Ralph O’Farrell primera escena

Nunca, desde aquel primer día de 1974, le había dolido tanto estar frente a un micrófono radial..
Era 16 de junio un día que, en otros años, había sido desafiante y feliz. Se cumplían años desde
que Ringo Starr grabara Vertical Man, en ese extraño 1998 y era costumbre que él hiciera un
enlace directo con el lugar donde The Beat Brothers estuviera tocando porque su tecladista le
rendía tributo cada año tanto a él como al disco.

Esa vez, sin embargo, era dolorosamente distinto. No había gira y la banda estaba en un receso
que ni sus propios miembros sabían cuánto duraría. Frank Vaughan, su fundador, había sufrido un
accidente de tráfico que lo tenía luchando por su vida. No lo conocía tanto pero había visto crecer
a Kate, sabía lo importante que era para ella y le dolía enormemente ver que la situación no
avanzaba pero, especialmente, verla sufrir sintiendo que su esposo se iba.

Si hubiera dependido de él, se habría quedado en su casa viendo televisión con Firebolt a sus pies
pero hizo un esfuerzo porque sabía lo que significaba para ella. Pese a no estar seguro de que ella
lo escuchara, decidió grabar grabar el programa y conservarlo para después.

Pasados algunos minutos, tuvo que programar dos o tres canciones sin pausa porque le habían
dicho que alguien lo llamaba de manera urgente. Escuchar, minutos después, la voz de Kate
dándole la noticia de que Frank había despertado y que pronto estaría recuperado. Pudo sentir
cómo su cuerpo liberaba tensión y su mente comenzaba a ver a Frank ya envejeciendo junto a
ella. Decidió que llamaría a su amigo William para que lo ayudara a hacer un programa especial
para darle la bienvenida de regreso a la vida.

Programó la pausa comercial para actuar de inmediato, no había tiempo que perder porque eso
ameritaba organizar un festival de rock and roll y debían hacerlo ellos porque los demás estarían
ocupados ayudando al músico en su recuperación y proyectos que había dejado inconclusos.
Pensando en esto, sonrió aliviado y se preparó para las cosas buenas que se avecinaban