras, el águila dorada, símbolo del poder del ejército, ha sido robada. Marco Antonio,
comandante del ejército y primo de César, envía a dos soldados (Lucio Voreno y Tito Pullo) a
buscarla. A pesar de sus diferencias (Lucio Voreno es un honorable y pragmático centurión y Tito
Pullo es un arrogante y rebelde legionario) ambos forman un buen equipo y no sólo recuperarán el
estandarte, sino que conseguirán la cabeza del ladrón que resulta ser un esclavo de Pompeyo.
Además liberan al joven Octavio, con lo que se inicia la relación entre los dos soldados y la familia
Julia. La guerra ha comenzado...

Episodio 2: Cómo Tito Pullo derribó la República

Tras nombrar a Marco Antonio Tribuno de la Plebe, Julio César lo manda a Roma para que llegue a
un acuerdo con el Senado. Le acompañan el joven Octavio y sus liberadores, Lucio Voreno y Tito
Pullo. Marco Antonio es aclamado cuando entra en la ciudad.

Voreno y Pullo han llegado por fin a Roma, tras 8 años de guerra, pero ambos se encuentran con
problemas. Voreno, encuentra a su mujer, Niobe, con un bebé en sus brazos. Voreno monta en
cólera. Niobe, sorprendida ya que creía a su marido muerto, se defiende argumentando que el
bebé es de su hija mayor (aunque en realidad es de Niobe y su amante, el marido de Lyde, la
hermana de Niobe). Para sus hijas, Voreno es un desconocido.

En cuanto a Pullo, se dedica a divertirse, va un burdel, luego a una taberna, bebe y juega a los
dados. Sin embargo la partida acaba en una trifulca en la que muere su oponente y Pullo mismo es
herido. A duras penas consigue llegar a casa de Voreno, que contrata a un médico que le cura
practicándole una trepanación.

Mientras tanto, Pompeyo y Marco Antonio están negociando, bajo las presiones del Senado, las
condiciones del retorno de Julio César a Roma. Pompeyo quiere que el Senado apruebe el
desarme de la XIII Legión, conducida por Cesar, y su regreso a Roma como un ciudadano más, pero
le interesa que Marco Antonio, en sus atribuciones como tribuno, bloquee la propuesta. De este
modo, Cesar sabrá que el Senado no le apoya (porque ha votado en su contra), pero no recibirá
una orden tajante de desarme, que no iba a obedecer y que iba a convertir en una excusa para
rebelarse (cosa que Pompeyo no quiere). Sin embargo, después de aprobar el desarme de Cesar,
estalla una pelea entre senadores y el veto de Marco Antonio no se oye, por lo que no se acepta.
Sin embargo, como tampoco se oyó la orden de cierre de sesión, Marco Antonio aún puede
interponer el veto. Para ello sólo tiene que presentarse ante el Senado de nuevo.

Sin embargo, cuando Marco Antonio llega al Senado escoltado por los soldados de César, entre los
que está Pullo, se inicia una refriega al ser visto y atacado este por uno de sus enemigos de la
taberna. Cesar interpreta esto como un ataque de Pompeyo a su protegido (que, además, era
tribuno de la plebe y, por tanto, su persona era inviolable) y lo usa como excusa para invadir
Roma.

Episodio 3: Una lechuza en un arbusto espinoso


Julio César ya solamente está a treinta millas de Roma. Entonces envía a Lucio Voreno, Tito Pullo y
otros soldados en una misión de reconocimiento, con órdenes estrictas de no iniciar hostilidades si
se encuentran con tropas de Pompeyo. Además le entrega un pregón a Voreno para que lo
pronuncie ante los ciudadanos de Roma.

Cada vez más cerca de la ciudad, Voreno, Pullo y su caballería se encuentran con una tropa de
nuevos reclutas de Pompeyo, que bloquean el paso a Roma. Pullo no hace caso a las órdenes de
Voreno y se adelanta con su espada en alto, cundiendo el pánico entre los jóvenes soldados.
Pompeyo se sorprende al saber que los hombres de César han avanzado con tanta rapidez.
Convencido de que César atacará Roma directamente, decide que no tiene los hombres necesarios
para defender Roma, y decide realizar una retirada táctica hacia el sur, donde puede reagrupar sus
ejércitos. El senado, liderado por Catón le apoya, aunque le recrimina su debilidad.

La mayor parte de los nobles y caballeros, partidarios de Pompeyo, abandonan la ciudad. Bruto,
discute que hacer con su madre, Servilia. Aunque quiere a César como a un padre, no está de
acuerdo con sus ansias de poder y decide irse con Pompeyo. Servilia, sin embargo, decide esperar
a su ex-amante. En casa de Atia, esperan a César. Sin embargo, Atia, decide eliminar un problema
haciendo que maten al marido de su hija Octavia, que nunca ha sido de su agrado.

El caos y el pillaje se extienden en la ciudad debido al terror de las clases dominantes por la llegada
de César y las ganas de revancha de las clases populares. En medio del caos, cuando los soldados
de Pompeyo estaban retirando el tesoro público, algunos de ellos deciden robarlo para su propio
provecho matando a los fieles de Pompeyo.

Voreno, Pullo y la avanzadilla de César llegan a Roma, sorprendidos de la falta de resistencia y se


encuentran con una ciudad dispuesta a someterse a César. Voreno, triste por el hundimiento de la
República, deja el mensaje de César en la puerta del Senado y decide abandonar el ejército y ser
un padre de familia para Niobe y sus hijas.

Por su parte, Pullo encuentra a los ladrones de la carreta del oro de Pompeyo y con ella, una
esclava que llevaban atada, Irene. Pullo mata a los ladrones y se encuentra sorprendido con un
tesoro, que decide quedarse, al igual que la esclava.

César ya llega a Roma...

Episodio 4: Robando a Saturno

Pompeyo está en el sur de Italia, junto a sus seguidores, Catón, Escipión, Cicerón y Bruto. Sin
embargo, no puede pagar a sus ejércitos sin el oro que desapareció durante la evacuación de
Roma. Para resolver el tema, envía a su hijo Quinto Pompeyo
En Roma, Julio César ha establecido la ley marcial. Sin embargo, sabedor de que necesita apoyo de
todas las clases sociales, ofrece una imagen de conciliación y perdón a quien quiera renunciar a
Pompeyo y unirse a él.

Lucio Voreno está ansioso por empezar una nueva vida como comerciante. Así que cuando recibe
la visita de Marco Antonio, rechaza su ofrecimiento de volver al ejército. Sin embargo, la fiesta que
prepara para presentarse como comerciante acaba en un desastre cuando Niobe discute con su
hermana Lyde acerca de la infidelidad del marido de Lyde con Niobe.

Atia prepara la cena de bienvenida de César, todo un honor para ella. Esa fiesta va a ser utilizada
por César para recabar apoyos de las clases altas. Una de las invitadas es Servilia, la ex-amante de
César, con la que vuelve a reunirse. La fiesta es un éxito, pero César, mientras conversaba con
Octavio tiene un ataque de epilepsia. Se recupera, pero obliga a Octavio a tener que guardar el
secreto, ya que sus enemigos lo podrían utilizar como un símbolo de debilidad.

Estando en su casa, Voreno recibe una visita sorpresa. Es Quinto, con sus hombres, en busca del
tesoro. Voreno les asegura que él no sabe nada, pero ellos le atacan. La pelea es interrumpida por
una escandalosa multitud a las puertas de la casa de Voreno. Se trata de Tito Pullo, que está
repartiendo monedas entre el pueblo. Al ver la situación de Voreno, le ayuda y juntos vencen y
reducen a Quinto y sus hombres. Sin embargo, cuando Voreno averigua de donde ha sacado Pullo
el dinero, se enfada y le obliga a devolver el dinero al actual gobernante de Roma, Julio César.

Julio César recibe a Pullo, y aunque se enfada por que se hubiera quedado inicialmente el oro, le
perdona al haberle confesado la verdad y haberle traído a Quinto prisionero. Julio César manda a
Quinto con Pompeyo con un mensaje: Tiene el oro, y por tanto su posición es superior. Exige su
rendición, aunque con la promesa de una amnistía. Pompeyo, furioso, se niega.

Pullo, aliviado al haber sido perdonado por César vuelve a casa de Voreno, pero allí se encuentra a
Niobe discutiendo con su amante. Pullo sospecha sobre Niobe...

Episodio 5: El ariete ha tocado muro

Pompeyo y Julio César siguen con su lucha por el poder, aunque ambos están a la espera de los
acontecimientos. Ninguno quiere dar el primer ataque.

Por otra parte, una de las criadas de Atia vio a Octavio saliendo con César de una habitación,
después del ataque de epilepsia. Cuando ésta se lo cuenta a Atia, ella felicita a su hijo por seducir a
su querido tío, aunque Octavio lo niega.

Lucio Voreno tiene problemas con el inicio de su carrera como comerciante. Los esclavos que trajo
desde la Galia han muerto, excepto uno de cuatro años. Voreno está arruinado. Entonces un
vecino, Erastes Fulmen, le ofrece trabajo como guardaespaldas. Voreno se decepciona cuando se
da cuenta que más que guardaespaldas, Erastes le quiere contratar como un asesino a sueldo para
sus negocios ilegales.

Mientras tanto, César ha estado rechazando las invitaciones de Atia y aceptando las de Servilia.
Esto acentúa la rivalidad entre las dos mujeres patricias. Atia, agradecida de que Tito Pullo y
Voreno salvaran a Octavio en Galia, contrata a Pullo para que le eduque en las "artes masculinas"
(básicamente la guerra y el sexo). Entre ambos se establece entonces una relación de complicidad
y Pullo le pide consejo a Octavio sobre sus sospechas acerca de Niobe y su amante. Octavio le
recomienda prudencia, al no tener pruebas.

En las paredes de las calles de Roma han aparecido varios dibujos obscenos representando a César
y Servilia. (Atia está detrás de esta campaña de dibujos) Cuando César y su mujer ven los dibujos,
una humillada Calpurnia le amenaza con el divorcio. César no lo puede permitir y corta su relación
con Servilia. Ella no lo acepta de buen grado y acaba peleándose con César. Servilia, humillada,
ruega los dioses por la ruina de César y Atia.

Por su parte, Voreno está al límite y recurre a Marco Antonio para decirle que ha reconsiderado la
oferta de volver al ejército. Marco Antonio lo acepta, aunque con una oferta económica a la baja.

Octavio y Pullo salen una noche y capturan al amante de Niobe. Le torturan, le obligan a confesar
la verdad y le matan y tiran su cadáver a la cloaca. Octavio advierte a Pullo de que Voreno no debe
averiguar nunca los hechos.

Julio César se ha cansado de esperar y decide atacar a Pompeyo en el sur de Italia. Pero Pompeyo
ha partido rumbo a Grecia...

Episodio 6: Egeria

Mientras Julio César persigue a Pompeyo en Grecia, Marco Antonio se queda en Roma dirigiendo
la ciudad y afianzando los apoyos para César.

Niobe se está haciendo cargo de su hermana Lyde desde que su marido desapareció. Cuando Tito
Pullo les dice que ha oído que ha muerto, ambas mujeres se alteran y se pelean.

Atia sigue preocupada por la "educación" de su hijo Octavio y encarga a Pullo que le lleve a un
burdel de lujo para que pierda su virginidad.

Por su parte, Pompeyo ha logrado reunir a más hombres y César se ve obligado a pedir a Marco
Antonio que le envíe refuerzos. Sin embargo, Marco Antonio también ha recibido una oferta
similar por parte de Pompeyo y decide considerar sus opciones. Por otro lado, ha iniciado una
relación con Atia. Sin embargo esta relación se termina cuando él averigua que ella quiere influir
en su decisión y sobre todo buscar su apoyo sea cual sea la decisión que tome.
Atia buscando otros apoyos intenta reconciliarse con Servilia, y para ello envía a su hija Octavia,
que todavía llora la muerte de su marido, con un regalo. Servilia no quiere la amistad de Atia, pero
decide aprovecharse de Octavia, con la esperanza de poder utilizarla en un futuro.

Marco Antonio finalmente ha tomado una decisión. Está del lado de su viejo aliado Julio César y
decide enviar a la XIII Legión a Grecia (incluyendo a Voreno y Pullo). Sin embargo los barcos que
transportan la legión se encuentran con una formidable tormenta...

Episodio 7: Farsalia

Julio César espera que lleguen más soldados de Italia, pero muchos de sus soldados han muerto en
el mar durante la tormenta. Pompeyo se prepara para el ataque, seguro de su victoria. Bruto, es el
único que está inquieto, ya que aunque no tolera los usos dictatoriales de César le sigue
considerando como a un padre.

Lucio Voreno y Tito Pullo, han sido de los pocos supervivientes. Están solos en una isla desierta.
Desesperados, construyen una balsa con cadáveres para intentar llegar a tierra firme.

A Roma llega la noticia de la tragedia marítima. Cuando se entera, Atia teme que la derrota de
César la ponga en peligro y envía a Octavia a casa de Servilia para pedirle protección. Servilia se
muestra encantada y transforma su amistad con la joven en una relación amorosa.

Lyde y Niobe, sobrecogidas al pensar que Voreno esté muerto, se reconcilian.

En Grecia, finalmente luchan los ejércitos de César y Pompeyo en la batalla de Farsalia. La ventaja
del ejército de Pompeyo es abrumadora, pero contra todo pronóstico, gana el ejército de Julio
César. El ejército de Pompeyo ha sido prácticamente aniquilado y el mismo Pompeyo ha sido
herido. Cuando se reúne con Catón, Escipión, Cicerón y Bruto, ordena a Cicerón y Bruto que se
rindan a César, ya que son jóvenes y no hay sentido en que sigan una causa perdida. Ellos aceptan
a regañadientes. Cuando se encuentran con César, este les acoge magnánimo.

Pompeyo decide huir hacia Egipto, donde aún tiene aliados. Se va con su familia y con unos pocos
soldados y esclavos. Algunos de ellos le roban en medio del camino y se queda en situación
precaria. Su situación cambia cuando se encuentra con Voreno y Pullo que han conseguido llegar a
tierra firme. Ellos le salvan de sus guías, que tenían intención de venderle, pero Voreno decide
entregarle a Julio César. Pompeyo se humilla ante él y le suplica clemencia. Voreno decide dejarle
ir, al considerarle inofensivo. Cuando se reúnen con el ejército de César, este se enfada con la
decisión de Voreno y solamente decide no crucificarlos al considerar que la diosa Fortuna está de
su lado (recuperaron su aguila, su oro, y sobrevivieron al naufragio).

Pompeyo y su familia llegan navegando a Egipto. Allí son recibidos por un antiguo soldado del
ejército de Pompeyo llamado Septimio. Pero Septimio mata a Pompeyo nada más desembarcar.
Episodio 8: Cesarión

Julio César y sus hombres parten hacia Egipto en busca de Pompeyo el Grande. De paso Julio César
decide intervenir en la política de este país, disputada entre el rey Ptolomeo, de 12 años y su
hermana rebelde Cleopatra. César quiere aprovechar la situación para conseguir que Egipto
provea de alimentos y dinero a la debilitada economía de Roma. Con la intención de calmar a
César, Ptolomeo le da a César un "regalo sorpresa": la cabeza de Pompeyo. César, en lugar de
mostrar gratitud, monta en cólera. Pompeyo, aunque era su enemigo, antes fue su amigo y
además era un cónsul de Roma, César llora la muerte de su antiguo aliado y jura no perdonar a sus
asesinos. Decide apoyar la causa de Cleopatra.

Entretanto, César descubre a Septimio, el asesino de Pompeyo y le corta la cabeza, pero Marco
Antonio y su esclavo Posca están preocupados porque Catón y Metelo Escipión están reuniendo
un gran ejército en el norte de África, aunque esto no inquieta a César.

César envía a Lucio Voreno y a Tito Pullo al desierto en busca de Cleopatra. Por otro lado,
Ptolomeo y sus hombres deciden matar a la princesa. Voreno y Pullo llegan justo a tiempo a la
tienda de Cleopatra en medio del desierto. Luchan y matan a los hombres de Ptolomeo y acogen a
Cleopatra bajo su protección.

Cleopatra, caprichosa, ha decidido aceptar la protección (y oferta de matrimonio) de Julio César.


Sin embargo, antes de llegar hasta él, se encapricha de los dos soldados. Lucio Voreno la rechaza,
pero Tito Pullo es seducido y se acuesta con Cleopatra.

Cuando Cleopatra llega a la capital egipcia, Julio Cesar muestra su apoyo claro. La lucha entre
ambos bandos egipcios empieza, estando el ejército de César del lado del de Cleopatra. El faraón
Ptolomeo XIII levanta a sus ejércitos contra César y Cleopatra y los sitia en el propio palacio real,
sin embargo, César derrota a los ejércitos del niño-faraón y el propio Ptolomeo muere ahogado en
las aguas del río Nilo.

El episodio termina con Cleopatra mostrando al pueblo egipcio y al ejército romano a Cesarión, el
hijo que ha tenido con Julio César... o con Tito Pullo...

Episodio 9: Útica

Catón y Metelo Escipión son derrotados en la batalla de Tapso, César ha aplastado a sus tropas y
viendo que la causa está perdida, ambos se suicidan en la ciudad de Útica.
Después de dos años de guerra, Lucio Voreno y Tito Pullo vuelven a casa. Durante su ausencia de
su marido, Niobe y Lyde han prosperado en un negocio de carnicería. Ambos soldados se unen al
negocio. Por otro lado, Pullo está cada vez más enamorado de su esclava Irene.

Octavio mientras tanto ha crecido y es un joven prometedor de las clases patricias, hasta el punto
que Julio César le nombra como uno de los pontífices (jefes religiosos de Roma), aunque Octavio
dice querer seguir estudiando poesía, acepta a regañadientes. Servilia, que sigue obsesionada con
destruir a Julio César y a Atia, ha conocido acerca del extraño suceso entre Octavio y Julio César, y
aprovecha su relación con Octavia para que intente sonsacar a Octavio la verdad del suceso.
Octavia se resiste, pero cede cuando Servilia le cuenta que fue Atia quien hizo matar a su marido.

Voreno y Pullo, iniciando una nueva vida como tenderos, tienen un tropiezo con Erastes Fulmen, el
delincuente al que Voreno había ofendido al negarse a trabajar para él. Erastes se va a presentar
en casa de Voreno para asesinarle, cuando se encuentra con que Voreno tiene otro huésped: Julio
César en persona, que en su campaña de obtener apoyos ha ofrecido a Voreno presentarse como
su candidato al puesto de magistrado por la colina del Aventino. Voreno nunca ha simpatizado con
la ideología de César, pero acepta cuando César le convence que con hombres como él quiere
servir a Roma. Erastes debe olvidarse de su venganza contra Voreno.

Octavia, deseosa de venganza contra su madre y deseosa de ayudar a Servilia, se acuesta con su
propio hermano para sonsacarle el secreto de César. No lo consigue, aunque sí que averigua un
secreto que a ella le parece irrelevante: La aventura de Niobe con el marido de su hermana.
Cuando Atia descubre el incesto de sus hijos, monta en cólera y al reñirlos averigua que Servilia
estaba detrás de esa situación.

Al día siguiente, cuando Servilia sale a dar un paseo, los sirvientes de Atia le tienden una
emboscada. Matan a sus esclavos portadores y a Servilia la desnudan en la calle y le cortan sus
cabellos.

Episodio 10: Victoria

Bruto y Cicerón, siguen sin apoyar en su corazón a Julio César, pero por el bien de Roma, deciden
presenciar una moción en el Senado para pedir el nombramiento de Julio César como Emperador.
La moción es aprobada y se convoca un desfile y un acto de coronación de César.

Mientras tanto, en el vecindario del Aventino, Lucio Voreno ha comenzado su campaña electoral.
Sin embargo, pronto descubre que las elecciones están amañadas en su favor. Tito Pullo sufre una
humillación al enterarse que no puede participar en el desfile ya que había dejado el ejército.
Servilia se recupera con lentitud del ataque recibido. Atia, con hipocresía, le muestra su pena.
Octavia, avergonzada por sus actos, ha huido a un templo, pero su hermano Octavio acude para
traerle de vuelta a casa.

El día de la coronación llega. Julio César recibe el beneplácito de los pontífices religiosos (liderados
por Octavio), y se presenta como un semi-dios ante el pueblo. Como punto álgido, se ejecuta a su
viejo enemigo, Vercingétorix, rey de la Galia, al que había derrotado en la batalla de Alesia.

Tito Pullo decide casarse con su esclava Irene. Para ello, le pide dinero a Voreno para que pueda
comprarle su libertad. Sin embargo, sus planes se desvanecen cuando un esclavo de la casa de
Voreno le agradece el gesto, presentándose como el novio de Irene. Pullo, furioso mata el esclavo
en el patio de Voreno. Voreno se enfada con Pullo por haber mancillado su casa y le echa.

Cuando parece que Bruto se ha resignado a ser amigo de un César con el que no comulga, se
encuentra con que su madre sigue presionándole para que lidere la oposición, con la ayuda de
Quinto, hijo de Pompeyo y un viejo amigo, Casio.

Pullo, ahoga sus penas en las tabernas, cuando encuentra un empleador, el delincuente Erastes
Fulmen.

Episodio 11: El botín

Tito Pullo empieza a trabajar como matón a Erastes Fullmen y a gastar todo el dinero en
prostitutas y en opio. Mientras tanto, Lucio Voreno asume sus responsabilidades como
magistrado, recibiendo peticiones y quejas de los ciudadanos. En ello, recibe la visita de Mascio,
un antiguo compañero del campo de batalla, que le pide que interceda ante Julio César para que
otorgue a los veteranos tierras en Italia. César no tiene tierras en Italia, sino en la lejana y fría
Germania, así que ordena a Voreno que negocíe con Mascius, y si es necesario, le soborne
personalmente. Voreno, pese a su disgusto, sigue las órdenes de César

Por otra parte, aparecen por toda Roma, unas pintadas en las que Bruto aparece apuñalando a
César por la espalda. Bruto no quiere tener nada que ver, pero Servilia, Casio y sus amigos le
siguen insistiendo que ayude a derrocar a César.

Pullo ha asesinado a un hombre a plena luz del día y el crimen ha sido presenciado por una
anciana que le delata. Pullo acaba en la cárcel.

Voreno y Niobe llegan a una fiesta de Atia como invitados especiales de César, e intentan
mezclarse. Sin éxito, ya que los patricios se burlan de sus toscas ropas y maneras.

Cuando Octavio se entera de que Pullo está en la cárcel, le pide a César que intervenga. César no
quiere saber nada, ya que el asesinado era un enemigo político de César, y este no quiere dar la
imagen de que envía a sus hombres a asesinar a sus enemigos. Voreno tampoco quiere saber
nada, todavía dolido por la ofensa de su viejo amigo. Octavio, de cualquier manera, contrata a un
abogado para que defienda a Pullo, pero tampoco tiene éxito. Pullo es condenado a muerte, en el
circo romano.

César le pide a Bruto que se convierta en gobernador de Macedonia. Bruto, entiende que más que
un honor, es una forma de que César se lo quite de en medio. César obviamente no puede ignorar
las pintadas de las calles. Bruto, dolido, decide que ya no tiene porque ser fiel a César y decide
entrar en los planes contra César.

La mañana de su ejecución, Pullo se encomienda a los dioses en favor de Irene y de Voreno y su


familia. Cuando Pullo sale a la arena, se niega a luchar con los gladiadores. Ellos le provocan para
que luche y solamente lo consiguen cuando insultan a su legión, la XIII. Pullo, furioso coge las
armas y empieza a matar a los gladiadores. Pero son demasiados... Cuando Pullo está a punto de
ser muerto por un gladiador gigante, Voreno, que presenciaba el espectáculo no puede más y salta
a la arena y derrota al gigante. Para los espectadores, Voreno y Pullo, son dos héroes populares.

Mientas tanto, se ve que Posca, el esclavo de César, paga a Erastes por el asesinato de su enemigo.
Después de todo, César sí que estaba tras el asesinato.

Episodio 12: Calendas de febrero

Tito Pullo y Lucio Voreno son héroes populares, tras su combate en el circo, pese al disgusto de
Julio César por haber desobedecido su orden de no liberar a Pullo. Pullo, malherido, escapa del
hospital, ya que quiere disfrutar de su nueva fama, y, sobre todo, ver a Irene. Ella, no quiere saber
nada de él, y tiene intención de asesinarle, aunque Niobe le convence de que no lo haga. Pullo
intenta convencer a Irene de su amor.

Julio César sigue la reforma populista del Senado. No solamente ha admitido como nuevos
senadores a plebeyos, sino también galos y celtas, fieles a Roma. La oposición, está cada vez más
furiosa. Julio César decide ascender a Voreno a senador, aunque con el doble propósito de que
esté cerca de él, como guardaespaldas. Bruto y sus amigos se preparan para asesinar a César.
Servilia, al saber que Voreno es el guardaespaldas de César, envía a una criada a que le cuente la
realidad de su nieto: En realidad es el hijo ilegítimo de Niobe y su difunto cuñado.

Servilia, cita a Atia y Octavio, y les cuenta sus planes y les declara todo su odio. Atia y Octavio salen
horrorizados.

Voreno, furioso, deja a César, al saber la verdad de Niobe. Cuando César llega solo al Senado
(Marco Antonio ha sido también distraído), es asesinado por los senadores rebeldes. Bruto le da el
golpe de gracia.
Enfurecido, Voreno entra en casa y se encuentra a Niobe sola. Niobe desesperada le confiesa la
verdad. Asustada, se suicida tirándose por un balcón. Voreno, arrepentido llora a su difunta
esposa.

Segunda temporada

La historia arranca en el 44 A.C., el mismo momento en que Julio César es asesinado por Bruto y
los conspiradores. Su muerte marcará el comienzo de innumerables conjuras políticas e intrigas
amorosas que condicionan el futuro de Roma. (Resúmenes extraídos de la web de Cuatro[1] )

Episodio 1: Pasar página

Tras el asesinato de César, Roma es un hervidero, el propio Marco Antonio debe huir de Quinto
Pompeyo y sus secuaces y se refugia en la casa de Atia. Antonio le cuenta todo lo sucedido a Atia y
le dice que se marcha a la Galia a reunir hombres para enfrentarse a los asesinos de César, Atia
insiste en marcharse con él y Antonio a regañadientes acepta.

Mientras tanto, Voreno llora ante el cuerpo sin vida de su esposa Niobe, que se ha suicidado
después de que Voreno descubriera que Lucio no es su nieto, sino el hijo que tuvo con el marido
de su hermana. Voreno no puede contenerse y maldice a sus hijos condenándolos al averno,
mientras, en las calles, todos los ciudadanos comunican la muerte de César. A las afueras de
Roma, Pullo se casa con Eirene.

Antes de marcharse, Antonio, Atia y Octavio acuden a ver el cuerpo sin vida de César, Antonio
planea llevarse a Calpurnia, la esposa de César con ellos pese a las protestas de Atia. Calpurnia los
lleva a escuchar el testamento de César, según su testamento, lega todos sus títulos y posesiones a
Octavio además de que le nombra su hijo adoptivo, Octavio insiste en quedarse en Roma pero
tanto Antonio cómo Atia se niegan, Octavio logra convencer a su madre y finalmente Atia acepta
quedarse en Roma. Octavio trata de convencer a Antonio de que aún puede oponerse a Bruto y
Casio, ya que estos deben declarar a César tirano, sino, su muerte habría sido un asesinato, pero el
declarar tirano a César implicaría que tanto Bruto cómo Casio pierdan sus cargos.

Mientras tanto, Tito Pullo regresa a Roma con su nueva esposa dónde se encuentra con un Voreno
anonadado por las circunstancias. Mientras, en casa de Servilia, Marco Antonio se reúne con Casio
y Bruto, Antonio les propone un trato, no declarar a César tirano para evitar perder sus cargos y
privilegios, una amnistía general y un funeral público para César, Bruto y Casio aceptan sus
condiciones, pero antes de marcharse, Antonio mata a Quinto Pompeyo por intentar matarle.

Ya en el funeral de César, Voreno también entierra a Niobe junto a sus hijos, Pullo y Eirene. El
funeral de César es un mar de lágrimas, el pueblo está entristecido por su muerte y Antonio lo
aprovecha para poner al pueblo en contra de Bruto y Casio, estos, presionados por la ira de la
plebe, se ven obligados a exiliarse a las provincias orientales mientras Servilia permanece cómo
"invitada" de Antonio. Mientras, en su casa, Voreno se entera de que sus hijos han desaparecido,
la vecina y amiga de Niobe le dice que Erastes Fulmen se los ha llevado, Voreno y Pullo matan a los
hombres de Erastes, este les dice que los sodomizó, los mató y los arrojó al río Tíber, Voreno
enfurecido, lo asesina.

Episodio 2: El hijo de Hades

Marco Antonio ya se ha asentado en el poder en Roma tras expulsar a Bruto y a Casio y mantener
bajo control a Octavio, Antonio se prepara para recibir a Cleopatra, la amante de César y reina de
Egipto. Cleopatra le pide a Antonio que Roma siga custodiando el trono egipcio y a cambio se le
darán grandes sumas de dinero, pero también le pide que reconozca a Cesarión como hijo legítimo
de César a lo que Antonio se niega.

Pero Antonio aún tiene problemas en su mandato como cónsul, uno de los principales collegium,
el Aventino, anda falto de liderato tras la muerte de Erastes Fulmen y el comercio amenaza con
paralizarse. Antonio acude a ver a Lucio Voreno, el cual aún sigue en estado de depresión tras
enterarse de la muerte de su esposa e hijos, Antonio le ordena a Voreno que se haga cargo del
Aventino.

Al día siguiente, en casa de Atia se celebra una gran cena a la que acuden los patricios de toda la
ciudad, incluida Servilia, también acudirá Cleopatra. Atia planea asesinar a Servilia pero Octavio
avisa a tiempo a Antonio y este la detiene. Tras eso, Cleopatra llega a la casa de Atia con su séquito
dónde les presenta a su hijo Cesarión, la cena transcurre con aparente normalidad aunque la
tensión se palpa en el ambiente, Cleopatra se despide de Antonio y Atia y se marcha.

Mientras tanto, en el Aventino, Voreno acuerda una tregua santificada y llama a los capitanes de
los collegium a reunirse con él en el Aventino, Voreno les muestra su oferta de paz pero los demás
capitanes no la aceptan para evitar ceder ante el recién llegado, así que Voreno destroza la figura
de la diosa Concordia y los capitanes, asustados, aceptan su oferta de paz.

Mientras, en casa de Atia, Octavio sigue presionando a Antonio para que este le entregue el dinero
que César le ha legado, pero Antonio se niega y decide administrar él el dinero que César le ha
dejado en herencia. Así que Octavio pide un ruinoso préstamo para entregarle el dinero a la plebe
que César prometió en su testamento, eso desata la furia de Antonio que comienza a pegar a
Octavio pese a las súplicas de su madre, la pelea solo se detiene cuando llega Octavia.

Octavio, furioso con sus familiares se marcha de Roma hacia Campania a reunirse con su amigo
Agripa junto a sus legiones, pero en un carromato de esclavos se puede ver a los hijos de Voreno y
a su hermana, eso quiere decir que siguen vivos.
Episodio 3: Las filípicas de Cicerón

Ahora que su mandato como cónsul está a punto de finalizar, Marco Antonio decide marcharse a
Macedonia, pero Atia no quiere marcharse y logra convencer a Antonio de atacar a Bruto y a
Casio, así que Antonio decide no ser el gobernador de Macedonia cuando culmine su mandato.

Mientras, en el Aventino, Voreno tiene problemas en su mandato de uno de los collegium, y una
guerra entre bandas estalla cuando uno de los capitanes decide desobedecer a Voreno, Voreno
echa las culpas sobre Pullo por cuestionar sus órdenes. Pullo, harto de sus enfrentamientos con
Voreno decide marcharse de la ciudad junto a Eirene.

Marco Antonio se reúne con Cicerón, allí, Cicerón le advierte de que Octavio está reuniendo un
poderoso ejército en Campania, pero a Antonio no le preocupa, y le pide a Cicerón que sea
nombrado gobernador de la Galia Cisalpina cuando finalize su consulado, Cicerón no acepta pero
debido a las amenazas de Antonio no tiene más remedio que ceder.

Mientras todo eso ocurre en Roma, Bruto y Casio siguen solicitando el apoyo de reyes y nobles
extranjeros para reunir un ejército y dirigirse a Roma.

Mientras, Cicerón se marcha de la ciudad, no sin antes humillar a Antonio frente a todo el Senado
al redactar una carta insultándole y declarándole "La Helena de Roma", luego, le da su apoyo a
Octavio y le concede permiso para entrar en Roma. Pullo regresa a la ciudad donde se topa con
Lyde, la hermana de Niobe la cual le dice que los hijos de Voreno aún están vivos.

Episodio 4: Testudo et Lepus (La tortuga y la liebre)

La conspiración de Servilia para asesinar a Atia es descubierta cuando Atia tortura a su cocinero y
este confiesa que Servilia le pagó para matarla, Atia decide vengarse de Servilia y la secuestra
cuando esta estaba en un templo, Atia tortura a Servilia, pero Timón, el hombre de Atia, se niega a
seguir siendo su brazo ejecutor y libera a Servilia.

Mientras tanto, Marco Antonio se ha marchado a la Galia Cisalpina ahora que su consulado ha
expirado, el Senado le ha declarado enemigo de Roma y Octavio, acompañado de los generales
senatoriales Hirtio y Pansa, derrota a Antonio en la batalla de Mutina, Octavio ha derrotado a
Antonio pero tanto Hirtio cómo Pansa fallecieron en la batalla, eso beneficia a Octavio ya que así
se llevará el mérito de la victoria. Octavio envía a Agripa a Roma para pedirle a Cicerón un triunfo.
Mientras eso ocurre, Tito Pullo está buscando a Lucio Voreno para contarle que sus hijos aún
viven, con la ayuda de Octavio, Pullo localiza a Voreno el cual consigue permiso de Antonio para
abandonar la legión y buscar a sus hijos.

Voreno y Pullo localizan a sus hijos en unas minas, descubren que la hija mayor, Vorena, es usada
cómo prostituta y los otros hijos también son esclavos, Voreno y Pullo se llevan a los chicos y se
marchan.

Episodio 5: Héroes de la República

Voreno, tras rescatar a sus hijos de la esclavitud regresa al collegium del Aventino pese a que Pullo
le pide que no lo haga, pero los hijos de Voreno no están contentos de reunirse con su padre, y
planean fugarse en cuanto consigan algo de dinero.

Ya en Roma, Octavio Augusto le pide a Marco Tulio Cicerón que le conceda un triunfo, Cicerón dice
que no puede ser ya que Octavio derrotó a otros romanos y además, que los generales
senatoriales Hirtio y Pansa hicieron todo el trabajo, aunque murieron. Así que Octavio pide ser
cónsul amparándose en su ejército, además le dice a Cicerón que no tomará ninguna decisión sin
consultárselo, así que finalmente Cicerón acepta.

Cómo Octavio está en Roma, su hermana Octavia aprovecha para ir a verle, pero observa que su
hermano está muy cambiado desde que fuera aquel niño tímido e inteligente y que ahora es un
joven frío y áspero. Octavia le pide a Octavio que vaya a ver a su madre, Octavio se niega ya que
aún guarda rencor a Atia, pero finalmente es la propia Atia la que suplica perdón a su hijo, este se
lo concede y ambos vuelven a estar en paz.

Mientras, en la Galia Transalpina, Lépido, el general enviado por el Senado para vencer a Marco
Antonio se une a este, ya que sus tropas desertan, Antonio le propone a Lépido ser su segundo al
mando, a lo que este acepta encantado. Mientras tanto, Octavio es investido cónsul en el Senado,
su primera medida es declarar a Casio y Bruto enemigos de Roma para honrar a su fallecido padre,
Cicerón le dice que así dividirá al Senado pero Octavio le ignora, Octavio hace entrar a sus
legionarios en el Senado para asegurarse de que la moción es aprobada. Cicerón comprende que
le ha engañado, pero tiene otro plan en mente, avisa a Casio y Bruto de que Octavio está solo y es
vulnerable.

Tras recibir la carta de Cicerón, Bruto y Casio deciden partir hacia Roma con sus legiones, Octavio
se entera de sus planes y decide forjar una alianza con su viejo enemigo, Marco Antonio para
derrotar a Bruto y Casio.

Episodio 6: La batalla de Filipos


Bruto y Casio se dirigen hacia Roma con sus legiones, Octavio sabe que no puede enfrentarse
contra ellos en solitario y decide forjar una alianza con Marco Antonio, el cual está asentado en la
Galia Cisalpina, Antonio también está interesado en aliarse con Octavio ya que desea vengarse de
Bruto y Casio por matar a su protector, Julio César.

Ya cómo aliados, Octavio y Antonio desean limpiar Roma de seguidores de Bruto y Casio así que
envían a los collegium a asesinar a los nobles y patricios que apoyen a los asesinos de César, todos
aprovechan para añadir nombres a la lista de futuras víctimas, incluida Atia, el único que parece
estar en contra de los asesinatos masivos es Lépido.

Ya con la lista, Tito Pullo tiene órdenes de asesinar a Marco Tulio Cicerón, este es advertido de que
Octavio y Antonio se han aliado y corre a comunicárselo a Bruto y Casio que no tienen
conocimiento de esta alianza, antes de morir bajo la espada de Pullo, Cicerón envía a un
mensajero a entregar el mensaje, pero este pierde el mensaje por el camino. Aunque llevan ya
1.000 asesinatos, Antonio aún sigue añadiendo nombres a la lista, lo cual inquieta a Octavio,
mientras tanto, Agripa, su segundo, se ha enamorado de Octavia y ambos inician una relación a
espaldas de Octavio.

Octavio y Antonio reúnen a sus tropas listos para partir hacia Grecia, Atia se entera de la relación
de su hija con Agripa y la previene de que aunque si permite que sean amantes, nunca podrán
casarse. Poco después, Jocasta, la amiga de Octavia llega a la villa de Atia pidiendo ayuda, ya que
unos hombres entraron en su casa y asesinaron a su familia, además de que abusaron de ella (el
asesinato de la familia de Jocasta fué una de las peticiones de asesinato de Atia). Por su parte, Tito
Pullo considera marcharse con Octavio y Antonio a Grecia, pero antes se entera de que su esposa
Eirene está embarazada.

Ya en Grecia, Casio y Bruto se enteran de la alianza de Octavio y Antonio y saben que han perdido
la ventaja de la superioridad numérica, Bruto insiste en que deben resistir en su posición. Ambos
ejércitos, republicanos y triunviros reúnen a sus hombres, Antonio da la primera orden de ataque
y rompe el flanco derecho de los ejércitos de Casio y Bruto, Casio junto a sus hombres carga contra
las legiones de Antonio pero cae y es derrotado, Casio muere en brazos de Bruto y este sabe que
ya no tiene posibilidades de victoria, viéndose derrotado, Bruto carga en solitario contra los
hombres de los triunviros y muere bajo las espadas de los legionarios. La batalla ha concluido y
Cayo Octavio y Marco Antonio han vencido.

Episodio 7: Máscara mortuoria

Servilia, tras enterarse de la muerte de Bruto en Filipos, llora amargamente culpándose de la


muerte de su hijo, y clama venganza a las puertas de la casa de Atia.
Marco Antonio, César Octavio y Lépido establecen un triunvirato para dirigir la República, Octavio
se queda con la parte occidental del imperio, Roma, Hispania, la Galia y Germania, Antonio por su
parte con las provincias orientales más Egipto y a Lépido le tocan las provincias menos ricas,
África, Cartago y Numidia.

Servilia sigue con sus reclamaciones a las puertas de la villa de Atia, esta, harta, sale a atender las
peticiones de Servilia, pero esta, maldice eternamente a Atia y da su mayor sacrificio, su vida,
suicidándose a las puertas de la casa de Atia.

Por su parte, Voreno tiene problemas dirigiendo el Aventino, Nemmio, uno de los capitanes de los
collegium está dispuesto a hacerle la vida imposible a Voreno, mientras, Pullo tiene problemas con
Eirene ya que a esta no le gusta Gaia, una de las jefas de las prostitutas, Pullo, con el pretexto de
darle una lección a Gaia se acuesta con ella.

Tras acordar el triunvirato, Antonio recibe al rey judío Herodes, este le ofrece un "regalo" a cambio
de que Roma proteja su trono, Antonio acepta el soborno pero no está dispuesto a compartirlo
con nadie, eso desata una nueva discusión entre Octavio y Antonio, la relación entre ellos se
resquebraja poco a poco. Así que para aparentar unidad frente al pueblo, Antonio y Octavio
acuerdan un matrimonio entre ambas familias, Atia propone casarse con Antonio pero Octavio
impone a Antonio que se case con su hermana Octavia, para disgusto de su madre.

Episodio 8: Una ficción necesaria

Octavio proclama unas nuevas doctrinas de virtud en Roma, pero son tan estrictas que ni siquiera
su propia familia puede respetarlas, además, Octavio se casa con una bella joven llamada Livia.

Por su parte, Mecenas (el consejero de Octavio) y Posca, traman robar el oro de Herodes para
ellos mismos y encargan al collegium del Aventino hacerse con el oro, pero los hombres de Voreno
son traicionados y solo Mascius logra salvarse, además el oro es robado. Voreno informa a
Octavio, Antonio y Lépido del hecho y promete recuperar el oro.

Mientras tanto, Gaia se ha encaprichado de Pullo y le da un tónico a Eirene para que aborte, pero
el aborto le produce la muerte a la propia Eirene y al hijo recién nacido, Pullo entierra a Eirene
junto a su fiel amigo Voreno.

Octavio, se entera gracias a Mecenas de que Antonio sigue acostándose con su madre
desatendiendo a su hermana Octavia y esposa de Antonio, la cual es la amante de Agripa, Octavio,
furioso, ordena que su madre y hermana queden bajo arresto domiciliario hasta que el dicte lo
contrario y obliga a Antonio a marcharse a las provincias orientales que tiene bajo su gobierno,
Octavio perdona a Agripa pero no así a su madre y hermana.
Mientras, en el Aventino, Voreno culpa a Mascius de la traición, pero pronto se entera de que es
su hija Vorena la que está delatando a su padre ya que está enamorada de uno de los hombres de
Nemmio, Voreno le dice que ese hombre solo está con ella para utilizarla y ella finalmente le
declara todo su odio diciéndole que lo hizo porque el mató a su madre. Así que Voreno se marcha
con Antonio a las provincias orientales dejando a Pullo a cargo del Aventino.

Agripa, mientras, le dice a Octavia que se ha reconciliado con Octavio y que por lo tanto no
pueden seguir juntos, Octavia le dice que está embarazada aunque no sabe de quién.

Finalmente, se descubre que fué Nemmio el que robó el oro de Herodes, y junto a los demás
collegium se alía contra el Aventino, Nemmio dice querer paz con Pullo pero este le responde
arrancándole la lengua, finalmente los collegium luchan entre sí, saliendo el Aventino cómo
vencedor.

El capítulo acaba con Marco Antonio llegando a Egipto con sus legiones donde se presenta ante la
reina Cleopatra.

Episodio 9: Deus impeditio esuritori nullus (Hambre de gloria)

Roma sufre escasez de cereales y el pueblo se muere de hambre, César Octavio se ve obligado a
pedirle grano a Egipto, pero este país está controlado por Marco Antonio y Cleopatra, los cuales
no están dispuestos a darle el grano para que Octavio se vea obligado a declararles la guerra.

Pullo, debido a que está a cargo del Aventino debe informar a Octavio, Pullo le dice que el pueblo
le culpa a él de la hambruna ya que el pueblo respeta y quiere a Antonio, Octavio sabe que una
guerra con Antonio estaría perdida salvo que el pueblo los apoyara, así que tiene una idea, envía a
su esposa y a su amante, Octavia y Atia a Egipto a solicitar la ayuda de Antonio, sabedor de que les
dispensará una fría acogida.

Tal y cómo había planeado, Antonio se niega a recibir a Atia y a Octavia, eso hace estallar en
lágrimas a Atia ya que ve cómo su amado la rechaza en favor de una extranjera. Pero no solo eso,
Posca, junto a su esposa Jocasta abandona a Antonio y se marchan junto a Atia y Octavia. Y le lleva
un regalo a Octavio, el testamento de Marco Antonio, según el testamento, Antonio abandona la
fe romana y declara que el es Osiris y Cleopatra es Isis, además deja en herencia a sus hijos con
Cleopatra las provincias orientales y a Cesarión le deja Roma, eso, sumado a que repudió a su
esposa, hace que el pueblo se vuelva en contra suya y Octavio, con el apoyo del Senado y el
pueblo le declara la guerra a Antonio.

Octavio, se marcha a Egipto a luchar contra Antonio y le pide a Pullo que le acompañe, ahora Pullo
mantiene una relación con Gaia tras la muerte de Eirene (aunque no sabe que fué Gaia la que
asesinó a su esposa y hijo recién nacido), pero cuando se marchaba, Nemmio, el antiguo traidor al
cual enjauló le ataca por la noche, Gaia lo salva a costa de quedar gravemente herida, en su lecho
de muerte, Gaia le confiesa a Pullo que fué ella quién asesinó a su esposa e hijo porque le quería
para ella sola, Pullo la estrangula y arroja su cadáver a una fuente.

Episodio 10: De Patre Vostro (Sobre tu padre...)

Octavio, gracias a Agripa derrota a la flota romano-egipcia de Marco Antonio y Cleopatra en la


batalla de Actium, estos se ven obligados a refugiarse en Alejandría donde se arrojan a una vida de
desenfreno ante la inminente derrota.

Octavio le pide a Antonio que se rinda sin condiciones, pero este no está dispuesto a hacerlo,
confiando en un último plan de salvación, Antonio reta a Octavio a un combate singular a muerte,
evidentemente, Octavio lo rechaza. Pero Octavio tiene un plan en mente, ofrece a Cleopatra una
oferta, entregar a Antonio a cambio de mantener su trono, Cleopatra se debate entre el honor o
su trono, Antonio le dice a Cleopatra que lo mejor sería suicidarse y ambos acuerdan hacerlo al
alba.

Tras una noche de fiesta, Antonio recibe una carta de la esclava personal de Cleopatra diciendo
que esta ya se ha suicidado, Antonio totalmente abatido, decide suicidarse también, por la mano
de su fiel Voreno, el cual le atraviesa con una espada. Poco después, Cleopatra aparece viva ya que
al parecer, ha decidido vender a Antonio a cambio de mantener su trono. Cleopatra se entrevista
con Octavio, este promete mantener su trono y dejar vivos a sus hijos a cambio de que vaya con el
a Roma, Cleopatra sabe que solo irá para ser expuesta cómo un trofeo de guerra y se suicida con la
mordedura de un áspid junto al cadáver de su "amado" Marco Antonio.

Voreno y Pullo se reúnen de nuevo, esta vez para salvar a Cesarión ya que Octavio ha dado orden
de capturarlo y matarlo, durante una escaramuza por culpa de Cesarión, Voreno queda
gravemente herido y a duras penas consigue llegar a Roma, de nuevo en su casa, Voreno recibe el
perdón de sus hijos, por su parte, Pullo marcha a hablar con Octavio, el cual a sido proclamado
emperador de Roma, Pullo le dice que Cesarión murió en el desierto bajo su mano, Octavio le da
las gracias y Pullo se marcha.

Todo acaba con Pullo y Cesarión paseando por las calles de Roma, Pullo le dice "Sobre tu padre...,
quería decirte...".

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