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CUESTIÓN DE CARPINTERÍA

Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de
herramientas para arreglar sus diferencias. El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le
notificó que tenía que renunciar. ¿La causa? Hacía demasiado ruido y, además, se pasaba el
tiempo golpeando. El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo;
dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo.

Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy
áspera en su trato y que siempre tenía fricciones con los demás. Y la lija estuvo de acuerdo, a
condición de que fuera expulsado el metro, que siempre se la pasa midiendo a los demás, según
su medida, como si fuera el único perfecto. En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició
su trabajo. Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo.

Finalmente, la tosca madera inicial se convirtió en un lindo mueble. Cuando la carpintería quedó
nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra el
serrucho y dijo: “Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero
trabaja con nuestras cualidades. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y
concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos”.

La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era
especial para afinar y limar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto. Se sintieron
entonces un equipo capaz de producir muebles de calidad. Se sintieron orgullosos de sus
fortalezas y trabajar juntos.

Ocurre lo mismo con los seres humanos. Observen y lo comprobarán. Cuando en una empresa el
personal busca a menudo defectos en los demás, la situación se vuelve tensa y negativa. En
cambio, al tratar con sinceridad de percibir los puntos fuertes de los demás, es cuando florecen los
mejores logros humanos. Es fácil encontrar defectos, cualquier tonto puede hacerlo; pero encontrar
cualidades, es para los espíritus superiores que son capaces de inspirar todos los éxitos humanos.

TOMADO DE IDEC

FIJAR METAS ALTAS

Un maestro quería enseñarles una lección especial a sus alumnos, y para ello les dio la
oportunidad de escoger entre tres exámenes: Uno de cincuenta preguntas, uno de cuarenta y uno
de treinta. A los que escogieron el de treinta les puso una “A”, sin importar que hubieran contestado
correctamente todas las preguntas. A los que escogieron el de cuarenta les puso una “S”, aun
cuando más de la mitad de las respuestas estuviera mal. Y a los que escogieron el de cincuenta
les puso una “E”, aunque se hubieran equivocado en casi todas.

Como los estudiantes no entendían nada, el maestro les explicó: “Queridos educandos:
permítanme decirles que yo no estaba examinando sus conocimientos, sino su voluntad de apuntar
a lo alto”.
CUANDO LE APUNTAMOS A LO ALTO, ESTAMOS MÁS CERCA DE NUESTROS SUEÑOS QUE
SI NOS CONFORMAMOS CON PEQUEÑOS OBJETIVOS.

LAS CICATRICES DE LOS CLAVOS

Esta es la historia de un muchachito que tenía muy mal carácter. Su padre le dio una bolsa de
clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar uno detrás de la puerta.
El primer día, el muchacho clavó treinta y siete clavos. Durante los días que siguieron, a medida
que aprendía a controlar su temperamento, clavaba cada vez menos. Descubrió que era más fácil
dominarse que clavar clavos detrás de la puerta.

Llegó el día en que pudo controlar su carácter durante todo el día. Su padre le sugirió que retirara
un clavo por cada día que lograra dominarse.

Los días pasaron, y pudo anunciar a su padre que no quedaban clavos por retirar. El hombre lo
tomó de la mano, lo llevó hasta la puerta y le dijo: “Has trabajado duro, hijo mío, pero mira esos
hoyos en la madera: nunca más será la misma. Cada vez que pierdes la paciencia, dejas cicatrices
como las que aquí ves. Puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero la cicatriz perdurará para
siempre”.

APRENDÍ Y DECIDÍ

Después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar.


Decidí no esperar las oportunidades, sino buscarlas.
Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución.
Decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis.
Decidí ver cada noche como un misterio a resolver.
Decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.
Aquel día descubrí que mi único rival son mis propias debilidades, y que en ellas se encuentra la
mejor forma de superarme. Dejé de temer perder, y empecé a temer no ganar.
Descubrí que no era el mejor, y que quizás nunca lo fui.
Me dejó de importar quien ganara o perdiera; ahora me importa simplemente saberme mejor que
ayer.
Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir.
Aprendí que el mejor triunfo es tener el derecho de llamar a alguien “amigo”.
Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, es una filosofía de vida.
Dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi tenue luz de este
presente.
Aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás.
Aquel día decidí cambiar muchas cosas, y aprendí que los sueños son solamente para hacerse
realidad. Desde entonces no duermo para descansar, sino para soñar.

7. Con base en las lecturas elabore un escrito no mayor de 10 líneas que resalte la idea
central de cada texto.

IDEA GLOBAL
Los textos engloban la idea de superación personal, visto desde diferentes situaciones
plantea escenarios donde existe una dificultad que entorpece el desarrollo individual o
colectivo y mediante la reflexión de estas situaciones propone un método o conclusión del
mismo que permita el desarrollo emocional, ético y moral. Los textos se asemejan en el
hecho de como es planteado, siendo en un inicio la presentación en escena del suceso que
adversé prosiguiendo con la problemática o tiempo que permite la reflexión que el mismo
texto analiza y provee una conclusión o moraleja única, siendo que estas estén relacionadas
con la fábula, anécdota o parábola con el único fin de generar un sentido de meditación
acerca de la necesidad de forjar un cambio.

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