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TEMA 16. LOS PROCEDIMIENTOS DE CONTROL DEL EJECUTIVO (I).

LA
INVESTIDURA. LA MOCIÓN DE CENSURA Y LA CUESTIÓN DE CONFIANZA.

ESQUEMA

1. LOS PROCEDIMIENTOS DE CONTROL DEL EJECUTIVO (I)


1.1. Características del régimen parlamentario
1.2. El régimen parlamentario español

2. LA INVESTIDURA

2.1. Introducción

2.2. Regulación y fases

3. MOCIÓN DE CENSURA
3.1. Concepto
3.2. Procedimiento

4. CUESTIÓN DE CONFIANZA
4.1. Procedimiento
4.2. Cuestión de confianza en las CCAA
4.3. Cuestión de confianza en el ámbito local

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1. LOS PROCEDIMIENTOS DE CONTROL DEL EJECUTIVO (I)

1.1. Características del régimen parlamentario

El régimen parlamentario se caracteriza formalmente por la existencia de un


poder ejecutivo dual (Jefatura de Estado y Jefatura de gobierno) y un poder legislativo
bicameral (Cámara Alta y Cámara Baja). La justificación del desdoblamiento de los
poderes ejecutivo y legislativo es puramente histórica ya que en cada uno de los
poderes básicos del Estado tenía que estar representada la inercia histórica, así una
Jefatura de Estado hereditaria y una segunda Cámara privilegiada (Cámara Alta); y la
fuerza ordenadora de la razón: un Gobierno y una primera Cámara (Cámara Baja);
ambos electivos, representativos de la voluntad de la Nación.

La introducción del sufragio universal y la plena democratización del Estado


harán que el Gobierno, con una posición constitucional muy reforzada y la Cámara
Baja, se conviertan en los agentes casi exclusivos del proceso político. El régimen
parlamentario quedará reducido básicamente a la relación entre ambos.

Las dos instituciones esenciales del régimen parlamentario son:

- La responsabilidad política del Gobierno ante el Parlamento

- La facultad del Gobierno de disolver el Parlamento

La responsabilidad política del gobierno ante el Parlamento es el contenido


mínimo indispensable para que se pueda hablar de un régimen parlamentario. La
dependencia del Gobierno de la Cámara Baja, legitimada democráticamente, es la
manera de que el Gobierno cobre a su vez legitimidad para actuar como “Gobierno de
la nación”.

Esa legitimidad recibida del Parlamento es tanto:

- Una legitimidad de origen: en cuanto el Gobierno obtiene la confianza de la


Cámara a través de la investidura

- Como una legitimidad de ejercicio: reflejada en el mantenimiento de la


confianza en el ejercicio de su función constitucional sin que se active el
mecanismo de exigencia de responsabilidad política del Gobierno, en la
moción de censura.

El segundo elemento tradicional del régimen parlamentario consiste en la


posibilidad de que el Gobierno disuelva anticipadamente el Parlamento. Formalmente,
la competencia de disolver el Parlamento corresponde al jefe del Estado, pero la
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decisión política de hacerlo compete al Gobierno, siendo el acto del Jefe del Estado
un acto debido.

1.2. El régimen parlamentario español

El Art. 1.3 CE establece que “la forma política del Estado español es la
Monarquía parlamentaria”. Esta fórmula recoge tanto la forma monárquica de la
Jefatura del Estado como la forma de gobierno parlamentaria.

El Art 99 CE y el Título V “De las relaciones entre el Gobierno y las CCGG”


recogen los elementos que se han señalado como característicos del régimen
parlamentario:

- Responsabilidad del Gobierno ante el Parlamento: Investidura, moción de


censura y cuestión de confianza.

- Facultad del Gobierno para disolver las Cortes

En general, la regulación constitucional de estas figuras está presidida por la


finalidad de garantizar la estabilidad del Gobierno, siempre dentro de la exigencia del
necesario mantenimiento del apoyo parlamentario.

Se debe tener en cuenta que tanto en la constitución del Gobierno como en la


exigencia de responsabilidad del mismo, el Congreso tiene un papel exclusivo,
siendo esta la función que más claramente marca la posición constitucional
preponderante de la Cámara Baja con respecto al Senado. Así, el Art. 108 CE
formula el principio general de responsabilidad política del Gobierno ante el Congreso
de los Diputados: “El Gobierno responde solidariamente en su gestión política ante el
Congreso de los Diputados”.

Aparte de las instituciones en las que se manifiesta la responsabilidad política


del Gobierno ante el Congreso de los Diputados, están las figuras a través de las
cuales las Cámaras llevan a cabo la labor cotidiana de control de la acción del
Gobierno: Interpelaciones, preguntas, proposiciones no de ley, mociones,
comparecencias, comunicaciones e informes.

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2. LA INVESTIDURA

2.1. Introducción

La investidura del Presidente del Gobierno es el acto en virtud del cual la Cámara
le otorga su confianza para que sea designado como tal, se encuentra regulado en el
Art. 99 CE, donde se establece, con carácter novedoso respecto al constitucionalismo
histórico español, el procedimiento ordinario para el nombramiento del Presidente del
Gobierno, pues el extraordinario sería el sistema directo de designación resultante de
la aprobación de una moción de censura previsto en el Art. 113 CE. Así, dicho
precepto establece lo siguiente:

En el régimen parlamentario, el Gobierno basa su legitimidad en la obtención de la


confianza de la mayoría de los representantes del pueblo. El respaldo de esa mayoría
es lo que convierte al Gobierno en una plasmación, aunque sea de manera indirecta,
de la soberanía.

La CE exige que se produzca una manifestación expresa de la confianza del


Congreso de los Diputados en el candidato a la Presidencia del Gobierno para que el
Gobierno pueda formarse y entrar en funciones.

La confianza que supone la investidura se otorga en función de una persona, el


candidato a Presidente de Gobierno, y de un programa de gobierno. En este sentido,
el Congreso ejerce un auténtico control sobre el Gobierno, aunque sea únicamente en
el momento de su formación.

2.2. Regulación y fases

La investidura del Presidente aparece regulada en el Art. 99 CE, complementada


con lo dispuesto en los Arts. 170 a 172 RCD. En esta regulación pueden distinguirse
varias fases: una primera de propuesta; a continuación, una fase de investidura
parlamentaria; y finalmente, el nombramiento por el Rey y la toma de posesión del
candidato investido.

El artículo 99 solo se refiere a la designación del Presidente del Gobierno,


existiendo una fase posterior, ajena a la intervención de las Cámaras, para el
nombramiento por aquél de sus Vicepresidentes y Ministros.

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La puesta en marcha del procedimiento se da “después de cada renovación del
Congreso de los Diputados, y en los demás supuestos constitucionales en que así
proceda”, es decir:

A) Renovación del Congreso de los Diputados, que a su vez procede: por el


agotamiento de la legislatura tras cuatro años de mandato; por disolución
voluntaria del Congreso; por disolución automática ante la imposibilidad de
designar un nuevo Presidente del Gobierno y por disolución automática, en
caso de revisión total u sustancial de la CE

B) Por pérdida de la confianza parlamentaria al fracasar una cuestión de confianza

C) La dimisión del Presidente del Gobierno

D) Fallecimiento del Presidente.

El procedimiento se inicia con las consultas regias. La función principal de estas


consultas es facilitar al jefe del Estado toda la información posible en cuanto al
candidato más idóneo para ser sometido a la confianza de la Cámara.

Se trata de un trámite constitucionalmente preceptivo. No se puede prescindir


del mismo ni cuando los resultados electorales evidencian una mayoría clara
favorable a un candidato concreto, aunque es evidente que solo será un trámite
tanto más relevante cuanto menor se ala claridad de los resultados electorales y de
los apoyos que pueda reunir uno u otro candidato. En este caso, si bien las
negociaciones pueden y suelen producirse al margen de la intervención del
Monarca, este podrá constatar, a través de las entrevistas previas, qué candidato
podrá obtener un mayor apoyo por parte de los miembros de la Cámara.

Es un trámite que el Monarca debe realizar personalmente, si bien es el


Presidente del Congreso de los Diputados el que le facilita el listado de las
personas que mantendrán las entrevistas correspondientes. El artículo 99 indica
que las consultas se realizarán “con los representantes designados por los grupos
políticos con representación parlamentaria”. El orden en que tales entrevistas se
realiza y que indica el Rey, va de menor a mayor importancia numérica de la
representación de los grupos políticos en el Congreso.

En todo caso, el trámite de consultas solo está excluido en el procedimiento de


designación automático y extraordinario del Presidente del Gobierno que constituye
la aprobación de una moción de censura.

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Las consultas previas, si bien son preceptivas, no son vinculantes, pero la
propuesta del Rey precisa el refrendo del Presidente del Congreso.

La propuesta de candidato se realiza por escrito y es posteriormente publicado en


el BOCG y, aunque nada dice la Constitución, el artículo 11 de la Ley 50/1997 de 27
de noviembre, del Gobierno, requiere ser español, mayor de edad, disfrutar de los
derechos de sufragio activo y pasivo, así como no estar inhabilitado para ejercer
empleo o cargo público por sentencia judicial firme y reunir el resto de requisitos de
idoneidad previstos en la <ley 30<72015, de 30 de marzo, reguladora del ejercicio del
alto cargo de la AGE. No exige norma alguna que el candidato a la Presidencia sea
miembro de alguna de las Cámaras, aunque esta condición facilita su presencia ante
ellas, rasgo típico del sistema parlamentario de gobierno.

La siguiente fase del procedimiento, el debate de investidura propiamente dicho,


se produce íntegramente en sede parlamentaria, en concreto, en el Congreso de los
Diputados. Así, nuestro sistema exige la confianza previa de la Cámara>: El candidato
propuesto por el Rey “expondrá ante el Congreso de los Diputados el programa
político del Gobierno que pretenda formar y solicitará la confianza de la Cámara”.

De otra parte, la confianza se personaliza en la figura del Presidente del Gobierno –


no sobre el Gobienro en pleno- lo que produce la preeminencia del Presidente, jefe
del poder ejecutivo. Ahora bien, el debate de investidura no versa exclusivamente
sobre su persona, sino también sobre su programa, que ha de presentar a la Cámara.

Ni la Constitución ni el Reglamento (artículos170 a 172) definen cuál ha de ser el


contenido de dicho programa, para cuya exposición dispone de un tiempo ilimitado.
En todo caso incluirá los objetivos más importantes de su futuro Gobierno y las
medidas concretas para llevarlos a cabo. Por otro lado, la designación de los Ministros
está constitucionalmente prevista como una fase posterior y no precisa por tanto la
confianza de la Cámara. Respecto al programa expuesto por el candidato, tiene tan
solo valor político y su eventual incumplimiento no podrá tener más que una sanción
de esta misma naturaleza y derivar, en último extremo, en una moción de censura que
le privara de la confianza inicialmente otorgada.

La regulación de la investidura se encuentra en los artículos 85.2 y 170 a 170 del


RCD de 1982 y, establece un debate previo a la votación. El esquema del debate es
el siguiente:

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- Por uno de los Secretarios de la Cámara se procede a la lectura de la
propuesta; intervención del candidato a la presidencia, sin límite de tiempo;
suspensión de la sesión por el tiempo previamente acordado; intervención
de los representantes de los grupos parlamentarios, por un máximo de
treinta minutos, siendo la práctica que este turno se inicie por la tarde y
continúe en la mañana siguiente, comenzando por el representante del
grupo mayoritario de la oposición siguiendo de mayor a menor, a excepción
del portavoz del grupo mayoritario que interviene en último lugar.

- El candidato podrá hacer uso de la palabra cuantas veces lo solicite,


contestando de forma individualizada o conjunta a los representantes de los
grupos

La organización de tal debate suele ser el objeto de la primera Junta de Portavoces


de cada legislatura, si bien los turnos de los grupos parlamentarios están
reglamentariamente tasados (30 minutos para la primera intervención y 10 minutos en
la réplica) sin perjuicio de las facultades de la Presidencia de la Cámara de
ordenación del debate.

La votación es nominal pública por llamamiento, comenzando por el nombre del


diputado sacado al azar, si bien los miembros del Gobierno en funciones y la Mesa
votarán al final.

Si en la primera votación el candidato no obtuviere el apoyo de la mayoría absoluta


de los miembros de la Cámara, mayoría que toma como base el número total de
diputados que para ese momento ya hayan perfeccionado su condición de tales, se
producirá una segunda votación, cuarenta y ocho horas después. Para esta ocasión
se establece que tanto el candidato como los grupos intervendrán solo para fijar su
posición con un tiempo limitado. En esta segunda votación, bastará con que el
candidato obtenga el apoyo de la mayoría simple de la Cámara.

Si tampoco en esta segunda ocasión se consiguiese la mayoría necesaria, el Rey


habrá de realizar nuevas y sucesivas propuestas, por el mismo procedimiento inicial.
Si pese a ello transcurren dos meses desde la primera votación de investidura sin que
ningún candidato haya obtenido la confianza del Congreso, el Rey disolverá las
Cámaras y convocará nuevas elecciones.

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Frente a ello, otorgada la confianza de la Cámara al candidato el Presidente del
Congreso lo comunicará al Rey, lo que realiza mediante escrito dirigido a su Majestad
refrendado por el Presidente del Congreso.

Aunque tampoco aquí la Constitución fija un plazo para la expedición del Real
Decreto de nombramiento, habitualmente el Presidente del Congreso comunica
personalmente al Rey el otorgamiento de la confianza parlamentaria el mismo día de
la votación, y en la misma audiencia el Monarca firma el Real Decreto de
nombramiento que es refrendado en ese acto por el Presidente de la Cámara.

Nombrado y publicado en el BOE el Real Decreto, el Presidente del Gobierno


tomará posesión de su cargo ante el Rey.

3. MOCIÓN DE CENSURA
3.1. Concepto

Es uno de los mecanismos de control parlamentario previstos en la Constitución


Española, por la que el Congreso puede exigir la responsabilidad política del Gobierno.
Debe ser presentada por al menos la décima parte de los Diputados e incluir un
candidato a Presidente de Gobierno. Para su aprobación se requiere mayoría
absoluta. Si no se aprueba, sus signatarios no pueden presentar otra en el mismo
perído de sesiones.

La moción de censura es el procedimiento constitucional que permite al Congreso


expresar, por iniciativa propia, la retirada de la confianza depositada en el Presidente
del Gobierno en la investidura.

Es el principal mecanismo de exigencia de responsabilidad política al Gobierno: “El


Congreso de los Diputados puede exigir la responsabilidad política del Gobierno
mediante la adopción por mayoría absoluta de la moción de censura” (Art 113.1 CE).

3.2. Procedimiento

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El Art 113.2 CE establece que “la moción de censura deberá ser propuesta al
menos por la décima parte de los Diputados y habrá de incluir un candidato a la
Presidencia del Gobierno”.

Así pues, nuestra CE ha recogido la figura de la moción de censura


constructiva, es decir, solo se puede exigir la responsabilidad política del Gobierno si
al mismo tiempo se propone una mayoría alternativa que respalde a un candidato.

La moción se presenta mediante escrito motivado dirigido a la Mesa del


Congreso y habrá de incluir un candidato a la Presidencia del Gobierno que haya
aceptado la candidatura. No es forzoso que el candidato sea Diputado, pero sí que
haya aceptado la candidatura.

La Mesa del Congreso admitirá a trámite la moción si cumple los requisitos,


dando cuenta de su presentación al Presidente del Gobierno y a los Portavoces de
los Grupos Parlamentarios

La admisión a trámite por la Mesa del Congreso de la moción de censura


presentada, supone que el Presidente del Gobierno no podrá proponer al Rey la
disolución de las Cámaras durante el tiempo que dure la tramitación.

El art. 113.3 Ce establece que “la moción de censura no podrá ser votada
hasta que transcurran 5 días desde su presentación”. Durante los dos primeros días
de ese plazo, pueden presentarse mociones alternativas con los mismos requisitos y
trámites que la moción originaria.

Lo que constituye una novedad respecto a otras Constituciones europeas es la


posibilidad de presentar mociones alternativas con distintos candidatos a loa jefatura
de Gobierno. Tal presentación deberá producirse dentro de los 2 días siguientes a la
presentación de la moción inicial, según establece el Art. 176.2 del Reglamento del
Congreso de los Diputados, y tendrán que reunir los mismos requisitos que esta.

En el debate previo a la decisión parlamentaria sobre la moción, se centra en


debatir la investidura del candidato alternativo propuesto. El RCD prevé el desarrollo
del debate:

- Presentación de la moción por uno de los firmante, sin límite de tiempo

- Exposición de su programa de gobierno por el candidato propuesto, sin


límite de tiempo

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- No se prevé la intervención en el debate del Presidente del Gobierno
censurado, aunque los miembros del Gobierno podrán hacer uso de la
palabra siempre que lo soliciten.

- Tras la necesaria interrupción del debate decretada por la Presidencia,


podrá intervenir un representante de cada uno de los Grupos parlamentarios
que lo soliciten, por tiempo de 30 minutos

- Todos los intervinientes tienen derecho a un turno de réplica o rectificación


de 10 minutos

La votación de la moción de censura será pública por llamamiento y se


realizará a la hora que previamente haya sido anunciada por la Presidencia, que no
podrá ser anterior al transcurso de 5 días desde la presentación de la moción en el
Registro General.

Si se hubiere presentado más de una moción, podrán debatirse


conjuntamente, pero habrán de ser sometidas a votación por separado, siguiendo
el orden de presentación. Si alguna resulta aprobada, las demás no serán
sometidas a votación

Para que la moción de censura prospere debe obtener, en todo caso, el voto
favorable de la mayoría absoluta de los miembros del Congreso. Este requisito
permite que un Gobierno que haya quedado en minoría en la votación de censura
pueda, sin embargo, continuar en ejercicio.

Si no se aprueba la moción, el Gobierno recupera la facultad de disolución


de las cámaras que había perdido al admitirse a trámite aquella. Además, si la
moción no prospera, los Diputados firmantes de la moción no podrán volver a
presentar otra durante el mismo periodo de sesiones. A estos efectos, la moción
presentada en periodo entre sesiones se imputará al periodo de sesiones
siguientes.

Si la moción es aprobada, el Presidente del Congreso lo dará a conocer


inmediatamente al Rey y al Presidente del Gobierno. Con la aprobación de la
moción, se entiende retirada la confianza al Presidente en ejercicio e investido de
ella al candidato alternativo v propuesto, por lo que el primero cesa y el Rey
nombrará Presidente al segundo, todo ello de forma automática sin necesidad de
acudir al procedimiento de investidura.

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4. CUESTIÓN DE CONFIANZA
4.1. Concepto

La cuestión de confianza es un instrumento para la exigencia directa de


responsabilidad política a los gobiernos que se debe a su propia iniciativa. La CE 1978
prevé expresamente esta figura en su artículo 112 en relación con el Gobierno de la
nación.

Rasgo esencial del sistema parlamentario de gobierno es la confianza que el


Parlamento deposita en su Poder Ejecutivo. Dicha confianza se entrega en un primer
momento –la investidura- o se presume en tanto no le sea denegada expresamente al
Gobierno.

Posteriormente, el Poder Ejecutivo se ve sometido de manera permanente al


control de la Cámara, hasta el punto de que en un momento dado puede revocarle la
confianza inicialmente otorgada. Esta revocación de la confianza parlamentaria se
puede ejercer en nuestro sistema constitucional a través de dos figuras: la cuestión de
confianza y la moción de censura. Estas son las únicas vías recogidas en la CE 1978
para poder exigir la responsabilidad política del ejecutivo en sentido estricto, es decir,
para poder provocar la destitución del Gobierno.

Mientras la cuestión de confianza es un instrumento para la exigencia directa de


responsabilidad política que se debe a la iniciativa del propio Gobierno, la moción de
censura es una iniciativa parlamentaria.

La CE 1978 prevé expresamente esta figura en su artículo 112, con el siguiente


tenor: “El <Presidente del Gobierno, previa deliberación del Consejo de ministros,
puede plantear ante el Congreso de los Diputados la cuestión de confianza sobre su
programa o sobre una declaración de política general. La confianza se entenderá
otorgada cuando vote a favor de la misma la mayoría simple de los Diputados”. Es por
tanto, una facultad de la que puede hacer uso o no, pero nunca una obligación
jurídico-constitucional.

Conforme a lo expuesto, el objeto de la cuestión de confianza en el sistema


español es doble: el programa del Presidente del Gobierno o una declaración de

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política general. La posibilidad de someter a la confianza de la Cámara su programa
se corresponde con el sistema previsto para su investidura, momento en el que
somete al Congreso el “programa político del gobierno que pretenda formar” y sobre el
que la Cámara le otorga inicialmente su confianza.

4.2. Procedimiento

Ante la ausencia de previsión constitucional en cuanto al procedimiento a seguir


para su debate y votación y del mismo modo en que se estableció para la investidura
en un primer momento, la regulación inicial se recogió en una Resolución de la
Presidencia del Congreso sobre presentación y votación de la cuestión de Confianza,
actualmente el procedimiento se contempla en los artículos 173 y 174 del RCD.

Así, la cuestión ha de presentarse en escrito motivado, acompañado de la


correspondiente certificación del Consejo de Ministros que acredite la deliberación
previa. El escrito ha de ser calificado y admitido a trámite por la Mesa de la Cámara,
una vez verificado el cumplimiento de los requisitos formales. Posteriormente, el
Presidente del Congreso de los Diputados dará cuenta del mismo a la Junta de
Portavoces y convocará el Pleno.

El debate se desarrollará en los términos establecidos para el debate de


investidura, por tanto: exposición de la cuestión por el Presidente del Gobierno, sin
límite de tiempo, seguida de una interrupción y posterior discusión con los
representantes de cada grupo parlamentario, que dispondrán de un turno de 30
minutos cada uno en su intervención inicial y de 10 minutos para la réplica.

Finalizado el debate, y a la hora previamente anunciada por la Presidencia de la


Cámara, se procederá a la votación, la cual no podrá tener lugar hasta que hayan
transcurrido 24 horas desde su presentación, periodo este de enfriamiento,
característico del “parlamentarismo racionalizado”.

Conforme establece el artículo 85.2 del propio Reglamento, la votación será pública
por llamamiento. Ello significa que los Secretarios de la Cámara irán nombrando a los
diputados, que responderán “si”, “no” o “abstención”, debiendo realizarse el

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llamamiento por orden alfabético de primer apellido, comenzando por el diputado cuyo
nombre sea sacado a suerte, votando el Gobienro y la Mesa de la Cámara al final.

Cualquiera que sea el resultado de la votación, el Presidente del Congreso lo


comunicará al Rey y al Presidente del Gobierno

La confianza de la Cámara se entenderá otorgada cuando obtenga el voto de la


mayoría simple de los Diputados.

Finalmente, el artículo 114.1 CE establece que “si el Congreso niega su confianza


al Gobierno, este presentará su dimisión al Rey, procediéndose a continuación a la
designación del Presidente del Gobierno, según lo dispuesto en el artículo 99”.

4.3. Cuestión de confianza en las CCAA

Por lo que respecta a la cuestión de confianza en el ámbito de las CCAA es


preciso indicar, que el art 151 CE señala que “el Presidente y los miembros del
Consejo de Gobierno serán políticamente responsables ante la Asamblea”. Con ello se
impone, por lo tanto, la relación entre los Gobiernos autonómicos y sus Asambleas,
pero no se dice nada acerca de los concretos mecanismos a través de los que esta se
puede ejercer, dejando el camino abierto a su libre regulación en los respectivos EEAA
y Leyes de gobierno autonómicas.

Sin embargo, la casi totalidad de la normativa autonómica ha reproducido


sustancialmente el modelo parlamentario de ámbito nacional De este modo, se ha
recogido el principio del control – responsabilidad política del Ejecutivo ante la
Asamblea, que se canaliza por medio de la cuestión de confianza y de la moción de
censura.

Por otro lado, aunque el Presidente de la Comunidad es quien personifica la


responsabilidad del Ejecutivo ante la Asamblea, el Gobierno se presenta como un
órgano colegiado que responde también de manera solidaria ante el Parlamento
autonómico, de forma que se produce automáticamente su remoción, cuando su
Presidente ha perdido la confianza.

De esta suerte, su regulación en los diferentes Estatutos y en las distintas


Leyes de gobierno en las CCAA se caracteriza por los siguientes elementos:

- El Presidente del Gobierno autonómico es el único, previa deliberación con


los demás miembros de este, para interponer la cuestión de confianza
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- La confianza se entiende otorgada, como regla general, cuando vote a su
favor la mayoría simple de los miembros de la Asamblea

- Si la moción de confianza resulta rechazada, el Presidente del Consejo de


Gobierno se halla obligado a dimitir, abriéndose un período de elección, de
acuerdo con el procedimiento de investidura.

4.4. Cuestión de confianza en el ámbito local

Y por lo que respecta al ámbito local, ola cuestión de confianza se regula en la Ley
Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) que, en su exposición de motivos,
dice que la introducción de la cuestión de confianza está vinculada a proyectos
concretos, como son la aprobación de los presupuestos de la corporación, del
reglamento orgánico, de las ordenanzas fiscales y de la aprobación que ponga fin a la
tramitación municipal y los instrumentos de planeamiento general de ámbito municipal.
En definitiva, a los grandes temas esenciales para la buena marcha de un
Ayuntamiento y siempre, naturalmente, de la competencia exclusiva del Pleno.

Se trata con ello de dotar a los Ayuntamientos de un instrumento que permita


superar las situaciones de rigidez o de bloqueo en el proceso de toma de decisiones
en las materias señaladas, que tienen la máxima trascendencia en el desarrollo del
gobierno municipal.

Así pues, la cuestión de confianza es el planteamiento, por parte del Alcalde al


Pleno del Ayuntamiento, de un punto controvertible, uniendo a su factible resolución la
permanencia o no en su cargo.

Para finalizar, en el caso de las Diputaciones Provinciales, la LOREG permite que


el Presidente de la Diputación Provincial puede también plantear la cuestión de
confianza en los mismos términos que la Ley prevé para los Alcaldes, con la única
particularidad de que los asuntos a cuya aprobación o modificación se puede vincular
la cuestión de confianza son: los presupuestos anuales, el reglamento orgánico y el
Plan provincial de cooperación a las obras y servicios de competencia municipal.

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