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Primer Borrador1

LA DIFÍCIL RELACION ENTRE LA EDUCACIÓN Y LA ECONOMIA

Por: Dr. Rolando Morales Anaya

Trabajo realizado en el marco del programa de investigaciones de

Ciess-Econométrica (Bolivia)2

La Paz, Mayo 2004

1
Son bienvenidos los comentarios
2
www. Ciess-econometrica.com.bo

1
Contenido

Introducción ............................................................................................................................ 3
Educación y trabajo ................................................................................................................ 3
Educación y la probabilidad de conseguir trabajo .............................................................. 4
Educación e ingresos laborales ........................................................................................... 6
La discriminación en el mercado del trabajo ...................................................................... 6
Desigualdad actual y desigualdad previa................................................................................ 8
Financiamiento de la educación ........................................................................................... 10
Pensum y oportunidades laborales. Una mirada al futuro .................................................... 11
La orientación de la educación ......................................................................................... 11
Educación humanística o técnica ...................................................................................... 12
La calidad de la enseñanza ............................................................................................... 13
A manera de conclusión. Hacia una política pública integradora de la educación .............. 14
Un país que no asume el mestizaje ................................................................................... 14
Discriminación cultural y mercado................................................................................... 15
Un país que no valora el conocimiento ............................................................................ 15
Un nuevo liderato para la educación ................................................................................ 15
Bibliografía ........................................................................................................................... 17

2
Introducción

El presente trabajo tiene como objetivo poner en la mesa de discusión la difícil relación
existente entre educación y economía en Bolivia. Se inicia la discusión mostrando las
sorprendentes relaciones existentes entre educación y trabajo, se continúa poniendo en
evidencia el problema de la discriminación. Se introduce el tema de la desigualdad actual y
de la que tiene orígenes intergeneracionales. Se muestra los problemas de financiamiento
del sector que se constituyen en obstáculos para una política educativa que promueva la
equidad. En la conclusión se desarrolla el tema de la educación y la política. En este trabajo
se incluye varios temas polémicos con el propósito de incitar a la discusión.

Educación y trabajo

Uno de los más importantes supuestos de la relación entre la educación y el mercado del
trabajo es que las personas con mayor educación tienen mayor probabilidad de conseguir
empleo y, una vez empleados, tienen mayor probabilidad de tener mejores remuneraciones.

Este supuesto se apoya en dos hipótesis. La primera afirma que los rendimientos laborales
de los trabajadores aumentan con la educación debido a la adquisición de competencias
laborales específicas pero no sólo por ello. Se supone, además, que la educación genera en
el individuo la capacidad de razonar para hacer frente a situaciones imprevisibles y, algo
muy importante en la vida laboral, la educación generaría una mayor capacidad de
ordenamiento de tareas y tiempos dando como resultado el incremento de la productividad
del trabajador. La productividad laboral es, en esta hipótesis, importante para explicar la
probabilidad de tener empleo y el nivel de remuneración correspondiente.

La otra hipótesis, muy popular entre los economistas, fue enunciada por Arrow (1973) bajo
el nombre de la hipótesis del descreme. Según ella, los empleadores escogen de una lista de
candidatos a ocupar un puesto al que mejor credenciales educativos pueda mostrar basados
en la idea de que los que han podido completar más grados educativos o académicos son
aquellos que tienen más disciplina y voluntad para lograr un cometido. En esta hipótesis
entra la consideración de los rendimientos laborales sólo en forma indirecta. La hipótesis
del descreme es importante para explicar la probabilidad de tener empleo, pero no tanto
para explicar el nivel de remuneración del trabajador.

Ambas hipótesis han sido enunciadas para mercados laborales que funcionan según el
supuesto de la libre competencia con información perfecta. En ese marco no han sido
objeto de mayores polémicas. Mas, cuando esas condiciones no se presentan, es interesante
discutir sobre las causas que permiten que no haya una asociación estrecha o que no ésta no
tenga la dirección esperada entre educación, probabilidad de conseguir empleo y nivel
salarial.

3
Educación y la probabilidad de conseguir trabajo

En Bolivia, las encuestas de hogares que el INE realiza bajo el nombre de MECOVI desde
1999 han puesto en evidencia la relación inversa que existe entre educación y probabilidad
de conseguir empleo: cuánto más años de instrucción tiene el trabajador menores son sus
probabilidades de conseguir empleo. Esta es una afirmación fuerte y grave que necesita ser
ilustrada y explicada.

En primer lugar, obsérvese con detenimiento el Cuadro 1. Este cuadro contiene los
promedios de años de instrucción para diferentes categorías laborales para la población de
15 a 65 años de edad. Obsérvese en la última columna que los inactivos tienen más años de
escolaridad que los activos. Una persona es inactiva si no trabaja ni busca trabajo; entre los
inactivos se incluye a los estudiantes, jubilados, amas de casa y otros. Los activos son
aquellos que tienen un trabajo o que buscan activamente un empleo. En el caso de Bolivia y
otros países latinoamericanos muchas personas que se declaran inactivos en realidad son
desocupados para los que la dificultad de encontrar empleo los ha desanimado de seguir
buscándolo. La penúltima línea de este cuadro muestra que entre los activos, los
desocupados tienen 2 años más de instrucción que los ocupados. La última línea de este
cuadro muestra que juntando a inactivos con desocupados, su nivel promedio de educación
es también más alto que el de los ocupados.

Cuadro 1. Años promedio de instrucción según situación laboral


Situación Desocupado Ocupado Total
laboral
Inactivo 10.1 10.1
Activo 10.4 8.4 8.7
Total 10.2 8.4 9.3
Fuente: Ciess-Econométrica con base en la MECOVI 2000

La información de este cuadro que se repite de encuesta en encuesta muestra que una parte
significativa del acervo educativo que con mucho esfuerzo Bolivia está adquiriendo se
encuentra inutilizado. Esta es una constatación muy preocupante.

Cabe hacer mención en este marco de reflexión e información que la estimación de


modelos econométricos para explicar la probabilidad de conseguir trabajo muestra que esta
depende entre otras variables, de los años de instrucción, pero en forma inversa a la
esperada, es decir, cuanto más años de instrucción tiene el trabajador menores son sus
chances de conseguir empleo. En la estimación realizada por Morales R.(2004), la
probabilidad depende de los años de instrucción, de la edad, del sexo y del lugar de
residencia. Todas estas variables son estadísticamente significativas, mas, en conjunto su
poder de explicación de la probabilidad de conseguir trabajo es relativamente pequeña. Esta
última observación sugiere que hay otras variables que son más importantes para explicar
esta probabilidad. Posiblemente, algunas de ellas no pueden ser observadas a partir de una
encuesta de hogares.

4
Se puede emitir diferentes hipótesis para explicar la relación inversa entre años de
escolaridad y probabilidad de conseguir empleo observadas en Bolivia, la mayor parte de
ellas en el marco de fallas en el mercado del trabajo. Estas fallas se refieren a: información
imperfecta, clientelismo y discriminación.

La información imperfecta se refiere a dos niveles: la información con relación a las


demandas de empleo y la información con relación a las cualidades o habilidades que
proporciona la educación al trabajador. En el primer nivel, la ausencia de un verdadero
mercado de trabajo donde se confronten demandas y ofertas puede llevar a los empleadores
a buscar trabajadores en los círculos estrechos de sus conocidos y por lo tanto a decisiones
erróneas el momento de contratarlos. El segundo nivel plantea el supuesto que los
empleadores desconocen (o desconfían de) la cualidad o habilidad que la educación puede
proporcionar. Llevando esta idea más lejos, se puede suponer, incluso, que la sociedad
comparte ese desconocimiento (o desconfianza).

El problema del clientelismo en el sector público y en el privado es recurrente cuando se


habla de empleo y educación en la América Latina. Se refiere a que el sector público
contrata a trabajadores de la afiliación política del partido de gobierno 3 independientemente
de su calificación. Aplicado al sector privado, esta práctica implica que los empleadores se
mueven en el entorno de sus familias y amigos. ¿Pero por qué actúan de esa manera?, La
pregunta es pertinente pues se supone que este sector busca maximizar sus beneficios y esto
puede hacerlo mejor contratando trabajadores con buenos niveles educativos con el mismo
salario que les cuesta trabajadores con menor formación. Las explicaciones dadas
anteriormente pueden contribuir a dar una respuesta a esta pregunta. Pero, vale también la
pena mencionar otro hecho que puede contribuir a comprender esa actitud: la desconfianza.
La desconfianza sobre la honradez del trabajador y sobre sus cualidades y habilidades lleva
a los empleadores a buscar empleados en los círculos pequeños de sus amistades. En
términos económicos, el factor riesgo haría parte de la función de demanda de trabajo y
tendría una ponderación relativamente elevada llevando a desplazar de la posible elección a
trabajadores con buenos niveles educativos pero desconocidos del círculo del empleador.
Cabe señalar que en el caso de Bolivia, no existe razones objetivas suficientes para
desconfiar de la honradez de los trabajadores, todo lo contrario, en el concierto
internacional, es uno de los países más seguros en esta materia. La desconfianza, según la
opinión de Fukuyama, está fuertemente asociada a bajos niveles nacionales de acervo
educativo. Las comunidades con bajos niveles globales de educación tenderían a mostrar
mayores niveles de desconfianza sobre lo desconocido que sus pares con mayores niveles
educativos.

¿Pero, qué es lo “desconocido” en Bolivia?. Desde el punto de vista patronal (y quizás


nacional) lo desconocido es lo indígena. Los patrones desconfían de las personas que
declaran pertenecer a una de las culturas indígenas. El problema de la discriminación al
cual da lugar ese miedo por lo desconocido es enorme y es uno de los problemas más serios
del mercado del trabajo y de la relación entre trabajo, educación e ingresos laborales.

3
Y de otros partidos con los cuales llega a transar para asegurar acuerdos de gobernabilidad

5
Antes de entrar al tema de la discriminación, conviene dejar planteadas otras dos
interrogantes. ¿la relación inversa entre educación y probabilidad de conseguir empleo se
basa en la estructura de la producción, y en consecuencia, de la demanda de empleo, que no
requiere trabajadores educados?, ¿el país (no solamente los empleadores) valora la
educación y el conocimiento como factores productivos?

Educación e ingresos laborales

Desde hace mucho tiempo que los economistas observaron una estrecha relación entre
ingresos laborales y años de educación. En los últimos 30 años, desde el trabajo pionero de
Mincer (1974), se han proliferado los modelos econométricos dando cuenta de esta
relación. En Bolivia, diferentes estudios4 han estimado el modelo original de Mincer o
alguna de sus variantes mostrando todos ellos que los ingresos laborales aumentan con los
años de escolaridad, sobre todo terminada la primaria.

Un estudio reciente (Morales R.2004) ha concluido que limitando la edad de los


trabajadores al rango 15-65 años, los ingresos laborales aumentan en un 21.57 por ciento
por año de escolaridad.

Estas conclusiones son sorprendentes teniendo en cuenta lo desarrollado anteriormente en


lo que concierne la probabilidad de conseguir empleo. ¿Se podría suponer que las personas
con mayores niveles de educación aceptan un puesto de trabajo sólo si está acorde con sus
pretensiones saláriales? – Si fuese así, ¿cómo asumen sus gastos corrientes durante el
tiempo que dura su situación de desempleo?. Suponiendo que sus ahorros no sean
suficientes para permitirles una duración muy larga de desempleo, normalmente deberían
rebajar sus pretensiones saláriales. Se supone que los empleadores reaccionarían
positivamente frente a este cambio, contratando a trabajadores con mayor calificación por
la misma remuneración que pagaban a los trabajadores con menor calificación. Si fuese así,
no habría la relación inversa entre educación y probabilidad de conseguir trabajo observada
anteriormente. Luego, o los trabajadores con mayor nivel de educación tienen fuentes de
ingresos que les permiten hacer frente a situaciones de desempleo (lo que es poco probable)
o los empleadores (de los sectores público y privado) no reaccionan favorablemente ante la
disminución de las pretensiones saláriales de los trabajadores con mayores niveles de
educación.

La discriminación en el mercado del trabajo

El razonamiento anterior no podría estar completo si no se hace mención a un factor


importante en la formación de los salarios: la estructura social que da lugar a la
discriminación cultural y de clase social existente en Bolivia.

4
Ver por ejemplo, Criales S.(), Padrón F. (2004),

6
Diferentes estudios han observado este fenómeno5. En el estudio realizado por Morales R.
(2004), se ha añadido a la ecuación de Mincer una ecuación que da cuenta de la
probabilidad de llegar a un cierto grado de educación sobre la base de las características de
las familias en un sentido similar al propuesto por Bourguignon F. (2003) y se ha
introducido un tratamiento especial el tema de discriminación social.

La discriminación a la cual hacen referencia muchos autores se refiere a la de pertenencia


cultural o la mal llamada pertenencia étnica. Mas, el tema de la pertenencia cultural es
delicado a tratar desde el punto de vista estadístico en un país con un alto grado de
mestizaje cultural. En la mayor parte de los trabajos que incluyen este tema para explicar la
conformación de salarios, se define una variable dicotómica que distingue a la población
originaria de la que no es con base en el idioma en que aprendió a hablar, que habla más
frecuentemente o en la auto-declaración de pertenencia. Sin embargo, las respuestas a estos
items en las encuestas MECOVI son ampliamente divergentes planteando un serio
problema para la identificación dicotómica. Se puede suponer que estas divergencias sean
explicadas, por lo menos parcialmente, por el lugar en que cada cual se concibe en la
pirámide social: los más ricos y educados se sitúan en la cúspide de la pirámide y los más
pobres y con poco bagaje educativo en la base de ella. Teniendo en cuenta estos
razonamientos, se ha introducido en el modelo de Mincer una relación instrumental que
permite endogeneizar la variable declaración de pertenencia cultural por medio de las
siguientes variables instrumentales: máximo nivel educativo de los padres, idioma en que
aprendió a hablar e idioma que habla actualmente. En forma subyacente a esta inclusión
está el supuesto de que dicha declaración depende también del ingreso.

Introduciendo además en el modelo variables relativas a la calidad de las tierras, el modelo


estimado por Morales R.(2004) pone en evidencia de que el ingreso laboral de una persona
que se identifica con alguna de las culturas originarias llega a ser un 65 por ciento inferior
al de las otras personas controlando por educación, edad y medio físico.

En este modelo, el ingreso laboral aumenta con los años de instrucción, pero, para la
población originaria el aumento es menor. Por ejemplo, el ingreso laboral de un trabajador
originario con 18 años de instrucción es más o menos equivalente al de un trabajador no
originario con 12 años de instrucción. La brecha esperada de ingresos laborales entre ambos
tipos de trabajadores está ilustrada en la Figura 1.

5
Ver por ejemplo, Patrinos (), Andersen L.(2003)

7
Figura 1. Ingresos laborales según años de instrucción

Ingresos laborales según años de instrucción

12000

10000

8000

No originario
6000
Originario

4000

2000

0
0 5 10 15 20 25

Parecería, en consecuencia, que muchas de las preocupaciones e interrogantes señaladas


anteriormente en lo que concierne a la relación entre trabajo, probabilidad de conseguir
empleo y nivel de remuneración laboral estarían explicadas por el problema de la
discriminación cultural y de clase social.

El resultado anterior lleva a una fuerte crítica a la conformación de la sociedad boliviana y


permite comprender el estado de descontento manifestado por grandes grupos
poblacionales. Sin embargo, también tiene un mensaje positivo: la educación es un
importante elemento de movilidad intergeneracional.

Desigualdad actual y desigualdad previa

En la anterior sección se ha mostrado que la educación es un importante factor en la


determinación de los salarios y en la movilidad social pero que el nivel de salarios se
encuentra afectado por la desigualdad de oportunidades entre personas originarias y las que
no lo son. En esta sección se discutirá algunos aspectos relativos a la desigualdad en la
distribución del acervo educativo en su presentación actual y en sus raíces
intergeneracionales que no han podido ser superadas por las políticas públicas.

La desigualdad en la distribución del acervo educativo tiene una importancia relativa


similar a la de la distribución de ingresos. Para medir la desigualdad de una distribución
con frecuencia se utiliza el índice de Gini, el que se acerca a 1 cuando la desigualdad es
grande y es próximo a cero cuando la desigualdad es pequeña. El Cuadro 2 muestra el valor
del índice de Gini para la distribución de ingresos y para la distribución de los años de
educación. Obsérvese que en materia de desigualdad de ingresos Bolivia ocupa el sexto
lugar en orden decreciente en la América Latina y en materia de educación ocupa el 5º
lugar.

8
Cuadro 2. Indices de Gini para los ingresos y para la educación alrededor del año
2000 en A.L.
(en porcentaje)

Índice de Gini para Indice de Gini para


ingresos educación

1 Brazil 59.0 1 Guatemala 61.8


2 Guatemala 58.3 2 Nicaragua 48.3
3 Colombia 57.6 3 Honduras 47.7
4 Chile 57.1 4 El Salvador 47.3
5 México 54.6 5 Bolivia 42.5
6 Bolivia 53.6 6 Brasil 41.1

La desigualdad en la distribución de la educación es una de las determinantes (juntamente


con la discriminación cultural) de la desigualdad en la distribución de los ingresos.

El problema que debe preocupar a este respecto es que la desigualdad en la distribución de


la educación parece ser bastante difícil a ser disminuida debido a la importancia de algunos
factores de carácter situacional e intergeneracional que pareciera predominan sobre las
políticas públicas orientadas a ofrecer las mismas oportunidades educativas a todos.

En este campo, una primera interrogante se plantea con relación a los factores que
determinan que los niños y jóvenes asistan a algún centro de enseñanza, que paralelamente
trabajen o que solamente se dediquen a esta última actividad. Morales R. (2004) ha
estimado un modelo para dar cuenta de las probabilidades de estas diferentes
combinaciones sobre la base de variables de circunstancias o de contexto, de la situación
educativa y patrimonial del hogar, del esfuerzo del niño o joven, de las facilidades de
acceso a los servicios públicos y de su localización y de las condiciones del mercado del
trabajo. La conclusiones a las que llega son: las variables relativas a las circunstancias o de
contexto, geografía y origen cultural así como las variables relativas a la situación
educativa y patrimonial del hogar cuentan en forma importante en la decisión del niño o
joven de estudiar y/o de trabajar. Ello sugiere naturalmente que: 1) El nivel educativo del
medio sociocultural y familiar tiene grandes probabilidades de reproducirse a lo largo de
varias generaciones, 2) las políticas públicas no han sido capaces de disminuir la
desigualdad de oportunidades de estudio de niños y jóvenes que crecen en medios físicos,
culturales y familiares diferentes. El esfuerzo del niño o del joven y el acceso a los
servicios públicos son también factores que contribuyen a la escolaridad y en consecuencia
a la movilidad social, mas, requieren de mayor atención para que cumplan su cometido.

En una investigación sobre el desarrollo físico de los niños, Morales R., Aguilar A.M. y
Calzadilla A. (2004) mostraron que su estado nutricional estaba también fuertemente
determinado por variables de contexto (geografía, cultura), familiares (antropometría de la
madre, educación, patrimonio) y por el acceso a los servicios públicos. En este campo, así

9
como en el de la educación, la investigación mostró que el desarrollo de los niños tenía
fuertes componentes intergeneracionales por lo que la situación de desnutrición en grandes
sectores de la población corría el riesgo de reproducirse a lo largo del tiempo. La
desnutrición a su vez puede convertirse en un factor negativo en la escolaridad de los niños.
Y, estos ( o éstas) a su vez, cuando sean adultos corren el riesgo de tener también niños
desnutridos. Este círculo vicioso puede terminarse haciendo un fuerte hincapié en las
variables de política pública que además intervienen en la determinación de esta variable,
particularmente, en educación y acceso a otros servicios básicos.

Financiamiento de la educación

El Cuadro 3 pone de manifiesto el importante desafío que tiene Bolivia en materia de


financiamiento de la educación en su proyecto de aumentar al 70 o al 80 por ciento la tasa
de término de la primaria. Este cuadro ha sido elaborado en el horizonte de tiempo que va
desde el año 2005 hasta el año 2025. En la última columna de este cuadro, se encuentra el
financiamiento extra para cada una de las alternativas de cobertura expresado en valores
presentes con una tasa de descuento del 5 por ciento. El financiamiento extra es el
financiamiento adicional con relación al 4.2 por ciento del Producto Interno Bruto que
actualmente el país dedica a la educación pública. Como podrá observarse, el cambio
marginal (con relación a la trayectoria de inercia) implicará la necesidad de conseguir
financiamiento adicional por 1199 millones de dólares en la primera alternativa y por 1947
millones de dólares en la segunda alternativa. Estas sumas son muy importantes para
Bolivia y para su sector público por lo que urge desarrollar propuestas de financiamiento.

Cuadro 3. Resumen de las proyecciones de insumos y costos educativos

Financiamiento
Escenarios Alumnos Docentes Escuelas Aulas Bibliotecas Laboratorios Millones $US
De inercia 3271993 48299 7238 31227 351 200 -579
Con 70% 8o
Grado 3756801 67691 10144 43765 492 280 619
Con 80% 8o
Grado 4059659 79806 11959 51597 580 331 1368
Cambios marginales
Con 70% 8o
Grado 484808 19392 2906 12538 141 80 1199
Con 80% 8o
Grado 787666 31507 4721 20370 229 130 1947
Fuente: Morales R.(2003c)

Los proyectos del Ministerio de Educación de incrementar la tasa de término de la primaria


se basan en el supuesto de que para lograrlo se necesita sólo incrementar la oferta escolar.
Sin embargo, posiblemente, es necesario también desarrollar políticas de demanda. Una de
ellas es la referente a los posibles subsidios o becas escolares. Con un subsidio que

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equivalga al salario que un joven puede pretender insertándose en el mercado laboral, los
costos mencionados en el cuadro anterior se duplican. Una política adecuada de subsidios
podría acompañar a una política orientada a igualar las oportunidades de los niños y
jóvenes en materia educativa y disminuir la desigualdad.

La información anterior es suficiente para plantear la necesidad de prestar mucha atención


al problema del financiamiento de la educación en Bolivia tanto en lo que concierne el ciclo
primario como el secundario.

Pensum y oportunidades laborales. Una mirada al futuro

De los desarrollos precedentes, se desprenden varias sugerencias al nivel macro de las


políticas educativas. Estas serán expuestas en la última sección. En esta sección se tratará el
tema del tipo de orientación que el sistema educativo debe adoptar para lograr un balance
adecuado entre el retorno económico de la educación y sus otros objetivos.

La orientación de la educación

Se encuentran en el centro del debate educativo la elección de los dos objetivos siguientes:
formación de competencias para el desempeño ciudadano y/o el desempeño productivo.

La formación de competencias para el desempeño productivo es entendida en dos sentidos


diferentes: el primero se refiere a la posibilidad de desarrollar una habilidad para competir
en el mercado del trabajo inmediatamente después del terminar el ciclo de estudios, el
segundo se refiere al desarrollo de la capacidad de aprender para adecuar las habilidades
laborales al ritmo del desarrollo tecnológico. La primera alternativa lleva a plantear,
generalmente, la prelación de los estudios técnicos mientras que la segunda conduce hacia
la prelación de los estudios universitarios.

La formación de competencias para el desempeño ciudadano se refiere a la adquisición de


pautas de comportamiento relacionadas con las normas básicas del contrato social que hace
posible vivir en sociedad. Entre ellas están la solidaridad, el respeto por las diferentes
formas de derechos, la democracia, la honradez en el desempeño de funciones públicas y
privadas. En este campo también se inserta la necesidad de consolidar un currículo
orientado a desarrollar en los niños y niñas valores que eliminen hacia el futuro actitudes de
discriminación cultural u otra.

La orientación de las curriculas debe tener en cuenta ambas dimensiones de la educación,


por una parte, es necesario pensar en su retorno económico y por otra en la formación
ciudadana de niños y jóvenes.

En forma transversal a esta discusión, se plantea con vigor la discusión sobre si los
contenidos de la educación deben adaptarse a las realidades regionales y a las diferentes
culturas. Posiblemente, la respuesta es positiva si se concibe esa adaptación (así como el

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uso de lenguas locales) como instrumentos pedagógicos que permiten facilitar el
aprendizaje. Mas, frente a la fuerza de la integración nacional y de la globalización, los
objetos del conocimiento deben tender a ser universales, pues, su particularización podría
profundizar los problemas de desigualdad analizados anteriormente con relación al mercado
del trabajo.

Educación humanística o técnica

El tema de si los alumnos deberían adquirir competencias para el mercado laboral es


recurrente en las discusiones sobre política educativa en Bolivia y sobre política y
economía en general. La forma como se resuelva este dilema está muy asociado a la
apreciación sobre la evolución de la economía, a la imagen de futuro de Bolivia y al papel
que se puede atribuir a la educación como motor del crecimiento. En las secciones
precedentes, se mostró que había una relación inversa entre educación y probabilidad de
conseguir empleo. Se reitera la pregunta anteriormente realizada: ¿esta situación se origina
en la estructura productiva boliviana que demanda poca mano de obra calificada?, ¿es
posible suponer que la estructura productiva actual se mantendrá con las mismas
características que las actuales durante los 50 años que vienen?. Por otra parte, ¿el
incremento del acervo educativo puede constituirse en un motor del crecimiento en la
medida en que permita introducir nuevos productos o nuevas técnicas de producción?. La
forma como se responda a estas preguntas contendrá insumos importantes para definir la
orientación que debe darse a la educación.

Estas discusiones están muchas veces confundidas con las sugerencias de desarrollar
destrezas físicas en los jóvenes independientemente a que estas sean utilizadas o no en
actividades remuneradas. Sin duda, en la educación boliviana primaria y secundaria es
necesario realizar más esfuerzo en este último campo, mas, la orientación al mercado del
trabajo está en discusión. La razón fundamental para que dicho postulado sea resistido es la
incertidumbre con relación a la demanda laboral futura como consecuencia del progreso
técnico. Algunas formaciones técnicas que eran apetecidas hace 30 años por los jóvenes,
por ejemplo, telegrafista, radio operador, radio técnico, hoy en día han desaparecido. Se
prevé que los avances que hará la ciencia en el futuro inmediato serán aún más acelerados
que en el pasado, luego, existen voces que sugieren evitar formaciones de competencias
para trabajos especializados para priorizar formaciones humanísticas y técnicas de amplio
espectro.

Mas, el objetivo de desarrollar la capacidad de aprender para adecuar las habilidades


laborales al ritmo del desarrollo tecnológico es mencionado por los pedagogos hace por lo
menos 30 años quedando muchas dudas sobre si efectivamente se lo está logrando. Es
común en los educadores que estos se refieran a la necesidad de lograr desarrollar la
capacidad analítica y de emprendimiento de los estudiantes, pero, en la práctica poco de
ello ocurre. Luego, es conveniente elaborar algunas sugerencias de política educativa
orientadas a superar este problema.

Una de las preocupaciones recurrentes sobre la elección de ramas de estudio en la


educación técnica es que los jóvenes prefieren las referentes a los servicios. Más allá de los

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cuestionamientos en materia de desarrollo que dicha elección suscita, posiblemente los
jóvenes están interpretando adecuadamente las señales de mercado.

La calidad de la enseñanza

Hay, como se mencionó anteriormente, problemas nuevos en lo que concierne la decisión


sobre el tipo de enseñanza que se debe ofrecer. Estos problemas todavía no han sido objeto
de atención en Bolivia lo que lleva a que los bachilleres bolivianos no estén preparados
para hacer frente a los desafíos que plantea la tecnología y la globalización. Pero, el
problema es más agudo aún: en muchos sectores se estima que los estudiantes bolivianos
están mal formados incluso en los cánones de la educación tradicional. Existen serios
problemas en materia de los logros en materias tan importantes como matemáticas y
lenguaje. Existe también preocupación por la falta de desarrollo de la capacidad de
aprender, muy asociada a métodos de educación aún vigentes donde no se apela a la
creatividad y participación de los alumnos. Estas apreciaciones negativas sobre la calidad
de la enseñanza podrían encontrarse a la base de una escasa valoración de la educación
como factor productivo y en consecuencia del problema de asociación antes señalado con
las remuneraciones laborales.

Se mencionó anteriormente que en los cánones tradicionales de la educación los resultados


en Bolivia son modestos, particularmente, en algunas materias importantes como son las
matemáticas y el lenguaje. Por otra parte, la dispersión de los resultados es grande, pues
existe diferencias entre los establecimientos públicos y privados, entre los que se
encuentran en el área rural y sus similares en el área urbana. La cuestión fundamental detrás
de estas constataciones es la determinar cuál es la parte en estas diferencias del entorno
familiar de los jóvenes y cual es la parte del tipo de establecimiento al cual asisten.

En lo que concierne la adaptación del currículo a las nuevas corrientes, vale la pena tomar
en cuenta las discusiones llevadas a cabo en el ámbito latinoamericano sobre los siguientes
temas6:

1. Cómo lograr los espacios necesarios para que los jóvenes puedan desarrollar
ampliamente sus capacidades analíticas y de síntesis. (Es una necesidad reconocida
por todos los profesores, mas, cabe preocuparse sobre lo que se hace efectivamente
para satisfacerla).

2. La adaptación continua del currículo escolar a los avances en el conocimiento y en


la ciencia. La fuente tradicional para ello ha sido la transferencia de conocimiento
desde las disciplinas académicas hacia las disciplinas escolares, sin embargo esta
metodología está siendo actualmente puesta en discusión.

3. La inclusión de nuevas materias asociadas al desarrollo de la tecnología,


particularmente, computación e Internet. La introducción de nuevas disciplinas tiene
que hacerse sacrificando antiguas disciplinas. ¿Cuáles?

6
Ver, por ejemplo, OIE 1999, Ramma G. 2002, Tedesco J.C. y Lopez N 2002

13
4. La definición de criterios que impidan que la escuela coarte el desarrollo de
cualidades de iniciativa y emprendimiento de los estudiantes.

5. La transversalidad en la enseñanza de la moral. Se hace notar que muchas veces la


transversalidad es sólo un discurso en cuyo caso debería introducirse explícitamente
una materia que incluya temas relativos a los derechos humanos, a los derechos
sociales, al problema de la discriminación, a los derechos cívicos y a la forma como
se desarrolló en la historia el concepto de ética. En países donde aún no se ha
consolidado completamente la noción de nación como concepto de existencia de
intereses comunes, la ideología económica dominante en las últimas dos décadas ha
causado un serio daño al precepto de desarrollar capacidades y valores para la vida
en común. La solidaridad ha sido desechada para dar lugar al dogma de que la mejor
manera de hacer bien a los demás es haciéndose el bien a si mismo en estricta
transposición del planteamiento económico de que los mercados funcionan bien
cuando son competitivos y cuando cada uno intenta maximizar sus utilidades. En
paralelo a esta tendencia societal, ha sido suprimido el discurso ético en los
programas educativos (pues, la ética sólo puede concebirse con relación a los
demás, los que dejan de ser importantes en la nueva concepción).

A manera de conclusión. Hacia una política pública integradora de la educación

Un país que no asume el mestizaje

El mensaje subyacente de varios de los desarrollos precedentes es que Bolivia tiene


dificultades de asumir su identidad cultural. El rechazo o discriminación de los unos a los
otros muestra que el proceso de construcción nacional está inconcluso. Sin embargo,
algunos pasos hacia delante se han dando en esta construcción, siendo, posiblemente el
principal, el de la introducción de las lenguas nativas en la educación primaria. Mas, este
proceso se encuentra aún mal definido pues concierne sólo a los niños y niñas de culturas
originarias cuando lo aconsejado sería que todos los niños de Bolivia puedan aprender por
lo menos una lengua nativa en el curso de su escolaridad. La educación intercultural
bilingüe ha sido concebida más como una muletilla pedagógica que en la idea de contribuir
a la construcción de una patria multicultural.

Las lenguas no sólo constituyen una forma de expresión del pensamiento. Son también el
escenario en que se construye el pensamiento y la forma como se expresan los
sentimientos. La lengua, en consecuencia, es una expresión de la cultura. A lo largo de la
historia, las culturas han luchado las unas contra las otras en búsqueda de protagonismo y
de hegemonía. En casos extremos del África colonial, los colonizadores prohibían a los
nativos hablar en sus lenguas y los penalizaban fuertemente si lo hacían. Después de la
invasión de los quechuas desde el norte, muchas poblaciones aimaras sacrificaron su
lengua. En gran medida pasó lo mismo con la colonización española. Se hace referencia a
estos hechos para destacar la importancia política de la cultura. De donde se puede concluir
que la educación intercultural bilingüe no puede ni debe ser confinada a ser una simple
muletilla pedagógica y lo que corresponde hacer es poner en marcha políticas integradoras
que inserten el tema de la multicultural en las diferentes esferas de la vida nacional.

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Discriminación cultural y mercado

Entre estas políticas cabe poner especial énfasis en las que se refieren al mercado del
trabajo. Como se vio en el transcurso de esta investigación, existe un serio problema de
inadecuación de los niveles educativos con las probabilidades de conseguir trabajo. Parte de
este problema está asociado a problemas de discriminación. Por ello, es conveniente, por lo
menos en un primer paso, que Bolivia promulgue disposiciones legales, similares a las
existentes en los Estados Unidos y Europa, prohibiendo y penalizando la discriminación
cultural, de género o generacional. Las penalizaciones deben ser particularmente severas en
el caso del sector público, quien, siendo el principal empleador, usa continuamente criterios
discriminatorios en su política de empleo.

Un país que no valora el conocimiento

Analizando la asociación entre probabilidades de conseguir trabajo y educación se


mencionó que la relación inversa que existía podía deberse al desconocimiento y
desconfianza por parte de los empleadores de las capacidades laborales adquiridas en los
centros de enseñanza. Esa presunción halla un fundamento en las frecuentes críticas que
recibe la calidad de la enseñanza en Bolivia en sus diferentes niveles, desde la primaria
hasta la técnica y universitaria. Pero, además de esta razón puede ser que la falta de
respuesta adecuada del mercado del trabajo frente a la educación esté también asociada a
una cultura que no valora suficientemente la educación como factor productivo ni como
elemento ordenador de la sociedad. Algunos ejemplos de ellos son la indiferencia con que
Bolivia recibe a sus ciudadanos que vuelven del exterior con altos niveles académicos y a
veces con honores, a la forma como se establece el escalafón docente en el sistema
universitario basándose esencialmente en los años de antigüedad y no en el conocimiento,
al rechazo en la formación de docentes de profesores que vengan de disciplinas
universitarias, a la ausencia de apoyo estatal a la investigación científica o técnica, al
rechazo que los partidos políticos manifiestan con relación a los profesionales, a la ausencia
de intelectuales en el Parlamento, etc. Existen suficientes síntomas que permiten plantear
como una hipótesis de trabajo que la sociedad boliviana no valora suficientemente el
conocimiento, mas, estos síntomas no son suficientes para demostrarla. De ser cierta esta
hipótesis, posiblemente su desarrollo está asociado, por lo menos parcialmente, al
clientelismo en el empleo público y al avasallamiento de los espacios de opinión pública
por una prensa basada en el lucro. Este último hecho, que hace objeto de estudios en toda la
América Latina, ha llevado a desplazar la preocupación ciudadana de problemas
importantes a problemas fútiles y ha permitido que la prensa, sin la capacitación académica
suficiente, se haya erigido en el juez soberano de la validez e importancia de las opiniones.

Un nuevo liderato para la educación

Uno de los rasgos más importantes de las economías pobres con fuertes desigualdades es la
importancia que tienen las posiciones conservadoras. Todos aquellos sectores que han
logrado una posición de relativo confort tienen miedo al cambio pues una redistribución de
oportunidades podría perjudicarlos. Sobre este razonamiento tan simple, pero nunca
explícito, se forma una cultura de rechazo a lo nuevo. Éste es particularmente fuerte en el

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sector educativo, sea a nivel del Ministerio de Educación, del magisterio, de las diferentes
Organizaciones No Gubernamentales del sector, sea de los padres de familia. Las llamadas
propuestas educativas giran siempre en torno a lo mismo. Pocos avances se hacen y cuando
alguien propone algún cambio inmediatamente recibe el rechazo de los demás. Es un
problema de la sociedad en su conjunto. No se olvide que la educación ha sido vista a
través de la historia como un elemento subversivo. Hasta la revolución de los 50, los
dueños de hacienda se oponían a que los hijos de sus colonos estudien. Hasta hace muy
poco ésa era la situación en Guatemala. Los esclavos en los Estados Unidos no querían que
sus hijos estudien de miedo a que se vuelvan revolucionarios y sufran los castigos de sus
amos. Estas situaciones extremas ya no existen, mas, los grupos dominantes luchan para
mantener el statu quo, el que significa básicamente no cambiar mucho en el funcionamiento
de la sociedad. Ello puede llevar a un conservadurismo extremo.

Para modificar esta situación, se necesita algunos cambios en la política de gobierno y en la


orientación de la política educativa. El gobierno debe incluir dentro de su discurso político
la importancia de la educación. Ello hizo el gobierno de Cuba y tuvo los magníficos
resultados que hoy observamos. El discurso de los partidos políticos con relación a la
educación es, con pocas excepciones7, vacío de contenido o, simplemente, propone mejorar
o consolidar lo que se tiene. La inclusión de la educación dentro del discurso político tiene
que acompañar a los otros elementos del desarrollo humano y económico, no debe estar
aislado. Su objetivo final debería ser el de revalorizar la educación y el conocimiento. El
Ministerio de Educación, a su vez, debe asumir su verdadera función de promover la
educación y el conocimiento en la sociedad en su conjunto, saliendo de las aulas, para
orientarse a todos, no necesariamente buscando la educación de adultos o jóvenes no
escolarizando, pero apuntando a reposicionar a la educación en el sistema de valores de la
sociedad.

En suma, a partir del gobierno y otras instancias conviene buscar las estrategias apropiadas
para un mayor reconocimiento y valorización de la formación escolar, técnica y académica
en el marco de ausencia de discriminaciones de ningún tipo.

7
Una de las pocas excepciones es el Programa de Gobierno del Partido Socialista Democrático (2002)

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