Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El área del tabernáculo estaba rodeada por una gran estructura rectangular
demarcada por cortinas de lino fino, veinte postes y veinte bases de bronce en los
dos lados más largos. Estos debían estar posicionados hacia el norte y hacia el
sur. La cortina de entrada debía estar en dirección este, hacia la salida del sol. El
atrio o espacio exterior medía 45 metros de largo y 22,5 metros de ancho.
Todo el pueblo podía acceder a la zona del atrio. Todo el que quisiera
presentar sacrificios a Dios podía entrar por la puerta colocada al lado este y
dirigirse al altar de los holocaustos.
Esta era la zona del atrio donde se realizaban los sacrificios a Dios y podía
acceder todo el pueblo. Era lo primero que veían al entrar. Servía como
recordatorio de que, para entrar a la presencia del Señor, debían ofrecer primero
sacrificios para recibir el perdón de sus pecados.
Todo el altar estaba cubierto de bronce formando una sola pieza (Éxodo 27:1-8).
Era cuadrado, de dos metros con treinta centímetros por lado y de un metro con
treinta centímetros de alto. Contenía unas varas que facilitaban su transporte.
El lavacro, fuente o lavamanos
Esta fuente se hizo «con los espejos de las mujeres que servían a la puerta de la
tienda de reunión» (Éxodo 38:8). Estaba cubierta de bronce, tenía un pedestal
(también de bronce) y estaba colocada entre el santuario o tienda de reunión y el altar
para los sacrificios (Éxodo 30:17-21).
La fuente contenía agua para que Aarón y sus hijos (los sacerdotes) se lavaran las
manos y los pies antes de entrar al lugar santo.
2. La tienda o santuario
Solo los sacerdotes tenían acceso al santuario o tienda de reunión. Para entrar,
cruzaban una cortina de tela azul, púrpura y escarlata sostenida por cinco columnas
de acacia revestidas de oro. El santuario estaba dividido entre el lugar santo y el lugar
santísimo. A este último solo podía entrar el sumo sacerdote una vez al año, el día de
la expiación.
El lugar santo
Los sacerdotes accedían al lugar santo pasando por una cortina de tela azul, púrpura
y escarlata, y de lino fino torcido. Esta estaba colgada con ganchos de oro sobre cinco
columnas de madera de acacia que habían sido revestidas en oro. Las columnas
estaban afirmadas sobre cinco bases de bronce.
Sobre la mesa de madera de acacia revestida en oro se colocaba el pan (o los doce
panes) de la Presencia perpetuamente delante de Dios (Éxodo 25:30; Levítico 24:5-
9)). Encima de la mesa había fuentes, vasijas, jarros y tazones de oro puro para
usarse en las libaciones. Los panes se colocaban en dos hileras de seis panes cada
una y sobre cada una de las hileras se colocaba incienso puro.
La mesa con los doce panes servía para recordar el pacto de Dios con su pueblo y su
provisión fiel. El incienso sobre los panes era una ofrenda encendida al Señor
(Levítico 24:7).
Las siete lámparas del candelabro alumbraban la zona que quedaba delante de este
tal como Dios alumbraba el camino de ellos y aun alumbra el nuestro. El aceite que se
usaba en las lámparas era aceite puro de olivas machacadas y debía arder
continuamente (Levítico 24:2).
Sobre este altar Aarón debía quemar incienso aromático cada día y presentar las
oraciones y alabanzas del pueblo ante la presencia de Dios. El incienso debía arder
día y noche (Éxodo 30:7-8).
El lugar santísimo
Se conocía como lugar santísimo a la última zona del tabernáculo. A esta zona, que
era la más sagrada, solo tenía acceso el sumo sacerdote en el día de la
expiación (Éxodo 25:10-22; Levítico 23:27-32).
Est
e espacio contenía el arca del testimonio y sobre esta se colocaba el propiciatorio.
El arca era de madera de acacia recubierta de oro puro por dentro y por fuera y, como
todo el tabernáculo, estaba preparada para poder ser transportada (Éxodo 25:10-15).
Dentro del arca Moisés colocaría el testimonio o las tablas de la ley que Dios le
entregaría (Éxodo 25:21).
Tras la segunda cortina estaba la parte llamada el Lugar Santísimo, el cual tenía el
altar de oro para el incienso y el arca del pacto, toda recubierta de oro. Dentro del
arca había una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que había
retoñado, y las tablas del pacto.
El propiciatorio estaba hecho de oro puro y tenía dos querubines labrados en los dos
extremos. Desde allí Dios hablaba con el sumo sacerdote y le comunicaba su
voluntad para el pueblo.
Yo me reuniré allí contigo en medio de los dos querubines que están sobre el arca
del pacto. Desde la parte superior del propiciatorio te daré todas las instrucciones
que habrás de comunicarles a los israelitas.
(Éxodo 25:22)