Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
CONTENIDO
Prólogo……………………………………………………………………………………….… 3
Introducción………………………………………………………………………………….….7
TABLAS
MAPAS
2
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
PRÓLOGO
A manera de Prólogo, compartimos una experiencia familiar sobre un evento vital con
uno de nuestros hijos en su colegio. Desde el plano autorreferencial de nuestras voces
como padre, madre e hijo, damos cuenta de la manera en que se piensa y se vive la
relación familia y escuela, en la búsqueda de tejer redes de relación entre estos dos
sistemas.
Cordial saludo.
Hacer esta defensa me hace pensar en mi propia historia de niño, estudiante, padre de
familia, docente, psicólogo y ciudadano. Pienso incesantemente que esta vivencia la
puedo manejar ahora que me encuentro, por primera vez como padre, del lado de mis
consultantes. Busco salidas en mi experiencia y por ello he decidido compartirlas, solo
como un referente para el análisis y la reflexión de ustedes.
Como niño me pregunto qué sería diferente de mi vida, sino me hubiera encontrado
con aquellos adultos y, en especial, con los maestros y mis padres que vieron en mis
“debilidades”, “errores” y “fracasos” la posibilidad para hablarme y mostrarme el camino
del “bien”, la “felicidad” y la “responsabilidad”.
Como estudiante me pregunto qué habría de diferente hoy en día para aquellos
compañeros y amigos que fueron expulsados por no cumplir el reglamento de
convivencia o el reglamento académico de la escuela, el colegio y la universidad;
después me los encontré sin estudiar, resentidos y muchos desafortunadamente sin
horizontes ni sentidos de vida.
Como padre me pregunto por qué el colegio ahora que lo necesito para que trabajemos
juntos, nos deja solos; recuerdo sus rostros de felicidad cuando mi hijo obtuvo
excelentes logros académicos, deportivos, artísticos y realizaba la primera comunión;
los rostros de los docentes me recordaban que eran festejos compartidos por ser el
producto de un trabajo conjunto, de día a día y no fácil de lograr.
Como docente recuerdo que a mis 20 años (año 1984), en el cargo de orientador de un
colegio, aplicaba el reglamento para así “formar”, porque debíamos quitar “las
manzanas podridas”. Luego a mis 25 años (año 1989) en la universidad quitaba
parciales y los estudiantes perdían por fallas, porque teníamos que “darles ejemplos a
los otros”. Luego a mis 30 años (año 1994), siendo directivo de una universidad,
empecé a citar a los padres, estudiantes y maestros, para que las “juntas y comités
3
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
académicos” se convirtieran en “encuentros para las alternativas”. Hoy en día en mi
práctica docente, comprendo que debo buscar que mis estudiantes en pregrado
aprendan psicología y los estudiantes de las especializaciones y maestrías aprendan
epistemología y las últimas técnicas de la consultoría y de la terapia, pero comprendo
que debo dar cada vez más de mí, para que ellos lo integren a su dimensión humana y
personal. Pero esto solo se logra si reconozco en ellos seres perfectibles y no
perfectos.
1. Mis reflexiones no son para minimizar el problema, ni para que no se haga algo
según la norma; sino para que se aplique la norma en diversas posibilidades y
reconociendo este caso en su particularidad. Entendiendo que la equidad para cada
caso es dar lo que se necesita y merece en un contexto.
2. He decidido hacer esta defensa de mi hijo, porque deseo que continúe en este
colegio, que sigo valorando adecuado para su formación y así continúe al lado de
su hermano.
3. Reconozco que este problema habla de que pasa algo emocional con mi hijo y en
sus contextos tanto familiar como escolar, por lo tanto, hemos solicitado una cita
4
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
psicológica para intervenir sobre las condiciones emocionales en las que estamos
involucrados como familia. Mi hijo tiene posibilidades ante esta situación tan difícil,
dado que cuenta con el colegio y un contexto familiar de apoyo.
4. Invito al colegio a que asuma con nosotros el reto de hacer algo en el beneficio de la
formación de nuestro hijo. Que sea para el colegio un ejemplo de las diversas
maneras en que se puede salir adelante en la vida; ejemplo de que la sanción no
solo deber ser punitiva, sino primordialmente formativa; esto se puede dar bajo
condiciones académicas, humanas y disciplinarias de seguimiento.
5. Resalto que como familia estuvimos muy pendientes de la situación y que gracias al
trabajo en equipo con el colegio, nuestro hijo reconoció su falta al reglamento; lo que
nos muestra que ya se ha iniciado un camino para el cambio. Situación paradójica,
dado que finalmente nos puso en estas situaciones estrictamente de reglamento.
La siguiente nota la realiza nuestro hijo, ante la invitación de volver a hablar del tema y
realizar una reflexión para este libro.
Un día hablé con un conocido que le sucedió lo mismo, me contó que aparte de haber
arruinado la vida de todos, dañó la de él; sus padres al saber lo que sucedió en el
colegio no lo tomaron de buena forma, no lo metieron a colegio por razones
económicas, no sintió apoyo por parte de sus padres y por consiguiente sus ganas de
vivir se cayeron. Un mes después de hablar con él, me lo encontré por la calle, estaba
deambulando, en la drogadicción y en el robo.
En momentos como éstos, todas las personas sin excepción de clase social y género,
sienten haber perdido una gran oportunidad, en mi parecer, esto depende de la forma
en que se lleve y trabaje ese momento de la vida. La clave para la superación del
problema, por así decirlo, en mi caso fue así, y esto me sirvió de gran experiencia, me
hizo entender y reorganizar mi vida en ese momento, no como un niño sino como casi
ya un hombre; lo que fue muy duro, porque me hizo de cierta manera perder muchas
etapas de mi niñez que hoy en día me hubieran gustado vivir. En este momento
considero que estoy en un buen colegio por merito propio y por el apoyo de mis padres
quienes me han ayudado en todas estas etapas de mi vida.
5
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
Finalmente, la siguiente reflexión de la madre invita a aprende sobre las dificultades
humanas y sus alternativas de cambio cuando se asume una postura apreciativa.
Esta experiencia me invitó a seguir creyendo en la apuesta que un día decidí hacer
desde la terapia, el hacer miradas apreciativa de las personas y sus interacciones, con
lo que se logran nuevas posibilidades y competencias para vivir la vida. Comprendí que
en los momentos difíciles definitivamente requerimos ver a nuestros hijos, y a nosotros
mismos, como capaces, y para lograrlo solo necesitamos acompañarlos. La gran
lección de vida que construimos con mi hijo la podría resumir en la siguiente idea:
“cuando siento que crees genuinamente en mí a pesar de las dificultades y me
respaldas no desde la complicidad, sino mostrándome que no estoy solo, que tengo un
lugar en tu corazón, logras hacerme sentir más amado y con la confianza de que
puedo caminar contigo para aprender juntos”.
6
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
INTRODUCCIÓN
Este contexto implica que los docentes amplíen sus acciones formativas de tal manera
que trasciendan el orden puramente instruccional y académico y lo conecten con
prácticas de formación integral para la promoción del desarrollo de los niños y las niñas.
Es así que una propuesta de red, implica que la escuela y la familia como sistemas
abiertos y auto-organizados, se conecten con los sistemas gubernamentales y sociales
para una mayor potencialización de la atención de los niños y las niñas.
Este texto busca reconocer la diversidad de familias, escuelas y redes, con las que co-
participamos en calidad de profesionales y que nos invitan a sus vidas y realidades. No
nos interesa generar esquemas y moldes de descripción de la familia, la escuela y la
red, que nos ponen en estrecheces paradigmáticas, teóricas y metodológicas en el
momento de co-crear con ellas nuevas posibilidades de cambio. El propósito es
compartir con los lectores diversos escenarios de intervención escolar, desde una
perspectiva sistémica ecológica y contextual, y una postura apreciativa de las personas
y los problemas.
Los autores hemos seleccionado algunas de nuestras experiencias dentro del contexto
escolar, para evidenciar nuestras lecturas y planteamientos en tanto interventores
sistémicos; en este sentido nos proponemos recoger vivencias que nos sirven de
pretexto para conceptualizar y sistematizar los principios y estrategias interventivas
sistémicas, con las que comprendemos y operamos en el campo profesional.
7
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
Buscamos dar cuenta de algunas experiencias interventivas desde la terapia y la
consultoría en nuestro contexto, presentando motivos de consulta donde los hijos se
comportan con algún nivel de dificultad en el contexto educativo / escolar. Los
planteamientos y las estrategias son versiones sistémicas sobre la intervención familiar
según una perspectiva de red y con una visión apreciativa de los conflictos humanos, es
por ello que, en cada uno de los capítulos, se busca reconocer las implicaciones
conceptuales disciplinares y profesionales prácticas. Es una preocupación constante
realizar intervenciones basadas en los recursos y las potencialidades de los sistemas
consultantes (familia y escuela), como una posibilidad de construir relaciones solidarias
y corresponsables.
En este texto, la apuesta está en invitar a que los profesionales que trabajamos con
diferentes disciplinas logremos potenciar nuestro rol con una visión sistémica compleja.
El dominio de terapeutas o consultores (según sea el caso) radica en implementar
estrategias de intervención que adquieran una perspectiva contextual y ecológica de la
realidad.
Las prácticas profesionales en los contextos escolares las podemos identificar dentro o
fuera de la organización escolar. Al interior de la organización se debe realizar re-
encuadres de las demandas y de las historias de las relaciones vividas como equipo;
afuera de la organización, se debe hacer re-encuadres de las demandas y de los
imaginarios con los cuales se nos convocan. En los dos casos, se deben desarrollar
estrategias que impliquen un trabajo de familia y escuela desde la cooperación
alrededor del niño o niña.
8
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
manera independiente de los mismos, identificando que el común denominador es una
apuesta por una postura sistémica apreciativa desde las redes sociales. Las diferencias
en los procesos y procedimientos de la terapia y la consultoría en las intervenciones, no
son centrales en estos planteamientos.
9
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
“La red social, en tanto forma la trama de la vida, no es una sino múltiple, está
en perpetuo flujo, cambia su configuración y permite diversos modos de
abordaje, tanto conceptualmente como en la práctica profesional y vital de
cada uno”. Eliana Dabas (2006).
PRESENTACIÓN
En este punto de las distinciones, retomamos los planteamientos que Gairín (1996)
realiza entre el “sistema educativo”, el “sistema escolar” y la “escuela como sistema”. El
sistema educativo se refiere al conjunto de elementos que lo constituyen como un “sub-
sistema del sistema socio-cultural, formado por la interacción de instituciones, grupos,
personas o elementos que posibilita la formación y socialización de las personas”. El
sistema escolar es comprendido como “la red organizada de unidades y servicios
destinados a dar educación formal, el cual queda delimitado a través del proceso de
escolarización”. La escuela como sistema implica reconocer su condición de “sistema
por estar conformado por elementos que se relacionan entre sí, conforman una relación
íntima con su entorno y construye sus propios objetivos, es por lo tanto, un sistema
complejo dado que en la cantidad de elementos que intervienen, adquiere una
multiplicidad de posibilidades ante cualquier realidad”. Por su parte Taylor (1996) define
la escuela como un sistema sociotécnico, en el sentido en que la escuela es un
10
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
“sistema abierto en el que el subsistema técnico o educativo está en íntima y constante
interacción con el subsistema psicosocial”.
En este capítulo expondremos algunas ideas centrales sobre los procesos y la acción
de la intervención en contextos escolares, no es pretensión llegar a plantear un modelo
o propuesta de consultoría o terapia en lo escolar. Sin embargo, sí se busca
esquematizar los elementos esenciales de estos contextos. Según el enfoque sistémico,
la comprensión de lo escolar permite redimensionar las intervenciones desde la acción
que promueve la integración y la convergencia de la multiplicidad de lecturas que se
representan ante lo escolar, con el objetivo de encontrar unidad en la diversidad de las
voces de los diferentes profesionales, para lograr una sintonización en lo que se
pretende y logra desde la acción misma de la intervención.
Las premisas con las cuales se enmarcan los planteamientos y los principios que
buscan comprender la relación de lo psicológico y lo pedagógico, nos permite
evidenciar el orden recursivo de estos dos dominios. Cuando evaluamos las acciones
de los profesionales, es importante identificar que la consultoría en los contextos
escolares, nos convoca a asumir una visión sistémica de nuestro rol. En este sentido se
comprende lo siguiente:
11
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
i. Para definir si una solicitud de ayuda o servicio es posible responderla con los
referentes psicológico y/o pedagógico, o clínico y/o escolar, es necesario reconocer
los órdenes disciplinares, institucional, familiares y sociales involucrados; con ello se
permite redefinir las intervenciones y comprensiones del problema.
12
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
constructivista y su modelo hacer con el otro. En un sesgo que identifica como único
determinante lo pedagógico, suele definirse lo siguiente:
13
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
psicología. Sí aceptamos que lo educativo y lo clínico hacen énfasis particulares de
áreas de conocimiento de la psicología, donde lo psicológico es el campo de
conocimiento eje de la comprensión y la explicación; es evidente que son diferentes en
la medida que hay criterios arbitrarios o reales que marcan la distinción entre ellas.
Dowling (1996) señala los tres marcos que se producen cuando se presenta un niño
con problemas: (1) “La familia culpa a la escuela del problema y sitúa la responsabilidad
en ella para que lo resuelva”. (2) “La escuela cree que ha hecho todo lo que ha podido
pero que, dadas las circunstancias de la familia, no hay muchas esperanzas de
cambio”. (3) “La familia y la escuela están de acuerdo en que el niño “necesita ayuda” y
se ponen en busca de un experto que la pueda proporcionar”. En este sentido, los
psicólogos se enfrentan ante el dilema de tener que encontrar algo que decir cuando
tienen un motivo de remisión y un motivo de consulta o, por lo menos, la necesidad de
reiterar lo visto por la familia, los profesionales o los dos. Cuando hay un motivo de
consulta que demanda una ayuda profesional, son varios los criterios a tener en cuenta
para la definición de lo clínico y lo educativo en la intervención misma:
14
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
circunstancias de un contexto escolar, la acción de la intervención es definida con
diferentes premisas:
La definición del rol del psicólogo educativo, en un contexto escolar, promueve nuevas
formas de pensar sus funciones y tareas, en este sentido, Renau (1998) propone pasar
del modelo clínico a un modelo institucional y comunitario en el que se logre pasar de
“lo asistencial a lo preventivo, de lo individualizado a lo institucional o grupal, de los
patologizante a la noción de salud, de lo organicista a lo bio-psico-social, de lo benéfico
y graciable al derecho, de lo altamente tecnificado a la difusión del conocimiento y de lo
puntual a lo planificado”.
Para poder definir una intervención en el contexto escolar se debe reconocer un marco
legal de lo escolar, el cual le da un orden referencial y de pertinencia; en el desarrollo
de las normativas sobre la educación, cada país establece sus planes de desarrollo,
políticas públicas, leyes y reglamentaciones sobre aspectos como: escolarización de los
ciudadanos y ciudadanas, escalafones de desarrollo docentes, número y tipo de grados
de formación, manejo de los recursos económicos y humanos, sistemas de evaluación y
promoción de grados, acreditación y calidad de la educación, certificaciones de calidad
de la gestión de las organizaciones, pruebas de estado, modelos pedagógicos y
didácticos, proyectos educativos institucionales, entre otros.
Atender este marco normativo brinda un contexto de sentido a la función del interventor,
en especial para comprende la educación, el papel de la familia y las organizaciones
escolares, las características de los servicios de orientación en la escuela y las
acciones sugeridas en situaciones de niños y niñas con dificultades en el aula. Cada
interventor debe estudiar las reglamentaciones locales, regionales, nacionales e
internacionales en las que se encuentra inmerso que quehacer educativo.
15
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
retoman tres referentes del contexto colombiano, la Ley No. 115 en la que se dan los
presupuestos generales de educación, el Decreto No. 2086 de 1996 que establece la
atención educativa para las personas con limitaciones o capacidades o talentos
excepcionales y el Decreto No. 1286 del 27 de abril de 2005 en el que se establecen las
normas de participación activa de los padres de familia en el mejoramiento de los
procesos educativos.
Con la Ley No. 115 del 8 de febrero de 1994, conocida como Ley General de Educación
de Colombia, se plantea algunos aspectos centrales de los procesos de consultoría en
los contextos escolares, se anima un replanteamiento de la educación en Colombia,
donde se definen los principios fundamentales de la educación como un derecho de los
niños, los jóvenes, los adultos, los grupos y las personas en condiciones especiales. Se
trata de una educación desarrollada con calidad, cubrimiento y seguimiento, en un
trabajo coordinado de la sociedad, la familia y el estado, y como un servicio público
dentro de una organización de educación formal, no formal e informal. En este orden de
ideas, se identifican algunos aspectos centrales para el planteamiento realizado en este
texto:
d. El rol del consultor escolar está definido fundamentalmente para los cursos de
educación formal; se entenderá como educación formal "aquella que se imparte en
establecimientos educativos aprobados, en una secuencia regular de ciclos lectivos,
con sujeción a pautas curriculares progresivas y conducente a grados o títulos". Se
reconoce en este tipo de educación un sinnúmero de características que permiten
16
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
comprender el contexto en el cual se construye una particular dinámica y relación
familia - escuela.
f. Es importante señalar que el consultor es otro agente del contexto escolar que
construye currículo en lo institucional, más si se entiende por currículo "el conjunto
de criterios, planes de estudio, programas, metodologías, y procesos que
contribuyen a la formación integral y a la construcción de la identidad cultural
nacional, regional y local, incluyendo también los recursos humanos, académicos y
físicos para poner en práctica las políticas y llevar a cabo el PEI".
i. El rol del consultor está enmarcado dentro del servicio de orientación, el cual se
"prestará en todos los establecimientos educativos y tendrá como objetivo general el
de contribuir al pleno desarrollo de la personalidad de los educandos, en particular
en cuanto a la toma de decisiones personales, la identificación de aptitudes e
intereses, la solución de conflictos y problemas individuales, familiares y grupales, la
participación en la vida académica, social y comunitaria, el desarrollo de valores y
las relativas a la formación personal".
Por otra parte, mediante el Decreto No. 2086 de 1996, se reglamentó en Colombia la
atención educativa para las personas con limitaciones (de orden físico, sensorial,
síquico, cognoscitivo o emocional) o capacidades o talentos excepcionales; esta
17
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
educación será de carácter formal, no formal e informal. Para lo cual se impartirá a
través de un proceso de formación en instituciones educativas estatales y privadas, de
manera directa o mediante convenio, o de programas de educación permanente y de
difusión, buscando fundamentalmente la apropiación y el respeto de la cultura, el
ambiente y las necesidades particulares de este tipo de estudiantes. La realización de
esta integración debe tener en cuenta los principios de integración social y educativa,
desarrollo humano, oportunidad y equilibrio, y soporte específico:
b. “Definir los logros específicos dentro del respectivo proyecto educativo institucional,
cuando atiendan personas con limitaciones o con capacidades o talentos
excepcionales. En tal sentido, en el proyecto educativo institucional del
establecimiento de educación formal que atiendan personas con limitaciones o con
capacidades o talentos excepcionales, se especificarán las adecuaciones
curriculares, organizativas, pedagógicas, de recursos físicos, tecnológicos,
materiales educativos, de capacitación y perfeccionamiento docente y, en general,
de accesibilidad, que sean necesarias para su formación integral. El proyecto
educativo institucional de los establecimientos que atiendan educandos con
limitaciones o con capacidades o talentos excepcionales, incluirá proyectos
personalizados en donde se interrelacionen componentes, instrumentos y medios de
la estructura del servicio educativo ofrecido, para que su integración al mismo
procure desarrollar niveles de motivación, competitividad y realización personal”.
c. “La evaluación del rendimiento escolar tendrá en cuenta las características de los
educandos con limitaciones o con capacidades o talentos excepcionales a que se
refiere el presente decreto y adecuará los correspondientes medios y registros
evaluativos a los códigos y lenguajes comunicativos específicos de la población
atendida”.
18
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
semejantes, integrados por docentes, padres de familia y otros miembros de la
comunidad educativa que contarán con la asesoría de organismos y profesionales
competentes para atender las discapacidades o las excepcionalidades”.
19
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
sobre los resultados de la pruebas de evaluación de la calidad del servicio
educativo. Elegir y ser elegido para representar a los padres de familia en los
órganos de gobierno escolar y ante las autoridades públicas. Ejercer el derecho de
asociación con el propósito de mejorar los procesos educativos, la capacitación de
los padres en los asuntos que atañen a la mejor educación y el desarrollo armónico
de sus hijos”.
20
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
a. La primera hace referencia a "la educación como un sistema de normas o
regulaciones generales, sugeridas a través de la historia de la sociedad a partir de la
repetición espontánea de acciones que fueron percibidas en ciertos momentos como
útiles para lograr el desarrollo y el crecimiento de sus individuos, y que además se
revelaron eficaces para producir cambios favorables y persistentes en las conductas
sociales".
Las instituciones educativas manejan una particular manera de autonomía, la cual logra
mantenerla de dos grandes influencias directas; por un lado, el Ministerio de Educación
Nacional y la Secretaría de Educación que ejercen una influencia y dependencia
significativa ubicada en el control y las políticas de educación; por otro lado, lo social y
lo familiar como la otra instancia que de manera directa se ve afectada por todo su
acción directa sobre los niños y las niñas. Dicha autonomía es particular en el sentido
que al interior de la institución se vive como isla independiente, dada su propia
organización es muy difícil movilizarla y entrar con facilidad.
21
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
En este sentido, las tendencias administrativas de la organización escolar tienen una
historia muy larga en relación con las circunstancias del momento y las políticas
particulares del contexto histórico en el que se presentan; es así como se observan
estrategias administrativas que van desde las más rígidas hasta las más flexibles, estos
tipos de administración se relacionan con diversas naturalezas como las de tipo: militar,
seminario, internados, normales, bachilleratos diversificado, bachilleratos clásico y
religioso; que se mueven entre tendencias rígidas y flexibles, jerarquía e igualdad,
régimen y democracia, normativas y permisivas, instructivas y formativas, reproductoras
y creativas.
Existe una relación directa entre las tendencias administrativas y las estrategias
pedagógicas implementadas en las instituciones escolares, por lo mismo es muy difícil
en determinado momento reconocer cuál influye a cuál, o cuál determina a cuál. Sin
embargo, es fundamental e importante que haya una relación concordante y
homogénea cualquiera que sea la tendencia, dado que no podríamos a priori pretender
decir cuál es la mejor tendencia, pero sí se puede señalar que la claridad entre lo que
piensan, dicen y hacen los actores de la organización escolar, muy probablemente lleve
con mayor claridad y precisión a lo que tienen planteado en su Proyecto Educativo
Institucional (PEI).
Por su parte, Crema (1996) señala que la "institución es una relación dialéctica entre lo
instituido y lo instituyente, podemos decir que ésta seguirá creciendo y desarrollándose
mientras cada acción tenga la capacidad de cuestionar lo instituido y volver a instituir,
crear y recrear nuevas acciones como respuesta a las necesidades actuales. El
contexto institucional es esencialmente una matriz identificatoria que imprime códigos,
representaciones, normas y rituales, instituye los modos de relacionarse y da significado
a los hechos que allí ocurren".
La generación de un leguaje particular lleva a que los actores del contexto escolar
pretendan hacerse entender con un sin número de “palabras / categorías” que van
adquiriendo un particular sentido de acuerdo con las historias de la familia, de la
22
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
institución y de la interacción de las dos. Estas historias construidas quedan
supeditadas a las políticas marco que le dan un sentido y un contexto particular, y como
características centrales de la relación se podrían resaltar las de ser cambiante, relativa
y ambigua.
Pero hay un lenguaje particular que es construido y constituido en estos dos grupos, y
es aquél que está dado en unas premisas propias del contexto y del ciclo de desarrollo
de los participantes, a saber, educadores y educandos; los lenguajes están basados en
las siguientes categorías: indicador de logro, evaluación, rendimiento escolar,
inteligencia y capacidad, habilidad y competencia, comportamiento y disciplina,
desarrollo y crecimiento. Este lenguaje es introducido por los profesionales de la
institución, en su contexto de apoyo y remisión, donde involucran una terminología
particular alrededor de las categorías síntoma, dificultad, problema, trastorno,
enfermedad y patología.
23
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
contextualizada con la organización donde labora, reconociendo su profesión y
disciplina, la demanda y el servicio”.
24
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
familiar y política, situación de pobreza, dificultades de salud y nivel educativo de los
padres.
25
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
1.5 OFICINA DE ORIENTACIÓN: UN CONTEXTO PARA LA INTERVENCIÓN
Fiorenza y Nardone (2004) han encontrado que “los docentes dentro de la cultura
psicopedagógica y de la escuela en general, mantienen la idea de que el cambio es
muy difícil de alcanzar y definen que éste se alcanza con acciones muy largas y
difíciles”. Si ésta es la perspectiva de la mayoría de los docentes y quizás de los padres,
es posible pensar que los profesionales que están a cargo de las oficinas de orientación
en la escuela y los profesionales que intervienen fuera de ella, se encuentran ante
situaciones paradójicas; esperan que los profesionales encuentren soluciones eficaces
(cambio de lo identificado como problema) y eficientes (en tiempos muy cortos), pero su
explicación de ser problemas no fáciles y de necesitarse un largo tiempo para
resolverlos, los lleva a dudar de los cambios cuando ocurren pronto y más aún de dudar
de la calidad del propio profesional. Esta cultura organizacional es uno de los primeros
aspectos con los cuales se enfrentan los profesionales en una oficina de orientación
escolar.
Selvini (1990) nos recuerda las diferentes maneras de intervención de los psicólogos en
las organizaciones escolares: inicialmente establecieron mediante la “técnica del
diagnóstico precoz y la participación sucesiva en los comités de clases”, que la
aplicación de los test mentales y de personalidad tenían la intención de ser preventiva
en la medida en que identificaba a los estudiantes “perturbados” o con “déficit
intelectual”, por lo tanto, su rol como psicólogo estaba fundamentado en el diagnóstico y
las recomendaciones a los directivos y docentes sobre su ingreso o permanencia.
Posteriormente las intervenciones se basaron más en que “las instituciones se
plantearan los problemas y sobre esa base pidiera la intervención del psicólogo”, en
este planteamiento generalmente se espera que el rol del psicólogo “confirme con una
pizca de cientificismo para poder justificar las medidas disciplinarias o de marginación” y
además que las intervenciones se “centren sobre el niño-problema, dado que el que
señala el síntoma casi nunca tienen conciencia de ser portador de un problema”.
26
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
institucional; pero a su vez en la misma historia de las organizaciones escolares, hay
una gran dificultad para reconocerla como una labor docente pero al mismo tiempo
diferenciarla como exclusivamente docente. Así la claridad es más bien dada a partir de
la acción de lo disciplinar del profesional, pero es de una gran confusión en la acción
laboral escolar, que se encuentra en la cultura del maestro, docente y profesor.
Castañeda y Niño (2005) proponen que los “orientadores están llamados en las
organizaciones escolares a operar como consultores en los diversos escenarios en los
cuales participan”. Se entiende la consultaría como “una estrategia de intervención, que
se construye en un contexto profesional, a partir de la interacción entre los sistemas
consultante y consultor, y es determinada en la solicitud de ayuda o servicio” (Niño,
1997). Dada la diversidad de profesionales y por lo tanto de campos de formación y
dominios sobre el conocimiento en relación con lo educativo, escolar, el desarrollo, lo
pedagógico, lo psicológico, lo biológico y lo social, se hace importante reconocer cómo
son las funciones y tareas legalmente e históricamente definidas, las que le dan una
identidad y direccionalidad a la acción de la orientación escolar.
a. “El rol del psicopedagogo es una realidad o una fantasía, los profesionales que
trabajan en la orientación escolar cumplen con una tarea compleja que puede estar
dirigida a los directores, docentes, alumnos, padres de familia o a toda la comunidad
educativa”.
Este tipo de situaciones promueven confusiones sobre quién hace qué, para qué lo
hace, con quién y hasta dónde llega el alcance de su intervención. En la experiencia de
la consultaría, hemos encontrado algunos contextos escolares en los que se espera
mucho del psico-orientador escolar o se termina invalidando la eficacia de su quehacer.
27
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
Sin embargo, las lógicas socio-culturales sobre el quehacer de los docentes y de otros
profesionales que hacen parte del colegio, de alguna manera tienen espacios un poco
más delimitados: el aula, la administración – gestión, consejos y comités académicos-
disciplinarios, entre otros. En estas lógicas se puede presentar una marcada tendencia
para manejar las inconformidades, trayendo explicaciones en las que se culpa o
responsabiliza a otros sobre lo que sucede, como un recurso para encontrarle
significado a estas dinámicas, a veces desde la desesperanza, imposibilidad de
promover cambios que se salen de sus roles o desgaste por tantas acciones
emprendidas con las mejores intenciones sin obtener los logros esperados. Por
ejemplo:
a. Gran cantidad de estudiantes por aula: lo que implica poca posibilidad para atender
a sus necesidades particulares, privilegiándose lo grupal sobre lo individual, dado
que se deben cumplir unos requisitos curriculares por nivel escolar.
28
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
e. Organizaciones escolares donde se privilegia el resultado: se desconocen las
estrategias y planes colectivos con hilos conductores y dinamizadores coherentes al
PEI, los que se construyen a través de la creación de escenarios conversacionales
formales. La finalidad de las estrategias y planes colectivos es conectar los
propósitos personales – profesionales de los docentes, orientadores, psicólogos,
etc., de la escuela con los propósitos legales – identitarios del contexto escolar de tal
manera que emerjan valores institucionales compartidos que le dan sentido, entre
otras, a las practicas pedagógicas, de formación, orientación y consejería, que
esperan las familias y la sociedad por parte de la escuela.
Por otro lado, el decreto 1850 del 13 de agosto de 2002 del Ministerio de Educación
Nacional de Colombia no solo reconoce a los profesionales especializados como
psicopedagogos, psico-orientadores, educadores especiales y psicólogos, sino además
incluye a los docentes en esta labor de orientación a los estudiantes. La cultura de la
labor docente como un ejercicio de asesoría que trasciende el ejercicio de la clase y la
información, por el de una cultura de la formación integral, permite hacer nuevas
coordinaciones sobre el papel de los orientadores en los contextos escolares.
29
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
En consecuencia, no es suficiente un contexto legal y contractual para definir un
contexto de acción del consultor, es importante reconocer que se debe definir con
claridad el contexto de la acción profesional, con lo que se debe construir la relación de
la comunidad escolar donde se participa e interacciona cotidianamente.
Pero a su vez, la acción del consultor que interactúa en este espacio institucional de
ayuda, reconoce su participación con los diferentes niveles o actores del contexto
educativo (directivos, maestros, estudiantes y padres de familia), y de igual manera hay
una diversidad de focos que están en relación directa con el nivel de abordaje pero
además con las dificultades, expectativas, prejuicios y necesidades de éstos. En este
sentido, la acción de la consultoría no se define solamente por el nivel de abordaje, ni
por el foco profesional o de la demanda que aborde, sino además por la pauta de
relación y el contexto mismo que genere, el cual se caracteriza por ser movilizador de
los recursos individuales, grupales, institucionales y de la red del sistema escolar en el
cual está inmerso.
Así se entiende por consultor escolar aquel profesional que reconoce su rol disciplinar y
sus funciones contractuales, pero logra redimensionarlo en una lectura contextual
individual, institucional, profesional y familiar, para generar las estrategias de abordaje
necesarias orientadas a:
b. Flexibilizar los sistemas de creencias de tal manera que se puedan redefinir las
historias en los relatos de los problemas.
Castañeda y Niño (2005) proponen que un “orientador que opera como un interventor
sistémico de la familia, reconoce en el acto de la consultoría los equipos en sus
modelos de intervención. Los equipos se convocan, constituyen y disuelven según las
intencionalidades del fin con del contexto en el que tienen sentido. Los equipos son
grupos de personas que conforman un núcleo de acciones, valores y sentidos de
manera coordinada. Cada equipo se caracteriza en su naturaleza por los órdenes de
tipo de saber que poseen, el tipo de comunicación utilizado y los procesos pautados”.
Luego de haber hecho algunas descripciones de la escuela como texto, nos permitimos
hacer algunas anotaciones en relación con lo ecológico en lo escolar. Para lo cual se
definirán algunas hipótesis centrales sobre los conceptos de entorno, contexto y
ecología; por otra parte, se realizará una descripción de la implicación interaccional de
la lectura de la red. Retomaremos algunos planteamientos hechos por Bronfenbrenner
(1987) en relación con diversos conceptos de "la ecología del desarrollo humano":
30
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
a. “La ecología del desarrollo humano comprende el estudio científico de la progresiva
acomodación mutua entre un ser humano activo, en desarrollo y las propiedades
cambiantes de los entornos inmediatos en los que vive la persona en desarrollo, en
cuanto este proceso se ve afectado por las relaciones que se establecen entre estos
entornos y por los contextos más grandes en los que están incluidos los entornos”.
f. “Además del hogar familiar, el único entorno que sirve como un contexto amplio para
el desarrollo humano, a partir de los primeros años, es la institución infantil. Desde
una perspectiva ecológica, la existencia de tal contexto es importante porque ofrece
la oportunidad de investigar la influencia que un entorno primario contrastante
produce en el curso del desarrollo, a través de la infancia, la adolescencia, y a veces
más allá, durante la madurez y la ancianidad”.
31
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
actividades conjuntas y díadas primarias con los demás, en especial cuando éstos
son más maduros o experimentados”.
32
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
Sin embargo, la identificación en sí misma ya sea por un problema en el niño o una
remisión directa de la familia, no es suficiente para definir un proceso de ayuda
profesional ni en cualquiera de sus ordenes de intervención, es necesario que haya un
encuadre y una redefinición de la demanda, del problema, de la remisión, de la
definición de cambio y de la relación con el sistema familiar consultante y la institución
escolar.
Campion (1987) señala que el "tipo de casos que llega normalmente al psicólogo de la
educación que trabaja en el servicio psicológico escolar, el modelo de consulta llana y
sencilla no se puede aplicar fácilmente sin más, debido a que las personas mayores
preocupadas por los niños tienen sus propias preocupaciones y suposiciones y esperan
diferentes cosas del psicólogo; estos factores desempeñan un importante papel en el
diagnóstico de la dificultad aparente del niño y en las recomendaciones que hará
finalmente el psicólogo para ayudar al niño”; así la manera en que son convocados los
padres a la consulta, adquiere una importancia relevante, para poder generar enganche
y mantener el proceso en el tiempo. El mismo autor insiste en señalar que “vale la pena
señalar los diferentes factores asociados a la consulta: el proceso de derivación, el
conocimiento de los padres del motivo de la valoración psicológica y del papel del
psicólogo, el conocimiento de los padres de la naturaleza del problema del niño, y el
conocimiento del psicólogo del problema del niño"; esta invitación a que se
contextualice la ayuda en cada caso particular y se reconozcan las posibles
prevenciones del sistema familia, permite no asumir posturas profesionales en
ocasiones ingenuas y vistas como intrusivas por las familias.
En este sentido, Campion (1987) sugiere que “el conocimiento de los sistemas
familiares y de ciertos principios y técnicas de la terapia familiar tiene un objetivo y un
valor que trasciende el empleo de la terapia familiar en el sentido normalmente
aceptado. Esto equivale a decir que vale la pena tratar de interpretar el comportamiento
del niño y de analizar su falta general de progreso en la escuela a la luz sus
experiencias dentro de su propio sistema familiar. Ese análisis aumenta la capacidad
del psicólogo para ayudar al niño, independientemente de la naturaleza de las
dificultades aparentes del pequeño". Toda comprensión y estrategias que partan de
esta premisa, requiere que los profesionales definamos propósitos y objetivos que
orienten con claridad a todos los sistemas de la escuela y la familia, e incluso
comunicando de tal manera que sean conocidos por todos.
33
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
Es claro que el proceso de escolarización de los hijos genera la inclusión de la escuela
como un sistema de su red significativa, con lo que se dan pautas y estructuras de
relación familia y escuela particulares a las historias individuales y las construidas entre
los dos sistemas. Dicha relación permite señalar que el hijo predominantemente sigue
siendo una parte fundamental del sistema familiar, con lo cual sigue expresándose
como parte del contexto familiar de una manera compleja y co-dependiente afectiva,
social, económica y culturalmente, de su sistema familiar de origen.
En este orden de ideas, Campion (1987) sostiene que "existe a menudo la relación
entre los “síntomas” del niño y el sistema familiar cuyo conocimiento puede serle muy
útil al psicólogo como parte del método de conjunto de ayuda al niño. Esto no implica
que los padres sean los culpables en el sentido más general de esta acepción. Se trata
más bien de que determinados procesos existentes dentro del sistema familiar, o ciertos
acontecimientos habidos en el historial de la familia, le han creado (o le están gestando)
algunas dificultades al niño; dificultades que hay que tener en cuenta en el caso que
participen los padres en un intento de ayudar a su hijo". El hecho de convocar a la
familia, dicho de otra manera, de no solo atender al estudiante / hijo; permite que surjan
rápidamente prejuicios y valoraciones que busquen culpables y víctimas. Es muy
recomendable no perder de foco el síntoma y a su vez conectarlo con los sistemas
familiares y escolares.
La definición del problema no se pretende realizar en una lectura lineal, donde se busca
encontrar las causas y el origen de las dificultades escolares del estudiante / hijo, sino
por el contrario en una comprensión circular, que dé cuenta de la conexión de los
diferentes elementos involucrados en el complejo contexto familia escuela y en el de los
problemas escolares en sí mismos. Por lo tanto, en la definición del problema escolar se
debe reconocer a la familia situada en diferentes niveles de involucramiento, entre
otras:
34
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
c. Sistema que requiere establecer ordenes de responsabilidad tanto individual y como
colectivamente, para favorecer el nivel de cambio.
Hasta aquí se ha planteado una modalidad de intervención con el sistema familiar del
estudiante, pero otra manera de comprender la intervención escolar con la familia es el
trabajo que se puede realizar con los estudiantes dentro del contexto mismo de la
escuela, es así que reconocemos que una intervención en la parte afecta el todo y que
si intervenimos con el niño, también lo estamos haciendo en la familias, podemos
reconocer que toda acción con los estudiantes, es una movilización en el contexto
familiar. No entendida como excluyente de otras intervenciones directas con las
familias, se puede enfatizar en que existe otra intervención más útil o utilizada por otros
sistemas escolares, pero lo mejor sería pensar en la eficacia de la implementación de
una y la otra.
En este sentido Henderson y Milstein (2004) identifican “la escuela como el lugar más
propio para que los estudiantes experimenten las condiciones que provienen de la
resiliencia, luego del contexto de la misma familia”. Los autores proponen los siguientes
tres elementos desde los que se puede realizar una intervención con los niños y las
niñas en el contexto escolar:
35
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
b. “Los docentes pueden construir clases resilientes, para lo cual debe buscar: Tener
expresiones adultas de afecto y aliento, plantear expectativas elevadas y claras,
promover estrategias de aprendizaje para la vida, sentirse parte de la educación
dentro y fuera del aula, implementar estrategias de enseñanza atractivas y variadas
que ligan al estudiante a la escuela”.
c. “La metáfora de la rueda de la resiliencia consta de seis paso para que las escuelas
constituyan prácticas resilientes: Enriquecer los vínculos, fijar límites claros y firmes,
enseñar habilidades para la vida, brindar afecto y apoyo, establecer y transmitir
expectativas elevadas y brindar oportunidades de participación significativas”.
A partir de los aspectos señalados anteriormente, podemos apostar que en las escuelas
no solo los profesionales especializados en lo bio-psico-social del comportamiento del
estudiantes o de las relaciones familiares, son los responsables y los únicos que
pueden intervenir; los docentes en el aula pueden realizar intervenciones eficaces y
eficientes, si asumen su espacio como un pretexto no solo de la formación propiamente
académica de sus estudiantes, y que además lo reconozcan como el escenario desde
el cual contribuyen como parte del sistema escolar a la intervención y la prevención de
problemas en sus estudiantes. Quizás un aspecto central en esta propuesta es
reconocer que no se requieren otros espacios diferentes de los que ya cuenta la misma
organización, para poder generar cambio y trabajo en equipo.
Toda acción de intervención profesional inicia con un motivo de consulta por parte de un
sistema escolar o familiar a un sistema profesional dentro o fuera de la organización
escolar. En el contexto escolar generalmente los que hacen la demanda son los
docentes, los directores de grupo y excepcionalmente los mismos niños y niñas. En el
contexto familiar lo hace el padre de mayor cercanía o contacto con el hijo, el adulto
tutor ante el colegio y excepcionalmente un familiar o vecino cercano. Refiriéndose a las
formas como surgen las demandas institucionales, Renau (1998) señala que existen
dos situaciones, una primera es “abierta y explícita en la que, una vez elaborada, la
demanda se expresa a través del claustro o del director; esta demanda debe ser
comprendida en función del momento actual de la institución y de la historia de la
misma”, una segunda es “una forma menos clara y explícita, que pide al profesional un
mayor esfuerzo de lectura e interpretación”. Definido que las demandas en el contexto
escolar pueden tener diferentes dimensiones, variables, niveles y dominios, el
profesional debe definir con claridad su intervención para dar un sentido contextual a la
misma.
36
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
Niño (1997) define la consultoría como “la situación de relación de duración breve, en el
que los solicitantes exponen su problema o demandan un experto, y esperan las
informaciones e intervenciones necesarias para definir con claridad el problema y para
estar en condiciones de elegir las soluciones más adecuadas”. Según, esta perspectiva,
entendemos que el papel del orientador escolar debe liberarse de lo que Selvini (1990)
denominó el “mago omnipotente” al referirse a la dinámica en la escuela cuando las
personas recurren al psicólogo para una intervención de un caso y definen que es
poseedor del conocimiento y de las prácticas determinantes para resolverlo.
Castañeda y Niño (2005) consideran que las características que hacen parte de un
modelo de intervención con un sistema consultante, requieren crear un contexto de
intervención que pueda:
Con lo que se ha dicho hasta el momento, ha quedado claro que hay un sinnúmero de
intervenciones profesionales sobre los problemas escolares desde las instituciones y
desde la “oficina de orientación”; sin embargo, la propuesta está en definir una acción
de intervención profesional desde un rol que complejice la lectura y la estrategia de
cambio.
Por lo tanto, un consultor dará cuenta de la demanda de ayuda hecha por alguna de las
instancias del contexto educativo (directivo, docente, estudiante, padre de familia,
comunidad) a su rol disciplinar y profesional, con el cual es identificado por su formación
(psicólogo, terapista, trabajador social, psicopedagogo, psico-orientador, educador
especial), o por la labor contractual con la institución (orientación vocacional y
profesional, trabajo con grupos para crecimiento personal, atención de problemas de
aprendizaje y comportamentales, asesor pedagógico, participación en el PEI, etc.), para
redefinirla en un contexto de intervención que posibilite la acción de cambio a un nivel
individual, familiar, grupal, institucional y de la red.
37
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
La vinculación y movilización de las estrategias de intervención como profesional y
como consultor, darán la posibilidad de no romper el contexto de la demanda y de la
institución; generando una nueva pauta de relación con los sistemas involucrados en la
demanda y en la estrategia de la ayuda. En este sentido, la acción de intervención del
consultor deberá identificar e intervenir diferentes ámbitos: sobre el síntoma mismo, el
contexto donde es construido y mantenido, y los sistemas involucrados. De esta
manera, se hace fundamental que el consultor se mueva en lo institucional, lo
profesional, lo contextual y lo familiar. Esta nueva posibilidad de mapa y lectura le
permitirá definir otra estructura de relación con los diferentes sistemas, una pauta de
relación que genere una nueva dirección la relación y una nueva historia del problema.
Castañeda y Niño (2005) han planteado que es importante reconocer que la demanda
debe ser explorada y curioseada para despejar los interrogantes: ¿qué es lo que se
necesita resolver?, ¿cómo decidió consultar conmigo?, ¿qué espera de mí para
satisfacer su necesidad?, ¿cómo cree que puedo ayudar?; preguntas que orientan
acercar del rol y cargo como consultor, y evidencian la complejidad de la dinámica
organizacional. No toda solicitud de ayuda se debe convertir en un acto de consultoría,
para que se reconozca como tal, el contexto debe ser diseñado, movilizado y cerrado
de acuerdo con las posibilidades organizacionales, profesionales, disciplinares y
sociales que lo crearon. Cuando un interventor define una demanda, Castañeda y Niño
(2005) recomiendan que se debe contemplar el siguiente proceso:
38
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
a. “Diseño del contexto: se identifica con claridad cada uno de los componente como:
el motivo de re-consulta, escenarios involucrados, estrategias implementadas en la
solución. Donde el consultor debe tener claro quién y para qué consulta, quién
remite y para qué remite, quién y cuál cambio se desea. El caso no son los actores y
el problema, lo constituye es el marco de comprensión y las estrategias de
intervención de un dilema humano en su contexto; los casos no se entienden e
intervienen de la misma manera, aunque compartan los principios y guiones de la
intervención. El guión para la presentación y comprensión de un caso en su
estructura, todos son iguales, la distinción entre ellos, se da en el cómo se
desarrollan las intervenciones en cada encuentro, en el contenido el guión es el
mismo. Para los profesionales, existe una serie de tareas asignadas enmarcadas en
los principios y misión propios de la organización. Eso no quiere decir que todas
esas tareas se conviertan en pretextos o peticiones para la consultoría, es necesario
tener claridad en el rol de consultor para trascenderlo en la pertinencia de la
demanda, logrando encuadrar aquellas que no necesariamente estén en el ámbito
de la consultoría”.
39
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
y los equipos. según esta perspectiva, la concertación de la demanda y la ayuda se
hace a través de un servicio profesional de consultoría, definiendo relaciones
profesionales, que implican una demanda y a la vez un servicio de ayuda, exigiendo
una definición clara del tipo de servicio de ayuda y de la relación que se va a dar”.
d. “Cierre del contexto: El consultor realiza una lectura ecológica del caso donde
implementa las técnicas para la movilización contextual del sistema consultante, por
lo que es necesario chequear los efectos de las intervenciones y hacer ajustes al
proceso mismo según las redefiniciones determinadas”.
Algunas veces, al decir en las escuelas que cuentan con nosotros como orientadores,
psicólogos, psicopedagogos, trabajadores sociales, pareciera que sentimos un efecto
paradójico, por un lado, nos hace sentir de maravilla que crean en nosotros -
profesionalmente hablando-, y en lo que hacemos; pero, por otro, nos sentimos
frustrados dado que somos conscientes de nuestras limitaciones para intervenir solos
en aquello que se nos solicita. Cuando nos referimos a sentirnos solos, es importante
aclarar que a veces nos cuesta trabajo convocar, acordar y dar continuidad a lo
coordinado con el otro, sobre la base del propio compromiso y convicción; pues si no
hacemos equipo y nos proponemos trabajar hombro a hombro en aquello que juntos
hemos definido como una meta común, el efecto social y profesional de la intervención
se puede diluir.
En este sentido, el guión que orientará esta propuesta iniciará estableciendo algunas
reflexiones de lo educativo / lo escolar / lo psicológico. Para que en un segundo
momento podamos establecer quiénes son los protagonistas del mapa y de qué forma
podemos encontrar rutas más viables en torno a los requerimientos éticos, estéticos y
sociales que se requieren co-diseñar.
40
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
Afortunadamente hoy se ha reconsiderado esta postura, incorporándose el constructo
de la “corresponsabilidad social” que hace referencia al juego dialógico y
complementario entre diversos sistemas como coautores y coadyuvantes para la
construcción del proceso educativo, desde la premisa “todos ponen y todos ganan”. Así
las cosas, Universo, continente, estado, comunidad, familia, escuela, entre otros,
resultan ser nodos de la macrored social que hace parte directa y activa en la
construcción de sujeto.
41
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
afianzamiento de valores inculcados en la escuela, asistencia a citaciones disciplinarias
y actividades de tipo recreativo, deportivo y cultural, más desde la obligatoriedad que
desde la colaboración. Esto genera que cuando se hace la convocatoria de participar
conjuntamente escuela y familia, no se encuentren los espacios para llegar a acuerdos.
Hoy por hoy, comprendernos las redes conversacionales como nodos que se conectan
entre sí, desde y para la coordinación de acciones y emociones. Los nodos se
evidencian en las conversaciones que nos definen como los humanos que somos y que
tejemos en cualquier contexto donde nos movamos. En consecuencia, reconocemos
que nos permiten acercarnos a la interacción de los contextos escolar y familiar, a fin de
poder resignificar los problemas construidos en relación con las puntuaciones, sobre la
formas de participación de cada uno de estos sistemas, en los procesos de enseñanza
– aprendizaje de los estudiantes, es decir, recursos que cada sistema ha puntuado que
posee, sentido que le atribuyen a su participación y situaciones con las que se sienten
más o menos cómodos. Maturana (1998) comenta la importancia de empezar a
armonizar aquellas dimensiones contradictorias del quehacer humano, buscando
espacios para que las experiencias, vistas en oposición o antagonismo, se puedan
realizar de forma simultánea y sucesiva.
Es por ello que sería importante que los consultores escolares nos preguntemos ¿de
qué forma estamos invitándonos e invitando a los otros a conversar sobre lo que nos
preocupa en la escuela?, ¿cómo diseñamos unos escenarios, para que los participantes
de los sistemas mencionados puedan encontrar contextos de confianza y tranquilidad,
que posibiliten la construcción de otras formas para conversar, que los invite a
acercarse para impactar ciertas acciones sobre la educación del hijo / estudiante?
42
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
nuestras historias y prejuicios personales, pues no nos damos cuenta que no salimos
de la misma conversación que cotidianamente adoptamos, empleamos las mismas
acciones, palabras y protagonistas”. En este sentido, nos podríamos preguntar ¿qué
tipo de conversaciones animan las redes familia – escuela?, ¿qué hablamos entre los
profesores de él y con él?, ¿de qué manera lo hacemos?, ¿qué ideas manejamos sobre
lo que él hace?, ¿de qué forma esto nos confronta en el sentir frente a nuestro
quehacer profesional? y ¿qué tan capaces y eficientes nos sentimos?
A veces se le dice a los estudiantes “tú puedes y tienes que mejorar”, pero ni nosotros
mismos nos lo creemos; con juicios personales de descalificación se valora a los
estudiantes, impidiendo el reconocimiento del recurso en el otro y del propio. Este tipo
de conversaciones nos llevan a juzgarnos unos a otros, a defendernos y justificarnos
cuando lo que planeamos no sale como lo queríamos, a criticar a unos y otros sobre la
no responsabilidad y compromiso que como profesores, familia y escuela asignamos.
Con lo cual, creemos que la red conversacional permitirá construir otras historias, a
partir del reconocimiento de nuestro papel en los quiebres conversacionales, que por
las experiencias vividas en la interacción de escuela y familia se han empezado a
inventar. Consideremos la posibilidad de diseñar otros espacios donde conversemos,
no sobre aquello que puntuamos como problemático en las relaciones familia – escuela,
sino sobre lo que nos impide movernos como quisiéramos, es decir, conversar /
reflexionar sobre aquello que emocionalmente nos impide participar de manera
diferente, es el caso de conversaciones para posibles conversaciones (conversar sobre
cómo conversamos).
Posiblemente, ello nos posibilitaría empezar a limar las asperezas, descansar un poco,
porque ya no hay que “defendernos” ni “justificar” nuestro ejercicio de consultores,
padres, docentes y estudiantes. Como lo propone Echeverría (1996), otro tipo de
conversaciones que podríamos animar está orientado a “coordinar posibles acciones”,
es decir, reflexionar sobre qué necesitaríamos ofrecer, a partir de nuestros recursos y
como miembros de una red, para hacer planes de forma mancomunada sobre aquello
que queremos realizar.
43
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
c. “Evidenciar los procesos que involucran los niveles de contexto en relación con el
fenómeno de estudio para conectarlos y pensar qué me dicen desde los legal,
cultural y educativo”.
44
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
“Una red es un campo relacional total de una persona, con una representación
espaciotemporal. Su grado de visibilidad es bajo, pero en cambio posee
numerosas propiedades vinculadas con el intercambio de información”. Ross
Speck y Attneave Carolyn, (1973).
“Nos relacionamos con los demás cuando coordinamos acciones con ellos,
cuando juzgamos que tenemos un espacio abierto y continuo para coordinar
acciones con alguien”. Rafael Echeverría, (1996).
PRESENTACIÓN
Posiblemente las versiones que han prevalecido como dominantes cuando se habla de
las “redes sociales”, se asocian a los diferentes “servicios sociales” de organizaciones
gubernamentales y no gubernamentales. Esta idea está muy centrada en nuestra cultura
profesional, dado que hemos definido que lo “social” está más enmarcado en las
acciones que buscan garantizar, facilitar y promover el acceso a los servicios y beneficios
que legal o socialmente se han definido como un derecho, responsabilidad o libertad.
Subyace a estas prácticas la idea de la “exclusión social”, como lo señala Rosa (2007)
“los servicios sociales han partido de una concepción falsa de universalidad, ya que en
definitiva los servicios y prestaciones acaban especializándose en una “tipología” de
ciudadanos que ellos mismos construyen”; para la propuesta de “redes sociales” que
buscamos bosquejar, intentaremos no caer en la trampa ideológica del “cuidado y la
protección”. Todo esto nos lleva a tener distinciones entre una postura de “paradigma de
la red”, “prácticas en red” y “estrategias en red”, que nos sean útiles a los profesionales,
equipos y organizaciones que intervenimos en los problemas que involucra a la familia y
a la escuela, que como lo señala Rosa (2007) “se corre el riesgo de crear servicios
exclusivos que, lejos de ayudar al ciudadano en su promoción cultural y social, lo
perpetúe y estigmatice dificultándole el hecho de establecer lazos plurales con el entrono
social”.
En este sentido, debemos matizar que las “redes sociales” que proponemos como un
marco de referencia para la movilización de la relación familia - escuela, están
relacionadas con las distinciones que Gómez (2004) hace sobre política social, bienestar
social y servicios sociales. El “paradigma de la red” está enmarcado dentro de una
concepción de la política social y de la política sectorial, “desde un sentido amplio es el
marco social, político y económico que engloban los conceptos de bienestar social y
servicios sociales”. Las “prácticas en red” están más relacionadas con los propósitos del
bienestar social que “en un sentido restringido están determinados por los sistemas de
protección social como la enseñanza, sanidad, vivienda, trabajo, pensiones”, en tanto son
instituciones y organizaciones que se dedican a la protección como tal. Finalmente,
45
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
“estrategias en red” se relacionan con los servicios sociales “en un sentido restringido se
entiende como la asistencia social”.
Nuestras apuestas por las “redes sociales” nos llevan a comprendernos como
renovadores de historias que la mayoría de las veces son intangibles y que, al sacarlas
de las sombras, se posibilitan otras versiones alternas sobre la interacción con los otros
y el trabajo en equipo. Las historias nos muestran a los actores (individuales, familiares,
sociales y profesionales, que participamos en las redes sociales) el reto de crear
contextos humanos naturales y sociales, donde logremos desarrollar grandes
competencias, para promover nuevos espacios interaccionales más solidarios y
colaborativos con los otros. Éste es el reto de las nuevas culturas de la inclusión, de las
familias y sociedades democráticas, de los sujetos sociales de derechos y de las
personas con sus dilemas vitales.
En el tema específico de las redes familia y escuela, podemos resaltar entre otros los
trabajos de Aponte (1976), Campion (1987), Butelman (1991 y 1996), Vayer, Duval y
Roncin (1993), Cirillo (1994), Sluzki (1996), Dabas y Najmanovich (1995), Campanini
(1995), Fernández y Melero (1995), Dowling y Osborne (1996), Dabas (1998 y 2006),
Renau (1998), Imber-Blak (2000), Henderson y Milstein (2003), Fiortenza y Nardone
(2004) y Schlemenson (2005), quienes con sus aportes epistemológicos, teóricos y
metodológicos han constituido una nueva manera de ver la relación familia y escuela en
46
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
tanto sistema de interacción que constituye contextos para el desarrollo de los niños y las
niñas.
Garciandía (2005) cita a Capra (1996) para resaltar la articulación de comunidad y red
en el concepto de ecología, donde la comunidad ecológica “es un conjunto de
organismos conectados en una totalidad funcional, donde están relacionados y
conectados mutua y recíprocamente conformando una red”, y es una red ecológica en
el sentido en que “en todos los niveles de la naturaleza hallamos sistemas vivos unos
47
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
dentro de otros”. Bronfenbrenner (1991) plantea que “estamos inmersos en el ambiente
ecológico, el cual está configurado por diversos contextos o sistemas concéntricos que
se contienen entre sí”, utilizando la metáfora de las Muñecas Rusas; lo que permite que
entre ellos se den relaciones en dos niveles, una relación al interior de los contextos
que denomina “intracontextos” y otra de los contextos entre sí que denomina
“intercontextos”.
Es valioso que hoy, una vez más, reconozcamos que así como no estamos solos en el
mundo, tampoco podemos vivir como si lo estuviéramos, desconectados de aquellos
que nos rodean, es decir, como humanos necesitamos del otro para vivir el día a día; la
vida es más exitosa y feliz si reconocemos que tenemos a un otro al lado y que éste
hace parte importante en el logro de nuestros proyectos de vida personales,
profesionales, afectivos, económicos, espirituales y socioculturales. Es en este sentido
que necesitamos explorar las relaciones que tejemos los seres humanos con los
diversos sistemas con los que nos relacionamos, es lo que nos orienta a reconocernos
ecológicamente.
Hoffman (1990) plantea que desde la tradición de las intervenciones sistémicas, varios
terapeutas familiares desde los año 60 desarrollaron la propuesta del “enfoque de
sistemas ecológicos”, entre ellos encontramos a Minuchin, Auerswald y Kind (1962);
Langsley y Kaplan (1964); Pittman, Flomenhaft y de Young. C. (1964); Ferber, Beels,
Mendelsohn, Ackerman Fogarty y Guerin (1965); Haley y Hoffman (1967); Auerswald
(1968); Hoffman y Long (1969); Minuchin (1968, 1974 y 1978); Kind (1970); Speck y
Attneave (1974); Aponte y Minuchin (1975). Estos y otros terapeutas, interventores
sociales e investigadores fueron constituyendo una perspectiva “ecológica de la
intervención” quizás hoy en día más reconocida como “perspectiva de red”; dentro los
aspectos centrales de esta visión podemos sintetizar algunas propuestas desarrolladas:
48
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
movilizar los recursos dentro de la familia, incluir un profesional en la casa para
acompañar al paciente y realizar visitas domiciliarias a las oficinas.
Estas visiones ecológicas de las redes nos convocan a una comprensión del ser
humano, en la que se asume como principio orientador el reconocimiento de que las
personas se ubican en ambientes ecológicos, así se resalta la categoría de la
interconexión o conectividad intrasistémica, es decir, la persona afecta al sistema al que
49
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
pertenece y el sistema afecta a la persona que lo constituye; se establece que los
elementos que hacen parte de los sistemas están en permanentes dinámicas de
relaciones entre sí, por ello, son cambiantes y atraviesan diversos ciclos de desarrollo
como sistemas individuales en el caso de la persona, y como sistemas sociales más
amplios, en el caso de la familia, la escuela, el barrio, entre otros. A su vez, estos
sistemas sociales se pueden entender en su estructura y organización al apreciarlos no
como elementos “que están” pasivamente en los ambientes, sino desde sus
particularidades, límites y funciones propias; en el caso de la escuela es la educación
para la sociedad y en la familia es la crianza para la vida, las dos se interconectan
formando redes más amplias, que dinamizan sus formas de relación e identidades.
En la red familia y escuela, cuando se nos consulta por una dificultad de un hijo /
estudiante, éste siempre se encontrará en el nicho más interno en relación con los
otros contextos de los que hace parte, recibiendo y produciendo un nivel de presión
tanto hacia adentro de su contexto más cercano, como hacia afuera, hacia los sistemas
más distantes. Un motivo de consulta por una dificultad en el aprendizaje o en el
comportamiento del estudiante produce cambios en las relaciones y conversaciones de
los sistemas inmediatos y distantes, en los que se mueve el estudiante.
50
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
En ámbito más amplio encontramos los organismos locales, nacionales e
internacionales de educación, sociales y culturales. Desde ellos se conectan como
sistemas amplios o distantes, que también se ven implicados y relacionados, así
identificamos: Colegio con políticas nacionales e internacionales sobre la educación de
calidad para estudiantes con dificultades en el aprendizaje y colegio con organizaciones
y equipos de profesionales nacionales e internacionales que han investigado e
intervenido sobre problemas en el aprendizaje en estudiantes.
Éstas serían algunas de las relaciones, pero sin lugar a dudas podríamos realizar
muchas combinaciones más, reafirmando el principio que las redes son inherentes a la
vida de los seres humanos. Algunas formas de relación que se establecen entre estos
sistemas pueden ser del orden colaborativo y de apoyo mutuo, promoviéndose una
mayor potenciación de los recursos en los niveles personales y sociales; también
estarían las relaciones de contraposición, es decir, se da un juego de lucha por el
poder, construyéndose una confrontación antagónica, donde sale adelante un sistema
de la red a pesar del otro, lo que evidencia desgastes emocionales y de los recursos en
lo personal y en lo social. Finalmente, podríamos encontrar las relaciones basadas en la
indiferencia, donde se “niega la presencia y existencia del otro” desconociéndolo como
parte de la red, por ello cada sistema trabajaría bajo el individualismo, lo que exige una
sobre carga de tareas y funciones para el logro de los objetivos personales y del
sistema social como tal.
Al intervenir con un sistema donde está incluido el sistema familiar y escolar, es clave
identificar los sistemas que le dan contexto al motivo de consulta y al momento que
atraviesa el estudiante en la escuela. Bronfenbrenner (1991) propone como unidad de
análisis del desarrollo humano a nivel interaccional la díada (principio de reciprocidad y
equilibrio de poderes), y el principio tríadico haciendo referencia a sistemas
interpersonales más amplios, lo que nos haría pensar en redes sociales, que
enriquecería las interacciones de las relaciones interpersonales o intersistemas.
51
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
b. Al identificar las tríadas pivotes, se constituyen las primeras metáforas relacionales
para comprender contextualmente el motivo de consulta en la red social; así se
reconocen los posibles sistemas / contextos que están co-determinados en las
primeras puntuaciones del problema. El valorar estas tríadas pivotes favorecen la
promoción de lecturas en mapas ecosistémicos de red, donde visibilizan los actores
y las relaciones constituidas como parte del problema y parte de la solución.
e. La promoción del cambio, desde las tríadas pivotes, está definido por su capacidad
de impacto en las nuevas organizaciones interacciónales de los sistemas
participantes. En la constitución de una red pivote, ecológicamente vista, se pueden
promover las transformaciones necesarias, para crear nuevas las pautas
relacionales entre los sistemas, que se caractericen por la co-responsabilidad, la
solidaridad y la cooperación. El cambio es la constitución de nuevas tríadas pivotes,
que permiten que los sistemas implementen nuevas acciones, que validan y valoran
a los otros, por lo tanto, promueven nuevos contextos de desarrollo de todos sus
participantes.
52
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
TRIADA
PIVOTE
Sistema de creencias sobre Sistema de creencias
los aprendizajes: sobre ciclos vitales:
ESTUDIANTE
__________________
• Contextos organizacionales y • Sincronía de los ciclos
ritmos personales para el MOTIVO DE CONSULTA vitales personales del
aprendizaje. __________________ estudiante y de la familia.
• Momentos históricos de • Ajustes sobre el rol de hijo
RELACIÓN
desarrollo: físico, emocional, / estudiante y los cambios
FAMILIA Y ESCUELA
social, cultural y cognitivo. en los ciclos vitales.
Podríamos decir que aquello que logra mover nuestras epistemes reconstruye nuestras
formas de actuar la vida, trascendiendo la diversidad de contextos y roles que
53
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
desempeñamos. Cuando asumimos roles como hijos, padres, hermanos, parejas,
colegas y ciudadanos, se movilizan las historias de vida en la red; lo que implica asumir
y vivir experiencias de cambios e incertidumbres, en especial cuando estamos en
situaciones donde nos sentimos estancados y atrapados, para lograr verlo como una
importante invitación para redefinir nuestras comprensiones de vida.
Repensar la forma en que nos relacionamos con los sistemas propios de nuestra red
social, devela la capacidad de los seres humanos de estar pensándonos a nosotros
mismos a partir de las experiencias, para identificar lo que nos es útil, lo que
necesitamos construir, nos enfrentemos a recobrar vínculos, propiciar nuevos
encuentros, alentar distanciamientos y reorganizar aquellos que están más o menos
cercanos emocionalmente a nosotros. Ello implica destacar como procesos claves:
54
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
a. Microsistema: Hace referencia a actividades, roles y relaciones de la persona o la
díada de análisis con su entorno inmediato, si hacemos una equivalencia a lo
planteado por Sluzki (1996) se denominaría red personal social donde se incluye
familia, amigos, grupos culturales o recreativos de la comunidad y contextos
laborales o educativos. Es decir, en este primer círculo podríamos preguntarnos por
los sistemas que nos parecieran pertinentes de acuerdo con la tríada pivote de la
red social, con los que se relaciona en la cotidianidad, por ejemplo, contextos de
salud, jurídicos y religiosos, además de los planteados anteriormente.
b. Mesosistema: Hace referencia a las relaciones entre entornos en los que la persona
participa, lo interesante de esta propuesta es que el presupuesto tríadico que
propone el autor se evidencia como principio orientador del análisis de este círculo,
es decir, aquí podemos reorganizar los sistemas del microsistema por dúos, tríos,
cuartetos, etc., y en general aquellas combinaciones que definamos como
interesantes, recordemos que los isomorfismos tienden a presentarse en los
diversos contextos donde nos movemos.
Parte de la lectura en red que se realizaría en este nicho ecológico estaría orientada
a identificar, comparar y resaltar aquellas pautas interaccionales que se evidencian
en cada combinación de sistemas, que promueven los recursos personales,
intrasistémicos e intersistémicos; a fin de ir apuntalando una mirada apreciativa las
competencias que han sido útiles y que se pueden seguir complejizando como parte
de la capacidad de la red social de enfrentar situaciones de adversidad o mantener
el nivel e impacto de los niveles de cambio obtenidos. Además de lo anterior, se
construyen versiones que permiten ubicar la red como un sistema competente y en
tanto actor social constructor de realidades posibilitadoras de lo humano. Algunos
tipos de relaciones del mesosistema se enumeran a continuación:
55
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
• Red de actividad cerrada: Se relaciona con díadas de entornos diferentes y que
participan en actividades compartidas con miembros de otra díada. También allí
pueden surgir las díadas de observación, es decir, personas con intereses
comunes, con quienes podemos establecer alianzas para trabajar
mancomunadamente sobre un interés que conecta lo personal y el interés de la
red, reconfigurándose díadas de actividad conjunta.
En nuestra cultura, los diferentes contextos con los que se relaciona la familia y la
escuela han construido una serie de mitos y prejuicios en torno a las funciones de
una y otra y las mayores dificultades por las que atraviesan. Imber–Black (2000)
plantea que a partir de estos sistemas de creencias se conforman “mandatos
específicos”, que organizan de manera determinante la relación de la familia con
sus sistemas amplios. En este orden de ideas, es básico identificar en la red cuáles
son aquellos mandatos que se han comprado y se han vendido tanto al interior de
cada sistema como en la relación entre ellos, para establecer acuerdos sobre el
mantenimiento de aquellos que son favorables y promotores de desarrollo de la red
y los que no aportan miradas apreciativas, sino que establecen la participación de
los sistemas desde la incapacidad, el no cambio y el déficit.
56
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
está viviendo; sería interesante conectar los tiempos personales, con los de la red,
con los del país y la comunidad planetaria. Pues en el interjuego de ellos se
viabilizan ciertos estilos de relación. En ese sentido, no es lo mismo conversar en
red, en un contexto conformado por los sistemas familia, la escuela, adolescentes y
pares, en momentos históricos diferentes; fijémonos que cada momento histórico
particular conlleva no solamente a los contextos inmediatos con los que se
relaciona el estudiante, sino que atraviesa contextos jurídicos, salud, educativos,
religiosos, recreativos, artísticos, etc.
c. En la red hay información que circula dentro y entre de los sistemas, adquiere un
doble carácter y sentido, por un lado, define el contenido o texto desde el cual los
actores participantes constituyen relatos semánticos de historias vividas, por otro
lado, establece el proceso en el que los actores comunican los significados y
sentidos de las historias soñadas.
57
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
En el apartado anterior buscamos hacer un acercamiento a la red desde una
“perspectiva ecológica compleja”, en este apartado buscamos otra imagen que creemos
es muy útil para las intervenciones, a saber, la metáfora de “red social personal”. Una y
otra no son planteadas como diferentes y excluyentes, solo que reconocemos que cada
pone el acento en un orden de foco diferente. La red ecológica compleja identifica un
orden de relaciones de los sistemas amplios y contextuales, por lo tanto es una visión
macro-red; la perspectiva de red social personal puntúa el orden de relaciones de los
actores en espacios y tiempos operacionales de sus experiencias inmediatas, por lo
tanto hay una visión micro-red.
Para esta imagen retomamos la propuesta Sluzki (1996), quien comprende las redes
sociales personales como el universo relacional del individuo, que le permite conformar
su nicho interpersonal, lo que a su vez posibilita la visualización de sí mismo en los
planos cognitivo y emocional, este presupuesto resalta la posibilidad del ser humano
solamente en la medida en que es con los otros, haciendo que se reconozca como un
ser eminentemente interaccional; de esta manera la red ayuda a la construcción en los
diferentes momentos del ciclo vital de la “identidad personal e interaccional, la voz como
autor de su historia, el autocuidado en el desarrollo en diversos contextos, el bienestar
en sus relaciones y la capacidad de adaptación a la crisis”.
Para establecer los límites en la red personal, es necesario hacer un reconocimiento del
vínculo emocional que existe con quienes se relaciona la persona, lo que permite dar
cuenta de un nivel de significación personal del otro en la vida, por ello la capacidad de
auto-observación en la dimensión emocional se convierte en un proceso gatillador para
poder evaluar la forma en que, al relacionarnos con los otros, definimos cercanías o
distanciamientos emocionales. Muchas veces al representar nuestra red social
personal, nos damos cuenta que estamos rodeados de muchas personas, pero hemos
puesto unas barreras emocionales de protección y auto-cuidado que nos impide
entregarnos en las relaciones interpersonales o por el contrario desconocemos nuestras
propias necesidades y expectativas que casi que nos perdemos a nosotros mismos en
las relaciones con otras personas.
Recordemos que los vínculos emocionales nos hacen reconocernos a nosotros mismos
como partes de la vida de los otros, lo que nos da niveles de seguridad y valía,
procesos claves para la construcción de la hetero-estima; sentirnos amados, aceptados
y reconocidos, nos posiciona frente a la vida como actores principales en la
construcción de guiones para aprender con el otro, compartir con el otro, coexistir desde
la diversidad y el respeto por la diferencia. En este sentido, los vínculos emocionales no
se convierten en un ejercicio unipersonal intrapsíquico, sino que se comprenden como
eje central de la dimensión interpersonal humana, en la medida en que cohabitemos en
múltiples contextos lograremos enriquecerlos, diversificarlos, afinarlos y reconstruirlos,
es decir, seremos competentes emocionalmente; la red busca entre otros aspectos
fortalecer estas competencias “hacernos parte de” y “tener un lugar en el mundo
emocional del otro”, lo que nos legitima como actores y constructores sociales de
identidad familiar, identidad ciudadana, identidad nacional e identidad con la propia
especie.
58
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
El mapa de red que propone Sluzki (1996) se compone de los siguientes elementos:
Cuatro cuadrantes, en cada uno de ellos se ubican los contextos más significativos para
la persona (familia, amistades, relaciones laborales o escolares y relaciones
comunitarias, de servicio o de credo), es decir, aquellos sistemas que hacen parte de la
vida emocional cotidiana del individuo y que define como importantes y necesarios para
vivir en armonía consigo mismo y la vida. Tres círculos concéntricos, que hacen
referencia a los niveles de vinculación emocional, el interno da cuenta de un mayor nivel
de compromiso y cercanía emocional hasta el más externo donde ubicaremos según el
cuadrante aquellas personas con las que establecemos relacionales más distantes
emocionalmente.
Dentro del modelo de red personal social de Sluzki (1996), se propone realizar el
análisis a partir de tres categorías orientadoras, las cuales identifican en los niveles
características estructurales (tamaño, densidad, distribución o composición, dispersión,
homogeneidad o heterogeneidad, atributos de vínculos y funciones de los vínculos),
funciones de la red (compañía social, apoyo emocional, guía cognitiva y de consejos,
regulador social, nuevos contactos, préstamo de bienes y servicios) atributos del vínculo
(funciones prevalecientes, multidimensionalidad o versatilidad, reciprocidad: simetría o
asimetría, nivel de compromiso o intensidad, frecuencia de los contactos e historia de la
relación). Para ampliar estos referentes de lectura de la red, el lector los puede ampliar
en la bibliografía correspondiente sobre el tema; los análisis se deben realizar
comprendiendo el momento histórico en el que se realiza la red y del desarrollo de la
persona, por lo tanto, se deben estar actualizando en el proceso de desarrollo de los
sistemas descritos en cada caso.
Así, la realización del mapa de la red social personal tienen el carácter de evaluación en
tanto permite construir hipótesis que explique en un determinado momento las
59
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
relaciones e intervención, en tanto posibilite el desarrollo de estrategias que buscan la
movilización del sistema al cambio. Campanini y Luppi (1995) plantean que para
configurar un sistema de ayuda pertinente y efectivo de acuerdo con las necesidades
particulares implícitas en el motivo de consulta, se debe considerar dentro de la red las
condiciones de ambiente social (contemplando la zona geográfica, la administración
política, el nivel ocupacional, poblacional y de los recursos), lo institucional (buscando el
modelo de gestión que predomina, modalidades comunicativas y de relación,
supersistema y subsistemas en que se organizan los diferentes servicios) y el usuario
(desde sus historias en relación con su red familiar y social contextualización
significativa del problema); de esta manera el orden contextual y ecológico es
reconocido como fundamental y orientador en los focos de evaluación y en las
estrategias de intervención.
En este mismo sentido, Speck (2000) identifica que en “las relaciones de un individuo
se configuran las redes por lo general de manera informal y poco visible, constituyendo
como red este conjunto de relaciones que constituyen una importancia duradera”. Este
reconocimiento o aval de “ser parte de la existencia de los otros”, nos permite reiterar
que no podemos sustraernos de las redes, en tanto sus reglas (con las que somos
incluidos) son implícitas o explícitas, como en sus interacciones que nos hacen de su
naturaleza vinculante.
Es importante que diseñemos los mapas de la red, en la red misma, para que así cada
uno se identifique con un lugar particular en ella y en la historia de ésta visualice a los
otros en su diversidad de vínculos; al convertirse en un escenario conversacional de
interlocutores validos, se escuchan versiones interesantes y sorprendentes sobre los
60
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
miembros de ésta, que uno solo no alcanza a percibir y que pueden ser muy útiles para
construir propuestas de cambio.
Hemos encontrado que existe una diferencia importante entre lo que nos imaginamos
que es nuestra red social personal, y lo que terminamos plasmando como mapa en un
papel; pareciera que cuando se afirma en el lenguaje popular “todo entra por los ojos”
se aplica aquí de una manera casi textual, una vez visualizada la red en un gráfico,
podemos ver los rostros de los participantes de sorpresas, decepción y desconcierto.
Darnos cuenta que estamos con más o menos relaciones de las que esperábamos
provoca interesantes retos, que asumidos interventivamente por los profesionales,
favorece el desarrollo de nuevas relaciones y desarrollo en diversos contextos sociales
personales.
61
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
En los tres casos, las reflexiones surgen por la preocupación de que la cotidianidad
eche al baúl de los recuerdos sus gustos, sueños y talentos. En un trabajo conjunto de
profesores y adolescentes conversábamos sobre las dificultades que a veces se siente
para encontrase con el mundo de unos y otros; los docentes han dejado de apostar a
muchas de estas experiencias que los hacen sentir vivos y los adolescentes creen que
los otros no las comprenden y viven. Un trabajo conjunto de padres y docentes,
añorando mayor participación en la vida de sus hijos y estudiantes, replantea los
proyectos personales y familiares, logrando promover nuevos espacios de participación,
descubriendo talentos y habilidades antes desconocidas o aplazadas. Hemos apreciado
con agrado que el reconocimiento que hacen al ver lo importante que ha sido en este
momento de sus vidas, el hecho de orientar su participación en grupos artísticos,
recreativos, religiosos, entre otros, convirtiéndose en fuentes resilientes para afrontar
situaciones vitales personales, que una vez resueltas, tienen implicaciones positivas en
las relaciones con los hijos o estudiantes según sea el caso.
Dabas (2006) plantea que el “mapeo de las redes” se ha convertido en una gran
herramienta para poder no solo identificar las redes personales familiares, sino extender
los límites de ésta hacia otros contextos con los que se relacionan las familias, dado
que permite observar y hacer aprehensibles los vínculos establecidos y poder realizar
movilizaciones de aquellos que se considere; en términos de Kontín (2006) “re-
establecer los lazos sociales dentro y fuera de la escuela”. El describir las redes
sociales, a través de su representación en mapas, favorece en los procesos de
intervención, que los participantes tanto al interior de los sistemas como en la relación
entre ellos logran con facilidad Identificar las necesidades de reorganización de la red,
lo que invita a (1) activar vínculos que podrían cumplir funciones que no aparecen
claramente y son importantes para el cambio propuesto, (2) desactivar relaciones que
nos atrapan y estancan en la comprensión misma de los problemas y redefiniendo tipos
de relación y (3) reestructurar la distribución de miembros y relaciones en los diferentes
cuadrantes, para equilibrar la participación equitativa y de acuerdo con las
competencias de los miembros de ésta.
Algunas veces bajo el paradigma positivista en el que nos hemos formado en la vida
profesional e incluso la personal cotidiana, como miembros de una familia y de la
escuela, tenemos la tendencia a “culpabilizar” a otros cuando estamos atravesando por
situaciones que puntuamos como problemas. Este tipo de explicaciones de los
problemas centradas en un miembro del sistema hace que los otros no asuman niveles
de co-participación y co-responsabilidades compartidas requeridas para encontrar
soluciones ante situaciones difíciles.
Por ejemplo, los padres y hermanos creen que el hijo – hermano en situación de
adicción es el único que “debe cambiar” y se ha vuelto el culpable de su propia
desdicha e incluso de la misma familia; o las parejas al consultar por una experiencia de
infidelidad, culpan al “infiel” de la ruptura de la estabilidad conyugal; el estudiante que
toma lo ajeno, lo puntuamos con calificativos, que se convierten en “etiquetas
62
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
personales”. Es interesante apreciar que al invitar a la familia a realizar el análisis de su
red social, ella se encuentra con que hay vínculos, cuadrantes y funciones de la red que
reorganizados posibilitarían el cambio esperado, lo que reta a cada miembro del
sistema a asumir roles activos, responsables y solidarios frente al problema mismo.
Para apuntalar el efecto que se produce en los miembros de la red se orientará la
coordinación de acciones que evidencien los niveles de participación de cada uno en
relación con sentidos, funciones y tareas. Es decir, el síntoma empieza a circular en el
mundo relacional del sistema, saliendo del mundo individual del portador del síntoma,
pareciera que surge un efecto casi mágico de “despatologizar” al otro y “normalizar” la
presencia del síntoma, reconociéndolo como una invitación a la red social de promover
estilos relacionales más gratos.
En un colegio donde se puntuaba a un curso como aquel que “había obtenido las
peores calificaciones en el período, frente a los otros”, encontramos que estudiantes,
profesores y padres de familia se sentían poco reconocidos por los otros, lo que produjo
un momento de mucha tensión en el encuentro. Reflexionamos sobre la forma en que
actuamos en la vida cuando nos sentimos poco valorados por los otros y encontramos
que al movernos bajo ese principio de “no validación” lo mejor que tenemos de cada
uno de nosotros no emerge con fluidez. Según la propuesta interventiva, planeamos un
nuevo encuentro para conversar sobre el aporte que cada uno desde su rol, evaluando
qué estaba ofreciendo para favorecer el rendimiento académico de los hijos, como parte
del desempeño exitoso los profesores y el desempeño exitoso de los padres; esta
redefinición del problema, que inicuamente estaba orientada a “ser el curso con las
peores calificaciones” promovió conversaciones orientadas a recuperar la credibilidad
en la competencia personal y de los otros.
63
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
El tipo de funciones que asumimos en los contextos profesionales y que gira alrededor
del apoyo emocional y como proveedor de nuevos contactos, es puntuado por las
familias y escuelas como cercano o distante emocionalmente, lo que nos invita a
redefinir los estilos de “involucrarnos con ellos” reconociendo que el contacto y
proximidad emocional se convierten en procesos que favorecen el posicionamiento en
la familia y en la escuela como expertos y capaces para enfrentar juntos los problemas.
Si movilizamos los estados emocionales de los diferentes actores de los contextos
involucrados, logramos reemplazar los estados emocionales de desesperanza y
sobrecarga por estados emocionales de posibilidad y corresponsabilidad.
Establecer contacto con la red familia y escuela deviene hacer parte de ella. Esto nos
invita a reconocernos desde las historias de vida como poseedores de soluciones y no
simplemente como receptores pasivos, lo que en últimas mantiene la vida de los
problemas. Recordemos que el sufrimiento humano se construye por la forma en que
explicamos lo que nos sucede, por ello no hay nada más potente que sentirnos
impotentes ante las situaciones que puntuamos como adversas, para que éstas cobren
cada vez más fuerza y vida propia, invadiendo las nuestras.
La lectura de la red social nos muestra que cuando nos movemos con el atributo de
vinculación de reciprocidad propuestos por Sluzki (1996), las relaciones de simetría o
asimetría vistas desde un ejercicio autorreferencial, cada miembro de la red social está
reflexionando sobre las ganancias como profesionales y como seres humanos, por ello
sería importante preguntarnos: ¿qué recibo y qué doy como miembro de la red, que me
enriquece en mi mundo profesional y personal?, ¿cómo al asumir un vínculo simétrico
con los otros miembros de la red, nos posiciona desde la corresponsabilidad social
como cogestores del cambio? y ¿cómo al asumir un vínculo asimétrico con los otros
64
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
miembros de la red, nos posiciona desde el asistencialismo social e invalidando los
recursos del otro?.
a. Lo singular con lo plural: Mi historia como padre, madre y maestro, en relación con las
historias de los otros padres, madres y maestros de la red.
65
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
mismos; es importante pensar sobre lo soñado, considerarlo imposible de acuerdo
con las historias de vida de las que hacemos parte de manera estática, para estarla
recreando con las ilusiones y fantasías del cambio y lo imposible. Cuando estamos
moviéndonos bajo las mismas lógicas, surgen soluciones que no nos llevan al éxito
esperado, al compartir con el otro mis soluciones, intenciones y premisas que les dan
vida, desde la diversidad de lógicas y experiencias en las historias de vida, se
promueve la construcción colectiva de otras formas de comprender los problemas y
las soluciones a éstos, aquí estaríamos validando el refrán “dos cabezas piensas más
que una”, no por el principio de la sumatividad, sino de la diversidad en los mundos
posibles de cada una de éstas. Al respecto Auerswald (1999) plantea que en las
redes surge del pensamiento creativo, cuando los seres humanos trascendemos la
dimensión “individual” por la colectiva y empezamos a formularnos los proyectos y
metas en términos de “nosotros”, con ello aunamos nuestros esfuerzos y
sintonizamos los intereses para construir con el otro, lo que permite el fluir de
nuevas ideas y acciones, dado que nos sentimos conectados con el “yo del otro” y
“remamos para el mismo lado” al convertirnos en uno solo, como sistema colectivo.
66
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
requieren y que trae consigo la cultura. Por ello, creernos que no nos la sabemos
todas y que sin la ayuda del otro no vamos a lograr el éxito. Recordemos que cuando
nos sentimos caminando con el otro, no solo se hacen más llevaderas las situaciones
difíciles, sino se encuentran otras rutas para llegar a las metas, de hecho no
centramos la responsabilidad del recorrido solo en una persona, todos nos volvemos
gestores y corresponsables en las búsquedas.
Hoy por hoy los niños y jóvenes han ampliado tanto las fronteras de sus vínculos, que
inclusive se enamoran a través de Internet, conocen otros mundos y se reinventan a
sí mismos. Dado lo anterior, cada vez lo macro de los contextos se puede considerar
más micro y este último se tiende a convertir en local. Imber-Black (2000) resalta la
importancia de que los interventores familiares, reconocen los “sistemas significantes
complejos” de los que hace parte la familia, para no pretender explicarla en el vacío y
que le dan sentido a sus relaciones y formas de resolver sus problemas. En el caso
de la familia y la escuela, podemos considerar que hacen parte de los sistemas
amplios aquellos profesionales externos que reciben en consulta a estudiantes
remitidos por tener <dificultades>, los contextos legales que dan cuenta de niveles de
protección y cuidado del menor, las iglesias y los grupos de apoyo que se convierten
en consejeros y guías de las prácticas de crianza y expresión de afecto familiar.
67
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
corresponsabilidad social? y ¿a qué me invito para conciliar mis autorreferencias y
las correferencias de la red?
• Validar las experiencias exitosas: Lo que nos permite asumir niveles de meta-
observación en la red, para identificar “el cómo” que promovió los logros, es decir,
los estilos de relación, los estados emocionales y los tipos de conversaciones.
68
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
los colegios, cuyos actores han vivido esta situación. El dilema podría estar
relacionado con la recuperación de las raíces familiares, geográficas, antropológicas
y culturas, que les dieron identidad - organización, es decir, aquello que los hizo
visibles, únicos, pertenecientes, y con particularidades estructurales como sistema,
propias e irrepetibles en otros sistemas familiares, que les permitió construir su
mundo vincular relacional y sobre todo auto organizarse. El dilema al que nos
enfrentamos con ellos nos invita a reflexionar sobre cómo mantener la identidad de
estos sistemas con sus competencias cognoscitivas, comunicacionales, relacionales
y emocionales, a partir del cambio vivido, sin que pierdan el sentido mismo que los
ha llevado a ser familia a través de sus historias de vida y sin desconocer el dolor
humano vivido por ellas, redefinir esta situación como otra posibilidad para seguir
creciendo como sistemas personales, familiares y comunitarios.
69
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
Por otra parte, cuando pensamos que el trabajo en red se convierte en “otra técnica más
de la intervención social”, es un planteamiento importante, pero no encaja dentro de la
perspectiva sistémica ecológica del presente libro. Para los interventores sistémicos es
fundamental comprender los fenómenos humanos en los contextos de los que hacen
parte, y dado que asumimos que en las relaciones con los otros emerge precisamente lo
más humano de nosotros mismos, como lo es el amor, el sufrimiento y el cambio, será
una gran contradicción pensar a la red como una técnica que ataca un síntoma particular
con el ánimo de eliminarlo. No podemos dedicar nuestra atención a la intervención en
red, viéndola como una técnica nueva que está de moda y que hay que aplicar para estar
sintonizados con las nuevas formas de intervención,
Recordemos que la perspectiva de red no es de hoy, viene desde mediados del siglo
pasado y posiblemente desde antes. Dabas (1993) cita algunos trabajos serios y
sistemáticos que promovieron cambios en las lógicas sociales para afrontar situaciones
de transiciones difíciles en los seres humanos, entre estos encontramos los trabajos
desarrollado por Kurt Lewin (1952) con su teoría de campo del espacio vital personal,
Jacob Moreno (1951) con la construcción del sociodrama en grupos y comunidades,
Erich Lindemann (1979) con la teoría de la crisis de duelos plantea que la red social co-
70
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
determina crisis a corto y a mediano plazo y Salvador Minuchin (1974) con sus apuestas
para la intervención en servicios sociales de protección al menor. Es interesante
preguntarnos sobre la construcción de las condiciones sociales, políticas, económicas,
antropológicas, culturales, espirituales y psicológicas, que han promovido la necesidad de
reconocernos en nuestras redes sociales para comprender el comportamiento humano y
no vernos aislados de estas condiciones, como si ellas estuvieran por fuera de nuestras
vidas y sobre las cuales tuviéramos que intervenir para modificarlas. En la medida en que
nos consideremos parte de éstas y repensemos nuestro papel activo en la transformación
de la vida de los seres humanos, las historias que se podrán contar serán más solidarias
y favorecedoras de lo humano tanto en lo personal como en lo colectivo.
b. El mito de la red familia de sangre: Se identifica una red familiar con las relaciones
de solidaridad y co-existencia. Este repensar lo que legitima los límites de la familia,
permite valorar más el orden de los vínculos como gatilladores de las nuevas
configuraciones de familia. Esta redefinición responsabiliza más a sus miembros
asignados a este contexto, a crear relaciones definidas por los roles centrados en
mayor grado en la participación y la capacidad de ser proactivos en las dinámicas y
cambios vitrales de sus miembros, de la familia y sus contextos de desarrollo.
c. El mito de lo cuantitativo de las redes: Las redes muy pobladas o muy despobladas
en número de actores y organizaciones tienen los riesgos propios de valorar
cantidad sin la calidad. Además del número, debemos poner en contexto el factor
de lo cuantitativo en términos de las pautas y los vínculos emocionales
interaccionales establecidos, el tipo y durabilidad de las relaciones entre los
miembros de la red, las historias y actualizaciones de las mismas en el tiempo.
71
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
d. El mito de lo local e inmediato: Somos parte del universo y del planeta tierra, por ello
nuestros contextos de relación trascienden las fronteras del tiempo y espacios
inmediatos, más aún con los fenómenos de la “planetarización y la globalización”;
esto no indica que lo local es parte de lo amplio y más aún que no dé cuenta de él.
La actualización de una red local está mediada por los efectos que logra producir en
relación con otras redes y así crear la “red de las redes”, que es diferente si lo que
logro con una red local, es poner las fronteras como fin de la misma.
72
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
73
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
El estudiante es sintomático, • El síntoma como símbolo que muestra el tipo de conversaciones que
dada la comparación con los circulan en la red.
no sintomáticos.
• Las pautas interaccionales intrasistémicas e intersistémicas que
circulan en la red permite comprender las lógicas con las cuales se
opera en ella y se construyen los sentidos que alimentan las
denticiones entre enseñabilidad y educabilidad.
74
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
Tradicionalmente el sentido de la intervención se ha centrado en la búsqueda del
cambio de lo “malo / negativo / inadecuado” por lo “bueno / positivo / adecuado”,
partiendo de la premisa que “hay algo” que se debe cambiar por “otro algo” que sería
más funcional.
75
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
Tabla 5. Paralelo perspectivas tradicional y ecológica: Competencias del
interventor
MIRADA
MIRADA ECOLÓGICA SISTÉMICA EN RED SOCIAL
TRADICIONAL
• Hace redefiniciones de los problemas, según una mirada relacional de la red
Diagnosticador social.
del problema /
síntoma. • Acuerda objetivos de intervención con los miembros de la red.
Evaluador de • Promueve cambios que da cuenta de un interjuego entre: Competencias
las cognoscitivas, comunicacionales y relacionales.
características
del estudiante y
• Invita a la autorreferencia individual y la autorreferencia de la red social, como
de los
principios orientadores de los cambios.
antecedentes
que originaron
• Construye escenarios conversacionales que den cuenta de la relación mapa -
el problema.
guión.
Desde una visión tradicional, los interventores son considerados como los grandes
“magos y exorcizadores de problemas”, que ayudan a los seres humanos en diferentes
situaciones percibidas como difíciles; así los profesionales se sientan con la autonomía
y competencias para afrontarlas favorablemente y para agenciar las transformaciones
necesarias para las personas. El poder está centrado en el interventor.
MIRADA
MIRADA ECOLÓGICA SISTÉMICA EN RED SOCIAL
TRADICIONAL
76
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
El experto. • Ser humano que está en permanente proceso de aprendizaje y que para ello
necesita de los otros, reconociéndolos como capaces y que cuando
consultan se encuentran en situaciones difíciles, que son posibles de
transformar gracias a la condición humana que tienen.
Por su parte, una perspectiva ecológica permite reconocer que la red de las familias y
escuelas, construyen desde sus capacidades, para seguir adelante a pesar de los
problemas, promoviendo pautas de corresponsabilidad, donde cada actor asume activa
y consecuentemente su participación para el logro del cambio. Por ello, nuestra
presencia en las redes es temporal, dado que al irnos la red misma se autorregula por
sus propios recursos, no necesitando de un tercero que le indique cómo seguir
caminando.
En la relación familia / escuela, entran a jugar los tipos de relaciones creadas y los
momentos históricos, allí los ciclos vitales de unos y otros se entrecruzan. Desde esta
perspectiva, se reconoce que la construcción de una pauta de corresponsabilidad entre
estos dos sistemas permite reconocer sus diferencias y, a la vez, crear una solidaridad
sobre el proceso de desarrollo y aprendizaje de los estudiantes / hijos. El reto está en el
paso de una red de los singular / simple / individual a una red plural / compleja /
colectiva.
77
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
a. Mitos que circulan en este ciclo: Los padres y madres son “inexpertos, nos dejan
solos en la formación de los niños y las niñas, no se preocupan por los hijos y
siempre están mirando lo que no hacemos”.
a. Mitos que circulan en este ciclo: Los padres y madres no se “preocupan por los hijos
e hijas, piensan que todo lo debemos hacer nosotros, están más ocupados en otras
cosas”.
b. Pautas de relación en la red: La escuela está pendiente para que los padres y
madres puedan “conocer las fortalezas y debilidades de los hijos, identificar sus
estilos de padres para apoyar a los hijos y señalar a tiempo lo que se debe hacer
para prevenir más adelante”.
78
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
Escuela con estudiantes en ciclo básica secundaria.
a. Mitos que circulan en este ciclo: Los padres y madres están “muy ocupados en sus
trabajos y lo personal, a los hijos les toca hacer todo solos y los amigos son
demasiado influyentes en los estudiantes”.
a. Mitos que circulan en este ciclo: Los y las adolescentes son un problema “rompen
las normas, tienen problemas con la autoridad, están en el límite, no hacen lo
importante y se dejan llevar por sus instintos y los otros”.
79
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
Las siguientes preguntas y comentarios sintéticos nos permiten hacer las conclusiones
finales sobre este apartado de aproximaciones a las perspectivas de la red, según una
perspectiva ecológica y contextual.
b. ¿Cuándo el tejido se vuelve maraña? Cuando no hay claridad sobre las estrategias
que viabilizan la coordinación de significados y las acciones, en donde el proceso de
comunicación de la red social no se da de manera oportuna, directa y eficaz.
c. ¿Cuáles son las trampas de los nodos? El considerarlos como espacios físicos o
personas que conectan a los miembros de la red entre sí. Sería interesante
considerar que los nodos son espacios virtuales para la recreación colaborativa de
sentidos y significados de vida, donde la palabra recupera el poder en la acción.
80
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
“La red social personal puede ser definida como la suma de todas las
relaciones que un individuo percibe como significativas o define como
diferenciadas de la masa anónima de la sociedad”. Carlos Sluzki (1996).
“Las fronteras del individuo no están limitadas por su piel sino que incluyen a
todos aquellos con lo que el sujeto interactúa: familia, entorno físico, etc.”.
Bateson (1979)
PRESENTACIÓN
Este capítulo busca dar cuenta de la creación del contexto de ayuda y cambio que
permite movilizar las competencias en los padres y las madres, para que emerjan
factores resilientes sobre sus hijos e hijas, dentro de un proceso de ayuda tanto
terapéutica como de consultoría desde un paradigma sistémico, contextual y ecológico.
Los planteamientos están construidos con una metodología de intervención /
investigación con cuatro casos, que fueron remitidos por el Departamento de
Orientación de diferentes organizaciones escolares (jardines, escuelas, colegios) para
una intervención psicológica; los motivos de consulta están referidos a síntomas en uno
de los estudiante / hijo y que se encuentra en ciclo vital escolar. El contexto de ayuda
está determinado dentro de la consulta privada, atendida de un equipo de dos
interventores sistémicos familiares; las intervenciones se realizaron en sesiones
individuales con los niños y con los padres, sesiones conjuntas de los padres con los
hijos y de la familia con el contexto escolar. Cada caso tuvo en promedio seis sesiones.
La doble condición del niño y de la niña de ser miembro, por una parte, de la familia en
la condición de hijo o hija y, por otra parte, de la comunidad académica de la
organización escolar como estudiante, los coloca en un lugar de “territorio de todos y de
81
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
nadie”, metáfora que nos llevaría a la idea de repartírselo y tener que estar en uno u
otro, con lo que se diluye su propia identidad, historia y necesidades. El reto de la
intervención es que sea ahora también parte del sistema consultante, pero no sobre
quien se habla y se define, sino como el sistema individual, que posibilita la creación de
una red de relaciones para el desarrollo de todos los sistemas involucrados.
Los sistemas amplios constituyen las redes de co-participación familiar, por lo tanto,
configuran el contexto ecológico de la misma. No tiene sentido hablar de la familia, sino
se reconoce el contexto socio-cultural de donde emergen las historias y relatos de vida
de cada uno de sus miembros y de la misma familia (Imber-Black 2000). Desde esta
perspectiva, se comprende que la familia está inmersa en un entramado relacional
formado con otros sistemas, en los que, en torno al síntoma del hijo, empiezan a
configurarse isomórficamente unas pautas interaccionales basadas en la “rotulación
desde el déficit”, lo que conlleva a la creación de contextos que de alguna manera
empiezan a “confirmar los diagnósticos escolares planteados”. Los adultos como
padres, maestros, psicólogos, terapistas del lenguaje, etc., empiezan a hacer
distinciones sobre el comportamiento del menor que dan cuenta de la existencia de un
problema en él, construyéndose la historia de niño “problema”.
82
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
Es así que se crean contextos rotuladores y rotulados, dado que en la familia se puntúa
a la organización escolar como si “algo no estuviera realizando correctamente para que
así el estudiante fracase”, por otra parte, la organización por lo general puntúa que algo
pasa con el niño y por extensión en su familia que afianza la conducta sintomática. En
la organización escolar, los profesionales de apoyo plantean que el niño necesita ayuda
porque su comportamiento es “desadapativo” en comparación con sus otros
compañeros; los profesionales que externamente atienden al estudiante, se preguntan
sobre las estrategias que se han realizado en estos dos contextos para apoyar la
situación problema.
La ecología de las acciones invita a reconocer la forma en que los sistemas, por sus
acciones, se afectan a sí mismos y a los otros, con los que se interconectan. Esto invita
a repensar la forma en que se organizan cuando emerge una situación de crisis, nos
preguntamos cuáles son los tipos de relatos que circulan en cada uno de ellos frente al
problema, del niño en relación con los contextos familia, organización escolar, iguales,
profesionales externos y frente a la participación de cada uno de los miembro de la red.
Los proceso de ayuda psicológica están definidos por los contextos construidos entre
los sistemas consultantes e interventivos en un escenario organizacional particular que
le da sentido, no es posible definir que la ayuda está fuera de los actores involucrados
83
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
en el problema, en los casos de niños y niñas en contextos escolares hacen parte del
problema y la solución los maestros, compañeros, directivos, padres, familiares de
apoyo y redes sociales. Definir el contexto de ayuda de intervención sistémica, implica
que se puntúa el “problema” desde un orden tanto de lo emocional / afectivo,
pedagógico / didáctico, social / cultural y biológico / genético; son unos y otros los
procesos que están implicados en la comprensión y las estrategias de ayuda. Por lo
tanto, son necesarios trabajos interdisciplinares que lo relocalicen.
a. Los casos son recepcionados por vía telefónica, en un contacto entre los
profesionales y la familia.
b. Los casos son recibidos por un equipo de dos profesionales: Uno es Licenciado en
Orientación Escolar, Psicólogo, Magíster en Psicología Clínica y de Familia; y el otro
es Tecnóloga en Terapia del Lenguaje y la Audición, Psicóloga y Magíster en
Psicología Clínica y de Familia.
c. En la primera entrevista son citados: El niño identificado como problema, los padres,
los hermanos y familiares, que el consultante define están implicados en el
problema.
d. Se realizan diferentes sesiones con los siguientes sistemas: el niño y los padres, los
padres, el niño, el niño y los hermanos, toda la familia, la familia y el sistema escolar.
e. Se busca hacer contacto con la organización escolar, por varias vías: un informe
escrito al colegio, una visita al colegio o un mensaje que entrega los padres a la
docente u orientadora de la organización escolar.
f. Los casos tienen un rango de sesiones de entre cinco y diez, dependiendo del
proceso mismo desarrollado.
g. Se realizan seguimientos, para evaluar el cambio por vía telefónica con los padres y
la organización escolar.
84
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
b. Comprender los niveles de cambio esperados y la forma de participación de cada
contexto para co-construirlo.
b. Primer encuentro: Este encuentro dura aproximadamente dos horas cuenta con la
presencia del equipo interventivo y la familia, y explora la historia de construcción del
problema que implica a los contextos involucrados, la forma en que en cada uno se
ha tejido pautas interacciónales alrededor de éste y la forma en que esta historia se
conecta con la historia de vida familiar de acuerdo con el ciclo vital que están
atravesando. De igual manera, se realiza una exploración del desarrollo evolutivo del
niño con el ánimo de contextualizar relacionalmente las pautas de crianzas y
recurrentes de aprendizaje y desarrollo en general que hayan dado sentidos
85
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
familiares sobre la forma de afrontar problemas como familia ante la situación
sintomática. El desarrollo de la sesión se organiza inicialmente para realizar una
exploración / acompañamiento de lo mencionado anteriormente, al igual que la
aplicación de pruebas psicológicas (test de la familia, desarrollo psicomotor, etc.) o
pedagógicas necesarias; seguidamente la realización de equipo reflexivo por parte
del equipo interventor donde se redefine el problema y se muestra la dinámica
relacional familiar y de la red familia – escuela y otros contextos involucrados. Se
comparte con la familia la comprensión sobre cómo se mantiene y estructura el
problema, se plantea una propuesta de un primer plan de intervención en términos
de niveles, números de sesiones y focos, que den cuenta de las competencias que
se requieren desarrollar. Posteriormente se recoge el efecto del equipo reflexivo en
los padres, se chequea el efecto de lo planteado y se establecen unos acuerdos que
encuadran el proceso de ayuda.
86
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
Las competencias son parentales y marentales en la medida en que visibilizan a padres
y madres en la relación filial, pero no con ello se quiere hacer un listado y delimitación a
unos y otros, por lo contrario, reconocemos una diversidad de capacidades personales
e individuales del contexto histórico de cada padre y madre, de la relación de la pareja y
las condiciones socio-culturales de la familia.
Siguiendo con los planteamientos hechos para la formación, la educación, el mundo del
trabajo y las organizaciones, sobre la propuesta de competencias, en este apartado
buscaremos dar cuenta de una primera aproximación al tema llevándolo a la relación de
lo parental y lo marental en las relaciones familiares. Las competencias son
comprendidas como el saber hacer en contexto de interacción específicos, de acuerdo
con unos propósitos sociales, emocionales, culturales y biológicos de los sistemas
familiares. Dichas competencias están fundamentalmente centradas en los roles de los
padres con respecto a los hijos, cumpliendo las funciones de afecto, protección,
socialización, culturalización, alimentación y educación.
Neimeyer (1996) plantea que las personas se aprecian como competentes cuando “los
constructos o significados personales que utilizan para dar sentido a lo que les ocurre
reciben apoyo o validación, el resultado es una emoción positiva, como competencia
percibida, pero cuando se produce su invalidación, el resultado es una emoción
dolorosa”. Los padres y madres cuando acuden a consulta psicológica con
profesionales externos a la organización educativa, generalmente llegan con la
sensación de ser poco competentes en la forma en que han afrontado la situación
sintomática del hijo, se sienten poco reconocidos por los contextos escuela, familia y
algunas veces otros profesionales.
La sensación de los padres y las madres de ser poco competentes los posiciona como
muy vulnerables y sin recursos personales y familiares, que les permita afrontar las
situaciones de dificultad de sus hijos. Con esta sensación se hacen innumerables
87
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
preguntas sobre sus “fallas”, algunas veces culpabilizándose de lo que le sucede al hijo,
sin saber por qué; pero bajo la premisa de que necesariamente debe haber algún
responsable, intentan diversas acciones que van desde los castigos hasta la
comprensión casi permisiva del comportamiento del niño. Dado que sus explicaciones y
acciones pareciera que no son aceptadas y valoradas por los otros sistemas, inclusive
al interior de estos, la sensación de fracaso aumenta y circularmente afianza sus
creencias de incapaces de resolver la situación problema.
Campion (1987) plantea que los “patrones de conducta existentes entre los miembros
de la familia crean y/o mantienen una conducta perturbada o sintomática en un miembro
o más, de una familia”; en este sentido, se reconoce que “los niños que tienen
88
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
dificultades de aprendizaje y problemas de conducta tienen necesidades educativas
que atender, pero sus problemas se extienden con frecuencia mucho más allá de la
clase”.
Cuando se presentan las crisis en los sistemas familiares, pareciera que están
circulando formas de relación poco flexibles a las necesidades de los miembros de la
red, haciendo que se vuelvan rígidas las formas de comprender los problemas en el
caso donde el síntoma es el niño. Lo anterior hace que familia y escuela recurran a su
historia de éxitos pasados para tratar de manejar la situación, algunas veces
centrándose en el “hacer”, desconectándolo del reflexionar del contexto en que funcionó
y en qué momento del ciclo vital personal, familiar y escolar.
89
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
comprensión como posibilidades para el cambio a partir del reconocimiento de los
recursos regionales, locales, comunitarios, organizacionales, familiares y personales.
Hernández (1997) señala algunas características propias de las funciones de los padres
con hijos en edad escolar, que son un referente del contexto en el cual están inmersos
90
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
desde la perspectiva del desarrollo familiar: (a) darle protección y permiso de
experimentar, (b) razonar con respecto a la solución de problemas, (c) favorecer la
expresión e identificación de sentimientos, (d) enseñar la relación causa – efecto en
conductas específicas, (e) facilitar el desarrollo de la responsabilidad y la consideración
hacia los demás, (f) estimular el cuestionamiento sobre las diferentes formas de ver la
realidad y (g) darse tiempo para hacer las cosas: unas veces a la manera de los padres
y otras a la manera del niño.
Del mismo modo, la escuela que tiene niños en edad escolar vive determinados dilemas
y crisis propios del ciclo de formación en que está participando, a continuación se
presentarán los puntos de encuentro y desencuentro entre familia y escuela, en el ciclo
vital de familias con hijos en edad escolar.
En este orden de ideas, Barudy y Marquebreucq (2006) señalan que “en situaciones
normales los padres deben movilizar todos sus recursos y su creatividad para
responder a las nuevas necesidades de los hijos”, cuando hay situaciones que son
amenazantes o difíciles “los padres y las madres deben disponer de enormes
capacidades y recursos, encontrando apoyo en su entorno social”. Todo proceso de
desarrollo en el ciclo vital familiar muestra los cambios propios del momento, por lo
mismo debe sintonizarse con los cambios y las dinámicas propias del colegio, esta
relación debe buscar una sinergia, que posibilite dar continuidad tanto al desarrollo
familiar como el desarrollo organizacional.
3.1.7 Matriz de ciclo vital familiar en relación con el ciclo vital escolar
La siguiente matriz muestra la relación entre el ciclo vital familiar y el sistema escolar,
en relación con los roles, funciones, tareas, pautas interaccionales, estilos de
comunicación, dilemas, mitos y valores socioculturales. La diversidad de posibilidades
de puntos de encuentro entre la familia y la escuela y de puntos de predominio de la
familia, permite reconocer la complejidad de las posibilidades que se pueden crear entre
estos dos sistemas.
91
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
• Guiar.
• De colaboración y formación,
Pautas basadas en el reconocimiento de • En diferentes niveles de relación de acuerdo
interacciónales estilos y ritmos propios de los con los subsistemas familiares.
niños.
• Síntoma como metáfora de las
• El síntoma da cuenta de estilos de
pautas de interacción
Estilos de comunicación analógicos y relacionales, como
intrafamiliares que se vuelven
comunicación formas de lenguaje indirecto del dilema
isomórficas a la escuela y otros
familiar/parental.
contextos de ayuda.
• Independencia / dependencia.
• Formación en la disciplina.
• Manejo de autoridad.
• Niveles de participación de los padres en la
Dilemas • Ampliación del mundo familiar y
cultura escolar sin asumir posturas de
escolar a redes sociales más
sobreprotección o periferia.
amplias.
• No participación comprometida
del otro sistema en el proceso de
formación.
• El divorcio de los padres consecuencias
• La formación integral como una
Mitos graves en el comportamiento del niño,
utopía y "cliché".
llegando a traumatizarlos.
• Los niños son indefensos.
• Los niños son adultos en
miniatura.
• Los padres deben permanecer
• La familia y la sociedad en general están
mucho tiempo con sus hijos para
Valores socio - crisis de valores.
dar formación con calidad.
culturales • La educación no está formando para que los
• La familia es la base del
niños afronten las crisis sociales.
desarrollo socioafectivo del niño.
En esta lógica, se entiende que los síntomas son construidos en los contextos, por lo
tanto, representan el juego relacional de los sistemas familia y escuela en que se
desarrolla el niño y la niña; para poner el acento de la corresponsabilidad en los actores
participantes, ya que es en y desde ellos que tienen sentido interaccional, en tanto que
da cuenta de las pautas personales del mismo para relacionarse con pares, docentes y
padres. Desde esta forma de entender las demandas en el contexto de la consulta, se
desarrolló un protocolo de atención de los casos con demandas por dificultades en el
comportamiento de los niños y las niñas en el contexto de la escuela, pero con remisión
a un contexto profesional fuera de la misma.
92
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
3.2.2 Objetivos
a. Dar cuenta de las competencias que se movilizaron en los padres y las madres ante
una situación de crisis de uno de sus hijos cuando están en el ciclo vital familiar
escolar.
93
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
b. Evidenciar los cambios clínicos / terapéuticos y contextuales / red, que se dan
cuando las competencias parentales y marentales son movilizadas en un contexto
de ayuda que promueve las capacidades de los padres y las madres.
b. Las competencias de los padres y las madres están matizadas por las historias
personales, de la pareja y la familia en un contexto resiliente de los mismos.
En el contexto escolar los orientadores son los profesionales que atienden a los
estudiantes que son remitidos como “problema” por los docentes, éstos a su vez
identifican los casos que entre otros denominan como clínicos, y por lo tanto definen
que requieren un proceso interventivo. Generalmente, las remisiones de los niños a los
contextos de intervención se realizan de manera verbal y pueden permanecer en la
organización escolar con la condición que sean atendidos y presenten constancia de la
misma.
Las puntuaciones realizadas por los sistemas de remisión están definidas por el déficit
personal, social y académico de los niños; lo que posiciona al sistema de ayuda como
un “solucionador o salvador” de problemas que a priori han sido definidos como
94
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
insolubles en el mismo contexto escolar y familiar. El terapeuta / consultor que asume
una postura ecológica, contextual y de red, está retado a que se redefina la postura de
fracaso asumida por los sistemas familiares, escolares y sociales involucrados, por una
de posibilidades y alternativas viables en la realidad histórica del problema e
interaccional de la familia y la escuela.
3.3.1 CASO Nº 1.
Título de la historia familiar: “Si hablo dejo de ser bebé y a quién cuida mamá”
Motivos de consulta:
Por la madre: “Nadie le para bolas a la niña en el colegio y por eso no habla casi y es
muy nerviosa”.
Por el padre: “Ella es muy lenta y necesita que uno esté encima de ella motivándola,
tiene dificultades en hacer las cosas”.
Descripción interaccional:
Sistema familiar conformado por una pareja de padres con siete años de matrimonio
católico, única hija de seis años de edad, quien actualmente cursa el grado de
transición, remitida por el colegio por presentar dificultades en la relación con sus
compañeros y maestros. Se reporta un historial de evaluación y diagnóstico por parte
de terapia del lenguaje, terapia ocupacional y de neuropsicología.
95
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
Finalmente se construye una pauta simétrica inter-contextual en torno a los “rótulos de
descalificación, basados en el déficit” en la red familia y escuela, y se evidencia que
entre más habla la madre de lo inadecuado del colegio, menos habla la hija de sí
misma, de su familia y del colegio. Si el padre se aleja y trata de callar a la madre, a
quien le descalifica su preocupación puntuándola de exagerada, en mayor medida se
queja el colegio de la forma en que la madre afrontar el problema, puntuándola como
nerviosa y demandante de más solicitudes de diagnósticos de los profesionales
externos.
Relación
• Al promoverse una pauta de colaboración entre los padres, se facilita la
resiliencia y
corresponsabilidad para el manejo de situaciones críticas futuras.
competencias.
• Reconocimiento y validación del estilo particular de cada miembro de la familia
y su aporte para la nueva organización familiar.
Relación
resiliencia y
cambio. • El padre comparte más cercanamente a la hija, la madre la deja sola con el
papá; lo que reporta ganancias en autonomía e independencia tanto en los
padres como en la niña.
3.3.2 CASO Nº 2
96
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
Motivos de consulta:
Por la madre: “Al revisarle las tareas a mi hijo, noto que no copia lo que le toca hacer,
se demora mucho al escribir, se cansa muy rápido y se vuelve obstinado y no sigue
haciendo las tareas, es muy rebelde”.
Por el padre: “El niño presenta falta de atención, conductas agresivas, no cumple lo
que promete, por ejemplo, volverse juicioso como su hermano; fue muy consentido por
la abuela. Cuando cumplió dos años y medio se le hizo un tratamiento de fisioterapia
para que aprendiera a caminar”.
Por el hermano mayor: “Mi hermano se comporta mal, le pega a la mamá, contesta mal,
le pega a los niños, le pega al papá”.
Por el consultante identificado: “No hago las tareas, no copio las tareas en el colegio y
hago pataletas”.
Descripción interaccional:
Sistema familiar constituido por la pareja de padres con ocho años de matrimonio
católico, con dos hijos hombres de ocho y seis años de edad, cursando tercero y
primero de primaria, respectivamente. Remitido por el colegio el hijo menor, a causa de
comportamientos agresivos y dificultad para leer y escribir, pataletas y agresión con sus
compañeros y maestros. Se realizó valoración y tratamiento con terapia ocupacional
durante un año, mejoró la letra pero no el comportamiento.
Entre los hermanos se aprecia una pauta complementaria en términos de ser buen y
mal hijo/estudiante, entre más “sintomático/desjuiciado” se comporta el hijo menor, más
“asintomático/juicioso” se comporta el hijo mayor.
97
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
• Mito familiar: Reconocimiento de autoridad moral y potestad para criar a su
hija, independientemente de su nivel profesional y de ingresos económicos
como pareja de padres con respecto a la familia extensa de la madre.
Cognoscitivas • Constructo del padre: Pedir afecto y amor no implica ser vulnerable y
sensible.
• Desaparición del síntoma en el hijo menor y el hijo mayor asumió una postura
más espontánea y acorde a su edad.
Relación
resiliencia y
• Los padres decidieron iniciar un proceso terapéutico para construir una versión
cambio.
diferente de pareja, donde se escuchen más y conversen sobre los
desacuerdos para coordinar acciones y significados de ser pareja de esposos.
3.3.3 CASO Nº 3:
Título de la historia familiar: “Padres diáconos de la iglesia católica: hija que les
recuerda que la sexualidad no es un pecado”
Motivos de consulta:
Por la madre: “Yo soy más calmada que mi esposo, siento que no sabemos cómo tratar
a nuestra hija y cómo llegar a decirle qué hacer para que no se toque”.
Por el padre: “Amamos mucho a esta chiquita y a la niña de ocho meses, desde que
nació la hermanita se viene presentando una auto-estimulación en varias ocasiones”.
98
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
Versión de la consultante identificada: No pudo expresarlo porque se sintió apenada
(interpretación de los autores).
Descripción interaccional:
Sistema familiar conformado por una pareja de esposos con once años de matrimonio
católico, con una hija de seis años que cursa primer grado en un colegio femenino de
monjas y una hermana de ocho meses de nacida. El padre se desempeña como
ministro lector y diácono de la iglesia y la madre docente de preescolar en el mismo
colegio donde estudia la hija mayor; fueron remitidos por el sacerdote de la parroquia a
donde la familia asiste y lidera procesos de formación para matrimonios.
Se aprecia una pauta relacional entre los padres, enmarcada en un cuidado excesivo
sobre la higiene y aseo personal genital y escrúpulos sobre lo sexual, alimentado por un
mito familiar donde las creencias religiosas no descalifican la sexualidad, pero sí niegan
que sea un valor fundamental para la relación de pareja. Existe el pretexto que la madre
tiene una dificultad en la columna, impidiéndoles tener relaciones sexuales y el esposo
asume una postura de cuidarla para que no se maltrate, posponiendo su deseo sexual.
99
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
CATEGORÍAS CASO Nº 3
Relación • Prever posibles situaciones de abuso sexual y formación en la intimidad de la niña,
resiliencia y gracias a la incorporación de prácticas de auto-cuidado en el aseo personal de la
competencias. niña, siendo la madre la que le acompaña en el proceso.
Relación
• Distinción entre espacios públicos y privados familiares, para expresarse afectos
resiliencia y
desde la autonomía y los diferentes niveles de relación como padres y esposos.
cambio.
3.3.4 CASO Nº 4
Título de la historia familiar: “Tomar lo de los otros, para buscar mi propio espacio”
Motivos de consulta:
Por la madre: “Nosotros no nos hemos adaptado y no hemos logramos reconocer que la
familia somos los tres, o sea mis dos hijos y yo, mi esposo ha dejado vacíos y eso ha
afectado a los niños”.
Descripción interaccional:
El matrimonio permaneció unido por seis años en matrimonio católico, al inicio del
proceso terapéutico llevaban cuatro años de separación, a partir del divorcio de los
padres, la relación de los hijos con el padre se torno muy distante; la madre basada en
el miedo del posible efecto de la separación, sintiéndose culpable por haber tomado ella
la decisión de la separación y con la idea de dejar a sus hijos sin padre, ha asumido una
pauta interaccional complementaria de sobre-exigencia con el hijo mayor y de sobre-
protección con la hija menor; la madre con el colegio se ha relacionado dándole la razón
de lo que ven y como comprenden la situación, regaña y castiga al hijo por lo que ha
hecho en el colegio. La familia se ha aislado de su red social, como una alternativa de
protección y cuidado de la madre hacia los hijos.
100
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
COMPETENCIAS CASO Nº 4
• Mito familiar: Movilización del mito que da cuenta de que los hijos de padres
separados tienen problemas.
3.4 RESULTADOS
Los siguientes resultados buscan dar cuenta de los objetivos y las preguntas de
investigación / intervención propuestos para este trabajo; las hipótesis se pondrán en
juego desde los referentes conceptuales de una perspectiva sistémica contextual y
ecológica. Estos resultados se presentan con base en la propuesta de Tobón (2004)
sobre el diseño de elaboración de las competencias.
Definición de la competencia:
101
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
Compuesta por las formas personales y familiares de enfrentar los procesos de crisis /
cambio propios del ciclo vital familiar estudiado, que requieren ajustes y flexibilización
en las cosmovisiones personales y familiares. Estas competencias dan cuenta de la
dimensión ética de los seres humanos y de los sistemas a los que pertenecen.
Elementos de competencia:
b. Mitos familiares que están siendo cuestionados por el síntoma como forma de
proteger la organización familiar.
c. Valores socio-culturales que han organizado a la familia, están constituidos por los
prejuicios, legados y estereotipos, que circulan en el contexto.
Formulación de la competencia
Movilizar como pareja de padre y madre el sistema de creencias sobre las prácticas de
crianza que están siendo cuestionadas por el síntoma, en tanto metáfora que confronta
el mito familiar que las ha construido en el momento del ciclo vital familiar / escolar por
el que se está atravesando.
Criterios de desempeño
102
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
3.4.2 Competencias socio-afectivas
Definición de la competencia:
Elementos de competencia:
Formulación de la competencia
Identificar que tanto en el orden individual como de pareja, los estados emocionales de
facticidad desde procesos auto-reflexivos y auto-valorativos son sistemas, cuyo fin es
movilizarlos a estados emocionales de posibilidad, basados en la construcción de
conversaciones que les permita coordinar sentidos de vida para la crianza.
Criterios de desempeño
103
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
Definición de la competencia:
Elementos de competencia:
Formulación de la competencia
Criterios de desempeño
104
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
a. En saber conocer: Comprender como familia el efecto que produce en el bienestar
del sistema como con la red, el asumir relaciones basadas exclusivamente en la
simetría o complementariedad, desde una postura excluyente.
3.5 DISCUSIÓN
La resiliencia se comprende como una metáfora que da cuenta del ser competente ante
situaciones críticas, frente al rol parental y marental, enmarcado en expectativas socio-
culturales, mitos y legados familiares e historias de vida individuales basadas en
constructos personales. En términos relacionales, la resiliencia es la capacidad que
tiene cada sistema de haber construido desde su historia recursos en diversos niveles,
que permiten posicionarse de manera autónoma / heterónoma para afrontar situaciones
críticas, flexibilizándose en la forma de comprenderse como sistema para el presente y
el futuro.
105
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
ponerlos a circular en su proceso de crianza con los hijos. El juego en tanto estrategia
de intervención se vuelve potencializador del sistema resiliente infantil y da un modelo a
los padres y las madres para acceder al mundo emocional del hijo y poder conectarse
con éste para favorecer relaciones de mutualidad y coaprendizaje, lo que permite que
emerjan competencias socio afectivas en los padres y las madres.
La postura resiliente de los padres y las madres ante el problema de su hijo, constituye
una posibilidad novedosa en la relación, dado que en la relación del colegio – niño y
padre / madre – niño, adquiere una visión diferente al déficit y a la descripción de lo no
logrado. La perspectiva resiliente, en la postura relacional de los padres y las madres
con su hijo y con el colegio, invita a que se haga énfasis en las posibilidades y en lo que
sí se ha logrado en el proceso de desarrollo del niño, con lo que el niño queda en una
condición interaccional y emocional de más tranquilidad para poder movilizar su
síntoma.
106
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
REFERENCIAS
Auerswald, H. Lógicas y lógicas para el trabajo en red. (1999). En: Dabas, E. y Denise,
N. (Compiladoras). Redes: El lenguaje de los vínculos. México D.F.: Paidós.
Bertalanffy, L. (1969). Teoría general de los sistemas. México D.F.: Fondo de Cultura
Económica.
Castañeda, A.E. y Niño, J.A. (2005). Orientación profesional desde una perspectiva
sistémica. Bogotá: Universidad Santo Tomas.
Dabas, E. Redes sociales y restitución comunitaria: ¿Quién sostiene a las familias que
tienen que sostener a los otros?. (2006). En: Dabas, E. (Compiladora). Viviendo redes:
Experiencias y estrategias para fortalecer la trama social. Buenos Aires: Ciccus.
107
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
Ley General de Educación. (2004).En: Ley general de educación articulación con la ley
715. Bogotá: Magisterio.
108
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
Madariaga, C. Abello, R y Sierra, O. (2003).Redes sociales: Infancia, familia y comunidad.
Barranquilla: Uninorte.
109
Familias, escuelas y redes: Promover el cambio desde las capacidades
Selvini, M. y cols. (1990). El mago sin magia: Cómo cambiar la situación paradójica del
psicólogo en la escuela. Barcelona: Paidós.
Speck, R. La intervención de red social: las terapias de red, teoría y desarrollo (2000).
En Elkaϊm, M. y otros. Las prácticas de la terapia de la red. Barcelona: Gedisa.
110