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Guía para clases Antropología FILS. Unidad 1.2.

La persona humana
La persona humana y sus facultades.
1) La noción de “persona”
La definición de “persona”
i) Definición etimológica: El término proviene del latín y del griego.
Latín: Personare, persono  a) “Sonar con fuerza” b) Máscara
Griego: πρóσωπον (Prósopon)  a) Máscara b) Papel a interpretar en una obra
ii) Definición formal: Tomás de Aquino, siguiendo a Boecio, define persona como…
“Substancia individual de naturaleza racional” o, más preciso, “Individuo subsistente en
una naturaleza racional”
¿Qué indica cada elemento de la definición formal de “persona”?
Analizado según lo constitutivo de una definición formal, “individuo subsistente” corresponde al
género, y “naturaleza racional” a la especie, lo peculiar y característico de lo definido.
i) Substancia: Ente por cuya esencia le compete ser en sí y por sí. Se opone al accidente,
que es un ente por cuya esencia le compete ser en otro y por otro.
ii) Individuo/individual: a) Indica lo que es indiviso en sí, conformando una unidad b)
Indica a lo que, siendo una unidad, está dividido de otras cosas.
iii) Naturaleza racional: Indica lo peculiar y característico de esta “substancia individual”.

2) La “naturaleza racional”
“El obrar sigue al ser, el modo de obrar al modo de ser”  Las operaciones y el modo de operar de
un ente dependen en su raíz de lo que tal ente sea.
i) “Naturaleza” y “naturaleza”
Naturaleza: Puede referirse a 1) Los seres considerados en sí mismos, sin intervención técnica
humana, o 2) La totalidad de lo circundante originario.
naturaleza: Puede referirse a (1) una posesión de cierta capacidad técnica, (2) posibilidad de
intervención en la Naturaleza, mediante la propia naturaleza, (3) respectiva índole de cada ente
correspondiente al principio intrínseco de toda su actividad.
*** Cuando hablamos de “naturaleza racional”, nos referimos al punto (3), es decir, nos referimos a
que la racionalidad es ese principio intrínseco de la actividad propia y peculiar de este ente que
denominamos “persona”.
ii) Lo opuesto a lo natural
a) Lo natural y lo cultural (no hay oposición real)
b) Lo natural y lo artificial (no hay oposición real)
c) Lo natural y lo violento (oposición real)
3) Las Facultades superiores de la persona
La naturaleza racional, es decir, aquella índole peculiar que corresponde a principios intrínsecos de
operación de la persona en cuanto tal, implica, en general, a dos facultades, a saber, el
entendimiento y la voluntad. A tales facultades se les denomina igualmente facultades superiores.
Sin embargo, es necesario distinguir igualmente las facultades de conocimiento sensible o, llamadas
también, facultades inferiores. Estas se verán más adelante al tratar el punto del amor y sus
dimensiones.
i) La facultad del entendimiento
El entendimiento es una facultad cognoscitiva. Sin embargo, aunque todo entender es conocer, no
todo conocer es entender. Así, por ejemplo, ver (acto cognoscitivo sensible) no es lo mismo que
entender (acto propio del entendimiento). Ocurre muchas veces que podemos ver algo sin
necesariamente entenderlo “¿qué es aquello que veo?”
Ver  Se refiere a un conocimiento, pero meramente en el orden sensible. Requiere, para darse la
operación, la afección de un objeto sensible.
Entender  Se refiere a aquello en lo cual consiste aquello que vemos. Esto corresponde al orden
inteligible. Para su operación, no requiere necesariamente la afección de un objeto sensible.
¿Qué es el conocimiento?
Operación intrínseca inmanente por la cual el cognoscente posee “conscientemente” en sí otras
formas, aparte de la propia.
¿Qué es el entendimiento?
Facultad intrínseca de operación inmanente del ser humano por la cual puede conocer el ser de las
cosas (el qué o aquello en lo cual consisten). En resumen, facultad por la cual se puede conocer la
verdad.
ii) La facultad de la voluntad
Todo ente real tiene una tendencia o inclinación natural a la acción, es decir:
- Ningún ente es absolutamente inoperante
- Hay una orientación radical de cada ser a la actividad que le compete.
Solamente en algunos entes más “complejos” se presentan actividades cognoscitivas (sentir y/o
entender), pero en todos se presentan tendencias o, en estricto rigor, apetitos que motivan las
operaciones. Se distinguen dos tipos de apetitos:
a) Apetito natural: Tendencia dada por la propia naturaleza, sin mediar en ello un
conocimiento (el crecimiento o la nutrición serían apetitos naturales).
b) Apetito elícito: Elicere (latín)  “Atraer”
Tendencia que se da en un ser cuando es “atraído” por algo
conocido como bueno.
Así como en el plano del conocimiento se distinguen dos “niveles”, a saber, conocimiento sensible
y conocimiento intelectual, en el plano de los apetitos elícitos se deben distinguir igualmente dos
niveles, a saber:
a) Apetito elícito sensible: Inclinación o tendencia a algo conocido como bueno en el orden
sensible.
b) Apetito elícito racional o intelectual: Inclinación o tendencia a algo conocido como bueno
en el orden inteligible.
Así como ver y entender, siendo ambos conocer, son igualmente distintos, del mismo modo, por
ejemplo, es distinto el sabor de la medicina o fármaco (bien sensible al cual tiende el apetito elícito
sensible) y la restauración de la salud que la medicina puede provocar (bien inteligible al cual tiene
del apetito elícito racional).
Entonces ¿qué es la voluntad?
La facultad de la voluntad se puede definir como apetito elícito operativo que se da respecto del
bien aprehendido intelectivamente. O, resumidamente, la voluntad es la facultad por la cual se
quiere y elige el bien en cuanto conocido.
*** A modo de síntesis, la facultad del entendimiento y la facultad de la voluntad constituyen la
naturaleza racional, propia y peculiar de la persona humana. Considerando todo esto, queda por
analizar la dignidad de la persona y su fundamento.

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