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hombre viejo.

(Cualquier católico puede comprobar esta cita,


consultando en la Biblia traducida por el Reverendo Scio, su nota a
Colosenses 2: 14)”. (17)
 
“De acuerdo con esa costumbre general... el bautismo cristiano se
realizaba al principio bajo la forma de un baño de inmersión”. (18)
 
“La forma ordinaria e ideal de bautizar (desde el principio) era la
inmersión”. (19)
 
“La inmersión que corresponde a la etimología de la palabra
Bautizar (sumergir), era la manera normal y usada generalmente
durante los primeros siglos; y ha sido conservada por la iglesia
oriental ortodoxa y vuelta en el protestantismo, por los bautistas”.
(20)
 
Forma correcta de bautizar
 
“Y que no se nos diga que la forma del bautismo no tiene
importancia; cuando se trata de observar una ordenanza, la forma
es todo, ya que, en la medida en que se altere la forma, se destruye
el símbolo”. (21)
 
Para realizar la ceremonia bautismal, dando todo el simbolismo que
Cristo quiso dar, hay que hacerlo por inmersión, sumergir el cuerpo
por completo en agua. (Romanos 6: 3 y 4)
 
“Bautizar significa literalmente sumergir. Los primeros cristianos
eran generalmente bautizados por inmersión, eran sumergidos,
enterrados en el agua. Esa inmersión prefigura la muerte y sepultura
de Cristo, y a ello se asocia el cristiano”. (22)
 
Otra característica importante, a la hora de bautizar correctamente,
es hacerlo, como dice nuestro texto, en el nombre del Padre, y del
Hijo y del Espíritu Santo. (Mateo 28: 19)
“Una formula bautismal primitiva, de acuerdo con el mandato
contenido en las palabras finales de El Evangelio según San Mateo
fue: En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”. (23)
 
“Las palabras de la institución, que componen hoy la (formula
bautismal) significan que quien se hace cristiano entra en la
comunión o en la alianza de Dios, El Padre, que lo adopta como su
hijo, del Hijo de Dios, Jesucristo, que lo redime de la condenación, y
finalmente del Espíritu de Dios, que lo santifica”. (24)
 
Veamos ahora, lo que experimenta el catecúmeno (La persona que
propone bautizarse), para pedir el rito:
 
1. Creer en Jesús _________________(Marcos 16: 16)
2. Recibir la Palabra _______________(Hechos 2: 41)
3. Arrepentirse de sus pecados _______(Hechos 2: 38)
4. Pedirlo voluntariamente ______(Hechos 8: 36 a 38)
5. Unirse a la Iglesia de Cristo _______(Hechos 2: 41)
 
“Sólo las personas que han reconocido su pecado, que se han
arrepentido y han aceptado a Cristo Jesús como su Salvador
personal, son idóneos para el bautismo”. (25)
“...entonces se sigue que la persona únicamente adecuada para el
bautismo es aquella que oye el Evangelio, acepta su mensaje y cree
en Cristo como su Salvador”. (26)
Lo que no es el Bautismo
 
Lo primero que debemos saber, y tener muy claro, es que el
bautismo en si no produce salvación.
“El bautismo del agua, en si, no tiene virtud alguna para salvar
nuestras almas, ya que tal virtud es exclusiva de la sangre del Señor
Jesucristo. Es. si, el acto exterior que realizado sinceramente,
evidencia la aceptación interior del Salvador, en humildad ante Dios
y obediencia a su mandato. Bautizarse es una condición, es
practicar el bautismo conforme a las reglas establecidas en las
Sagradas Escrituras, vale decir, arrepentirse y aceptar a Jesucristo
como el enviado de Dios, Único Señor y Salvador, para recibir el
Espíritu Santo que transforma y regenera”. (27)
 
Tenemos que tener también muy claro, que el agua, del mar, del río,
o del baptisterio, al bautizar, no es mágica ni esta consagrada. El
agua en el rito del bautismo, no tiene ningún efecto mágico, pues
solo es “símbolo” de la muerte, sepultura y resurrección. Tampoco,
y por el mismo motivo, se le agrega ninguna sustancia milagrosa.
Juan bautizaba en el agua corriente del Jordán, y Felipe (Hechos 8:
36 al 38) bautizó al etiope, porque había agua, sin mas.
“No se atribuye ningún valor especial al acto en si mismo,
independientemente de la disposición de quien lo reciba. Si no
posee la realidad interior correspondiente al significado de ese acto,
no puede obtener ningún fruto de el. San Pedro declara
expresamente que el bautismo que nos salva no es el que lava el
cuerpo, es decir, el acto externo, sino el que purifica la conciencia,
es decir, la obra interna de la regeneración  
(1 Pedro 3: 21)” (28)
1º El bautismo en si no produce salvación. 2º El agua, del mar, del
río, o del baptisterio, no es mágica. 3º Ni la ceremonia del
bautismo, ni el bautismo en si, debe ser un acto de compromiso,
ni una ceremonia social.
 
La persona que se bautiza, no cambia al tener contacto con el agua,
nadie puede ser regenerado, solo por tocar el agua.
“Sabido es que la regeneración por el bautismo es un articulo
fundamental de Roma (Iglesia Católica) y que se encuentra en la
propia entrada del sistema romano (....) por lo tanto (...) esta doctrina
es antibíblica ... es puramente pagana”. (29)
 
Ni la ceremonia del bautismo, ni el bautismo en si, debe ser un acto
de compromiso, ni una ceremonia social.
“Porque en efecto, el bautismo no es una ceremonia social, ni se
pide o se recibe para quedar bien entre los hombres o porque todos
lo hacen, El bautismo es un signo de un ministerio muy hondo y
maravilloso, que se realiza en nosotros. Por el bautismo
participamos realmente de la vida de Cristo, muerto y resucitado”.
(30)
 
 
Lo que si es el Bautismo
 
El bautismo, es la manifestación publica de que hemos sido
salvados por la sangre de Jesucristo, derramada el la cruz del
Calvario.
“En el Nuevo Testamento, el bautismo, esta ciertamente ligado a
una confesión de fe cristiana por parte del neófito, Y así debe ser”.
(31)
El agua simboliza una sepultura, morimos al viejo hombre (al
sumergirnos), y resucitamos a nueva vida en Cristo (al salir del
agua).
“Estamos muertos, hemos sido enterrados. La inmersión total da la
impresión de depositar en la tumba (...) El bautismo, sin embargo,
no es solo una inmersión, es también una salida del agua, que
recuerda la resurrección de Cristo”. (32)
 
Mediante el bautismo, después de ser cambiados por Jesucristo,
después de ser regenerados por El, le decimos, que ya
pertenecemos a su Iglesia, que pertenecemos a su Reino.
 

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