Está en la página 1de 4

Instituto tecnológico de Orizaba.

Nombre: Elizabeth Rosete Rojas.


Nombre de la actividad: Resumen y ensayo.
Materia: Fundamentos de investigación.
Carrera: Ingeniería Mecánica.

.
Resumen.
La sociedad.
Los hábitos de consumo en la sociedad han cambiado notablemente a lo largo de los años y,
sobre todo, con el mayor desarrollo tecnológico de estas últimas tres décadas. Actualmente, es
cada vez más notoria la necesidad que hay de llenar un vacío, o simplemente seguir la corriente
de la sociedad, mediante las compras de bienes y productos que en ocasiones, ni necesitamos.
Hace años, cuando no existía esta "abundancia" de productos, se valoraba el ahorro de los
bienes que se tenían, mientras que hoy en día, la realidad es bien diferente.

Uno de los problemas más palpables del cambio en los hábitos de consumo es que se generan
cada vez más residuos, que en la mayoría de los casos acaban en el medio ambiente, afectándolo
directamente o afectando a las especies que en él habitan, por ejemplo, el aumento en los
envases de plástico que proceden de muchos productos, son un residuo muy contaminante y, a
veces, de difícil reutilización. Además, el problema de la obsolescencia programada, nos obliga
a sustituir muchos bienes antiguos por nuevos, como es el caso de los dispositivos electrónicos
o los electrodomésticos.

Un problema también muy importante es el de los medios de transporte y los combustibles


fósiles que se utilizan para generar energía, que producen grandes cantidades de contaminantes.

Y todo esto ocurre en un planeta lleno de desigualdades sociales, en el que grandes sectores de
población pasan penurias, mientras que otros consumen por encima de sus necesidades. Así se
crea, generalmente, un Norte global que consume servicios, pero que es claro "deudor
ecológico" del Sur, mientras que el Sur actúa generalmente como receptor de estos impactos
ecológicos del estilo de vida en el Norte global.
Ensayo.
La sociedad.

Hoy en día vivimos en una sociedad controlada por la economía. Las políticas públicas y las
privadas que funcionan en nuestro entorno están determinadas por la estructura económica del
momento, consecuentemente, la combinación de estos factores conlleva a fijar una serie de
ideologías afines con tales sistemas de funcionamiento. Estos factores forman un cuadro que
gira en torno a la economía, la política y la ideología.

El sistema de mercado es el gran gobernador, es el que dicta las reglas de cómo tenemos que
producir y de consumir y por lo tanto como tenemos que vivir y como debemos pensar para
que esta gran rueda siga girando sin perder su fuerza. Los avances de la tecnología, que durante
las últimas décadas han invadido nuestras vidas, han fomentado que las grandes empresas nos
vendan formas de vida, lo importante no es la venta del producto en sí, sino hacerte creer que
el producto que estas comprando es lo mejor, lo más bueno. Si picamos en el anzuelo, el fin ya
está conseguido, no porque saquen una insignificante suma de dinero por este determinado
producto, sino porque habrán conseguido un patrocinador más de su marca, que promocionará
su eslogan por allí a donde vaya. Mientras se esté consumiendo ese producto todo el mundo
podrá observar la marca quedándose grabada en su inconsciente, de manera que lo importante
no es la venta del producto en sí, sino la publicidad que se haga de él.

No importa si el producto es bueno o no, no importa si es el que lo produce es una gran marca
que no cuida el medio ambiente, no importa si está fabricado por un niño de la india de 6 años
explotado por menos de un euro al día, no importa… Lo importante es adquirirlo y engordar la
economía bajo cualquier condición.

Los efectos de la globalización han facilitado que la economía mundial siga invadiendo
nuestros espacios y que se busquen las mejores alternativas para reducir los costes de
producción, lo cual conlleva al traslado de las fábricas a lugares menos desarrollados, donde la
mano de obra tiene un coste insignificante. Existen corporaciones que cuentan con más dinero
incluso que el PNB de algunos países pobres, con lo cual pueden controlar y gobernar el m
undo a su antojo.

Además, este sistema económico no valora sus desperfectos, no ha reparado en fomentar una
economía sostenible y dirigida a proteger el medio ambiente. Por el contrario, estamos
acabando con las materias primas de nuestros países y estamos arrasando la de los demás,
explotando todas las fuentes de recursos de las que se puede sacar beneficio. Gracias a este
descuido, estamos convirtiendo el mundo en un lugar arrasado y contaminado, aumentando así
los efectos nocivos para nuestra salud.
Las políticas a su vez, quedan supeditadas al movimiento de la economía y por tanto reformulan
leyes y acuerdos en función de su seguridad. Limitándose a privatizar cualquier fuente de
recursos para poder posteriormente, negociar con ella, desafiando el bienestar público. Las
políticas giran en torno al mercado, de manera que las decisiones se toman en función de las
mejoras económicas, por eso ven las catástrofes o las guerras como una oportunidad de
negocio; mientras unos mueres, los demás se benefician.

Esto llega a tal punto, que las leyes han formulado acuerdos donde se permite patentar cualquier
cosa excepto una vida humana completamente nacida. ¿os imagináis hasta donde podemos
llegar? Se está permitiendo que se especule con la vida, se están desprotegiendo los genomas
que cohabitan en este planeta y que son necesarios para un entorno armónico y equilibrado.

Por otra parte las políticas para el Bienestar social, dependen directamente del PNB del país y
de los impuestos que se reciben; por lo tanto, en función del crecimiento económico varía
nuestro bienestar social de manera que cuando más se necesita, menos se te ofrece.
La ideología de nuestro país, por otra parte, se encuentra en el final de la cadena de este asunto.
Nuestra cultura, nuestros valores, nuestra manera de pensar, está dirigida por el sistema
económico y posteriormente por las leyes que se dictan al respecto.

Es cierto que ha cambiado mucho nuestra manera de vivir durante las últimas décadas, las
estructuras tradicionales han perdido su valor y su fuerza y hemos entrado en una cultura
postmodernista que cambia los significados de nuestras vidas, produciendo a seres más
individualistas, preocupados por aspectos más insignificantes y dedicados a la mera diversión,
sin cuestionarse, sin preguntarse, sin revelarse contra un sistema que lo esclaviza y lo sumerge
en una burbuja de enajenación mental.

Desde nuestro papel como ciudadanos, deberíamos asumir la responsabilidad de implicarse con
los asuntos que mantienen en flujo de nuestra sociedad, que la condicionan y la guían, tratando
de intervenir en las políticas públicas, luchando para una igualdad real. Debemos contribuir al
bienestar público evitando conductas que empobrezcan el medio ambiente, sin olvidar que,
aunque pensemos equivocadamente que hay ciertos aspectos donde no podemos intervenir,
tenemos el deber de actuar y defender por vías pacíficas los derechos de los seres humanos y
de todas las especies de nuestro planeta, contribuyendo al bienestar social de todos/as. La mejor
forma de intervenir no es con palabras, sino con acciones, no importa lo que digas sino lo que
hagas, porque esa actitud será un reflejo para otros. Es urgentemente necesario estimular las
relaciones entre nosotros, relaciones sanas y desinteresadas, evitando que solo se centren en el
intercambio de bienes porque una sociedad dividida y jerarquizada nos desvincula de nuestro
fin como seres humanos.

También podría gustarte