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HILDEGARD

VON BINGEN, DOCTORA DE LA IGLESIA



Hoy, Santa Hildegard von Bingen (1098-1179) ha sido proclamada Doctora de la
Iglesia en la Plaza de San Pedro. Hildegard fue religiosa, poeta, compositora,
dramaturga y científica, pero lo más sorprendente de toda su obra son sus textos
visionarios.

Paniko se une a las celebraciones vaticanas con una entrevista de Felipe Cussen,
nuestro poeta místico por excelencia, a su maestra Victoria Cirlot, catedrática de
filología románica en la Universitat Pompeu Fabra y editora de Vida y visiones
de Hildegard von Bingen (Siruela, 2009).

Victoria Cirlot se encuentra en Chile gracias a una invitación del Centro de
Estudios Medievales de la Universidad Gabriela Mistral. Además, este jueves 11 a
las 11:30 AM dictará la conferencia "Paralelos entre colores y sonidos en
Hildegard von Bingen", en el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de
Santiago de Chile (Román Díaz 89, Providencia).


¿Cómo conociste la obra de Hildegard von Bingen? ¿Qué tipo de impacto te
provocó para que hayas dedicado tantos años a estudiarla?

Recuerdo que en casa de mis padres había un libro con una sobrecubierta dorada en la
que había un nombre: Hildegard von Bingen. Era el libro de Heinrich Schipperges que
todavía conservo. Siempre me intrigó su nombre, su persona. Hasta que fundamos la
colección de El Árbol del Paraíso y su nombre apareció en la lista de los autores que
queríamos publicar. Y finalmente pensé que quizás podía ocuparme yo misma de
Hildegard. De ella me impresionó de modo especial su experiencia visionaria y el
hecho de que en la mayor parte de estudios sobre ella o bien no dieran crédito a dicha
experiencia, o bien simplemente la obviaran. A mí sobre todo me han interesado sus
visiones porque me han permitido penetrar en el universo de las imágenes y los
símbolos.

¿Cómo fue la relación de Hildegard con la jerarquía eclesiástica de su época?

Hildegard se opuso en varias ocasiones a lo largo de su vida a las jerarquías
eclesiásticas. Logró abandonar Disibodenberg, que era un monasterio masculino, para
fundar su propio monasterio femenino; defendió ante otras monjas como Tengswich
von Andernach la riqueza desplegada en su liturgia, tuvo problemas con los prelados
de Maguncia. Pero siempre estuvo al lado del papado en los conflictos entre el papado
y el imperio, y reprendió muy duramente a Federico Barbarroja, por ejemplo.
También se manifestó con toda claridad en contra de la herejía, en especial del
catarismo, cuando habló públicamente ante las puertas de la catedral de Colonia.

¿Qué significa que hoy sea nombrada Doctora de la Iglesia?

Es importante, porque supone un reconocimiento que no ha tenido lugar hasta ahora,
ocho siglos después. Su obra no es sólo importante desde un punto de vista teológico.
Hildegard era además un ser profundamente polifacético, una creadora, una artista.

¿De qué modo sus visiones desbordaron los límites convencionales de la
mentalidad religiosa de su época?

El siglo XII tiene poco de convencional; es de una riqueza inmensa, y también diría
que, a pesar de todo, de una gran libertad. Las visiones de Hildegard se integran bien
en el neoplatonismo de la época, el de un Hugo o Ricardo de san Víctor.

¿Cómo se pueden vincular estas visiones con otros imaginarios visuales
contemporáneos, como el surrealismo o la sicodelia?

De la psicodelia no te puedo hablar, porque no sé nada. Pero del surrealismo, algo
puedo decir. Justamente para comprender la experiencia visionaria de Hildegard me
resultó muy útil compararla con testimonios del siglo XX, mucho accesibles para
nosotros. Cuando Max Ernst contó cómo descubrió el collage y el frottage, lo hizo de
un modo susceptible de ser comparado con la forma en que Hildegard manifestó sus
experiencias visionarias. A partir de los testimonios de Ernst fui encontrando
analogías entre las experiencias visionarias de Hildegard y los procesos de creación
del siglo XX y en especial del surrealismo tan atento a la floración de las imágenes.
Esos estudios comparativos me han resultado muy fructíferos para comprender el
fenómeno visionario.

¿Qué nos dicen hoy los escritos de Hildegard von Bingen?

No es fácil hoy leer a Hildegard. A pesar de que existen buenas traducciones al
castellano del Liber Scivias y del Liber Divinorum Operum su obra no es fácil de leer.
Para mí lo más interesantes son las visiones que se encuentran en esos libros, más que
sus interpretaciones. En las descripciones de las visiones se asiste a la floración
simbólica; en las interpretaciones, al conocimiento teológico. Con todo, de su teología
destacaría su enaltecimiento de la materia y su visión femenina de la divinidad.

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