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Pornas ue Lacan eg nar dicdon alert delaras) se Mavala: onplade par soe Sunnos Ares 180 pe 1 Pcocnt 2 Arie inicio [ier Pou Ann elt Lae Notion comp 1 To Drecin eda Matos inte} ews de tatecenes Matos oie ‘conectr Araa Amn Moore Tra adel inPess 2013 Jompelne hater ee Feta dl dcr dc de le oe {Jeenaine Ahern ‘esc del eps! tac par Fatiey erates xpi eros Bata per seseamas at sgndes © Kinchaick (Hees de cl At do ot Arne ie. er mia cc Laan lg Slots 208 Movies “Por mas que Lacan lo diga™. Una introduccion al Andlisis del Discurso Jacqueline Authier- Revuz —Paul Henry _Michel Arrive Prologo — Karina Savio Pasfacio — Gabriel Lombardi Falta del decir, decir de la falta: las palabras del silencio" Jacqueline Authier-Revuz De la no coincidencia fundamental entre los dos drdenes heterogénees que superpone la aominacién —aquel de lo general, finite y discreto de los signos, y aquel de lo singular, infinito y continuo de las “eosas”—, de aquello que se a amado la “falta de aprehensién de la letra so- 1 Urapmet vein de ettente aparece lands enema de loses de rnapan 3 basal tl "Gese vont zeggen Zeger sanhel gic de worden onde ite en Vr an Line ‘uw (993) dsr? "Wooreleshad, Lay Aretardar Kita Medi 9p. 557k eqpomci en paiguts en 196) Gexcs do {Late En Oar el Campinas UNICAMP borin sane. on el qv mr sn endo eoge de ‘erisedcan nl lord e oa aq sl arene mts Gale al inheie alan candacnplbecona ani vor sbeco en compatacon con twctizicen de ue larackn de le ‘co rej, care fdas dl sant en Sb de En Oo IB sn tose fees Lee ores re Pa Cares bore el objeto” (Leclaire [1971], 1982, p. 72), surge, en principio mismo de la nominaciéa, la dimensién de una pérdida, de una “fata en et nombrat".Y es de esta faltwen cl nombrar-—que, para el sujeto hablante, es singulannen, te falta en el nombrars, fultaal decir la verdad, que “na se dice toda porque ahi faltan las palabras” (Lacan, (1974) 2012, p, 535)-— que se constituye estructuralmente el su- » sujsto en ‘cuanto es hablante y, por consiguiente, de lo que le falta, Cuan insistente es, para el ser hablamte, ta herida que le inflige el “fracaso” inherente a la norninacién lo tes timonia le constancia de las ficeiones consolatorias que responden a ella, inventario inagotable de las lenguas jeto, en diferencia irreductible consigo mism Iimaginarias mas heteréelitas; pero que, en el antes mi tico de una edad de oro, de un paraiso perdido de is hu ‘manidad o de una infancia, en aquella ova paie Soa de tieras lejanas,deseonocidas 0 ut6picas, en el desputes proyectado por los construcores de lengua actfciales, compart el stributo de nombrar “bien” las cosas, sin érdida, sin diferencia, resttuyendo por ello mismo alos sujlos, fantasmaticamente, esa coincidencia con si mis- ros que, coastitutivamente, les probe su lengua eal ro intento —tentacion-— de escapar a enguaje real 1 alla pérdida que hay en ¢1, quella diversamente encsr- ‘ua por las no palabras: oponer a lo quc ay de no dich cn todo decir, a vez inevitable e inaceptable, la plenitud {cl vacio) de la no nominacin. Ese! Hamad a a misicn ae [1883] 2003, p. 223), con una renuneia a luchar conta a enfermedad del leuguaje” (Haut, 1978, 9p. 403-417); es vaciamiento y complecin, el silencio de la experiencia mistica; es incluso, tal como Ia evoed Borge’ (1979) en Ficciones, ln altiva y vertiginosa figura de Funes, ence- rrado en su exigencia imposible de una “lengua” infinita tina no-lengua, por ende— pata dar acada singular so nombre “propio” ietasche, "Canta, jno sigas hablando” (Nietzsche, No slo le costaba comprender que el simbolo geusrico perro ebareara tae inGvkluoscispazes de divers ti ‘maior y divers format le molest que el perro de as tues y eatree (visto de peri) viral mismo nombre cae ef pero de as wes y cust (visto de fret (p11). Si as Lenguas imaginarias o el silencio respontden a la herida del lenguaje con el emplazamiento ficticio de un lugar ovo, la literatura puede tomarse como la respuesta inversa, una prictica que no es sino lenguaje, pero inscrip- tw entera en el propio lugar de la diferencia, en aquellas palabras que faltan, Al andlisis de Barihes ((1978) 1993) cen su "Leccién inaugural”, “los hombres no se resignan ‘esa falta de paralelismo entre Jo real y el Lenguaje, y es este rechazo, posiblemente tan viejo eomo el lengua- je mismo, el que produce, en una agitacién ine ante, ta v1 2 litecatira” (p. 128), responde el de Daniel Oster (1983), dulen, a! evocar “la inguietante disparidae' de las palnbras y las cosas [y] esa distancia, ese intervalo, esa ausencia lone se constituye Ia Hiterat sostiene que "escribir ‘sexperimentar sin saciedad ni contento el intervale”¢p, 90}, « también, como ena confesién de indigencia, esa fase de Michel Sehneider en Voleury de mous {Ladcones ide palabras} (1985), “se escribe sobre todo porque faltan Jas palabras", que despierta a su vez el recuerdo de aque- ta queja de Flaubert ((1859]1927), dir coresponsiles’ “a cada linea, con cada palabra, la lengua sme falta” vera cela radicalidad de estas “respuestas" a a hecida Ud la falta del decir —el sueio de decir sn falta el silencio del no decir, la escritura como adhesin ala herida del de- se abe el campo de la negociaciin cotidiana de los ‘enunciadares en su decir —sus palabras, sus escritos mas con aquella falta que fo afecta, campo es el que se despliega, a través de mltiples figuras, otea respuesta cconsistente en acompafiar ef decir com el decir de su falta sta respuesta se advierte puntualmente en el curso. da uno de sus del decir, en los “bucles” de un devir que vuelve reflexi- ‘vamente sobre un punto de su desarrollo? para susperder 2 Confusion de a medsod autre, eats de mods sae rater tier e982 Laenon-caintare dh deta por el tiempo de ese buele, una interrogucidn, “jes la la palabra no coresponde"; una lo que llamaria, a falta de mejor opeidn": palabra”; una critica, aceptacién, ‘una renuncia, "no encuentro la palabra”, etcétera—el “va de suyo” con el que parece darse de ordinario la nomina- cidn ¢ inseribir asi explicitamente ta falta El encuenito por parte del enunciador, en su decir, de la diferencia entre las palabras y las cosas no es la tiica dlificultad testimoniada por los “bucles” del decir. A través de la variedad de reflejos con que los enunciadores acom- ppafan localmente su decir, aparecen tadas las dificultades, todas las fallasintrentes al hecho del decit. Asi, la des: pposesién inserita en “nuestras” palabras por ser “las de los ‘otros, que no hacemos sino tomar prestadas, cargadas de sentido ror este afuera —en e508 "X, como se dice”, por ejemplo, por el hecho también de que su sentido se nos escapa, en su imparable equivocidad —en esos "X en el sentido y ademas, se nos escapa en ese olro, ireductiblemente dife ', "Xen tadas les sentidos de la palabr rente, et interlocutor al que nos dirigimos se quiere, sise entierde lo que quiero decir" _mpresencton mate enoncethe- Ee ingustgve et ace deo ‘mosaluaionovtrymique Pai Unverate de Fae Vil= Santeria Auer ow. J (995 Cas mas qu ne vent as de so Bouse ‘la tron cainciderce cesar Ph ean, 2 ll Subrayando con un mismo movimiento la falls expe- rimentada en el decir y el gesto de su auturig de ser“reio- mada” por el enunciador, toda forma de desdoblamiento local de! devir por un aulucormentario aparece, contigs dictoriamente, como una “eostura aparente” en el tejido del decir; pero, para las formas que nos ocupan agus insctitas en la diferencia entze las palabras y las cosas, lav paradoja'es.que, especificamente, wunayfalia de palabras reeponde el exces de palabras que el bucle viene a injer- ‘aren un punio del-curso deb decir para nombrarla flee, abriendo el decir con lo dicho, sabre aquello que n0 dice, ¥y haciendo resonar, en otras palabras mas, esa parte de silencio que se experimenta en las palabras I recortido que sigue intenta hacer aparecer, reco- tsidas a través de las formas mists, “al ras de las pala bras”, la variedad de aquellas figuras de autocomentario que, al decir la falta del decie, lo dicen desde ingulos, con acenios, de modos diverses. Lo que aparece mis alli, y que no haremos sino evocar alusivamente, es c6mo, en un dliscurso dado, para un enunciador dado, la decision to mada dentro de esa variedad —,que figuras son elegias 3. Le euetion de lc plat ena ne aa espuetme ‘marunctva avosnda cq un dec dela lds na bin bbotiracin dela cence cease pola ‘gine de gue atados compl de laminas ‘ene dos plata leader YX gp digo 7 et. ar ews 195 cap 7, de preferencia, o qué figura con exclusividad, hasta 2euso dda color de manera singular a esa misica —o ese ruido— del silencio encontrado en el decir, acompa ando en modos cuantitativamente muy diferentes, una ‘isica ocasional, ligera o insistent, torurante, agotado- + el hilo “principal” de un discurso, En ua primer tipo de representacion de Ia falta que rmarea el decir, hay que tomar la falta en un primer seati- or el de una alla, una imperfeccién, una anomalis gue presenta el decir, como se dice de una prenda de ropa, ‘una madera, una persona que dene un defecto, cuyas acteristics se puesen describist. La descripsién se hace segiin dos vertientes (a veces asociadas en un mismo ¢o- smentario): una earacterizacion del modo de decir y una del elemento X'mismo, ‘Asi puede relevarse, ante caracterizaciones inversas de °X, mido mis palabras"; “X, me atengo a la palabra”; 4 WN dela T tapas fancesa det cue gue en eletuecon del le delete 4 que apace en esa fare yale lage de od ‘eva puede baicieo 8 srr oe’ «cae Yall. 5 en stl ain os pute tence care una esr fy ogee cpl ls ue cares arte crm una auton 2 ‘ota ce tmp agua quel no seme posible tac mar ‘arian en naetolinguaiomiem pio Cuando stad. ror {tle de eso ener tain riba qu sau tnd lebin a ‘toon eta qe sutciniarorejaa sonny Hpogeteal 106 ‘X, asuuno fa palahra',etestera las imagenes que reprue- ban an modo de decir sumario, inacabado; un decie si tuado en los enunciados que siguen (tomados de los dis- cursos orales 6 eseritas mis diversas, de conversaciones familiares a texios te6ricos o literarios de lo mals cuida- los) bajo el signo de la rapidez, del grasso modo, de la comodidad, de lo aleatorio, de lo provisorio o dela resig- nnacién, wxds 6 menos desenvucta, ante fa falta Fs. reacionaia para decile epadaneme (Converse "He ak, pus, el contact inopinado de a hisoi emples- ‘mos ls pala por comodida) que produce sobre fie tatu des efectos Finalmente bastante diferentes (Oats, 1983), 2m qn sontos. 0 igo en pial por pum ava, dee teres sta reac de pelenencia we sisua om pl Amv, 1968) Ye‘ito su se hablabaa ac: uaa expires labickn extra, “inexplicable”, peraba sobre clive cx ao se eneortabar solos. (No me gusta la palin “inex Piiesble”y no la escrito aqui més que por insucencia movisora) (Gide, 1985, 220), Det Indo de Tas caracterizaciones de Ia fala que presenta ci elemento X, se presenta una aan variedad; encontra ros de manera regular simples constataciones de inade: ‘cuir de la palabea, det tipo de: ‘a exposcin ls pale sin dude no sorresponde) que usted propone seuienteen Beaubourg sabre ema de Jos inmnaterices" (Deca, 1984) «© bien de representaciones que especifican la naturaleza de Ia diferencia entre la palabra y Ia cosa, «través de las que, la nominacién X, defectuosa, desde ef momento en que se especifica su full, no es més solo el ugar de la {alta dela palabra precisa, sino un punto de apoyo, desde <1 que sugerir, en el espacio abierto entre Ia palabra y ta cosa, con Ia indicaci de muy desigual precision — de una direceién, una distanci “balizas” alrededor de ta palabra faltante. Com pasare- Jas tendidas sobre la separacién abierta en la nominacidn entre la palabra y la cos, las formas que especifican esa separacida pueden partir, siempre con la perspectiva del “otro borde”, de cualquiera de los dos bordes formmulando ya seu wna predivacion sobre la cosa —que precise la's tuna diferencia... unas propicslades del referente que entrain en conflicio eon kt palabra X—al modo de "X, si es que puede decirse X de algo que es...", eomo en Andamos on Is noche hata entrar on una cafe del de donde venia ta misica. Mujeres Arbes danza sped amare dans ete mondtona delizariento (Gite, 1902] 1958,p. 148). ‘Tom pronto se hale tina slucin; en fn, un slacin en o 108 tue coils, visto que de Hecho es mis bien imposible de soluciona, (Conversacién); ya sea una predicacién sobre la palabra —que precise de qué modo se aparta de la adecuacién a la cosa, a través de las figuras dominantes de palabras de un sentido de- masiado estrecho (que hay que “dilatae” hasta el tamaio 4el real @ nombrat) 0, por el contrario, de sentido dema- siado general, impreciso (incapaz de asic estrictamente Ia cosa) deme siado débiles para nombrar, figura esta iltima de un ceufemnismo explicitado como tal, que aparece como un modo retsrico, estereotipado, de énfisis en la intensidad del real nombrado: palabras demasiado fuertes 0, por el contrario, Em este momento, ele a ser una cuestin de sematica, dando aa palabra un seatid un poco eliszo (Oral No es wnt adopei, hublando con propiedad, eh, una sdageidn en sentido ampli, o tomar as cago, pero no est legalizado, pienso que no podria habetlo estado (Orb, Desde Freud, aumerosos psicoanalistsintetaron superar a dfcultad gue bay en los priciics (ao me gusta ete timing an genetalizador) para desurollar una wane enc anaizabe (Mijlla, 1985) [No hizo nada dante el rimestre; en fi, mada es exces vo, pero, Bueto, po e0 no ana muy bien (Ora), Luego del éxito muy reat, y es un eufemism, de Ie coleecin Rue Ravine, lavas por Fragoise Verny (Le Canard enchains, 1988), Con una fiecuencin mucho menor, eneontraos un abanico variado de distorsiones en la adecuacin de la palabra ela. cosa que denomina, figuras de palabras “des- plazadas” fuera de su lazo “normal” al plano de las co- sas, en la metifor, “la analogs", ls aniasis ‘Separscionesinsincionalidas como las guavas ys equivalents, que son elementos may imponants ue po ramos lamar anipsekicos en in, entre commis Es un poco metafrio logue igo Entre cml, entonces, es pect del ni coma respect de la mae, (Contre). ‘A e¢ un hombre, por ablar en anitass, de una... cor tesla exqise.(Coaverssién © bien de palabras desplazadas, en el plano de las pa- Jabras, fuera de su ambiente “normal”, y asociadas en

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