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El concepto de uso lingüístico como tal nace en el seno del análisis de la filosofía del lenguaje  

y
es a partir de ahí tomado como objeto de estudio de distintas disciplinas.  De todos modos,
cabe precisar que tanto el estructuralismo como el generativismo hacen mención al uso de la
lengua, aunque sin considerarlo objeto de estudio. Así, desde el estructuralismo se acuñó el
término habla  para referirse a las actuaciones verbales individuales, como opuesto
a lengua, sistema lingüístico abstracto y compartido por todos los miembros de una
comunidad, que es objeto de estudio de la lingüística

Algunas de las disciplinas más destacadas que tienen como objeto de estudio el uso lingüístico
son la lingüística del texto, el análisis del discurso, la pragmática, la etnografía de la
comunicación, entre otras, en las que se entiende que la heterogeneidad de usos lingüísticos
es compleja pero no caótica. Las personas tienen a su disposición un repertorio de usos
lingüísticos variados. Puede afirmarse que la variedad de usos lingüísticos posibles puede
agruparse en tres grandes ejes: variación social (culto-vulgar), geográfica (variedades
dialectales, por ejemplo) o de situación (formal, informal; texto oral frente a texto escrito,
etc.). Por otro lado, cuanto más variado sea el manejo que una persona tenga del uso
lingüístico en una lengua, más posibilidades tendrá de ser competente comunicativamente,
pues dicha variedad le permitirá comportarse adecuada y eficazmente en situaciones
comunicativas diversas.

En didáctica de lenguas, el interés por el uso lingüístico supone una revolución en la enseñanza
de idiomas. Tras el declive del método audiolingüe, esta concepción de la lengua constituye la
base de los enfoques comunicativos. Desde esta óptica, para la enseñanza-aprendizaje de un
idioma, no basta con conocer su sistema, esto es, un conjunto de reglas de construcción
gramatical, asignación semántica y fonológica, sino que es preciso también ser capaz de usar la
lengua en diferentes contextos, con diferentes interlocutores y con diversos fines, y desarrollar
estrategias adecuadas para ello. Es decir, se busca que el aprendiente no sólo sea capaz de
producir oraciones posibles gramaticalmente, sino que sea capaz de usar la lengua de forma
comunicativamente eficaz, lo que conlleva activar los usos lingüísticos característicos de una
determinada situación comunicativa.

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