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Escuela Superior de Formación de Maestros

“SIMÓN RODRÍGUEZ”
Cochabamba Bolivia

ENSAYO

ESTUDIANTE: Blanco Félix Pablo


U.F.: Neurociencias
ESPECIALIDAD: Artes Plásticas y Visuales
DOCENTE: Lic. Brigith Maritza Zurita Encinas
GESTIÓN: 2021
NEUROCIENCIA
ESTUDIO DEL FUNCIONAMIENTO DEL CEREBRO, APLICADO A LA
FORMULACIÓN DE UNA NUEVA METODOLOGÍA DE ENSEÑANZA Y
APRENDIZAJE PARA EL DIBUJO.

INTRODUCCIÓN

Cuántas veces hemos notado que existen personas con ciertas habilidades o aptitudes

para el dibujo. Desde nuestros días en la primaria, observamos a nuestros compañeros y

compañeras, y rápidamente identificamos quiénes son los más talentosos para el deporte,

quienes son los más habladores, quienes los más callados, quienes son los más aplicados en

matemáticas, y claro, notamos quien o quienes son los que dibujan “bonito”. Estoy seguro de

que muchos de nosotros, en algún punto de nuestra formación primaria o secundaria, nos

hemos dado cuenta de esta situación, en la que dentro de nuestro grupo de compañeros hay

uno que dibuja muy bien, dibuja muy bonito. O tal vez incluso te habrá tocado darte cuenta

que eras tú, el chico o chica de tu clase que dibujaba bien.

En mi caso, durante mi formación primaria no me destaqué por mis grandes habilidades

como dibujante. Dibujaba como el promedio de los niños de entre 6 a 12 años, nada fuera de

lo normal. Pese a esa situación, me gustaba rayar textos viejos, disfrutaba de arruinar los

cuadernos de mis hermanos mayores, poniéndole color a sus monocromas carpetas de

apuntes. En la secundaria el escenario cambió a raíz de un compañero de aula que dibujaba y

pintaba muy bien (al menos, desde la valoración de un adolescente de 13 años como era mi

caso). Lo interrogué haciéndole la siguiente pregunta: -¿Cómo lo haces?-. A lo que él me

respondió con una mueca en el rostro -No lo sé, solo me sale bien-. Acudí a este compañero

con una duda, y con su respuesta, mis dudas se multiplicaron. ¿Por qué no querrá explicarme

cómo es que dibuja tan bien?, ¿Será algo difícil de explicar?, ¿Él estará consciente de su
talento para el dibujo?, ¿Cómo es posible que no pueda explicarme algo que domina tan

bien?, ¿Lo hará mecánicamente, sin percatarse conscientemente de lo que está dibujando?.

Estas y muchas dudas más que me plantee en ese momento, son las que motivaron en mí, la

inquietud por entender y comprender este fenómeno en particular. Y es en la neurociencia, en

complemento con otros campos científicos, como la psicología, la pedagogía y la neurología,

que obtuve algunas respuestas.

¿Qué es dibujar y qué es un dibujo?

De inicio estas dos preguntas podrían resultar muy sencillas y hasta demasiado obvias

para algunos. Pero es importante que podamos conocer y conceptualizar estos términos, ya

que de eso dependerá que podamos desarrollar otras ideas y nociones más adelante. El

término dibujar nos indica una acción realizada por. Podemos recurrir a la definición

formulada por la RAE: ”I. Trazar en una superficie la imagen de algo. II. Describir algo con

palabras. III. Mostrarse o dejarse ver ej. En su cara se ha dibujado una sonrisa. IV. Dicho de

lo que estaba callado y oculto: Indicarse o revelarse.” 1

Nos quedamos con la primera acepción de la RAE, la cual nos hace notar que para lograr esta

acción, necesitamos básicamente de cuatro elementos. El primero, un sujeto que ejecute la

acción. Segundo, un instrumento o herramienta que permita generar trazos. Tercero, una

superficie o soporte en donde se genere un registro del trazado y cuarto, un objeto de

representación, sea éste real o producto de nuestra imaginación. Como se darán cuenta, sólo

con analizar una definición concreta, como es dibujar, podemos encontrar elementos

fundamentales que a priori, ni siquiera somos conscientes que son fundamentales para la

realización de dicha acción. De la acción de dibujar surge como producto el Dibujo. Para

poder tener un espectro más amplio de lo que es un dibujo, podemos citar a algunos

personajes relevantes en el campo artístico:


1
Real Academia Española, 2021
Se puede dibujar desde cualquier lugar, la importancia que van a tener los

dibujos va a depender de su función, de los signos que contengan y sus

relaciones. Es decir un dibujo que se haga para construir una casa, va a estar

hecho con los elementos que permiten decodificar sus formas para

materializarlas; los que se hagan dentro del campo de las artes van a estar en

función del arte, y su “valor artístico” va a depender del grado de eficacia con

que se manejen los elementos de esta disciplina y de la reflexión que se haga

de la misma2.

Este primer autor, nos comparte su concepción de lo que es el dibujo. Nos muestra

una de las características más importantes que tiene, que es, la finalidad. Esta variable nos

permitirá identificar diferentes clases de dibujo, en función del para qué se los realiza. Es así

que tendremos el dibujo técnico, el dibujo artístico, el dibujo anatómico, dibujo geométrico,

dibujo industrial, el dibujo de investigación o científico, dibujo Arquitectónico, dibujo

figurativo y dibujo abstracto.

El dibujo es la imagen de un río y sus afluentes, el agua que pasa no es la

misma, tampoco un dibujo se asemejará a otro que intente hacer igual. Cada

dibujo es único. Calcado también es dibujo. Materialidad e inmaterialidad del

dibujo.

El latido del corazón, la respiración, la manera de sentarse o pararse, la hoja

que voló o el perro que ladró y el timbre del sodero inciden en un trazo. Cada

parpadeo dibuja como dibuja la mano sobre todo. Una intención, que a veces

está y a veces no, consciente o intuitiva, la línea tiene un rumbo y construye

discursos, recorridos.

Espiritual, un no sé qué, que solo se expresa en este acto de dibujar, junta

informaciones y expresiones dispersas, licua algo mucho más profundo o


2
Borges, 2008
misterioso de la experiencia de vivir en el mundo. El dibujo tendrá en mayor o

menor medida que ver con todo esto3.

La autora hace mención de dos conceptos muy importantes, ella nos habla de acción

consciente e intuitiva. Esto nos invita a hacer una revisión de nuevos campos de

conocimiento, ya que si concebimos al dibujo como un proceso que se desarrolla a partir de

la conciencia y la intuición, necesitamos conocer a mayor profundidad sobre las

características y la funcionalidad, del órgano responsable de administrar los actos

conscientes. El cerebro humano.

Cuando dibujamos, involucramos el cuerpo, aspectos cognitivos y sensitivos,

la creatividad, las ideas. El dibujo es además en su forma inicial: sintético,

directo, un proceso en sí mismo.

Es el primer intento de comunicación escrita del ser humano, e increíblemente

se abandona su práctica por prejuicios de supuesta corrección. Cuántas

personas piden disculpas antes de agarrar un lápiz: -mirá, yo no sé dibujar

bien, pero sería algo así… -o -doblas a la derecha y llegaste, perdona el dibujo-

¿Es que ya nadie sale con la rotring en el bolsillo para dibujar planos

perfectos? Nos olvidamos que el dibujo es de todos, lo usa el carpintero, el

diseñador, el ingeniero, la modista, ni que hablar de los docentes. El dibujo no

es propiedad de expertos, el dibujo ayuda a las personas a pensar, comunicar

ideas, describir teorías, proyectar, crear, inventar.

El dibujo tiene lenguaje propio, y a estas alturas sólo algunos acartonados

profesores de arte se atreven a decir que es la base de todas las disciplinas

artísticas4.

3
Pereyra, 2008
4
Martelli, 2008
Es destacable la interpretación del concepto de dibujo que hace esta autora, al poner

en evidencia la relevancia de los aspectos cognitivos , en la creación de representaciones

gráficas. Destaca la importancia que tiene esta práctica, además de que hasta la fecha es muy

relevante para cualquier actividad que desempeñemos, básicamente es una herramienta que

está al alcance de cualquier persona, con menor o mayor destreza.

¿Todos podemos dibujar?

Es una pregunta que me he planteado muchas veces, en diferentes etapas de mi

formación y a medida que ha pasado el tiempo he obtenido respuestas diferentes. Ya hemos

dejado muy claro, el concepto de que es dibujar. Básicamente es una acción que requiere de

cuatro elementos fundamentales para su realización: un sujeto, un instrumento, un soporte y

un objeto de representación. Basandome en la definición al pie de la letra, puedo decir sin

temor a equivocarme, que todas las personas sin excepción podemos dibujar.

Muchas frases como “-no puedo dibujar, por eso no me gusta artes plásticas-”, “-no me gusta

el dibujo porque nadie me enseñó a dibujar y por eso no me sale bien-”, “-Mejor dibuja tú, a

mí me da miedo hacerlo mal-”, son más comunes de lo que creemos y nos formamos con este

tipo de ideas, reforzando el mito de que solo unos pocos tienen el don para dibujar. Pero lo

único cierto es que cualquier persona es un potencial dibujante, con capacidades que hoy en

día sabemos cómo despertar, estimular y potenciar gracias a los resultados de las

investigaciones en los campos de la medicina, la psicología y la Neurociencia.

Tomando como punto de partida para explicar estos avances científicos aplicados a la

enseñanza y aprendizaje del dibujo, podemos mencionar el trabajo de Roger Wolcott Sperry,

premio Nobel de Fisiología o Medicina de 1981, a quien a continuación parafraseo: “A través

de una serie de pruebas se ha podido determinar que ambos hemisferios del cerebro humano

intervienen en las funciones cognoscitivas elevadas, pero cada hemisferio emplea diferentes

métodos o sistemas para procesar la información”5. Esto nos puede dar una pauta importante
5
Wolcott, 1973
sobre lo que condiciona la destreza cognitiva del individuo. Nos permite teorizar y pensar que

es posible que la capacidad de una persona para el dibujo esté determinada por la facilidad

para cambiar a un modo diferente de procesar la información visual, es decir, pasar del

procesamiento analítico y verbal (hemisferio izquierdo) a un procesamiento global y espacial

(hemisferio derecho). A futuro, me cuesta determinar qué nuevos conocimientos nos aporte la

neurociencia y la neurología, sobre la lateralización estricta de las funciones cerebrales. Pero

en la actualidad, esta concepción del trabajo cognitivo lateralizado en dos hemisferios, nos

permite; a los que enseñamos y a la vez aprendemos del dibujo; diseñar y estructurar

metodologías que resuelvan el gran problema de cómo conseguir que todos los estudiantes de

una clase, y no solo unos cuantos, aprendan a dibujar.

Cambios en los estados de la consciencia.

Qué es lo que entendemos por conciencia, Papalia y Wendkos‐Olds nos dicen al

respecto: “Es darnos cuenta de nosotros mismos y del mundo que nos rodea”6. También

acerca de esto Myers, D.G. nos dice: “Es el conocimiento que tenemos de nosotros mismos y

de nuestro entorno”7.

Muchos de los que hemos realizado un proyecto artístico en dibujo, conocemos que de vez en

cuando nuestro estado mental escapa de la consciencia ordinaria; también conocido como

estado normal de la consciencia; y se transporta a otro estado diferente, en donde se crea la

sensación de estar soñando despiertos, una especie de inmersión parcial.

Existen personas que aseguran que la lectura les saca de sí mismos. Otros tipos de

actividades que pueden producir una alteración del estado de la conciencia ordinaria son la

meditación, el ejercicio, interpretar o escuchar música y por supuesto dibujar.

Manejar una movilidad a alta velocidad por una Avenida, es otra actividad que

probablemente induce un estado subjetivo similar al que tiene una persona que está

6
Papalia y Wendkos‐Olds, 1996
7
Myers, 2005
dibujando. Después de todo en la calle estamos tratando con imágenes visuales, registrando

información del espacio, percibiendo los complejos componentes del esquema general del

tráfico, muchas personas son capaces de pensar creativamente mientras están conduciendo y

pierden a menudo el sentido del tiempo y experimentan una agradable sensación de estar

libres de ansiedades. Es necesario aclarar, que si el tráfico está saturado, y desplazarse en el

auto es difícil, si tenemos prisa o si la bulla del exterior nos aturde, el cambio de estado de

consciencia no se produce.

Según Betty Edwars; profesora de dibujo de la universidad del estado de California en

Long Beach; en su libro ”dibujando en el lado derecho del cerebro” nos dice que: “Hay

operaciones mentales, que surgen en actividades cotidianas, que pueden activar las mismas

partes del cerebro que se usan para dibujar”8.

De manera concreta podría decir, que para enseñar a nuestros estudiantes a dibujar, es

preciso preparar las condiciones que provocarán el cambio mental a un modo diferente de

procesar la información. Un estado de consciencia ligeramente alterado que permita ver bien,

en este estado, nuestro estudiante será capaz de dibujar las percepciones de su espacio real o

imaginario; aunque nunca haya estudiado dibujo de manera profesional. Una vez que el

estudiante se familiariza con este estado de conciencia, puede llegar a controlar

conscientemente el cambio mental.

Un vistazo a nuestro cerebro: lado izquierdo y lado derecho

Para crearnos una idea general o una imagen de cómo es fisiológicamente nuestro

cerebro, podemos imaginarnos a una nuez vista desde arriba. En esta figura encontraremos un

cuerpo formado por dos mitades redondeadas. Estas mitades se llaman hemisferios y tenemos

uno a la derecha y uno a la izquierda.

Gracias al trabajo de los investigadores, en los campos de: anatomía cerebral,

neurología, neurofisiología del cerebro, neurociencia y a estudios sobre la naturaleza de la


8
Edwards, 1984
consciencia humana, conocemos que el sistema nervioso humano está conectado al cerebro

mediante una conexión cruzada. de manera que el hemisferio derecho controla el lado

izquierdo del cuerpo y el hemisferio izquierdo controla el lado derecho. Esto quiere decir que,

por ejemplo, en el supuesto caso de sufrir una lesión en el lado izquierdo de nuestro cerebro,

la parte más afectada del cuerpo sería la derecha y viceversa. A causa de este cruzamiento de

las vías nerviosas, nuestra mano izquierda está controlada por el hemisferio derecho y la

mano derecha por el hemisferio izquierdo.

En los cerebros de animales los hemisferios son esencialmente iguales y simétricos en

sus funciones. Por el contrario, los hemisferios cerebrales de las personas presentan una

asimetría funcional, La manera más clara de evidenciar dicha simetría, es el predominio del

uso de una mano sobre la otra.

Investigaciones realizadas por científicos en el siglo XIX, determinaron que entre los

hemisferios cerebrales, existe una relación de dominancia de uno por encima del otro. En

donde consideraron que el hemisferio izquierdo era el dominante y el hemisferio derecho el

subordinado. Acerca de esto, Betty Edwars, nos dice lo siguiente:

“La opinión general de los científicos del siglo XIX sobre la relación

asimétrica de los hemisferios cerebrales, prevaleció hasta hace muy poco.

Consideraban que la mitad derecha del cerebro estaba menos avanzada,

menos evolucionada que la mitad izquierda, la consideraban una especie de

gemelo de inferior capacidad, dirigido y mantenido por el hemisferio

izquierdo o verbal”9

También complementando y reforzando con sus estudios e investigaciones científicas,

podemos citar al biólogo, neurocientífico y psicólogo estadounidense Roger Wolcott Sperry,

que nos dice:

9
Edwards, 1984
“La cuestión principal es que parecen existir dos modos de pensar, el verbal y

el no verbal, representados respectivamente por el hemisferio izquierdo y el

hemisferio derecho y que nuestro sistema educativo así como la ciencia en

general, tiende a despreciar la forma no verbal del intelecto. El resultado es

que la sociedad moderna manifiesta una discriminación en contra del

hemisferio derecho”10

Para este punto, podemos determinar y darnos cuenta que existen dos maneras

diferentes de procesar la información. La manera del hemisferio izquierdo, el cual, analiza,

abstrae, cuenta, mide el tiempo, planea procedimientos paso a paso, verbaliza y hace

declaraciones racionales basadas en la lógica. Y, por otro lado, está la manera del hemisferio

derecho. Con el cual podemos ver cosas que son imaginarias, ver cosas en el espacio y cómo

estas se combinan para formar un todo. Gracias al hemisferio derecho podemos entender las

metáforas, podemos soñar, podemos crear nuevas combinaciones y configurar ideas.

Era de vital importancia y relevancia para el presente documento, poder explicar

aunque brevemente; pero de manera concreta; las características y particularidades de la

lateralización cerebral. Y como esta, es determinante para concebir una nueva metodología de

enseñanza aprendizaje, para todos aquellos estudiantes y maestros de la especialidad de artes

plásticas y visuales, que todavía en la actualidad están convencidos que el dibujo es una

habilidad o un don con el que “solo unos pocos privilegiados cuentan”.

CONCLUSIÓN

Es breve lo que me queda por decir para concluir con el presente trabajo; el cual debo

admitir, disfruté mucho elaborándolo.

Solo compartir, con quien tenga la oportunidad de leerlo, mi inquietud por cambiar algo que

he identificado desde hace ya mucho tiempo. Compartir la visión crítica que tengo sobre la

10
Wolcott, 1973
actual metodología de enseñanza-aprendizaje del dibujo, aplicado en diferentes instituciones

académicas (escuela, secundaria, universidad). El haber analizado conceptos tan básicos

como el “dibujar” y el “dibujo”, el haber reflexionado sobre una pregunta, que en los últimos

años, me han hecho frecuentemente ¿Crees que todos podemos dibujar? y la investigación

breve pero concreta, acerca de los fenómenos cognitivos que genera la lateralización cerebral

en las personas, son algunos recursos que utilicé en el presente documento para poder

explicar y dar a conocer una idea, para manifestar una inquietud y al mismo tiempo, generar

una reflexión en los estudiantes y maestros del área de Artes Plásticas.

Espero con mucho optimismo, poder llegar al menos a despertar la inquietud del lector.

Sembrar la semilla de la duda, para que otras personas puedan hacer una visión autocrítica y

replantearse, si la actual metodología de enseñanza-aprendizaje del dibujo es la más adecuada

para aplicarla con nuestros estudiantes.

BIBLIOGRAFÍA

❖ Myers, D.G. (2006). Psicología. Madrid: Editorial Médica Panamericana.

❖ Papalia, D.E. y Wendkos Olds, S. (1996). Psicología. México: McGraw‐Hill.

❖ Roger W. Sperry. (1973). "Especialización lateral en los hemisferios separados

quirúrgicamente." In: F. Schmitt and F. Worden (Eds.).

❖ Edwards B. (1984). dibujando en el lado derecho del cerebro. Madrid: Lavel.

❖ RAE (2021). https://www.rae.es/

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