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Presentación sobre El Imaginario Social

El imaginario social es la representación de lo colectivo en el sujeto y permite


tanto que el habitus de las prácticas culturales como el moralizante condicione y
coaccione el gusto de los actores en función de las relaciones sociales que se dan
entre los agentes y de estos simbólicamente para con los productos y servicios
que utilizan y consumen, creando de esta manera un espacio de pertenencia tanto
de segmento social en un abordaje macro, como de nicho en un abordaje micro.
Los actores pertenecientes a un mismo segmento socio cultural descifrarán
consciente o inconscientemente los valores y prácticas culturales de los otros
sujetos a partir de la noción de esos mismos valores (en forma de normas,
principios, gustos o carga valorativa) dado que este es la consecuencia tangible
del estilo de vida preconizando el capital simbólico profesional y cultural, sin
olvidarnos que “un imaginario social compartido puede diferir generacionalmente
respecto de cómo las asociaciones evocadas son construidas moralmente”(Tevik,
2009)1.
La sociedad es siempre histórica y por lo tanto el pensamiento que en ella
producen los sujetos; cada manifestación del pensamiento es un momento en un
encadenamiento histórico y es también, si bien no exclusivamente, su expresión.
El pensamiento es esencialmente social y cada una de sus manifestaciones se
produce en un momento histórico de la sociedad, procede, actúa sobre él y lo
expresa sin ser reducible a ese hecho, por lo que la práctica del lenguaje no puede
ser otra cosa que la creación espontánea de un colectivo humano en un momento
histórico y condicionado por ese mismo imaginario.
“Lo que nos obliga a tomar en cuenta lo histórico social es el hecho de que
constituye la condición esencial de la existencia del pensamiento y la reflexión.
Esta condición no es de ninguna manera “exterior” a la sociedad, no pertenece a
la infinidad de condiciones necesarias pero no suficientes que subyacen a la
existencia de la humanidad. Es una condición “intrínseca”, una condición que
participa activamente de la existencia de aquello que condiciona” (Castoriadis,
1997).
Los individuos socializados son partes de una sociedad dada pero son partes y a
su vez totalidades; es decir que encarnan -en parte efectivamente y en parte
potencialmente- el núcleo esencial de la sociedad y de sus significaciones. No hay
oposición entre el individuo y la sociedad, el individuo es una creación social y a la
vez es su forma social histórica temporal.

Bibliografía
• Catoriadis, C (1997) “El imaginario social instituyente” en Revista Zona Erógena N°35
s/d. https://drive.google.com/file/d/1CI6Efy64rSwbgboJd32hpJDRttyS32yj/view?
usp=sharing
• Mari, E (1993) “El imaginario social en el discurso del orden” en Papeles de Filosofía. BsAs:
Biblos
https://drive.google.com/file/d/1rgoqhqPemqmS-N9Qzms7wvrnPShZgKSn/view?usp=sharing
• Tevik, J (2009) “Imaginarios de gusto y moralidad en los fashionscapes porteños. Prácticas y
discursos de distinción entre la clase media profesional de Buenos Aires”. En Visacovsky y Garguin
(comps.) Moralidades e Identidades de Clase media. Estudios históricos y etnográficos. (Pág. 330).
BsAs: Antropofagia.

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