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E L ABSOLUTISMO E N E L E S T E
' J . H. Billington, The icón and the axe, Londres, 1966, p. 110; este tema
invita a una mayor investigación.
' Un reconocimiento de esta cuestión por un historiador ruso puede
verse en A. N. Chistozvonov, «Nekotorye aspekti problemi genezisa abso-
liutizma», Voprosi Istorii, 5, mayo de 1968, pp. 60-1. Aunque contiene
algunos juicios disparatados (sobre España, por ejemplo), este ensayo
comparativo es probablemente el mejor estudio soviético reciente sobre
los orígenes del absolutismo en Europa oriental y occidental.
Europa oriental El absolutismo en el Este 203
p o d e r í o sueco en las pro- ahora las presiones endógenas que contribuyeron a su aparición.
reciente caos, un ejército Llama l a atención una coincidencia inicial. L a decisiva conso-
paso hasta Moscú para lidación j u r í d i c a y económica de la servidumbre en Prusia,
ios después, un candidato Rusia y Bohemia tuvo lugar, precisamente, durante las mismas
Ifo— estuvo a punto de d é c a d a s en que se echaron con firmeza las bases políticas del
rusa, aunque se vio blo- Estado absolutista. Este doble proceso —institucionalización de
elección de Miguel Romá- la servidumbre e inauguración del absolutismo— estuvo, en los
a ceder inmediatamente tres casos, estrecha y claramente ligado en la historia de las
en el transcurso de otra respectivas formaciones sociales. E n Brandemburgo, el Gran
wlacos, lo que les dio un Elector y los Estados sellaron el famoso acuerdo de 1653, con-
Báltico. E n los primeros signado en una Carta formal, por el que la nobleza votaba los
sueco se extendió tam- impuestos para un ejército permanente y el p r í n c i p e promul-
nente, el enorme edificio gaba ordenanzas por las que ataba irremediablemente a la
siglo x v i i i se erigió du- tierra a la fuerza de trabajo rural. Los impuestos h a b r í a n de
militar sueca en Rusia, cargarse sobre las ciudades y los campesinos, pero no sobre
lenzado con la destrucción los propios junkers, mientras el ejército h a b r í a de ser el núcleo
itinuaría con un profundo de todo el Estado prusiano. Fue un pacto que a u m e n t ó tanto
dentro de Rusia se forjó el poder político de la dinastía sobre la nobleza como el poder
Bcional contra el imperio de la nobleza sobre el campesinado. L a servidumbre de Alemania
E l Estado a u s t r í a c o había oriental q u e d ó ahora normalizada y generalizada en todas las
cpansión sueca; el Estado tierras de los Hohenzollem situadas m á s allá del E l b a , mientras
itrarío, los estados ruso y que el sistema de Estados fue suprimido inexorablemente por la
a la expansión sueca, m o n a r q u í a en una provincia tras otra. E n 1683, los Landtage de
curso de esta contienda, Brandemburgo y de la Prusia oriental h a b í a n perdido para
minado, fundamentalmen- siempre todo su poder'. A l mismo tiempo, se h a b í a producido
mpuestas por el sistema en Rusia una coyuntura muy similar. E n 1648, el Zemski Sabor
laban integradas objetiva- —Asamblea de l a T i e r r a — se h a b í a reunido en Moscú para
Este fue el precio de aprobar el h i s t ó r i c o Sobornoe Ulozhenie, que, por vez primera,
le ininterrumpida guerra codificaba y universalizaba la servidumbre para la población
feudalismo les obligó a rural, instituía un estricto control estatal sobre las ciudades y
kxidente antes de haber sus habitantes y, a la vez, confirmaba y remachaba la respon-
t r a n s i c i ó n económica ha- sabilidad formal de todas las tierras nobles respecto al servicio
militar. E l Sobornoe Ulozhenie fue el primer código legal global
estuvo sobredetermina- que se p r o m u l g ó en Rusia y su llegada constituyó un hecho
le la lucha de clases den- transcendental. E n efecto, el código p r o p o r c i o n ó al zarismo el
te. E s preciso considerar marco j u r í d i c o regulador para su solidificación como sistema
estatal. L a p r o c l a m a c i ó n solemne de la servidumbre del campe-
sinado ruso fue seguida a q u í t a m b i é n por la r á p i d a caída en
•idres, 1966, p. 110; este tema desuso del sistema de Estados. E n el curso de una década, el
r un historiador ruso puede
e k t i problemi genezisa abso- ' E n esa fecha los nobles reunidos en Brandemburgo dejaron cons-
, pp. 60-1. Aunque contiene tancia de su melancólica convicción de que los antiguos privilegios de
por ejemplo), este ensayo los Estados estaban prácticamente «anulados y descoloridos de tal forma
•ttio soriético reciente sobre que no parecía quedar ni una umbra libertatis*. Citado por Carsten, The
ental y occidental. origins of Prussia, p. 200.
204 Europa oriental
dos para un consejo de oficiales o starshina, que a su vez elegía Los campesinos ucranisa
un comandante supremo o hetmán. Fuera del sech de Zapo- víctimas de esta operaci
rozhe, las bandas errantes de bandidos y m o n t a ñ e r o s se mez- j integración del cuerpo (j
claban con asentamientos aldeanos de agricultores, gobernados ció sus ataduras. Finalmi
por sus propios ancianos. L a nobleza polaca, cuando e n c o n t r ó drones cosacos llegaron
estas comunidades en su expansión hacia Ucrania, p e n s ó que cracia zarista. E l traiadi
era necesario tolerar la fuerza armada de los cosacos zaporoz- V respectiva trayectoria de
hianos, englobándola en un n ú m e r o limitado de regimientos téc- durante el siglo .XVIL E l
nicamente «registrados» bajo mando polaco. L a s tropas cosacas incapaz de derrotar y s
fueron utilizadas como caballería auxiliar en las c a m p a ñ a s resistir a los suecos. L a j
polacas de Moldavia, Livonia y Rusia, y los oficiales triunfantes de ambas cosas: repeii
llegaron a constituir una élite de propietarios, que dominaron sino que a l final utilizó :
al pueblo cosaco y en ocasiones se convirtieron finalmente en de la r e p r e s i ó n de sus
nobles polacos. E l levantamiento ucz
E s t a convergencia social con la szlachta local, que h a b í a portante de la época en
extendido ininterrumpidamente sus tierras en dirección al Este, grandes noblezas de E i
no c a m b i ó la a n o m a l í a militar de l a independencia de los regi- en un momento u otro
mientos del sech, con su base en un filibusterismo semipopular, ^ E n Brandemburgo se p
ni afectó a los grupos de cosacos rurales que vivían entre la cia r u r a l en el distrito <
población sierva cultivando los latifundios de l a aristocracia de la guerra de los T r d
polaca en esta región. Así, l a movilidad campesina h a b í a dado 1 1646, 1648, 1650 y, de m
origen en las praderas p ó n t i c a s a un fenómeno sociológico der nobiliario por el G r
p r á c t i c a m e n t e desconocido por entonces en Occidente: el de del malestar y l a deses
unas masas rurales capaces de presentar ejércitos organizados de Bohemia, sujeto a t
contra una aristocracia feudal. E l repentino m o t í n de las com- económica y legal desp
p a ñ í a s registradas bajo su Hetmán Jmelnitski en 1648 fue pro- ' contra sus señores a i
fesionalmente capaz de hacer frente a los ejércitos polacos en- los ejércitos a u s t r í a c o s
viados contra ellas, y su rebelión d e s e n c a d e n ó , a su vez, un su alzamiento. Pero, s
levantamiento general de los siervos de Ucrania, que lucharon n ú m e r o inigualado de i
codo a codo con los campesinos cosacos pobres por arrojar a I desde el «periodo de
los señores polacos. Tres a ñ o s d e s p u é s , los campesinos polacos ' hasta la era de la flus
se rebelaron en la región de Podhale, en Cracovia, en un movi- campesinos, plebeyos i
miento inspirado por el de los cosacos y los siervos ucranianos. ron el poder provinci
Una salvaje guerra social se libró en Galitzia y en Ucrania, en nikov, y sus ejércitos
la que los ejércitos szlachta fueron derrotados repetidas veces Dimitri como zar de U
por las fuerzas zaporozhianas. E s t a guerra t e r m i n ó con la deci- de l a zona de guerra d
siva transferencia de fidelidad de Polonia a Rusia realizada por del campesino B a i a s h
Jmelnitski con el tratado de Pereyaslavl de 1654, que puso a este, desde Astracán'-
toda l a Ucrania situada m á s allá del Dniéper bajo el dominio señorial a medida quí
de los zares, garantizando los intereses del starshina c o s a c o » . y cosacos subían por e
Razin. E n 1707-08, laa
al cosaco B u l a t i n en
" Un relato sucinto de las negociaciones y disposiciones del tratado
de Pereyaslavl puede verse en C. B. O'Brien, Muscovy and the Ukraine,
Berkeley y Los Angeles, 1963, pp. 21-7. Stoye. Europe unfol
Europa oriental El absolutismo en el Este 211
, que a su vez elegía Los campesinos ucranianos —cosacos y no cosacos— fueron las
del sech de Z a p o víctimas de esta o p e r a c i ó n : l a «pacificación» de Ucrania con l a
y m o n t a ñ e r o s se mez- J integración del cuerpo de oficiales en el Estado ruso restable-
igricultores, gobernados ció sus ataduras. Finalmente, tras una larga evolución, los escua-
« l a c a , cuando e n c o n t r ó drones cosacos llegaron a formar un cuerpo de élite de l a auto-
p a Ucrania, p e n s ó que cracia zarista. E l tratado de Pereyaslavl simbolizó, en efecto, la
áe los cosacos zaporoz- " respectiva trayectoria de los dos grandes rivales de aquella zona
tado de regimientos téc- durante el siglo x v i i . E l fragmentado Estado polaco se m o s t r ó
aco. L a s tropas cosacas incapaz de derrotar y someter a los cosacos, y tampoco pudo
iliar en las c a m p a ñ a s resistir a los suecos. L a autocracia zarista centralizada fue capaz
los oficiales triunfantes de ambas cosas: repelió l a amenaza sueca y no sólo sometió,
tarios, que dominaron sino que a l final utilizó a los cosacos como dragones encargados
lirtieron finalmente en de l a r e p r e s i ó n de sus propias masas.
E l levantamiento ucraniano fue l a guerra campesina m á s im-
ichta local, que h a b í a portante de l a época en el Este, pero no fue la única. Todas las
is en dirección al Este, grandes noblezas de E u r o p a oriental tuvieron que enfrentarse,
ependencia de los regi- en un momento u otro del siglo x v i i , con rebeliones de siervos.
isterismo semipopular, E n Brandemburgo se produjeron repetidos estallidos de violen-
es que vivían entre la cia rural en el distrito central de Prignitz, durante la fase final
ios de la aristocracia de la guerra de los Treinta Años y en l a d é c a d a siguiente: 1645,
campesina h a b í a dado 1646, 1648, 1650 y, de nuevo, en 1656 ». L a c o n c e n t r a c i ó n del po-
fenómeno sociológico • der nobiliario por el Gran Elector debe considerarse en el marco
i en Occidente: el de del malestar y la desesperación de las aldeas. E l campesinado
ejércitos organizados de Bohemia, sujeto a una creciente degradación de su posición
ino m o t í n de las com- económica y legal d e s p u é s del tratado de Westfalia, se levantó
litski en 1648 fue pro- contra sus señores a lo largo de todo el país en 1680, cuando
i ejércitos polacos en- los ejércitos a u s t r í a c o s tuvieron que ser enviados para suprimir
c a d e n ó , a su vez, un su alzamiento. Pero, sobre todo, en l a misma Rusia hubo un
•Jcrania, que lucharon n ú m e r o inigualado de insurrecciones rurales que se extendieron
pobres por arrojar a desde el «período de t r a s t o r n o s » a comienzos del siglo x v i l
s campesinos polacos hasta la era de la I l u s t r a c i ó n en el siglo x v i i i . E n 1606-07, los
^racovia, en un movi- campesinos, plebeyos y cosacos de l a región del Dniéper toma-
js siervos ucranianos. , ron el poder provincial bajo el mando del ex esclavo Bolót-
tzia y en Ucrania, en nikov, y sus ejércitos estuvieron a punto de instalar al Falso
lados repetidas veces D i m i t r i como zar de Moscú. E n 1633-34, los siervos y desertores
t e r m i n ó con la deci- de la zona de guerra de Smolensko se rebelaron bajo el mando
1 Rusia realizada por 1 del campesino Balash. E n 1670-71, p r á c t i c a m e n t e todo el sud-
de 1654, que puso a este, desde Astracán hasta Simbirsk, se sacudió el control
:per bajo el dominio señorial a medida que n u m e r o s í s i m o s ejércitos de campesinos
ú starshina cosaco^'. y cosacos subían por el valle del Volga dirigidos por el bandido
Razin. E n 1707-08, las masas rurales del Bajo Don siguieron
al cosaco B u l a v i n en una violenta rebelión contra el aumento
isposiciones del tratado '
acovy and the Ukraine,
" Stoye, Europe unfolding, 1648.1688, p. 30.
212 Europa oriental
" Schwarz afirma, sin embargo, que la vieja y alta nobleza del Es-
tado de los Habsburgo debía fundamentalmente su poder al servicio en
el Consejo Privado imperial durante el siglo xvii: The imperial Privy
Council in the seventeenth century, p. 410.
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