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Sistema Educativo Universitario Azteca

Instituto De Estudios Superiores Sor Juana


Inés De La Cruz

Respuesta Sexual Humana

Melissa Guadalupe avalos Gómez

Universidad Azteca Reforma Chiapas.

Quinto semestre grupo “C”,

Catedrático: Alexis Raúl Genovés Mendoza

A la fecha 20 de noviembre del 2021


Contenido
Introducción..................................................................................................................................3
TEORÍAS SOBRE LA RESPUESTA SEXUAL HUMANA..........................................................4
El modelo lineal de Masters y Johnson....................................................................................4
EL MODELO CÍCLICO DE LA RESPUESTA SEXUAL FEMENINA DE BASSON............5
CAMBIOS FISIOLÓGICOS ASOCIADOS A LA RESPUESTA SEXUAL............................7
MECANISMOS FISIOLÓGICOS DE LA RESPUESTA SEXUAL.........................................8
Conclusión..................................................................................................................................13
BIBLIOGRAFÍA..........................................................................................................................14

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Introducción
La respuesta sexual humana es el conjunto de cambios físicos y hormonales que
experimentan los seres humanos ante el estímulo sexual.

Fue estudiada por los célebres William Masters, ginecólogo, y Virginia


Johnson, sexóloga, que describieron cuatro fases, a las que
nombraron: excitación, meseta, orgasmo y resolución.

LA SEXUALIDAD, al margen de la erección y lubricación incrementa la sensación


de salud percibida, una cuestión psicológica que incide en el estado físico del
individuo.

La respuesta sexual humana se caracteriza por una secuencia bien definida


de ETAPAS que se pueden expresar de forma diferente en el HOMBRE y en
la MUJER.
Para cada una de estas etapas existen una serie de CAMBIOS
PSICOFISIOLÓGICOS.

Constituye una experiencia sumamente compleja en la que la valoración subjetiva


del placer es lo fundamental y este no tiene por qué correlacionarse con la
intensidad objetiva de los cambios fisiológicos. Está influida por la integración de
factores orgánicos, circunstanciales y elementos cognitivos.

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TEORÍAS SOBRE LA RESPUESTA SEXUAL HUMANA
El modelo lineal de Masters y Johnson
A lo largo de los últimos años han
aparecido diferentes modelos para
definir la respuesta sexual humana. A
principios de la década de 1950, Masters
y Johnson, tras estudiar la fisiología y
psicología sexual humana, desarrollaron
el modelo sexual lineal tanto para
hombres como para mujeres, con
estadios secuenciales de excitación, meseta, orgasmo y resolución.

La respuesta sexual humana fue estudiada por primera vez por Masters y


Johnson, cuando publicaron en 1966 sus, en aquella época, controvertidos
estudios. Masters y Johnson establecieron cuatro fases principales: excitación,
meseta, orgasmo y resolución durante los cuales se producían diversas
reacciones psicofisológicas en el cuerpo humano de manera diferenciada para
hombres y mujeres. No obstante, no fue hasta 1979 cuando se introdujo por parte
de Helen Singer Kaplan una fase previa, el deseo sexual, la cual es aceptada
actualmente por toda la comunidad científica.

Masters y Johnson dividieron el patrón básico de respuesta sexual en cuatro


fases, aunque tal división en periodos no suele producirse de forma tan
diferenciada y cuya duración y delimitación de cada una varía mucho de unas
personas a otras, y de una situación a otra:

 Excitación: se desencadena en respuesta a una estimulación táctil o de


carácter cognitivo. Si la estimulación resulta adecuada, esta fase es breve y
en su transcurso la tensión sexual asciende rápidamente. En caso
contrario, su duración puede prolongarse en exceso o interrumpirse de
forma más o menos abrupta.

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 Meseta: la pulsión sexual siguen aumentando durante un periodo de tiempo
variable, hasta alcanzar su clímax justo antes del orgasmo. La duración de
este estadio depende de múltiples factores. Algunas veces esta situación
no se resuelve de forma adecuada y no se alcanza el orgasmo; en tales
circunstancias, la tensión se desvanece lentamente en la fase de
resolución.
 Orgasmo: durante los pocos segundos que dura, se produce la liberación
de la tensión acumulada. Básicamente, esto se concreta en una secuencia
de espasmos rítmicos y de carácter múltiple, que afectan
fundamentalmente a la musculatura pubococcigea.
 Resolución: órganos y tejidos recuperan progresivamente su tono habitual.
En el hombre, el orgasmo se sigue de un periodo refractario de baja o nula
reactividad a la estimulación sexual.

EL MODELO CÍCLICO DE LA RESPUESTA SEXUAL FEMENINA DE


BASSON
Rosemary Basson plantea un modelo circular con necesidad de intimidad
emocional donde serían importantes los condicionantes psicológicos para la
satisfacción. El ciclo de respuesta sexual sería: Intimidad- Estimulación-
Excitación- Deseo. Sin intimidad, no hay deseo. Se preocupa por la diferencia del
deseo femenino. Según ella, las mujeres se interesarían por involucrarse en la
relación sexual después de la estimulación, sentirían más deseo tras la excitación

y viceversa.

El modelo refiere que, aunque en las mujeres cabe la posibilidad de que exista
un deseo que provoque cierta predisposición sexual, aunque más frecuentemente,
puede darse una postura sexual neutra, una predisposición a realizar una

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actividad sexual que, si los estímulos emocionales y cognitivos son suficientes y
adecuados, produce el paso de la neutralidad a la excitación y el deseo,
aumentando así la motivación sexual.

La satisfacción y el placer sexual se consiguen con orgasmo o sin él, existiendo


otros aspectos subjetivos no estrictamente sexuales de importancia relevante para
la mujer en cuestión, como la comunicación en y con la pareja, la intimidad y la
expresión de afecto, junto con la sensación final de relax y/o bienestar.

Aunque puede parecer que este modelo de la respuesta sexual femenina se de en


la mayoría de mujeres, observamos en la clínica diaria que se observa
generalmente en mujeres con pareja estable, incluso en parejas estables en
muchas ocasiones la respuesta sexual femenina puede adoptar una respuesta
sexual lineal, incorporando al modelo de Masters y Johnson la fase de deseo, tal y
como sugiere H. Singer Kaplan.

El modelo refiere que, aunque en las mujeres cabe la posibilidad de que exista
un deseo que provoque cierta predisposición sexual, aunque más frecuentemente,
puede darse una postura sexual neutra, una predisposición a realizar una
actividad sexual que, si los estímulos emocionales y cognitivos son suficientes y
adecuados, produce el paso de la neutralidad a la excitación y el deseo,
aumentando así la motivación sexual.

La satisfacción y el placer sexual se consiguen con orgasmo o sin él, existiendo


otros aspectos subjetivos no estrictamente sexuales de importancia relevante para
la mujer en cuestión, como la comunicación en y con la pareja, la intimidad y la
expresión de afecto, junto con la sensación final de relax y/o bienestar.

Aunque puede parecer que este modelo de la respuesta sexual femenina se de en


la mayoría de mujeres, observamos en la clínica diaria que se observa
generalmente en mujeres con pareja estable, incluso en parejas estables en
muchas ocasiones la respuesta sexual femenina puede adoptar una respuesta
sexual lineal, incorporando al modelo de Masters y Johnson la fase de deseo, tal y
como sugiere H. Singer Kaplan.

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CAMBIOS FISIOLÓGICOS ASOCIADOS A LA RESPUESTA
SEXUAL
Los cambios fisiológicos más notorios y característicos tienen lugar en los órganos
genitales, aunque en realidad la respuesta sexual es una auténtica respuesta
integrada que implica al conjunto del organismo. Todos nuestros órganos y
sistemas modifican en diversa medida su estado funcional durante ella. Estos
fenómenos fisiológicos bastante constantes y similares en ambos sexos e
independientes del método de estimulación, se suelen agrupar en tres fases
principales

La fase de excitación es similar en los dos sexos y está caracterizada por


fenómenos de vasodilatación con aumento del aporte de sangre a los órganos
sexuales. Durante esta fase, se produce la lubricación vaginal por ultrafiltración a
través del epitelio vaginal de plasma sanguíneo del plexo subepitelial
intensamente dilatado. Su utilidad es facilitar la penetración y los movimientos del
pene y neutralizar el pH vaginal (normalmente ácido) para permitir la supervivencia
de espermatozoides.

En la fase del orgasmo hay diferencias intersexuales en lo que a frecuencia se


refiere: casi todos los hombres alcanzan el orgasmo, pero en un elevado
porcentaje de mujeres sanas la respuesta orgásmica es menos frecuente durante
el coito. Una vez que se produce, no hay grandes diferencias. Durante el orgasmo,
se producen contracciones intermitentes de la musculatura lisa genital y
esquelética.

La fase de resolución consiste en el retorno a los niveles funcionales iniciales con


reducción de la congestión pélvica y relajación muscular. Se acompaña de un
período refractario, de varios minutos de duración, en el que es difícil tener un
nuevo orgasmo. Esto es habitual en el hombre; en las mujeres puede haber un

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nivel elevado de excitación sobre el que se pueden superponer orgasmos
adicionales si persiste la estimulación.

Además de los cambios en los órganos genitales, se producen cambios en


otros aparatos:

 Aumento de la frecuencia cardíaca (100-130 lpm).


 Aumento de la presión arterial (150-180 mmHg de presión sistólica).
 Aumento de la vasopresina, durante la excitación, la oxitocina durante el
orgasmo y la prolactina tras éste.

MECANISMOS FISIOLÓGICOS DE LA RESPUESTA SEXUAL


La conducta sexual además de ser esencial para la supervivencia de la especie
representa una fuente primordial de gratificación para el individuo y un vehículo
importante de comunicación afectiva. Sus trastornos pueden ser causa de
infelicidad, frustración y deterioro de relaciones interpersonales. La mayoría de
estas alteraciones pueden ser aliviadas eficazmente mediante diversas terapias
que exigen el conocimiento de la fisiología sexual y sus anomalías. Por otra parte
muchos procesos patológicos no primariamente sexuales conllevan con
frecuencia, sea como síntoma o como complicación de su tratamiento, la aparición
de alteraciones de la función sexual. El conocimiento de sus mecanismos permite
su prevención y tratamiento.

La conducta sexual conlleva junto a una compleja interacción de factores


intrapsíquicos, interpersonales y sociales que intervienen en su iniciación y
mantenimiento, cuyo examen queda fuera de los objetivos de este capítulo, una
expresión psicofisiológica característica. Se trata de un conjunto de cambios
físicos y mentales que constituyen la llamada respuesta sexual. Ésta consiste en
una serie de cambios hemodinámicos, neurales y hormonales que afectan
especialmente al funcionamiento de los órganos genitales y al cerebro, así como
en grado diverso, a la totalidad del organismo. La respuesta sexual se suele
describir de forma resumida y breve como una secuencia cíclica de etapas o fases

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características que se facilitan, refuerzan o inhiben entre sí. Se comentan de
manera breve los principales fenómenos fisiológicos que las caracterizan.

Un estímulo erótico condiciona una descarga nerviosa en el cerebro que se libera


de los circuitos inhibidores a los centros medulares responsables de la
intumescencia genital: el dorsolumbar, a nivel de D11-L2, interviene por fibras
simpáticas cuando hay un estímulo psíquico activando el plexo hipogástrico, los
nervios cavernosos y el tejido peneano; el sacro (S2-S4) responde a una
estimulación genital directa. Ambos estímulos evolucionan sinérgicamente para
producir la intumescencia genital: se consigue por inducción cerebral y se
mantiene durante el acto sexual por el contacto y el arco reflejo sacro. Las
órdenes nerviosas producen una vasodilatación cuya consecuencia es la erección
del pene y la lubricación de la vagina.
La actividad sexual depende de los niveles sanguíneos de ciertas hormonas 9,
aunque el papel exacto de cada una de ellas sigue estando poco claro y son
necesarios más estudios:
 Andrógenos: en el hombre, la testosterona desempeña un papel
importante en el mantenimiento del interés y la función sexuales.
Durante la pubertad hay una clara asociación entre la elevación de los
niveles y el interés y actividad sexuales. Con el envejecimiento
disminuyen los niveles circulantes de testosterona paralelos al
declinar de la función sexual. En la mujer también desempeñan un
papel en la motivación sexual pero la evidencia es inconsistente y a
veces contradictoria. Sus efectos fácilmente se ven interferidos por
factores afectivos (el ánimo, la energía, el bienestar, otros
mecanismos psicológicos) y por la actuación conjunta de otras
hormonas. Los niveles de testosterona aumentan durante la fase
folicular y llegan al máximo aproximadamente en el tercio medio del
ciclo, disminuyendo durante el tercio final. El interés sexual es, en
algunas mujeres, mayor durante la fase folicular o alrededor de la
ovulación, pero hay variaciones individuales considerables. A lo largo

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del ciclo se producen otros muchos cambios hormonales que parecen
relacionarse. Se ha encontrado de forma recurrente menor actividad
sexual durante la fase menstrual, pero esto no significa
necesariamente que la excitación sexual sea menor en esta fase. En
este caso, parece haber otras explicaciones no hormonales. También
disminuyen el interés sexual y el disfrute durante la lactancia materna,
momento en el que los niveles de testosterona son menores.
En ambos sexos hay un umbral superior de dosis-respuesta por debajo del que
hay una relación directa entre la dosis de testosterona y la respuesta sexual, pero
por encima del que no se produce un aumento significativo de la motivación
sexual. El tratamiento con antiandrógenos disminuye el interés y la actividad
sexual en ambos sexos.
 Estrógenos: los estrógenos exógenos tienen un efecto negativo en la
sexualidad de los hombres, disminuyen el interés y la respuesta
sexuales, de forma similar a lo que encontramos en los hombres con
hipogonadismo. En las mujeres no está claro si tienen un efecto
directo en el interés y la excitación sexuales. Sí desempeñan un
importante papel en el mantenimiento del buen estado trófico de la
vagina. Su déficit se acompaña de disminución del grosor del epitelio
vaginal y de su capacidad de lubricación. En algunos estudios se ha
observado que el etinilestradiol tiene relación con el interés sexual, el
disfrute, la frecuencia orgásmica e incluso el ánimo (sensación de
bienestar) y parece que el efecto es dosis dependiente.
 Oxitocina:en estudios animales induce la erección mediante un
mecanismo dependiente de la testosterona. Sus niveles plasmáticos
aumentan en hombres y mujeres durante la actividad sexual
alcanzándose valores máximos en el orgasmo 10. Los autores piensan
que la oxitocina desempeña un papel facilitador en el transporte del
esperma y del huevo al aumentar la contractilidad del músculo liso del
tracto reproductivo.

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 Betaendorfina: tiene efectos sexuales inhibidores que son dosis-
dependientes y varían según la zona del cerebro en la que actúe,
pudiendo inhibir la activación de la secuencia consumatoria del acto
sexual o la fase inicial de apetito sexual. Dosis bajas tienen un efecto
facilitador y dosis altas, un efecto inhibidor. Por el contrario, los
inhibidores de los opiáceos, como la naloxona, intensifican el placer
en dosis bajas y ejercen un efecto opuesto cuando se administran en
dosis más altas. Pero son necesarios más estudios que muestren
cuáles son los efectos de los opioides endógenos al interactuar con
los esteroides gonadales.
 Prolactina: en los hombres, la hiperprolactinemia produce
disminución del interés sexual y de la respuesta eréctil. En las
mujeres, puede contribuir a la sequedad vaginal y la dispareunia como
consecuencia de la privación estrogénica asociada. Se ha observado
una elevación de sus niveles tras el orgasmo, tanto en hombres como
en mujeres, y se ha postulado que puede actuar con un mecanismo
de feedback negativo en el período refractario.
Hay otras sustancias, como la serotonina y la dopamina, cuya actividad parece
que también influye en algún aspecto de la excitación sexual, pero hasta el
momento no se ha concretado.
Por lo tanto, parece que la respuesta sexual en los hombres se aproxima al
modelo lineal y se ve influenciada claramente por los andrógenos, concretamente
por la testosterona. En las mujeres, esta respuesta sigue más el modelo cíclico, en
el que influyen factores hormonales y emocionales con una correlación intensa. El
peso hormonal es muy controvertido y son necesarios más estudios que lo
clarifiquen.
Las respuestas emocionales en una relación sexual las producimos nosotros, que
sentimos, valoramos e interpretamos nuestro placer y gratificación amorosa.
La interpretación que hacemos de los estímulos como excitantes provoca la
secreción de las hormonas sexuales.

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Un orgasmo es la contracción de los músculos de la zona pélvica que rodea los
genitales, acompañada de una sensación subjetiva de placer. Es una sensación
personal e intransferible.

A nivel fisiológico, el orgasmo femenino está marcado por contracciones rítmicas y


simultáneas del útero, la plataforma orgásmica, el esfínter rectal y el músculo
pubococcígeo. A partir de cierto grado de excitación, el clítoris hace intervenir un
arco reflejo que traslada la excitación clitoridiana a los músculos que rodean la
vagina. Éstos se contraen y provocan en la musculatura de la pelvis inferior y de la
zona perianal los movimientos espasmódicos del orgasmo.

El orgasmo es la respuesta total del organismo: se intensifican los cambios


cardiacos, respiratorios, musculares y también hay cambios en los índices y en la
tipología de las ondas cerebrales (que demuestra que la actividad mental es
notable).
A nivel fisiológico, el orgasmo masculino se desencadena a través de las
contracciones del pene, uretra y esfínter, la eyaculación y la contracción del
esfínter del recto y de los músculos alrededor de la base del pene.

La eyaculación es fisiológicamente un proceso distinto al del orgasmo; se puede


experimentar la sensación orgásmica sin eyacular y viceversa

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Conclusión
La sexualidad forma parte de la salud integral y de la personalidad de todo ser
humano. Para nuestro pleno desarrollo físico y emocional, todos necesitamos la
satisfacción de necesidades básicas como el deseo de contacto, de intimidad, de
expresión emocional, de placer y de amor.

La respuesta sexual es la forma de responder ante los estímulos que provocan el


deseo, tanto desde un punto de vista físico, como desde un punto de vista más
íntimo y personal.

La duración varía según cada persona y cada momento, pudiendo no producirse


alguna de las fases. Puede haber personas que no tengan deseo sexual o que no
lleguen al orgasmo, pudiendo igualmente obtener mucha satisfacción.

A grandes rasgos podemos afirmar que la excitación sexual femenina está


modulada por pensamientos y emociones desencadenadas por el estado de
excitación sexual.

A pesar de que estas fases de deseo sexual no tienen aparentes cambios físicos
en el cuerpo humano, sí posee un alto componente emocional y psicológico
siendo fuente de muchos de los problemas sexuales actuales. La falta de deseo
sexual o desinhibición sexual es un problema que afectan tanto a mujeres como a
hombres, pero que hoy en día cuenta con terapias especializadas e incluso
productos que fomentan la aparición de la libido sexual.

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BIBLIOGRAFÍA
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