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Bajo esa misma línea, Pierre Cesare Bori consideraba que Chéjov restituía “el
derecho de todo el mundo a probar diversos caminos, a errar, alcanzando con ello
un desarrollo pleno de su humanidad”[CITATION Ant05 \p 14 \l 9226 ].
En ese sentido, Chéjov era un liberal, un demócrata. Y eso recuerda, a su vez, a
una de las autoras vivas y actuales que Chéjov influyó. Es, a saber, Alice Munro.
Pero antes de hablar de ella, señalando los aspectos en los que ella coincide y se
distancia de Chéjov, cabe mencionar a otros autores que hicieron parte de la
escuela literaria que Chéjov edificó: la escuela de la imitación de la vida. En este
paquete de escritores encontramos a Raymond Carver, Arthur Miller, Katherine
Mansfield, William Faulkner, James Joyce, Ernest Hemigway, Eudora Welty,
Katherine Anne Porter, Flannery O’Connor, Carson McCullers, Juan Gabriel
Vásquez, Clara Obligado, entre otros.
Pues bien, ¿por qué, dentro de todos estos autores, elegí a Alice Munro para
hacer el paralelo con Chéjov? Hay dos razones: una, personal, porque es una de
mis autoras preferidas. La otra razón es que ella, al igual que Chéjov,
revolucionaron el género del cuento. Y eso los hace admirables.
A grandes rasgos, lo que más se asemeja Alice Munro con Chéjov es la sutileza,
la brevedad, la síntesis (la crítica ha dicho de ambos que sus relatos son
micronovelas o novelas concentradas), el momento epifánico, la segunda historia
sin revelar, la agudeza con la que describe la psicología humana, el interés por el
hombre corriente (en Alice Munro principalmente es la mujer), la libertad, la
cotidianidad, y esa estética de lo aparentemente superfluo y monótono. No
obstante, los dos tienen sus notables diferencias. Alice Munro, por ejemplo, rompe
con la linealidad de la historia, destruye la estructura del cuento y lo convierte en
una suerte de puzzle; además, incorpora gestos de la novela, como son las
subtramas, los recuerdos, los saltos en el tiempo. Por otro lado, en cuanto a las
descripciones de objetos, ella no las hace para comunicar emociones, sino para
darle al lector una intimidad con los personajes. Aun así, las dos diferencias más
destacables son: primero, que Alice Munro abarca el arco de vida del personaje
(algo muy novelístico). Y, segundo, a ella no le interesa el arma de Chéjov.
Muchos de los elementos no vuelven a aparecer en escena, sólo funcionan, como
mencioné anteriormente, para crear un ambiente de intimidad, de cercanía. La
trama muy bien podría prescindir de ellos. Pero claro, como a Chéjov, la trama no
es lo más importante para ella, sino el silencio que la sostiene.
Hay una frase de Grace Paley que podría definir la visión de Chéjov y Alice Munro
sobre los finales en los cuentos, y es la siguiente:
“Siempre he despreciado esa línea recta irremediable entre dos puntos, donde la
primera frase va seguida de una trama. No por razones literarias, sino porque
desvanece toda esperanza. Todo el mundo, sean seres reales o inventados,
merece el destino abierto de la vida”.[ CITATION Enr05 \l 9226 ]
Es decir, a ambos autores les interesa esa apertura al término de la narración, esa
sensación que deja al lector de que la vida de los personajes transcurre aun
después del punto final.
Y a propósito del punto final, ya para concluir, quiero destacar los siguientes
trabajos que se han hecho sobre Chéjov (desde tesis hasta artículos de
investigación): Antón Chéjov, médico, enfermo, melancólico y escritor de
genio[ CITATION Bru15 \l 9226 ] , es un artículo donde se nos hace una breve
aproximación del autor ruso, tanto a nivel personal como literario. La dama del
perrito: intertextualidad a través de las traducciones [CITATION Olg12 \l 9226 ], es un
artículo que nos presenta los paralelos que se ha hecho de traducciones tanto en
español, ruso e inglés, del relato insigne de Chéjov. Esto con el objeto de indicar
cuál de las traducciones que se ha realizado del autor ha logrado capturar el
sentido en que éste usaba sus palabras. En cuanto a sus obras teatrales, hay un
artículo que se titula Sentidos del lexema “Gaviota” en la traducción española de
la obra de Chéjov[ CITATION Mar16 \l 9226 ] , donde explora los distintos sentidos que
comporta la palabra que nombra la pieza teatral del autor ruso. Por otro lado, la
tesis Arquetipos humanos imaginarios rusos en tres piezas teatrales de Antón
Pávlovich Chéjov[ CITATION Die10 \l 9226 ], vale la pena ser destacada. Y de qué
hablar de las películas que se han hecho con base a sus relatos y obras teatrales.
En este campo sobresale Extraña confesión, basada en La dama del perrito y
dirigida en 1944 por Douglas Sirk. Finalmente, Tres hermanas, cuya historia de
base es la obra homónima de Chéjov. Esta última película fue lanzada en 1970 y
dirigida por el grandioso Laurence Olivier.
Como advertimos, la pluma sensible, liberal y demócrata de Chéjov sigue sin
agotarse.
BIBLIOGRAFÍA