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Trabajo de Investigación

Asignatura : Problemas y Desafíos en el Perú Actual

Profesor : Ernesto Walter Llanos Argumanis

Sección : 9490

Tema : Principales Acontecimientos del Proceso Electoral en el Perú


durante los años 1812 y 2016

Integrante : Marivel Katherine Calderón López

Código : U17209919

2018 – 1
Principales Acontecimientos del Proceso Electoral en el Perú durante los
años 1812 al 2016

Con la proclamación de la independencia, nos convertimos en ciudadanos de una


nación, el cual define ciertas características y derechos como la igualdad, la libertad,
entre otros. El acto de votar es una de las características principales que nos definen
miembros de una misma comunidad. Ya que cada ciudadano tiene el derecho y la
obligación de ejercer su voto. Pero esto no siempre fue así. El proceso electoral en
el Perú ha ido cambiando a lo largo de los años. Iniciándose desde las cortes de
Cadis, pasando por episodios violentos, logrando el derecho de sufragio a la mujer
hasta finalmente reconocer como ciudadano a los analfabetos y analfabetas.

El presente estado de la cuestión tiene como principal objetivo el análisis de los


hechos y actos que nos definen como país en la actualidad, es por ello que se
tomara como referencia los estudios de diferentes autores acerca del problema que
abordo: ¿Cuáles son los principales acontecimientos del Proceso Electoral durante
los años 1812 al 2016?. Pregunta que da sentido a mi investigación.

La motivación para la realización de este tema surge a partir de los hechos que
vemos en los últimos años. Ex presidentes investigados por temas de corrupción, la
revocación del presidente actual, mal disposición del dinero de los congresistas,
irregularidades en la fiscalía de la nación, en si podría decirse que la corrupción
abarca todo poder judicial. Pero esto no es nuevo en nuestro país, la corrupción ha
existido desde las primeras votaciones. Es por ello mi interés en conocer el proceso
electoral en búsqueda de una democracia.

Desde el punto de vista académico, este tema es importante debido a que, mediante
su estudio, se puede conocer una parte de la historia peruana la cual nos define
como ciudadanos y ciudadanas. Del mismo modo, el saber la lucha de la mujer
peruana por ser reconocida como ciudadana y hacer prevalecer su derecho a voto.
En ese sentido, es importante recordar los sucesos ocurridos durante el periodo del
siglo XIX y del siglo XX así poder llegar a entender nuestra situación actual.
Para este estado de la cuestión se ha consultado cuatro autores diferentes. En
primer lugar, Cristóbal Aljovín Losada, historiador con doctorado en la Universidad
de Chicago, profesor y coordinador de la maestría de historia de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos. En segundo lugar, Sinesio López, doctor en
Sociología por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos con estudios
completos de Doctorado en la Universidad París, profesor principal de la PUCP y
de la UNMSM, investigador y analista político. En tercer lugar, Elgelbert Barreto
Huamán, especialista en investigación electoral y municipal. Y, por último, como
cuarta referencia se tomó el informe realizado por la ONPE sobre el voto de la mujer
en el Perú.

El primer tema que se analizará es como se realizaban las elecciones presidenciales


durante el siglo XIX comparadas con las efectuadas en los últimos años. De acuerdo
al estudio realizado por Cristóbal Aljovín, el sistema electoral no es creación de la
república. Este se inició a fines del virreinato a consecuencia de la invasión
napoleónica a España en busca de la democracia:

“Las elecciones, concebidas como un sistema de representación de la


nación empiezan a existir desde fines del Virreinato. Se trata de una
consecuencia de la invasión napoleónica a España, el gobierno de José
Bonaparte y la Constitución de Bayona, así como su correlato: la promesa de
una representación americana con un trato igualitario. (…) Por el contrario,
los cambios políticos en el virreinato peruano tienen un origen exógeno. Nos
referimos a la política de la Junta de Sevilla, el Consejo de Regencia y las
Cortes de Cádiz, que generó una dinámica política insospechada y, en la
mayoría de los casos, poco deseada. En el Perú, las elecciones generadas
por la Constitución de Cádiz de 1812 están relacionadas con un contexto de
cambios revolucionarios y guerras …” (Aljovín, López 2005: 27)
La constitución de Cádiz de 1812, consideraba como ciudadanos de la monarquía
española a los españoles, indios y mestizos. Sin embargo, excluía a los afros
descendientes. Las cortes de Cádiz diseñaron el sistema electoral en términos de
ciudadanía. Es decir, los ciudadanos y los miembros de parroquias elegían,
buscando la representación de la nación del pueblo. Transformando así, la noción
de las elecciones en la cual la soberanía recaía en el pueblo. Las primeras
elecciones del Perú “independiente” fueron bastante particulares. Si bien había
algunos departamentos como Lima, Tarma, Trujillo y en general toda la costa, que
estaban bajo el dominio de los independentistas, otros departamentos como Puno,
Cusco, Arequipa y Huancavelica, estaban aún bajo el dominio realista:

“Pasemos a la siguiente elección, la del año de 1810. Esta fue convocada


para conformar las Cortes de Cádiz. La regencia aumentó el número de
representantes a uno por provincia, aunque la mecánica electoral fue similar
a la anterior. Los miembros del cabildo, muchos de los cuales poseían el
cargo, escogían a tres candidatos, y el representante salía sorteado de dicha
terna. Los cabildos tenían cierta autonomía ya que escapaban de la
jurisdicción del virrey y de la audiencia. Como se nota, ya no se trataba de un
representante para todo el virreinato, como ocurrió en las elecciones
convocadas por la junta central en 1809, sino que el ayuntamiento principal
de cada provincia elegía un representante propio, siendo para el caso las de
Lima, Piura, Huamanga, Guayaquil, Tarma, Trujillo, Chachapoyas, Arequipa,
Cuzco y Puno.” (Aljovín, López 2005: 27)
La influencia de las cortes en el sistema electoral continuó durante el siglo XIX.
Siendo en su mayoría elecciones indirectas. Estas tenían dos fases, una que era a
nivel parroquial, de carácter inclusivo. En ella se elegía a los electores, y esos
electores eran convocados a las juntas electorales provinciales para designar a las
autoridades. Este congreso estaba dominado básicamente por sacerdotes y
abogados, seguido muy de lejos por comerciantes, militares, médicos, entre otros.
Con esto se inicia una larga tradición en el siglo XIX de sacerdotes congresistas, a
diferencia de la época virreinal, en donde la ley electoral prohibía a los militantes del
clero participar de las elecciones. Así pues, el proceso de elecciones indirectas era
bastante largo. Luego de esto se produce un gran cambio, el juego político se
restringe al territorio nacional eliminando los ejércitos extranjeros:

“El cambio fundamental es que el juego político se ha restringido al territorio


nacional y ‘sin ejércitos extranjeros’. En el aspecto formal, como han
destacado ya los especialistas, hay varios elementos similares que se
reiteran desde las elecciones para las Cortes de Cádiz y la de 1825. En
general se trata de elecciones en dos grados y, en el primero, en la mayoría
de los casos, se trata de procesos con un carácter bastante inclusivo en el
primer grado. La parroquia continúa siendo el distrito electoral, y las élites
locales, en especial las autoridades de los municipios y el sacerdote, jugaron
un rol importante en ellas, como ya se ha indicado. Con respecto a esto
último, los sacerdotes jugaban un rol simbólico importante que en gran
medida tenía la función de legitimar los procesos electorales. En efecto, el
clero ofrecía misas de acción de gracias al término de los comicios; con todo,
la participación de la población en dichas actividades era muchas veces
escasa, según consta en muchas actas de las ciudades importantes. Hasta
entonces los elementos comunal y católico eran parte importante del mundo
de las elecciones, herencia del a ilustración católica del mundo hispano y, de
modo más cercano, de la Constitución de Cádiz.” (Aljovín, López 2005: 49)
Con la cita anterior se puede observar que siguen siendo elecciones en dos grados.
En el primero muchos indígenas eran seleccionados como electores. Así mismo, las
autoridades de los municipios y los sacerdotes jugaban un rol muy importante, sobre
todo estos últimos quienes se encargaban de legitimar los procesos electorales. En
1850, en vísperas de terminar su periodo constitucional, Ramón Castilla convoca a
elecciones. Estas elecciones fueron el primer verdadero proceso electoral que tuvo
el Perú y finalmente las gano Echenique. Domingo Elías, quien creo el club
progresista, ocupo el segundo lugar y fue el primer civil en postular a la presidencia
de la república. Estas elecciones cambiaron todo el ámbito político puesto que se
crearon los clubes electorales, los que posteriormente darían luz a los partidos
políticos. De esta manera, surge con fuerza la idea del candidato, porque un club
político tiene su candidato. Del mismo modo, la idea de una agenda nacional, la idea
de la campaña, la idea de las redes oficiales:

“Un punto muy interesante de las elecciones, a partir, sobre todo, de 1827,
es la importancia que se otorga a la imagen pública de los líderes. Ya para el
periodo entre 1827 – 1851 la publicidad, parte fundamental del régimen
representativo, es una pieza fundamental del juego político. La parte central
de la propaganda, tanto en una elección como en un régimen, es la imagen
del líder. Se nota una gran preocupación por cuidar la imagen de los
candidatos o modificarla alterando la memoria histórica, un tema importante
en una época convulsionada en que la apreciación de lo bueno y lo malo de
una misma acción cambiaba vertiginosamente.” (Aljovín, López 2005: 57-58)
“En realidad, es un hecho decisivo para las elecciones de 1851 el que éstas
se remitan a toda una cadena de clubes, todos ellos vinculados con el grupo
de Lima. En ese contexto juegan un rol significativo un grupo de periódicos
que harían de voceros para los clubes. (…) Con los clubes y los periódicos
aparece con claridad la noción de ‘candidato’. (…) De cada candidato
podemos decir que contaba con el apoyo sostenido de uno o varios clubes
que difundían sus ideas y contribuían al perfil del candidato. Como nota al
margen, cabe mencionar que el sistema de votación era en teoría abierto y
cualquiera que llenase los requisitos podía ser elegido.” (Aljovín, López
2005:60)
En pocas palabras, los clubes electorales se encargaban de organizar propagandas
brindando testimonios sobre las organizaciones que representaban. Los artículos
periodísticos tenían la función de levantar o destruir la imagen de los candidatos.
Entre 1855 y 1860 se da un paréntesis en el sistema electoral que posibilitó el voto
directo y universal. Ramón Castilla fue nombrado presidente provisorio en las
elecciones de 1855, las cuales presentaron algunas irregularidades. Cristóbal
Aljovín describe algunas situaciones que padecían los ciudadanos al momento de
ejercer su voto:

“Junto con el desarrollo de los clubes políticos, se empieza a generar una


dinámica de fuerte violencia en las elecciones a nivel parroquial, que en
ocasiones se expresaba con la formación de mesas de sufragio paralelas o
la toma violenta de una ya instalada, con lo que, en lugar de haber una mesa
de votación al final había dos o más, cada una reclamando la validez del
sufragio para sí misma. Esta dinámica se conoce como la toma de mesas o
la ‘dualidad’. Este fenómeno obligaba luego a un proceso complementario
para decidir cuál de las mesas debía ser considerada como la válida, o en
que porcentajes habría que dividir los votos de las mesas. (…) Estas
dualidades, que llegaron incluso hasta a ser ‘trialidades’ de mesas, implicaron
un tipo peculiar de práctica política enlazada al ejercicio de la violencia como
medio de presión. En este sentido, junto al trabajo abierto, a la buena práctica
política, iba pareja una agenda escondida de trabajo adicional. En los
informes de los prefectos de días antes de la elección se vive un ambiente
de confrontación, negociaciones más o menos soterradas y componendas.
En este ambiente de negociación, el horizonte electoral se preparaba en una
atmósfera de conflicto que generalmente se ponía de manifiesto el día mismo
del proceso, que bien podía terminar en una de las famosas dualidades o con
el lamentable episodio de una muerte.” (Aljovín, López 2005:66)
La narración descrita en la cita anterior, no es más que una de las tantas historias
similares que se repitieron constantemente durante toda la segunda mitad del siglo
XIX. Era innegable que existía la dualidad y que hubo algún tipo de desorden en los
actos electorales. Sin embargo, la organización de los clubes políticos transformó el
acto de elección de primer grado en una lucha campal y sumamente organizada con
una secuela de muertos y heridos. Por otro lado, el fenómeno de la violencia política
conforme avanza el siglo XIX, se vuelve cada vez más un asunto de civiles. Luego
de un paréntesis de diez años, se convoca a elecciones en 1868 y asume el cargo
el coronel José Balta, quien fue asesinado en 1872 durante la revuelta de los
hermanos Gutiérrez. La ley de 1896 marca el fin de los procesos de elecciones
indirectas y de nivel parroquial:

“Al respecto, no está demás traer a colación los trágicos sucesos vividos con
motivo de la elección de las mesas parroquiales para diputado en el Cercado
del Cuzco en 1886. De acuerdo a la versión del prefecto, éste notaba una
división entre los doctores Antonio Lorena, Plácido Garrido Mendívil y una
pequeña minoría que giraba en torno a Telémaco Orihuela. El prefecto se
había propuesto evitar ‘el monstruo político llamado dualidad’, para lo cual
ideó una serie de salidas. Una de ellas era hacer que el ganador fuera
considerado propietario y el segundo suplente. Otra salida era proponer la
renuncia de ambos ‘y se designase una cuarta persona que sería elegida por
las Juntas Directivas de sus respectivos clubes para lo cual suscribieron un
compromiso’. Al parecer, todos aceptaron esta última medida, y ‘fue
combatido por las Juntas de los tres partidos, y si solo hacerse la elección es
una sola mesa, sin apelar a la nulidad conforme el compromiso’. Para el día
de la elección, cada grupo debía reunirse en lugares diferentes para impedir
los enfrentamientos violentos y las grescas.” (Aljovín, López 2005: 67)
Así pues, con la ley establecida por Piérola en 1896 se inicia el periodo de las
elecciones directas y se reduce el número de votantes a los alfabetos hombres. Son
elecciones menos democráticas porque se excluye a la gran mayoría de la
población, ya que solo votaban los que sabían leer y escribir. También se consideró
el voto público, es decir la gente expresaba de manera pública por quien iba a votar.

En conclusión, el proceso electoral durante el siglo XIX se puede dividir en dos


grupos. El primero desde las Cortes de Cádiz hasta la primera mitad del siglo XIX
dando inicio al segundo que finalizaría en 1896. Hasta 1850 no existió alguna
organización formal, es por ello que el Ejército y la Iglesia fueron entidades
privilegiadas. Se acentuó la intensidad de los clubes electorales y partidos políticos,
como también los episodios violentos en las elecciones. Se manifestó las llamadas
dualidades. Estos hechos generan un análisis contradictorio sobre las elecciones
del siglo XIX. Por un lado, fueron elecciones inclusivas y, por otro lado, para ser
elegido elector se exigía ser alfabetizado y con renta. En la actualidad, el proceso
electoral es un conjunto de acciones ordenadas por etapas, dirigidas por los
organismos electorales, JNE, ONPE y RENIEC. Todo proceso electoral se inicia con
la convocatoria a elecciones y termina quince días después de la proclamación de
los resultados. En este proceso participa el país entero en búsqueda de la
representación política del pueblo en órganos de dirección del Estado. Como se
puede apreciar en lo descrito anteriormente, no todo tiempo pasado fue mejor.
Ahora todo ciudadano es libre de ejercer su voto sin ser víctima de algún acto de
violencia.

De acuerdo a indicado en el primer tema, el proceso de elecciones durante el siglo


XIX, no se desarrolló de manera tan civilizada a diferencia de ahora en la que uno
asiste tranquilamente a votar. Muchas veces pasaba que los simpatizantes de un
partido atacaban las mesas de los simpatizantes de otro partido, y estos a su vez
organizaban otra votación. Es por ello que, muchas veces había dos actas
electorales, y este problema finalmente era resuelto por el congreso ya que no
existía un ente imparcial como es ahora el Jurado Nacional de Elecciones. Por tal
motivo, el segundo tema a tratar es sobre el rol que cumplió el Jurado Nacional de
Elecciones para garantizar la imparcialidad del proceso electoral.

En el año 1930 Leguía cayo tras su segunda reelección por un golpe de estado a
manos de Luis Sánchez Cerro, quien gana las elecciones de 1931. Para estas
elecciones y con la finalidad de devolver la democracia al país, el 26 de mayo de
1931, David Samanez crea el Jurado Nacional de Elecciones. Con ello se dispuso
el voto obligatorio para los varones alfabetos y mayores de 21 años, Así mismo, se
estableció el Registro Electoral permanente y se creó como documento de identidad
y de sufragio a la libreta electoral. El JNE se instaló el 22 de septiembre de 1931
para las elecciones de ese mismo año, resultando como ganador Luis Miguel
Sánchez Cerro. Así también, se eligió a los miembros de la Asamblea Constituyente
quienes elaboraron la Constitución de 1933. Este se encuentra al servicio de la
ciudadanía bajo los principios de imparcialidad, independencia, transparencia y
eficacia. Sus funciones se orientan a tres puntos específicos. En primer lugar, la
Transformación política, en el cual se busca promover iniciativas que el sistema
político actual requiere para fortalecer la democracia En segundo lugar, la
Gobernabilidad democrática, en la cual se busca disminuir el distanciamiento entre
el Estado y la sociedad. Por último, la Gestión electoral, la cual implementa acciones
y herramientas para un funcionamiento eficaz y eficiente del Sistema electoral.
La máxima autoridad del JNE es el Pleno, el cual está conformado por
representantes de diversas entidades públicas y privadas. Con ello se garantiza la
independencia e imparcialidad. Hasta el 2016, han sido veintidós magistrados
quienes presidieron el máximo organismo electoral peruano, sin incluir a su actual
presidente, el doctor Víctor Ticona Postigo, quien culmina su mandato en noviembre
de 2020.

Continuando con la historia del proceso electoral en el Perú, un tercer tema a


analizar es el derecho de la mujer al sufragio en las elecciones presidenciales y
congresales del año 1956. Para ello se revisará los antecedentes en el mundo con
respecto a este tema, analizando el informe realizado por la ONPE. Los
movimientos sufragistas más relevantes en el siglo XIX fueron en Gran Bretaña y
en Estados Unidos, el segundo ayudo a la lucha en América Latina.

“El acceso al voto de la mujer en Inglaterra, obtenido en 1917, fue el resultado


de una ardua lucha que involucró la formación de un movimiento social y el
surgimiento de lideresas que adquirieron creciente visibilidad en el espacio
público. El movimiento sufragista británico en Inglaterra se dividió en dos
tendencias representadas por dos líderes: Millicent Garret Fawcett (1847-
1929), quien encabezó una vertiente moderada, y Emmeline Pankhurst
(1858-1928) quien tomó una postura más radical.” (ONPE 2016: 17)
La cita anterior describe lo que fue el movimiento sufragista en Inglaterra. Por otro
lado, el movimiento sufragista en Estados Unidos se realizó de la siguiente manera:

“En Estados Unidos el derecho al sufragio de las mujeres se obtuvo en 1920


y fue planteado por primera vez en la convención de Seneca Falls (Nueva
York 1848) organizada por Lucretia Mott, Elizabeth Cady Stantony Susan B.
Anthony, entre otras. En esta convención hubo dos días de discusión y
debate que culminaron en la firma de un documento denominado
“Declaration of Sentiments”, que tiene como uno de sus puntos centrales de
agenda otorgar el derecho al voto a la mujer, entre otras demandas de
igualdad de género.” (ONPE 2016: 19)
Así pues, en este contexto el voto femenino en el Perú se obtuvo en 1955 y las
mujeres votaron por primera vez en 1956. Como país fuimos los penúltimos en
obtener este voto y esto se debió a quienes ayudaron a la transformación social del
país ejerciendo funciones en el periodismo y literatura como Mercedes Cabello de
Carbonera y Clorinda Matto de Turner. De igual manera a las precursoras del siglo
XX, María Jesús Alvarado y Zoila Aurora Cáceres, quienes crearon las asociaciones
cívicas femeninas más destacadas en el Perú: Evolución Femenina (1914) y
Feminismo Peruano (1924).

“María Jesús Alvarado es considerada una de las primeras mujeres que tuvo
la lucidez de visibilizar la necesidad de otorgar igualdad de derechos civiles
y políticos a las mujeres. En 1911 pronunció en la Sociedad Geográfica de
Lima una conferencia que marcaría un hito en la historia del feminismo
peruano. Titulado “El Feminismo”, el discurso tuvo como una de sus
demandas centrales el derecho al sufragio de las mujeres. Para Villar este
discurso es un hito importante de la lucha de la mujer peruana por el sufragio,
ya que estuvo asociado con los nuevos movimientos sufragistas en pleno
desarrollo en ese momento e otras partes del mundo.” (ONPE 2016: 30)
Así pues, la labor de Alvarado se enfatizó al fundar la organización Evolución
Femenina en 1914, la cual buscaba conseguir la igualdad de derechos de las
mujeres. De igual manera Zoila Aurora Cáceres fundó en 1924 el Feminismo
Peruano considerada la segunda organización feminista del Perú. Esta presto
asesoría y ayuda a la conformación de sindicatos femeninos. Así mismo, surgió otra
precursora en el APRA, Magda Portal, quien fue la primera mujer en participar en el
partido. Es así que se da el primer logro del feminismo peruano, que es la
participación en el debate sobre el acceso a las de beneficencia pública, la cual se
aprobó el 19 de setiembre de 1924. Este significo el inicio hacia los primeros
debates sobre la incursión del a mujer a la política. No obstante, el debate
parlamentario por el sufragio de la mujer se tocó en varias sesiones:

“Los debates parlamentarios y las acciones políticas en relación al derecho


al sufragio de la mujer peruana, se dieron en cuatro coyunturas políticas
específicas. Primero, durante el Congreso Constituyente entre 1931 y 1933,
periodo gobernado por el comandante Luis M. Sánchez Cerro. Segundo,
durante el mandato de Manuel Prado entre 1939 y 1945, seguido por un
tercer momento durante el mandato de José Bustamante y Rivero entre 1945
y 1948. La cuarta coyuntura correspondería al gobierno de Manuel A. Odría
entre 1948 y 1955, año en que finalmente se otorgó el voto calificado a las
mujeres, mayores de edad y alfabetizadas.” (ONPE 2016: 26)
Al finalizar el gobierno de Bustamante y Rivero en 1948, el derecho al sufragio de
la mujer todavía no se cumplía. Los oligarcas se oponían al voto de la mujer y
preferían conservar el poder mediante el voto exclusivo de los varones. No obstante,
Víctor Andrés Belaúnde se opuso a esta postura y pretendía que la mujer votara sin
ninguna restricción. Alguien que lo acompaño en esta posición fue el diputado
socialista Alberto Alca Parrón. Finalmente, se impuso el voto progresivo para la
mujer, es decir se le concedió el voto para las elecciones municipales, pero no para
las generales.

“La promulgación de la Ley Nᵒ 12391, realizada por Manuel Odría, reconoce


formalmente a la mujer peruana en el marco de la ciudadanía otorgándole el
derecho al voto y al a participación política; cerrando a su vez un primer ciclo
de deliberaciones sobre la incorporación de la mujer en los asuntos de
estado. (…) De acuerdo a esta modificación, las mujeres obtuvieron el
derecho al sufragio, pero con restricciones, ya que solo gozarían de tal
derecho las mujeres que superan leer y escribir, tuvieran más de 21 años o
fueran mayores de 18 años, siempre y cuando estuvieran casadas.” (ONPE
2016: 41)
Es así que la postura liberal y progresista venció, recibiendo el respaldo del régimen
de Odría y del JNE, el 12 de octubre de 1955 este organismo realizo el
pronunciamiento otorgando el derecho cívico del sufragio a la mujer. No obstante,
la ley aun no reconocía la ciudadanía de la mayoría de peruanos y peruanas, sino
solo de los supieran leer y escribir, pero fue considerado como un hito histórico el
cual marca el camino hacia el empoderamiento político de la mujer. Se dice que el
voto fue otorgado por interés de los líderes y para el beneficio de sus objetivos
políticos. En conclusión, durante la década de los años 30 y 40 muchas mujeres se
organizaron en los partidos políticos reformistas y revolucionarios que estaban fuera
de la ley. Hasta que finalmente en setiembre de 1955 como consecuencia de esta
lucha organizada por ellas y la presión social generada, se promulga la ley que
reconoce a las mujeres como ciudadanas en el Perú.

Como cuarto tema se examinará la razón del porque el Jurado Nacional de


Elecciones organizo las elecciones presidenciales con primera y segunda vuelta
electoral. En el Perú se implanto la segunda vuelta electoral para definir la elección
del Presidente de la República, atribuyendo que sería capaz de consolidar el
régimen democrático y contando con el respaldo del Poder Ejecutivo. El sistema de
la segunda vuelta electoral se originó en Francia, y es importante conocer su
significado y lo que implica. Para ello, el autor Centurión nos da el siguiente alcance:
“La segunda vuelta electoral, por haber surgido en Francia, recibe también el
nombre balotaje, derivado del francés ballotage. En sentido amplio, consiste
en que, para llegar a los cargos públicos, desde una Presidencia de la
República hasta el nivel de presidencias municipales, es necesario obtener
más de la mitad de los votos emitidos. Conceptualmente, la segunda vuelta
electoral o balotaje viene a ser el mecanismo electoral a través del cual se
“obtiene una mayoría absoluta o una mayoría relativa calificada entre dós o
más mayorías relativas resultantes de un primer acto electoral.” (Centurión
2016: 19-20)
De acuerdo a la cita anterior, se puede afirmar que es esencial contemplar la
segunda vuelta electoral si ningún candidato ha sobrepasado la mitad de los votos
del total. Para ello se designa como participantes a los dos candidatos con mayor
cantidad de votos. A su vez, fortalece la legitimidad del presidente al ser elegido por
una amplia mayoría y garantiza que ningún candidato con rechazo mayoritario logre
obtener el cargo de Presidente. Sin embargo, puede fabricar mayorías artificiales,
favorecer a la polarización electoral, fomentar el surgimiento de outsiders y no
certifica la victoria del ganador Condorcet.

El sistema político en el Perú es mixto, es decir ni presidencial puro, ni


parlamentario. Y consideramos al Presidente como líder de la Nación capaz de
ejercer el poder de manera individual. El Perú introdujo la segunda vuelta electoral
en la Constitución de 1979 para ser aplicado desde el año 1985:

“Uno de los temas más discutidos fue precisamente la elección presidencial.


Los miembros del Partido Aprista se opusieron a la implantación de la
segunda vuelta, mientras que otros partidos, como el Partido Popular
Cristiano y los grupos de izquierda, se pronunciaron a favor, buscando
contrapesar el inmenso arraigo popular que en aquel entonces tenía el
aprismo. En tal sentido, luego de un extenso debate, la Asamblea
Constituyente recogió la idea de la segunda vuelta electoral únicamente para
la elección presidencial, según el artículo 203ᵒ:” (Centurión 2016: 29)
De acuerdo a la cita, se aprecia una gran negativa por parte del partido Aprista en
la aplicación de este nuevo sistema. En las elecciones presidenciales del año 1985
se debió realizar el primer uso. Alan García y Alfonso Barrantes fueron los dos
candidatos con mayor cantidad de votos. Sin embargo, Barrantes renunció, con lo
cual el JNE proclama Presidente y Vicepresidente a miembros del Apra. Es decir,
no se llegó a realizar la segunda vuelta. En conclusión, en la Constitución de 1979
el JNE decide incorporar la segunda vuelta como sistema que logre elegir de
manera idónea y democrática al Presidente de la República.

A partir de lo desarrollado en las páginas anteriores, se pone en manifiesto los


principales acontecimientos del proceso electoral en el Perú. Por un lado, como se
desarrollaron las elecciones durante el siglo XIX, los actos violentos, compra de
votos, toma y duplicidad de actas. Es decir, en ese entonces no había la seguridad
que hoy existe al momento de ejercer el voto.

Un segundo punto tratado es sobre el papel que desarrollo el JNE para garantizar
la imparcialidad en el proceso. Esta organización, cuyos principios son la
imparcialidad, independencia, transparencia y eficacia cumple con las siguientes
funciones: Transformar la política, gobernabilidad democrática y la gestión electoral.

Como tercer tema se trató el derecho de la mujer al sufragio. En este punto se revisó
los hechos relevantes, la organización de partidos políticos y la lucha de mujeres
importantes para finalmente en 1955 se promulgue la ley que reconoce a las
mujeres como ciudadanas en el Perú.

Por último, como cuarto tema se trató la implantación de la segunda vuelta en el


proceso electoral. Es decir, los antecedentes y como el JNE mediante la
Constitución de 1979 decide incorporar la segunda vuelta como sistema que logre
elegir de manera idónea y democrática al Presidente de la República

En conclusión, desde los años 90 hasta estos años hemos tenido un proceso de
democratización. Antiguamente no se reconocía los derechos de la población y los
derechos sindicales. La baja calidad de la democracia en el Perú tiene que ver con
esa separación entre la democracia y democratización. En el año 2005 se realiza la
última ampliación al voto porque se le otorga derecho de sufragio a los policías y
militares en ejercicio, los cuales tienen derecho a votar, pero no a ser elegidos. El
electorado creció sin que hayan existido movimientos sufragistas, más bien, hubo
una oposición de las elites y del estado a la participación electoral, apelando a la
edad, propiedad, sexo y analfabetismo. A la par de la ampliación del voto, en el siglo
XX y XXI se eliminaron los vicios electorales heredados del siglo XIX. Las elecciones
ya no son varios días sino solo uno. Las mesas ya no son públicas, y no se capta a
electores pagados para ir a votar. A inicios de 1960 para contrarrestar los anforasos,
se introduce la norma acta mata voto, es decir se hacen tres actas donde se
transcribe todo lo que se realiza en el proceso electoral. En este sistema, los
personeros pasaron a cumplir un rol fundamental. Los documentos de identidad son
cada vez más modernos y seguros, Ya no se vota doble, para eso está la tinta
indeleble. Con ello se llega a la conclusión que actualmente nos encontramos en un
buen momento electoral. Ahora uno va tranquilamente con su DNI a su mesa
electoral, elige al candidato de su preferencia y retorna tranquilamente a su hogar.
Ya no es como en los siglos pasados, que se asaltaban los tabladillos donde
estaban las mesas de votación con actos violentos, se vendían los votos entre otros.
Gracias a la democracia representativa tanto hombres como mujeres ejercemos
nuestro derecho de elegir a nuestro gobernante, así que es nuestro deber como
ciudadanos cuidarla.

De igual manera es importante el museo del JNE, el cual nos permite conocer
nuestra historia política y sensibilizar a la ciudadanía sobre el ejercicio de nuestros
derechos civiles y políticos. El museo electoral y de la democracia que pertenece al
Jurado Nacional de Elecciones se ubica en la sede del JNE. En él se hallan objetos
como medallas, fotos, ánforas, entre otros elementos. Así mismo, nos muestran la
lucha de la ciudadanía y de las instituciones por conseguir la democracia, que en
una de sus formas se expresa en el acto de ir a votar. Es decir, de elegir libremente
a nuestros gobernantes.
BIBLIOGRAFÍA:

 ALJOVÍN DE LOSADA, Cristóbal y López, Sinesio (2005). Historia de las


elecciones en el Perú. Lima: Instituto de Estudios Peruanos.
 BARRETO, Engelbert (2006) Alcances de la segunda vuelta electoral. Lima:
Jurado Nacional de Elecciones.
 ONPE (2016) 60 Años del voto de las mujeres en el Perú. Nᵒ 41. Lima.
Recuperado de:
https://www.web.onpe.gob.pe/modEducacion/Publicaciones/L-0117.pdf

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