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CONGRESO NACIONAL
‘Chmtana ne Dipurapos
Con asistencia del excelenti:
19 de mayo de 1955
ASAMBLEA LEGISLATIVA
vicepresidente de la Nacién
1
10 sefior presidente de la Nacién,
general de ejército JUAN PERON
Presidencia del contraalmirante (R.) ALBERTO TEISAIRE,
Ocupa el sitial de la izquierda el doctor ANTONIO J. BENITEZ,
presidente de la Honorable Camara de Diputados
Secretario: sefior Alberto H. Reales, secretario del Honorable Senado
Ocupa un
ial a Ja izquierda del presidente de la Honorable Camara de Diputados, el
secretario de la misma doctor Rafael V. Gonzalez
" SECRETARIOS DEL PODER EsECUTIVE
PRESENTES:
de Getacloner Extertores,
doco: SERONIMO REMOKINO;
fe Asnotos Téenteor,
doctor RAUL A. MENDE:
o Vetenss Nactonss,
eneral de division JOSE MUMBERTO
‘605A MOLINA
MINISTHOS PRESENTES:
‘do Relaciones Exterfores y Culto,
declor JELONINO REMORINO;
4 Interior 7 sostieta,
se60r ANGEL G. GORLENGM
ae Rancaclén,
Aecior ARMANDO MENDEZ SAN MAR-
Tet:
Ge Asistencia Seotal 7 Salad PObttea,
dector RAUL CONRADO BEVACQUA;
40 Comusieaciones,
seS0r OSCAR LM NICOLINI:
dosior PEDRO J. BONANNI:
> Comercio,
fecies JULIO MANUEL L. PALAREA:
fe Finanias,
“otter MIGUEL KEVESTIDO;
40 tnastria,
tor ORLANUO LEONARDO SANTOS:
‘Obras Papitess,
lageniere ROBERTO M. DUPEYRON;
de Accicnitors 7 Gansoerin,
sseribane CARLOS A. HOGAN;
i ae Tranate 9 Pret
tehor ALEJANDRO B, GIAVARIN
| de Transportes
ingeniere JUAN E MAGGI:
genera} de division FRANKLIN LUCERO:
de Marina,
contrsaimiraate ANKKAL 0, OLIVIER;
brigadier mayor JUAN L. SAN MARTIN
SENADORES PRESENTES:
ALBARINO, Eamén A,
ANTINUCCL, Allo
BHIZUELA NIETO, Vicente Be
BEUNELLO, Vulite Antonto tala
CALVINO de GUMEZ, Maria Ros
CASCO de AGUEH Mana de) Carmen
CASTARSKIRBA de BACUARO, Uh
COMMER, Antonie E,
HERRERA, Peatino s.
HTURKE aiverte J.
JUaKeZ, Car
LAKMAURL Juan
LLCO. Francisco fe
NAVAREO, Gameo ML
FEREIRO de KEILER, Ramona
RIERA. Fernando \
BIOS. Octavio AL
SOKIA VEGA, al
SUBIZA, Romin A.
TAVELLA, Pedro Claar
URRUTIA, Jore Miguel
RAMENA, Cari
ZAVALA ORItz, Ricard
DIPUTANOS PRESENTS:
ACOSTA, Poticarpo
ALBERTELLI, Pedro A,
ALBRIEU, Oscar E.
ALONSO, Alfredo
ALONSO, Jose
ALOY, Antonia
ALVAREDO de BLANCO SILVA, Obdulia,
ALVAREZ, Magasies
ALLIEVI de GOLLETTE, Celia
ANNUNZIATA, Carmelo
ARGARA, José Maria
ARIAS, Jere Pabi
BALDY, Aimar A.
BEGUIRISTAIN, Radi £,
BENITEZ, Antonio J.
BIDEGAIN, Occar &
BLASI, Héctor A.
BONETTE, Marta
BOSCO, Mizimo Alejandro
BOULLHESEN, Pedro A.
BRIZUELA, Juan Francisco
BUSSALLEU de CIBRAN, Maria Rose
BUSTOS FIERRO, Badl C.
CAMPORA, Héctor 3,
cantus, BP
CANTORE, Lais
CARBALLIDO, Dorina
CARENA, Ezie Armando
CARENA’ Roterte Agu
CARRERAS, Ernesto
CASTRO, Orlando
CASUCCIO, Marla Elena
CAVIGLIA de BOEYKENS, Matin C.
CORELLI, Francisco
CONTRERAS, José Evaristo
CORDOBA de DE LA FUENTE, Maria ,
CORNEIO, Ioan E,
CORNEJO'LINARES, Juan Carlos D.
COSTA, Maria Nelida
CUELLO, sesis Leoneio
CUPRI, Alejandro
DEGLIUOMINI de PARODT, Delia D.
DEGREEF, Juan Ramin
DFMUNDO, Antonio J. C.
DEL CAREIL, Luis Eduardo
DLL RIO, arturo B,
DE PRISCO, Guillermo
DIAZ DE VIVAR, Jeagate
DISKIN, Davie12
DUORGE, Lule
DOMINGUEZ, Nétlas Antonia
DUSSAUT, Sentingo
ESPEJO de RAMOS, Joa
PRDELt sonia, nore
Fanwanbus taped
FERNANDEZ, Uemtn’ 8,
Frasonn, Astute
Tones ic qui TERS, Comin
tones, tember &
Foutana’ airede
Fontian euuuede 3
CANCIA de COSTAMAGNA, Elen ta
GARCIA, Suan Cu
Gaeio. Ange yee
Gonts, vette Andete,
Conedua, natant BASRA oh
GONZALEZ, Ve atte oe
Graviaso, Resaie
no, Caner
GORERVIELE, strto rgatés
enna, noone
(bomantco, womberte
Tavrosst, hactt
rannes: hénort.
LELOIR, Alejanaro
LEON, Haydde Candelaria
LOPEZ, Gorseanepsieaa
LOPEZ, Noe
LOPEZ, Pisetdo Guillerme
LUCERO, Joré 20d
LUNA, Pedro Antonto
MACABATE, Manuel E,
MACRI, Ana Carmen
MANGUEL, Fabio
MARCO, Teodoro E,
MARTINEZ, Darwin
MATTIS, Eduardo
MEDINA, Roberto Dantet
BERLO, Patrocinio
SUMARIO
na 12)
8.—Designacién de tas comisiones de recepcién. (Pi-
gina 13.)
Azaniiéiifé de 1a bandera nacional. (Pagina 12).
Decretos de convocatoria y de citacién, (Pagii”
Mensaje presidencial. (Pagina 13.)
CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION
MESSINA, Beraardo RA.
BIEL ASQUIA, Angel 3,
MOLA, Maria del Carmen
MONTES, abel
MORALES, Juan
MORENO BIANCHETTI, Blanca Azueens |
MORESCHI, Humberto T.
MOTTA PIN, José Céase
O1m108, Amado.
ORDONEZ PARDAL, Pedro A. i
OSELLA MUNOZ, Enriaue
OTERO, Pedro Raméo
PALLANZA, Adolfo
PARDO de LAVANCHY, Amel
PAUL, Lole Marla,
FEMETTI de CAROL, Francisca C.
PELLERANO, Jorge §.
PERALTA, Angel Barique |
PEREZ, 3056 C i
PICERNO, Jose FE,
PIOVANO de DE CASTRO, Mata
POSADA, Jos6 3.
PRACANICO, Zulema N
PRESTA, Jose
RINALDI, Lats
HOCAMORA, Alberto Las
ROCHE, Luls Armando
RODRIGUEZ, Colina E.
RODRIGUEZ ge COPA, Seferina del C.
ROSALES, Carler Ernctto
SAN ROMAN de FALLOTICO, Soledad
SCANDONE, Eduardo Ernest
SCHAPIRA, Laie Os
SERRANO, Ana Rosa
SIBOLDL, Agustin
SiVORI, Alberto Dolorina
SOMORROSTRO de SALVATIERRA, E, 3.
SORRENTINO de SANTIRSO, ora A.
SPACHESSI, Modesto A, E,
SUAREZ, Luls Fetine
FABORDA, Vietoris Man
Maria
|PRESADA, Beato Mizcel
Sesi6n de Asamblea
TESOBIEHT, José Vicente
TOFANELLL, Oreste
‘TOMMASI, Victorie M.
ULLOA, Joaé dtunsel
VERGARA, Amanco
VILLA MACIEL de CANO, oultia
VILLARREAL, Pears
VISCAYA, Lila Fanny
AUSENTES, SIN AVISO:
ALENDE, Oscar Eduardo
ASSL, Santlage Cerlon
FERRER ZANCMI, Alfredo @,
LATELLA FRIAS, Donato
LICEAGA, José Y,
MARCO, Teodoro B.
MARTINEZ, Miguel Ange.
PERETTE, Carlos U.
BABANAL, Francitco
SALVO, tilarto F.
WEIDMANN. Reds
YADAROLA, Mouriclo
‘. El acto que estamos
realizando contribuye a elevar nuestros prin-Ho oe
cipios, qué”asly"grueiasramucstia vortintadeje-
cutiva, Megan’ al plano superior que sustenta
«lo sublime de tos principioss,
Pero el honor de esta Asamblea no reside
solamente en que se cumpla un mandato cons-
titucional. Este hecho es mas bien un. simbélico
contraste entre un siglo de gobiernos y los diez
afios de Ia Nueva Argentina.
Es posible que a nosotros no nos interesen las
diferentes interpretaciones que pueda tener una
disposicién constitucional. En cambio nos va~
nagloriamos siempre de conocer la interpreta-
cién que Je da el pueblo, y tratar de cumplirla
como la tnica interpretacién auténtis
demoeratiea. (Aplausos.) Seaman,
Entendemos nuestro deber de gobernar segtin
Jos mandatos del pueblo y en virtud de Ia Doc-
trina Nacional, que es el conjunto equilibrado
¥ armonioso de sus sentimien ideas
¥ de sun deciiones, — seeaeeaeae
El honor de nuestros nueve Parlamentos des-
de 1946 hasta la fecha tiene su mayor funda-
mento en la tarea cumplida por todos y cada
uno de nosotros.
El Bjecutivo, en su cardcter de poder cole-
gislador, se considera también participe de tan
alto mérito, debido a la propia tarea responsable
que tiene en la formacién de las leyes sancio-
nadas y promulgadas desde 1946.
Si alguien no creyese en Ia incomparable
magnitud de nuestra comin labor legislativa,
bastaria mostrarle el ritmo parlamentario, for-
mal y espiritualmente colonialista, que marcé
hasta 1943 el ritmo de toda la Repiiblica, y po-
nerle enfrente para su adecuada comparacion
objetiva el ritmo parlamentario peronista de
Ja Nueva Argentina que estamos construyendo.
(Aplausos.) |
Recuerdo que el 4 de junio de 1946, después |
de prestar juramento como presidente de la
Nacién, declaré que «pausadamente, a su tiem-
po y sazén, ae adaptarse_ los principios
iyo, SREB SURERR, BASRA CARO
is indudable que todos los congresos pero-
nistas han cumplido aquel objetivo de 1946,
Me permito hablar de congresos peronistas
porque hemos asumido, con absoluta plenitud,
tanto la responsabilidad de nuestra accién ma-
yoritaria como el honor de representar al pue-
blo, que delega en nosotros parte de sus derechos |
soberanos.
Hontados por el favor det pueblo, nos abruma
se favor como una responsabilidad que no
podemos compartir y que nunca hemos com~
Partido mediante la transaccién o la compo-
nenda politica, la que por otra parte no nece-
sitamos.
E] golpe de estado de 1943 fué exaltado a
la suprema calidad de revolucién del pueblo
por los descamisados argentinos, el 17 de oc~
tubre de 1945, (Aplausos prolongados en las
CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION
Sestén de Asamblea
baneas y en las galerias. Los sefiores legislado-
res, secretarios del Poder Ejecutivo, ministros,
| y el miiblico, de pie, aclaman insistentemente al
excelentisimo senor presidente de la Nacién,
general Perén.)
El 24 de febrero de 1946, la revolucién fué
convertida en gobierno por la avalancha silen-
ciosa de la ciudadanfa en pleno ejercicio de su
derecho electoral
El 11 de noviembre de 1951, el gobierno de la
revolucién fué consagrado por una citdadania
que ya representaba practicamente a todo el
pueblo argentino.
ga Con Ia ratificacién electoral de 1951, el pue~
“blo argentino consagré también los principios
de la doctrina que veniamos predicando y
realizando desde 1943. a
Desde entonces, y en virtud dé“é*verdadera ®
democracia que practicamos, los hombres, las
mujeres y los trabajadores que integramos el
movimiento peronista tenemos el derecho de
conducir el pais en todas las ramas del go-
bierno y en todas sus divisiones politicas, se-
gin los principios de nuestra doctrina. La
doctrina del movimiento peronista pasa a ser
doctrina del pueblo argentino, que desde en-
tonces tiene Doctrina Nacional. (;Muy bien?
Aplausos prolongados.)
Ya no somos la masa inorgénica y amorfa
de 1943, Constituimos una comunidad organi-
zada, cuerpos de organizaciones sociales, eco-
némieas y politieas, vitalizados por un conjunto
arménico y equilibrado de ideas, sentimientos
y decisions que constituyen nuestra doctrina:
zlma o espiritu de la Nacién,
Nosotros no consideramos haber sido los
ereadores de la Doctrina Nacional, Si la la~
mamos «nuestra docirina» es porque nos sen-
timos satisfechos por haber aleanzado el honor
de interpretar Ios sentimientos, las ideas y las
decisiones que afloraban eonfusos y desorde-
nadamente desde Ia masa popular que ahora
es nuestra comunidad virtualmente organizada.
(Aplausos prolongados.)
La Doctrina Nacional, alma o espiritu de
nuestro pueblo, es la primera causa dé nues-
tra existencia vital como Nacién.
Es el equilibrio arménico de nuestra unidad
nacional en sentimientos, en ideas y en deci-
siones.
Nos acerea a todos los argentinos bajo los
signos de un solo corazén, una sola mente y
una sola voluntad.
Nuestra Doctrina Nacional, que es toda et
alma de nuestro pueblo, se orienta hacia las
alturas de un destino superior: nuestro destino
nacional; un destino que aceptamos elegir en-
tre los diferentes destinos que nos ofrecié la
providencia en los momentos fundamentales de
nuestra historia.
E] destino de la Repiiblica Argentina, el que
decidié elegir nuestro pueblo, est grabado para40 de mayo de 1955 4
siempre en el frontispicio de nuestra Doctrina
Nacional, en la piedra angular de su definicién.
de nuestro movi~
miento.
¥ el pueblo la izé como bandera de sus espe-
ranzas en la Secretaria de Trabajo y Previsién.
Sin embargo, no se podra decir que, deslum-
brados por el éxito o atraidos por la lucha,
hayamos visto en la reforma social el conjunto
integral que la revolucién necesitaba para ser
Precisamente la revolucién total.16 ais sey __ CAMARA
Ya sabiamos entonces que la reforma social
exigiria una reforma econdmica, y ésta, a su
vez, una reforma politica,
Por eso, aun en pleno gobierno revolucionario,
procedimes orgénicamente, con el sentido abso-
luto de la responsabilidad que habiamos asumi-
do ante nuestro pueblo y ante nuestra con-
ciencia.
Si no hubiésemos procedido asi... jamas se
nos hubiese ocurrido, por ejemplo, propugnar la
cooperacién entre el capital y el trabajo, ni la
armonia y el equilibrio entre derechos indivi-
duales y derechos sociales. Ni hubiésemos pen—
sado tampoco en la formulacién de planes de
gobierno como los que se elaboraronj@niél Con-
sejo Nacional de Posguerra, planes cuyas de-
terminaciones siguen teniendo la actualidad de
las grandes decisiones que solo se adoptan cuan-
do se trabaja pensando en etapas de un porvenir
gue, Resto 00 ypighbe, pars. reconoter en os
futuros éxitos de 1a Republica la certeza
nuestras previsiones. (Aplausos.)
‘Si hubiésemos actuado con miras inmediatas,
hubiésemos optado por las reformas demag6-
gicas que habian predominado en nuestra vieja
politiqueria. Pero mal podiamos hacer jpreci
samente nosotros! lo mismo que deseabamos
desterrar para siempre de la historia de la
Repitblica, x
Nuéstra actitud politica estuvo siempre, por
Jo general, en las ant{podas de la conducta que
habla causado el deserédito y la tuina de los
partidos politicos en plena decadencia.
Frente al individualismo de los caudillos
opusimos 1a solidaridad como fundamento de
nuestra accién partidaria,
Frente a Ia politiqueria pequefia y persona-
lista opusimos Ja gran politica de masas.
Frente a la politiqueria como fin subalterno
opusimos nuestro supremo fin: la felicidad del
pueblo y la grandeza de la Nacién. (Aplausos.)
Estos extremos entre nuestra actitud y las
caducas formas politicas de antafio desconcer~
taron a nuestros adversarios, pero al mismo,
tiempo nos ganaron el favor del pueblo. Cuando,
Jo adverti pensé que la revolucién habia hallado
su_auténtico contenido fundamental.
Doce afios después, es posible ver fécilmente
todo aquello con notoria claridad; pero no re~
sultaba ni tan f4cil ni tan claro en 1943,
Habjamos decidido realizar de inmediato una
reforma social auténtica, que era imprescin-
dible para la vida y para el destino futuro de
nuestro pueblo.
Desde 1943 hasta 1946 nuestras acciones se
encaminaron, preponderantemente, en ese sen-
tido.
Fué la etapa de la reforma social, centro de
gravedad de nuestra accién, y que tuvo como
objetivo la justicia social.
En 1946 dimos predominio a la accién eco-
némica.
DE DIPUTADOS DE LA NACION
Sesién de Asamblea
La justicia social nos exigia ¢l ordenamiento
econémico de la vida nacional en funcién de su
bienestar.
En otros términos: la reforma social nos obli-
g6 a pensar en la necesidad de realizar en
nuestro pais los principios de la economia so-
cial, cuyos bellos enunciados se detenian ante
la enorme distancia que mediaba entre el egois-
mo del capital abusivo y explotador y el odio
de la justa reaccién de las masas explotadas.
También era facil iy que es necesario darsela
de cualquier manera! En el caso nuestro —claro
esté— las dos bibliotecas nos acusan de comin
acuerdo, a pesar de la evidencia de sus contra-
dicciones.
Sin atenernos al ladrido de los perros en la
noche, porque venimos cabalgando (Aplausos
prolongados, Los sefiores legisladores, secreta~
rios del Poder Ejecutivo, ministros y ptblico,
puestos de pie, aclaman al general Perén)
apresuradamente desde hace doce ajios... con
ansias de Iegar, nosotros pensamos que asi
como las reformas basicas —~sociales, econd-
micas y politicas— corresponden a la esfera
de muestra accién, el gobierno no puede des-
entenderse de la elevacién cultural del pue-
blo, porque de esa misma elevacién general del
alma nacional depende el porvenir de la Repi-
blica, que es el destino mismo de nuestro
pueblo.
Pensamos, ¥ ereo que pensamos bien, que en
esta reforma del alma popular era més facil
actuar sobre las almas jévenes... en las que
reside ya el pueblo futuro.
Asi lo confesé en cada oportunidad que tuve,
declarando que ya a nosotros, los hombres ma-
duros, no se nos puede cambiar tan faciimente
el alma, Confesé que nosotros, los viejos diri-
gentes del mundo, éramos responsables de toda
esta crisis que estamos presenciando y que ha-
biamos complicado demasiado todas las cosas.
Dije también muchas veces que solamente nues-
tras muchachas y nuestros muchachos, fuertes
en el espiritu y en el cuerpo, pero ante todo
y sobre todo buenos, podian arreglar el mundo.
(Aplausos.)
‘Y me puse a trabajar para hacer algo, avan-
zando por un camino nuevo. Lo hice personal-
mente, lo mismo que en 1943, cuando me lar-
fué a buscar el problema abriendo las puertas
de la Secretaria de Trabajo y Previsién,
Esta vez fui a buscarlo en el contacto directo
con la juventud. Abri les puertas de la residen-
cia presidencial, que habjan disfrutado tranqui-
CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION
Sesi6n de Asamblea
lamente muchos presidentes en Ia soledad sin
pueblo de sus veranos 0 con sus amigos en sus
fiestas también sin pueblo. (Aplausos prolon~
gados.)
En Olivos y en Nuifiez comparto con Ja juven-
tud_mi propia mesa familiar y mtis descansos,
Mi me siento como padre de una gran fa-
milia (Aplausos) cuyos hijjos son los mismos
que en 1943 proclamé, por primera vez,