4) el investigador social forma parte del objeto que

investiga: él mismo es parte de la sociedad y de

un proceso histórico que lo atraviesa. De modo
que está incluido en el objeto mismo que estudia
como científico social. Este vínculo de
pertenencia, lejos de afectar la objetividad
científica (como lo plantea el naturalismo) es la
condición para comprender e interpretar el
significado de un hecho social o histórico. La
comprensión es así entendida como la relación
empática del investigador con el objeto
investigado, por la cual intenta experimentar lo
que siente el otro poniéndose en su lugar, y así
interpretar el sentido de su comportamiento.

6)
interpreta una realidad social que ya viene
interpretada, una tradición de prejuicios
compartidos a la que no es ajeno: él mismo
es un sujeto constituido en el seno de una
determinada sociedad en la que ciertos
sentidos están vigentes. La interpretación
basada en la comprensión se vuelve así un
círculo vicioso que recrea los sentidos
vigentes del tiempo y lugar del intérprete,
sin interrogarlos.