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El Barroco Americano

El Barroco americano, llamado también música colonial americana, comprende el


período artístico que se desarrolló en nuestro continente Americano entre los siglos XVI
y XIX.

El arte americano presenta características originales a causa de las influencias de los


modelos peninsulares y del arte precolombino. En América, el Barroco se desarrolló
desde mediados del siglo XVI hasta los comienzos del siglo XIX.

Musicalmente corresponde a la finalización del Renacimiento y, principalmente, al


Barroco europeo. Muchos fueron los músicos que vinieron de Europa para instalarse en
las capitales de los virreinatos. Los europeos no trajeron solamente su idioma, sino
también el arte europeo y la religión católica.

Poco a poco se agrandó la brecha cultural entre los dos continentes. Y pronto se
destacan músicos americanos, criollos y aborígenes, encontrando obras musicales
escritas sobre textos en idiomas lugareños (quechua, nahuátl).

Triste es la historia de la música del Barroco americano, porque muchas partituras se


perdieron por la expulsión de los Jesuitas en 1767. Si a ello sumamos que cinco años
después fue dada la anulación de la Compañía de Jesús en Italia por el Papa Clemente
XVI, podremos apreciar el daño causado.

A todo esto hay que sumarle que en los primeros decenios del siglo XIX se independizó
la mayoría de las colonias españolas. Buscando una nueva identidad trataron de
desconocer las expresiones ibéricas.

Recién después de la Segunda Guerra Mundial se comenzaron a estudiar e interpretar


obras de este período. Lentamente afloraron excelentes producciones de Juan de Araujo,
Domenico Zipoli, José Antonio Nunes Garcia, y tantos más. Por desgracia nuestros
gobiernos americanos no alientan la búsqueda y rescate de estas expresiones. Creemos
que hay muchas obras más que están esperando el momento para que se las transcriba e
interprete.

En toda América se subordinaron los músicos eclesiásticos a los obispados. Pero en


América del Sur, y específicamente en el norte argentino, y en los países limítrofes
(Brasil, Paraguay y Bolivia) se da el caso de que los jesuitas fundaron las reducciones.
En ellas no enseñaron solamente los oficios y destrezas, sino que transmitieron la
cultura europea a los nativos americanos. Así nos encontramos con excelentes pintores,
escultores, arquitectos y músicos, todos ellos aborígenes.
En las reducciones había tan cantidad y calidad de expresiones culturales que los
historiadores de la época las comparaban con las mejores del antiguo mundo.
Por ello se dividirá el presente trabajo en dos partes. Una estará dedicada a la música en
las reducciones, y la otra será la biografía de algunos compositores
Las características del arte barroco en América

Las obras artísticas realizadas en las colonias americanas presentan algunas


características propias que las diferencian de las hechas en Europa. Esta situación se
debió a la distancia existente entre las metrópolis y las colonias y a la ausencia en
América de grandes artistas europeos. Fue decisiva la presencia de una tradición
artística precolombina que influyó en la creación de un estilo particular. Objetos
llegados del Asia sirvieron también como fuentes de inspiración, en especial, en el arte
desarrollado en las colonias portuguesas y en la zona de la costa del Pacífico.

Los rasgos básicos del estilo barroco se transmitieron a América fundamentalmente por
medio de la enseñanza de los religiosos, que utilizaban libros o estampas que contenían
obras realiza-das por artistas europeos.

Asimismo, la presencia de artistas europeos, criollos, indígenas y mestizos contribuyó a


crear un lenguaje plástico propio de cada una de las grandes regiones americanas.

Una de las principales características del Barroco americano es la importancia que


adquirió la arquitectura con respecto a las otras artes. Esta propuesta se debe a la
necesidad de crear iglesias para recibir a las poblaciones recientemente cristianizadas.
Otra característica importante es la rica decoración de las fachadas y los interiores de los
edificios.

Sor Juana Inés de la Cruz

(Juana Inés de Asbaje y Ramírez; San Miguel de Nepantla, actual México, 1651 -
Ciudad de México, id., 1695) Escritora mexicana. Fue la mayor figura de las letras
hispanoamericanas del siglo XVII. Niña prodigio, aprendió a leer y escribir a los tres
años, y a los ocho escribió su primera loa. Admirada por su talento y precocidad, a los
catorce fue dama de honor de Leonor Carreto, esposa del virrey Antonio Sebastián de
Toledo. Apadrinada por los marqueses de Mancera, brilló en la corte virreinal de Nueva
España por su erudición y habilidad versificadora.

Pese a la fama de que gozaba, en 1667 ingresó en un convento de las carmelitas


descalzas de México y permaneció en él cuatro meses, al cabo de los cuales lo abandonó
por problemas de salud. Dos años más tarde entró en un convento de la Orden de San
Jerónimo, esta vez definitivamente. Dada su escasa vocación religiosa, parece que sor
Juana Inés de la Cruz prefirió el convento al matrimonio para seguir gozando de sus
aficiones intelectuales: «Vivir sola... no tener ocupación alguna obligatoria que
embarazase la libertad de mi estudio, ni rumor de comunidad que impidiese el sosegado
silencio de mis libros», escribió.
Su celda se convirtió en punto de reunión de poetas e intelectuales, como Carlos de
Sigüenza y Góngora, pariente y admirador del poeta cordobés, cuya obra introdujo en el
virreinato, y también del nuevo virrey, Tomás Antonio de la Cerda, marqués de la
Laguna, y de su esposa, Luisa Manrique de Lara, condesa de Paredes, con quien le unió
una profunda amistad.

En su celda también llevó a cabo experimentos científicos, reunió una nutrida


biblioteca, compuso obras musicales y escribió una extensa obra que abarcó diferentes
géneros, desde la poesía y el teatro, en los que se aprecia la influencia de Góngora y
Calderón, hasta opúsculos filosóficos y estudios musicales.

Perdida gran parte de esta obra, entre los escritos en prosa que se han conservado cabe
señalar la carta Respuesta a sor Filotea de la Cruz, seudónimo de Manuel Fernández de
la Cruz, obispo de Puebla. En 1690, éste había hecho publicar la Carta atenagórica, en la
que sor Juana hacía una dura crítica al «sermón del Mandato» del jesuita portugués
António Vieira sobre las «finezas de Cristo», acompañada de una «Carta de sor Filotea
de la Cruz», en la que, aun reconociendo el talento de la autora, le recomendaba que se
dedicara a la vida monástica, más acorde con su condición de monja y mujer, que a la
reflexión teológica, ejercicio reservado a los hombres.

A pesar de la contundencia de su respuesta, en la que daba cuenta de su vida y


reivindicaba el derecho de las mujeres al aprendizaje, pues el conocimiento «no sólo les
es lícito, sino muy provechoso», la crítica del obispo la afectó profundamente, tanto,
que poco después sor Juana Inés de la Cruz vendió su biblioteca y todo cuanto poseía,
destinó lo obtenido a beneficencia y se consagró por completo a la vida religiosa.

Murió mientras ayudaba a sus compañeras enfermas durante la epidemia de cólera que
asoló México en el año 1695. La poesía del Barroco alcanzó con ella su momento
culminante, y al mismo tiempo introdujo elementos analíticos y reflexivos que
anticipaban a los poetas de la Ilustración del siglo XVIII.

Sus obras completas se publicaron en España en tres volúmenes: Inundación castálida


de la única poetisa, musa décima, sor Juana Inés de la Cruz (1689), Segundo volumen
de las obras de sor Juana Inés de la Cruz (1692) y Fama y obras póstumas del Fénix de
México (1700).

La obra de Sor Juana Inés de la Cruz

Aunque su obra parece inscribirse dentro del culteranismo de inspiración gongorina y


del conceptismo, tendencias características del barroco, el ingenio y originalidad de Sor
Juana Inés de la Cruz la han colocado por encima de cualquier escuela o corriente
particular. Ya desde la infancia demostró gran sensibilidad artística y una infatigable
sed de conocimientos que, con el tiempo, la llevaron a emprender una aventura
intelectual y artística a través de disciplinas tales como la teología, la filosofía, la
astronomía, la pintura, las humanidades y, por supuesto, la literatura, que la convertirían
en una de las personalidades más complejas y singulares de las letras
hispanoamericanas.

En la poesía de sor Juana hay numerosas y elocuentes composiciones profanas


(redondillas, endechas, liras y sonetos), entre las que destacan las de tema amoroso,
como los sonetos que comienzan con "Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba..." y
"Detente, sombra de mi bien esquivo...". También abunda en ella la temática mística, en
la que una fervorosa espiritualidad se combina con la hondura de su pensamiento, tal
como sucede en el caso de "A la asunción", delicada pieza lírica en honor a la Virgen
María.

Firma autógrafa de Sor Juana

Mención aparte merece Primero sueño, poema de casi mil versos escritos a la manera
gongorina en el que sor Juana describe, de forma simbólica, el impulso del
conocimiento humano que rebasa las barreras físicas y temporales para convertirse en
un ejercicio de puro y libre goce intelectual. El trabajo poético de la monja se completa
con varios hermosos villancicos que en su época gozaron de mucha popularidad.

En el terreno de la dramaturgia escribió dieciocho loas, dos sainetes (la comedia de capa
y espada Los empeños de una casa y el juguete mitológico-galante Amor es más
laberinto), un sarao o fin de fiesta, así como tres autos sacramentales: El divino Narciso,
San Hermenigildo y El cetro de San José. Aunque la influencia de Calderón resulta
evidente en muchos de estos trabajos, la claridad y belleza del desarrollo posee un
acento muy personal.

La prosa de la autora es menos abundante, pero de pareja brillantez. Esta parte de su


obra se encuentra formada por textos devotos como la célebre Carta athenagórica
(1690), y sobre todo por la Respuesta a Sor Filotea de la Cruz (1691), escrita para
contestar a la exhortación que le hiciera firmando con ese seudónimo el obispo de
Puebla para que frenara su desarrollo intelectual. Esta última constituye una fuente de
primera mano que permite conocer no sólo detalles interesantes sobre su vida, sino que
también revela aspectos de su perfil psicológico. En ese texto hay mucha información
relacionada con su capacidad intelectual y con lo que el filósofo Ramón Xirau llamó su
"excepcionalísima apetencia de saber", aspecto que la llevó a interesarse también por la
ciencia, como lo prueba el hecho de que en su celda, junto con sus libros e instrumentos
musicales, había también mapas y aparatos científicos.
Poema Redondillas de Sor Juana Inés de la Cruz

Hombres necios que acusáis


a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:

si con ansia sin igual


solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si la incitáis al mal?

Cambatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo


de vuestro parecer loco
el niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis, con presunción necia,


hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro


que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo,
y siente que no esté claro?

Con el favor y desdén


tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Siempre tan necios andáis


que, con desigual nivel,
a una culpáis por crüel
y a otra por fácil culpáis.

¿Pues como ha de estar templada


la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata, ofende,
y la que es fácil, enfada?

Mas, entre el enfado y pena


que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos en hora buena.

Dan vuestras amantes penas


a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido


en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?

¿O cuál es más de culpar,


aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga,
o el que paga por pecar?

Pues ¿para qué os espantáis


de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo


que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.
Garcilaso de la Vega

(Toledo, 1501? - Niza, 1536) Poeta renacentista español. Perteneciente a una noble
familia castellana, Garcilaso de la Vega participó ya desde muy joven en las intrigas
políticas de Castilla. En 1510 ingresó en la corte del emperador Carlos I y tomó parte en
numerosas batallas militares y políticas. Participó en la expedición a Rodas (1522) junto
con Boscán y en 1523 fue nombrado caballero de Santiago.

En 1530 Garcilaso se desplazó con Carlos I a Bolonia, donde éste fue coronado.
Permaneció allí un año, hasta que, debido a una cuestión personal mantenida en secreto,
fue desterrado a la isla de Schut, en el Danubio, y después a Nápoles, donde residió a
partir de entonces. Herido de muerte en combate, durante el asalto de la fortaleza de
Muy, en Provenza, Garcilaso fue trasladado a Niza, donde murió.

Su escasa obra conservada, escrita entre 1526 y 1535, fue publicada póstumamente
junto con la de Boscán, en Barcelona, bajo el título de Las obras de Boscán con algunas
de Garcilaso de la Vega (1543), libro que inauguró el Renacimiento literario en las
letras hispánicas. Sin embargo, es probable que antes hubiera escrito poesía de corte
tradicional, y que fuese ya un poeta conocido.

Garcilaso se sumó rápidamente a la propuesta de su amigo Juan Boscán de adaptar el


endecasílabo italiano a la métrica castellana, tarea que llevó a cabo con mejores
resultados, puesto que adoptó un castellano más apto para la acentuación italiana y la
expresión de los nuevos contenidos poéticos, de tono neoplatónico, propios de la poética
italiana renacentista.

Muchas de sus composiciones reflejan la pasión de Garcilaso por la dama portuguesa


Isabel Freyre, a quien el poeta conoció en la corte en 1526 y cuya muerte, en 1533, le
afectó profundamente. Los 40 sonetos y las 3 églogas que escribió se mueven dentro del
dilema entre la pasión y la razón que caracteriza la poesía petrarquista y en ellos el autor
recurre, como el mismo Petrarca, al paisaje natural como correlato de sus sentimientos,
mientras que las imágenes de que se sirve y el tipo de léxico empleado dejan traslucir la
influencia de Ausias March. Escribió también cinco canciones, dos elegías, una elegía a
Boscán y tres odas latinas, inspiradas en la poesía horaciana y virgiliana.

RESUMEN DE LOS COMENTARIOS REALES DE LOS INCAS DEL INCA


GARCILASO DE LA VEGA
Considerada la obra maestra del Inca Garcilaso de la Vega , Los Comentarios Reales
aparecen en 1609 y constituyen un invento por dotar al Perú de una historia que recoja
todos los aspectos de su devenir social y cultural. La obre esta dividida en dos partes, la
primera consta de 9 libros y la segunda de 8.

La parte inicial recoge lo concerniente a los incas (dioses, leyes, formas de gobierno e
instrucciones) antes de la llegada de los españoles a su territorio. Con una prosa clara y
expresiva, El Inca mezcla datos de la economía política con los problemas de la
cronología, se vale de fuentes orales y escritas e incluso de recuerdos de su infancia para
estructurar su relato.

En esencia es veraz y algunas veces aporta documentos de primera mano. Se le acusa de


idealizar el pasado, pero hay que considerar todo lo que tenia se humanista y explicar
sus presuntas deformaciones sobre el utopismo renacentista que debió marcarle: El inca
veía una uniformidad psicológica al comparar al indio con el hombre de la antigüedad o
con el español de su tiempo.

La segunda parte de los “comentarios” publicada en forma póstuma, lleva el titulo de


historia general del Perú (1617). Aquí se ocupa del descubrimiento y los sucesos que
desencadenaron las incursiones españolas en territorio inca. Recoge también las
desvanecías que surgían entre los españoles y culmina con la ejecución del príncipe del
imperio a manos de los conquistadores.
Los comentarios reales fueron escritos con base en las memorias personales, las
evocaciones de infancia y los documentos testimoniales de distintos autores.

Pese a que el libro fue prohibido en principio por el consejo de indias por considerarlo
instigador y peligroso en manos de algunos nativos letrados, El inca era partidario de la
conquista española. Habiendo nacido en América siendo u 50 por ciento de su sangre
indígena, adopta la forma de vida del conquistador y si asoma una tímida critica esta es
resignada y débil.
Los comentarios reales cuyo valor histórico ha desmitificado el tiempo, estructuran una
literatura exótica que describe a un país aun misterioso y peculiar, cuyos silenciosos
pobladores portan todavía en sus rasgos físicos, morales y espirituales las huellas de una
tradición milenaria.

El autor de los comentarios reales que tratan del origen de los incas tuvo la oportunidad
de estar en contacto con la vida y el ambiente de los conquistadores a la vez que
conoció perfectamente tanto la costumbre como las leyes y l historia de sus antepasados
maternos. El mismo autor lo recuerda de la siguiente forma:
“Decíanme como procedían sus reyes en paz y en guerra, de que manera trataba a sus
vasallos y como eran servidos ellos.

De mas de eso me contaban, como a su propio hijo, toda su idolatría, sus ritos,
ceremonias y sacrificios, sus fiestas y como las celebraban.

Decíanme sus abusos y superticiones; sus agüeros malos y buenos. En suma digo que
me dieron noticia de todo lo que tuvieron en su república, que si entonces lo escribiera
fuera mas copiosa esta historia”.
Algunos critican sus narraciones por considerarlas excesivamente utópicas, pero las
investigaciones modernas confirman la exactitud de sus informaciones en la mayoría de
los hechos. a excepción de los citados por el autor como leyendas.
Destacan dentro de los comentarios, las descripciones y relatos acerca de la fastuosidad
de sus antepasados:” uno de los principales ídolos de los reyes incas y sus vasallos
tuvieron fue la imperial ciudad de cuzco, que la adoraban los indios como a cosa
sagrada , por haberla fundado el primer Inca Manco Capac, y por las innumerables
victorias que ella tuvo en las conquistas que hizo, y por que era casa y corte de los incas
sus dioses… por tenerla en esta veneracion la ennoblecieron aquellos reyes lo mas que
pudieron con edificios suntuosos y casas reales, que muchos de ellos hicieron para si.

Como en las descripción della diremos de algunas de las casa entre las cuales y en la
que mas se esmeraron , fue la casa y templo del sol , que la adornan de increíbles
riquezas , aumentándolas cada inca de por si y aventajándose del pasado...la techumbre
era de madera muy alta , porque tuviese corriente ; la cubija fue de paja , porque no
alcanzaron a hacer teja. Todas las cuatro paredes del templo estaban cubiertas de arriba
abajo con planchas y tablones de oro.

En el testero, que llamamos alta mayor, tenían puestas la figura del sol, hecha de una
plancha de madera, al doble mas gruesa que las planchas que cubrían las paredes…”.

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