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15-11-2019 ANALISIS DE

LIBRO LOS
GRANDES
INICIADOS
El presente trabajo tiene el fin de analizar el contenido del libro “Grandes
Iniciados, dicho libro introduce al lector en una serie de historias acerca de
personajes muy importantes llenos de misticismo que generar un ambiente de paz
y tranquilidad al lector, así mismo en el podemos encontrar simbólicamente
respuestas a los problemas que nos acontecen en la vida diaria ya que contiene
muchas frases que nos pueden servir de ayuda en algún conflicto tanto personal
como colectivo que tengamos.
Al ser un libro que tiene varias historias se me hace acertado analizar una por una
cada una de ellas.

El primero en ser analizado será Rama; esta historia inicia dándonos una breve
explicación que como era todo hace cuatro o cinco mil años, en donde espesas
selvas, praderas y llanuras herbosas cubrían la antigua Escitia, lugar en donde no
se oía otra cosa que el grito de las fieras, el mugido de los búfalos y el galope de
las grandes manadas de caballos salvajes. Así mismo nos cuenta que en ese
tiempo ya existía el hombre denominado “dueño de su tierra” que no era más que
aquel que ya había inventado los cuchillos, hachas, el arco y la flecha, la honda y
el lazo.

Uno de estos hombre se llamaba Rama, que estaba destinado al sacerdocio, era
un joven dulce y grave, desde edad temprana se interesó por el conocimiento de
las plantas, de sus virtudes maravillosas de sus jugos destilados y preparados, así
mismo también se interesó por el estudio de los astros y de sus influencias;
parecía adivinar. Una grandeza benévola emanaba de sus palabras, en general de
su ser.

Rama viajo por toda Escitia y por los países del sur, ampliando su conocimiento y
así mismo compartiéndolo con todos los sacerdotes extranjeros, a lo que ellos le
revelaban sus más secretos conocimientos.

Otra historia que se nos cuenta es la de Krishna, esta se desarrolla en la antigua


india.

Nos dice que la mujer se trataba como una humilde sierva de los brahmanes, en
donde su papel era el de la esposa fiel, era esposas tan dedicadas, tan nobles, tan
exaltadas, tanto que se comparaban con la apasionada Sita o la tierra Damayanti.
Sus más antigua tradiciones hablan de dos dinastías, una solar y una lunar, los
reyes de la dinastía solar solían pretendían descender del Sol; los otros se decían
hijos de la luna.

El culto solar daba al dios del universo el sexo masculino. Alrededor de él se


agrupa todo lo que había más de puro en la tradición vedaba: la ciencia del fuego
sagrado y de la oración, la noción esotérica del dios superno, el respeto a la mujer,
el culto de los antepasados, la monarquía electiva y patriarcal.

El culto lunar atribuía a la divinidad el sexo femenino, bajo cuyo signo de las
religiones del ciclo ario siempre han adorado a la naturaleza y frecuentemente a la
naturaleza ciega, inconsciente, en todas sus manifestaciones violentas y la magia
negra, favorecía la poligamia y la tiranía, apoyadas ambas en las pasiones
populares. La lucha entre los hijos del sol y loas hijos de la Luna, forma el
argénteo mismo de la gran epopeya india: el “Mahabharat”.

Esta lucha abunda en combates encarnizados, en aventuras extrañas e


interminables. En medio de la gigantesca epopeya, los Kurabas, los reyes lunares,
vencen. Los pandavas, los nobles s, son destronados y proscritos. Desterrados, se
esconden en los bosques con trajes de corteza de árbol y bastones de ermitaño.

El primer mesías, este hermano de los hijos de Dios, fue Krishna.

Lo llamaban “El radiante”, porque su sola presencia, su sonrisa y sus grandes ojos
tenían el don de difundir la alegría.

Otro personaje más del que se va a hablar será Buda.

La india es considerada como la nación del misterio y de las tradiciones ocultas.


En ningún otro lugar del mundo la humanidad ha estado tan cerca de la
naturaleza.

Esta región ha visto toda la escala de los tipos humanos, desde los descendientes
de las primitivas razas hasta los sabios solitarios del Himalaya y el perfecto Buda,
sacia muñí.
La civilización brahmánica mantuvo su esplendor durante muchos millares de años
y domino, pese a la guerra intestina, a las rivalidades dinásticas y a la influencia
de los cultos populares. Esta fortaleza tenía su origen en la sabiduría védica.

En las cumbres de los Himalaya y del rio Reina prosperaba antaño la raza de los
sacias, palabra que significaba “olmos poderoso”. Allí nació, en el siglo VVI antes
de nuestra era, un niño al que dieron por nombre Siddhartha. Su padre, Sudo
daña, era uno de los muchos reyes del país.

El nombre de Guatana, que la tradición otorga al fundador de budismo, parece


indicar una familia de cantores védicos de este nombre.

Ante el altar casero donde ardía el fuego de Angina, el niño fue consagrado a
Brahma.

Comenzó el Buda a predicar en Benarés, al principio convirtió solo a cinco monjes,


que más tarde se volvieron sus fervientes discípulos y a los que envió a predicar
su doctrina diciéndoles: “Se encuentran libres de toda atadura. Vayan al mundo y
ocúpense de la salvación de las gentes, y de la gloria de los dioses y de los
hombres”.

Poco después se le adhirieron mil brahmanes de Urueta que practicaban las


enseñanzas del Veda ti el sacrificio del fuego, cumpliendo sus baños rituales en el
rio Naranjera.

Pronto llego una nulidad. Por seguirlo a él los alumnos dejaron a sus maestros.
Reyes y reinas llegaban montados en sus elefantes para admirar al santo y
ofrecerle su amistad. Una cortesana llamada Zambapalo ofreció a Buda un bosque
de fangos.

A la edad de ochenta años, mientras buda se encontraba en Velaba para


descansar durante la temporada del estío, cayó enfermo y sintió la muerte
próxima.

Sin embargo, pensó que aún no era tiempo de entrar en el Nirvana. “primero debo
vencer con mi fuerza la enfermedad y retener la vida”, se dijo
Y su dolencia despareció, entonces duda se levantó, reunió a sus fieles y
emprendió la marcha, deseoso de caminar enseñando, hasta el fin.

Sus últimas palabras fueron “Valor, discípulos míos. Todo cuanto sobrevenga, es
perecedero. ¡Luchen sin cesar!”.

El budismo ha ejercido una profunda influencia sobre occidente. Cuando la religión


y la Filosofia atraviesan una honda crisis como en la época alejandrina, durante el
renacimiento y en la actualidad, se oye en Europa como un eco lejano y
traspuesto del pensamiento budista.

Aparece buda, alma de profunda sensibilidad, forjada por el tormento de las


causas últimas. Al nacer parecía abrumado por el peso de la multitud y sediento
de paz suprema.

Existe otro personaje del cual se hablara llamado Jesús.

Solemne era la hora del mundo; el cielo del planeta estaba ensombrecido y lleno
de presagios siniestros. Jehoshua, a quien llamamos Jesús por su nombre
helenizado, nació probablemente en Nazaret. Lo cierto es que fue en aquel rincón
perdido de galilea en donde pasó su infancia y se cumplió el primero, el mayor de
los misterios cristianos: el florecimiento del alma de cristo.

Era hijo de Myriam, a quien llamamos María, mujer del carpintero José, una galilea
de noble cuna afiliada a los esenios.

La leyenda ha envuelto el nacimiento de Jesús en un tejido de maravillas. Si la


leyenda contiene muchas supersticiones, a veces también encubre verdades
psíquicas poco conocidas, porque están sobre la percepción común. Un hecho
parece destacar en la historia legendaria de maría, el de que fue un niño
consagrado a una misión profética, por el deseo de su madre, antes de sum
nacimiento. Se cuenta lo mismo de varios héroes y profetas del antiguo
testamento. Esos hijos dedicados a dios por su madre se llamaban nazarenos.

“¡Hosanna al hijo de David!” Ese grito se oía al paso de Jesús por la puerta
oriental de Jerusalén, y las ramas de palma llovían bajo sus pies. Los que le
acogían con tanto entusiasmo era adeptos del profeta galileo, llegado de los
alrededores y del interior de la ciudad para ovacionarle, Saludaban en el al
liberador de Israel, que pronto seria coronado rey.

Por medio de esta entrada solemne, Jesús declaraba públicamente a las


autoridades religiosas de Jerusalén que asumía el papel de mesías con toda su
consecuencia. Al siguiente día apareció en el templo, en el patio de los Gentiles y,
avanzando hacia los mercaderes de ganado y los cambistas, les dijo estas
palabras de Isaías: “Escrito esta: mi casa será una casa de oración, y vosotros la
convertís en caverna de bandidos”

“En tres días derribare el templo; en tres días lo reedificare”, había dicho a sus
discípulos el hijo de María, el esenio consagrado Hijo del Hombre, es decir, el
heredero espiritual del Verbo de Moisés, de Hermes y de todos los antiguos hijos
de dios. Esta promesa audaz, palabra de iniciado y de iniciador, ¿la ha realizado?

Si, si tienen en cuenta las consecuencias que la enseñanza del Cristo, confirmada
por su muerte y por su resurrección espiritual, han tenido para la humanidad, y
toda las que contiene su promesa para un porvenir ilimitado.

Su verbo y su sacrificio han colocado los cimientos de un templo invisible más


sólido y más indestructible que todos los templos de piedra; pero ese templo no
se continua ni se acaba más que en la medida en que cada hombre y los siglos en
el trabajan.

¿Qué templo es este? El templo de la humanidad regenerada. Es un templo moral,


social y espiritual.
T.:A.:F.:

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