Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Pág. 1
Diplomado Educar para la Paz Programa de apoyo a la Docencia Entre Todos
Curso Hacia una Cultura de Paz
Pág. 2
Diplomado Educar para la Paz Programa de apoyo a la Docencia Entre Todos
Curso Hacia una Cultura de Paz
Queda decretado que los hombres están libres del yugo de la mentira. Nunca más será preciso
usar la coraza del silencio ni la armadura de las palabras. El hombre se sentará a la mesa con la
mirada limpia, porque la verdad pasará a ser servida antes del postre.
Artículo 6
Queda establecido, que durante diez siglos, el lobo y el cordero pastarán juntos y la comida de
ambos tendrá el mismo gusto de aurora. De acuerdo a lo soñado por el profeta Isaías.
Artículo 7
Por decreto irrevocable queda establecido el reinado permanente de la justicia y de la claridad. Y
la alegría será una bandera generosa para siempre enarbolada en el alma del pueblo.
Artículo 8
Queda decretado que el mayor dolor siempre fue y será siempre no poder dar amor a quien se
ama, sabiendo que es el agua quien da a la planta el milagro de la flor.
Artículo 9
Queda permitido que el pan de cada día tenga en el hombre la señal de su sudor. Pero; que sobre
todo tenga siempre el caliente sabor de la ternura.
Artículo 10
Queda permitido a cualquier persona a cualquier hora de la vida el uso del traje blanco.
Artículo 11
Queda decretado, por definición, que el hombre es un animal que ama, y que por eso es bello,
mucho más bello que la estrella de la mañana.
Artículo 12
Decretase que nada estará obligado ni prohibido. Todo será permitido. Inclusive jugar con los
rinocerontes, y caminar por las tardes con una inmensa begonia en la solapa.
Parágrafo:
Sólo una cosa queda prohibida: amar sin amor.
Artículo 13
Queda decretado que el dinero no podrá nunca más comprar el sol de las mañanas venideras.
Expulsado del gran baúl del miedo, el dinero se transformará en una espada fraternal, para
defender el derecho de cantar y la fiesta del día que llegó.
Artículo Final
Queda prohibido el uso de la palabra libertad, la cual será suprimida de los diccionarios y del
pantano engañoso de las bocas. A partir de este instante, la libertad será algo vivo y transparente,
como un fuego o un río, o como la semilla del trigo y su morada será siempre el corazón del
hombre.
Pág. 3
Diplomado Educar para la Paz Programa de apoyo a la Docencia Entre Todos
Curso Hacia una Cultura de Paz
y nadie verterá
la sangre de su hermano.
El mundo será entonces de las fuentes
y las espigas, que impondrán su imperio
de abundancia y frescura sin fronteras.
Los ancianos tan sólo, en el domingo
de su vida apacible,
esperarán la muerte,
la muerte natural, fin de jornada,
paisaje más hermoso que el poniente.
XX
Yo soy el habitante de las piedras
sin memoria, con sed de sombra verde;
yo soy el ciudadano de cien pueblos
y de las prodigiosas Capitales,
el Hombre Planetario,
tripulante de todas las ventanas
de la Tierra aturdida de motores.
Soy el hombre de Tokio, que se nutre
de bambú y pececillos;
el minero de Europa,
hermano de la noche;
el labrador del Congo y de la arena,
el pescador de ostiones polinesio,
soy el indio de América, el mestizo, el amarillo, el negro,
y soy los demás hombres del planeta.
Sobre mi corazón firman los pueblos
un tratado de paz hasta la muerte.
Pág. 4
Diplomado Educar para la Paz Programa de apoyo a la Docencia Entre Todos
Curso Hacia una Cultura de Paz
un solo canto por la Paz en el mundo.
Hoy no he firmado el poema ni los pequeños artículos,
ni el documento que te esclaviza,
no he firmado la carta que no siente
ni el mensaje que durará un segundo.
Hoy he dado mi firma para la Paz.
Para que el tiempo no se detenga,
para que el sueño no se inmovilice,
para que la sonrisa sea alta y clara,
para que una mujer aprenda a ver crecer a su hijo
y las pupilas del hijo vean cómo su madre es cada día más joven.
Hoy he dado una firma, la mía, para la Paz.
Un mar de firmas que ahogan y aturden
al industrial y al político de la guerra.
Una gigantesca oleada de gigantescas firmas:
la temblorosa del niño que apenas balbucea la palabra,
la que es una rosa de llanto de la madre,
la firma de humildad -la firma del poeta.
Hoy he elevado en una el número mundial de firmas por la Paz.
Y estoy contento como un adolescente enamorado,
como un árbol de pie, como el inagotable manantial
y como el río con su canción de soberbios cristales.
Hoy parece que no he hecho nada
y sin embargo, he dado mi firma para la Paz.
La joven me sonrió y en sus labios había una paloma viva,
y me dio las gracias con sus ojos de esperanza
y yo seguí mi camino en busca de un libro para mis hijos.
Pues ahí estaba mi firma, precisa y diáfana,
al pie del Llamamiento de Berlín.
Parece que no he hecho nada
y sin embargo, creo haber multiplicado mi vida
y multiplicado los más sanos deseos.
Hoy he dado mi firma para la Paz.
En algún lugar
tiene que haber un rayo de luz
que disipe las tinieblas del futuro
una esperanza
que no se deje matar por el desencanto
Pág. 5
Diplomado Educar para la Paz Programa de apoyo a la Docencia Entre Todos
Curso Hacia una Cultura de Paz
y una fe
que no pierda inmediatamente la fe en si misma
En algún lugar
tiene que haber un niño inocente
al que los demonios no han conquistado aún
un frescor de vida
que no espire putrefacción
y una felicidad
que no se base en las desgracias de los demás.
En algún lugar
tiene que haber un despertador de la sensatez
que avise el peligro de los juegos autoaniquiladores
una gravedad
que se atreva a tomarse en serio
y una bondad
cuya raíz no sea simplemente maldad frenada.
En algún lugar
tiene que haber una belleza
que siga siendo belleza
una conciencia pura
que no oculte un crimen apartado
tiene que haber
un amor a la vida
que no hable con lengua equívoca
y una libertad
que no se base en la opresión de los de
Pág. 6
Diplomado Educar para la Paz Programa de apoyo a la Docencia Entre Todos
Curso Hacia una Cultura de Paz
Sin sangre y sin rencor
que eclipsen la bondad de las miradas.
Con palabras
Nada más que con palabras
vamos a levantar castillos
de ilusiones
entre las nubes de doradas playas.
Sin pasiones que quiebren la armonía
de las almas.
Sin odios. Sin el llanto ni la muerte
que dejen a su paso las batallas.
Sin pistolas.
Sin la tétrica voz de los cañones
para cargar de cruces
los gallos de la diana.
(Fundiremos en cánticos de amor
continentes y razas
para construir los mundos del futuro
con palabras).
¡Solamente con palabras!
Pág. 7
Diplomado Educar para la Paz Programa de apoyo a la Docencia Entre Todos
Curso Hacia una Cultura de Paz
Pág. 8
Diplomado Educar para la Paz Programa de apoyo a la Docencia Entre Todos
Curso Hacia una Cultura de Paz
el ansia de encontrar
la dimensión de una verdad completa.
Un hombre muere en mí siempre que en Asia,
o en la margen de un río
de África o de América,
o en el jardín de una ciudad de Europa,
Una bala de hombre mata a un hombre.
Y su muerte deshace
todo lo que pensé haber levantado
en mí sobre sillares permanentes:
La confianza en mis héroes,
mi afición a callar bajo los pinos,
el orgullo que tuve de ser hombre
al oír -en Platón- morir a Sócrates,
y hasta el sabor del agua, y hasta el claro
júbilo de saber que dos y dos son cuatro...
Porque de nuevo todo es puesto en duda,
Todo se interroga de nuevo
y deja mil preguntas sin respuesta
en la hora en que el hombre
penetra -a mano armadaen
la vida indefensa de otros hombres.
Súbitamente arteras,
las raíces del ser nos estrangulan.
Y nada está seguro de sí mismo
-ni en la semilla en germen,
ni en la aurora la alondra,
ni en la roca el diamante,
ni en la compacta oscuridad la estrella,
¡cuándo hay hombres que amasan
el pan de su victoria
con el polvo sangriento de otros hombres!
11) PAZ PARA LOS CREPÚSCULOS QUE VIENEN Pablo Neruda. Chile
PAZ para los crepúsculos que vienen,
paz para el puente, paz para el vino,
paz para las letras que me buscan
y que en mi sangre suben enredando
el viejo canto con tierra y amores,
paz para la ciudad en la mañana
Pág. 9
Diplomado Educar para la Paz Programa de apoyo a la Docencia Entre Todos
Curso Hacia una Cultura de Paz
cuando despierta el pan, paz para el río
Mississippi, río de las raíces:
paz para la camisa de mi hermano,
paz en el libro como un sello de aire,
paz para el gran koljós de Kíev,
paz para las cenizas de estos muertos
y de estos otros muertos, paz para el hierro
negro de Brooklyn, paz para el cartero
de casa en casa como el día,
paz para el coreógrafo que grita
con un embudo a las enredaderas,
paz para mi mano derecha,
que sólo quiere escribir Rosario:
paz para el boliviano secreto
como una piedra de estaño, paz
para que tú te cases, paz para todos
los aserraderos de Biobío,
paz para el corazón desgarrado
de España guerrillera:
paz para el pequeño Museo de Wyoming
en donde lo más dulce
es una almohada con un corazón bordado,
paz para el panadero y sus amores
y paz para la harina: paz
para todo el trigo que debe nacer,
para todo el amor que buscará follaje,
paz para todos los que viven: paz
para todas las tierras y las aguas.
Yo aquí me despido, vuelvo
a mi casa, en mis sueños,
vuelvo a la Patagonia en donde
el viento golpea los establos
y salpica hielo el Océano.
Soy nada más que un poeta: os amo a todos,
ando errante por el mundo que amo:
en mi patria encarcelan mineros
y los soldados mandan a los jueces.
Pero yo amo hasta las raíces
de mi pequeño país frío.
Si tuviera que morir mil veces
allí quiero morir:
si tuviera que nacer mil veces
Pág. 10
Diplomado Educar para la Paz Programa de apoyo a la Docencia Entre Todos
Curso Hacia una Cultura de Paz
allí quiero nacer,
cerca de la araucaria salvaje,
del vendaval del viento sur,
de las campanas recién compradas.
Que nadie piense en mí.
Pensemos en toda la tierra,
golpeando con amor en la mesa.
No quiero que vuelva la sangre
a empapar el pan, los frijoles,
la música: quiero que venga
conmigo el minero, la niña,
el abogado, el marinero,
el fabricante de muñecas,
que entremos al cine y salgamos
a beber el vino más rojo.
Yo no vengo a resolver nada.
Yo vine aquí para cantar
y para que cantes conmigo.
Pág. 11
Diplomado Educar para la Paz Programa de apoyo a la Docencia Entre Todos
Curso Hacia una Cultura de Paz
Y vendrán nuevos hijos para las madres tristes.
Y un nuevo pan
más dulce y más sabroso
desbordará las mesas de mi pueblo.
Y una nueva esperanza
desbordará los pechos reconstruidos.
Pág. 12
Diplomado Educar para la Paz Programa de apoyo a la Docencia Entre Todos
Curso Hacia una Cultura de Paz
Y nunca, ni tú ni yo, podremos verles.
Y ellos son tan iguales y tan diferentes.
Y a pesar de todo eso, jamás se negarían a ser leales amigos nuestros.
¡Plenamente!
¿Y qué ha sido la guerra?
¡Destrucción y exterminio! ¡Pretexto de unos cuántos para extender su dominio
Bajo la noble sombra de una patria bandera!
Ambición de los pueblos por la tierra ajena.
Moneda que asalta los mercados con su fría presencia
y en su implacable rueda hace girar la vida de los hombres
en putrefacta carne que su sed alimenta.
¿Y valdrá la pena sacrificar la vida de los hombres en medio del horror de una contienda?
¡Que respondan los huérfanos de guerra!
Ellos que saben cuántas toneladas pesa una sola granada en la trinchera, una bomba en la acera,
la que abrió en
pedazos su intimidad en casa, o simplemente la pequeña bala que llegó por sorpresa.
¡Que respondan las novias de los héroes!
Ellas que amaron la sombra que partiera, ellas que aún recuerdan la sonrisa y el beso que jamás
volviera, los
días o los años de espera. Y al recibir temblando una noticia, la ilusión que se quiebra.
¡Que respondan las viudas y las madres!
A ver qué nos contestan ellas,
Ellas que saben si el fiel de la balanza se inclina hacia el honor o la miseria, si vale más una medalla
o una cruz
ignorada y macilenta, sobre un campo olvidado que no sabrá de ofrendas.
¡Que respondan Hiroshima y Nagazaki enteras!
¡Que responda la Tierra!
¡Y que respondan todos los hombres que a los pueblos gobiernan!...
Pág. 13
Diplomado Educar para la Paz Programa de apoyo a la Docencia Entre Todos
Curso Hacia una Cultura de Paz
con un arca debajo de la tabla,
llena de pan igual,
y tantos platos como tantos hombres
está la mesa de la paz.
No está hacia el lado de la voz airada;
no puede estar;
ni de la mano abierta frente al barco
que hecha el trigo en el mar;
ni del sótano oscuro de la ciencia
tras de la fórmula infernal.
No está; no ha estado nunca,
ni nunca estará.
Hacia el lado del día hay que buscarla,
donde la flor se da;
hacia donde se ha ido la paloma;
ahí, no más.
El camino es de río sin fronteras;
por él se va.
Acaba en un inmenso mar sin lindes:
la unidad del trigal.
Hay una voz antigua que reclama;
dice: no matarás,
y una voz que conduce;
dice: ama a tu igual.
La mesa del amor está hacia el lado
donde se ve clarear;
hacia el lado del canto matutino;
ahí, no más.
No está en la noche del temor y el hambre;
no puede estar;
ni del resentimiento, ni del odio
sin sueño, en soledad;
no está; no ha estado nunca,
ni nunca estará.
Está en el reino de la vara justa,
del buen pesar:
Cada cual con su vino en la garrafa;
cada cual con su sal;
cada cual con su estrella y con su rosa,
para soñar.
El aceite es hermoso en la aceitera:
tal su lugar;
Pág. 14
Diplomado Educar para la Paz Programa de apoyo a la Docencia Entre Todos
Curso Hacia una Cultura de Paz
la harina lo es en las amantes manos
que hiñen el pan;
el arroz, cuando cae de los puños
con rumor de collar;
la naranja, en el plato, dividida
según ella se da.
Nada de lo escondido y lo negado
sirve a la paz.
Esto es tan cierto como el sol que ciega.
Esto es verdad.
Donde el aire es de pan puesto a la vista,
allí está.
La mesa limpia quiere manos limpias;
no quiere más.
Ya la ha encontrado el ave; ya la bestia,
tomando el viento, nada más.
Ya la ha encontrado, y está debajo de ella,
el can,
y junto a ella, el ángel
meditativo de la grulla real.
Sólo tú no la hallas, hombre triste;
descaminado vas,
con tu mujer dolida,
hecha para crear,
con tu hijo,
que un día amargarán.
Tira el arma en la hierba mancillada
de sangre y alquitrán.
El arma que te han dado y que te pesa,
tírala.
También las piedras del rencor y el odio;
también, arrójalas.
Deja el mundo del trueno y la tiniebla.
Sal a la claridad.
Corta la rosa con tus manos libres;
la rosa, córtala.
Toma del brazo a tu mujer, a tu hijo,
y ponte a caminar.
La mesa del amor está a la vuelta,
la mesa de la paz;
a la vuelta del día con su pájaro;
ahí, no más.
Pág. 15
Diplomado Educar para la Paz Programa de apoyo a la Docencia Entre Todos
Curso Hacia una Cultura de Paz
A veces la paz
no es más que miedo:
miedo de ti, miedo de mi,
miedo de los hombres que no queremos la noche.
A veces la paz
no es más que miedo.
A veces la paz
tiene sabor a muerto.
A los muertos para siempre,
a los que son sólo silencio.
A veces la paz
tiene sabor a muerto.
A veces la paz
es como un desierto
sin voces ni árboles,
como un vacío inmenso donde mueren los hombres.
a veces la paz
es un desierto.
A veces la paz
cierra las bocas
y ata las manos,
sólo te deja las piernas para huir.
A veces la paz.
A veces la paz
no es más que eso:
una vacía palabra
para no decir nada.
A veces la paz.
A veces la paz
hace mucho más daño;
a veces la paz
hace mucho más daño.
A veces la paz.
Pág. 16
Diplomado Educar para la Paz Programa de apoyo a la Docencia Entre Todos
Curso Hacia una Cultura de Paz
Espera suplicante
que la abracen las olas de la vida;
que la arranquen del páramo
de la desolación,
encendiendo la noche con su luz.
Pág. 17
Diplomado Educar para la Paz Programa de apoyo a la Docencia Entre Todos
Curso Hacia una Cultura de Paz
18) SALMO PARA UNA PAZ ANUNCIADA José María Forteza. España
(Isaías, 52.7)
Pág. 18
Diplomado Educar para la Paz Programa de apoyo a la Docencia Entre Todos
Curso Hacia una Cultura de Paz
Me preocupan
los clavos torcidos
el polvo entre las flores
la locura del viento
que trae anuncios de muerte
en defensa de qué vida
me preocupa
el portavoz de los cínicos
su maletín de engaños desclasificados
sus estudios del terreno y la situación
porque es sabido
que pretenden más el terreno
que la situación
me preocupa
pulsar mi propia rabia
guarecerme en la de otros
ir a saco contra lo evidente
como si la evidencia
fuera la causa de los ciegos
o el ensayo sobre la última ceguera
me preocupa
sobre todo
que un niño iraquí
quiera jugar a las canicas
cruce una calle de misiles
el paseo de las balas dependientes
todos los muertos preventivos
y tenga que volverse a casa
porque ya no hay parque
y tenga que apretar gatillos
porque ya no hay casa
no hay familia
sólo el lógico estertor de las venganzas.
Pág. 19
Diplomado Educar para la Paz Programa de apoyo a la Docencia Entre Todos
Curso Hacia una Cultura de Paz
Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: «¡No mueras, te amo tanto!»
Pág. 20
Diplomado Educar para la Paz Programa de apoyo a la Docencia Entre Todos
Curso Hacia una Cultura de Paz
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Pág. 21
Diplomado Educar para la Paz Programa de apoyo a la Docencia Entre Todos
Curso Hacia una Cultura de Paz
Solo tres letras, tres letras nada más,
para cantar PAZ, para hacer PAZ.
La P de pueblo, la A de amar
y la zeta de zafiro o de zagal.
(De zafiro por un mundo azul,
de zagal por un niño como tú.)
No hace falta ser sabio,
ni tener bayonetas,
si tú te aprendes bien,
sólo estas tres letras,
úsalas de mayor y habrá paz en la tierra.
La semilla de la paz
se trae en el corazón,
se riega con sangre pura,
se alimenta de pasión;
florece con facilidad
y el fruto que cosechamos:
Amor a la humanidad
La armonía emocional,
biológica e intelectual,
se proyecta a los demás
así “entre todos” se puede
Pág. 22
Diplomado Educar para la Paz Programa de apoyo a la Docencia Entre Todos
Curso Hacia una Cultura de Paz
transitar por el camino,
el camino que es la paz ;
es el fin que da sentido
a la tarea de educar.
Es difícil lo sabemos,
imposible no será
emprendamos el camino,
el camino de la paz;
con gran fe, a paso firme
y luz de la voluntad
construyamos “entre todos”
la cultura de la paz.
Pág. 23