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Paul Claval LA NUEVA GEOGRAFIA cikos-tau, s. a. - ediciones /APARTADO 8347 - BARCELONA VILASSAR DE MAR- BARCELONA ESPANA Traduccién de Damia de Bas Primera eiion on anguncoststons 1979 “Thule oll de a obra «1A NOUVELLE GEOGRAPHIES per Fal Cavell Copright © Presses Universite de France 1979 IsBN 24261-0413-1 Depéito Legal 813.248-1079 © olios-tau, 6. a. - ediciones Dereciosresovodos para todos lon pales habla cstlana Priced in Soain-Imrato on Ean Incustian Gefeas Garcia Montsant, 12°18 isan do Mar (Barsstona) indice Introduccién : 1. La gestion Un cambio de perspectiva ¥ Las cosas, los seres vivos y los hombres en el espacio, La gestion teérica 2, Los métodos nse Los métodos de le geogratia ldsiea Los métodos madernes: le ertica de los postulados geométricos de la gestién clésica Los nuevos métodos de tratamiento de datos Probsbilidades. procesos, simulecion La expansién del campo en la encuesta 3. Los fundamentos tobricos: el hombre, la sociedad, el espacio El enfoque ecaléico El individuo en el espacio « La sociedad en el espacio 13 13 18 25 33 34 a7 40 47 51 51 56 61 4. Las técnicas y el espacio El dominio de ss pirémides ecoldgicas La transformacién de la materia ‘Transporte y comunicacion Las técnicas sociales: conocimiento @ inspeccién del ‘espacio me hats nid Los niveles técnicos 5. Los modelos econémicos Aspectos generates Los modelos del espacio econdmico y los trensportes. Les modelos del espacio econémico y la comunica- ‘cin El andlisis de los conjuntos terrtorales Ecologie y economia 6. Modelos socioeconémicos y esquemas de sintesis. Los esquemas de sintesis . 7. Algunos casos Le ciudad y su perifer Las vocactones regioneles Ls organizacién teritorial de las naciones Conclusiones. Tendencias y preocupaciones actuales. Punto de vista fenomenclégico y reflexisn axioldgica La organizacién social y 8! orden espacial Bibliogratia n n 73 78 7 79 a1 at 83 92 97 401 103 an 121 121 128 327 133 133 136 1a Introduccion La geografia se practica desde la Antigiiedad, y, al igual que la historia o la etnologia, fue tema de la Curiosidad de Herodoto. Su primer auge tiene lugar en, la 6poca helenistica. Los grandes descubrimientos y los adelantos de la cartografie estimulan su desarrollo, del siglo xvi al xviii A principios dal siglo xix Hum- boldt y Richter determinan sus fundamentos y la con- vierten en una ciencia moderna. La ensefianza le con- cede un importante lugar. En resumen, la geografia es una disciplina venerable, y a todos nos es familiar desde nuestra infancia. Entonces, ¢por qué hablar de NUEVA GEOGRAFIA? Desde hace principalmente cosa de una década esta vieja disciplina ha experi- ‘Mentado una considerable mutacién, muy poco cono- cidla fuera de un reduicida niimaro. de iniciados. Desde finales del siglo xixlos gedgrafos estudian las relaciones del hombre y del medio natural, y prac- an la ecologia @ pesar de que este término, ya cono- cido, sea utilizado Gnicamente por una minoria, Las combinaciones que se entretejen entre el medio y los seres vivientes varian enormemente de uno a otro lugar, y @ causa de sus reorganizaciones los grupos a Le nueva geografia humanos aumentan la diversidad natural. La geografia es muy sensible a tales diferencias. A pesar de las regularidades del relieve, del clima, y del cultivo, cada regién tiene su propia originalidad, cada porcién del planeta se presenta como un objeto tnico. La gestién Cientifica es incapaz de captar la infinita complejidad de la realidad. Unicamente puede lograrlo el arte. La geogratia regional que nace con Videl de La Blache y se fortalece con sus discipulos es pues, al mismo tiempo, una disciplina cientifica y una forma de huma- nismo: quienes la practican proponen una meditacién sobre la accién humana, sus limitaciones, y sus logros. Asi constituida, la geografia regional es sensible os temas del medio ambiente, de la conservacién, del enraizamiento, y del equilibrio de los hombres y del medio; no obstente, no consigue responder a las inquietudes del mundo actual. Hay que ordenar el tertitorio, comprender la proliferacion de las grandes urbes, de las aglomeraciones industriales, de las metrépolis 0 de las megaldpolis. Aqui hay que luchar contra el subdesarrollo, y alld contra el hiperdesarro- lio, donde la multiplicacion de los hombres y de las actividades supone peligroses poluciones. Los paiss- jes que eran el encanto de las campifias de antefo se ven amenazados, a pesar de que representan un patri- monio irreemplazable. Pocas respuestas sporta a todos estos problemas la geografia practicada desde principios de siglo. Mucho le deben quienes se intere- an por los estrechos marcos del mundo tradicional, por los lentos ritmos de las seciedades que tienen apuros para triunfar del alejamiento y de la ingratitud de los medios ambientes; la historia francesa se he ingpirado en ella en algunos de sus mejores trabajos, desde Lucien Febyre hasta Braudel. La geografa cldsi- ca permite la descripcién y la comprensién del medio rural, de las realidades que se leen a escala de término municipal, de las comarcas, o de las regiones histéri- tnsroduccion a cas. No entran en su émbito la industria, la ciudad, e! turismo, las migraciones de poblactén, ni los trepidan- tes ritmos de la civilizacién adelantada. Los intentos que se han multiplicado desde hace una generacion para ampliar el campo de la geografia de principios de siglo no han bastado para corregir tales limitaciones, Hacta falta volver a emprender la tarea partiendo de la base, poner en tela de juicio sus postulados implicitos, proponer una nueva construccién. La necesaria mutacién esté ya bastante adelanta- da. La renovacién ha ido @ cargo de gedgrafos, pero asimismo —y quizé tanto como ellos— de socidlogos, de economistas, de etndlogos o de urbenistas. Los historiadores también han patticipado en el movi- miento, pero sti contribucién ha sido menos esencial que durante el periodo precedente. Ya antes de la Segunda Guerra Mundial el ge6- grafo Walter Christaller consiguié explicar la sorpren- dente regularidad de la disposicion de las ciudades y su organizaci6n en redes jerarquizadas, analizando los desplazamientos y los mecanismos que garantizan su regulacién: de este modo desembocé en una teoria —la teoria de los lugares centrales— que demostrabe que el principio del orden espacial no hay que bus- carlo unicamente en las influencias reciprocas del hombre y del medio. Los fenémenos econémicos y sociales desempefian un cometido esencial. Christa- ller se inscribia asi en la familia de los economistas espaciales que se habia desarrollado en Alemania, desde Von Thiinen a principies del aiglo xix. hasta Alfred Weber y August Lésch. Christaller tomaba el relevo de parte de los geégrafos y vaticinaba una complete transformacién de las perspectivas, une rup- tura con los centros de interés y con los métodos empleados hasta entonces. Nien Alemania, ni en Francia, ni en los paises de la Europa continental en los que se habia desarrollado 10 La nueva geogratia. el pensamiento geogréfico a partir de principios del siglo xix estaban preparados los medios eruditos para una mutuacién semejante. Las nuevas ideas germin: ron en Suecis y principalmente en los patses anglosa- jones, primero en Estados Unidos en el transcurso de Ia década de 1950, y luego en Gran Bretafia después de iniciada la década de 1960. En este hecho los defensores de la vieja geogratia han encontrado un argumento para rechazar la novedad: «Por qué tam- bién en este terreno tenemos que capitular ante el imperialismo norteamericano?s. Por absurdo que pue- da parecernos, este argumento ha cujado, y sin lugar a dudas ha frenado el necesario aggiarnamento de la geografie europea. El movimiento no tardé en enriquecerse en dos direcciones: junto a unos modelos te6ricos copiados de la economia, los investigadores aprendieron a utili- ar los que proponian la sociologia, la etnologia o la psicologia, y ellos mismos emprendieron la cons- truccién de otros: el arsenal de métodos se diversificé prodigiosamante, descubriendo todo lo que puede aportar la estadistica; fueron cada vez més utilizados los métodos cuantitativos. A principios de la década de 1960 es ya percepti- ble la renovacion, aunque se tienen dudas con respec- 10 al calificativo que se le tiene que dar. Unos hablan de geografia tedrica, y otros de revolucion cuantitati- va, expresiones ambas que, aun sin ser inexactas, solamente abarcan la mitad de la realidad. En definiti- va, lo que fija.6l uso ¢s un articulo de Peter Gould de! afio 1968: «The New Geography, where the move- ‘ment is... la nueva geografia: la expresion hace fortu- ‘na, puesto que se aviene perfectamente a la amplitud del proceso; lo que ha experimentado cambios es todo el arsenal de los enfoques, toda la dptica explicative. La nueva geografia ha nacido en une época de intensa fermentaci6n intelectual, y se desarrolla en. _— Imroducelén 7 una atmésfera de agitacion social. A menudo deso- rienta a quien la aborda, debido a la diversidad de sus aspectos y de sus orientaciones. Algunos de quienes {a practican invocan el neopositivisma ldgico: durante la década de 1960 representaban la casi totalidad de los adeptos del renacimiento. Actualmente susle estar de moda el reconocimiento de un punto de vista feno- menoldgico, En Francia es mas corriente inclinarse hacia el lado del estructuralismo, Por fltimo el marxis- mo, que hasta ahora habia representado Gnicamente tun papel secundario en el pensamiento geogratico, se interesa ya por este desarrollo. JOvenes teéricos pro- claman la necesidad de abrir, mediante una ruptura epistemoldgica al estilo de Althusser, el continente geografico del conocimiento cientifico, Lo que quisiéramos hacer aqui répidamente es mostrar que la ruptura epistemoldgica tiene ya un sitio, y que ha dado a la geogratia un estatuto nuevo: ha hecho que sea més indispensable para el creci- miento de las demés ciencias del hombre y de la sociedad, confirmando al propio tiempo sus estrechas relaciones con las ciencias del medio. Detras de la proliferacion de los trabajos y de les tendencias es posible ya discernir a estructura de conjunto de la Ciplina rejuvenecida. La nueva geogratia no rompe de ningtin modo con la geografia de ayer: al igual que en todas las revolu- ciones cientificas dignas de tal nombre, las proposi- ciones que en la construccién anterior eran centrales reanarecen rnmo casos particuleres © como verdades parciales. De esta manera la nueva geogratla ensefa mucho a quien desea conocer el orden de las socieda- des tradicionales y la manera como se inscriben en la Superficie de nuestro planeta, aunque es también completamente capaz de ilustrar el mundo actual. LEquivale esto a decir que la nueva geografia ha Fesusito todos los problemas relativos a la ordenacién 12 La nueva yeogratia espacial del mundo? No, y debemos alegrarnos de que sea asi, pues demuestra que el movimiento que la ha hecho surgir no ha llegado a su término. Enfrentada al problema de la justicia y de! orden, e interrogada sobre las direcciones que hay que tomar para garanti- zat una mayor igualdad, la nueva geografia se ve a veces en apuros para pasar de la explicacién y de la revision al establecimiento de normas de actuacion. Pero esto es lo que muchos jOvenes piden en la actua~ lidad a las ciencias sociales, y lo que estas no saben —todavia— hacer a le perfeccién. Es indudable que la nueva geogratia no podré dar respuesta a todos los problemas que plantea le distri- bucién de los hombres, de sus actividades y de sus obras en la superficie de la tierra, pero va ya mucho més alld de la que la ha precedido. Toda persona preocupada por el desigual desarro- Ito, por el vertigo de la gran ciudad, y por el deterioro de las condiciones de vida, tiene mucha ventele si la practica, pues es evidente que la nueva geogratia for- ma parte del bagaje indispensable para el futuro ciu- dadano. La presente obra cumpliria su cometido si permitiese que quienes no son gadgrafos compre diesen lo que les puede y debe aportar la geogratia renovada 1. La gestién Un cambio de perspectiva la geografia practicada en el siglo xix y a principios del xx por los maestros de esta disciplina es. Una historia natural de la diferenciacién regional de la corteza terrestre, pues se impone la misién de inven- tariar los paisajes cuyos caracteres describe y cuya génesis traza, del mismo modo que en boténica y en zoologia la sistemética intenta comparar los géneros, bautizarlos y clasificarlos. No es que esta geogratia nore al hombre, pero no lo sitda en el centro de sus Preocupaciones: «La geografia es la ciencia de los lugares, y no de los hombres», recordaba Vidal de La Blache, ol padre de la ysuyrafla: humana trancesa, Esta concepcién de la geografia limita su interés: se comprueba la organizacién del paisaje, se describe Su evolucién; en determinados casos se desemboce fen una interpretacién retrospectiva: es posible decir e6mo se formaron tal o cual conjunto geomorfolégico, esta o equella estructura agraria, esta o aquella trama Urbana, pero no se es capaz de pasar de la reconstruo- 14 La pueve geogratie ci6n histérica a la explicacién I6gica; asi pues, el ged- grafo se encuentra desarmado cuando tiene que acon- sejar al hombre de accién, elegir entre diversos proyectos, o intentar prever el futuro. Para llegar al fondo de aquello que estructura las construcciones regionales es preciso interrogar al hombre y a la so dad. El medio natural constituye un antecedente para le accién humana. Sus elementos, el relieve, las aguas y el clima estén vinculados entre si por unas leyes que determinan las organizaciones espaciales que estudia la geograffa fisica. Pero el paisaje es esencialmente na creacién del hombre, pues es é| quien ha modifi cado los equilibrios ecoldgicos naturales, ha creado las campifis, he sembrado le comarca de construc- ciones, 0 bien las ha amontonado para former las aglomeraciones. La légica de las ordenaciones especiales tnice- mente puede ser penetrada a condicidn de poner en primer plano el complejisimo estudio de la funcién que ostenta el espacio en la vide de los hombres —el espacio percibido, modelado y dominado, o simple- mente imaginado~ y de insistir en la forma en que, dentro de ios grupos sociales, se ordena la multitud de proyectos individuales, aparecen y tienen lugar las decisiones. Esto constituye un camino algo largo, pero si nos negamos a sequirlo, al igual que los gedgrafos de antafio quedamos desarmados ante le realidad que ‘queremos explicer. La nueva geograffa pretence dar una base clentifi- ca 8 un tipo de saber que he existido siempre. Todos tenemos cierta experiencia del espacio, cierta manera de percibirlo, cierto modo de utilizerlo en la practica de la accién, cierta aptitud para encerrarlo en unos ‘conceptos que lo organizan y hacen que otros puedan utilizario. La finalidad de la geografie cientifice estriba ‘en perforar la Idgica con todos los acondicionamientos ‘engendrados por los millares de practicas que se han __= La gestion 15 venido sucediendo en la superficie de la tierra, en cap- tar los conocimientos mediante los cuales han sido posibles, y las condiciones en que se han realizado. Mas alld de las conceptualizaciones vulgares de las geografias vividas, la geografia moderna intenta esta- lecer un sistema de interpretacién mas amplio, més sélido y més coherente: de este modo prolonga las practicas y los conocimientos empiricos que por otra parte constituyen uno de sus objetos: si la geografia moderna no los aprehende desde el interior, jamas lle ga realmente a explicar la realidad. Debido a esto la geografla participa de le ambigiedad fundamental de todas las ciencias sociales. Las cosas, los seres vivos y los hombres en el espacio La geografia intenta comprender cémo nacen las ‘complejes distribuciones de cosas, de seres vivos y de hombres en la superficie de la tierra. Para analizarias, primeramente hace falta saber describirlas, captar las Configuraciones que adoptan, poner en evidencia los lazos y las relaciones de que estén equipadas. 1, La postura naturalista de la geogratia clésica hace que de toda la realidad espacial se apruveche Gnicamente aquello que es de facil localizacién: la ‘observacién favorece el medio ambiente material, las formas del relieve, la cobertura vegetal, los obstacu- los, los campos, las casas y las carreteras, todo lo que Constituye el entramado sdlido y estable del paisale. Las aguas y el aire, mas cambiantes, no fueron inter Pretados hasta més tarde, y de un modo més incom- 16 Le nueva geogralia. pleto: en realidad, no se ha sabido tenertos en cuore Bieto eta escale, por ejemplo la de las masas de aire sine jimatologia. Los enimaies y los hombres que. se GReplazan incesentemente son mas difcles de obser, desnimectamente. La gente llama la atencién més Por $e Ghras, dotadas de una cierta permanencia, que por Sus comportarnientos. Er gosarato cldsico se considera en primer [yd2r un hombre de campo abierto. El objato que estudia ¢S tse puede abarcar con su mirada, captar mediante {0 gue Pracién diracta, Pero la visi6n horizontal v obl> ta obseroduee unas deformaciones, y con él fin 6e C03 dait los efectos de perspective es del todo indis: censable tresladar a un mapa los elementos observe. ae eaAsl pues, la vision directa tiene que completarse oe tea vision reconstituida y vertical, ya més abs, Sor tar Se puede llegar directamente @ ello madiante {a utllizacion de fotografias aéreas. Te ebservacion directa es insustituible para tomar conclancia de la unidad global que cimenta fa multitud socio pietos dispuestes en ol espacio: cuando habia, eos evisisaja dasignamos precisamente esta uniced Tlobal. La configuracion coherente asi definide ce ror, spa veces con la misma estructura hasta bastante +e se allé de los limites del campo visual: los mapas ¥ {he fotografias a gran escala permiten captar el por 1a orde las unidades homogéneas puestas en evi- Goncia en la inspeccién directa sobre el terrend. TA a actualidad las fotografias tomadas desde satélites ariificiales permiten accede: en cierte medica sie ision directa del mosaico paisalstico de inmen: 3 te erfcies, aunque desaparecen los detalles. $88 ing més clésico para trabajar con vastos espacies: cane ia cartogratia. Sobre un fondo a pecuela es ela ieasladamos los fendmenos cuya distribucién Cearemos estudiar: formas dol relieve, asociaciones quetiales, limites de los campos, tipes de cultivos La gestion ” Sgrupamientos de les viviendes, aticulaciin de las vias de comunicacién. En este caso la gesti la gost szportaneamente onie. La rela ee fe aparecer sino luego d tucson la canogrta sri ethyl 35 condiciones en las cuales | t 3s la geograti procede a ta recopilacién de los renamed Gonttos de interés, Fara la ol paieje ox i realidad irectamente a la observacion, Bao conic ape fen cue ene estes figment, Los fendmence de mayor cimension que no en si no es a través de un trabajo d an sear naturals y se js marginal. Pero la atenci6r que se concede a los paisales Il gar de Benen acecon te 7 jones det mo ai Tas hte finidas como areas cuya fiso- i, 1a. investigacién tien iene lugar con predilecci dentro de un mateo espacial miedo que sfectve. Pi efoies ass o erat fa Bea deere av apne une ee i jacen a la dimensién comarca, de una provincia, 0 ak oaion. tog Us etal ia cae ;grafos puedan abord de zonas més vastas, occurs astas, grandes regiones, naciones 0 Suboantinentestianen que disponer de los resultados fecoplladcs pot redes sstemsticas de recleccion de Gatos: cartogratls regula estaciones metereoiices ensos,inventarios estadstcos de recursos v de pro: tuicsiones astaro ill En asins ambits in grains Estados han proporcionado muy pronto unas intre- La geogratia humana cid : fi sia da origen ast. a eros de traaos: 1) a escela del palsaje, se jocalzen r las construcciones, | las vias de comunicacid ee ia icacién, y de ello se extra andlisis de les formas elementeles de ocupecion del 18 Le nueva geografia suelo y de hébitat, y unas sintesis regionales; 2) @ ‘escela de conjuntos territoriales més vastos la investi- gacién se apoya en la cartografia de las densidades y de las actividades econdmicas. Los comportamientos de los grupos que han modelado los paisajes, captados intuitivamente, a veces son descritos: se trata de los géneros de vida. Cuando se cambia de escala desaparece cualquier referencia a los comportamientos. 2. Le nueva geografia contempla el mundo con ojos diferentes. No da preferencia tan sistematica- mente al estudio de detalle y al anélisis del paisaje, por cuanto los adelantos de las técnicas de encuesta y Gel andlisis de los datos le proporcionan la posibilidad de trater en toda su complojidad unas reslidades espaciales més vastas. Luego insistiremos en este punto, El cambio esencial esté en otra parte; el hombre ‘esté en el centro de la reflexion. El hombre se despla~ za, y engendra o recibe unos flujos de bienes y de informaciones. Capta el espacio y lo valora. Y, para poder dominarlo, lo organiza. En esencia la gestion basica de esta investigacién es muy simple: se trata de ver cémo los hombres emplean su tiempo y utilizan el espacio, de establecer tn edlculo espaciotemporal, a manera de los sociélo- ges, pero haciendo mucho hincapié en el espacio. E} geégrafo indica la locelizacién del individuo en cada momento, observa sus desplazamientos, ou Getenciones, las relaciones que establece con las cosas y con la gente. “Torsten Hagerstrand presenta el resultado de esta doble indagacién sobre a utilizacién de !a duracién y de la extensién bajo la forma de un documento carto- ‘gréfico animado, de un filme, de modo que capte las fres dimensiones del espacio y el transcurso del tlem- La gestién ie po. Se puede simplificar y prescindir de la animacién puesto que la dimensién vertical no es tan significa fiva como las otras, por el hecho de que el hombre 58 mueve por la superficie de la tierra: se trata de un plano a la escala de donde se situa ia observacién. Pueden superponerse los planos corespondientes a los sucesivos momentos de la vida del individuo ob- servado: en el volumen construido de este modo la existencia del individuo se inscribe en forma de una trayectoria continua y compleia (fig. 1). Los segmen- tos verticales corresponden @ los periodos de estabi- lidad, @ los puntos de estacionamiento; los segmentos horizontales u oblicuos corresponden a los despla- zamientos. La trayectoria puede ser analizeda a distintas escelas, segiin a duracién snotada: para ciertos perio- dos y en un marco local es poco corriente que la gente qhaseshessuney ‘an ol salumen Ge Ragentvané Enter enter id ad itn saecsbjoefome Une tayctria elas que aga estén anotadae 26 hors omic «Ins 0 horse Picanror de abso 20 La oueve geogratie permanezoa quieta mucho tiempo; las personas van y pormrardentro de su case, en la oficina, en el taller. St WEigmos interesados por los problemas de la adapta- orga ai medio ambiente inmediato analizaremos indi sericmante tales movimientos. A escals de la jomada Gperecen los movimientos pendulares de migracion, Ppa eaplazainientos hacia ei trabajo, hacia la escuel, 128 emmpras 0 los ocios. A escala de todo el afo (es ontramos clerta regularidad en la fecha de los des- Slazamientos —le época de las vacaciones. pero @ Pramudo tos puntos de destino son mas variables. Provectando sobre un mismo plano el conjunto de los desplazamientos del individuo se pane en eviden. Ga su horizonte de desplazamiento: las encuestas Se nuestran que este horizonte es muy variable segun los medios sociales. [ss trayectorias que describe la gente se ven sometidas a tres tipos de imperatives: 3) Para un lapso de tiempo dado los desplaza- mieitos se ven limitados porlos medios de circulacion Que se pueden utilizar, por las vias abiertes al trafico. ¥ for el tempo que uno puede decicar a los trensportes dorsi volumen que hemos descrito, por Ja mafans coda cual dispone de un prise que define el conjunto Sere iocalizaciones que puede alcanzar durante el dia (fig. 2) 5) Una parte importante de nuestra vida la con segremos 2 unas ocupaciones que presuponen ) searactn con el prdjimo, por lo cual las trayectories feiividuales tienen que reagruparse en determinadoe indivicwtos! el tiempo que se pasa en familia, en el hoger 0 en el trabajo, en el taller oen la oficina, apare- eee al volumen de representacién como un estacio, ce Bento comin @ varias personas, como un cilindro rare menos alto y con una base mas o menos anche; a libertad de desplazamiento esté limiteda, pues, Por i de los demés: los puntos de reunién implican une La gestion 2 Gonforidad entre los participants, un cierto orden aaimitido or todos o impuesto por algunos; el espacio np @3 accesible uniformemente: iste dmbitos en ie slsls so pose estacionaro circular, otras iyo imitado por el precio que hay S 2 y que satisfa- diciones do sccesinidad’ aloe lterentosdmbitos Giciones 6 ii los diferentes van pr itis persone pues dependen “aorsus ingresos, de su posicién social; asi pues, las trayecto- Bi ee crastorctenm gan ny aioe tuelo determi tena nivel dl minados rasgos de la orga El espacio estudiado wudiado por el gedgrafo —el lag: sino el mundo stbrrado de objotosv de stes de le su que Incluye obstéculos Fsi puntos de paso obligado. Si pudiésemos movernos en tun medio bre los desplezamientos se efectuerlen gn lings recta, que es la més corte. Faro ganeralmente suerdo con unos itinerarios = Gos. Se puede tener une tea de as ostussones eh lin medio comparando el trayecto a vuslo de pélaro ia de linea de deseo~ y el recorrido real. 3. El calc is ee ee esr ee ccccsuiunas Bg ee evetuanieaies tease ccomnts gy o Scere re crea cree oc Bait poan oe ekoe yt woe: La nueva geografia 22 herra- fabricaci6n de muebles y de una parte de here 12 Getas, En la actualidad una gran part tena mientas, ET impuesta por objetos metalicos. Los 2- log ests comprjean a medida que las téenices 3 ‘efectos an Arenas Y_obF08 Om SOcte Seu greao materialan vemos que Buea do de as treo 1a se emplea en iciforsntes: ance cei aude na = Sa ac a Ice ‘pienes fabricados; jos médicos cul an fos Coen maestros y profesores atienden 2) for = mentes; los arti adn eee la ea unas obras Ja los cotidiano; los curas responden a 125 eta religiosas; 10s funcionarios estan & mane ipasminenc. les Ear toe mmision oro de asegurar unas prestaciones de S67. pele oenanyats el sector terciario de ent os clos. or spagrafo tiene en cucnta Ia natraleza do l6 act olla los flujos que implica o crea, ¥ 18s Te deserraximos o lejenas que establece: de esta Ment fala ee tenet Siac ote Seca pora den nfs conn et eee $e to ‘dkima instancia, para anota aa a panes eetividades harian falta fantos Henstiger ee sobrecargarlo demasiado. La gestion oo 4. Ademés de la observacién objetiva de los des- plazamientos y de los flujos, el gedgrafo se interesa por los aspectos psicoldgicos de los comportamientos en el espacio. Se interroga sobre las interpretaciones, los valores que se atribuyen al espacio, © intenta reconstruir las otapas y mecanismos de la decision. En esto la entrevista desempefia un cometido de primera magnitud. Cuando antafo un gedgrafo la practicaba era con la finalidad de recoger datos objeti- Vos que de otro modo no hubiese podido obtener: pedfa a los campesinos que le contaran sus cuitas, sus joadas de trabajo, su manera de cultivar la tierra 0 de criar el ganado. De estos contactos entresacaba ideas referentes al universo intelectual en el quo se movian sus interlocutores, aunque no era este el moti- vo de su gestién. En la actualidad muchas veces la entrevista tiene como objetivo penetrar en la intimi- dad de las mentes, buscando aquilatar las actitudes, circunseribir los horizontes de conocimientos, y com. render la \Ogica de los comportamientos. La tarea es dificil: zpodemos estar seguros de la validez de las fespuestas? Aunque el encuestado sea sincero, :no Tespondera mas en funcién de unos estereotipos que haciendo un sincero examen? Por si sola la entrevista no puede proporcionar todas las informaciones que le son necesarigs a la nueva geogratia. .__ Para profundizar en los comportamientos es pre- iso reflexionar sobre los datos observados para co- Froborar o completar lo que de ello dicen sus autores. Lae dificultades y los equivocos son innumerables, Pero por este camino es posible llegar @ resultados interesantes. Para sondear estas dimensiones subjetivas de los hechos espaciales se puede asimismo consultar lo que $8 escribe y se publica: una buena novela, una biogra- fia sincera, una carta, etc., a menudo proyectan una Preciosa luz sobre cémo se vive el espacio. A pesar de 24 La nueve geooratio. que en estos terrenos los trabajos no son todavia muy numerosos, lo que nos aportan parece muy fructifero. 5. La reconstruccién de Ios céiculos espaciotem- porales, ol resultado de las entrevistes, el anélisis ‘objetivo de los comportamientos, y le interpretacién de los testimonios literarios a los que dan lugar, ponen en evidencia unas regularidades. Las trayectorias indi- viduales se clasifican por familias, pudiendo cada una ser descompuesta en unidades olementales que se repiten en numerosisimos ojemplares en las muestras observadas. Desde hace tiempo los socidlogos y los etnélogos parten en sus andlisis de estos étomos de comportamientos, llaméndolos ¢roles». Desde mucho tiempo atrds los geégrafos hablan aprendido a desta- ar la similitud de los desplazemientos y de las activi- dades cuando se dedicaban a sociedades homogé- reas en las que toda la gente hace mas o menos lo mismo al mismo tiempo: esto es lo que reflejaban en sus descripciones de género de vida, El andlisis de los roles permite ir més allé en el camino que los gedgra- fos abrieron a principios de siglo, pues permite traba- Jat sobre conjuntos més extensos y més complejos, y puede aplicarse tanto a las limitadas humanidades de las civilizaciones arcaicas como @ las numerosas sociedades de los Estados industriales avanzados. £1 género de vida corresponde a la situacién particular en la cual los roles estén combinados de la misma manera por todos los miembros de la sociedad, aun- gue para captar la originalidad de los grupos no soa indispensable descender hasta los dtomos del com- portamiento. La gostién tedrica El campo de observaciones en el que se apoya la nueva geografia es, pues, mucho més abierto que ‘aquel en el que se habia edificado la geografia clasica. Pero ni la acumiulacién de datos ni su diversificacion constituyen en si mismas unos progresos fundamen- tales en la evolucién de una disciplina: puede incluso ‘currir que la abundancia de material disuada abordar la fase més dificil del estudio, pero también la més fecunda: la reflexi6n tedrica. Es principalmente por ‘esto por lo que los recientes estudios se oponen a los que se llevaban a efecto hasta hace una veintena de aiios. Le geogratia era considerada como una descrip- cién razonada del mundo. No se pretendia poner de relieve la lgica interna de los hechos espaciales, sino describir lo mds exactamente posible los contornos de lo real y, utilizando datos retrospectivos, seguir la ‘evolucién de las formas del paisaje y de las organi zaciones territoriales. ‘Al irse multiplicando las monografias iban apare- ciendo similitudes en las lineas evolutivas, aunque eran escasas las reguleridades extraordinarias. A dife- encia de lo que ocurre en fisica, el procedimiento cientifico apenas ponfa en evidencia unas génesis zimilarce eabre las que hublese podlida ajercerse una reflexién mas abstracta. Lo que primordialmente se destacaba del andlisis era la sorprendente permanen- cla de determinadas configuraciones que a veces resisten el embate de los siglos: casos de uso del sue- lo, y acondicionamientos a que dan lugar; trazados de las vias de comunicacién o de los planos de las ciude- rganizaciones territoriales, comarcas y regione: 26 La nueva geogratia etc. Pero las estructuras puestas asi de relieve no son inméviles, sino que evolucionan lentamente, de acuer- do con unas derives de diverso ritmo; a veces estas estructuras son destruidas bruscamente por una crisis, por una reforma, una mutacién, una revolucién: entonces, luego de haber sido conservados durante generaciones, los parcelarios son remodelados en nos pocos meses. Para la geografia clasica el descubrimiento de estas estructuras ha constituido el mas logrado de los resultados. Mientras que en muchos dominios las pes- quisas desembocaban Gnicamente en la descripcion de unas realidades que parecian dispuestas al azar y regidas por una evolucién caprichosa, en determi- nados casos ponfan en evidencia unas estructuras ca- mufiadas, delimitaban sus contornos, describlan su historia, Es evidente que no se llegaba a una interpre ‘tacién légica, pero se iba por el buen camino, se tenia tun tema digno de interés. Era natural que la atencién e los investigadores se dirigiese hacia los sectores en los que los hechos estructurales eran importantes como fuese que no se sabfa comprenderlos sino era a escala del paisaje, se dio prioridad al estudio del hébi- tat, de las estructuras agrarias, de los sistemas econ6- micos autérquicos de la sociedad tradicional, De este modo quedaba reforzada la orientacién hacia el mun- do rural y las civilizaciones de ayer que ya traia empa- rejada la supremacia concedida a la observacién directa, al paisaie. La nueva geografia se preocupa mucho mas por la explicacién légica que por la reconstruccién histérica, @ intenta proponer una interpretacién tadrica de los fendmenos espaciales: pretende encontrar unos prin- ios a partir de los cuales sea posible comprender su articulaci6n, captar su funcionamiento y reconstruir su légica interna; y procede de acuerdo con el modelo hipotético-deductive comin a todas las di La gestion 27 cientificas, renunciando al privilegio hasta entonces atribuido a la induccién. Bien es verdad que existia un capitulo de la geo- grafia clasica que ya se habia desarrollado segin el esquema tedrico: gracias al genio de William Morris Davis la geomorfologia habia accedido al estatuto de ciencia estructurada alrededor de algunas hipdtesis y permitid, basdndose en ellas, enivontiar las condicio~ nes de evolucién de las formas y el argumento de su sucesion. William Morris Davis se daba cuenta de la originalidad de su punto de vista, pues escribia: En consecuencia, of esquéma [del ciclo de erosién| ‘adauiere un cariz muy "te6rico” que no es del agrado de Certos gadgratos, cuyos métodos de trabajo implican que la ‘geogratis, = diferencia de las otras ciencias, deberia ser Gesarrollada recutriendo cnicamente a [a utllizacién de Geterminadas facultades intelectuales: esenciaimente la fobservacién, la descrincion, y la generalizacién. Pero nada ‘me patece tan evidente como el hecho de comprobar aue Ia ‘ge0grefia se ha visto perjudicade ya demasiado tiampo por Culpa de renunciar a la utiizacién de Ia imaginacion, de la Inventiva, de la deduccion, y de las demds facultades menta- les que contribuyen 2 obtener una explicacién bien verfica- dda. Es coma si quisiésemos andar sobre una sola piema, 0 con un solo ojo, cuando excluimes de la googratia Ia mitad "teérica” de la capacidad del cerebro, en la que se apoyan las otras ciencies tanto como en a mitad “préctica”» No podemos esperar un alegato més claro en favor de la nueva geografia... y eso que cuenta ya con tres cuartos de sigio. La preeminente situacién de que ha gozado la geomorfologia en el desarrollo de nues- tra disciplina a partir de principios de este siglo se debe a los avances que Davis le hizo imprimir. Pero el enfoque de Davis concedia demasiada Importancia a la imaginacién y a la deduccién, y no insistia Io bastante en le necesidad de los tests de verificacién. Una teoria no es realmente cientifica si 28 La nueve geogratia. no es presentada en términos operatorios: los concep- tos en los que se fundamenta tlenen que ser definidos de manera que podamos encontrarles unas medidas precisas; entonces pueden ser comprobados los resul- tados aportados por el razonamiento; si las observa- ciones no los contradicen, tas hipstesis son acepta- bles, y el trabajo continda; en caso contrario la refle- xién tlene que volver # empezar partiendo de cero: si la légica de la construccién es impecable, su falta de adecuacién a las condiciones empiricas tiene que venir forzosamente de los principios y de las hipétesis utilizados. Por no haber puesto en practica estos pre- ceptos la teoria de Davis ha derivado hacia unos gran- des esquemas embiciosos, pero cuyas bases no esta- ban bien esentadas: muchos ga6grafos han liegado a 'a idea de que tiene que ser desterrado de la disciplina cualquier desarrolio hipotético-deductivo. En la actualidad el trabajo del gedgrafo comporta dos aspectos: el de la refiexién tedrica, y ol de los tests necesarios para sostenerla, Para asegurarse de la vali. dez de los esquemas elaborados se intenta sacar de ellos unas construcciones menos ambiciosas, menos abstractas, y que pueden ser cotejadas con las situa- iones reales: se trata de los modelos; cuando estos estén elaborados a partir de principios abstractos los llamamos «modelos tedricosn, No siempre es posible construir modelos de este tipo partiendo de esquemes abstractos. En tal caso os conformaremos con elaborar, a partir de la obser- vacién, unos modelos que la daseriban, recojan lee gvoluciones, y permitan prever los acontecimiento: Se trata de modelos puramente analégicos (se susti tuye un orden de fenémeno por otro): por ejemplo, en un sistema de circulacién los vehiculos que utilizan los Viales se sustituyen por la corriente eléctrica que reco- ‘re unos hilos cuya resistencia es proporcional a la dificultad de los desplazamientos. En otros casos, para La gestion 29 discutir sobre grandes conjuntos se elaboran unos modelos gréficos que permiten captar mejor su estructura; en este sentido la cartografia propone nos croquis sintéticos. En geografia fisica podemos formamos una idea exacta de los procesos y de las evoluciones construyendo modelos reducidos, de los ‘que la hidrologia hace un extenso uso. No obstante, la mayorla de los modelos emplricos utilizados por la nueva geogrefia son de diferente naturaleza, puesto ‘que estén edificados partiendo de las regularidades estadisticas que la observacién y los modernos proce- dimientos de anélisis han puesto en evidencia. Los modelos positivos que se obtienen de esta forma per- miten una reconstruccién de la realidad, y en materia. de explicacion estadistica ofrecen las mismas ventajas que los modelos tedricos: generalmente se prestan mejor a la prevision, Io cual les concede un vasto lugar en los estudios de geografia aplicada. Su defecto estriba en que no acleran nada sobre los procesos reales, en que no insisten sobre las causelidades profundas. Asi pues, el desarrollo del pensamiento tedrico presupone la puesta en evidencia de relaciones nece- sarias entre los distintos fenémenos que otorgan a la tierra su organizacién regional. En el Ambito de los hechos naturales no se ha dispuesto durante mucho tiempo més que de interpretaciones sectoriales, de esquemas aplicables a la geomorfolagia, a la climato- logia, 0 a la hidrologia, por ejemplo. Aunque la ambi- Gién do todo gedgrafo caté cn eaptar todo lo que for ma la complejidad de los medios. Para comprender las similitudes entre los distintos érdenes de fendémenos Naturales hacia falta descubrir lo que estructura en profundidad sus relaciones: a partir de 1942 y de los irabajos de Lindeman hemos aprendido a analizar sis- tematicamente las cadenas energéticas que van des- de la energia solar hasta los seres vivos, y determinan 30 La nueva geogratia de paso las fuerzas naturales implicadas en el modela- do de las formas del relieve, en la circulacion atmosfé- rica, o en los movimientos de las masas de agua. De este modo disponemos de un marco satisfactorio para la elaboracién de una teoria sintética de los medios. Estos se entienden como sistemas cuyos lazos descri- bimos y cuvas condiciones de eaullibrio o de evolu- cién precisemos. Hasta ahora estos métodos nuevos han servido principalmente para rejuvenecer determi- nados aspectos de la geografia cldsice, para proponer ung version modernizada de la ciencia de los paisajes naturales. Aquel que se interesa por la incidencia de la accion humana en la superficie de la tierra empieza a userlos para la elaboracién de una geoecologia mas nificativa. La geografia tedrica humana implica una reflexién sobre las condiciones de la accién en el seno'de ies sociedades: pasa por las determinaciones individuales del comportamiento y de la elaboracién de las deci nes: descubre los mecanismos de regulacién y de ajuste que permiten que se pongan de acuerdo las dis- tintas voluntedes que se enfrentan, y que algunas de estas se manifiesten mediante desplazamientos, reor- ganizaciones ¢ interacciones. A veces la gestién geo- Gréfica se basa en las mismas presuposiciones que la ‘economia politica clésica que le ha servido de modelo: no le preocupa ser fiel a lo que pasa por la mente de la gente o a lo que oourre cuando esta gente tiene proyectos inconciliables; pretende ver qué sucede si los individues tienen un comportamiente racional y si los mecanismos de regulacién funcionan sin dificulta- des. La teorie asi construida tiene la ventaja de que se presta a una formalizecién facil; no permite poder decir de qué se trata, pero indica lo que deberia ser si el mundo funcionase bien; el esfuerzo de reflexion de esta teoretizacién normative tiene su utilidad: pert medir la separacién existente entre lo posible y la rea- La gestion a lidad; crea un marco de referencia para evaluar las realizaciones de los hombres y de las sociedades que existen realmente. Puede comprenderse el lugar pro- minente de la teorla normativa en la organizacién voluntaria del espacio. No obstante, la mayoria de las actuales investiga- clones apuntan a situaciones mds realistes que las, abordadas por la economia espacial clasica. No dan por sentado @ priori unos hombres ni una sociedad tacionales y perfectos. La reflexién parte de las regula- ridades empiricas puestas en evidencia en los com- portamientos individuales o en los mecanismos socia- les, y saca provecho de los modelos positivos e inten- ta superarios imaginando 2 qué leyes obedecen los hechos observados. Asi pasamos del modelo positive ala teoria explicativa gracias a un esfuerzo de abstrac- ign: detrés de las irregularidades imaginamos unos principios que permitan encontrarlas por medio del razonamiento. Lo que esta teoria explicativa ambicio- fig es acercarse al maximo a la realidad, y no decir co- mo debe ser la accién para llevarnos @ un mundo mejor. La conduccién de la investigacién moderna impli- ©, pues tanto en la recogida de los datos como en la elaboracién de los modelos y en la construccion de teorias—, la utilizacion de un arsenal de tramites mucho més sofisticados y diferentes de los conociaos hasta entonces. La nueva geografia seria completa- ‘mente imposible sin una profunda revolucién metodo légica 2. Los métodos La geografia cldsica se basaba en la utilizacién de métodos diversificados y experimentados desde mucho tiempo, pero que apenas se prestaban ala ele- boracion de modelos. La nueva geografia ha ido vincu- lade @ una transformacién de los procedimientos de Investigacion tan amplia y tan significative, que muchos creen que ha nacido de los métodos cuantita- tivos. Creemos que son més importantes los funda- mentos tedricos del movimiento, aunque no hubiesen tenido lugar sin la utilizacién de modernos medios de Investigacion, de verificacién y de proyeccién: en la Ciencia actual existe un incesante didlogo entre la reflexion conceptual que permite organizar los resulta- dos, ordenarlos por series coherentes, y el anélisis de los datos que campruaba la valide7 de las construccio- nes propuestas 0 hace surgir nuevos hechos, suscita nuevos interrogantes, y desborda los conocimientos hasta el momento en que, para volver a darle unidad, se adopta otra manera de ver las cosas, de organizar el discurso, o de concebir la prueba; entonces se utili- 2a —diciéndolo con la expresién de moda— un nuevo paradigma. 34 La nueva geogr Los métodos de la geografia clasica En el centro de la geografia clésica existia un deseo cuantitativo primordial: localizer las cosas en la superficie de {a tierra e inscribirlas en un mapa tan preciso como fuese posible. Desde la Antigdedad has- ta finales del siglo xvill este deseo absorbid la mejor energia de los mejores investigadores, animando la principal rama de la geogrefia, la de Ptolomeo, de los grandes cartégrafos del Renacimiento, de los explora- dores 0 de los iniciadores de la cartografia regular moderna, particularmente los Cassini. A partir del siglo xix los adelantos en la representacién de la tierra son tales, que en adelante el gedgrafo pone en el cen- tro de sus preocupaciones lo que hasta entonces pare- cla un poco secundario: se interesa por la ciferencia- cién do la superficie terrestre y prolonga de esta manera {a tradicién instaurada por Herodoto, Estra- én, y los viajeros desde Marco Polo hasta los jesuitas del sigio xvIl y los navegantes del siglo xvili, Cook 0 Bougainville. Humboldt es mas que su heredero, pues prolong aquellos esfuerzos con sus viajes americanos © siberianos. Para comprender lo que diferencia la superficie terrestre, la geografia clésica se apoya en los censos, que se generalizaron en todos los Estados europeos a finales del siglo xvii o a principios del xix, pero cuyas, primeras realizaciones son més antiguas. Sobre todo se apoya en los trabajos de campo, los que llevan a cabo los geégratos personalmente, 0 los de los gedio- 90s, cuyos mapas muy pronto se convierten en los instrumentos de trabajo preferidos. {Como son entonces tratados y luego interpreta- dos ‘los datos proporcionados por los censos 0 los recogidos por las pesquisas directas? A menudo se Los mérodos 35 utilizan los procedimientos cuantitativos, porque pr porcionan unos resultados fécilmente cotejables, li tan el coeficiente personal del operador, y son garan- tie de objetividad. A partir de finales dei siglo xviii se habia aprendido a calibrar la relacién del nimero de hombres con la superficie: las densidades plantean a la geosrafia cldsica sus més importantes problemas, {A-qué se debe que unos medios parecidos en todo fengan unas cargas humanas diferentes? Desde Levasseur hasta Vidal de La Blache, de Demangeon Gourou, el mapa de densidades es el punto de partida de toda reflexién geografica que se site més allé de le escala dol paisaje. Obtiene tales éxitos que se pre~ tende prolongar mediante la utilizacién de indices pre- parados con la finalidad de que otros datos puedan ser ‘comparables: Demangeon se las ingenia para medi la dispersién o Ia concentracién del habitat; los morfélo- ‘gos inventan la morfometria para apoyar sus investi- gaciones sobre las superficies de erosién los climaté- logos construyen su descripcién del clima sobre los promedios de las temperaturas, de las precipitaciones, de las direcciones y de las intensidades de los vientos, que proporcionan las observaciones meteoroldgicas. Pero esta interpretacién cuantitativa de los datos sigue siendo ingenua. Ello se debe al desconocimiento de los procedimientos de la estadistica moderna por parte de los gedgrafos. También es el resultado de la naturaleze de las series geogréficas (corogréficas, si ‘85 que queremos utilizar la palabra exacta). A menudo hay mucha semejenza entre les observaciones lleve- das a cabo en dos puntos vecinos: se dice de ellas ‘ue son autocorrelacionadas. Las series temporales, 0 cronolégices, tienen las mismas caracteristicas. Los procedimientos de la estadistica cldsica esta- ban concebidos para unos datos que no son autoco- Felacionados, y por lo tanto no estén adaptados a los. materiales con los que trabaje ol gadgrafo. El historia 36 La nueva geogratia dor se encontraba con la misma dificultad, pero la pudo eludir bastante pronto por el hecho de que les Series que manipula se inscriben en una sola direc- cien, y la utilizacién de técnicas simples como por ejemplo el céleulo de medidas méviles— permite tener perfectamente en cuenta la autocorrelacién temporal. Los ectadisticos na tentan nada equivalente pera ofre- cer a los gedgratos. Existe otra manera de tratar los datos espaciales, destacando su autocorrelacién: se trata de la carto- ‘grafia temdtica, la anotacién de los datos sobre fon- do topografico por medio de signos convencionales. Desde finales del siglo xix los adelantos esen- ciales de le geografia cldsica estén vinculados a la in- Vencién de nuevos métodos de representacién de las Variables. Los procedimientos empieados constituyen en la actualidad un riquisimo conjunto. Por desgracia ‘no todos los datos son igualmente de fécil representa- clon —los casos de localizacion son més féclles de aprehender que los flujos 0 que los campos—. lo que introduce rodeos en Ia investigacidn. La cartograffa tematica adolece también de un grave defecto: el resultado de la investigacién, e! croquis, es evocedor, excita la imaginecién, proporciona hipdtesis @ quien sabe interpretarlo; pero existe una multitud de mane- ras de leerlo. Para el tratamiento de las observaciones no existe una gestién, perfectamente objetive: el simple hecho de seleccionar los datos, de elegir un metodo en vez de otro, corresponde a una selecelén, # une interven cién del sujeto observador, a una apuesta sobre Ia naturaleza de las cosas. La cartogratia tiene las mis- mas limitaciones que los otros procedimientos cient ficos, pero les agrege otra: la que resulta de la libertad de lectura del resultado grafico. Los métodos 37 Los métodes modernos: la critica de los postulados geométricos de la gestion clasica La geografia y las mateméticas tienen unos vincu- los antiguus y estiechos: se remontan a la vieje geo- grafia de posicién, a los métodos de la cartografia. Estos vinculos han acostumbrado a los geégrafos a que razonaran en términos de geometria plana o esfé- fica, en términos de geografia euciidiana clasica. Los métodos modernos se besan en parte en a critica de tales postulados. Tradicionalmente los tedricos tenian la costumbre de situarse en condiciones especiales para deducir de sus hipétesis todas les consecuencias posibles: elegian una superficie de transporte, es decir, un plano perfectamente homogéneo tanto por su fertilidad, por las riquezas de su subsuelo, como por su clima. Por ella se circulaba con idéntica facilidad =o con idéntica dificultad— en todas las direcciones. La geometria de tales razonamientos en nada se pare- cla a la de la geografia real, compuesta toda ella de disporsi6n irregular, de dotaciones contrastadas, de recorridos sinuosos. Para medir las distancias, ¢por qué no utilizar otra cosa que no fuese la distancia euclidiana?; gpor qué no tener en cuenta las peculiaridades del espacio, la orientacién preferencial de las lineas de comunice- ion? En una ciudad de trazado en cuadricula se tiene el maximo interés por utilizar la distancia rectilinea. Cuando todos los viales convergen hacia el centro, Que asimismo es el punto de paso obligado, es mas conveniente la distancia radial. En la mayoria de las grandes ciudades modernas se han establecido carre- teras de circunvalacién o vias periféricas: la distancia circumradial permite medirlas. A veces es necesario 38 La nueva geogratia romper con las métricas demasiado coactivas, adoptar medidas més sencillas: en algunos trabajos se emplean distancias ultramétricas. En muchas de las propiedades que estudia la geo- gratia apenas tienen importancia las superficies que separan los puntos de observacién; dnicamente inter- vienen las relaciones que existen entre ellos y que reciben los flujus de Liens, de personas, de moneda 0 de informacién. El aparato mds adecuado para repre- senter estas situaciones viene dado por la teoria de os grafos: de todas las propiedades del espacio concreto Unicamente nos quedamos con aquellas que tienen relacién con la disposicidn relativa de las cuspides con sus enlaces. Asi es como se han podido dar nuevas bases al estudio de.las redes de transporte, calibrar su conectividad, e ir mas alld de la simple apreciacién subjetiva de sus propledades formales. La investiga- cién operacional ha enseftado a calcular un recorrido minimo, 0 a calcular el maximo rendimiento que la anexién de un arco permite dar a un conjunto de vias ya constituidas, Como se ve, los problemas de trans- Porte han sido abordados bajo un éngulo mucho més riguroso, La teoria de los grafos permite asimismo liberar a los analisis de los lugares centrales de unos postula~ dos no realistas —el de la superficie de transporte— y deja comprender mejor cémo puede combinarse en un punto la atraccién de centros diferentes. La teoria de los grafos vela por la unién entre los i iales y las contabilidades territoriales que requieren la articulacién de los sectores de pro- duccién, los efectos de incitacién y de multiplicacion y los resortes del dinamismo de las regiones, de les naciones, o de los grandes conjuntos. La geogratia cldsica tropezsba una y otra vez con el problema de la delimitacién de los entes regio- nales. Se trata de una operacién de clasificacién logi- Los métowos 39 ca, de una gestién taxonémica que tiene equivalentes en las otras disciplinas, y que encontramos con idénti- a forma en todos aquellos autores que tratan con el espacio: por ejemplo entre los botdnicos, cusndo pre- tenden definir lo que es una asociacién vegetal. El pro- blema estriba en asignar cada individuo al conjunto al ‘que esté mds préximo por sus caracteres. En compa- Tacién con los criterios seguidos en las otras discipli- nas, la geografla introduce solamente una condicién suplementaria: la contigilidad Mientras los individuos vienen definidos por un solo carécter la operacién no ofrece ninguna dificul- tad, puesto que es fécil calcular la distancia de los puntos hasta los centros de gravedad de las agrupa- iones ya instituidas. El anéfisis multicriterio extiende este proceder a los casos en los cuales los individuos vienen descritos por un gran numero de datos, susti- tuyendo las variables iniciales por un pequefio nimero de variables derivadas: de este modo deja de ser engorroso el calculo de las distancias entre puntos representetivos. Pero la operacién no es, sin embargo, completa- mente satisfactoria, puesto que traza_unos limites interrumpidos en los puntos donde muchas veces existen zones de trdnsito, umbrales, 0 espacios de relativa indecisién. Muchas veces un individuo forma parte a la vez de una regién y de otra. La teor'a de los Conjuntos ambiguos permite definir en la superficie tetrestre unas unidades que no fuerzan la complejidad de lae somojanzas y de lac relaciones ofectivae, y cla- sifica en la misma categoria, alrededor de un mismo niicleo, unos lugares que se le vinculan en distinto grado, De este modo quedan completados los traba- Jos que edifican todo el anélisis regional sobre la teo- Ffa de los conjuntos, como es el caso, por ejemplo, del andlisis de Nicolas-Obadia. 40 La nueva geogratia Los nuevos métodos de tratamiento de datos ‘A menudo el gedgrafo de antafio quedaba sepul- tado bajo los detos que encontraba a su disposicié para cada unidad de enumerauion un censo propurvio- nraba varias decenas de cifras en nuestras comarcas, y varios centenares en el mundo norteamericano. Carto- grafiar exhaustivamente los resultados significaba ya Una pesada tarea. Su crecimiento, la busqueda de sus correlaciones, de sus similitudes y de sus diferencias, no podian ser sisteméticos. La situacién actual es mucho més dificil: los censos son més complejos que en el pesado, pues van acompafiados de encuestas y de sondeos publicos, cuyos resultados son muchas veces notables; los gedgrafos han aprendido a sacar mayor partido de sus trabajos de campo, y han ensan- chado ls gama de informaciones que sacan de ellos. Los modernos medios de teledeteccién proporcionan datos precisos sobre la utilizacién del suelo a un ritmo rapido. La geogratia moderna se encuentra, pues, ante un problema de tratamiento masivo, ya que dispone de vastas matrices de datos. Unas se presentan bajo la forma de cuadros rectangulares. Los lugares o las cir- cunscripciones bésicas para los que se han recogido las informaciones estén representados en hileras; los aracteres figuran en columnas. Estas matrices son el equivalente légico de los mapas tematicos en los que representamos, en cada punto, los valores de los foné- menos observadios. Las otras matrices estén constitui- das por cuadros cuadrados; los lugares 0 unidades elementales figuren en hileras y en columnas. Las casillas contienen el valor de los flujos que las enia- zan. En este caso la matriz es el equivelente Idgico de Los métodos a Jos mapas de flujo. En un primer paso los ordenadores electrénicos permiten secundar al dibujante aplastado bajo las cifras: la cartografia automatizada suministra en un tiempo record unas presentaciones satisfacto- rias y a veces muy expresivas del conjunto de la reali- dad, haciendo initil el fastidioso trabajo de elabors- ccién de los mapas analiticos, y conduciendo —cuando los datos han sido abjeto de manipulaciunes previas— ‘a une cartografia sintética de nuevo cufo, sobre la que nos extenderemos més adelante. Pero la cartografia automatizada no renueva el abanico metodolégico de! geégrafo, sino que sole- mente le hace ser mds eficiente. El tratamiento directo de les matrices de datos ofrece uns més amplias perspectivas, Cuando se trabaja en una serie es facil epresentarle bajo una forma aproximada mediante una recta o una curva de ajuste. Como sea que la superposicion de los datos calculados y de los datos reales nunca es rigurosa y deja aparecer residuos, se intenta descubrir sus rasgos originales procediendo a Su cartografiado: més que hacerse la competencia, los métodos tradicionales y los métodos modernos se respaldan. Las series cronolégicas tienen la propiedad de inscribirse en dos dimensiones: en vez de ajustarles rectas 0 curvas, se les ajustan planos 0 superficies, y 2 partir de ellas se dibujan superticies de tendencia A veces los investigadores descomponen el fend- meno en series de Fourier, de modo que el ajuste se realice al maximo: adicionando una serle de funcio- hes trigonométricas cuyos periodos van decreciendo 8¢ llega a ajustarse al maximo a la realidad. Cuando los estudios comprenden dos series de datos es posible poner en evidencia las similitudes de 8u distribucién y determinar su correlacién: en este terreno las investigaciones son indispensables para Medir la influencia de un factor sobre otro. La dificul- tad de la aplicacién de estos métodos a la geografia se

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