Los modelos mentales proponen un mecanismo general del proceso que
subyace al razonamiento humano, con capacidad para explicar tanto la competencia deductiva como algunos de los más significativos errores y sesgos documentados en la literatura, y que ha permitido la predicción de nuevos y sugerentes fenómenos. En la teoría de los modelos mentales el referente de la representación no es el texto sino la situación que se describe, lo cual implica que los elementos que lo conforman y las relaciones entre elementos son derivados directamente desde el mundo fuera del modelo. Según Johnson Laird, las expresiones del lenguaje natural sustituyen realidades extralingüísticas y el vínculo entre ambas proviene de la construcción de un doble del mundo. Los modelos son concebidos como estructuras mentales provisorias que se forman en la memoria de trabajo en el momento de la interacción con el mundo y el lenguaje. Su función específica es hacer explícitos los objetos, las propiedades y las relaciones en el seno de una situación y tornarlos disponibles para hacer inferencias. Cada entidad es representada por un elemento correspondiente en el modelo, las propiedades de las entidades son representadas por las propiedades de sus elementos, y las relaciones entre las entidades son representadas por las relaciones entre sus elementos.
Así, por ejemplo, dado un problema sencillo como el siguiente:
B está a la derecha de A C está a la derecha de B ¿Cuál es la relación entre A y C?
Dará lugar a un modelo que representa el estado de cosas que describe
la primera premisa:
AB
luego al modelo de la segunda premisa:
BC
A continuación, ambos modelos se integran en un modelo simple:
ABC
La relación entre los elementos en el modelo permite concluir:
«C está a la derecha de A».
La deducción es descrita como el resultado de un proceso de pensamiento en tres estadios: 1) Los razonadores construyen modelos mentales de las premisas: El primer estadio es de comprensión. Los razonadores construyen modelos mentales de las premisas utilizando su conocimiento del mundo y el lenguaje para comprender las informaciones iniciales y construir una representación del estado de cosas que describen.
2) Formulan una conclusión tentativa y no trivial acerca de las
relaciones en el modelo: El segundo estadio consiste en la interpretación de los contenidos mentales para intentar derivar una conclusión que describa de modo sencillo lo que está representado en el/los modelo/s, manteniendo la información semántica de las premisas y expresando algo que no se encuentre explícitamente en ellas.
3) Buscan modelos alternativos admitidos por las premisas y que
falsean la conclusión: El tercer estadio del proceso de razonamiento (en este caso deductivo), es el de validación. Este estadio es el propiamente deductivo porque en él reside la posibilidad de asegurar el carácter necesario de la conclusión.
Para razonar correctamente, una persona debe ser capaz de construir
modelos que representen cualquiera de las distintas formas en las que las premisas de un argumento podrían ser verdaderas, pero excluyendo cualquier modelo de la situación en que aquéllas serían definitivamente falsas.
La cuestión decisiva es que diferentes problemas requieren diferentes
cantidades de modelos para su solución, dependiendo de los distintos tipos de situaciones en el mundo con los que las premisas son compatibles.