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REVOLUCION DE POTOSI

El pueblo potosino
también contribuyó con
una acción decidida a
la independencia de
las tierras del Alto Perú
del dominio español.
Las acciones se dieron
cuando el primer
ejército “auxiliar”
enviado por la Junta
de Buenos Aires,
ingresó a tierras de
Potosí bajo las
órdenes de los
generales argentinos
Eustaquio Días Vélez,
Antonio Balcarce y el
responsable de la
expedición el Dr. Juan José Castelli, representante de la Junta.
A la noticia del avance del ejército argentino hacia Potosí, los jefes españoles Vicente
Nieto y José Córdova, reunieron fuerzas y se dirigieron hacia Cotagaita donde esperaban
resistir la incursión del ejército auxiliar. Las fuerzas de Castelli lanzadas al ataque
concluyeron por ser rechazadas, entonces simularon retirada general hacia Suipacha,
estratagema con la cual consiguieron que los realistas salieran de sus reductos y el 7 de
noviembre de 1810 se libró esta histórica batalla, Suipacha, donde los realista llevaron la
peor parte, derrotados empren-dieron la retirada, Córdova hizo conocer a Castelli las
condiciones para una capitulación honrosa, pero la proposición fue rechazada y sustituida
por otras exigencias, que los realistas consideraron inaceptables.
Castelli y las tropas argentinas marcharon hacia Potosí, mientras que Nieto y Córdova
eran tomados presos en Ata-cama y conducidos también a la Villa Imperial.
En la ciudad el triunfo de Suipacha tuvo repercusión inmediata, los patriotas Salvador
Matos, Pedro Azcarate, Eustaquio Eguivar, Alejo Nogales, Mariano No-gales, Joaquín
Quintana, los hermanos Millares, Manuel Molina, Mariano Zubieta, Melchor Daza, Cnl.
Diego Barrenechea, Pedro Costas, Mariano Toro, Manuel Orozco, convocan al pueblo a
un Cabildo Abierto y resuelven tomar preso al intendente gobernador Francisco de Paula
Sanz y se organiza una Junta de Gobierno bajo la dirección de los personajes nombrados
y se resuelve también reconocer a la Junta de Buenos Aires como autoridad suprema.
Cuando las victoriosas tropas argentinas entraron en Potosí el pueblo las recibió con
delirante entusiasmo lanzando vivas a la libertad y al triunfo de Suipacha.
Una de las primeras medidas de Castelli, fue ordenar luego de un proceso el fusilamiento
del gobernador Paula Sanz y de sus compañeros de infortunio, los generales Nieto y
Córdova. Los tres personajes, dando prueba de su lealtad a los mandatos de la Corona
española se habían negado a reconocer a la Junta de Buenos Aires, condición exigida por
el inconmovible Castelli para revocarles la sentencia. Recordemos que este general
argentino ya había dado muestras de su carácter inflexible al mandar a ejecutar al ex
virrey Santiago Liniers abnegado defensor de Buenos Aires durante los asedios ingléses.
Esta desafortunada determinación del jefe argentino causó profunda consternación en el
pueblo potosino, el intendente gobernador Francisco Paula Sanz era muy apreciado por la
población gracias a su excelente
labor administrativa.
Casi dos años después los
españoles retomaron la ciudad y
la represión realista no se hizo
esperar, el 30 de julio de 1812,
fueron llevados a la horca en la
plaza principal de Potosí, Alejo y
Mariano Nogales, Salvador
Matos, Mariano Milla-res y otros
patriotas; otro contingente de
presos fue llevado a las celdas
del Callao y sentenciados a
prisión perpetua, otros se
unieron a los montoneros para
continuar la lucha por la libertad.

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