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Estrategia y Finanzas Corporativas

La importancia de conocer el valor del


negocio
Fabián Jaramillo G.

20 de Julio del 2021

EV: Book Value vs DCF

Resumen
Normalmente, determinar el valor de un negocio se lleva a cabo cuando se está preparando una
transacción concreta de intercambio de acciones o cuando se participa en procesos de fusiones
y adquisiciones. Sin embargo, tener claridad de cuánto vale el negocio y cómo evoluciona ese
valor en el tiempo, es uno de los indicadores de desempeño más importantes que una Junta
Directiva debería observar, pues en él se reflejan la visión estratégica y las acciones
implementadas para alcanzar dicha visión.
El crecimiento, la rentabilidad y el valor
Un colega, a quien respeto mucho por su gran experiencia y éxito en proyectos de consultoría,
en un proceso de estrategia competitiva con un cliente, tuvo la siguiente dinámica:

Preguntó a la audiencia, “¿a quién le gustaría trabajar en una empresa que no crece?”,
obviamente nadie levantó la mano; después preguntó, “¿pero si tiene rentabilidad?”,
algunos levantaron la mano; luego preguntó, ¿a quién le gustaría entonces trabajar en una
empresa que crezca y que tenga rentabilidad?, todos levantaron la mano, incluso algunos
dijeron “pues claro”; y, finalmente peguntó, “¿pero si no agrega valor?”, silencio total,
nadie se atrevía a hacer o decir nada.

Lo anterior busca reflexionar sobre el hecho de que los negocios deben evolucionar
positivamente de una manera integral. Muchas veces he visto en juntas directivas o asambleas
de accionistas que se elogia y se felicita a la gerencia por la excelente labor, por hacer crecer el
negocio y porque se han generado utilidades; sin embargo, en muchos de esos casos, el negocio
no ha creado valor. Crecen las operaciones, ¡qué bien!, hay rentabilidad, ¡qué bien!, pero
realmente ¿se agregó valor en el período analizado?

Financieramente hablando, hay creación de valor cuando el rendimiento obtenido sobre el


capital empleado (ROCE, return on capital employed, por sus siglas en inglés) supera el costo
ponderado de ese capital (WACC, weighted average cost of capital, por sus siglas en inglés),
esto es:

Si: ROCE > WACC, entonces se crea valor

Si: ROCE < WACC, entonces se destruye valor

Esta comparación es tremendamente importante para los tomadores de decisión, pues suele
revelar situaciones distintas a las que se perciben normalmente en el análisis financiero típico;
el cual no está mal, pero debe ser complementado con herramientas de análisis de creación de
valor. La referida comparación es un de esas herramientas, pero no deja de ser un análisis
puntual a una fecha determinada de lo que pasó en el período que termina.

Valorar el negocio como indicador de gestión


Como vimos, si bien la comparación del ROCE con la WACC es un análisis valioso, sigue
siendo limitado porque se centra en evaluar un determinado período, sigue “mirando” el
pasado. Complementariamente sugiero, y hacia allá va el sentido de este ensayo, que las
empresas deben desarrollar un modelo de valoración del negocio, el cual debe ser revisado
periódicamente para evaluar en el tiempo la creación de valor.

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Un modelo completo de valoración del negocio debe basarse en la estrategia de la empresa,
bajo la metodología de proyección de flujos de caja, en el que se pueda simular los efectos de
las decisiones tomadas, modificar las variables y estimaciones en función de la verdadera
ejecución de dicha estrategia, así como de la planificación de nuevas acciones. Entonces, se
logra tener un modelo de valoración de empresa dinámico, de una inmensa utilidad para los
tomadores de decisiones porque les permite evaluar la creación de valor en el tiempo, en
función de lo que se ha ejecutado y de lo que se espera ejecutar. Otras metodologías de
valoración, como la utilización de múltiplos comparables, serían referenciales solamente, pues
no conllevan la riqueza de la simulación y del análisis de proyecciones.

La Junta directiva como actor clave


La Junta Directiva, como el actor relevante en la estructura de Gobierno de una empresa, debe
considerar la evaluación periódica del valor del negocio como indicador clave del desempeño
gerencial; y como tal, debería tener sus metas anuales y tener un máximo sitial en el Tablero de
Comando (BSC, balanced scorecard por sus siglas en inglés) de la Empresa. En cada período
evaluado, normalmente de un año, se compara el valor inicial y final para determinar la
creación o destrucción de valor.

Cuando reviso descripciones de los cargos gerenciales, muchas veces como parte importante de
la “la misión del puesto” del Gerente General y de los Gerentes Funcionales se puede leer
“crear valor a la Empresa”; pues bien, lo dicho precedentemente, es un forma concreta,
completa y práctica de medir la generación de valor de los gerentes.

En las organizaciones donde se ha implementado la medición de la generación de valor como


indicador clave para evaluar la gestión de la gerencia, he podido constatar un mayor
compromiso y seriedad con el proceso estratégico, tanto de la Junta Directiva como del equipo
gerencial; concretamente, con la toma de decisiones trascendentes, la ejecución disciplinada de
proyectos para implementar esas decisiones y un adecuado seguimiento y evaluación de los
resultados; consecuentemente, se convierte en un círculo virtuoso que impacta positivamente en
el desempeño organizacional.

Fabián Jaramillo es consultor


FJ internacional, experto en Estrategia,
Finanzas Corporativas y Modelos de
Gestión. Socio en Ecuador de
Bac&Asociados SA con sede en Costa Rica
y fundador de Georama Consultoría. Es
MBA de INCAE Business School e
Ingeniero Comercial y CPA de la
Universidad Católica de Quito.

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