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Poco a poco se agrandó la brecha cultural entre los dos continentes. Y pronto se
destacan músicos americanos, criollos y aborígenes, encontrando obras musicales
escritas sobre textos en idiomas lugareños (quechua, nahuátl).
A todo esto hay que sumarle que en los primeros decenios del siglo XIX se independizó
la mayoría de las colonias españolas. Buscando una nueva identidad trataron de
desconocer las expresiones ibéricas.
Los rasgos básicos del estilo barroco se transmitieron a América fundamentalmente por
medio de la enseñanza de los religiosos, que utilizaban libros o estampas que contenían
obras realiza-das por artistas europeos.
(Juana Inés de Asbaje y Ramírez; San Miguel de Nepantla, actual México, 1651 -
Ciudad de México, id., 1695) Escritora mexicana. Fue la mayor figura de las letras
hispanoamericanas del siglo XVII. Niña prodigio, aprendió a leer y escribir a los tres
años, y a los ocho escribió su primera loa. Admirada por su talento y precocidad, a los
catorce fue dama de honor de Leonor Carreto, esposa del virrey Antonio Sebastián de
Toledo. Apadrinada por los marqueses de Mancera, brilló en la corte virreinal de Nueva
España por su erudición y habilidad versificadora.
Perdida gran parte de esta obra, entre los escritos en prosa que se han conservado cabe
señalar la carta Respuesta a sor Filotea de la Cruz, seudónimo de Manuel Fernández de
la Cruz, obispo de Puebla. En 1690, éste había hecho publicar la Carta atenagórica, en la
que sor Juana hacía una dura crítica al «sermón del Mandato» del jesuita portugués
António Vieira sobre las «finezas de Cristo», acompañada de una «Carta de sor Filotea
de la Cruz», en la que, aun reconociendo el talento de la autora, le recomendaba que se
dedicara a la vida monástica, más acorde con su condición de monja y mujer, que a la
reflexión teológica, ejercicio reservado a los hombres.
Murió mientras ayudaba a sus compañeras enfermas durante la epidemia de cólera que
asoló México en el año 1695. La poesía del Barroco alcanzó con ella su momento
culminante, y al mismo tiempo introdujo elementos analíticos y reflexivos que
anticipaban a los poetas de la Ilustración del siglo XVIII.
Mención aparte merece Primero sueño, poema de casi mil versos escritos a la manera
gongorina en el que sor Juana describe, de forma simbólica, el impulso del
conocimiento humano que rebasa las barreras físicas y temporales para convertirse en
un ejercicio de puro y libre goce intelectual. El trabajo poético de la monja se completa
con varios hermosos villancicos que en su época gozaron de mucha popularidad.
En el terreno de la dramaturgia escribió dieciocho loas, dos sainetes (la comedia de capa
y espada Los empeños de una casa y el juguete mitológico-galante Amor es más
laberinto), un sarao o fin de fiesta, así como tres autos sacramentales: El divino Narciso,
San Hermenigildo y El cetro de San José. Aunque la influencia de Calderón resulta
evidente en muchos de estos trabajos, la claridad y belleza del desarrollo posee un
acento muy personal.
Cambatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
(Toledo, 1501? - Niza, 1536) Poeta renacentista español. Perteneciente a una noble
familia castellana, Garcilaso de la Vega participó ya desde muy joven en las intrigas
políticas de Castilla. En 1510 ingresó en la corte del emperador Carlos I y tomó parte en
numerosas batallas militares y políticas. Participó en la expedición a Rodas (1522) junto
con Boscán y en 1523 fue nombrado caballero de Santiago.
En 1530 Garcilaso se desplazó con Carlos I a Bolonia, donde éste fue coronado.
Permaneció allí un año, hasta que, debido a una cuestión personal mantenida en secreto,
fue desterrado a la isla de Schut, en el Danubio, y después a Nápoles, donde residió a
partir de entonces. Herido de muerte en combate, durante el asalto de la fortaleza de
Muy, en Provenza, Garcilaso fue trasladado a Niza, donde murió.
Su escasa obra conservada, escrita entre 1526 y 1535, fue publicada póstumamente
junto con la de Boscán, en Barcelona, bajo el título de Las obras de Boscán con algunas
de Garcilaso de la Vega (1543), libro que inauguró el Renacimiento literario en las
letras hispánicas. Sin embargo, es probable que antes hubiera escrito poesía de corte
tradicional, y que fuese ya un poeta conocido.
La parte inicial recoge lo concerniente a los incas (dioses, leyes, formas de gobierno e
instrucciones) antes de la llegada de los españoles a su territorio. Con una prosa clara y
expresiva, El Inca mezcla datos de la economía política con los problemas de la
cronología, se vale de fuentes orales y escritas e incluso de recuerdos de su infancia para
estructurar su relato.
Pese a que el libro fue prohibido en principio por el consejo de indias por considerarlo
instigador y peligroso en manos de algunos nativos letrados, El inca era partidario de la
conquista española. Habiendo nacido en América siendo u 50 por ciento de su sangre
indígena, adopta la forma de vida del conquistador y si asoma una tímida critica esta es
resignada y débil.
Los comentarios reales cuyo valor histórico ha desmitificado el tiempo, estructuran una
literatura exótica que describe a un país aun misterioso y peculiar, cuyos silenciosos
pobladores portan todavía en sus rasgos físicos, morales y espirituales las huellas de una
tradición milenaria.
El autor de los comentarios reales que tratan del origen de los incas tuvo la oportunidad
de estar en contacto con la vida y el ambiente de los conquistadores a la vez que
conoció perfectamente tanto la costumbre como las leyes y l historia de sus antepasados
maternos. El mismo autor lo recuerda de la siguiente forma:
“Decíanme como procedían sus reyes en paz y en guerra, de que manera trataba a sus
vasallos y como eran servidos ellos.
De mas de eso me contaban, como a su propio hijo, toda su idolatría, sus ritos,
ceremonias y sacrificios, sus fiestas y como las celebraban.
Decíanme sus abusos y superticiones; sus agüeros malos y buenos. En suma digo que
me dieron noticia de todo lo que tuvieron en su república, que si entonces lo escribiera
fuera mas copiosa esta historia”.
Algunos critican sus narraciones por considerarlas excesivamente utópicas, pero las
investigaciones modernas confirman la exactitud de sus informaciones en la mayoría de
los hechos. a excepción de los citados por el autor como leyendas.
Destacan dentro de los comentarios, las descripciones y relatos acerca de la fastuosidad
de sus antepasados:” uno de los principales ídolos de los reyes incas y sus vasallos
tuvieron fue la imperial ciudad de cuzco, que la adoraban los indios como a cosa
sagrada , por haberla fundado el primer Inca Manco Capac, y por las innumerables
victorias que ella tuvo en las conquistas que hizo, y por que era casa y corte de los incas
sus dioses… por tenerla en esta veneracion la ennoblecieron aquellos reyes lo mas que
pudieron con edificios suntuosos y casas reales, que muchos de ellos hicieron para si.
Como en las descripción della diremos de algunas de las casa entre las cuales y en la
que mas se esmeraron , fue la casa y templo del sol , que la adornan de increíbles
riquezas , aumentándolas cada inca de por si y aventajándose del pasado...la techumbre
era de madera muy alta , porque tuviese corriente ; la cubija fue de paja , porque no
alcanzaron a hacer teja. Todas las cuatro paredes del templo estaban cubiertas de arriba
abajo con planchas y tablones de oro.
En el testero, que llamamos alta mayor, tenían puestas la figura del sol, hecha de una
plancha de madera, al doble mas gruesa que las planchas que cubrían las paredes…”.