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 Aunque Jehová nos hizo del polvo del suelo, valemos mucho más que un puñado de tierra

(Gén. 2:7). Veamos algunas razones por las que sabemos que somos valiosos para Dios. Por
ejemplo, nos creó con la capacidad de reflejar sus cualidades ( Gén. 1:27). De ese modo, nos
colocó por encima del resto de la creación física, de modo que nos puso a cargo de la Tierra y los
animales (Sal. 8:4-8).
Descarta el relato bíblico de la creación la posibilidad de que el universo
empezara con el Big Bang,  o la Gran Explosión?
La Biblia dice: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). Pero no da
detalles de cómo  creó Dios todas las cosas. Aunque el universo fuera el resultado de una
explosión cósmica, eso no contradice lo que afirma la Biblia. En ese caso, Génesis 1:1 estaría
respondiendo a la pregunta de quién  causó esa gran explosión.
Es cierto que muchos científicos creen que la explosión fue espontánea y sin ningún control, y
que con el tiempo las partículas de materia formaron las estrellas y los planetas. La Biblia
no apoya esa idea, sino que dice que Dios mismo creó el universo, ya fuera usando una
explosión cósmica o cualquier otro medio.
“En el principio Dios creó los cielos y la tierra”  (Génesis
1:1)
Cómo podía haber un árbol que transmitiera conocimiento y otro que concediera
vida?
Hay que aclarar que el relato bíblico no enseña que estos dos árboles tuvieran algún tipo de
poder sobrenatural. En realidad, se trataba de árboles normales a los que Jehová dio un
significado simbólico.
Los seres humanos también atribuimos un significado especial a ciertas cosas. Pensemos en el
caso de un juez que condena a una persona por cometer desacato al tribunal. ¿Significa eso que
tal persona ha cometido una falta de respeto contra las mesas, sillas y paredes de la sala del
tribunal? Claro que no. Lo que quiere decir es que faltó el respeto al sistema de justicia al que
dicho tribunal representa. Otro ejemplo son las coronas y cetros que los monarcas suelen usar
como símbolo de su autoridad.
Entonces, ¿qué representaban los dos árboles del jardín de Edén? Se han propuesto diversas y
complicadas teorías, pero la verdadera respuesta es sencilla y de gran importancia para
nosotros. El árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo simbolizaba el derecho exclusivo que
Dios tiene de decidir lo que está bien y lo que está mal (Jeremías 10:23). Por eso es que
Jehová consideraba que comer de aquel árbol era una falta muy grave. Y el árbol de la vida
representaba la vida eterna, un don que solo Dios puede conceder ( Romanos 6:23).
El relato de Génesis informa que durante el cuarto “día” creativo, Dios hizo que “[llegase] a
haber lumbreras en la expansión de los cielos”. ( Gé 1:14, 19.)
En el tercer “día” creativo Dios hizo que la tierra produjese “vegetación que da semilla según su
género”, la cual, por lo tanto, se podía reproducir. ( Gé 1:11-13.)
it-2 págs. 1185-1186 - Perspicacia, volumen 2
Pájaros (7 veces)

Los pájaros estuvieron entre las primeras criaturas vivientes que hubo sobre la Tierra, pues
llegaron a existir en el quinto “día” creativo junto con las criaturas marinas. ( Gé 1:20-23.)
it-2 págs. 578-580 - Perspicacia, volumen 2
En el relato de Génesis sobre la creación se menciona que en el segundo “día” Jehová hizo que
hubiese una expansión (llamada “Cielo”) en torno a la Tierra, que separara las aguas que
estaban debajo, es decir, los océanos que había sobre la superficie terrestre, de las que estaban
sobre la expansión. (Gé 1:6-8.)
La propia esposa de Adán, Eva, como ‘hueso de sus huesos y carne de su carne’, estaba
emparentada con él aún más estrechamente que una hermana. ( Gé 2:22-24.)
it-1 págs. 1121-1124 - Perspicacia, volumen 1
La hierba apareció durante el tercer día creativo (Gé 1:11-13), y ha servido como fuente de
alimento directa o indirecta tanto para el hombre como para los animales.
it-1 pág. 1140 - Perspicacia, volumen 1
Obediencia (2 veces)
Dios informó al hombre desde el principio que la obediencia era básica, una cuestión de vida o
muerte. (Gé 2:16, 17.)
it-2 págs. 512-515 - Perspicacia, volumen 2

Expiación (1 vez)

Sin embargo, los sacrificios de animales no podían expiar por completo el pecado humano,
porque la creación animal es inferior al hombre, a quien se dio el dominio sobre ella. ( Gé
1:28; Sl 8:4-8; Heb 10:1-4; véanse DÍA DE EXPIACIÓN; OFRENDAS.)
it-1 págs. 899-900 - Perspicacia, volumen 1
Jehová también ha invitado a los seres humanos a trabajar con él. A Adán le dio la tarea de
poner nombres a los animales (Gén. 2:19, 20). Imagínese al primer hombre estudiando el
comportamiento y las características de los animales para decidir qué nombre les pondría. ¡Qué
trabajo tan hermoso! Jehová pudo haber realizado él mismo esa labor; al fin y al cabo, él los
creó. Pero dejó que Adán lo hiciera y así le demostró que lo quería mucho. También le dio la
oportunidad de extender el jardín de Edén por toda la Tierra ( Gén. 1:27, 28).
Lamentablemente, Adán decidió dejar de trabajar con Jehová, y el resultado fue un desastre
(Gén. 3:17-19, 23).
). Hoy, Jehová nos invita a darle todo nuestro apoyo al Reino, y hay muchas maneras de
colaborar. Quizás no podamos participar en algunas de ellas; lo que sí podemos hacer todos es
predicar. Claro, Dios no nos necesita para llevar a cabo esa labor. Él podría hablarle a la gente
directamente desde el cielo; hasta podría hacer que las piedras hablaran del Reino, como dijo
Jesús (Luc. 19:37-40). Aun así, nos permite ser sus colaboradores (1 Cor. 3:9). El apóstol
Pablo escribió: “Encolaboración con él,  nosotros también les suplicamos que
no acepten la bondad inmerecida de Dios y dejen de cumplir su propósito” ( 2 Cor. 6:1).
Trabajar con Jehová es un honor inmerecido, pero nos alegra que nos lo haya dado. Veamos por
qué.

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