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Neme y Gil 2012
Neme y Gil 2012
Gustavo Neme
Adolfo Gil
INTRODUCCIÓN
EL SUR DE MENDOZA
Referencias: Fuentes de obsidiana: A- Laguna El Diamante; B- Las Cargas; C- Laguna de El Maule; D- Cerro
Huenul; E- El Peceño; sitios arqueológicos: 1- El Chancho; 2- Cueva del Indio; 3- El Mallín; 4- Arroyo Malo
3; 5- Cueva Salamanca; 6- Arroyo El Desecho-4; 7- Gruta de El Manzano; 8- Cueva Delerma.
Holoceno medio
Holoceno tardío
90
80
70
n de sitios
60
50
40
30
20
10
0
11000-9000 9000-7000 7000-4000 4000-2000 2000-200
Figura 3. Número de sitios del sur de Mendoza con ocupaciones humana por milenios
3000 y 4000 años AP, con la explotación de los tres géneros de plantas más pro-
ductivos de la región (Schinus ssp. y Prosopis ssp. en Cueva de Luna y Geoffroea ssp.
en Gruta del Indio) (Llano 2012). Entre 3000 y 2000 años AP son numerosos los
taxa vegetales que se incorporan al registro; sin embargo, los tres géneros mencio-
nados son los que aparecen en mayor frecuencia (Llano 2012; Llano et al. 2012).
Por su parte los valores de diversidad de los restos arqueofaunísticos muestran
un incremento entre 4000 y 2000 años AP, con una disminución en el índice de
Artiodactyla (Neme y Gil 2008a).
Escalas y resolución
Durante los últimos años, distintas líneas de análisis han sido llevadas adelan-
te dentro de la región con el objetivo de evaluar fundamentalmente cuestiones
referidas a la movilidad y subsistencia de los grupos humanos prehistóricos. Las
líneas de evidencia han sido principalmente los estudios zooarqueológicos, ar-
queobotánicos, de isotopos estables de 13C, 15N y 18O en muestras óseas humanas,
y de 13C y 18O sobre cáscaras de huevos de reidos, análisis de tecnología lítica, de
elementos traza sobre obsidiana, morfométricos sobre restos óseos humanos y
evaluación de frecuencias de fechados radiocarbónicos (Gil et al. 2008, 2011a,
2011b; Neme y Gil 2008b; Newsome et al. 2009; Llano 2012; Menéndez et al. 2012;
Ugan et al. 2012). Más recientemente se ampliaron los trabajos arqueofaunísticos
hacia la evaluación de los procesos tafonómicos regionales (Otaola et al. 2012) y
se incorporaron los análisis cerámicos (Sugrañes y Franchetti 2012).
264 Gustavo Neme y Adolfo Gil
Subsistencia y demografía
En el sur de Mendoza, los últimos 2000 años son muy diversos en información
arqueológica y muestran una aceleración de los cambios tanto tecnológicos como
comportamentales. Las tendencias de fechados radiocarbónicos, al igual que el
resto de los indicadores utilizados en diferentes trabajos, sugieren una mayor
densidad de población (Neme et al. 2005; Neme 2007). El contexto general se
asemeja a un momento de saturación del espacio (Borrero 1989), lo que parece
estar teniendo impacto tanto sobre la movilidad como sobre la explotación de los
recursos.
La caída en la frecuencia relativa de camélidos en diferentes sitios arqueológi-
cos de la región para los últimos 2000 años AP llevó a postular cambios en el uso
de los recursos (Neme 2007, 2009). Dicho cambio habría implicado un aumento
en la diversidad de taxones explotados y por ende un aumento en los costos de
obtención de energía, como producto de los mayores costos de procesamiento de
los nuevos recursos incluidos en la dieta (Neme 2007; Neme y Gil 2008a). Estas
incorporaciones no solo incluyen especies de animales consumidas, sino también,
y tal vez más importante, un incremento en el consumo de recursos vegetales
(Llano 2012). El número creciente de sitios arqueológicos con presencia de ma-
cro-restos vegetales a través del tiempo, así como el aumento en la diversidad de
los mismos y el menor retorno energético de las nuevas especies involucradas,
El registro arqueológico del sur de Mendoza en perspectiva biogeográfica 265
Movilidad e intercambio
18.00
16.00
14.00
CORDILLERA > 2K
CORDILLERA < 2K
8.00
6.00
-22.00 -20.00 -18.00 -16.00 -14.00 -12.00 -10.00
Figura 4. Tendencias isotópicas comparadas (δ13C y δ15N) entre las muestras humanas
de las áreas del sur de Mendoza
de acceso directo, con rangos de obtención de esta materia prima que alcanzan
los 150 km. Por otro lado, el aumento en el uso de la obsidiana con posterioridad
a los 3000 años AP viene acompañado de una ampliación en los rangos de ob-
tención, los cuales alcanzan hasta ca. 450 km de distancia (figura 5). Esta mayor
distancia a las fuentes no puede ser explicada por un aumento de la movilidad
(a no ser que se trate de poblaciones ecuestres y este no es el caso), sino por una
mayor estructuración de las redes de intercambio, algo que se da en contextos de
aumento demográfico y de mayor territorialidad.
Este incremento en la cantidad de obsidiana en los sitios arqueológicos viene
acompañado también de una diversificación en el uso de las fuentes de esta ma-
teria prima. De esta forma, en áreas como Llancanelo, donde para los contextos
tempranos (pre 2000 años AP) solo estaba representada una fuente, para los con-
textos tardíos (post 2000 años AP) aparecen representadas hasta cuatro fuentes
(Cortegoso et al. 2012). Esto indicaría un aumento en la circulación de esta ma-
teria prima a través de vías indirectas. Es necesario controlar si este aumento en
el uso de la obsidiana hacia los momentos más tardíos no tiene que ver con la
reclamación de núcleos viejos que son transformados en un número creciente de
lascas hacia el tardío, y que se suman al material que sigue ingresando a los sitios.
La mayor diversidad de fuentes durante los últimos 2000 años AP no estaría en
línea con esta posibilidad; sin embargo, tal vez es necesario evaluarlo a través de
la ponderación de artefactos y núcleos entre los conjuntos más tempranos y los
más tardíos. La curva preliminar de hidratación de obsidiana generada para la
región (Garvey 2012b) puede ser una línea de evidencia que permitirá discutir
esta posibilidad.
268 Gustavo Neme y Adolfo Gil
de leña en las inmediaciones de los sitios ubicados en ambientes más altos haya
sido una limitante en la fabricación de cerámica, que obligó a traer cerámica
confeccionada en áreas vecinas, ingresando a los sitios de altura desde lugares
más bajos y con mejor provisión de leña. Este comportamiento debería reflejarse
arqueológicamente como un incrementando en la diversidad de las propiedades
de la cerámica encontrada en dichos espacios. La falta de materias primas en de-
terminados ambientes es suplida entonces por el traslado de bienes desde lugares
distantes (muchas veces por intercambio), lo cual incrementa la diversidad final
de los contextos analizados.
La distancia y acceso a las fuentes de recursos tiene una fuerte influencia en la
conformación final de los conjuntos arqueológicos del sur de Mendoza. Salgán et
al. (2012a) han mostrado que existe una correlación positiva entre la frecuencia
de obsidiana y la altura de los contextos analizados. Los autores muestran una
tendencia decreciente en la representación de materias primas no locales (básica-
mente obsidiana) hacia los sectores más bajos (Planicie Oriental y Piedemonte),
mientras que las representaciones más altas de materia prima no local ocurrirían
en Alta cordillera y valles intermontanos. Esta tendencia estaría reflejando la ma-
yor disponibilidad de obsidiana en cordillera, la cual puede ser obtenida en for-
ma directa, dado que en este ambiente las distancias entre los sitios arqueológicos
y las fuentes raramente superan los 50 km. Por el contrario, en las áreas de piede-
monte y planicie las distancias a fuentes de obsidiana son mayores, promediando
los 80 km e incrementando así los costos de obtención, lo cual se refleja en los
porcentajes de representación.
costas de Llancanelo, los cuales también muestran valores que indican que los
grupos humanos estaban obteniendo este tipo de recursos tanto en áreas corres-
pondientes a la provincia fitogeográfica del Monte como de Patagonia (Newsome
et al. 2009). Las muestras de obsidiana analizadas de tres sitios arqueológicos del
área muestran la presencia de cuatro fuentes de obtención de esta materia prima
(El Peceño, Las Cargas, El Maule y Paramillos), casi todas localizadas a más de 150
kilómetros de distancia.
Diferentes situaciones pueden explicar este patrón de alta variabilidad que
escapa al de la mayor parte de los conjuntos de la región. En primer lugar pue-
de que se trate de un ambiente transicional o de ecotono que este reflejando
distintas situaciones de aprovechamiento de recursos. En segundo lugar, podría
señalar que esta área fue lo suficientemente atractiva, y contrastante al resto del
sur de Mendoza, como para convocar a grupos humanos de diferentes lugares a
explotar los recursos del humedal, ya sea por una riqueza mayor de este parche
en relación a las áreas vecinas, o porque es estacionalmente complementaria. La
tercera posibilidad es que dado que Llancanelo se encuentra equidistante de las
distintas áreas y recursos de la región, pueden estar convergiendo allí señales dis-
tintas provenientes de situaciones diferentes.
AGRADECIMIENTOS
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