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Los derechos humanos en

materia de seguridad social en


Colombia
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU):
“los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres
humanos, sin distinción
alguna de raza, sexo, nacionalidad, origen étnico, lengua, religión o cualquier
otra condición. Entre
los derechos humanos se incluyen el derecho a la vida y a la libertad; a no
estar sometido ni a
esclavitud ni a torturas; a la libertad de opinión y de expresión; a la educación
y al trabajo, entre
muchos otros. Estos derechos corresponden a todas las personas, sin
discriminación alguna”
(2010).
Entonces, según lo anterior se puede afirmar que el objetivo de los derechos
humanos es
defender a todas las ciudadanas y ciudadanos del mundo, del abuso que otros
cometan en
su contra, sin distinción alguna en su beneficio.
Colombia es uno de los países miembro de las Naciones Unidas desde 1945,
también de
diferentes acuerdos y tratados en pro de los derechos humanos, aunque, a
pesar de sus
esfuerzos por combatir las violaciones a los derechos de las personas que
suceden año tras
año, no han sido suficientes para erradicar el gran número de crímenes que
azotan a sus
ciudadanos desde hace mucho tiempo atrás; además es importante aclarar
que, el mayor
número de estas violaciones se han realizado durante el conflicto
armado interno de
Colombia, por parte de los distintos personajes armados del mismo.
Si nos remitimos a la historia de Colombia, nos damos cuenta que dicho
conflicto armado es
un periodo de guerra que se desarrolla en nuestro país desde aproximadamente
los años
sesenta, y que se extiende lastimosamente hasta la actualidad. Dentro de las
violaciones a
los derechos dentro del país por parte de los grupos armados encontramos
hechos como
desplazamientos, desaparición, secuestro, amenaza, tortura, violencia sexual,
reclutamiento
forzado de mayores y menores de edad, víctimas de algún tipo de
terrorismo y minas
antipersonal, entre otras acciones más que conmueven el corazón y que
cualquier persona
no desearía vivir o enfrentar en su paso por esta vida.
Solamente un cierto número de Organizaciones No Gubernamentales
(ONG) se han
encargado del papel de recolectar y hacer público las diferentes denuncias
sobre violaciones
de los derechos humanos, pero, la cantidad de la personas afectadas es tan
grande, que un
buen número de las violaciones no llegan a ser reconocidas
institucionalmente, y
permanecen en la impunidad. Del mismo modo, se debe tener presente que
generalmente
hay un altercado entre el gobierno colombiano y éstas organizaciones sin
ánimo de lucro a la
hora de defender la realidad del hecho. Es así como varias ONG, algunas
organizaciones
sociales y entre otras, han culpado al estado y a los actores armados de
las muertes y
agresiones contra sus mismos ciudadanos. La impunidad no debería perjudicar
a la sociedad
en su conjunto al ocultar graves abusos de los derechos humanos,
corrupción y otros
crímenes; además, es que realmente es importante entender que el tipo de
noticias que son
"silenciadas" son necesariamente un tipo de información que todo el mundo
necesita conocer
para quitarse la venda de los ojos cuando por ejemplo creen tener “el mejor y
más buen
gobierno”. La impunidad trae como consecuencia más asesinatos y, también,
es indicio de un
empeoramiento del conflicto, del incumplimiento de la ley y de una
debilidad del sistema
judicial.
Definitivamente es toda una pena y una triste situación la que enfrenta
Colombia, el que
exista un fuerte crecimiento de los homicidios a miembros de grupos
sociales, a pueblos
indígenas, amenazas hacia defensores y defensoras de los derechos
humanos y otros

activistas que luchan por un mundo más justo, pues aumentan los ataques en
lugar de que
con el paso y el transcurso el tiempo, disminuya a su vez la brecha de los
casos. Inclusive, el
país colombiano se ha ganado un nuevo título, precisamente el de que
Colombia sea el país
más peligroso del mundo para ser líder social, pues como complemento de
esto, aquellos de
los líderes registrados como fallecidos, y que hoy muchas de sus muertes
son impunes,
tuvieron algún tipo de amenaza previa, pues su valiente labor no era ni es de
total agrado
para sus variados oponentes, ya que los lideres no solo trabajaban en
defensa de los
derechos humanos, sino también de la libertad de expresión, derechos de
la comunidad
LGBTI, defensa del medio ambiente y los derechos de indígenas y
campesinos.
La búsqueda de la verdad y la memoria histórica en Colombia ha
estado a cargo de:
Movimientos sociales, grupos de universitarios, periodistas, etc. Asimismo, el
país ha tenido
que recurrir por ejemplo a grandes marchas y cacerolazos en los últimos
años, para así
poder manifestar su inconformismo hacia el gobierno, y es que
verdaderamente, los
participantes y las razones de las marchas son tan variados como una baraja de
naipes.
Dentro de las ultimas marchas, encontramos la de los universitarios, donde no
hubo un final
tan feliz en algunas de ellas, y donde la gran mayoría de casos de abuso de
poder que han
enfrentado las marchas en Colombia que van en contra del paupérrimo
gobierno que ha
tenido el país, se gestionan los abusos como eventos extraordinarios que
cometen algunas
“manzanas podridas”, estas manzanas han llegado a causar fuertes y
múltiples golpes a
personas también inocentes, pero hasta incluso muertes por ese mismo exceso
y abuso de
autoridad, por parte de instituciones como la policía. El gobierno y sus
partidarios contribuyen
a siempre justificar que los escándalos no representan la institución, puesto
que son solo
unos pocos quienes actúan mal. Pero, la frecuencia de los incidentes realmente
hace dudar
cada día de la seguridad y hacer llegar a pensar lo contrario. Si
bien, algunas de las
variaciones en el comportamiento policial colombiano pueden
deberse a factores
particulares, pero la extensión y el alcance de las prácticas abusivas
dependen muy
seguramente de los factores organizacionales. A su vez, tales abusos han sido
algunos tan
graves enserio, que incluso han llegado a asesinar, pues vale recordar la
muerte de Dylan
Cruz, el joven de 18 años que resultó gravemente herido en la cabeza por un
disparo del
Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), durante una manifestación
pacífica el sábado 23
de noviembre de 2019 en Bogotá, donde posteriormente, Dylan murió el lunes
en el hospital
donde había sido trasladado, y según el estudio balístico, se identificó un
cartucho de carga
múltiple tipo “bean bag” disparado desde un arma de fuego tipo escopeta,
calibre 12, por
consiguiente, el informe calificó la muerte como “violenta” y “homicidio”.
Asimismo, otra píldora para la memoria en materia de violación a derechos
humanos, como
el derecho fundamental de la vida, que se cree que fue por parte de grupos
armados, se
encuentra la masacre en Samaniego, Nariño; ocurrida el 15 de agosto de 2020,
en la que
todo inició como un festejo de jóvenes en la zona rural de
Samaniego, donde solo se
escuchaban risas, música y jóvenes que se tomaban una que otra cerveza,
cruelmente todo
terminó en horror por parte de cuatro encapuchados que dispararon a
diestra y siniestra
contra jóvenes en su mayoría universitarios.
Según todo lo anterior, y lo aquello que no ha sido nombrado con
especificidad, acaso el
estado colombiano entonces no debería:
Fuente:
Sanín, M. (2016).
Sin embargo, los dos hechos de violencia ya mencionados
anteriormente que dejan un
enorme vacío en nuestro corazón, son precisamente menos del uno por
ciento frente al
elevado número de casos de homicidios, agresiones o amenazas en Colombia,
el estado ha
gobernado con carente protección para aquellos que reclamen igualdad de
algún tipo, pues
se deberían cumplir como mínimo todos los ítems del cuadro anteriores,
pues son solo
algunos de sus deberes como ente gubernamental en pro de los habitantes de
su nación,
entonces, analizando a cabalidad cuan alta puesta en marcha se ha
cumplido de dichos
ítems, lleva a auto responderse que con todo lo que ha pasado y sigue pasando
¡estamos en
peligro y nos están matando!.
Un aspecto de gran relevancia para el análisis que se ha venido haciendo en
este escrito, es
como la ética y moral tendrían también mucho que ver con los problemas
de seguridad
colombiana, pues es evidente como por ejemplo las personas que
son cómplices o
ejecutores de hechos crueles y repugnantes, son reflejo de la
carencia de valores y
principios éticos que no poseen, por ende, también es apropiado
mencionar aquí la
corrupción, de la que no se salva ningún sector, pues empresarios,
políticos, gobierno,
jueces, magistrados, medios de comunicación, entidades de control fiscal y
administrativo,
entre otros de la sociedad. Por eso existe la sensación y percepción que la
situación es
preocupante y caótica, y que quedan menos esperanzas para que se curen los
males que
nos aquejan como colombianos, porque cada vez se profundizan más y
los escándalos
tienen frecuencia diaria. Sin embargo, hay que decir que en materia social
y política las
reformas tendrán validez, servirán y se podrán aplicar, siempre y cuando se
recuperen los
valores éticos y valores morales que necesita toda sociedad, como referente
para vivir en
paz y construir un tejido social basado en la tolerancia, la solidaridad y el
interés general
como lo plantea el artículo primero de nuestra constitución. En palabras más
sencillas, la
responsabilidad de recuperar y actuar con valores éticos y valores morales es
de todos, pero
se debe primeramente empezar, desde el seno de las familias, pues los padres
y familiares
deben dar ejemplo a los hijos de buenas normas de comportamiento desde la
niñez.
A modo de conclusión se puede afirmar que Colombia ha atravesado y está
atravesando por
una situación difícil en diferentes aspectos, pero se necesita
urgentemente proteger los
derechos todos y cada uno de los colombianos, en la que por ejemplo aquellos
que tienen
rangos de autoridad ejerzan sus cargos de la mejor y más justa manera, sin
embargo, una
semilla de cambio en valores y principios para absolutamente todos nosotros
desde nuestra
 Garantizar y asegurar el ejercicio de los derechos de los niños, niñas y
adolescentes y restablecerlos cuando han sido vulnerados.
 Diseñar y ejecutar políticas públicas a nivel nacional, departamental, distrital
y
municipal y asignar recursos necesarios para la implementación.
 Investigar y sancionar los delitos contra niños, niñas y adolescentes.
 Apoyar a las familias para que éstas puedan garantizarles los derechos.
 Prestar especial atención a los niños, niñas y adolescentes que se encuentren
en situación de riesgo, vulneración o emergencia.
 Proteger contra la vinculación en grupos armados al margen de la ley.
 Promover la convivencia pacífica en la familia y en la sociedad, previene y
atiende todo tipo de violencia que atente contra sus derechos.

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