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INGRESO NACIONAL, CAMARA de Dirvzanos 12 de mayo de 1952 ASAMBLEA LEGISLATIVA PERIODO LEGISLATIVO EVA PERON del Honorable Senado fPresidencia del contraalmirante (R.) ALBERTO TEISAIRE, presidente provisional ‘Ocupa el sitial de Ja izquierda el doctor HECTOR J. CAMPORA, presidente de la Honorable Camara de Diputados Sccretarios: sefior Alberto H. Reales, secretario del Honorable Senado, y doctor Leonidas Zavalla Carbé, secretario de la Honorable Camara de Diputados MINISTROS PRESENTES: | do Relaciones Exterlores y Culto, doctor JERONINO REMORINO; fel toterior, sefor ANGEL G, BORLENGIII; Justis, sr BELISABIO GACHE PLEAN; 40 Eaucnclén, fector ARMANDO MENDEZ SAN MAR- 7m: je Ealod Pale Govier RAMON CARRILLO; ae Comune efor OSCAR L, M. : 6 Asuntor Politica, “Gector ROMAN A, SUBIZA; £ fo Hacienas, Mostor RAMON A. CERELIO; 0 Economia, “aestor ROBERTO A. ARES: 40 Financas, “destor ALFREDO GOMEZ MORALES; 4e Industria y Comercio, " aefler 0S CONSTANTINO BAREO; I 40 Obras Pablicas, Fenerat do ejérello UE) JUAN PISTA- i ae Asciattura 7 Oanaderia, en a Sens ‘Trabajo y Prevision, ‘efor JOSE M. FREI a Je Transportes, Ippentero SUAN E. MAGGI: Jo Defensa Nacloual, kenersl do divisiin JOSE HUMBERTO SOSA MOLINA; 0 exerci, generat de divisldn FRANKLIN LUCERO: e Marina, contrasimlsante ANIBAL 0, OLIVIERT; brigadier mayor JUAN I. SAN MARTIN; de Asuntos Técnicos, doctor RAUL A. MENDE SENADORES, PRESENTES: ANGULO, Rodolto Antonio BAZAN, Miguel Angel CALVINO DE GOMEZ, Maria m CASTASEIRA DE BACCARO, Wilda N. CORREA, Antoato Edvar DE PAOLIS, Jos6 Guillermo DI GIROLAMO, Elena DURAND, Alberto GIAVARINL, Alejanéro B, GIMENEZ, Francisco HERRERA, Paulino B. IBARGUEEN, Prodencio M. LARRAURI, Juana LUCO, Francizco B, NAVARRO, Ramén ¥, PIERANGELE VERA, Mumberto PINEDA, Ilda Leonor RODRIGUEZ LEONARDI DE ROSALES, ‘Elvira E TEISAIRE, Alberto ZERDA, Justiniano DIPUTADOS PRESENTES: ACURA, Joaitn Elan AGUERO, Teodomiro do I Laz AGUILAR do MEDINA, Generesa D. ALDARELLOS, Jus ALBEIEU, Oscar E. ALONSO, Jox6 ALVAREZ, otagéatena ARGARA, José aria ARGUMEDO, Celta ‘ARIAS, Jexin Publ ASTORGANO, Jox6 BALDI, Aimar A. BENITEZ, Antonio J. BIDEGAIN, Oscar B. BIONDI, Josefa DIIGADA de GOMEZ, Josefa Domings BRIZUELA, Joan Francisco BUSTOS FIERRO, aul C. CAMPANO, Guillermo AL, CAMPORA, Héctor J, cams. EP. CANTORE, Lule CARBALLIDO, Dorindo CARENA, Ezle Armando CARRERAS, Ernest CAREIZO, Francitco [idro CASTAGNINO, Héctor CASTRO, Orlando CASUCCIO, Maria Elena CAVIGLIA de BOEYKENS, Maria ©. CLEMENT, Fernando Abel COBELL, Francisco CHALUF, Usgo aet Vs DACUNDA, Angéllc E. DA ROCHA, Alejaudro J. DEGLIVOMINI de PARODT, Delis D. DEGREEF, Joan Ramin DEIMUNDO, Antonle J. C. DEL RIO, arture E. DE PRISCO, Guillermo DIAZ DE VIVAR, Jonqai DI BERNARDO, Almerindo D. DISKIN, Davia DORGE, Luis DOMINGUEZ, Carlos Juaquin DOMINGUEZ, Roberto SPAR DUSSAUT, Santiago ESPEIO, Joana Allele MOWA, fs ‘ORDOREZ PARDAL, FLORES, Fr FONTANA, Altzedo FORTEZA, Eovardo 3. GAETA de ITURBE, Dora Matildg GAGO, Beinarde GARCIA, Joan ©. GIANOLA, Jorge N. GOITIA, Carlos Inécensio GOMEZ, Manuel Vicente Gomis, Pears A, J. GONZALEZ, Antonio F, GONZALEZ, Santos GONZALEZ, Ver GRAMAJO, Roseite HERMMA, Antonio IDOMANICO, stumberto EABANCA, Enrique V. LANFOSSI, Adsite LANNES, Héctor L, LOGUENCIO, Dente N, LOPEZ, Gerardo LOPEZ. Nos LOPEZ, Pablo LOPEZ, Plicito Gubtermo LONA, Pedro Antonie MACARATE, Manuel MACE, Ana Carmen MAESTRO, José Angel MARTINEZ, Darwin MERLO, Patrocinio MESSINA, Bernardo R.A. PELLERANO, Jorge PEREZ, Jos6 C, PERICAS, Lala PICERNO, José E, FIOVANO, Mafalda POSADA, Jexé B. QUEVEDO, 4036 C, RINALDI, Luis ROCAMORA, Albert ROCHE, Luts a: RODRIGUEZ, Mam ROUGGIER, Valerio RUMBO, Eduardo 1, SCANDONE. fa SIBOLDI, Agustin ‘2MUSACCHIO, Migeel ORLANDI, Bémvlo K, ORTIZ de SOSA VIVAS, Domings 1. OSELLA MUNOZ, B: PAZ, Kaving Attredo PERALTA, Angel Enrlave PEREZ OTERO, Tite V. PRACANICO, Zalems N, sande RODEIGUE2, Celina RODRIGUEZ de COPA, Seterina del C, ‘TeSOMIER:, Jost V. TOMMASK Victorlo M, TORTEROLA de ROSELLE, Isabel A. ULLOA. Jore Mansel * VERGARA, Amando VILLAFARE, Jone Maria VILLA MACIEL, otula, VILLARREAL, Pedro ZEREGA, Oreite A, 1 Petre A. orlave AUSENTES, SIV AVISO: 8. ALENDE, Oscar av BELNICOFF, Manvel FASSI, Santiago Carios FERRER ZANCHL, Alfredo @, GALLO, Luis mM. NUDELMAN, Santlaro 1, PERETTE, Carlor H. PIAGGIO, Suan 3006 RABANAL, Francisco SANTUCHO, WEIDMIANN, Bi Juan F ai io A, DELEGADOF PRESENTES: st Felt BARRERA, Nectar A, ESCARDO de COLOMBO BERRA, P. PADUL, Esther Mf. FERNICOLA, Ciena A. MARINO, tamén MONTANA, Agapits PAROLIN, Orla POLO Antener be MIEL ASQUEA, Angel J. SPACHESSI, Modesto A. E. 105, 3etavio A. : MONTES, abe IEIADA, Beato Mena! RODRIGUEZ GALLARDO, A. ‘MORENO, Silverio. TEJADA, Maria Urbelina SAN MARTIN, Pedro J. : y | mummy = BOMEETO) Sr, Secretario (Reales). — Dice asi: TG | Buenos Aires, 28 de abril de 1952. 1,—Decreto de apertura (Pég. 10)! 2.—Designacién de las comisiones de recepeién "Fg! na 1). 3.—EI excelentisimo sefior presidente de Ia Nacién procede a izar Ia bandera nacional (Pag. 11). 4. residencial (Pig. 11), Aaa : -—En Buenos Aires, a um dia del mes de mayo de 1952, a las 8: Sr, Presidente (Teisaire).- sesién de Asamblea. Queda abierta 1a 1 DECRETO DE AFERTURA Sr. Presidente (‘Teisaire).—El sefior secre- tario va a dar lectura del mensaje y decreto del Poder Ejecutivo, de apertura del periodo dinario de sesiones. | Al Honorable Senado de la Nacién, El Poder Byecutive tiene el honor de ditigirse » vuestra honorabilidad, Mevando a su conocimiento fen copia Jegalizada el texto del decreto 8203, dic- tado. con fecha 28 de abril de 1952 por el que se sefiala las 8 horas del dia 1° de mayo préximo para la solemne apertura de las sesiones del Honorable Congreso de la Nacién, correspondientes al presente afio 1952. Dios guarde a yuestra honorabilidad. JUAN PeRON, Angel C. Borlenghi, —(Aplausos.) Buenos Aires, 28 de abril de 1952, En uso de las facultades conferidas por el articu- 0 83, inclso 11, de la Constitucién Nacional, EL presidente de ta Nacién Argentina DECRETAY Articulo 1°—Sefélase las 8 horas del dfa 1° de mayo préximo para la solemne apertura de las sesio- ayo 1° de 1952 ies del Honorable Congreso de la Nacién correspon- lentes a] presente afo 1952, Art, 2?—Comuniquese. publiquese, dése a 1a Direc- General del Registro Nacional y arehivese, Penox, Angel G. Borlenght. —(Aplawsos.) ‘ COMISIONES DE RECEPCION = __ Sr. Presidente (Teisaire). — Por Secretaria se “Yaa dar cuenta de la designacién de las com)- ~Biones de recepeidn del exeelentisimo sefior pre~ Sidente de la Nacidn. Sr. Secretario (Reales). —Comisién de exte- rior: sehores senadores Antonio Eduardo Co- mea, Alejandro B. Giavarini, Juana Larrauri y Humberto Pierangeli Vera, y sefiores dipa- 4ados José Alonso, Francisco’ Cobelli, Delia D Deglivomini de Parodi, Luis Pericés y Modesto A. B. Spachessi | Comisi6n de interior: sefiores senadores Al- hherto Durand, Ramén Mardonio Navarro y Francisco R. Luco, y sefiores diputados Ane) . Miel Asauia, Carlos J. Dominguez, Rail C. Bustos Fierro, E. P. Camus y delegado A. Ro- ariguer Gallardo. "Sr. Presidente (Teisaire). —Invito a tos se Fores miembros de las comisiones designades a lenar su cometido y a los sefiores miembros de la Honorable Asamblea a permanecer en sus ancas en un breve cuarto intermedio. Se pasa a cuarto intermedio a las 8 y 5. ie A las 8 y 12: B —Ocupan sus bancas los sefiores minis- e tros del Poder Bjecutivo. BEsr. Presidente (Teisaire).—Continga la se- sign de Asamblea. —Entra al recinto y ocupa su sitial el excelentisimo sefior presidente de la Na- eién general de ejército don Juan Perén. (Apleusos prolongados,) 3 a ‘a a | IZAMIENTO DE LA BANDERA NACIONAL Sr. Presidente (Teisaire).—Invito al exce- liggisimo senor presidente de ta Nacion a icar jandera nacional. El sefior presidente de Ia Nacién pro- cede a izar Ja bandera nacional. (Aplausos prolongados.) CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION lt 4 + MENSAJE PRESIDENCIAL EI excelentisimo sefior presidente de Ja ‘Nacién inieia la lectura de su mensaje: SeNonas ¥ SERORES SENADORES: SEWORAS ¥ SENoRES piruTaD El dia en que asumi el gobierno de la Repa- blica declaré ante vuestra honorabilidad en este mismo recinto: «Mi empresa es alta y clara mi divisa; »Mi causa es la causa del pueblo; »Mi guia es la bandera de la patria.» Han pasado los seis afios dé mi gobierno. Vengo a rendir cuenta de mis actos ante el pueblo argentino que representan los sefiores di Putados y los sefiores senadores en esta asam- blea extraordinaria de la Nacién que preside, con la belleza incomparable de su dignidad, la niagnifica bandera de nuestras glorias A ella, simbolo eterno del alma y de la historia de nuestro puedlo, Ie ofreci, en los albores de mi lucha, todas las victorias y todos los sacrificios de mi empresa. Ella, como gufa de mis ideales, ha sefialado siempre, a To largo de todos estos afios, los rum- bos de mi camino. Ella ha permanecido siempre izada al tope de su méstil en la secreta intimidad de mi corazén presidiendo mis pensamientos, mis sentimientos y mis actos. ‘Muchas veces he tenido que levantar mis ojos hacia ella buscando, entre sus pliegues, los ca~ minos de la fe y de la esperanza cuando el cerco de sus enemigos cerraba los caminos de la vie~ toria. Permitidme, sefiores, que Je entregue hoy el homenaje de mi gratitud dedicandole este men- saje de la nueva Argentina que por mis manos viene a ofrecerle nuestra generacién en cumpli- miento de su vocacién irrevocable de justicia, de libertad y de soberania (Aplausos). En esta oportunidad extraordinaria, vuestra honorabilidad representa con mas realidad que nunca al auténtico pueblo de la patria. Por primera vez el presidente de los argenti- nos va a rendir cuenta de sus actos ante un Con- eres que asume la personeria integral de la Re- piiblica desde La Quiaca hasta la Antartida, y que tiene 1a honra de representar a todas las provincias y a todos los territorios de la Na- ién, y al mismo tiempo, el histético privilegio de compartir con la mujer de nuestra tierra las responsabilidades comunes del destino comin (Aplausos). Yo saludo. en 1a nueva representacién feme- nina, a la mujer de nuestro pueblo, 12 Ella ineorpora a la vida polftica nacional Ios senitimientos generosos que ha venido sembran- do, en el alma de los argentinos, desde los dias inaugurales de la patria. En ella reside 1a explicacién y la causa pri- mera de todas las virtudes que adornan a nues- tro pueblo. Por eso quiero rendirle, en esta magnifica ocasién y en nombre de la patria, mi mejor ho- menaje. (Aplausos.) Yo saludo también, en los delegados de los te- rritorios nacionales que se incorporan por pri- meta vez al Congreso de la Reptblica, a los hombres y mujeres que representan y que lle- gan a la vida politica nacional después de haber- se ganado ese derecho trabajando, sin medir los, socrificios, por la grandeza de la patria, en las, avanzadas de sus Ifmites. Y¥ rindo en ellos también el homenaje de 1 gratitud argentina a los pioneros que, desde los primeros dias de la patria, abandonaron las co- modidades de la vida cludadana para colonizar Jas duras lejanias territorianas preparando en ellas el advenimiento del progreso. ' Sefiores: Cuando en 1946 realicé, ante mi propia conciencia, el examen de la situacién argentina, adverti que la voluntad de nuestro Pueblo, depositada en mis manos en las eleccio- nes del 24 de febrero, exigia decisiones trascen— @entales y extraordinarios sactificios. Alguna vez he recordado ya la resolucién de aquel examen intimo; y pido a vuestra honora- bilidad que me dispense rememorar mis conclu- siones de entonces porque ellas tienen palpitante actualidad y porque han de servirnos también eomo referencia de todas las apreciaciones y rea- "Wades que hoy quiero exponer ante mi pueblo. Estos eran los seis puntos fundamentales de mis pensamientos y mi resolucién de 1946: * «19 Cuando se viven tiempos de desbordados imperialismos, los Estados, como Hamlet, ven frente a si el dilema de ser o no ser. «29 Por eso, la cuestién més importante para el gobernante de hoy es decidirse a enfrentar al exterior si quiere ser, 0 sacrificar Jo interno, si renuncia a ser. «3° Cuando defienda su independencia, haga respetar su soberania y mantenga e) grado de dignidad compatible con 10 que debe ser una na- cidn, deberd Iuchar duro con los déspotas y do- minadores soportando virilmente sus golpes. (Aplausos.) «49 Cuando a todo ello renuncie, vivir hala- gado por la faisa aureola que lega desde lejos, no enfrentara la Iueha digna, pero tendra que enfrentar Ia explotacién de su pueblo y su dolor que golpearén implacablemente sobre su con= cieneia, Tendré a menudo que recurrir a} engafio, para que Jo tolere a su frente y renunciara a su. independencia y soberania juntamente con su dignidad, CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION Sesién de Asamblea «59 Esta es la primera incégnita que debo despejar en‘el gobierno de mi pais, delante mis- mo de mi pueblo. <6? Yo me decido por mi pueblo y por mi patria. (Los sefiores legisladores y ministros, puestos de pie, aplauden insistentemente y corean el nombre del sefior presidente de la Nacién, quien agradece tas manifestaciones producidas.) «Estoy dispuesto enfrentar la insidia, 1a ca- lumnia y la difamacién de los enemigos de aden- tro y de sus agentes de afuera.> Mi resolucién fué definitiva. La empresa, por Io tanto, era dificil. Pero en el fondo de mis pupilas habia quedado grabado para siempre el especticulo de las ma- sas sudorosas y sufrientes que habfan desfilado ante mi presencia en los afios dificiles y duros de la Secretaria de Trabajo y Previsién; y res- plandecia atin, con el contraste de sus luces y de sus sombras la noche maravillosa de 17 de, oc- tubre (Prolongados aplausos) y en mis oidos resonaban las voces de los descamisados ar- gentinos reclamando, con mi nombre, sus pro- ios e inalienables derechos a Ja justicia y a la Ubertad. (Aplausos.) Con ese pueblo a mis espaldas, yo me pregun- to gué empresa, por dificil que sea, no vale cualquier sacrificio aunque se trate del supremo sacrificio de Ja vida. El dilema de 1946 se ha cumplido en todos sus puntos inexorablemente. iPero también mi resolucién ha sido cumplida inexorablemente! ‘Todos Jos afios, al término de cada una deilas etapas del camino recorrido, he venido con mi carga de victorias ante vuestra honorabilidad Para entregarla a nuestro pueblo como botin de mis batallas, reservando para la soledad de mis recuerdos las angustias y las amarguras de Is lucha. Siempre he pensado que en el momento de | ofrendar, ante los altares de la patria 0 en las manos del. pueblo, los Taureles de la victoria, no se pueden mostrar, como una contrapartida de amargura, las heridas 0 las cicatrices que deja- ron en la encarnadura del alma, los golpes del enemigo derrotado. (Aplausos.) Por eso mis mensajes han tenido siempre un esencial contenido de victoria y de optirismo, porque siendo el auténtico reglejo de las realida- des “aleanzadas han silenciade todos los sufri- mientos y trabajos que costaron. Hemos sobrepasado muchas de las etapas cya dificultad vislumbrabamos en 1946. Tal como lo prevela entonces. hemos tenide que soportar numerosos golpes del exterior, de sus déspotas y de sus dominadores, enfrentando Ja insidia, la calumnia y la difamacién desatadas or sus testaferros y por sus mandaderos meree- narios; pero nunea golpearon, en. cambio, sobre 4 mi conciencia 0 sobre mi corazén ni el dolor, ni layo 1° de Tape miseria, nila psi ni Ja indignidad de wuestro pueblo. (Aplausos prolongados.) Por eso el pueblo estuvo siempre a nuestro do, ante la indignacién de nuestros enemigos, siempre de pie con Ja dignidad y la altivez de sus ejores tiempos y de sus mejores glorias, ofre- endo mas de una vez su pecho descubierto al nemigo, probando que la victoria no siempre suele ser de los que tienen fuerza, sino més bien Jos que tienen corazén. (Aplausos.) ‘La hora de este mensaje no es més dificil que las horas de los otros mensajes de mi gobierno. "La hora de este mensaje nos encuentra en la "misma lucha de los afios pasados peleando fren- ‘a los mismos enemigos del exterior y frente ‘a sus mismos testaferros de aqui. » La situacién de nuestra parte es bastante dis- ‘tinta, sin embargo. I éxito que ha coronado muchos de nuestros ‘esfuerzos, ha excitado Ios enconos del enemigo igarrotcto. _ Pero frente a sus desplantes cada vez menos sfrazados y cada vez més claros en la maldad “yen la perfidia de sus intenciones, frente a Ia ‘reciente agresividad de sus ataques, nosotros ofrecemos ahora también la creciente resisten- gia de nuestras realidades fundamentales y la Unidad maravillosa del pueblo que nos acom- Pafia con plena conciencia del momento de tu~ cha en que vivimos jugéndonos todos los dias nuestro destino y nuestra felicidad. (Aplausos.) Por eso la hora de este mensaje tiene la vi- bracién del mismo optimismo con que todos los afios, el 1° de Mayo, celebramos jubilosamente Tas victorias obtenidas. Za justicia, 1a libertad y Ja soberania son luestras conquistas fundamentales. Somos un pueblo justo, libre y soberano. , La nueva Argentina es, mas que nunca, due- de sus propios destinos. © Qué més podemos pedir, sefiores, en medio un mundo cuyos imperialismos intentan con- yertir a todos los paises en satélites, a todos “Tos gobiernos en lacayos y a todos los pueblos en esclavos! (Aplausos.) Mientras el mundo se divide y las naciones se van agrupando bajo la sombra de los sist: mas extremos que representan la destruccién lel hombre por la explotacién del dinero y dei estado, esta bandera nuestra protege a diccio- “cho millones de argentinos que no seran explota- ‘dos ni por el dinero ni por el Estado, mientras rided de la soberania que nosotros proclamamos. Podemos repetir, sefiores, a todos los vientos oe Ia tierra, con legitimo orgullo, que frente al Toundo injusto, sometido y humillado de 1952, Tnosotros, como nunca en los afios de nuestra jhistoria, constituimos un pueblo justo, libre y soberano. (Aplausos.) Este es el resultado fundamental del primer gobierno peronista y fué, sefiores, también, el 7 guieran mantener la justicia, la Whertal y 1a dig- | anticapitalista, que aprovechaban los mandade- CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION 13 objetivo esencial de mi resolucién de 1946, cuando incliné mi voluntad por la independen- cia, la dignidad y la soberania de mi patria y de mi pueblo, Sefiores: El gran objetivo de mis luchas ha sido siempre la felicidad de nuestro pueblo. Entiendo que la grandeza de las naciones es transitoria y efimera cuando no se construye sobre las bases de un pueblo digno, feliz y satis- fecho, Acaso porque nosotros pensamos primero en la felicidad de nuestro pueblo y quizé por ha- ber clegido, como primera meta de nuestros afanes, a los sectores mas humildes de la Nacién, a quienes la vieja clase dirigente bautizé con el insulto glorioso de «descamisados» (Aplausos), Dios quiso que viésemos claro y hondo en el panorama de la humanidad contemporanea y que, sobrepasando el horizonte de las soluciones cireunstanciales, apuntasemos a las altas y fun- damentales soluciones que fueron integrando progresivamente la doctrina del justicialismo. Frente a nosotros se levantaba triunfante, por aquellos tiempos, el individualismo capitalista y él colectivismo comunista alargando la sombra de sus alas imperiales por todos los caminos de To humanidad. Ninguno de ellos habia realizado ni podia realizar la felicidad del hombre, Por un lado, el individualismo capitalista so- metia a los hombres, a los pueblos y a las na- ciones a la voluntad omnipotente, fria y egoista del dinero. Por el otro lado, el colectivismo, detras de una cortina de silencio, sometia a los hombres, a los pueblos y a las naciones al poder aplas- tante y totalitario del Estado. En todos los horizontes del mundo, las nacio- nes, los pueblos y el hombre que los constituye soportaban, sin fe y sin esperanza, la explota- cién del dinero 0 del Estado como sistema de vida y de trabajo. . Nuestro propio pueblo habia sido sometido durante muchos afos por las fuerzas del capl- talismo entronizado en el gobierno de Ja oligar- quia y habia sido esquilmado por el capitalismo internacional, que mandaba aqui como en su propia casa por conducto de los venales servi~ dores de sti plutocracia, (Aplausos.) Cansados de servir como animales bajo el yugo de la infamante explotacién, fermentaba, en los hombres de nuestro pueblo, la reaccién ros del comunismo para abrir los caminos de la nueva esclavitud. Sobre las bases de aquel panorama tenfamos que hacer la felicidad de nuestro pueblo. El dilema que se nos presentaba era termf- nante y al parecer definitive: 0 segufamos bajo Ja sombra del individualismo occidental o avan= zabamos por él nuevo camino colectivista. ;Pero ninguna de las dos soluciones Tiabia de Hevar- ioe nos a la conquista de In felicid .gntiestro pueblo merecia! aces = Por eso decidimos crear las nuevas bases de una tercera posicién que nos permitiese ofrecer a nuestro pueblo otro camino que no lo condu- jese a la explotacién y a la miseria....una ter- cera posicién argentina para los argentinos... que nos permitiese seguir, en cuerpo y alma, la ruta de Ja libertad y de la justicia que siem- Dre noé sefialé la bandera de nuestras glorias. (Aplausos.) Asi nacio el justicialismo bajo la suprema ins- Piracién de un alto ideal que va estaba presente ante mis ojos el dia en que anuncié mi decision con las palabras del mensaje de 1946 que re- Pitiera al comenzar, EI justicialismo, creado para nosotros y para nuestros hijos como una tercera posicién ideo Jégica tendiente a liberarnos del capitalismo sin caer en las garras opresoras del colectivismo, ha sido, para el exterior, algo asi como la pie- dra del escéindalo. Los. pueblos del mundo han advertido en Hiuestra doctrina y en la realidad del peronismo la solucién de sus propios proble Los conductores de los imperialismos que as- piran a dominar sobre los pueblos han tratado de menospreciar nuestras realizaciones sabo- teando nuestra doctrina y atacdndola en todos | Jos frentes y en todas las retaguardias. ‘Nos acusan de auspiciar, en el mundo, la neu- tralidad como sistema. Si solamente pretendiésemos cso, el mundo de nuestra generacién deberia estarnos ya profun- damente agradecido; porque siempre es prefe- rible la neutralidad como sistema en cambio de las guerras de ensayo o de las guerras preven- tivas. (Aplausos.) Pero se eguivocan substan- cialmente nuestros criticos internacionales, La tercera posicién no es de neutralidad como sis- tema. roar No es una postura sin contenido, sino una doctrina distinta que nosotros, en’ nuestra tie tra, ofrecimos a nuestro pueblo como solucién en un momento crucial de su destino... y la para el pueblo que tuvo fe en nos- otro nosotros en inés de una | ocasién. La tercera posicién es una filosofia que con- forma una doctrina y una teoria en lo politico, en lo social y.en lo econémico; y es substancial- mente distinta del individualism capitalista y del colectivismo en cualquiera de sus formas. La doctrina peronista, sefiores, es la doctrina Je esa tercera posicién y se puede aplicar a la solucién de los problemas politicos, sociales y econémicos del mundo contemporéneo. Nosotros ofrecemos, con seis afios de realiza~ ciones, los resultados concretos de Ia tercera posicidn ideolégica que asumimos en 1946, CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION Sesién de Asamblet Confieso gue no hemos podido todavia des- truir hasta sus ultimos reductos las estructuras del capitalismo que dominé cien afios en nues- tra tierra, pero declaro con absoluta certeza que ya se avizora, en todos los horizontes econémi- os, politicos y sociales de la Repiiblica, el ama~ necer de la liberacion justicialista ‘Nuestro objetivo inicial, 1a felicidad del pue- blo, sigue siendo nuestra primera ambicién co- mo el dia en que empezamos. (Aplausos.) No queremos ni pretendemos imponer.en el mundo la doctrina peronista como solucién de sus problemas. Pero tampoco podemos impedir que los pueblos de la humanidad, atraidos por Ia realidad de nuestro pueblo, que tiene fe en Tos destinos del hombre y que cree en la dig- nidad humana, se pregunten qué ha sucedido en este rincén argentino de la tierra. Y no po- demos negarnos a decirles que ésta es la simple realidad del peronismo, (Aplausos.) ¥ tampoco nos ¢s posible impedirles que, viendo nuestra verdad, no crean, y creyendo no se aferren a nuestra doctrina como solucién de sus propios problemas, de los viejos problemas que'no solucioné el capitalismo ni resolvi6, con su enorme poder totalitario, la mAquina inter~ nacional colectivista. No se quejen ni se extrafien los conductores de los imperialismos por el éxito que en tan poces aiios va coronando Ja prédica peronista entre los pueblos. Ellos no deben olvidar que nuestra doctrina no se ampara bajo ninguna bandera de batalla, ni escuda la mano de ninguna agresién imperia- lista, ni pretende realizar el dominio econémico del mundo, ni aspira a imponer sobre los pue- blos del mundo una determinada justicia o una determinada libertad. Nuestra doctrina era para los argentinos. Nosotros trabajamos y trabajaremos nada mas que para realizarla fntegramente aqui, para los argentinos y para todos los hombres del mundo que quieran compartir nuestra felicidad a la sombra generosa de nuestro cielo limpio. (Pro- longados aplausos.) Si los pueblos del mundo quieren servirse de ella como solucién de sus problemas, no serd por culpa nuestra sino en virtud del desgraciado proceso de los sistemas imperantes, y de su bancarrota como solticién para el dolor y Ia des~ gracia de los pueblos, iNo negamos tampoco que nos gustaria vivir en una humanidad justicialista, porque siem- pre es mas pura la felicidad que se comparte, y por fundamentales razones de solidaridad hu- mana nosotros deseamos, como un alto ideal para una noble empresa de los hombres, la des~ aparicién del capitalismo y del colectivismo por Ja justicializacién del mundo y de los hombres! iQué distinto, sefiores, es esto comparado con Ja acusacién de neutralidad que se nos lanza desde los frentes imperiales asustados por la Mayo 1° de 1952 fleserciéh en masa de los pueblos que no quieren | alinearse para morir en holocausto de causas “que desprecian; y prefieren, en cambio, vivir alentados por la esperanza de este mundo me- | jor, que se les ofrece como una realidad lograda ‘por nosotros, que, al fin de cuentas, somos nada més gue un pequefio pueblo de la tierra que ha decidido alcanzar por si mismo la justicia y Ja libertad que los demas pueblos siguen espe- ‘rando! (Aplausos.) En razén de haber logrado por nuestros pro- “Pios medios la justicia y la libertad realizando “lz doctrina peronista en nuestra tierra, pude yo “decir aqui ante vuestra honorabilidad, en los comienzos de este mensaje, que , Haber lanzado al mundo este principio, y so- “bre fodo haberlo realizado entre nosotros, nos std costando el encono de la propaganda diri gida desde el exterior y nos ha costado el odio ¥ la accién subversiva casi permanente e insi- diosa de sus bien pagados testaferros de aqui. Bllos pretenden —y soguiran luchando por conseguirlo— que el movimiento peronista cai- $a en el camino de sus victorias. Felizmente yo he tenido buen cuidado de in= ae eects reek z6n del pueblo. + Ellos podrén terminar con el justicialismo que "yo llevo en la sangre y en el vigor de mi vida..., “pero no terminaran jams con 1a doctrina pe- CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION ‘Tonista que ya he inculeado en el alma de todos “os trabajadores de esta tierra y que, como una ‘siembra prodigiosa, prolifera entre Jos trabaja- dores de América y del mundo. (Aplausos.) La doctrina del movimiento peronista ya no es propiedad absoluta de Perén, ni del peronis- “mo, jni siguiera de los argentinos...! Pertene- ce a todos los hombres y a todos los pueblos | "que quieran utilizarla como camino de libe- racién! (Aplausos.) Yo doy gracias a Dios que haya encomendado a nuestra generacidn el cumplimiento de tan “altos destinos; pero no se me escapa que Dios “ha sabido elegir un pueblo digno de su histé- “rica misién. Estoy absolutamente convencido de que el pueblo argentino ha de defender, consolidar y | perfeccionar las realizaciones politicas, econd- micas y sociales de nuestra doctrina..., no solo 16 pensando en su propia felicidad sino por la con- Ciencia plena que tiene de su destino extraor- dinario en estos trances decisivos de la historia. Esa es la gran tarea inmediata que tenemo: defender, consolidar y perfeccionar las tealida- des del Justicialismo, para que las generaciones argentinas del futuro reciban el fruto de libertad ¥ de justicia que nosotros les hemos alcanzado, ¥ para que el mundo de los siglos venideros, sien- do un poco més feliz que el de nuestro siglo, reconozea que en esta hora casi tragica tel hombre nosotros supimos cumplir nuestra tarea, sin exigirle nada mas que un lugar de dignidad en el concierto de los pueblos libres. (Aplausos.) Sefiores: esta larga introduccién de este men- saje es, en si misma, el mayor y mas alto re- sultado que pudiera ofrecer nuestro gobierno a la consideracién de nuestro pueblo. Y¥ si no, sefiores, yo pregurito a vuestra hono- rabilidad, y pregunto a mi pueblo: jen qué mo- mento de su historia la Republica Argentina pudo exponer, por boca de su presidente, su propia y autéhtica verdad? Cuando, sefiores, la Repiiblica Argentina pu- do sefialar al mundo, como en esta mafiana, la solucién integral de sus problemas, enfrentan- dose, tal vez por este solo hecho, con los inte- reses politicos y econémicos mis formidables de la tierra? in qué otro momento de su vida la Repti- blica pudo probar, de esta manera, la realidad incontrastable de su soberania? iNunea, sefiores! Y se necesitaba solamente despertar en el alma de nuestro pueblo los vie~ jos sentimientos del idealismo que lo Mevé sa Brando por los caminos de la libertad ameri- cana. Eso es lo que hicimos y agui estén sus resul- tados. jCémo no iba yo a pensar en ofrecer tan extraordinaria realidad a esta vieja y querida bandera de nuestras glories que simboliza aca so nuestro destino, el destino de esta nueva Argentina en cuyo pueblo parece que se hu- bieran concitado la grandeza sin dimensiones Gel cielo y la pureza de las cumbres inconta- minadas de la tierra, para crear un nuevo mundo que sera precisamente una realidad ar- moniosa de materia y de espiritu, de tiempo y de eternidad..., vale decir: un mundo adecua~ do para que el hombre se realice en su extra ordinaria plenitud y alcance su verdadera y absoluta dignidad, a fin de que se integre tam- bién, de esta manera, una humanidad digna de haber salido de Jas manos de Dios! (Aplausos prolongados.) Sefiores: he querido mostrar hasta aqui el panorama en que se sittia, dentro del mundo y de Ja historia, la nueva Argentina del Jus- ticialismo, 16 Es necesario que entremos ya en el andlisis general de sus realizaciones politicas, sociales y econémicas. Como en los afios pasados, yo he de resumir en una sintesis, lo mas prieta posible, los re- sultados aleanzados hasta-ahora, tomando como base general de mi exposicién las memorias de Jos ministerios, cuyo texto integral queda en manos de vuestra honorabilidad. Sin embargo, he crefdo que en esta oportin dad se impone mostrar, més que los hechos mis- mos, su significado trascendente, fijando al mismo tiempo Jas bases doctrinarias generales que los producen, sefialando también los obje- tivos mas Jejanos como meta de futuros afanes, El detalle total de las realizaciones de 1951 referidas al primer Plan Quinquenal figura en el anexo de este mensaje preparado por todos Jos departamentos de Estado, y vuestra hono- rabilidad podra tomar pleno conocimierto de | sus detalles y de su progresién en el tiempo de mi gobierno. Las realidades econémicas alcanzadas se re- | flejan en la definitiva consolidacién de Ja in- dependencia econémica nacional y en la progre- siva substitucién de la economia capitalista por la economia social. La economia social y la independencia eco- némica son, una en el orden interno y otra en | el orden internacional, nuestros dos grandes y | fundamentales objetivos econémicos, Realizar 1a economia social en nuastra tierra importaba quebrar el imperio egoista del ca- pitalismo entre nosotros y suprimir la explota- ei6n del hombre por el capital individual, le- vantando en su lugar la dignidad justicialista del trabajo y del trabajador. Realizar la independencia econémica signifi caba romper las cadenas de los imperialismos capitalistas y de los capitalismos internacionales, suprimiendo asi el nombre de la Reptiblica Ar- gentina de la lista negra de naciones explota- das para incorporarla al mundo de los pueblos libres. (Aplausos,) | Las realidades econémicas que hoy podemos ofrecer a la consideracién del pueblo se agrupan en estos dos grandes capitulos de nuestra accién que son: la independencia econémica y la eco- nomia social, Nuestra independencia econémica, sefiores, es una realidad incontrastable, Cuando nuestros adversarios sostienen que ha sido solamente un simple slogan de nuestra pré- diea politica se me ocurre que ellos no s6lo deben haber vendido el alma al diablo, como en el viejo Fausto, sino también los ojos, los ofdos, el corazén y hasta el nombre de argentinos que evan sin haber hecho todavia nada digno como para merecerlo. (Aplausos prolongados.) Porque bastaria que hubiesen conservado uno CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION solo de todos los atributos superiores del hom- bre para reconocer honradamente que ningin Sesién de Asamblea objetivo como éste ha sido tan absolutamente aleanzado por nosotros, Yo no pretendo defender como perfectos to- dos los procedimientos utilizados en nuestra po- Utica econémica para aleanzar el fin que nos habiames propuesto. iDeclaro solamente, pero solemnemente, que somos econdmicamente libres! (Aplausos.) Sefioras y sefiores: yo pienso que esta simple afirmacién, si no fuese mas que una simple afir- macién, no nos hubiese costado el odio y el en- cono de Jas fuerzas econémicas del capitalismo que nosotros mutilames para que la indepen- Gencia econémica no fuese precisamente un sim- ple slogan de propaganda politica. iLa independencia econémica argentina es una vigorosa realidad en marcha! A veces, en los momentos dificiles de la lucha, me he preguntado si verdaderamente es una cosa imprescindible para la felicidad de nuestro pueblo pelear por su independencia econémica, enfrentando los enconados ataques de tantos in- tereses y de tantos enemigos. Siempre he legado a las mismas conclusiones. El problema es demasiado simple. Sus soluciones, demasiado claras. La felicidad de nuestro pueblo, y Ia felicidad de todos Ios pueblos de la tierra, exigen que las naciones cuya vida constituyen sean socialmente justas... ¥ la justicia social exige, a su vez, que el uso y la propiedad de los bienes que forman el patrimonio de la comunidad se distri- buyan con equidad. Pero mal puede distribuir equitativamente los bienes econémicos de la comunidad un pais cuyos intereses son manejados desde el exterior por empresas ajenas a la vida y al espiritu del pue~ blo cuya explotacién realizan, iLa felicidad del pueblo exige, pues, la in~ dependencia econémica del pais como primera ¢ ineludible condicién! Este principio del peronismo tendré que ser aplicado, sefiores, en cl mundo futuro si alguna vez las naciones se deciden a realizar una paz auténtica y humana. El mundo del porvenir ser& construido sobre Ta base de naciones socialmente justas, econémi- eamente libres y politicamente soberanas jo ser destruido irremediablemente! (Aplausos.) Asi como es verdad que la felicidad de los pue~ blos exige la independencia econémica del pais en que viven, también es cierto que un pueblo fe- | liz esta probando la realidad de su independencia econémica porque ella es fundamento ineludible de la justicia social y de la soberania politica. Sefiore Para confirmar que somos econémicamente bres yo no necesito probar, por suerte, la feli- cidad de nuestro pueblo. i¥ menos ante yuestra honorabilidad, que representa, como ningiin otro Congreso Nacio- nal, al pueblo de los argentinos! Mayo 1° de 1952 La felicidad de Ios pueblos, lo mismo que la felicidad de los hombres, se ve... ino se de- muestra! ‘Tampoco vamos a caer en el error de pensar "gue hemos realizado todo lo que necesitaba nuestro pueblo para ser feliz. Lo que el movimiento peronista ha hecho es suprimir las causas generales de la miseria y del dolor que azotaban al pueblo, y ha creado Jas condiciones generales de su felicidad... Porque en esto también debemos ser since- 0s y realistas: los gobiernos solamente pueden rear las condiciones necesarias para la felici- @ad de los pueblos; pero los pueblos, como los hombres, son los tinicos artifices de su propia felicidad. (Aplausos.) ~ El nuestro es un magnifico ejemplo. Desde el principio de su historia nuestro pue- lo ha pascado por el mundo el sefiorio de sus svirtudes, La generosidad, Ja justicia, 1a soli- daridad, 1a hidalguia, el amor, el sentido cor- dial de la dignidad humana, su yocacién por la justicia y por la libertad, su fe en los valores fternos del espiritu, le han ganado su derecho ‘a Ia felicidad. "= Esta es, acaso, una leceién ejemplar para una “€poca que ve desmoronarse en bancarrota a los sistemas que menospreciaron la virtud como walor del espiritu, cimentando todas sus cons- “trucciones y sus esperanzas en las realidades materiales, Yo pienso que Ja historia seguiré escribiendo sus mejores capitulos por mano de los pucblos ‘que cifran su fortaleza en Ja virtud, y por esta razin fundamental creo en el destino histérico del nuestro. Si la felicidad de nuestro pueblo esta pro ando con su realidad incontestable que la Re- yablica ha conquistado ya la independencia eco- ynOmica que necesitaba para crear las condicio- necesarizs de aquella felicidad, no es menos ‘cierto, sefores, que la soberania politica de que jozemos aporta una prueba definitiva. Muchas veces he dicho ya, y en todos los mnos de mi vor, que ninguna nacién puede pro- dlamarse peliticamente soberana micntras m0 “ealice, hasta los iltimos extremos, su indepen ““dencia ‘econdmica. Esta es para nosotros una ensefianza de nues- fra_propia historia. Yo me remito a los tiempos no lejanos, aun- e felizmente superados como las pesadillas je una noche tragiea, cuando asentaban_ sus Jes de dominio entre nosotros el capitalismo “internacional y sus personeros imperiales que Se tcaben a economia nacional y sus valores integrantes: el dinero, el capital, el crédito, las “empresas, la tierra, la industria, el comercio, etcstera. Durante mas de un siglo ellos fueron duefios absolutos sobre los bienes fundamentales de nuestra tierra. CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION cu Con el pretexto de civilizarnos compraron —easi siempre con el dinero argentino de los bancos que también ellos regenteaban— todo Jo que pudieron comprar en nuestro suelo: jdesde la riqueza minera escondida en las en tzafias de Ja tierra hasta los pensamientos de los hombres guardados en la intimidad de las con ciencias! (Los seftores legisladores, puesto de pie, aplauden y corean los nombres del seiior pre- sidente de la Nacién y de la sefiora Eva Peron.) Todo fué odquirido porque tode tenia un pre- cio para ellos, incluso el gobierno de la Repu- bliea, a cuya primera magistratura legaban los abogados de sus empresas 0 los testaferros de sus abogados. jLo Ynico que nunca pudieron adquirir fue nuestro pueblo! Ni pudieron comprarlo ni pudieron enga- fiarlo! Las manos que digitaban presidentes y que compraban conciencias no pudieron adquirir jamés el voto libre de los argentinos. Tuvie- ron que acudir al fraude como sistema electoral para que no se cumpliera la voluntad irrevoca- ble y soberana de nuestro pueblo. (Aplausos.) Todo es0 fué posible mientras nos ataban al exterior las cadenas de nuestra economia co- Ionial. ‘Muchas veces la Repiiblica intenté su libera- cién sin ningun resultado. Las revoluciones se sucedian con la misma celeridad con que las, copaban los hombres que se vendfan al dinero de la traicién: Era necesario que el pueblo mismo decidiese sus propios destinos. ¥ eso fué Io que suced en la noche prodigiosa del 17 de octubre (Aplau- 508) ¥ se consagré como realidad cl 24 de fe~ brero. Por eso, en los recuerdos de nuestro pueblo, Ja Sigura de Braden aparece como el simbolo de la prepotencia capitalista derrotada, y su des- aparicién sefiala el comienzo de la independen- cia ecorémica que fundamenta nuestra defini- tiva hbertad politic La sangre que los criollos derramaron por todos los caminos de la Independencia ha venido a florecer en nuestros tiempos y el grito de la Ubertad que proclamaron en ja Plaza Mayor de nuestras giorias en mayo de 1810 y en Tu- cumén en 1816 se repite, como un eco, en los esiribillos descamisados de la nueva Argentina, que se declara, en los hechos de su realidad auténtica, duefia de su presente y de su por- venir. (Aplausos.) Hoy podemos afirmer, con Ja absoluta vera cidad de un juramento si fuese necesario, que Ja Republica Argentina es una Nacién politica mente soberana, Esta rotunda afirmacién tiene dos testigos que Ig prueban: el pueblo y el presidente de la Repiblica. E] pueblo sabe ya, sin ninguna duda, que en sels esta tierra su voluntad es soberana y que el go- bierno, elegido por el voto de sus hombres y de sus mujeres en elecciones ejemplares, no hace otra cosa que cumplir con aquellos designios soberanos. El presidente de la Nacién es el segundo tes- tigo de nuestra soberanfa politica y yo afirmo Por él que, en el gobierno de Ia Repiblica, han dejado ya definitivamente de intervenir, con las buenas 0 las malas maneras de sus represen tantes, los intereses extrafios a la grandeza de Ja patria y a la felicidad de los argentinos. (Aplausos.) La felicidad de nuestro pueblo en su realidad indiscutible, la absoluta verdad de nuestra so- beranfa politica, no valen todavia para muchos espiritus como pruebas irrefutables de nuestra independencia econémica. Son los que quieren ver para creer. | Pertenecen a esa clase de hombres que todo Jo reducen a cifras estadisticas. No los menosprecio. Constituyen una catego- ria necesaria entre los hombres, Para ellos quiero aportar todavia algunas pruebas cuyas cifras concluyentes e irrefutables hablan de la realidad indiscutible que es nues- tra independencia en el orden econémico. Quiero referirme, en sus lineas generales, al comercio exterior de Ia Repiiblica y a la renta nacional. En estos ultimos tiempos y, para precisarlo bien, en 1951, nuestro comercio exterior ha atrojado en su balance final un déficit deriva do de la escasa produccién agropecuaria cau- sada fundamentalmente por factores climaticos. Durante todo este tiempo nuestros adversa- rios han deciarado reiteradamente que es un enorme contrasentido peronista el que resulta si se relaciona nuestro comercio exterior con la independencia econémica. | Dicen, por ejemplo, que es una evidente lo- cura nuestra la que nos hace hablar de inde- pendencia econémica mientras carecemos de grandes saldos exportables en trigo y en carne Por una produccién agropecuaria deficiente. .. ¥ que el pais estaba mejor cuando produciamos ¥ exportébamos mds trigo y més carne. Sefiores: es verdad que durante dos afios se~ guidos Ja sequia, que se sumé a una mayor de- manda de mano de obra industrial x a una técnica deficiente de explotacién agropecuaria, determiné Ja disminucién de nuestra produccién. Esta situacién, unida al mayor consumo inter no, produjo la reduceién de nuestros saldos ex- portables. be Nuestros adversarios se alegran por ello. Los problemas de la Republica nunca son para ellos problemas de nuestro pueblo sino problemas de Perén... jCuanto mas graves, mejor! (Aplau~ 08.) Si Ja inflacién del mundo avanza sobre nos- 18 CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION Sesi6n de Asamblea pensar que le toca primero a nuestro pueblo. Si aumentan las posibilidades de crisis eco- némica en el mundo, piensan en el problema que tendré el gobierno para evitar Ia caida ver- tical de su prestigio y de paso preparan una revolucién por si la situacién se pone propicia. (Aplausos.) Si pensasen un instante siquiera en este mo- mento del mundo en que vivimos, se pondrian a nuestro lado, no digo en peronistas sino en opositores con dignidad y con altura para vir a la patria en estos afios de lucha dificil ¥ enconada contra los enemigos de su pueblo. (Aplausos.) iPero todo esto es una cosa précticamente, imposible! iEllos quieren el gobierno y nada mas que e! gobierno! No para resolver los problemas del pueblo, o de la patria..., sino los propios problemas personales que, de tanto gastar dinero en la ‘oposicién, se estin agudizando progresivamente a pesar de la ayuda que reciben de ciertas en- tidades internacionales de socorro y de benefi cencia para exilados y revolucionarios de café (Los seitores legisladores y ministros, puestos de pie, aplauden insistentemente al sefior pre. sidente de la Nacién, quien agradece las ma~ nifestaciones. producidas.) Lo malo para ellos es que el pueblo no los quiere en el gobierno de ninguna manera... y- 80 que, ya lo ha probado en las urnas por cifras, indudables, se probaria mejor si otra vez inten-* tasen realizar Ja revolucién que todos los dias; proyectan para satisfacer la permanente inti. macién de sus lejanos financistas. i Volviendo, con el perdén de vuestra honora- bilidad por la referencia inopinada, a nuestro, tema del comercio exterior, debo decir que, lejos de ser un contrasentido cuando se lo rela ciona, aun en déficit, con nuestra independen- cia econémiea, es un poderoso e irrefutable. argumento en defensa de nuestra conquista fun=i damental. Basta con que recordemos los tiempos en que Ia economia nacional estuvo en manos de cual quiera de nuestros opositores o de sus aliados en la Unién Democratica de 1946 0 en la con= fabulacién antiperonista de 1951. Cuando ellos gobernaban, 1a Reptiblica Ar-t gentina llegé a producir 10,000,000 de tonela- das de trigo por afio. En aquellos tiempos, la: produceién agropecuaria se colocaba facilmente’ en el exterior, (Tan fécilmente que el agricul- tor argentino, con los precios que le pagaban, se daba el lujo de morirse de hambre... ro- deado de trigo! (Aplausos.) iCémo no iba a ser facil la venta de la pro- duecién argentina cuando los agricultores no tenian otra solucién que venderle a un solo comprador a los precios que se fijaban en la otros, se alegran por lo que me toca a mi, sin bolsa mundial y que manejaba, a su antojo, los Mayo 1? do 1982 ferrocarriles, los clevadores, los puertos, os barcos ¢ incluso el apetito de los consumido- res!,.., jobreros cxplotados en las metropolis por el mismo comprador de nuestro trigo! No hablo en términos de pura teoria econé- micofinanciera, ni estoy inventando sofismas pa- ra una dialéetiea depurada. Los organismos técnicos del Estado han pro- bado fehacientemente que los precios que per cibiamos por nuestras exportaciones eran un 40 % inferiores a los que pagabamos por las importaciones iy que desde 1913 a 1946, con- tando en valores monetarios de ese periodo, la Repliblica Argentina perdié 21.000.000.000 de "pesos! Nosotros no necesitamos acusar ni cargar res- “ponsabilidades sobre nadie para defender nues- ‘fra politica econémica. Las cifras que acabo de mencionar, cuya do- ‘cumentacién esté a disposicién de cualquier argentino en e] Banco Central de la Republica, no tienen otro objeto que el de sefialar un sim- ‘bolo para una época definitivamente superada. * Pero hay algo mas todavia, La riqueza ar- Gentina, vendida al 40% menos de su justo ‘valor, dejaba todavia, légicamente, una cierta cantidad de divisas que se aplicaba al pago de Tas importaciones y de los servicios financieros, beneficios y amortizaciones de los capitales que se declan

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