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TEMA 1.

INICIOS Y CONSOLIDACIÓN DEL REINO VISIGODO EN HISPANIA

1. LOS SUEVOS

1.1. La formación territorial de un reino

Los suevos cruzaron los Pirineos junto con otros pueblos en 409. Encontraron una
fuerte resistencia en el S de la Península por lo que pactaron sucesivamente acuerdos de
paz con la población romana de la Gallaecia. Su rey era Hermerico e hizo continuos
pillajes en la provincia, que tenía muy poco control suevo.

El rey suevo envía al obispo Symposio a Rávena para lograr la legitimidad y así la
autoridad sobre la Hispania noroccidental. Esto no sirvió. En 437 se firma un acuerdo
de paz mucho más estable. A Hermerico le sucede su hijo Requila en 438 y los suevos y
el Imperio se alejan. Requila desarrolla una política expansiva hacia el sur de la
Península.

Toma Mérida y captura al comes Censorio, embajador ante los suevos. Conquista
Sevilla y se hace con las provincias de la Baetica y la Carthaginensis, dominando toda
Hispania excepto la Tarraconensis, bajo control imperial aún. De todas formas, no
controlaron política y administrativamente esos territorios de manera permanente ni
segura. Hicieron más bien incursiones continuas para hacerse con botín. El gobierno
imperial mantenía el control del sur de la Galia y la Tarraconense.

1.2. Consolidación del reino

A Requila lo sucedió su hijo Requiario a mediados del siglo V. Era católico. Puede ser
que se convirtiera para acercar a la población hispanorromana. Parece que fue al más
“romanizado” de los monarcas suevos. Buscó asentar la monarquía dentro de unos
límites territoriales. Estableció en Braga la “sede regia”, centro político y administrativo
del reino. Braga era la antigua capital de la provincia romana, lo que le aportaba
legitimidad. Asimiló las formas de poder imperial, adoptando el latín como lengua
oficial.

A mediados del siglo V se firmó una alianza entre los suevos y los godos.

Se devolvió la Carthaginensis a los romanos. Los suevos la volvieron a invadir,


llegando incluso a invadir la Tarraconensis. El Imperio reaccionó inmediatamente. El
godo Teodorico II entró con sus tropas en Hispania y derrotó a los suevos cerca de
Astorga. Requiario fue ejecutado. Teodorico II tomó Mérida. Tropas de este rey
visigodo fueron a Gallaecia para terminar con la resistencia de los suevos.

1.3. Momentos de incertidumbre

En 458 Teodorico II arrebató definitivamente la Bética a los suevos.

Los obispos sustituyen a los poderes civiles en el ámbito local y se convierten en la


autoridad de las diócesis. Parte del ejército godo fue enviado a Lugo, la ciudad más
importante del NO de Hispania, para proteger la ciudad.
Teodorico II perdonó a las tropas suevas derrotadas y puso a Agiulfo, un cliens suyo, al
mando del gobierno. Este se independizó de Teodorico II y se convirtió en un tirano.
Tras su muerte, los suevos se dividieron en dos facciones, que apoyaron a distintos
sucesores. Finalmente, accedió al trono Maldras, que saqueó varias veces la Lusitania.
Tras su muerte, se inició una época de inestabilidad y conflictos entre facciones. Por fin
fue elegido como rey Remismundo o Requimundo. En esta época Teodorico II tuteló en
cierta forma el reino suevo mediante emisarios. El misionero Aiax convirtió a los
suevos al arrianismo, que fue una imposición de los visigodos.

1.4. Un reino católico

Entre 469 y 550 se produce una etapa de oscuridad en la historia de los suevos. El reino
de los suevos se fue consolidando dentro de los límites que había trazado el rey visigodo
Eurico, abarcando la Gallaecia y el norte de la Lusitania. La élite de los suevos fue
asimilándose a la aristocracia terrateniente romana, en medio de una convivencia
pacífica y el respeto de la monarquía arriana a la Iglesia católica. Lo único que no podía
hacer esta era celebrar sínodos, prohibición que se levantó con Ariamiro. Teodomiro fue
el monarca suevo que convirtió el reino al catolicismo, con la labor misionera y pastoral
de Martín de Braga. Se terminaba así la dualidad religiosa. Gregorio de Tours atribuye a
Carrarico la conversión.

Martín de Braga fue el que convirtió al catolicismo a los suevos. Llegó a la Gallaecia
hacia 550. Tuvo el apoyo del rey y durante 30 años incentivó la vida monacal fundando
un monasterio en un suburbio de Braga, sede de la corte. Después fue obispo allí. Se
convirtió en el obispo-abad de la corte e influyó mucho en las nuevas estructuras de la
Iglesia en Gallaecia. Unificó la liturgia y disciplina de la Iglesia. Trató el
priscilianismo, que afectó a mucha parte de la población, sobre todo rural. Se centró en
erradicar el paganismo. La realeza católica se implicó decisivamente, identificando la
fidelidad a Cristo y al monarca, protector de la Iglesia, lo que favoreció el control de los
súbditos.

Con Teodomiro hubo cambios importantes en la organización territorial de la Iglesia


adaptada a la estructura del reino suevo que fueron completados con el segundo
Concilio de Braga de 572. El territorio se dividió en 13 sedes episcopales, integradas en
dos grandes provincias eclesiásticas, una al norte con sede metropolitana en Lugo y otra
al sur con centro en Braga.

A la muerte de Teodomiro, le sucede su hijo o hermano Mirón (570-583). Convoca el


segundo Concilio de Braga, que fue presidido por el obispo Martín. Se da una colección
canónica a la Iglesia sueva sacada de la Iglesia oriental. La Formula Vitae Honestae fue
un tratado político que confeccionó Martín para el rey Mirón. En esta obra, los antiguos
ideales de la realeza militar se juntan con el soberano teocrático que defiende a la
Iglesia y es vicario de Cristo en la tierra. Finalmente los suevos entrarían en conflicto
con los visigodos y ocasionaría su ruina.

2. EL REINO VISIGODO DE TOLOSA

2.1. Los inicios de la emancipación


Teodorico I (418-451) alcanzó una paz con los romanos en la que los visigodos eran
reconocidos por el Imperio como un pueblo independiente dentro de los límites
imperiales, por lo que dominaban los territorios de la Galia ocupados anteriormente
gracias a la hospitalidad. Fueron considerados “colonos combatientes” que recibían
tierras de cultivo del Imperio a cambio de sus servicios militares. Se volvieron de facto
un Estado dentro del Estado dominando a su pueblo al margen del Imperio. Tenían sus
normas e instituciones consuetudinarias. Su sede regia la establecieron en Tolosa con
una burocracia de origen romano y unos servicios domésticos germánicos.

La inminente invasión de los hunos hizo unirse a romanos y visigodos. Estos lucharon
bajo mando romano en la batalla de los Campos Cataláunicos en la que derrotaron a los
hunos de Atila. Teodorico I murió en la batalla y fue sucedido por su hijo Turismundo
que acabó asesinado. Teodorico II (453-466) le sucedió.

Siguió una etapa de inestabilidad, con el conflicto sucesorio en el Imperio. Avito fue
convencido por Teodorico II para aceptar el trono imperial. Después de dos años,
Mayoriano hizo caer a Avito como emperador de Occidente. Mayoriano (458-461)
acabó siendo asesinado por el patricio Ricimero.

Esta inestabilidad favoreció a Teodorico II para consolidar y expandir el reino visigodo


en el sur de la Galia e Hispania. Ocupó la región de Narbona y firmó un acuerdo de paz
con el rey suevo Remismundo. La zona de influencia visigoda en Hispania creció
notablemente, gracias a sus éxitos militares y los visigodos se fueron asentando en la
Carthaginensis.

La monarquía visigoda adquirió un gran prestigio. La aristocracia también se


“romanizó”. El rey y la aristocracia se apoyaban mutuamente y no hubo rebeliones de la
nobleza durante el siglo V. La nobleza adquiría tierras consecuencia de la expansión de
la monarquía.

2.2. El fortalecimiento del reino

Con Eurico (466-484) las relaciones con el Imperio se trastocaron. El foedus se terminó
y Eurico fue contrario a los provinciales. Pero no renunció al apoyo romano que
conservaba la amistad con los godos. Mantuvo una gran diplomacia con vándalos,
arrianos, suevos, godos y el emperador de Oriente en paralelo al distanciamiento con
Rávena. Los visigodos quisieron expandirse y frenar a los suevos ante la ausencia
progresiva del poder romano en Hispania.

En 469 estalla el conflicto entre los visigodos y el Imperio. Eurico venció varias veces y
se expandió hasta el Loira y el valle del Ródano. Se hizo con todas las regiones hispanas
que quedaban aún bajo administración de Roma. Toda Hispania menos la Gallaecia
sueva, el norte peninsular poblado por cántabros y vascones y mucha parte de la
Baetica estaba bajo control visigodo, siendo una prolongación hacia el sur del reino
visigodo de Tolosa.

Eurico legisló siguiendo la tradición romana. Promulgó el edictum Eurici regis o Codex
Euricianus, un código de leyes para regir a sus habitantes godos y romanos. Este código
se basó en el Derecho romano vulgar.
Con la caída del Imperio romano de Occidente en 476, Eurico se benefició de la
descomposición. Este rey visigodo ocupó la última zona de la Galia romana, la
Provenza meridional. Odoacro (476-493) sustituyó en Italia a Rómulo Augústulo,
último emperador, y sancionó la nueva situación mediante un pacto con los visigodos.
El emperador de Oriente mandó al ejército federado ostrogodo para sustituir a Odoacro
e imponer su autoridad sobre Italia y Dalmacia. El monarca Teodorico el Grande
terminó con Odoacro y fundó un nuevo reino romano-bárbaro en Italia, el ostrogodo.

Alarico II (484-507) sucedió a su padre Eurico. Se incrementó la penetración goda en la


Península. Esto se inició varias décadas antes con la incorporación por Eurico de la
Tarraconensis. Ahora aparece en el norte de la Galia un nuevo poder bárbaro. Clodoveo
(482-511), jefe de estos bárbaros, los francos salios, aparece como el gran rival de los
visigodos. Clodoveo vence a Siagrio y acaba con el poder romano en esta área.

Clodoveo se convierte al catolicismo con el apoyo de la nobleza. Al comienzo del siglo


VI Alarico II tuvo problemas con los católicos. Ahora Alarico II se vuelve más tolerante
con sus súbditos romano-católicos.

Alarico II legisló, como su padre. Promulgó la Lex Romana Visigothorum o Breviarium


en la que une las leyes romanas del Codex Theodosianus con otras constituciones
posteriores y obras de jurisconsultos romanos que completó con interpretationes. Este
código nuevo es de 506. Estas normas legales procedían del Derecho romano que
atrajeron al alto clero. Con este Breviario intentó una convivencia pacífica entre la
población romana y la goda. Los obispos católicos celebraron un concilio en Agatha
para promover la tolerancia entre arrianos y católicos. Acordaron que el patrimonio de
la Iglesia era inalienable. La monarquía visigoda se identificaba con la fe arriana pero la
Iglesia católica pudo conservar muchos de sus bienes materiales.

Teodorico el Grande (493-526), rey ostrogodo, concertó alianzas matrimoniales para


evitar una guerra entre francos y visigodos.

En 507 ocurrió en Vouillé una batalla decisiva. Los visigodos sufrieron una derrota
aplastante frente a los francos y Alarico II murió en el combate. Clodoveo tomó varias
ciudades de la Galia y avanzó hacia Toulouse (Tolosa), capital del reino visigodo, en la
que se hizo con buena parte del famoso tesoro real de los godos. Entonces francos y
burgundios se repartieron la mayoría de la Galia visigoda. Los visigodos fijaron en
Narbona su nueva capital.

3. HISPANIA BAJO INFLUENCIA OSTROGODA

3.1. La tutela ostrogoda de Teodorico el Grande

Tras Vouillé, los francos se acercaban a los dominios ostrogodos. Estos se hicieron con
las posesiones mediterráneas visigodas de la Galia para preservar los territorios de los
visigodos y para evitar un cercamiento entre francos y bizantinos. Teodorico el Grande
intervino en el conflicto galo-hispano de comienzos del siglo VI para alejar a francos y
burgundios de sus dominios.
Tras la muerte de Alarico II, Teodorico gobierna sobre lo que queda del reino de
Tolosa. Teodorico fue a Carcasona, asediada por los francos, donde estaba su nieto
Amalarico. Tras el sitio, protegió a su nieto, candidato legítimo al trono.

Teodorico el Grande asumió el gobierno. La parte del tesoro visigodo salvado de la


codicia de los francos fue llevado a Rávena y fue una especie de “secuestro” de la
soberanía visigoda. Teodorico era regente de su joven nieto Amalarico. El monarca
ostrogodo regía en la Península. El poder militar lo llevaban los ostrogodos, el poder
civil los funcionarios romanos. El ejército de la parte visigoda de la Galia estaba al
mando de Ibba, sustituido después por Tuluin. Recuperó la Prefectura del Pretorio para
la Galia. En Hispania la autoridad militar era el ostrogodo Teudis, que alcanzó algo de
independencia respecto a la corte ostrogoda de Rávena. Los gobernadores Ampelio y
Liuvirito administraban civilmente los territorios hispanos.

Teodorico extendió en los territorios visigodos la restauratio Romani nominis. Envió


mucho dinero para ganarse a la aristocracia galorromana y reparar los daños de las
intervenciones militares en el sur de la Galia. Condonó tributos y restauró a los viejos
propietarios de los esclavos. Restituyó a los possessores de bienes y derechos de
propiedad. Corrigió los abusos de la administración hispana. Evitó el fraude en los
funcionarios. Castigó la acuñación de moneda particular, que debía ser monopolio
exclusivo del Estado. El patrimonio regio era supervisado en Hispania por un gran
dignatario civil.

Teodorico fue heredero de la tradición romana. Recuperó los viejos territorios del
Imperio y restauró la civilitas. La aristocracia visigoda fue apartada de los mandos.

Teodorico el Grande estrechó los lazos entre los dos pueblos godos. Al principio, fue
sucedido por un noble ostrogodo Eutarico. Su muerte temprana hizo que Amalarico
accediera al trono después de la muerte de su abuelo en 526.

Con Teodorico los territorios visigodos de Gallia e Hispania formaban una unidad
independiente de los dominios italianos. Ambos pueblos iniciaron un proceso de
separación pacífico. Amalarico cedió a los ostrogodos la Provenza. A cambio recibió el
tesoro real de los visigodos y el nuevo monarca Atalarico (526-534) renunciaba a los
recursos hispanos que recibía.

3.2. La herencia recibida

Narbona se convirtió en la capital del reino con Amalarico (526-531). Un ataque de los
francos hizo que la capital se trasladara a Barcelona, lo que terminó con el reino
visigodo en la Galia. Ahora el centro político y administrativo estaba en Hispania.
Surge la Carpetana o Celtibérica como nueva provincia eclesiástica. Estaba sometida a
la sede de Toledo que se independiza de Carthago Spartaria (Cartagena) y gobierna en
las dos mesetas. Hacia 530 el reino visigodo llega hasta el sur de la Lusitania e
incorpora territorios suevos de la meseta norte.

Amalarico se casa con la hija de Clodoveo, Clotilde. En 531 Childerico, hermano de


Clotilde y rey franco, vence a Amalarico cerca de Narbona. Amalarico se refugia en
Barcelona donde fue asesinado. Con su muerte se extingue la familia de los Baltos que
había gobernado a los visigodos durante más de cien años.
Teudis (531-548) extiende el dominio godo hasta las áreas meridionales y levantinas de
la Península. Establece su sede en Hispalis (Sevilla). La prefectura de Hispania se
suprime. Traslada su sede a Toledo a finales de su mandato, por motivos geográficos.
En 546 promulga una ley sobre costas procesales.

El emperador Justiniano (527-565) procedió a la conquista del reino vándalo y tomó


Ceuta por lo que los bizantinos suponían una amenaza para los visigodos.

A Teudis lo sucedió Teudisclo (548-549), que frenó a los francos en la Tarraconense.


Fue asesinado y le sucedió Agila.

4. LA INESTABILIDAD POLÍTICA Y EL ESTABLECIMIENTO DE LA


PROVINCIA BIZANTINA DE SPANIA

4.1. Asaltos nobiliarios al poder regio

Tras la muerte de Amalarico la nobleza visigoda no tenía consenso entre ellos. La


repentina ruptura durante el periodo de influencia de los ostrogodos de las tradiciones
visigodas durante un siglo produjo una igualdad en la aristocracia goda y se
revitalizaron las antiguas fuerzas centrífugas de carácter tribal. Había desequilibrios de
poder en la corte que desembocaron en una “anarquía”.

Agila (549-555), tras ser coronado con el apoyo de la aristocracia, tuvo que sofocar una
rebelión en Córdoba. Fue derrotado y perdió el tesoro real.

Atanagildo, un noble godo, se levanta contra el rey y se hace fuerte en Sevilla.


Comienza una “guerra civil”.

4.2. La intervención bizantina

Atanagildo pidió ayuda al emperador Justiniano (527-565). Esto propiciaría que las
tropas imperiales consolidaran un dominio territorial estable en el sureste peninsular. La
ayuda de los bizantinos derrotó a Agila que fue asesinado.

Atanagildo (555-567) quería que las tropas bizantinas se marcharan de la Península. Sin
embargo, Justiniano quería restaurar la grandeza del Imperio romano y procedió a la
“reconquista” de los territorios de Occidente. Los bizantinos controlaban el sur de la
Bética y la mayor parte de la Carthaginensis hasta Valencia. Estos territorios quedaron
integrados en la nueva provincia de Spania, junto con las Baleares, subordinada a la
Prefectura del Pretorio de África.

Atanagildo restableció a los visigodos en la Bética. Trasladó la corte a Toledo al final de


su gobierno. Duró como capital del reino hasta la desaparición del reino con la invasión
musulmana. Intentó tener buenas relaciones con los francos.

Le sucedió Liuva I (567-572) que asoció al trono a su hermano Leovigildo.

5. EL REINADO DE LEOVIGILDO (569-586)


5.1. Configuración territorial y expansión del reino

La época de Leovigildo se conoce bastante bien a través de una variada información.


Leovigildo tuvo como objetivo los territorios bizantinos de la Península. Penetró en el
área y tuvo varias victorias.

Ahora se dirigió al sector noroccidental de la Península. Obtuvo victorias. Su intención


era meter a los suevos en sus límites.

Leovigildo se dirigió nuevamente al sur y sometió la Orospeda. Eliminó a todos los


aristócratas subversivos que solían asesinar a los reyes. Confiscó sus tierras.

El poder visigodo se fue fortaleciendo y se emprendió una expansión territorial. En 585


se conquistó definitivamente el reino suevo. Leovigildo arrasó toda la Gallaecia. Los
invasores se hicieron con el tesoro regio y se produjo un sometimiento violento de los
suevos, cuyo reino se convirtió en una nueva provincia goda.

5.2. La rebelión de Hermenegildo (579-585)

Leovigildo nombró a sus hijos Hermenegildo y Recaredo consortes regni.


Hermenegildo fue a la Bética para gobernarla y controlar la frontera con los bizantinos.
El heredero se rebeló contra su padre, el rey, y abandonó el arrianismo y se convirtió al
catolicismo. El levantamiento se extendió y pidió el apoyo de francos y bizantinos.

Leovigildo intentó la vía diplomática pero fue inútil por lo que hubo un conflicto
militar. El monarca intentó que francos, bizantinos y vascones no entraran en el
enfrentamiento, aliados de Hermenegildo. Venció a los vascones, impidió la ayuda
franca y logró la retirada de los bizantinos mediante 30.000 sueldos de oro. En 582
Leovigildo toma Mérida y Sevilla, donde muere Mirón, el rey suevo. Sevilla cayó un
año más tarde. Hermenegildo se entregó a Leovigildo y fue encarcelado y ejecutado.

Algunos vieron en la guerra civil una razón religiosa. Otros calificaron a Hermenegildo
como un tirano usurpador. Ambos contendientes hicieron propaganda religiosa.
Hermenegildo expulsó al clero arriano de varias ciudades y Leovigildo hizo lo mismo
con el clero católico.

5.3. Reorganización del reino y política religiosa

Leovigildo erradicó a sus enemigos, muchos de la aristocracia terrateniente, confiscando


sus bienes y rozando una expoliación a sus ciudadanos.

Las finanzas estaban saneadas. En las monedas suprimió la imagen del emperador de
Constantinopla y la sustituyó por la imagen del rey con los atributos imperiales. Así,
Leovigildo rompía con el Imperio y con la subordinación del reino visigodo en él. Se
emancipaba políticamente. Ahora ambas entes políticas estaban al mismo nivel, o por lo
menos era lo que quería Leovigildo. Este asumió un ceremonial propio, aunque parecido
al imperial. Toledo, urbs regia, se engrandeció y custodiaba el tesoro de los visigodos,
además de ser la sede de la corte. Leovigildo fundó Recópolis, entre Toledo y
Cartagena.
Leovigildo fue un monarca legislador. Renovó la tarea jurídica de Eurico y de la Lex
Romana Visigothorum. Intentó suprimir lo que diferenciaba a romanos y godos.
Permitió los matrimonios mixtos. Dotó de una estructura más centralizada al reino.
Implantó el comes civitatis en el gobierno de las ciudades, con carácter civil y militar.
También creó el dux provinciae al frente de las circunscripciones territoriales.

Fracasó en la unificación religiosa del reino ya que no pudo implantar el arrianismo


como doctrina oficial, ya que era minoritario y muy distante del catolicismo, fe de la
gran mayoría de la población hispanorromana. Se le acusa de perseguir al clero católico
y anular sus rentas y privilegios. Este rey reforzó la monarquía. Actualmente se
minimiza su presión sobre el clero católico.

El rey intentó superar las diferencias religiosas entre romanos y godos y hubo algunos
choques entre la monarquía y la Iglesia católica. En 580 se celebró un concilio arriano
en Toledo en el que se quiso integrar en la Iglesia del reino a los católicos. El monarca
quería bajar el radicalismo de las creencias arrianas. Este concilio determinó que los
católicos que quisieran convertirse al arrianismo con una imposición de manos y una
recitación de fe eran suficientes. Parece que hubo muchas conversiones. Todo esto no
sirvió y el reino no alcanzó la unidad religiosa. Con su hijo y sucesor Recaredo sí se
logró esta unificación pero ahora bajo el credo católico.

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