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172 84 ILUSTRACIONES
T314 LIBROS
INVENTARIO PAGINAS xv, 433 p.
EJEMPLAR CM 23 cm.
VOLUMEN SERIE
TITULO Teoría de la constitución Salvadoreña NOTA
EDICION 1a. ed ISBN ISBN: 99923-76-49-X
PAIS El Salv. CODIGOS DE EJEMPLARES
010442 ej.1 010443 ej.2 010444 ej.3
CIUDAD San Salvador, CODIGOS DE VOLUMENES
EDITORIAL Proyecto para el Fortalecimiento AÑO 2000
de la Justicia y de la Cultura Constitucional en
la República de El Salvador, Unión Europea -
Corte Suprema de Justicia
AUTORES MATERIA 1 DERECHO CONSTITUCIONAL -
/ Salvador Enrique Anaya B... [ y otros ] ; pról. EL SALVADOR
José Albino Tinetti
DESCRIPTORES 1. DERECHO MATERIA 2 Anaya B. , Salvador Enrique
CONSTITUCIONAL - EL SALVADOR I. Anaya MATERIA 3
B. , Salvador Enrique
CONTENIDO Caracter normativo de la constitución salvadoreña cualidades de la constitución
principio y norma constitucional, sistema constitucional de las fuentes del derecho defensa de
la constitución interpretación constitucional
Texto
TEORÍA DE LA
CONSTITUCIÓN
SALVADOREÑA
SalvadorEnrique Anaya B.
Rammell Ismael Sandoval R.
Rodolfo Ernesto González B.
Roberto enrique Rodríguez M.
Salvador Héctor Soriano R.
Ivette Elena Cardona A.
Manuel arturo montecino G.
Juan Antonio Durán R.
_____________________
Sala de lo Constitucional
Dr. Jorge Eduardo Tenorio
PRESIDENTE
Sala de lo Civil
Dra. Anita Calderón Grande de Buitrago
PRESIDENTE
Sala de lo Penal
Dr. Roberto Gustave Torres
PRESIDENTE
___________________
INDICE
I. PROLOGO
CAPITULO I:
CONCEPTO DE CONSTITUCIÓN
(Ideas para una discusión)
1. Exordio
1.1. Necesidad de explicación científica del concepto de Constitución.
1.2. Concepto <<Constitucionalmente adecuado>>
3. Concepto de Constitución.
5. Rol de la Constitución.
5.1. Rol político-jurídico.
5.2. Rol técnico-jurídico.
CAPITULO II:
EL CARÁCTER NORMATIVO DE LA CONSTITUCIÓN SALVADOREÑA.
Introducción.
CAPITULO III:
CUALIDADES DE LA CONSTITUCIÓN.
Introducción.
1. La función de la Constitución.
CAPITULO IV:
EL FUNDAMENTO MATERIAL DE LA CONSTITUCIÓN:
UNA APROXIMACIÓN A LA IDEA DE VALOR,
PRINCIPIO Y NORMA CONSTITUCIONAL.
1. Introducción.
2. Orígenes históricas de la Teoría valorativa.
3. Los valores dentro del Ordenamiento jurídico.
4. La crítica ante la incorporación de valores en el Ordenamiento jurídico.
5. La idea de valor en el Derecho Constitucional Salvadoreño.
6. Valores, principios y reglas
7. A modo de conclusión.
CAPITULO V:
CONSTITUCIONALIZACIÓN DE LAS FUENTES DEL DERECHO SALVADOREÑO.
Primera Parte:
Segunda Parte:
DE LA FUENTES ORDINARIAS.
1. Los Tratados.
2. Las normas ordinarias.
3. Normas de excepción.
4. Los reglamentos.
5. Las ordenanzas.
6. Los instructivos.
7. Las circulares.
8. Los oficios.
9. Resoluciones y sentencias judiciales.
10. Los decretos, acuerdos, órdenes, providencias y resoluciones.
11. Los decretos.
12. La costumbre.
13. La jurisprudencia.
14. La doctrina legal.
15. La doctrina de los expositores del derecho.
16. Otras fuentes del derecho constitucional.
CAPITULO VI:
ACTUALIDAD DE CONSTITUCIÓN.
Conclusiones.
CAPITULO VII:
DEFENSA DE LA CONSTITUCIÓN.
1. Introducción.
2. Protección Política de la Constitución.
3. Medios Económicos y Financieros de protección.
4. Medios Sociales de protección.
5. Supremacía Constitucional y procedimiento dificultado de reforma.
6. Protección Jurisdiccional.
6.1. Órgano competente.
7. Procesos Constitucionales.
7.1. Proceso de amparo.
7.2. El proceso de inconstitucionalidad.
7.3. Proceso de hábeas corpus.
CAPITULO VIII:
INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL.
Introducción.
1. Importancia, necesidad, significación y cometido de la interpretación constitucional.
4. Epílogo.
II. BIBLIOGRAFÍA.
___________________
PROLOGO
Entre las disciplinas jurídicas que estudian el ordenamiento constitucional de los Estados, tal
como entre otros lo señalan Manuel García-Pelayo, Paolo Biscaretti di Ruffia y Rubén
Hernández Valle 1, se distinguen:
1 García Pelayo, Manuel. Derecho Constitucional Comparado. (5a Ed.) Madrid: Revista de Occidente, 1959. pp. 20-22;
Biscaretti di Ruffa, Paolo. Derecho Constitucional. Madrid: Tecnos, 1973 p. 71-73; e Introducción al Derecho
Constitucional Comparado. México, D.F: Fondo de Cultura Económica, 1975. pp. 13-25; Hernández Valle, Rubén. El
Derecho de la Constitución. San José: Juriscentro, 1993. pp. 28-30.
2 Op. Cit.p. 72.
3 Transcripción de García Pelayo. Op. Cit.p. 21
Esta segunda disciplina es de naturaleza teórica. Es oportuno a esta altura precisar el sentido
contemporáneo del término "teoría" -hay que recordar que esta obra pretende ser una "Teoría
de la Constitución Salvadoreña". En su significación corriente o usual, se entiende por teoría al
cuerpo de reglas, ideas, principios y técnicas que se aplican a una materia particular, pero este
concepto primario debe ser precisado. Hay que recordar que el sentido originario de la palabra
"teoría" es "contemplación" y simplistamente hay quienes la asimilan a la contemplación
mística, a algo alejado de este mundo, antitético de la actividad y contrapuesto a la práctica.
Aunque en manera alguna queremos ahondar en el punto, quienes postulan lo anterior olvidan
o ignoran que los místicos consideraban a la contemplación como el grado supremo de la
actividad espiritual. Retornando a nuestro tema, resaltamos que muchos autores
contemporáneos consideran que aunque parezca una paradoja la teoría moderna es
pensamiento activo. De una manera muy genérica, puede considerarse a la teoría como una
construcción intelectual que aparece como resultado del trabajo filosófico o científico, o de
ambos. Esa formulación tan genérica podrá ser aceptada por muchos autores, el problema
radica en la forma cómo se interpreta esa "construcción". ¿Es sólo una descripción? ¿Debe la
teoría ofrecer explicaciones? etc. Una definición de teoría que contemporáneamente tiene
aceptación bastante generalizada, porque intenta unificar diversos conceptos que otros autores
consideran aisladamente, es la de R.B. Braithwaite: "Una teoría científica es un sistema
deductivo en el cual ciertas consecuencias observables se siguen de la conjunción de hechos
observados con la serie de las hipótesis fundamentales del sistema" 7. En relación a esa
definición el elemento que no ha tenido común aceptación es considerar a la teoría como "un
sistema deductivo", a lo cual se ha replicado que cuando una teoría alcanza un nivel alto de
desarrollo, tiende a ofrecer la forma deductiva, sin perjuicio que sus postulados generales se
hayan establecido mediante inferencias inductivas. Lo que sí es rescatable de la definición, en
primer lugar, es que las consecuencias son observables y consecuentemente comprobables o
verificables. Otro aspecto, es la importancia que se adjudica a las hipótesis, pues de ellas no se
puede prescindir en una construcción teórica válida; sin embargo, aun reconociendo tal rol, la
definición supera la posición de algunos autores, según los cuales la teoría se reduce a las
hipótesis.
4 Ibid.
5 García Pelayo. Op. Cit.p. 21
6 Heller, Hermann. Teoría del Estado. México, D.F.; Fondo de Cultura Económica, 1955. p. 19.
Lo que finalmente debe tenerse en cuenta en nuestro caso concreto, es que según se ha
comprobado- las formulaciones teóricas no funcionan de igual manera cuando se trata de una
realidad física, que cuando se trata de una realidad humana. En la primera, la teoría no
modifica en principio la realidad y pretende ajustarse rigurosamente a la misma, en la segunda
-aunque no sea de propósito- la teoría puede transformar y casi siempre transforma la realidad
que se somete a teorización. Esto explica en parte la función dinámica de la teoría de la que
antes hablamos. Una teoría sobra la realidad histórica o social no es ajena a ella, viene a ser
un hecho que se integra a la misma y en muchas ocasiones, es un hecho de suma importancia.
Hay que tener conciencia, además, que una teoría sobre realidades humanos, puede producir
efectos que se consideren o beneficiosos o dañinos; por ello, para el teorizador se plantean
graves cuestiones éticas. Él no debe atenerse sólo a instancias intelectuales, como usualmente
lo hace quien teoriza sobre lo natural, él "tiene que poseer a la vez pulcritud y conciencia
moral."8
7 Véase voz= "Teoría" en: Ferrater Mora, José. Diccionario de Filosofía. (4a Ed.) Buenos Aires: Sudamericana, 1958. p. 1317.
Las consideraciones que se exponen sobre tal definición y sus comentarios, resumen las ideas de Ferrater Mora y de los
autores que él cita, sobre el tópico.
Pablo Lucas Verdú expresa sobre este particular lo siguiente: "Las grandes conmociones
político-sociales han sido precedidas -como es bien conocido por una previa siembra
ideológica. Luego, políticos y juristas se encargan, ajustándose más o menos a esos
precedentes, de establecer la arquitectura formal e institucional que ordenará los cambios
producidos."
"De mismo modo, todo cambio político suscita una correspondiente dogmática constitucional
que lo explica e interpreta en términos normativo-institucionales. La nueva situación política se
refleja en esa dogmática, pero ésta, a su vez, intenta influir sobre aquella." 9
No se ignora que ha existido polémica sobre si el Derecho Comparado es una disciplina jurídica
o un simple método, pero no es el momento de involucrarse en esta polémica. Si cabe apuntar
que la comparación jurídica se ha enfrentado y enfrenta a tres problemas capitales, que
Giusseppe de Vergottini sintetiza adecuadamente: "para qué se compara (problema de la
función); qué se compara (problema del objeto); cómo comparar (problema del método)." 10
No es del caso tampoco abordar ahora todos esos problemas y sólo interesa comentar uno de
ellos en el ámbito del Derecho Constitucional Comparado. Actualmente el objeto de
comparación no se limita a los textos constitucionales, los cuales en la terminología de Karl
Loewenstein- puede en muchos casos ser constituciones nominales o semánticas, meros
disfraces de una realidad contraria al modelo formalizado en la Ley Fundamental, con lo cual
suele suceder que algunas disposiciones sean idénticas, pero su efectividad práctica
totalmente distinta. En razón de lo anterior, la disciplina indaga también sobre el funcionamiento
real de las instituciones, la vigencia y protección efectiva de los derechos, etc. Un ámbito de
mucho interés contemporáneo es la comparación de la jurisprudencia de los tribunales
constitucionales.
10 De Vergottini, Giuseppe. "Balance y Perspectivas del Derecho Constitucional Comparado" en: Revista Española de
Derecho Constitucional. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales. Año 7. Nº 19, Enero-Abril 1987, p. 167.
La anterior consideración merece ser precisada. Debe recordarse que en un momento dado los
juristas soviéticos y los de los países del área de influencia de la URSS, específicamente en el
campo del Derecho Mercantil y del Civil, llegaron a sostener que por la radical diversidad que
existía entre el ordenamiento económico y político capitalista y el socialista y,
consecuentemente, entre sus respectivos derechos, era imposible toda comparación. También
hubo juristas del llamado mundo occidental, que negaron la posibilidad de tal comparación,
particularmente en el área del derecho público y del constitucional. Sin embargo, con
posterioridad, al instaurarse relaciones económicas y de otro orden más frecuentes, el
postulado que la heterogeneidad impedía la comparabilidad fue revisado. Se comprobó que
particularmente la comparación de instituciones específicas y aspectos prácticos relacionados
con las mismas, podía producir interesantes y útiles resultados. En definitiva, se ha llegado a
concluir que lo determinante es la finalidad perseguida con la comparación. Si, por ejemplo, el
objetivo es utilizar la comparación como recurso auxiliar para la interpretación, no hay duda que
lo útil será comparar la realidad del intérprete con la de ordenamientos semejantes a la misma.
También se acepta que la comparación es más fácil, cuando se trata de ordenamientos
homogéneos. Actualmente ya no se discute la legitimidad de la comparabilidad de
ordenamientos heterogéneos.
Como es natural, aun cuando estas tres disciplinas se distinguen, ellas se interrelacionan de
diversas maneras.
¿En cuál de ellas debemos ubicar esta obra? La respuesta la encontramos en el trabajo de
ésta que aborda el tema de mayor alcance en la construcción de una teoría de la Constitución y
es el de su concepto. En el mismo, Salvador Enrique Anaya Barraza expresa lo siguiente: "La
explicación tradicional que en el país se ha hecho de Constitución es insuficiente e
inaprovechable para entender ésta hoy en día y, en consecuencia, debe elaborarse, pues, un
concepto "viviente" de Constitución: que por una parte sea coherente con nuestro sistema
jurídico en su valor histórico concreto y que, por otra tome en cuenta que el Estado
Salvadoreño responde a una forma política especifica el Estado Constitucional de Derecho-,
que está inmerso en una "familia de Estados constitucionales". Un concepto de Constitución
que no tome en cuenta estos aspectos resulta erróneo, pues no describe una realidad concreta;
inútil o hasta contraproducente- en la práctica, ya que no sirve para potenciar la aplicación del
conjunto normativo que dice describir; e inadecuado política y jurídicamente, pues termina
justificando el poder aprioristicamente."
11 Al respecto, Pablo Lucas Verdú expresa lo siguiente: "La dogmática jurídica pretende dominar la realidad social
correspondiente al campo de su especialización, de suerte que la respectiva al Derecho Constitucional se esfuerza en regular
las realidades y relaciones político-sociales. La dogmática constitucional aparece como teoría de la Constitución." Op.cit.p.85.
También en el diccionario, aparece como una acepción en el campo del Derecho de la palabra
"dogmática", la siguiente: "Dícese, en contraposición al exegético, del método expositivo que en
las obras jurídicas se atiene a principios y doctrinas y no al orden y estructura de los códigos."
12 Sobre la Dogmática Jurídica véase el desarrollo que en relación a ella ha elaborado el Dr. Juan Carlos Gardella en
Enciclopedia Jurídica Omeba. Buenos Aires: Driskill, 1986, T.IX, pp. 223-234. La exposición de ideas sobre este tema sigue
el esquema de análisis de dicho autor y constituye en gran medida un resumen de su planteamiento.
En Alemania, Savigny orientó la disciplina jurídica en un sentido historicista. Para él, la historia
del Derecho Romano consistió en un simple medio al servicio del conocimiento dogmático y
sistemático del Derecho. La labor del jurista debía consistir en "pulir los conceptos utilizados
por los jurisconsultos romanos, buscar su exacta definición determinando sus elementos
integrantes. Pero además se trataba de utilizar la abstracción y generalización (instrumentos
lógicos) para, ejerciéndola sobre el material legislativo, entresacar las instituciones,
construyéndolos correctamente y sistematizándolas, y, asi mismo, abstraer las doctrinas
generales."13
Después de Savigny y los primeros maestros de esta escuela, ella se fue orientando hacia la
denominada "jurisprudencia conceptualista" que daba predominio a los elementos teóricos. La
tendencia, con los llamados Pandectistas, fue más allá, pues suprimió toda relación entre la
vida y los elementos dogmáticos del Derecho, que sistematizó en construcciones realizadas
con el auxilio exclusivo de la lógica formal, orientándose así hacia un puro formalismo
desvinculado totalmente de la vida social. Sus críticos afirmaron que el pensamiento jurídico
había alcanzado casí el supremo límite de la perfección técnica y que, por lo mismo, no se
prestaba a ser comprendido por el pueblo, con lo cual se oponía a la misión del Derecho, de
crear un orden justo de la vida, es decir, de ser un Derecho para el pueblo.
A fines del siglo XIX y comienzos del XX la dogmática jurídica tradicional inicia un proceso de
crisis aguda. Esta fue causada por cambios profundos, en la realidad social de la época, que
exigieron modificaciones en las leyes y en las disciplinas jurídicas a fin de contribuir a crear un
orden más justo y más cercano a la realidad social.
Se ha dicho que el dogmatismo del siglo XIX negó la relación entre las normas jurídicas y la
vida social y también entre ellas y el plano axiológico. La formulación correcta es que en la
perspectiva sobrestimadora de su obra, los racionalistas consideraron que el legislador, en su
sabiduría, había elaborado textos legales que encerraban toda la vida social posible, es decir
que toda relación social presente estaba considerada y todo cambio futuro de la realidad social
estaba previsto. Además, que por ser un fruto de la razón, esos textos eran intrínsecamente
justos. Si ello era así ¿Qué sentido tendría una análisis crítico, desde la perspectiva de los
valores, de tales textos?
Esa concepción viene a experimentar una doble purificación con la obra de Kelsen. En primer
lugar, él separa Derecho, Moral y ámbito axiológico, con lo que, ya no se concibe a las leyes
como expresión necesaria de la Justicia. El propósito es estudiar el Derecho que es, no el que
debe ser. En segundo término, separa el Derecho de la realidad social y con ello ya no se
considera a las leyes como expresión omnicomprensiva y necesaria de la vida social. De esta
manera, en la perspectiva de Kelsen, el Derecho como disciplina, alcanza autonomía. Sin
embargo, este autor no niega la posibilidad de otras investigaciones sobre el fenómeno jurídico,
desde otras perspectivas.14 Lo que él pretendió es delimitar el objeto propio de la disciplina
jurídica.
Excede a los alcances de un prólogo el analizar las distintas posiciones posteriores a Kelsen.
Basta con indicar que un buen número de juristas acepta ahora que su estudio como tal debe
limitarse a un ordenamiento jurídico dado ("estudio de un orden jurídico particular, desde el
punto de vista del Derecho que es y no del Derecho que debe ser"); pero ello no implica negar
la posibilidad, más bien, la necesidad, de la crítica axiológica de aquél derecho y el análisis de
su efectividad en la práctica. Es decir, que tales autores asignan un carácter incompleto al
aspecto dogmático y postulan que la disciplina jurídica debe introducir los elementos
existenciales y axiológicos en su análisis.
14 El mismo Kelsen culminó su vida en Berkeley realizando investigaciones sobre axiología jurídica. Allí escribió la obra ¿Qué
es la Justicia? De paso se haca notar que es destacable que dos de los autores de esta obra, citan la definición de justicia
formulada por Kelsen en aquel libro. Es una definición emotiva y subjetiva de tal valor, inusitada para un pontífice del
formalismo; sin embargo, es explicable la atracción de ella para esos dos jóvenes abogados salvadoreños, pues incorpora
elementos que cuando ellos vivieron su niñez e iniciaron la etapa de la juventud -"ese asomarse al gran horizonte que es la
vida," en la cual todavía se encuentran-, no existían en El Salvador: la libertad, la paz, la democracia y la tolerancia. Ellos y el
resto de coautores de este libro, han estado inmersos en el drama de conquista de tales paradigmas y ahora, con su
compromiso y con su obra, están incorporados al esfuerzo nacional de fortalecerlos y consolidarlos.
Estos autores -además de Hermann Heller- encabezan la ofensiva contra el método formalista
y abstracto cuyo adalid fue Kelsen. Frente al predominio de la norma, de la abstracción lógica
desvinculada de las realidades histórica y social y de la axiología, ellos atienden los elementos
sociológicos, políticos y vitales.
Tampoco se realizará una relación de la obra de esos autores, ni de quienes los sucedieron
con obras importantes de Teoría de la Constitución. Los autores de este libro se valen de los
aportes de la dogmática constitucional contemporánea y no se quiere duplicar lo que tan
meritoriamente han hecho. Sólo se destaca una situación interesante. Rudolf Smend escribió
su pequeño libro, que para él tenía el carácter de un esbozo o programa, que, además, ha sido
calificado de oscuro y, recibió muchas críticas de autores de gran prestigio en aquella época.
Se dijo que el concepto de integración -eje central de su planteamiento- era equívoco, poco
concluyente, insuficiente o in-adecuado. Ahora se ha comprendido y se reconoce que nunca
una obra tan parca pudo haber estado más calmada de sugerencias, que pese a la dificultad de
su comprensión es densa, susceptible de aplicaciones concretas y que la teoría de la
integración del Estado es rica en consecuencias.
Varios autores contemporáneos han recogido esas sugerencias de Smend y de eso dan cuenta
-expresa o tácitamente- los autores de esta Teoría de la Constitución Salvadoreña, aunque,
claro está, no es sólo él quien inspira sus aportes.
Es reiterado el señalamiento que las grandes concepciones básicas sobre el Estado y sobre la
Constitución no han variado profundamente en las últimas décadas; que existen excelentes
trabajos sectoriales, exégesis de textos constitucionales de muy buen nivel, manuales de gran
utilidad, pero que no se han escrito ya obras de dogmática constitucional que vengan a sustituir
las clásicas, las cuales todavía ocupan nuestro quehacer intelectual aunque sea para
criticarlas.
Pero ello no es todo. El doctor Álvaro Magaña ha analizado en varios de sus trabajos que el
principio monárquico -que nunca ha tenido nada que ver con nuestra realidad- aún inspira las
construcciones argumentales de funcionarios o autores salvadoreños. Eso tiene alguna
explicación, aunque no justificación, en relación a teorías constitucionales europeas. Frente a
ello, es valedero el postulado que formula Manuel Aragón: "es preciso vencer la inercia de
viejas categorías, no con ánimo meramente iconoclasta (pues el Derecho no deja de ser un
saber acumulativo), sino con el propósito de establecer un cambio de "perspectiva", lo que
significa abordar el problema en su misma raíz, esto es, extraer las consecuencias jurídicas
pertinentes de la atribución al pueblo de la soberanía. De ahí que, en el fondo, la teoría
constitucional de nuestro tiempo no puede ser más que la teoría jurídica de la democracia." 15
Es indudable que los autores de este libro no pretenden emular la obra de los grandes
constitucionalistas del pasado, que actualmente sería prácticamente imposible de realizar
individualmente, de allí que el calificativo de "salvadoreño" tiene un claro sentido limitativo;
pero, además, el título escogido es un manifiesto sintético. Los estudios de este libro no han
supuesto una organización previa para conseguir uniformidad de enfoques, identificación de
áreas de consenso y de disenso y tampoco han experimentado una revisión armonizante. Entre
ellos pueden localizarse incluso tesis contrapuestas. Es recomendable que sus autores realicen
coloquios posteriores para discutir esos ámbitos de divergencia. No como algunas almas
simples quieren que lo hagan los jueces para "uniformar criterio", sino para enriquecer este
valiosísimo esfuerzo pionero en El Salvador. Pese a esa falta de acuerdo inicial y a la
necesidad de un trabajo posterior de armonización, sí hay una base común: todos los co-
autores de este libro han abandonado el esquema de obras precedentes, que en su mayor
parte han consistido en una antología de pensamientos de autores foráneos, con el
consecuente arrastre de viejas y superadas categorías que extralógicamente se ha tratado de
incorporar a nuestra realidad. Si bien es cierto que los estudios de este libro evidencian el
conocimiento y dominio de las obras contemporáneas del Derecho Constitucional, el punto de
partida y el punto de llegada de los mismos, es la realidad salvadoreña.
Lo anterior es explicable. Los autores de este libro han vivido una experiencia sin precedentes:
su trabajo y sus actividades han estado directamente vinculados con un fenómeno inédito entre
nosotros y es la transformación -aun en desarrollo- de la Constitución de una entelequia a un
cuerpo normativo eficaz.
Están presentes en esta obra todos los contenidos generalmente considerados por la
dogmática constitucional: Concepto de la Constitución; valor normativo de la misma; su
proyección material y formal; rigidez y cambio constitucionales; la teoría del control
constitucional y la defensa de la Constitución; la interpretación constitucional. Los mismos han
sido abordados con rigor científico y con la profundidad adecuada a los propósitos de la obra.
Ella está destinada a servir de apoyo a las actividades docentes de las universidades. Hay que
tener claro que no se trata de un "manual" o de un "comentario", sino de un instrumento auxiliar
para lecturas complementarias a lo que aporten aquel tipo de obras y la actividad del docente.
Mediante lecturas dirigidas de partes del libro, podrán organizarse productivas actividades de
discusión. No hay duda que los beneficiarios de este esfuerzo no se agotarán en los
originalmente considerados, pues la calidad de la obra satisfacerá las expectativas de múltiples
miembros de nuestra comunidad jurídica.
Uno de los autores de esta Teoría de la Constitución Salvadoreña calificó hace algún tiempo a
esa comunidad de agráfa. En lo que respecta al Derecho Constitucional este calificativo ha sido
durante largo tiempo adecuado. El número de constituciones con las que hemos contado
superaba hasta hace muy poco tiempo el de personas que habían escrito obras sobre esta
disciplina. La mera circunstancia que ocho jóvenes abogados salvadoreños publiquen ahora
sendos estudios de excelente nivel, es un indicador positivo del desarrollo de la disciplina y un
esperanzador augurio sobre el fortalecimiento futuro de la cultura constitucional de nuestro
país.
CAPITULO 1
Concepto de Constitución
(ideas para una discusión)
I. EXORDIO
Plantear los tópicos y/o problemas básicos que supone una discusión sobre el
concepto de Constitución es el propósito de estas líneas. No se trata, por ello,
de la descripción y/o explicación de las más destacadas elaboraciones hechas
por la doctrina jurídica, sino de la consignación de las ideas conclusivas del
autor sobre el tema (casi un "pensar un voz alta"). Por ello, el presente artículo
consiste básicamente en una toma de posición sobre el concepto de
Constitución y la exteriorización de las razones de asumir aquélla. No es fin de
estas cuartillas, pues, agotar una discusión, es iniciarla -o al menos
replantearla- en El Salvador.
___________________________________________
1. Sobre la importancia de la Teoría de la Constitución: "La idea de Constitución es objeto de un interminable debate teórico en
el que se entrecruzan, de una parte, diversas concepciones políticas (lo que García-Pelayo denomina conceptos de
Constitución), de la otra, diversos modos de concebir el Estado, el Derecho y la relación entre ambos (...). La complejidad del
debate y su riqueza han dado como resultado que esta idea se convierta en objeto de una disciplina específica (la Teoría de la
Constitución, que es una teoría del Estado constitucional); en Francisco Rubio Llorente, Constitución; voz en Enciclopedia
Jurídica Básica; Civitas, Madrid; 1995; vol. I; pág. 1524; o del mismo autor: "Es cosa sabida que, en nuestro tiempo, la Teoría
de la Constitución tiende a ocupar de manera cada vez más acusada el lugar que antes ocupó la Teoría del Estado como
regina scientiarum, como ciencia primera, base y fundamento de todo el saber jurídico": en Rubio Llorente, La forma del poder
(Estudios sobre la Constitución); CEC, Madrid: 1993. pág. 79. La pervivencia de la concepción primipenia de Constitución es lo
que motiva que en Estados Unidos de América no se plantee como problema su concepto. 2 No interesa al Derecho otras
acepciones del vocablo, ni tampoco los conceptos ajurídicos de Constitución. Sobre la inoperancia de tales conceptos en la
ciencia jurídica, ver Rubio Llorente, La forma del poder.... pág. 80.
Sin embargo, siendo que la noción de Constitución como idea jurídica responde
a una concreta génesis histórica, a una ideología específica, el
constitucionalismo, también es cierto que un concepto jurídico de Constitución
válido en la actualidad, sólo tiene sentido si se le concibe como parte de una
específica forma política, de una específica forma de Estado, el Estado
Constitucional.
Una vez negado que el poder posea una validez a priori, o sea producto de una
revelación o decisión divina, es indispensable buscar una explicación racional
del poder: una justificación agnóstica del poder 16.
Una explicación del poder debe cumplir actualmente, si desea ser tomada en
serio, con un fundamento ético que sea respetuoso del rigor filosófico y con una
sistemática propia del método científico, en el sentido que debe partir de la
noción del respeto a todo ser humano, por lo que el fundamento ético de
cualquier posible teorización del poder debe adoptar, como idea primigenia, la
dignidad humana.
_____________________________________________________
12 2a acepción de voz soberanía en Diccionario de la Lengua Española; Real Academia Española, Madrid; 21 a. edición, 1992;
tomo II, pág. 1889.
13 1a acepción de voz soberano en Diccionario de la Lengua Española, pág. 1889.
14 Karl Loewestein, Teoría de la Constitución; Ariel, Barcelona; pág. 24.
15 Para un acercamiento a las distintas justificaciones del poder, ver Ernesto Rey Cantor, Teoría políticas clásicas de la
formación del Estado, Santa Fe de Bogotá; 3a edición, 1996; y para la comprensión de aquéllas en el contexto histórico y
filosófico, ver Jean Touchard, Historia de las ideas políticas; Tecnos, Madrid, 5 a edición, 1996.
16 "... y por ello no cabe hablar de Constitución en aquellas estructuras de poder en las que éste fundamenta su pretensión de
legitimidad no en normas, sino en la condición carismática de quienes lo ejercen, o en su identificación con determinados
valores ideológicos o nacionales"; ver Rubio Llorente, en Constitución, voz en Enciclopedia...., pág. 1525.
Por eso se dice en el Artículo 1 que "la persona humana es el principio y el fin
de la actividad del Estado. - Pero como creación misma del ser humano, el
Estado no se concibe como organizado para el beneficio de los intereses
individuales, sino el de las personas como miembros de una sociedad. La
realidad social es tan fuerte como la realidad individual. El hombre no es
simplemente un ser, es como dirían los iusfilósofos, "un ser entre", "un ser
para", "un ser con"19.
Por otra parte, es innegable que en nuestro país las ideas liberales fueron
acogidas por políticos e intelectuales para la transformación del agro en
detrimento de las comunidades que usufructuaban gran parte de las tierras
cultivables; convirtiéndose, en definitiva, en una acción política inspirada en un
liberalismo limitado al fomento de la propiedad individual, pero muy distante del
en cuanto a los que, según sus preceptos filosóficos, debían ser los
beneficiarios, que en nuestro país debían ser los campesinos al dotarlos de
propiedad personal. Sin embargo, las deficiencias sociales y políticas -pero
sobre todo económicas- que el liberalismo economicista generó en nuestro país
no autoriza a desechar el liberalismo como propuesta filosófica, política y
jurídica.
Lo que corresponde recuperar hoy en día del liberalismo son sus tres grandes
aportaciones: el valor de la libertad, la noción de tolerancia y la dimensión de
las personas en la configuración de la esfera pública, no necesariamente
estatal. Además, debe tenerse presente que en las últimas décadas el
liberalismo, sin renunciar a sus postulados básicos, plantea entre sus
problemas esenciales el de la justa distribución social de los bienes con el fin
de crear una sociedad más justa28.
Junto a la idea de libertad está la idea de igualdad 29, pues una comunidad de
individuos libres necesariamente es una comunidad de individuos iguales -ética
y jurídicamente-; y ello porque ningún ser humano está autorizado a priori a
ejercer dominación sobre otro ser humano 30.
Y es que si se acepta como válido que las nociones de libertad c igualdad son
atribuibles y predicables respecto de los seres humanos, si reconocemos que
éstos trascienden su calidad de individuos y constituyen personas, es obligado
admitir que cada persona es <<soberana>> respecto de sí y,
consecuentemente, al trasladar tal noción al grupo social, a la colectividad, a la
sociedad, es necesario aceptar (para conservar la coherencia racional) que la
estructura unitaria de esa colectividad, esto es, el pueblo, es soberano respecto
de sí. Así, a la <<soberanía de la persona>> corresponde la <<soberanía del
pueblo>>32.
Erige el poder porque transform el poder desnudo en poder jurídico 40; de una
noción factual se trasciende a una noción jurídica 41. Así, la Constitución "funda,
instituye"42 el poder jurídico43, y ello por el mecanismo de "dar" al poder factual
"un carácter o categoría que antes no tenia" 44, juridicidad. Con esta premisa
adquiere plena validez la afirmación que de la Constitución derivan todas las
instancias del poder45.
Dada esa sinergia entre Constitución y democracia, ésta adquiere, desde una
perspectiva político-jurídica, la calidad de principio legitimador de la
Constitución57 y, en consecuencia, como tal se proyecta en todo el sistema
jurídico.
61 La Libertad que pregona el liberalismo supone aceptar la imposibilidad de incluir en nuestra escala de valores algo más que
un pequeño sector de las necesidades del conjunto de la sociedad, lo que evidencia, dada la diversidad de concepciones, la
inevitabilidad de la disidencia y la necesidad, para la convivencia pacífica, del diálogo como instrumento para obtener el
consenso y la regla de la mayoría como medio de solución. Sobre las nociones de disenso y consenso como motor de la
democracia, ver Jesús Rodríguez Zapata, Estado de Derecho, en Cuadernos de divulgación de la cultura democrática, No. 12,
edición electrónica en www.agora.net/
62 "(...) exige una organización de la república que tenga como objetivo la mayor participación y codecisión posible de todos
los ciudadanos por igual en los asuntos públicos de su comunidad"; en Maihoffer, Principios de una democracia en libertad; en
Manual...; pág.250.
63 Esto es viable si la competencia se entiende como un proceso de descubrimiento: <<Contra eso es útil recordar que
dondequiera que se pueda justificar racionalmente el uso de la competencia, ello será sólo sobre la base que no conocemos
anticipadamente los hechos que determinan las acciones de los competidores (...). propongo que la competencia sea
considerada como un proceso para descubrir hechos que, de no recurrir a ella, serían desconocidos para todos, o por lo menos
no serían utilizados.- (...) Una de ellas es que la competencia es valiosa sólo porque, y en tanto, sus resultados son
imprevisibles y diferentes, en general, de aquellos que alguien pudiera haber perseguido deliberadamente. Y, aún más, que los
efectos generalmente provechosos de la competencia deben incluir el desilusionar o derrotar algunas expectativas o
intenciones particulares>>; en Friedrich A. von Hayek, La competencia como proceso de descubrimiento, en Estudios políticos,
electrónica en www.cepchile.cl/cep/docs
Así se contempla en nuestro sistema, ya que el inciso primero del Art. 102 de la
Constitución declara que se "garantiza la libertad económica, en lo que no se
oponga al interés social"; y en el inciso primero del Art.103 de la Constitución
se dispone que se"reconoce y garantiza el derecho a la propiedad privada en
función social".
Toca, pues, plantear un concepto que, por un lado sea coherente al interior de
la misma normativa constitucional y, por el otro, no reniegue de las tradiciones
esenciales del constitucionalismo: Constitución es, en definitiva, forma de
organización política que, a partir de la soberanía popular y mediante la
consagración de los derechos fundamentales de las personas y la distribución y
control del poder, dispone tanto la estructura básica como las condiciones
esenciales para el ejercicio democrático del poder.
77 En realidad en el país no ha existido un reflexionada noción positivista de la Constitución, sino que lo que existe es una
resistencia a identificar Constitución y Derecho.
78 Tanto la concepción sociológica (ver Ferdinand Lasalle, ¿Qué es una Constitución?; Temis, Santa Fe de Bogotá; 1992,
págs. 35-57), como la político-omnicomprensiva constitución material de la doctrina italiana (ver Giusseppe de Vergotini,
Derecho constitucional comparado; Espasa Calpe, Madrid; 1983; págs. 138-143; y Nicola Matteucci, voz constitución, en
Diccionario de Política; Siglo XXI, Madrid; 2 a edición, 1982; págs. 374-380.). que nada tiene que ver con la constitución material
del positivismo (ver Hans Kelsen, Teoría general del derecho y del Estado; UNAM, México; 1995; págs. 146-148 .
79 Esta es la idea presente en el Art. 16 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, y que Mario de la
Cueva comenta así: "La Constitución, según el precepto citado, no es la estructura de un Estado cualquiera, sino, solamente,
del Estado construido sobre las bases del respeto a los derechos del hombre y la división de poderes"; en Teoría de la
Constitución; Porrúa, México; 1982; pág. 6. Plantean también esta distinción Francisco Rubio Llorente: <<Una Constitución no
es (...) cualquier conjunto de normas jurídicas promulgadas con ese nombre. La Constitución es, precisamente, un instrumento
jurídico que tiene por objetivo concreto el de garantizar el carácter representativo de todos los órganos del poder y, al mismo
tiempo, establecer los límites eficaces de actuación de ese poder>>; en Del Tribunal de Garantías al Tribunal Constitucional; en
Revista de Derecho Político; CEC, Madrid; No. 16, 1983; pág. 27; y Manuel Aragón: <<sólo la Constitución democrática es
auténtica norma jurídica, y como tal jurídicamente exigible>>, en Constitucionalismo, voz en Diccionario del sistema político
español; Akal, Madrid; 1984; pág. 136.
80 Así, por un lado se justifica así el Art. 246 de la Constitución ("Los principios, derechos y obligaciones establecidos por esta
Constitución no pueden ser alterados por las leyes que regulen su ejercicio.- La Constitución prevalecerá sobre todas las leyes
y reglamentos. El interés público tiene primacía sobre el inter´res privado"; y, al mismo tiempo, se supera una justificación
meramente positivista de la supremacía constitucional. La Sala de lo Constitucional de la CSJ ha insistido en esta característica
de la norma constitucional en numerosas sentencias; v. gr., en la sentencia del 29/11/1995, dictada en el proceso de amparo
No. 1-C-94: "debe afirmarse que la supremacía de la Constitución se ha venido consolidando hasta lograr plena firmeza en
nuestro tiempo, no sólo al garantizarla a través de los procesos constitucionales, sino al introducirse en la Constitución vigente
el art. 246 -que en la de 1950 era el artículo 221- enunciando de manera categórica la subordinación de la ley y las otras
disposiciones a la Constitución".
81 Expresión que supera la noción de Constitución reducida a ley fundamental. La Sala de lo Constitucional de la CSJ utiliza
constantemente esa expresión, explicándola así: "La anterior cualidad de preeminencia del texto constitucional es lo que la
doctrina y reiterada jurisprudencia de esta Sala ha denominado supremacía de la Constitución o supremacía constitucional;
que afirma la calidad de suprema -por ser emanación inmediata del pueblo-, y de primacía -por ocupar el primer lugar entre
todas las normas- que gozan las normas constitucionales. Y es que, siendo la Constitución expresión jurídica de la soberanía,
no puede ser únicamente un conjunto de normas que forman parte del ordenamiento jurídico, sino que tal cuerpo de normas y
principios es precisamente el primero -y, por tanto, el fundamental- de tal ordenamiento"; en la citada sentencia de
inconstitucionalidad de las 15 horas del 14/02/1997 .
Tal como se señaló, las notas esenciales del concepto de Constitución son la
consagración de los derechos fundamentales y la distribución y control del
poder82, pues los mismos son los instrumentos de técnica político-jurídica que
aseguran la limitación del poder.
Ya que se presenta una bse teórica común para los derechos políticos y
sociales, es posible la siguiente comparación: Así como los derechos políticos
no persiguen la unanimidad del pensamiento político, sino la oportunidad de
presentar y divulgar cualquier causa política; los derechos sociales no
persiguen la uniformidad social y económica de todas personas que integran la
comunidad, sino la reducción de las diferencias de oportunidad entre las
personas. Y es que así como la disidencia y el conflicto son resultado inevitable
del "mercado de ideas", las diferencias sociales y económicas son
consecuencia ineludible de la competencia y del mercado. Pero frente a cada
situación "negativa" existe una perspectiva positiva, así: frente a la disidencia
política, la tolerancia por las ideas de los demás y el diálogo como medio para
lograr el consenso básico; frente a las diferencias sociales y económicas, las
facilitación de oportunidades.
Quien ejerce el poder tiende a abusar de su posición 93, por lo que es necesario
que el poder mismo lo frene, y esto conduce, inevitablemente, a la distribución
del poder94 (o sus expresiones equivalentes como división del poder,
separación de poderes o coordinación del poder estatal) en diferentes órganos,
así como al establecimiento de mecanismos de control del poder 95, que
permitan verificar que efectivamente cada órgano lo ejerce con observancia de
la competencia, atribución y alcance previsto por la normativa constitucional. Lo
distribución del poder y su control se convierten, pues, en garantía de la
libertad de las personas96.
____________________________________________________
93 "La democracia y la aristocracia no son Estados libres por su naturaleza. La libertad política no se encuentra en ellos más
que en los Estados moderados; ahora bien, no siempre aparece en ellos, sino sólo cuando no se abusa del poder. Pero es una
experiencia eterna, que todo hombre que tiene poder siente la inclinación de abusar de él, yendo hasta donde encuentra límites
(...).- Para que no se pueda abusar del poder es preciso que, por la disposición de las cosas, el poder frente al poder"; en
Montesquieu, Del Espíritu de las Leyes; Tecnos, Madrid; 1993; pág. 106.
94 "Además, la Constitución acomete la coordinación del poder estatal, y con ello somete su ejercicio a criterios y límites
jurídicos. De este modo se priva al poder estatal de arbitrariedad y discrecionalidad y le otorga previsibilidad y estabilidad. La
base de esta asignación de poderes, entendida como la articulación de las funciones legislativa, gubernativa-administrativa y
judicial"; en Schneider, Democracia y Constitución, pág. 45.
95 Sobre el control como idea necesaria del concepto de Constitución, ver Aragón, El control como elemento...., págs. 15-18.
Loewestein asegura que en "un sentido ontológico, se deberá considerar como el telos de toda constitución la creación de
instituciones para limitar y controlar el poder político. En este sentido, cada constitución presenta una doble significación
ideológica: liberar a los destinatarios del poder del control social absoluto de sus dominadores, y asignarles una legítima
participación en el proceso de poder"; en Teoría de la Constitución, pág.151.
96 "La libertad política de un ciudadano depende de la tranquilidad de espíritu que nace de la opinión que tiene cada uno de su
seguridad. Y para que exista la libertad es necesario que el Gobierno sea tal que ningún ciudadano pueda temer nada de otro.-
Cuando el poder legislativo está unido al poder ejecutivo en la misma persona o en el mismo cuerpo, no hay libertad porque se
puede temer que el Monarca o el Senado promulguen leyes tiránicas para hacerlas cumplir tiránicamente.- Tampoco hay
libertad si el poder judicial no está separado del legislativo ni del ejecutivo. Si va unido al poder legislativo, el poder sobre la
vida y la libertad de los ciudadanos sería arbitrario, pues el juez sería al mismo tiempo legislador. si va unido al poder ejecutivo,
el juez podría tener la fuerza de un opresor"; en El Espíritu de las Leyes, pág. 107. De modo más contundente: "La
acumulación de todos los poderes, legislativos, ejecutivos y judiciales, en las mismas manos, sean éstas de uno, de pocos o de
muchos, hereditarias, autonombradas o electivas, puede decirse con exactitud que constituye la definición misma de la tiranía
(...) será conveniente investigar el sentido en que la conservación de la libertad exige que los tres grandes departamentos del
poder sean separados y distintos"; en James Madison, en el ensayo XLVII de El Federalista, págs. 204-205 .
Esa distribución del poder no significa que todos los órganos a los que se
atribuya aquél pasean la misma competencia y estén colocados al mismo nivel,
sino que se persigue que a distintos órganos correspondan distintas
competencias y atribuciones, lo que obliga a disponer, tanto mecanismos de
cooperación y/o co-decisión, como mecanismos de solución de conflictos, sea
que éstos se susciten entre los particulares y los órganos del poder 97 o
acontezcan entre órganos98.
Desda las premisas consignadas en los párrafos que anteceden, las líneas
básicas del sistema de distribución y control del poder 99 se describen así: (a)
Una diversificación de las tareas públicas y su asignación a distintas
entidades100; (b) establecimiento de mecanismos de cooperación 101 y/o
codecisión; (c) creación de mecanismos de solución de conflictos 102; y (d)
procedimiento de reforma constitucional103.
_____________________________________________________
97 En expresiva frase se denominan controles verticales; ver Loewestein, Teoría de la Constitución, pág. 233.
98 Se habla así de controles horizontales, que pueden ser controles intraórganos o interórganos; ver Loewestein, Teoría de la
Constitución, págs. 232-233.
99 Con ajustes, me baso en el esquema teórico propuesto por Loewestein, Teoría de la Constitución, pág. 153.
100 En nuestro sistema, el inciso primero del Art. 86 de la Constitución dispone, en la parte pertinente, que los "órganos del
Gobierno lo ejercerán [el poder público] dentro de las respectivas atribuciones y competencias que establecen esta
Constitución y las leyes".
101 En el inciso primero in fine del Art. 86 de la Constitución se establece que las "atribuciones de los órganos del Gobierno
son indelegables, pero éstos colaborarán entre sí en el ejercicio de las funciones públicas". Esta colaboración ya la había
contemplado Montesquieu: "Los tres poderes permanecerían así en reposo o inacción, pero, como por el movimiento necesario
de las cosas, están obligados a moverse, se verán forzados a hacerlo de común acuerdo"; en El Espíritu de las Leyes, pág.
113. Esta idea de colaboración, aunque presente en Montesquieu, está más cercana a las nociones de "balance of powers"
inglesa o "checks and balances" estadounidense, tal como se deduce de lo expuesto por Madison: "Demostramos en el último
artículo que el apotegma político en el examinado [la separación de poderes] no exige que los departamentos legislativo,
ejecutivo y judicial estén absolutamente aislados unos de otros (...) - Es también evidente que ninguno de ellos debe poseer,
directa o indirectamente, una influencia preponderante sobre los otros en lo que se refiere a la administración de sus
respectivos poderes"; en Ensayo XLVIII, El Federalista; pág. 210.
102 Así, por ejemplo, los procesos constitucionales de defensa de derechos -amparo, Art. 247 inciso primero de la
Constitución; hábeas corpus, Arts. 11 inciso segundo y 247 inciso segundo de la Constitución-; y el procedimiento previo de
control de la ley- Art. 138 de la Constitución-. Para una visión panorámica de los procesos constitucionales, ver Anaya Barraza,
.
La jurisdicción constitucional en El Salvador, y la bibliografía allí citada
103 Art. 248 de la Constitución. Loewestein incluye este requirimiento entre los elementos fundamentales de la Constitución,
bajo el argumento que ello es necesario "para la adaptación pacífica del orden fundamental a las cambiantes condiciones
sociales y políticas (...) para evitar el recurso a la ilegalidad, a la fuerza o la revolución"; en Teoría de la Constitución, pág. 153 .
V. ROL DE LA CONSTITUCION
1. ROL POLITICO-JURIDICO
(a) Unidad del ordenamiento jurídico. Siendo evidente que el poder debe
manifestarse jurídicamente, éste requiere -para que al mismo tiempo sea
operativo pero limitado- de reglas jurídicas que lo organicen y de reglas de
procedimiento120; y en cuanto la Constitución incorpora los fines esenciales del
sistema, la misma proporciona unidad axiológica y jurídica al ordenamiento 121.
Debemos señalar que esta temática ya fue abordada por José Albino Tinetti en
el trabajo Estudios Constitucionales en los Programas de Capacitación de
miembros del Sistema de Administración de Justicia 128. Para él, el
desconocimiento del carácter normativo de la Constitución se ha debido
esencialmente a dos factores, uno de carácter fáctico puesto que el poder real
representado por el autoritarismo no se ha querido someter a las reglas del
Derecho y otro de carácter formativo, debido a que la mayor parte de los
abogados tienen una formación iusprivatista y por ende se carece de una
formación cultural constitucionalista. Creemos que estas dos causas señaladas
en 1992 aún persisten con sus propios matices.
La doctrina Coke del common law como ley fundamental tuvo una importancia
histórica al producir al menos dos efectos políticos. El primero, de alcance
interno al atacar al absolutismo de los Estuardo 131 y el otro de carácter externo
al imponerse el principio de supremacía en la Constitución de los Estados
Unidos -en el texto de la Constitución norteamericana se plasma como la
<<supreme law of the land>> (art. 6)-.
Además del rol de la filosofía política ius naturalista en la formación del carácter
normativo de la Constitución norteamericana, también debe asignársele un
papel importante a la necesidad política de cohesionar un Estado Federal, en el
cual se reparten atribuciones competenciales entre el gobierno central y los
estados federados. Esto supone que el panel de la Constitución
norteamericana será la de un parámetro para la resolución de los conflictos de
competencia entre los Estados miembros de la Federación y la Federación. Por
otra parte tiene su correlato en la construcción de la idea de rigidez
constitucional, cuya razón de ser no es otra que la de asegurar la supremacía
de la normativa constitucional sobre el resto del ordenamiento como
consecuencia del valor fundamental que aquélla posee, dejando en manos de
los jueces la responsabilidad de aplicar la Constitución en forma preferente a
cualquier otra forma jurídica132.
________________________________________________________
131 Karl Loewenstein, Teoría de la Constitución, (Editorial Ariel, Barcelona, 1979), p.158.
132 Pablo Pérez Tremps, Tribunal Constitucional y Poder Judicial,...., p.135 y ss. Sostiene que la idea de supremacía
normativa de la Constitución es un <<prius>> de su garantía .
Estamos, sin duda, ante la idea de la formulación jurídica del Estado a partir de
la Constitución y por ende de la creación del Estado Constitucional de Derecho.
Será esta norma fundamental la que deberá impedir la expansión totalitaria del
poder manteniéndole bajo sus reglas jurídicas. En este sentido la Constitución
es al mismo tiempo un concepto político y una norma real y efectiva -la
Constitución es el "orden jurídico fundamental de la Comunidad", diría Hesse
Un concepto político porque permite a la sociedad autodirigirse con un mínimo
de seguridad y justicia y es una norma real y efectiva porque vincula a los
poderes públicos (órganos fundamentales de gobierno y demás instituciones
públicas) y a los ciudadanos para que actúen de acuerdo a sus prescripciones
normativas.
145 Reinhold Zippelius, Teoría General del Estado, (3 a. Edición, Editorial Porrúa, México, 1998), pp. 276 y ss .
De ahí que la regla de atribución y competencia del art. 86 Cn. está relacionada
por lo dispuesto en el 235 Cn, en el sentido que todos los funcionarios civiles o
militares están obligados a cumplir y hacer cumplir la Constitución. La misma
norma fundamental señala en el art. 244 Cn. una sanción por la vulneración de
la misma, <<la violación, la infracción o la alteración de las disposiciones
constitucionales serán especialmente penadas por la ley, y las
responsabilidades civiles o penales en que incurran los funcionarios públicos,
civiles o indulto, durante el período presidencial dentro del cual se
cometieron>>.
En los párrafos anteriores se ha expuesto que existe una íntima relación entre
el concepto de Estado, como organización del poder político y del concepto de
Constitución como instrumento de articulación jurídica. Así el Derecho del
Estado sólo comienza con la Constitución, puesto que ni Estado ni Derecho por
sí mismos tienen sentido, ya que son los instrumentos de los que se dota la
sociedad política con el fin de garantizar la convivnecia pacífica y libre, la
seguridad jurídica y la justicia.
Para Norberto Bobbio155 a las normas jurídicas se les puede denominar como
proposiciones prescriptivas puesto que en el lenguaje común y corriente se
utiliza la palabra "proposición" cuando se quiere describir la intención de influir
en la conducta de una o varias personas para modificarla. Para von Wright 156
las prescripciones son los mandatos, permisos y prohibiciones dictados por una
autoridad normativa que se dirigen a los sujetos en relación con su conducta.
________________________________________________________
153 Javier Pérez Royo, Curso de Derecho Constitucional,...., pp. 17 y ss.
154 Norberto Bobbio, Teoría General del Derecho, Teoría General del Derecho, (Editorial Temis, Bogotá, 1992), p. 21.
155 Norberto Bobbio, Teoría General del Derecho,...., p.41 .
156 Citado por Javier de Lucas y otros, Curso de Introducción al Derecho, (Tirant lo Blanch, Valencia, 1994), p.63.
El supuesto de hecho, por otra parte, puede ser un acto ilícito, violatorio a un
precepto jurídico. Tanto de naturaleza penal (delitos o faltas) o civil
(incumplimiento de obligaciones contractuales). La consecuencia jurídica para
el supuesto de hecho de un acto ilícito, en el cual la conducta humana
antijurídica se adecua a la descripción del tipo penal es la retribución a la
misma por medio de una sanción penal157. Sin duda la consecuencia jurídica
establecida por la norma ante la comisión de un acto ilícito es de tal
trascendencia para la sociedad que la norma constitucional ha previsto que se
verificará conforme al principio de legalidad (art. 15 Cn.), este principio consiste
en que la punibilidad de un hecho tiene que estar determinada por la ley antes
de su comisión, juzgamiento y ejecución de la pena o medida de seguridad.
______________________________________________________
157 Hans Welzel, Derecho Penal Alemán, (Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 1997), pp. 59-60."....la norma prohíbe
la realización de estas formas de conducta. Si se realiza la conducta descrita conceptualmente en el tipo de una norma
prohibitiva (así, p. ej., el dar muerte a un hombre), esta conducta real entre en contradicción con la exigencia de la norma. De
ahí se deriva "la antinormatividad" de la conducta. Ahora bien, toda realización del tipo de una norma prohibitiva es ciertamente
antinormativa, pero no es siempre antijurídica. Pues el ordenamiento jurídico no se compone sólo de normas, sino también de
preceptos permisivos ("autorizaciones")... antijuridicidad es, por lo tanto, la contradicción de una realización típica con el
ordenamiento jurídico en su conjunto... la antijuridicidad es siempre la contradicción entre una conducta real y el ordenamiento
jurídico" .
Desde el punto de vista del carácter de las prescripciones 161, las normas
pueden ser imperativas y permisivas. Conforme a los elementos de las
prescripciones de Von Wright, se puede afirmar que en cuanto a la clasificación
del carácter de las normas en imperativas y permisivas, las primeras imponen
obligaciones de hacer (positivas) o de no hacer (prohibiciones). En cambio, las
normas permisivas confieren facultades las cuales se identifican con los
derechos públicos subjetivos.
______________________________________________________
158 Javier de Lucas y otros, Curso de Introducción al Derecho,...., p. 67.
159 Gregorio Peces-Barba y otros, Curso de Teoría General del Derecho,...., p.151.
160 Gregorio Peces-Barba y otros, Curso de Teoría General del Derecho,...., p.153.
161 Por carecer de la fuente directa del autor G.H. Von Wrigth, Norma y Acción. Una investigación Lógica, se hará una
recensión del trabajo de Javier de Lucas y otros, Curso de Introducción al Derecho,..., p.67 .
Con respecto a las normas permisivas se dijo que se identificaban con los
derechos públicos subjetivos o en un sentido terminológico más apropiado a
nuestra realidad constitucional a los derechos constitucionales 163, como por
ejemplo el art. 2 Cn., "toda persona tiene derecho a la vida, a la integridad
física y moral, a la libertad, a la seguridad, al trabajo, a la propiedad y posesión,
y a ser protegida en la conservación y defensa de los mismos".
________________________________________________________
__
162 La obligación de hacer más importante que tiene que ejecutar el Estado Salvadoreño es la descrita en el art. 1 Cn. "El
Salvador reconoce a la persona humana como el origen y el fin de la actividad del Estado, que está organizado para la
consecución de la justicia, de la seguridad jurídica y del bien común. Asimismo reconoce como persona humana a todo ser
humano desde el instante de la concepción. En consecuencia, es obligación del Estado asegurar a los habitantes de la
República, el goce de la libertad, la salud, la cultura, el bienestar económico y la justicia social".
163 Sobre la definición de derechos fundamentales me permito reiterar mi posición doctrinaria ya otras veces utilizadas, así se
entenderá como derechos fundamentales a las facultades y libertades reconocidas por la Constitución y por los instrumentos
internacionales vigentes en El Salvador, que han concretado las exigencias de la dignidad, libertad e igualdad de la persona
humana en un momento histórico determinado. De ahí que los derechos fundamentales reciben su fundamento axiológico de la
misma comunidad estatal. Véase a Antonio Pérez Luño, Los Derechos Fundamentales, (3a. Edición, Tecnos S.A., Madrid,
(1988), p.46; Rubén Hernández Valle, La tutela de los Derechos Fundamentales, (Editorial Juricentro, San José, 1990), p.12;
Francisco Bertrand Galindo y otros, Manual de Derecho Constitucional, T.II, (Centro de Información y Capacitación Proyecto de
Reforma Judicial, San Salvador, 1992), p. 695-696. Ernst-Wolfgang Böckenförde, Escritos sobre Derechos Fundamentales,
(Nomos Verlagsgesellschaft, Baden-Baden, Alemania, 1993), p.57 .
Sin embargo, existen disposiciones que son reglas empleadas para definir
ciertos preceptos jurídicos y por lo tanto no son normas ni categóricas ni
hipotéticas, por ejemplo el art. 32 Cn. "la familia es la base fundamental de la
sociedad y tendrá la protección del Estado...." o el art. 38 Cn "el trabajo estará
regulado por un código que tendrá por objetivo principal armonizar los
relaciones entre patronos y trabajadores, estableciendo sus derechos y
obligaciones...."
Sin duda, el aporte del profesor Hans Kelsen a la teoría del derecho ha sido
una de las más importantes puesto que comienza distinguiendo entre
enunciado jurídico y norma jurídica. En el primer caso se estaría trabajando en
el campo de la ciencia jurídica y en el segundo en el Derecho 165.
Según Kelsen, las normas jurídicas pertenecen al mundo del deber ser, para lo
cual imponen mandatos a los individuos; éstos a su vez están obligados a
obedecerlos bajo la amenaza de imponérseles una sanción 167 si es
desobedecida. Es decir, el Derecho es un sistema coactivo de la conducta
humana que se impone mediante la posibilidad de aplicar una sanción: "las
normas jurídicas se caracterizan por ser enunciados que contienen
sanciones"168. La formulación de que toda norma jurídica para ser tal debe
contener una sanción ha implicado que los destinatarios de tales normas sean
sus aplicadores, o sea, la administración pública o sus intérpretes: los jueces.
Es así que las normas primarias prescriben que las personas realicen u omitan
determinadas acciones, es decir son normas de comportamiento (imperativas,
prohibitivas y permisivas), pues establecen pautas de conducta para los
funcionarios y para los particulares y son el elemento de referencia para el
resto del ordenamiento jurídico Como ya se dijo páginas atrás la Constitución
vincula también a los particulares, consecuentemente, las prescripciones con
las que podríamos ejemplificar esta categoría son los derechos fundamentales
y deberes del ciudadano, así como los requisitos establecidos que debe cumplir
cualquier persona que desee asumir un cargo de elección popular o de
segundo grado (y también los requisitos para ingresar en la carrera judicial, por
ejemplo).
________________________________________________________
176 Norberto Bobbio, Teoría General del Derecho,...., p. 148.
177 H.L.A. Hart, El concepto de Derecho,....., p.101.
178 Javier de Lucas y otros, Curso de Introducción al Derecho,....., p. 74 y ss .
Hart distingue dentro de las normas secundarias tres tipos de categorías. Estas
reglas secundarias tienen funciones diferentes en el ordenamiento jurídico y
son las reglas de reconocimiento, de cambio y de adjudicación 180.
Sobre los efectos jurídicos de los reglamentos debemos señalar que existen
reglamentos orgánicos con fuerza de ley. Estos reglamentos organizan al poder
ejecutivo y al legislativo y pueden crear organismos dentro del mismo Organo
con sus respectivas atribuciones y potestades. Así se tienen los reglamentos
orgánicos emitidos por el Consejo de Ministros, denominados <<Reglamento
Interno del Organo Ejecutivo>> y <<Reglamento del Consejo de Ministros>>,
art. 166 y 167 ord. 1º Cn, y el decretado por la Asamblea Legislativa, llamado
<<Reglamento Interior>>, art. 131 ord. 1º Cn. Cuando decimos que tienen
fuerza de ley dichos reglamentos es que consideramos que sus efectos
jurídicos son similares a los de la ley (en sentido formal) se ubican en la
estructura jerárquica del ordenamiento jurídico al mismo nivel de la ley (emitida
por la Asamblea Legislativa) y se convierten en materia vedada o reservada en
la cual la Asamblea Legislativa tiene prohibida su intervención normativa en
orden a preservar el reparto de competencias constitucionales (art. 86 Cn.), así
como cualquier otro poder constituido.
________________________________________________________
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183 Aún se discute si las ordenanzas municipales en virtud de las materias que regulan conforme a la Constitución y al Código
Municipal tienen una fuerza de ley pero sólo vinculan al territorio del municipio .
Los aportes de Kelsen, Hart y Bobbio han permitido pasar del análisis aislado
de la norma jurídica a la teoría del ordenamiento jurídico al considerársele
como un "sistema normativo"184. La noción de sistema normativo es utilizado
desde su perspectiva lógica y formal por medio de la cual se pueden definir los
elementos necesarios para identificar las normas que pertenecen al sistema.
También la teoría del ordenamiento jurídico permite estudiar las propiedades
que le dan unidad y coherencia al mismo.
Desde un punto de vista formal, para Bobbio 186 la teoría jurídica (teoría de las
normas) y la teoría del ordenamiento jurídico forman una teoría del derecho.
Esto implica que el concepto de Derecho sólo es definible a partir del
ordenamiento jurídico. Esta perspectiva también allana el camino para
solucionar el problema de la validez y de la eficacia, puesto que al vincular a la
norma como integrante del ordenamiento jurídico la eficacia será el fundamento
mismo de la validez formal.
Para Hart194 la unidad del ordenamiento jurídico se puede explicar por medio de
la regla de reconocimiento. La aplicación de la regla de reconocimiento implica
que los jueces y tribunales195 acepten como vinculantes los criterios
establecidos en dicha regla. Esto conlleva también a un problema denominado
como "circulo vicioso", puesto que para la existencia de la regla de
reconocimiento se requiere que los jueces y tribunales las acepten como
vinculantes y válidas. Pero no hay que olvidar que son las reglas de
adjudicación las que atribuyen la potestad jurisdiccional a los jueces y
tribunales y para determinar si éstas son válidas hay que utilizar los criterios de
validez establecidos en la regla de reconocimiento. Así según Peces-Barba 196,
"la combinación de una estructura basada en normas primarias, normas
secundarias con sus reglas de cambio y de adjudicación y una norma de
reconocimiento en su cúspide daría unidad a este sistema. Esta regla de
reconocimiento como regla última quedaría vinculada a criterios fácticos, de
obediencia e incluso...como obligación de los jueces de aplicar normas
jurídicas que dicha regla reconoce o como mero hecho sociológico".
Para resolver las antinomias jurídicas se utilizan generalmente cinco criterios 200:
el criterio jerárquico; el criterio cronológico; el criterio de especialidad, el criterio
de prevalencia y el criterio de competencia. Veamos rápidamente en qué
consisten dichos criterios.
201 Ignacio de Otto, Derecho Constitucional, Sistema de Fuentes, (Barcelona, Ariel, 1987). pp.90-91 .
202 Rubio Llorente, La Forma del Poder. Estudios sobre la Constitución,....., pp.45 y ss.
203 Ver sentencia de inconstitucionalidad de la Sala de lo Constitucional, 15-96/16-96/17/96/19-96/20-96/21-96/23-96 (acum)
sobre la Ley Transitoria de Emergencia contra la Delincuencia y el Crimen Organizado"... de todo lo anterior es ineludible
entender que la Constitución no es una simple disciplina sobre las fuentes del derecho, sino que ella es efectivamente fuente
del Derecho; lo que supone que de ella dimanan derechos y obligaciones para los particulares y para los entes estatales, aún
el legislativo. Esta aptitud para regular en su forma y fondo tanto la producción de normas infraconstitucionales como actos y
omisiones de particulares y entidades estatales, es lo que Hesse denominó fuerza normativa de la Constitución. En el
ordenamiento nacional, dicha aptitud de la Constitución aparece en las siguientes disposiciones: Art. 73 ord. 2º -que establece
como un deber político de los ciudadanos cumplir y velar por que se cumpla la Constitución; Art. 172 inc. 3º el cual dispone que
los magistrados y jueces de la República están sometidos exclusivamente a la Constitución y a las leyes- ;Art. 235-según el
cual todo funcionario del Estado, previo a tomar posesión de su cargo, debe protestar cumplir y hacer cumplir la Constitución,
cualesquiera que fueren las normas que la contraríen-; Art. 249-que deroga todas las disposiciones preconstitucionales que
estuvieren en contra de cualquier precepto de la Constitución -; y Arts. 149, 183 y 185-que determinan la necesaria
conformidad de las normas posconstitucionales con la Constitución, y la eventual inaplicabilidad o invalidación de las normas
que no cumplan con tal conformidad -...."
Ello explica que los principios que regulan el sistema de fuentes sean una parte
fundamental del orden constitucional y de la estructuración y jerarquización
normativa del ordenamiento jurídico. Un primer aspecto, es la misma referencia
que se hace de la Constitución como fuente de fuentes, cuya legitimación
proviene de su creador: el poder constituyente, convirtiéndose en la fuente
principal de la cual deriva el resto. Otro aspecto es que la regulación de los
modos de producción del derecho se opera, entonces, mediante la atribución
de competencias a distintos órganos del Estado o a la participación necesaria
de más de uno de éstos para la producción del derecho. En efecto dice Pérez
Royo204 "por fuentes del derecho se entiende aquellos hechos o actos de los
cuales el ordenamiento jurídico hace depender la producción de normas
jurídicas. Es decir, el ordenamiento no sólo regula el comportamiento de las
personas, sino que regula además -y esta es la esencia del derecho
constitucional, unánimemente reconocida- el modo en que se deben producir
las normas jurídicas. Dicho con otras palabras: regula la propia producción
normativa".
El control difuso impone a los jueces y a los tribunales una vinculación más
fuerte a la Constitución que a las leyes ordinarias 207, con lo que se establece la
potestad de los jueces y tribunales ordinarios de desaplicar toda norma
contraria a la Constitución (arts. 149, 185, 172 inc. 3, 235, 246, 249 Cn.) Los
efectos jurídicos de una declaración de inaplicabilidad en una resolución
judicial, tanto de carácter interlocutoria como definitiva, únicamente tiene
efectos entre los sujetos procesales (inter partes) que participan en el
procedimiento judicial correspondiente.
Siguiendo lo expuesto por Dworkin, las normas jurídicas son identificadas por
su validez con respecto a la norma fundamental, los principios en el régimen
constitucional salvadoreño además de su utilidad en la aplicación judicial para
solucionar un conflicto jurídico con base en las razones de oportunidad, a su
fuerza argumentativa o a su conveniencia, pueden ser utilizadas como
parámetro de validez frente a una norma infraconstitucional que le contraríe. Es
decir, para los jueces y tribunales los principios constitucionales tienen el
carácter de norma constitucional. Dice Peces-Barba 220 -parrafraseando a Prieto
Sanchís- "los principios son normas fundamentales, entendiendo en este
sentido que su modificación o sustitución tiene como efecto directo una
transformación del ordenamiento o del secto del ordenamiento en el que actúan
o desarrollan sus efectos, ya que los principios constituyen, entre otras cosas,
criterios preferenciales de interpretación, a su vez, la nota de fundamentalidad
se puede entender de diversas formas: 1º) fundamentalidad jerárquica: se
identifica con la jerarquía normativa; 2º) fundamentalidad lógico-deductiva: es
la que tienen aquellas normas de los que pueden ser deducidas, por vía lógica
otras normas que establecen fines u objetivos respecto a otras; y, 4º)
fundamentalidad axiológica: se predica de aquellas normas que contienen los
valores políticos y éticos sobre los que se asienta una determinada estructura
política y social".
________________________________________________________
____
217 Konrad Hesse, Escritos de Derecho Constitucional,....., p.70.
218 César Rodríguez, La Decisión Judicial,.....,pp.48-55.
219 Javier de Lucas, Curso de Introducción al Derecho,....., p.98.
220 Peces-Barba y otros, Curso de Teoría del Derecho,...., pp.166 .
CONCLUSIONES GENERALES
5º) Las aportaciones de Kelsen, Hart y Bobbio han permitido pasar del análisis
aislado de la norma jurídica a la teoría del ordenamiento jurídico al
considerársele como un "sistema normativo". La noción de sistema normativo
es utilizado desde su perspectiva lógica y formal por medio de la cual se
pueden definir los elementos necesarios para identificar las normas que
pertenecen al sistema. En efecto, la Constitución no debe ser considerada
como la totalidad del ordenamiento jurídico ya que ésta se encuentra
conectada en aquél; a partir de esta conexión se funda la unidad y el orden del
sistema normativo del cual deriva la validez del mismo y asegura su
dinamismo;
<<No sé si puedo decir qué es la justicia, aquella justicia absoluta que anda
buscando la humanidad. Debo contentarme con una justicia relativa y puedo
decir sólamente qué es para mí la justicia. Puesto que la ciencia es mi
profesión y por consiguiente, lo más importante de mi vida, la justicia es para
mí el ordenamiento social bajo cuya protección puede prosperar la búsqueda
de la verdad. Mi justicia es la justicia de la libertad, la justicia de la democracia:
en síntesis, la justicia de la tolerancia>>
Cualidades de la Constitución
Abreviaturas:
INTRODUCCION
I. LA FUNCION DE LA CONSTITUCION
1. Antes de exponer en qué consiste dicha función, y por qué es ella la que
cualifica a la Constitución dentro del ordenamiento jurídico, es necesario, por
razones metodológicas, exponer qué entendemos por Comunidad estatal, la
cual, según decimos, es constituida jurídicamente por la Constitución.
Pero hay además otra razón que hace más adecuado el término comunidad
que el de sociedad: en la actualidad, expone Hesse, 226 se ha vuelto usual hacer
una separación entre Estado y Sociedad, entendiendo por el primero el
conjunto de instituciones y funcionarios que ejercen el poder político, y por la
segunda al conjunto de individuos que, como tales, se encuentran excluidos de
la conformación y dirección políticas; es decir, se entiende ambos conceptos de
manera tajantemente separada.
________________________________________________________
______
225 Gemeinschaft und Gesellschaft, 8a ed. alemana, Leipzing, 1935; tomo la referencia de Manuel García-Pelayo: Obras
Completas. CEC, Madrid, 1991, vol. III. pág. 2333.
226 Konrad Hesse: Concepto y cualidad de la Constitución, en Escritos de Derecho Constitucional. CEC, Madrid, 2 a ed., 1992,
págs. 12 y ss .
Corresponde aclarar ahora qué sentido cabe atribuir a la expresión que hemos
utilizado para definir la función de la Constitución: constituir jurídicamente a la
Comunidad estatal desde una idea de legitimidad.
_______________________________________________________
227 Pedro Cruz Villalón, en la Introducción a la citada obra de Hesse, Escritos,...., pág. XVI.
228 Reinhold Zippelius: Teoría General del Estado. Porrúa-Universidad Nacional Autónoma de México, Mécio, 2a ed., 1989,
pág. 47 .
En todo caso, lo que no puede perderse de vista es que los elementos que
componen la idea de legitimidad deben poseer cierta "objetividad
fundamentable racional e históricamente",235 objetividad que no puede derivar
más que del consenso; de ello se sigue que el sistema de cánones ético-
jurídicos -o, para utilizar la expresión que ha utilizado la SC, siguiendo al TC, el
"sistema de valores"-236 que en la Constitución se expresa, no puede ser
determinado por un solo sector, de forma unilateral, pues en tal caso se
desnaturaliza la esencia de la Ley Suprema.
________________________________________________________
______
233 Klaus Stern: Derecho del Estado de la República Federal Alemana. CEC, Madrid, 1987,pág.319.
234 Hesse: Constitución...., pág. 4: en el mismo sentido se pronuncia Angel Garrorena Morales: Cuatro Tesis y un corolario
sobre el Derecho Constitucional en REDC Nº 51, septiembre-diciembre 1997,págs.45 a 47.
235 Stern: Derecho del Estado....,pág.319.
236 Véase la STC 9/81, y la SSC de 17-XII-1992,inc.3-92 .
En este punto se plantea una tensión entre dos vías de regulación de tales
aspectos: una breve, puntual y esquemática, basada principalmente en
cláusulas generales, cuyo significado deberá ser actualizado en los diferentes
momentos de vigencia de la Constitución, y concretado por medio de la
legislación y la jurisprudencia constitucional; y otra exhaustiva y detallada.
241 Néstor Pedro Sagüés: Elementos de Derecho Constitucional. Astrea, Buenos Aires, 2 a ed., 1997, tomo I, pág.85 .
CUALIDADES DE LA CONSTITUCION
§ 1. LA SUPREMACIA DE LA CONSTITUCION
Asimismo, cada disposición posee una doble fuerza: fuerza activa -que implica
la capacidad de intervenir en el ordenamiento jurídico creando Derecho o
modificando el ya existente-, y fuerza pasiva- que implica la resistencia frente a
modificaciones provenientes de disposiciones inferiores-. Al estar
jerarquizadas, la fuerza normativa de las disposiciones es variable: los estratos
superiores son derecho más fuerte respecto de los estratos inferiores.
Por otra parte, el art. 246 inc. 2º claramente prescribe que la Constitución
prevalecerá sobre todas las leyes y reglamentos; el art. 145 hace extensiva
dicha superioridad sobre los tratados o instrumentos internacionales, al prohibir
que se ratifiquen aquellos en los que se restrinjan o afecten de alguna manera
las disposiciones constitucionales, salvo que la ratificación se haga con las
reservas correspondientes.
Por tal razón, en mi opinión debe entenderse que, el último momento que la
primera Asamblea Legislativa dispone para adoptar el acuerdo de reforma es la
apertura del período de propaganda electoral -es decir, dos meses antes de la
fecha que el Tribunal Supremo Electoral fije para las elecciones de Diputados,
art. 81 Cn.-, pues ya en dicho período el tema de la reforma constitucional debe
acompañar al debate sobre las propuestas de programas legislativos de los
diferentes partidos políticos; de manera que se asegure que el pueblo pueda
emitir un voto consciente en el que, entre otras consideraciones, tome en
cuenta dicha propuesta de reforma.
Sobre los mismos existen diversas posiciones teóricas, desde la de Wolff que
ve en ellos "un normativismo ajeno a la realidad (...) que excluye desarrollos
necesarios",247 hasta la del TCF, quien sostiene que una cláusula de
intangibilidad "tiene el sentido de evitar que el orden constitucional vigente sea
suprimido en su sustancia, en sus fundamentos". 248
________________________________________________________
__
245 Eduardo Espín: La Constitución como norma, en Luis López Guerra y otros: Derecho
Constitucional. Tirant lo blanch, Valencia. 2a ed., 1994, vol. I, págs. 50 y 51.
246 Stern: Derecho del Estado....,pág.371 .
247 Hans Julius Wolff, citado por Stern: Derecho del Estado...., pág. 343.
248 BVerfGe 30, 1(24).
Para establecer los alcances de la protección difusa son básicos los arts. 235 y
185 Cn.; según la primera disposición, todo funcionario civil o militar, antes de
tomar posesión de su cargo, debe protestar bajo su palabra de honor, como
obligación principal, cumplir y hacer cumplir la Constitución, ateniéndose a su
texto cualesquiera fueren las leyes, decretos, órdenes o resoluciones que la
contraríen; en conformidad con la segunda, todos los tribunales integrantes del
Órgano Judicial -con exclusión de la SC- pueden declarar la inaplicabilidad de
cualquier ley o disposición contraria a los preceptos constitucionales, al
pronunciar sentencia dentro de sus respectivas competencias.
Por su parte, del art. 10 inc. 2º Pr. Cn. se deduce que, hasta tanto la SC,
mediante sentencia dictada en un proceso de inconstitucionalidad, no
determina de un modo general y obligatorio la no inconstitucionalidad de una
disposición inferior a la Constitución, cualquier juez o funcionario pueden
negarse a acatarla, "amparándose" en las facultades que conceden los arts.
185 y 235 Cn.; mientras que el art. 12 inc. 3º Pr. Cn. es interpretado por la SC
en el sentido que los recursos que deben agotarse antes de incoar el amparo,
son tanto los recursos que se ejercen en los procesos jurisdiccionales como los
medios impugnativos que, para atacar el acto lesivo, regulan los
procedimientos administrativos.
4. Ahora bien, sobre este aspecto es necesario aclarar que, desde punto de
vista estrictamente lógico-jurídico, la protección reforzada no es una
consecuencia que indefectiblemente se deduzca de la esencia de la
Constitución: si bien la Ley Suprema es, como se ha expuesto, un cuerpo
normativamente cualificado, el aseguramiento de su eficacia no justifica crear
un tribunal ad hoc dentro del Órgano Judicial y mucho menos fuera de él- para
conocer de pretensiones individuales que tengan por fundamento directo a la
Constitución.
________________________________________________________
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253 En el caso que al Estado Salvadoreño se le atribuya violación a algún derecho consagrado en la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, no cabe decir que la actuación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos -basada en
los arts. 44 a 51 de dicho instrumento internacional, en su Estatuto y en su Reglamento- o de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos -según los arts. 61 a 69 de la misma Convención, su Estatuto y si Reglamento- sea una instancia superior
para conocer de recursos contra los pronunciamientos de la SC. En estricta técnica procesal, los procedimientos ante ambos
órganos internacionales no son recursos contra tales resoluciones, sino mecanismos independientes que tienen entidad propia,
cuya finalidad es verificar el cumplimiento de las obligaciones internacionales contraídas por el Estado Salvadoreño al ratificar
la Convención .
Más bien, la cualidad a la que en este parágrafo nos hemos referido responde
a razones históricas que, ante la insuficiencia de los mecanismos a cargo de
los funcionarios administrativos y tribunales ordinarios -rectius, no
especializados- han exigido complementarla con la intervención de la máxima
instancia jurisdiccional. Es decir, su consideración como cualidad sólo
responde a la situación que actualmente presenta el tema de la protección a la
Constitución, lo cual no significa que, a mediano plazo, ello no pueda variar.
La primera tesis, sustentada entre otros por Peter Häberle y John Ely, se basa
en un entendimiento de la Constitución como sistema de cláusulas
procedimientales que permiten el libre juego político y el libre acceso al poder
de cualquier opción política, siempre que se respete los cauces democráticos;
la segunda sustentada, entre otros, por Lawrence Tribe, Otto Bachof y Reinhold
Zippelius, afirma que la democracia no puede identificarse sólo con el
pluralismo, sino que descansa en un sistema de valores sin los cuales no
puede realizarse, por lo cual la Constitución debe ser la norma que exprese
dicho sistema, cuyo núcleo radica en los derechos fundamentales.
Sobre ello debe afirmarse rotundamente que una tal comprensión de esta
cualidad de la Constitución es inaceptable, pues contraría su esencia; el
contenido de las constituciones ha sido formado a partir de la evolución del
constitucionalismo, ese movimiento jurídico, político y filosófico que en los
últimos doscientos años ha postulado el ideal de una Constitución escrita, cuya
legitimidad se basa en el contenido mismo de sus normas y en emanar de la
voluntad soberana del pueblo, y cuya función esencial es instaurar un gobierno
limitado, garantizando con ello los derechos de los ciudadanos; finalidad que
sólo puede asegurarse a través de la rigidez de la Constitución y del control
judicial de constitucionalidad.257
________________________________________________________
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256 Es lo que Schneider denomina carácter "materialmente abierto" de la Constitución: La Constitución...., pág. 50. Ejemplos
de tales cláusulas y conceptos sobran en el texto constitucional: orden público, libertad de contratar, pronta y cumplida justicia,
seguridad jurídica, interés social, familia, respeto y garantía a los Derechos Humanos, etc .
257 Nicola Matteucci: Organización del poder y libertad. Historia del constitucionalismo moderno. Trotta, Madrid, 1998, págs.
23 a 26.
En este punto hay que señalar, otra vez, que la determinación del sentido
actual y concreto que tales disposiciones adquieren corresponde a la SC; es
aquí donde más marcado se advierte su carácter técnico e imparcial, la
justificación de que la última instancia de protección a la Constitución radique
en dicho tribunal, y la necesidad que su jurisprudencial sea motivada, haciendo
un uso adecuado de la argumentación jurídica, para dejar claro que es de la
Constitución, y no de criterios subjetivos, de donde se derivan las
consecuencias jurídicas que se expresan en sus fallos.259
________________________________________________________
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258 "El concepto de Constitución no puede entenderse limitado al texto del Preámbulo y el articulado del documento
constitucional, sino que implíca el sistema de valores y principios que las tradiciones del constitucionalismo liberal, social y
contemporáneo han derivado de la dignidad humana y del principio democrático, asumidos por la Ley Suprema y que inspiran,
como parte de su trasfondo, las disposiciones de dicho texto": SSC de 20-VII-1999, Inc.5-99.
259 La Sala ha afirmado que "el análisis lógico-jurídico por medio del cual esta Sala realiza el contraste entre normas a que se
ha hecho referencia, aparece expresamente consignado en los fundamentos de sus decisiones, donde puede advertirse las
razones que se tienen para resolver en uno u otro sentido. Es mediante dicha fundamentación de las decisiones de este
tribunal como se garantiza la imparcialidad del órgano decisor, y donde evidencia que su fallo se hace en aplicación del
derecho, y no por interés personal o por cualesquiera otras razones ajenas a la aplicación del Derecho Constitucional"SSC de
20-VII-1999, Inc. 5-99.
d. Garantías constitucionales, que son los medios con los cuales se pretende
asegurar el cumplimiento de los elementos materiales de la Constitución; su
núcleo está definido por las garantías judiciales, reforzado por las garantías
procesales constitucionales, de las cuales es competente la SC; también se
encuentran enunciadas principalmente en el Capítulo I del Título II y en algunas
disposiciones de la estructura orgánica de la Constitución.
I. INTRODUCCION
Pero estos no serán los únicos antecedentes históricos de una Teoría de los
valores aplicable en el mundo de las ciencias jurídicas, ya que también, la
construcción de la teoría jurídica de los valores puede encontrar interesantes
aportes para su construcción y concreción en la teoría institucional de Santi
Romano, así como en las aportaciones que desde la Filosofía del Derecho han
brindado Norberto Bobbio en Italia, H. L. A. Hart en Inglaterra y, Gregorio
Peces-Barba, Elías Díaz, Eusebio Fernández, Luis Prieto Sanchís y Antonio
Enrique Pérez Luño en España, por mencionar a algunos.
Dentro del Ordenamiento jurídico el papel de estos valores éticos sería difícil de
precisar, aunque podemos decir los mismos surgen y positivan con la finalidad
de establecer el sistema de preferencias expresadas en el proceso
constituyente como prioritarias y fundamentadoras de la convivencia. Se trata
entonces de las opciones ético sociales básicas que debe presidir el orden
político, jurídico, económico y cultural.
En resumidas cuentas podemos decir que los valores son expresión del "deber
ser" (nivel axiológico) de la pretensión de normatividad de conceptos jurídicos.
Son una forma de manifestación jurídica que, aunque existente desde siempre,
sólo ha venido a racionalizarse modernamente 271.
________________________________________________________
_________
270 Pérez Luño, Antonio-Enrique; "Derechos Humanos, Estado de Derecho...", ya citado.,p.137.
271 García, Alonso; "La interpretación de la Constitución", Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1984.,p.277 .
Smend sentó los cimientos para una interpretación axiológica de los derechos
fundamentales, al asignar al conjunto de derechos y libertades básicas
proclamadas por la Constitución de Weimar una función integradora e
inspiradora de todo el orden jurídico-político estatal 273.
Digámoslo de la mano de Embid Irujo: "Lo que importar destacar es que por
encima de una mera exposición de las doctrinas o argumentos, la base de la
función que los derechos fundamentales juegan en los Estados cuyo
ordenamiento constitucional -y jurídico en general- resulta fuertemente
modificado tras la Segunda Guerra Mundial. No solamente tiene lugar una
transformación de los derechos fundamentales en el sentido de pasar a ser
derechos anteriores a la Constitución y no concebidos por ésta, sino que se
atribuye a los derechos fundamentales el carácter de informadores del
completo orden político, fijadores de los valores queridos por el constituyente,
que irradian y diluyen su poder hasta el último ámbito social" 276.
Podríamos resumir sus efectos dentro de la cultura jurídica, para así de tratar
de comprender los cambios que generan su consagración como metas-
objetivos del Ordenamiento jurídico. A saber:
286 Cfr. Llamas Gascón, Angel; "Los valores jurídicos como ordenamiento material...", ya citado.,p.197-198 .
287 Cfr. Forsthoff, Ernst; "El Estado de la Sociedad Industrial", traducción de Luis López
Guerra y Jaime Nicolás Muñiz, colección civitas, Instituto de Estudios Políticos, Madrid,
1975.,p.43.
Pero los interrogantes que pudieren tratar de despejarse luego de estas breves
líneas no son pocos. Pasemos entonces a desarrollar algunos puntos
importantes para la comprensión de la idea de "sistema de valores" dentro del
Derecho constitucional salvadoreño.
304 Pérez Luño, Antonio-Enrique; "Derechos humanos, Estado de Derecho y Constitución...", ya citado.,p.318 .
305 Nino trata de realizar un acercamiento ético a la fundamentación del Ordenamiento jurídico a partir del fundamento de los
derechos humanos, encontrando tres principios básicos: "el de inviolabilidad de la persona, que prohíbe imponer sacrificios a
un individuo, sólo en razón de que ello beneficia a otros individuos, el de autonomía de la persona, que implica la posibilidad de
perseguir nuestros propios planes de vida y el de la dignidad de la persona, que prescribe tratar a los hombre de acuerdo a sus
voliciones y no en relación a otras propiedades sobre las cuales no tiene control". Nino, Carlos Santiago; "Etica y derechos
humanos. Un ensayo de fundamentación", editorial Ariel, Barcelona, 1989.,p.46. En realidad el mismo autor antes citado
encuentra difícil deslindar estos tres principios, y quizá merecería la pena considerar que los tres pudiesen el contenido del
concepto de dignidad de la persona en "sentido amplio" .
Debe destacarse, que este tipo de leyes reciben su fundamento en a partir del
art. 13 inc. 4º de la Constitución de la República, aún cuando no ha faltado el
cuestionamiento de dicha norma constitucional, que en ésta ocasión me
permito hacerlo a partir del fundamento de la Constitución en el valor
"dignidad".
En todo caso, que duda cabe que el concepto de justicia objetiva en los
Estados constitucionales contemporáneos va más allá de atribuir a cada uno lo
que es debido. Larenz, propone que el concepto de Justicia, se construya
sobre la base de la idea de Equilibrio: "-expresión que corresponde a la imagen
de la balanza- quiere decir en todo caso contemplación de los intereses
legítimos de cada parte y de cada grupo social, lo cual se liga a la exigencia de
que cada uno haya de tener al otro respeto y que ninguno pueda realizar sus
intereses a costa del otro u otros. Cada uno debe tener moderación en su
reclamación y dejar al otro lo que le corresponde. Es un punto de vista que
posee especial importancia cuando los tribunales se ven obligados a llevar a
cabo una 'armonización' porque no esta unívocamente prefijada por la ley
solución del conflicto. Muy próximo a ello está la idea de equivalencia en los
contratos sinalagmáticos y el principio de proporcionalidad en el sentido de la
interdicción de la excesividad".332.
I) Por una parte, el valor libertad entre otras cuestiones garantiza la autonomía
moral -de ahí que este íntimamente vinculado con el respeto a la dignidad
humana- pero es una autonomía que se realiza dentro de una sociedad
determinada en un contexto espacio-temporal definido.
La libertad, es libertad para hacer lo que se quiera, es decir, para poder actuar
y decidir libremente el propio comportamiento en todos los casos, sin
obstáculos, barreras o coacciones de los poderes públicos, de otros grupos
sociales y de los particulares. Esta es la libertad número uno, es una libertad de
no-interferencia, que crea un ámbito de libertad en el individuo en el que nadie
puede pentetrar, ni siquiera con acuerdo del titular. Protege la capacidad de
elección y de decisión del individuo y fundamenta o los derechos individuales,
como el honor, el pensamiento, la conciencia, la propiedad, etc.
II) Una segunda proyección de este valor es la idea de una libertad protectora o
promocional, que pretende superar los obstáculos internos, supliendo nuestras
carencias más básicas y necesarias para hacer operativa la primera libertad.
Esta es el fundamento de los derechos económico-sociales y a los que son
fruto del proceso de especificación de los derechos fundamentales 335,
fomentando la idea de una libertad entre iguales.
Pero es de destacar que en sus tres dimensiones el valor libertad, como todos
los valores constitucionales, no es absoluto y admite ponderaciones frente
otros valores. De esta forma, supuestos tales como la imposibilidad de generar
daños a terceros bajo la idea o la defensa del valor libertad no son admisibles
en un Estado democrático (el ejemplo podría ser la imposibilidad de legalizar la
venta de órganos, la penalización de la inducción o ayuda al suicidio,
incluyendo lo eutanasia, la responsabilidad (civil, penal o administrativa) ante el
ejercicio indebido de la libertad de expresión, etc.) 336.
Finalmente, mencionemos que esa faceta que hemos denominado con Peces-
Barba como libertad promocional vendrá limitada por la idea de escasez. Es
decir, el Estado puede -en la medida de sus posibilidades- potenciar el
crecimiento y desarrollo de ciudadanos libres, pero esta labor activa -nadie lo
niega- se encuentra limitada por los recursos económicos de que el Estado
pueda disponer para la realización de tales fines.
Se trataba sobre todo de igualar los efectos de la ley en relación con sus
destinatarios, con independencia del contenido concreto de la norma. De esta
suerte, igualdad ante la ley, tenía más que ver con los efectos de la ley, que
con la igualdad de los individuos, pues en realidad lo que se trataba era de
garantizar el alcance general de la ley338.
Por eso sostiene Alexy339, que "igualdad ante la ley", ha sido durante largo
tiempo interpretada exclusivamente en el sentido de un mandato de igualdad
en la aplicación del Derecho. Así pues, por definición, el mandato de igualdad
en la aplicación del Derecho, puede vincular solo a los órganos que aplican el
Derecho, pero no al legislador.
Quien habla de un orden jerárquico de los valores tiene, por lo menos que tener
en claro, cuales son los valores fundamentales que rigen su comunidad
política. Esta primera cuestión no es de fácil dilucidación, tal como apuntamos
anteriormente, pero una vez acabada dicho problema: ¿podríamos considerar
la existencia de un orden jerárquico de valores?.
Pero los valores no son monopolio judicial, aún cuando -como señala Manuel
Aragón355- sólo tienen "eficacia interpretativa". Y es que esta "eficacia
interpretativa". Y es que esta "eficacia interpretativa", es decir, el modo real a
través del cual concretamos el concepto de valor, puede desarrollarse a través
de diversas vías. El Legislador, por su parte, puede a la hora de tratar de
implementar el contenido de un valor, proyectarlo a través de la creación de
una Ley: "Convertir el valor, en una norma concreta"; el juez, por su parte, no
tiene esta potestad, puesto que no puede suplantar al legislador, sino
únicamente interpretar la norma a partir de este orden objetivo de valores.
Que duda cabe de que valores y principios son conceptos cercanos. Pero es
posible encontrar algunos rasgos diferenciadores entre unos y otros:
2.- Los valores poseen un alto contenido ético -marcado por su origen-,
mientras que los principios por su misma naturales, son conceptos cuyo
contenido jurídico es más consistente357. Como diría Alexy, los principios
pertenecen al ámbito de lo deontológico, mientras que los valores se incluyen
en el nivel axiológico; lo que en el modelo de los valores es prima facie lo
mejor, en el modelo de los principios es prima facie debido 358.
3.- Los valores se sitúan dentro de la Constitución a un nivel superar debido a
que su caracter "fundamentador" los superpone a los principios
constitucionales. Aunque como apunta Díaz Revorio, ello más que un rasgo, es
un eventual efecto de la diferencia entre ambos conceptos 359.
4.- Los valores sólo tienen eficacia interpretativa. Y esta eficacia opera de
modo distinto según que el interprete sea el legislador o el Juez 360. Los
principios jurídicos, por el contrario, además de servir para interpretar normas
también pueden alcanzar proyección normativa tanto por obra del legislador
como del juez. Precisamente porque los valores son exclusivamente fines, y los
principios en cambio, prescripciones jurídicas generalísimas o, si se quiere,
fórmulas de Derecho fuertemente condensadas que albergan en su seno
indicios o gérmenes de reglas361.
Es preciso darse cuenta que el "derecho por reglas" del Estado de Derecho
decimonónico es algo cualitativamente distinto al "derecho por principios" del
Estado constitucional contemporáneo y que este cambio estructural del
derecho tiene que comportar necesariamente consecuencias muy serias
también para la jurisdicción363.
La vida de una sociedad, sus continuos cambios, sus adaptaciones ante las
nuevas realidades mundiales, ejercen influencia sobre estos valores, haciendo
de esta manera un derecho más flexible y adaptable a las cambiantes
realidades contemporáneas. "El conjunto de los principios constitucionales
-como muy atinadamente se ha dicho- debería constituir una suerte de "sentido
común" de derecho, el ámbito de entendimiento y de recíproca comprensión en
todo discurso jurídico, la condición para resolver los contraste por medio de la
discusión y no de la imposición".
JUSTIFICACIÓN
PRIMERA PARTE:
Las fuentes del derecho han sido investidas por la tradición del pensamiento
civil. Cuestión adecuada para una época pretérita, no así para hoy. Importante
es, sin embargo, que recordemos algunas situaciones sobre las fuentes del
derecho. La influencia fundamental se depositó en el Código Civil cuyas reglas
de legalidad dominaron como reglas de interpretación y fundamentación de
todo el sistema normativo. El sistema constitucional fue visto como reglas
políticas y carentes de toda imperatividad.
El sistema de fuentes del derecho para Royo desde la tradición jurídica anterior
a las visiones Constitucionales se caracteriza por varios puntos: (a) negativo,
en cuanto que la manifestación de las fuentes escrita es derivación de un poder
central. Por lo general, no hay competidores territoriales, para la emisión de las
normas jurídicas. El punto de vista negativo correlaciona la abstención para
dictar normas jurídicas por órganos no autorizados. (b) Positivo. Cualidad que
articula el sistema jurídico alrededor de la ley. Las leyes se originan en el
parlamento y los reglamentos en el gobierno central; en nuestro caso la
Asamblea Legislativa, la Administración Pública, la costumbre, los principios
generales del derecho y la jurisprudencia complementan el sistema de fuentes.
c) Jerarquía. El sistema se ordena por la posición que ocupa el órgano emisor
de la norma. (d). Fundamento. Error tradicional que arrancó de la
fundamentación en la ley y no desde la Constitución. 365.
Además del anterior espectro normativo, integrante de las fuentes del derecho,
aparecen otras que han sido sacralizadas por la doctrina jurídica. Aquí
aparecen: la costumbre, la jurisprudencia, la doctrina legal, y constitucional, y
por último la doctrina de los expositores del derecho. Especiales comentarios
de mérito en nuestras prácticas jurídicas están en las ordenanzas,
memorándums e instructivos.
En complemento Pena Freire nos recuerda que: "a partir de esta norma
supuesta se convierten en vinculantes los dictados del poder constituyente, es
decir, se faculta a este poder para dictar normas obligatorias a todos. A partir
de este germen se va construyendo escalonadamente el ordenamiento
jurídico"391. Las normas constitucionales como normas supremas, además de la
obligación de ceñimiento de los poderes públicos, trae como consecuencia la
posibilidad de controlar judicialmente el ejercicio del poder 392. Para Del Vecchio,
las normas constitucionales determinan las libertades fundamentales, la
estructura y funciones del Estado, las demás leyes están subordinadas a éstas,
representan -las normas ordinarias- algo consecutivo de las normas primarias.
Las normas constitucionales representan una materia de mayor gravedad y
garantía, debido a la actividad constituyente.393
Otro caso que aún no está resuelto, pero que debe llevarnos a las mismas
conclusiones, es sobre el derecho de respuesta. Reconocimiento de un
derecho constitucional que aún no tiene desarrollo legislativo en materia de
libertad de expresión. Aunque no exista norma secundaria, la reclamación no
debe impedirse por la mora legislativa. Para ello están las normas supletorias
del procedimiento civil que tratan sumariamente la forma de cómo debe
procederse para resolver el conflicto. Y en caso de que fuere positiva la
reclamación otorgar la tutela del derecho a respuesta.
El preámbulo constitucional.
Posición radical que niega a las exposiciones de motivos alguna utilidad para la
técnica jurídica es la de Santaolalla. Aunque al final, no niega la posibilidad de
dicha operación en tanto mandato legislativo expreso en el ordenamiento
español -3.1 CC español-. Sin embargo entiende que no hay razón para
entenderlos como parte del cuerpo de la ley. En primer lugar, ésta posición
radical justifica la ausencia de carácter normativo para las exposiciones de
motivos por el hecho que no son ley, de dárseles el carácter normativo haría
perder la nota prescriptiva de las leyes. Por otra parte Santaolalla reniega del
valor interpretativo, puesto que ello hace chocar de entrada con la técnica
legislativa que elabora leyes. Las leyes deben ser claras, precisas, completas,
concisas. Aceptar el carácter interpretativo de las exposiciones sería acepta de
antemano que las disposiciones legislativas son defectuosas.
El procedimiento de creación está previsto por el Art. 248 Cn. Estas normas
pueden llamarse, normas primarias, o normas constitucionales derivadas. Hay
que tener en cuenta que las normas de reforma constitucional permiten la
supervivencia del viejo orden constitucional, aunque lo modifican. Así el viejo
orden constitucional se adapta a las nuevas demandas constitucionales. 402
Royo sostiene, que para la creación de las normas de reforma casi todas las
Constituciones democráticas tienen previsto un procedimiento distinto al
ordinario." ....Son, como su nombre indica, normas de reforma de la
Constitución, es decir, normas que añaden, suprimen o sustituyen algún
precepto de la Constitución. Estas leyes de reforma de la Constitución, una vez
aprobadas, sancionadas, promulgadas y publicadas, se incorporan al texto
constitucional y se convierten en Constitución a todos los efectos". 404 El Art. 248
Cn establece en nuestro orden constitucional que para su creación se requiere
la iniciativa de por lo menos de diez diputados, un acuerdo de reforma
constitucional, y otro que lo ratifique. Los acuerdos han de ser producidos por
diferentes Asambleas Legislativas, cuidando que la ratificación sea efectuada
por la siguiente Asamblea. Adviértase que la intencionalidad constitucional,
imposibilita y termina el proceso, al no ser ratificada por la siguiente Asamblea.
Ocurre entonces, que no puede haber un lapsus temporal intermedio que se
abstenga de completar el proceso de formación de norma constitucional. En
otras palabras, nos parece un error de interpretación y de práctica
constitucional de reforma, que una primera Asamblea acuerde la reforma, y
luego sea una tercera la que realice la ratificación.
SEGUNDA PARTE:
DE LAS FUENTES ORDINARIAS
I, LOS TRABADOS
Para una mínima noción de los tratados sirve la Convención de Viena del 23 de
mayo de 1969. La Convención entiende por tratado, "un acuerdo internacional
celebrado por escrito entre Estados y regido por el derecho internacional, ya
conste en un instrumento único, o en dos o más instrumentos conexos y
cualquiera que sea su denominación particular". Deducible de esta definición,
es la existencia de un acuerdo de voluntades, efectuado entre Estados a la luz
de las reglas internacionales407. La Convención de Viena de 1986 amplió el
concepto para las organizaciones internacionales, y desformalizó el término. Al
referirse a las organizaciones internacionales productoras de tratados, dejó
claro, la calidad jurídica del instrumento internacional tratado, independiente de
sus denominaciones particulares.
Lo interesante es que las normas en razón del sujeto que las produce pueden
ser nacionales. Es decir, las normas enumeradas pueden ser nacionales,
tomando como punto de partida la producción de las mismas por parte del
legislador nacional. La autoridad nacional produce completamente la norma.
Entendiéndose que el proceso de formación inicia internamente y termina
internamente, aquí entonces estamos en presencia de normas interna
nacionales, puesto que su formación se debió a que todos los actos jurídicos
desarrollados para su producción fueron ejecutados por autoridades
nacionales.
Sin embargo, hay normas que aspiran a ser nacionales en las que su proceso
de formación inicia en el exterior y terminan su proceso de formación en el
interior. Esta clase de normas a pesar de poder ser verdaderas normas en el
exterior no lo son nacionalmente sino reúnen los requisitos que se establecen
dentro de la norma constitucional y otras normas del ordenamiento jurídico que
la detallan o complementan. En otras palabras, las normas internacionales
pueden ser válidamente normas en el ordenamiento internacional, y sin
embargo no ser- normas válidas- en la República de El Salvador. Para ello se
necesita que la autoridad competente nacional las valide y les de la
autorización legal para que éstas sean normas válidas internamente. 409 Cuando
éste o estos actos jurídicos suceden es cuando podemos hablar en sentido
estricto que las normas internacionales se han convertido en normas internas.
Entonces con la propiedad terminológica podemos llamarles: normas internas
internacionales o normas internacionales interiorizadas nacionalmente. Mata
Tobar fundándo su afirmación en Visscher dice que: "el proceso de
incorporación de las normas internacionales en la legislación interna, es el
resultado de la introducción y reconocimiento de los tratados o convenciones
en el orden jurídico estatal y su consiguiente aplicación por los órganos
nacionales sobre la base de su ratificación o permiso de aplicación interna,
generalmente otorgado por el órgano legislativo o congreso, previa negociación
del tratado por el órgano ejecutivo". 410
Téngase en cuenta por tanto, los dos requisitos básicos que señalamos en el
Art. 144 de la Cn. Para evadir confusiones, en la vigencia de los tratados,
aclaramos nuestra costumbre jurídica de identificar que basta la ratificación
para que los tratados entren en vigencia y sean normas válidamente
consideradas para su aplicación en nuestro ordenamiento jurídico. Pero, si
somos acuciosos y observamos detenidamente la prescripción del 144 Cn.,
miraremos que la ratificación es sólo una fase previa en la formación de
normas internacionales que aspiran a integrarse en el orden jurídico nacional.
Otra sentencia que incurre en la tradición jurídica de la ratificación es el habeas
corpus 18-P-96 de 5 de noviembre de 1996 que dice que los tratados
internacionales ratificados por El Salvador son ley de la República, y junto a las
reglas internas deben tomarse en cuenta para decretar una detención
provisional.
Ahora piense el lector que esta regla no se haya cumplido, reflexione el lector
en otros tratados que publicados y ratificados no cumplen con las respectivas
reglas de vigencia del tratado. Nos parece que la costumbre jurídica que otorga
vigencia a los tratados por el hecho simple de la ratificación legislativa ha sido
la permanencia de una información que en ciertos casos, cuando la regla de
vigencia del tratado no se ha cumplido conduce a la inconstitucionalidad si se
aplicara la norma internacional. Otro asunto, es la falta de información de parte
de las instituciones involucradas en los procesos de formación de normas
internacionales de aplicación nacional. Instituciones que tienen el deber de
involucrar una nueva actitud, para corregir estas velaciones, que confirmen las
existencias de normas internacionales con pretensión de ser nacionales. 411 Por
el momento resaltamos la gravedad de la problemática y el obscurantismo que
a la postre impide la verdadera eficacia de las normas internacionales en la
jurisdicción nacional.
Jerarquía normativa
Las causas que han defendido la libertad personal en hábeas corpus, no han
sido comunicadas de la transformación tasada para los tratados; que en la
jurisdicción protectora de la libertad siguen climatizando la superioridad.
Realizamos en este sentido un punto que para nuestro ordenamiento jurídico
debe definirse con certeza por los jueces supremalizados por la Constitución.
De tal forma que la discontinuidad posicional en las opiniones jurídicas de las
normas internacionales sepulten las convulsiones descifradas, que contrarían
al sentido común. Especialmente si los intérpretes son idénticos en
individualización y biología.
La Sala recuerda una tan sóla excepción histórica en que se amplió el concepto
normativo de Constitución, por consiguiente el parámetro de juzgamiento de
inconstitucionalidad. Fueron textos adicionales a la Constitución" se denominó
a tal conjunto con la expresión derecho constitucional positivo.
Específicamente, en la sentencia de las doce horas del día diez de marzo de
mil novecientos cincuenta y uno, dictada en el proceso de inconstitucionalidad
del decreto legislativo número 133, de 20 de febrero de 1951, se expresó: "Se
llega a la conclusión de que es inexacta la tesis de que toda la Constitución es
un cuerpo legal único, formado por un solo Decreto del Poder Constituyente.
Ese Decreto llamado Constitución, strictu sensu, es la ley o documento
principal; pero hay otras leyes constitucionales que también forman parte de la
Constitución, entendida ésta en sentido lato. Así sucede con los Decretos
números 9, 10 y 11 de la Constituyente de mil novecientos cincuenta, y con la
Ley Transitoria para la aplicación del Régimen Constitucional; toda esa labor
normativa fundamental representa, como dice en su escrito el señor Fiscal
General de la República, nuestro Derecho Constitucional Positivo".
La Sala sostiene que fuera del caso anterior, debido a circunstancias históricas,
no se han incorporado disposiciones como parámetro de decisión
constitucional. Sin embargo, los tratados son portadores de criterios de
ilustración sobre el contenido y alcance de un derecho constitucional pero no
constituyen parámetro de constitucionalidad.
Una de las pautas que hacen presencia en este tema es en atención a las
concepciones normativas que se manifiestan en el orden jurídico. El ámbito de
las normas no es único ni diametralmente uniforme. Las naturalezas jurídicas
que se impregnan a cada una de ellas reflejan desde una teoría genérica del
derecho que la igualdad indistinguible dentro de su conformación normológica
no puede ser representada de la misma manera. Esto hace que existan normas
diferentes. Unas pequeñas, otras grandes, unas altamente sistematizadas otras
con poquedad sistémica, las hay para diferentes materias, como también para
diferentes colectivos, algunas se cualifican en función de disponibilidad,
mientras que otras se retocan con la taxatividad, unas desarrollan principios
generales del derecho por medio de una relación de complementariedad,
mientras que otras lo hacen impidiendo la especificación de la generalidad de
los principios y conforman así regulaciones excepcionales en el sistema
jurídico."La ley es la norma general establecida mediante la legislación. Y la
legislación es el establecimiento de normas generales por un órgano de la
comunidad autorizado".424 De las normas que produce el legislador nacional la
norma por excelencia es la ley, la que continuamente está presente en la
intersubjetividad de los particulares. La ley es el objeto jurídico que dilata sus
contenidos tocando a cada momento el actuar social. Por supuesto, que estas
afirmaciones no excluyen las características e imbricaciones antes analizadas
de la Constitución.
Es notable que las normas jurídicas que integran, que ingresan, que salen del
sistema, gozan cada una de ellas, individualmente o en conjunto, de cualidades
que las hace distinguibles del resto. Uno de los criterios que en este sentido la
historia jurídica positiva ha impregnado por generaciones de juristas es el de
las escalas o posiciones jurídicas, otrora la jerarquía. Los niveles normativos
primarios, secundarios, tercerios y hasta cuaternarios producen así el intento
de diferenciar en orden ascendente o descendente, de superioridad e
inferioridad, de supremacía y subordinación a las normas jurídicas.
Las normas de uso constante, las que permanecen en cada instante vital, las
que muy a menudo produce el legislador se les conoce como las "leyes", otros
prefieren el de normas secundarias, no falta quien las denomina normas
ordinarias. La denominación de ordinarias guarda ésa faceta de lo común, de lo
que generalmente se regula bajo dicha forma normativa, lo que el pueblo
identifica tradicionalmente en las lecturas de textos articulados sobre la base
del trabajo legislativo. Véase entonces la amplitud comprensiva del termino
"ordinarias". El proceso de formación está previsto por el Art. 133 CN 425. En el
se presupone los sujetos legitimados para iniciar el proceso y posibilita la
participación de los órganos fundamentales del Estado, en atención a las
situaciones jurídicas previstas. Empero, la naturaleza del proceso aprovecha
para legalizar el rol determinante de la Asamblea Legislativa al hacer este tipo
de normas, especialmente es la específicación de sus contenidos. La
Asamblea posee para algunos casos autonomía absoluta para hacer
determinadas normas, por ejemplo su reglamento interno. La regla general es
que el proyecto sea sancionado por el Presidente, y en caso de desacuerdo,
que haga las observaciones, o el veto por razones de inconveniencia o
contradicción a la Constitución. En cuanto este sea fundado en
inconstitucionalidad, la Corte Suprema de Justicia puede intervenir. En
adelante ampliamos estas manifestaciones.
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424 Enrique R. Aftalión y José Vilanova. Introducción al Derecho. Conocimiento y Conocimiento Científico. Historia de las Ideas
jurídicas. Teoría General del Derecho. Teoría General Aplicada.Pág.654.
425 Es valiosa una lectura crítica de los procesos de formación de normas ordinarias que sistematiza desde la política
sociológica, Oscar Martínez Peñate: El Salvador. La Asamblea Legislativa. Nuevo Enfoque, San Salvador. 1 a Edición.1998.
Aproximación de significado
Intentos definitorios:
Normas jurídica del sistema
Ubicación escalonada
En segundo lugar, la ley ocupa una posición dentro del sistema jurídico.
Describiendo la teoría tradicional, las escalas jerárquicas han adoptado la
dogmática del segundo lugar en las escalas normativas. Una mención de esta
posición puede entretejerse cuando en el Art. 271 de la Constitución establece
la obligación para la Asamblea Legislativa de armonizar las "leyes secundarias"
con la Constitución en materia de Instituciones Oficiales Autónomas. La
sintonia de la posición del segundo lugar en el orden jerárquico de las normas
jurídicas puede ser consolidada por otras menciones expresas. La relación es
evidente con el artículo 42 Cn al colocar un plazo para reformar la "legislación
secundaria" en materia electoral, o en el caso del Art. 36 Cn en que prescribe
el deber de que sea la "ley secundaria" la que regule el derecho constitucional
a un nombre. La previsión constitucional en el Art. 72 ordinal 3º. relacionada
con el derecho político de optar a cargos públicos carga de nuevo con un
posicionamiento secundario de la ley al obligar al ciudadano que quiera verse
inmerso en dicha situación jurídica, de cumplir con los requisitos establecidos
por la Constitución y las leyes "secundarias". La restricción en las atribuciones
de la Asamblea Legislativa en el Art. 131 Cn ordinal 5º, para interpretar
auténticamente, decretar, reformar y derogar cierto tipo de normas jurídicas, en
este caso las "leyes secundarias" es otro parámetro expresado con claridad
constitucional.
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427 Enrique R, Aftalión y José Vilanova, Introducción al Derecho.Pág.648 y ss.
Las previsiones civiles suplieron por mucho tiempo la ceguera de las normas
constitucionales, y en dichas normas civilistas se haya también criterios que
derivan el carácter subordinado de la ley. El Código con mucho adelanto se
había expresado en ese sentido. La ley debe ser emanada en la forma
constitucional, cumpliendo los requisitos establecidos en dicha norma. El Art. 1
del Código Civil es importante al resaltar la condición de la manifestación de la
declaración de la voluntad que debe estar contenida en una ley. En esta
perspectiva, la voluntad soberana debe manifestarse en la forma prescrita por
la Constitución. El Art. 83 Cn. lo ha dicho en forma similar, al prever el ejercicio
de la soberanía popular en atención a las reglas constitucionales.
Subordinación infralegal
Cualidad política
Significación constitucional
En la jurisprudencia nacional
En la jurisprudencia internacional
La reserva de ley
Para Baena del Alcazar la reserva de ley contiene latente dos ideas: una, la
exclusividad de la potestad legislativa para regular ciertos derechos de los
ciudadanos; por otra parte, es una prohibición para que se dicten reglamentos
independientes:"constituyendo así un limite a la potestad reglamentaria del
gobierno y en su caso de la Administración Público. Hay que tener en cuenta
que este razonamiento es un arma de doble filo, pues la reserva de ley significa
también que en las materias no reservadas actúa libremente el gobierno en uso
de su potestad reglamentaria."437 Para nuestro ordenamiento jurídico, no
creemos aplicable el peligro señalado por Baena, especialmente porque la
potestad reglamentaria del gobierno se encuentra articulada por la disposición
que sujeta la actividad reglamentaria a las leyes cuya ejecución les
corresponda.
Denominación y posición
Cuando corresponda a la Asamblea Legislativa, por el Art. 131 ordinal 27º Cn,
el acto de creación o derogación de las normas excepcionales debe hacerse en
votación nominal y pública, y con los dos tercios de votos. Al tenor del Art. 135,
por interpretación a contrario censu, ya que dicho artículo determina los actos
legislativos que requieren de sanción presidencial, y al no estar determinado
como excepción el ordinal 27º del Art. 131 Cn, tendríamos que entender que
requiere de la sanción del Presidente, discurriendo el proceso normal de
formación de ley señalado por la Constitución. Nos parece de importancia esta
formulación en el procedimiento de formación, ya que permite el ejercicio del
veto, sea con observaciones, por inconveniencia o inconstitucionalidad que
identifique el Presidente. De esta manera la potestad de crear un régimen
excepcional no se absolutiza en las facultades del legislador.
Derechos suspendibles
V. LAS ORDENANZAS
Las ordenanzas son normas dictadas por órganos administrativos que tienen
cierto nivel de autarquía.444 Las ordenanzas más comunes son las creadas por
la municipalidad, aduanas, universidad y fuerzas de seguridad. Su rango es el
mismo que el de los reglamentos. Y están condicionados a las previsiones de
ley.
Una cuestión que no está salvada con claridad es la que logre explicaciones
satisfactorias de las notas distintivas para los decretos, acuerdos, órdenes,
providencias y resoluciones. Al rescate de un fundamento que no se distance
de la Constitución, nos abocaremos bajo aprobación de una interpretación
análogica, a los supuestos constitucionales que moldean, en este tópico, las
conductas esperadas de los funcionarios del órgano ejecutivo.
Un detenimiento previo en los Arts. 163 y 164 CN, conducirán al lector a una
agilidad mayor para la comprensión de las opiniones que participaremos: El
primero presupuesta que: "Los decretos, acuerdos, órdenes y providencias del
Presidente de la República deberán ser refrendados y comunicados por los
Ministros en sus respectivos Ramos o por los Viceministros en su caso. Sin
estos requisitos no tendrán autenticidad legal". Y el segundo literalmente dice
que: "Todos los decretos, acuerdos, órdenes y resoluciones que los
funcionarios del Organo Ejecutivo emitan, excediendo las facultades que esta
Constitución establece, serán nulos y no deberán ser obedecidos, aunque se
den a reserva de someterlos a la aprobación de la Asamblea Legislativa".
El lector puede deducir de la simple lectura que se juntan dos bloques que
autorización la producción normativa en ése orden. Las atribuciones conferidas
al Presidente de la República, y la otra a los funcionarios del ejecutivo. Ha de
tenerse en cuenta la posibilidad de extender la sistematización al resto de
actividad funcionarial en la Administración Pública, sobre la base de respaldos
validados por la interpretación jurídica.
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453 Sobre la mañana que suscitan en el discurso jurisdiccional, la delimitación de contenidos de los decretos, acuerdos,
órdenes, resoluciones, y providencias, puede acudirse a la sentencia del 16 de julio de 1992, en el proceso de
inconstitucionalidad 7-91. El fallo estimó la inconstitucionalidad del Registro de Organismos no Gubernamentales Extranjeros
(ONG) creado por acuerdo del órgano ejecutivo.
XII. LA COSTUMBRE
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457 Eduardo García Maynez: Introducción al Estado del Derecho. Porrúa, México.9a Edición.1960.Pág.62.
458 German J. Bidart Campos: Filosofía del Derecho Constitucional. EDIAR, Argentina.Pág.57.
459 Francisco Bertrand Gallindo, José Albino Tinetti y otros: Manual de Derecho Constitucional. Tomo I. Centro de
Investigación y Capacitación. Proyecto de Reforma Judicial. San Salvador. 1 a. Edición 1992.Págs. 89 y 90.
460 Francisco Bertrand Gallindo, José Albino Tinetti y otros: Manual de Derecho Constitucional. Pág.90.
461 Francisco Bertrand Gallindo, José Albino Tinetti y otros: Manual de Derecho Constitucional.Pág.90 y 91.
462 Abreviatura de Código Civil.
La prevalencia de una u otra fuente debe ser examinada según los períodos
históricos. El valor consuetudinario se acreciencia en las épocas primitivas. La
escasa actividad legislativa justifica su importancia. Pero el derecho pasa de
elaboraciones espontáneas o modos reflexivos. En este sentido se constituyen
órganos de producción, se forman Asamblea Legislativas y nace la clase de los
juristas. En este proceso la ley reafirma la costumbre. Consecuencia es que se
construye el sistema jurídico, la costumbre se alberga en él, y se sostiene por
la ley. Se justifica entonces la máxima "de que la costumbre deriva su autoridad
de la voluntad del legislador, y vale sólo en cuanto la ley la reconoce".
Afirmación que para Del Vecchio es insostenible, por el hecho sólo de
corresponder a una fase de evolución.464
La costumbre conserva un imperio extenso en los sectores del derecho en que
la elaboración legislativa es mínima y lenta. Estamos en el período del derecho
de las gentes. Epoca en que se origina el derecho internacional, de las
relaciones entre Estados, luego que éstos se organizaron. En el derecho
constitucional la elasticidad de las normas, hace que a veces se confíe en las
elaboraciones consuetudinarias. Este delineamiento proviene afirmarlo más
que todo para la Constitución inglesa. Para el derecho penal, la importancia de
la costumbre es muy poca. Las reglas nullum crimen sine lege y nulla poema
sine lege, impiden cualesquier arbitrariedad respaldada en prácticas
atentatorias de la libertad. En los procedimientos civiles es considerable el valor
superlativo y predominante de la ley. En el derecho civil, la costumbre vale
"mientras tanto secunde la ley, o vaya más allá de ésta sin contradecirla. Del
Vecchio conviene en la conclusión anterior respecto de la consuetudo
secundum legem y la praeter legem. Inclusive tampoco desdice la validez de la
contra legem, en relaciones anteriores a la promulgación de la ley, puesto que
ésta no tiene efectos retroactivos.465
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463 Giorgio Del Vecchio: Filosofía del Derecho.Pág.380.
464 Giorgio Del Vecchio: Filosofía del Derecho.Pág.380 y 381.
465 Giorgio Del Vecchio: Filosofía del Derecho.Págs.381 a 383.
Por último solo hacemos referencia a la distinción clásica que se para a los
usos y hábitos sociales; de los que se ha dicho que no participan de la
conciencia de obligatoriedad. Por lo que no unifican costumbre. Sin embargo,
en nuestro ordenamiento jurídico, el legislador, ha usado indistintamente la
costumbre y el uso. Por ejemplo el Art. 1 del Código de Comercio CCOM 467
regla que se acuda subsidiariamente a los usos y costumbre, por lagunas en
los supuestos normativos del Código de Comercio. Similar tendencia aparece
en el Art. 488 CCOM, que obliga a los comerciantes a ejercer sus actividades
comerciales de acuerdo a la ley, usos mercantiles y buenas costumbres sin
perjudicar al público ni a la economía nacional. En definitiva, la previsión legal
de los usos autoriza su aplicación.
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466 Giorgio Del Vecchio: Filosofía del Derecho.Pág.384 y 385.
467 Abreviatura de Código de Comercio.
XIII. LA JURISPRUDENCIA
Díez Picazo dice que la curiosa palabra que comenzó a designar una labor
determinada de los tribunales, en la tradición occidental se comenzó a utilizar
desde un momento no bien conocido y por razones un tanto oscuras 471 García
Maynez, depurado el concepto, sostiene que la acepción equivalente en la
actualidad es la que comprende <<el conjunto de principios y doctrinas
contenidos en las decisiones de los tribunales>> 472. Como puede verse hay un
gran tránsito terminológico de la jurisprudencia asimilada a fallos, y concebida,
por la doctrina y principios declarados judicialmente.
En este orden de ideas, corresponde examinar ahor el caso del hábeas corpus
y amparo, en donde abundante doctrina se ha vertido a fin de limitar sus
efectos. Lo imprescindible en el análisis requiere el examen de la división típica
de las sentencias. Una, la de los considerandos, fundamentaciones jurídicas o
razonamientos del tribunal; dos, la decisión, el fallo o la conclusión lógica de los
argumentos previos. La expresión mayoritaria perfila a las decisiones con
efectos inter-partes, o sea, dotando a la decisión de la singularidad respecto de
los sujetos intervinientes. La discusión nos remonta también a los
considerandos en donde para algunos, sus elaboraciones en conjunto son de
vinculación general; o a veces, para otros, las elaboraciones en modo de
justificación solo transmiten en algunos casos el efecto obligatorio genérico. De
ahí que se necesita de una tarea de identificación de considerandos y
justificaciones jurisprudenciales para concluir la existencia de una vinculación
genérica.
Nos parece que el tema debe verse con especial cuidado. Frente a las partes
de la ratio y de las obiter que se estructuran en una sentencia somos de la
opinión que la regla general en los procesos de inconstitucionalidad es de
vinculación general y obligatoria tal como se ha sostenido con anterioridad; en
cambio para los procesos de amparo y hábeas corpus, respecto de la obiter el
efecto ha de ser interprantes. Analizando las ratio, el efecto debería canjearse
a través de una regla general interpartes, pero que excepcionalmente sería
genérica -vinculación general- si la justificación ha interpretado algún artículo o
precepto constitucional. La fuerza de la Jurisprudencia en De Robles Rodríguez
depende de las fuerza expansiva que tengan sus razones y de la medida en
que alcancen valor suficiente -siempre susceptible de nueva discusión,
matización y afinamiento- para constituirse en <<normas>> y para fundar
expectativas razonables en la construcción de nuevas relaciones sociales que
sean capaces de aludir un nuevo litigio" 477.
El principio del stare decisis renace en esta sentencia para recordar que vincula
a la generalidad de los operadores jurídicos. Otras de las razones destacables
en la sentencia es que junto al jurista Luis Prieto, se edifica a la Sala de lo
Constitucional como interprete supremo. Al mismo tiempo no descansa para
relacionar su atribución creadora de normas, sin que ellas pierdan, sino que
poseen la propia fuerza del legislador "operando directamente sobre el
ordenamiento". La Sala recuerda al legislador que el retraso en la armonización
de los preceptos ordinarios con la Constitución es lo que le ha llevado a la Sala
a pronunciarse con causa justificada.
La consideración que no hay ley vigente aplicable debe haber agotado posibles
interpretaciones extensivas o restringidas, sin que lo odioso o favorable de la
norma influya. Debe haberse ilustrado adecuadamente sobre el contexto en
que se establece la ley. Las obscuridades no deben servir de pretexto para no
aplicarla, en cuanto el operador está habilitado para dibujar sus soluciones
sobre la base de leyes parecidas, que le hacen incursionar en el campo de
interpretaciones por analogía. Por otra parte debe haber acudido al campo
teleológico buscando el espíritu legislativo objetivado en la norma. Frente a
dudas en el procedimiento judicial debe considerar resolver según principios
del procedimiento y favorables al demandado.
Significado de la doctrina
Actualidad de la Constitución
Introducción
Con relación a esta idea Manuel Aragón492 sostiene que si la soberanía reside
en el pueblo a éste pertenece el poder constituyente 493; ese poder del pueblo
para autodeterminarse o lo que es igual, para pretender regular jurídicamente
los cambios de consenso político.494 La regulación por medio de la cual la
soberanía se autolimita se entiende que se refiere al establecimiento de unas
reglas sobre la formación de la voluntad soberana, pero no sobre el contenido
de esa voluntad porque el soberano constitucionalizado ha de tener la facultad
de cambiar radicalmente, en cualquier momento, de Constitución o como lo
señala el autor últimamente citado "el pueblo tiene que conservar la libertad de
decidir, jurídicamente, su propio destino", ya sea cambiando totalmente de
Constitución, en ciertos casos y bajo determinadas circunstancias, a través del
mecanismo de la reforma; o mediante mecanismos que puedan implicar una
mutación constitucional.
Nos interesa destacar, en este apartado, que en virtud del ejercicio de dicho
poder soberano, la Constitución Salvadoreña también establece los cauces la
Norma Primaria pueda continuar con su pretensión de permanecer siendo la
expresión de la voluntad de la comunidad políticamente organizada, o lo que es
lo mismo, potenciar su adaptabilidad a las circunstancias actuales; los que
generalmente están regulados por el procedimiento de reforma, que se
caracteriza por ser especial y con más dificultad de revisión que el ordinario, y
que redunda en la garantía de su supremacía. No obstante, y como ya se
manifestó ut supra, existen otros mecanismos que aparecen no regulados
constitucionalmente pero sí aceptados doctrinariamente y cuyos supuestos de
hecho se han visto manifestados en la aplicación de la Constitución vigente.
A este respecto son ilustrativas las palabras del profesor Garrorena Morales al
señalar498, que la Constitución, por su propia finalidad, "compromete un
coherente y considerable grado de estabilidad en lo constituido. No existe
entonces, inconciliabilidad alguna entre la conveniente inclinación a defender
una mirada histórica sobre el proceso total que enhebra a las Constituciones y
el también necesario compromiso de mantener la plena solidez del texto
constitucional mientras un nuevo ejercicio comunitario de razón no decida
sustituirlo. No sólo no hay incompatibilidad entre ambas actitudes. Es que más
bien sucede lo contrario. Esa condición histórica pertenece de tal modo a la
sustancia de cualquier texto constitucional concreto que pretender entenderlo al
margen de ella es ya comprenderlo de una manera sesgada y defectiva o, lo
que es lo mismo, no entender casi nada. El presente establece que toda
Constitución debe ser visto en la tensión de un pasado y de un futuro (sin que
su estabilidad padezca en absoluto por ello) o no estaremos percibiendo a la
norma constitucional como esa obra producto de la reflexión creadora y
perfectiva de los hombres que decidimos que es".
Por nuestra parte, creemos que la clasificación es importante para fines de este
trabajo, por cuanto los presupuestos de flexibilidad o rigidez de las
Constituciones determinan la validez para los propios sistemas jurídicos de los
mecanismos que coadyuvan a la actualidad de la norma constitucional, y por
ello haremos referencia a ambas categorías doctrinales.
Frente a esta postura, concordamos con la opinión del jurista nacional, José
Albino Tinetti respecto a una desventaja que presenta tal proceso de reforma,
nos referimos a que la facilidad de aprobar por parte del Parlamento, en su
actuación ordinaria, una modificación a la Constitución, posibilita la vulneración
de los derechos de la minoría disidente y de los que ésta representa; lo que a
nuestro juicio redunda en un cuestionamiento de su legitimidad democrática.
De lo anteriormente dicho, se puede colegir que una flexibilidad total como una
rigidez total afectarían negativamente la fuerza normativa de la Constitución, ya
que, en el primer caso, la disponibilidad excesiva de los fundamentos básicos
del orden constituido daría lugar a una inminente inseguridad jurídica; y en el
segundo, se potenciaría complicados problemas de adaptación; y, en
consecuencia, rupturas constitucionales. Ambas situaciones sí redundan en un
atentado a la estabilidad de la misma norma fundamental 508.
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505 Friedrich, J: Gobierno Constitucional y Democracia, Vol. 1 Madrid,1975.
506 Citado por Pereira Menaut, Antonio: Lecciones de Teoría Constitucional, Colex,Madrid,1997.
507 Para más referencias, veáse Pereira Menaut.... Ob.Cit.
508 Ob.cit.
En este sentido, los mecanismos que se analizarán en este apartado, son las
vías por medio de las cuales la Constitución armoniza con los procesos
históricos de la realidad, asumiendo su influencia o trasladándola a la realidad
social. Tales cambios generalmente se expresan a través de la Reforma, pero
también a través de las mutaciones; y éstas, por medio de la costumbre y de la
interpretación constitucional.
Este mismo artículo denota su aceptación a una reforma parcial que es la más
usual y que produce una renovación de parte de la Constitución que queda
formalmente suprimida o modificada.
Se puede decir que la idea que subyace al precepto estriba en que toda la
normativa constitucional a excepción de los preceptos señalados en el artículo
mencionado, permite una reformulación o una complementación del texto de la
norma; en una palabra, un cambio; a lo que se le puede añadir, que esto debe
ser así únicamente cuando tal norma no encuentre explicación a través de la
interpretación integrada y conjunta de la misma.
Por otra parte, con esta relativa rigidez que caracteriza a nuestra Constitución,
ésta pretende mantener su idea de permanencia y por consiguiente de
estabilidad, ya que las clausulas irreformables que directamente permiten
aquella estabilidad, resguardan la firmeza del fundamento de la organización
estatal y del orden jurídico.520
Estas formas por las que se expresa el cambio constitucional coinciden en que
no alteran el texto constitucional.
Como resultado de tales disquisiciones, se entiende hoy por hoy por mutación
aquella transformación constitucional en la que permanece invariable su texto;
transformación que únicamente implica significación diferente de la norma.
CONCLUSIONES
Existen pues, razones y vías por las que se desarrollan las transformaciones
constitucionales, cuyo método de reforma previsto por la misma Carta Primaria
no es su único camino. Estos cambios a los que es vulnerable la Constitución,
por su propia esencia, responden a la complejidad de la sociedad actual que ha
producido poderes sociales tan enormes como las propias instituciones
estatales, que de suyo, participan en las grandes decisiones políticas. Poderes
de los cuales es un ejemplo el auge indiscriminado de la banca en El Salvador,
de la prensa crítica que a través de su constante denuncia permite la formación
de la opinión pública, así como el surgimiento de múltiples organizaciones de la
sociedad civil; lo cual, a la larga inciden definitivamente en la instauración de
modelos económicos, de adopción de determinadas políticas públicas o incluso
de potenciar la mayor garantía a los derechos fundamentales; situaciones que
pueden condicionar cambios en el sentido de las normas mismas, como
proceso previo de aplicación
Defensa de la Constitución
1- INTRODUCCION
(c) División vertical. Hace referencia esta división a la <<distribución del poder
entre la instancia central y las regionales o locales, responde a la tendencia de
la descentralización territorial del poder>>564. El Salvador es un estado unitario
descentralizado, pues además de existir un gobierno central, existen las
municipalidades565 las cuales tienen algunas potestades que son ejercicios por
sus órganos, como lo es crear, modificar y suprimir tasas y contribuciones
públicas; decretar su presupuesto de ingresos y egresos -artículo 204 de la
Constitución566.
6. PROTECCION JURISDICCIONAL
594 Esta forma de elección de los Magistrados de la Sala de lo Constitucional surgió con el objeto de lograr que la postulación
y nombramiento de los Magistrados garantice su independencia e imparcialidad.
595 Artículo 131 Cn. Corresponde a la Asamblea Legislativa: 19º Elegir por votación nominal y pública a los siguientes
funcionarios: Presidente y Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, Presidente y Magistrados del Tribunal Supremo
Electoral, Presidente y Magistrados de la Corte de Cuentas de la República, Fiscal General de la República, Procurador
General de la República, Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos y Miembros del Consejo Nacional de la
Judiciatura.
596 De hecho la Asamblea Legislativa al momento de elegir al resto de Magistrados de la Corte Suprema de Justicia les
incorpora en una determinada Sala. No obstante esa práctica -no exigida por la Constitución y leyes- los únicos Magistrados
Propietarios y Suplentes que deben ser electos para un Tribunal en concreto son los de la Sala de lo Constitucional. Ello
implica que, la Corte Suprema de Justicia en Pleno no se encuentra vinculada a la designación que la Asamblea Legislativa
hace respecto de los Magistrados de las otras Salas y en ese sentido, puede alterarla.
7. PROCESOS CONSTITUCIONALES
7.1 PROCESO DE AMPARO
De lo antes expuesto se puede advertir: (1) Que el amparo tiene como finalidad
dar una protección reforzada de los derechos, es decir, que no pretende
sustituir a los diferentes mecanismos que originariamente están llamados a
realizar esa función sino que por el contrario, presupone la incoación previa de
los mismos602; y, (2) Que en la configuración actual de nuestro sistema de
protección, los derechos objeto de la misma son los reconocidos
constitucionalmente603. Ello no excluye que la Sala de lo Constitucional al
resolver un caso concreto604, ensanche el ámbito material de protección,
específicamente a los derechos reconocidos en instrumentos internacionales
suscritos por El Salvador.
Además de personal, el agravio debe ser directo, esto es, que el menoscabo de
derechos constitucionales originados por lo ley o por el acto de autoridad, debe
afectar, precisamente, al titular de tales derechos; por lo que no tendrá carácter
de agravio la ofensa resentida por el tercero o por quien sólo de modo reflejo,
resiente el perjuicio613.
Por otro lado, por el hecho de que los bienes jurídicos de un sujeto son algo
real, de existencia ontológica, la afectación de éstos debe participar de su
naturaleza real, a fin de que sea susceptible de reparación por el derecho. En
consecuencia, cuando los daños y perjuicios que una persona pueda sufrir en
su esfera jurídica no afectan de una manera real a ésta, no puede decirse que
exista un agravio en el sentido jurídico del concepto 614.
Por otro lado, de la confusa redacción del inicio segundo del artículo 12 de la
Ley de Procedimientos Constitucionales se podría desprender que sólo la Sala
de lo Contencioso Administrativo se encuentra en posibilidad de ser sujeto
pasivo de la pretensión de amparo. Al respecto existen reiterados supuestos en
los que la Sala de lo Constitucional ha conocido de pretensiones en las que los
sujetos pasivos han sido las Salas de lo Civil y Penal 619, señalando además, la
imposibilidad de conocer de pretensiones incoadas contra la misma Sala de lo
Constitucional620.
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619 Entre ellas se puede mencionar las sentencias pronunciadas en los amparos 28-R-94 y 1-C-94.
620 "Al constituir la Sala de lo Constitucional el intérprete supremo de la Constitución, ninguna autoridad puede conocer de un
acto emanado de ella, por cuanto existe -como lógica consecuencia de la previa labor de análisis constitucional- la presunción
iure et de iure que las resoluciones pronunciadas por el Tribunal encargado de la defensa directa de la Constitución, están
ajustadas a éstas; en consecuencia, no es posible promover una pretensión de amparo contra una resolución que goza de la
certeza de haber sido pronunciada con apego a las normas constitucionales (...) En nuestro país no existe norma legal que
disponga expresamente sobre la procedencia o improcedencia de una pretensión de amparo contra una resolución dictada en
un juicio de tal clase, y es que no es necesario la formulación o declaración de una regla que esencialmente forma parte de una
institución. La recepción del concepto de control de la constitucionalidad, implica admitir la inimpugnabilidad de una decisión
definitiva del órgano encargado de tal control (...) Finalmente, desde un punto de vista práctico, la promoción de una acción de
amparo contra una resolución de amparo, resulta perjudicial para la seguridad jurídica, contemplada en el artículo 2 de nuestra
Ley Fundamental. Sobre este tópico, el tratadista Ignacio Burgoa refiere: "Se vería seriamente comprometida la estabilidad o
seguridad jurídica, a cuya consecución tienden todos los procesos, si en materia de amparo contra las resoluciones recaídas
en ella, fuera dable interponer, a su vez, la acción constitucional. De esta guisa, la resolución de las cuestiones constitucionales
que se ventilen en los juicios de amparo se vería indefinidamente aplazada, debido a la incesante promoción de amparos
contra sentencias o proveídos recaídos en aquéllos; podríamos suponer, en ese caso, una cadena sin fin de juicios de amparo,
en la que cada uno de ellos fuese la impugnación del inmediato superior, lo cual no solo menoscabaría considerablemente la
seguridad jurídica...". Interlocutoria pronunciada en el amparo 53-S-91, el 25 de noviembre de 1991.
Con la demanda y con todo otro escrito que las partes presenten durante el
curso del proceso, se acompañará una copia firmada de los mismos. La Sala
formará con tales duplicados y con las copias de las actuaciones y resoluciones
que provea, una pieza por separado, la cual tendrá igual valor que los
originales en los casos de extravío o pérdida del respectivo expediente.
641 "La restitución, mantenimiento o conservación que debe realizarse cuando el acto reclamado es de carácter positivo,
dependerá que si el acto reclamado haya producido o no sus efectos. Así, cuando el acto reclamado no haya originado aún la
contravención, sino que ésta haya permanecido en potencia, por haber sido oportunamente suspendidos, la mencionada
restitución, mantenimiento o conservación, consistirá en obligar a la autoridad responsable a respetar el derecho constitucional
amenazado. Cuando la contravención está ya consumada, el efecto de la sentencia que concede el amparo al quejoso estriba
en obligar a la autoridad responsable a hacer efectivo en su favor el derecho constitucional violado, constriñendo aquella a
invalidar todos aquellos actos que hayan implicado la violación y los que sean su consecuencia, así como realizar los que
hagan efectiva la garantía infringida". Ana Patricia Hernández Reyes y otros,......."Protección Constitucional de los Derechos
Humanos"; p. 144. En relación con los supuestos en que el acto reclamado no se ha consumado la Sala de lo Constitucional ha
sostenido: "De conformidad al Art. 35 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, el efecto restitutorio de la sentencia que
concede el amparo consiste en ordenar a las autoridades demandadas que las cosas vuelvan al estado en que se encontraban
antes del acto reclamado; con el propósito de lograr cumplir, por un lado, la tutela de la Constitución; y, por otro, el
restablecimiento del derecho violado; lo cual no ha de entenderse únicamente desde el punto de vista puramente físico, sino
que éste puede ser también de carácter jurídico o patrimonial. Pero en vista que, en el presente caso, no se efectuó el pago de
las cantidades determinadas en las pólizas de alcance, puede decirse que el acto reclamado no fue ejecutado
irremediablemente y, en consecuencia, el efecto restitutorio deberá concretarse en dejar sin efecto las pólizas de alcance, de
fechas veintisiete de julio de mil novecientos noventa y cinco; y, las resoluciones emitidas por la Dirección General de la Renta
de Aduanas, pronunciadas el diecisiete de marzo de mil novecientos noventa y siete, en que se confirmaron dichas pólizas a
cargo de los demandantes, y así deberá consignarse en el fallo.". Sentencia de amparo 376-97 acumulado 377-97;378-97, del
6 de enero de 1999.
642 "El Art. 35 de la Ley de Procedimientos Constitucionales señala el efecto normal y principal de la sentencia que concede el
amparo, es decir, el efecto restitutorio, el cual debe entenderse en forma amplia, atendiendo a la doble finalidad del amparo: el
restablecimiento del orden constitucional violado y la reparación del año causado. Reconocida por este tribunal la existencia de
un agravio personal y directo al demandante, la consecuencia natural y lógica es la de reparar el daño causado, restaurando
las cosas al estado en que se encontraban antes de la ejecución del acto violatorio de derechos, restableciendo al agraviado
en el pleno uso y goce de sus derechos violados. En el presente caso existe la peculiaridad que el cargo de Superintendente
General de Electricidad y Telecomunicaciones es un cargo público a plazo. Al respecto, y desde la perspectiva expuesta
previamente, debe entenderse que la estructura orgánica del Estado responde al interés público y que el período de siete años
de ejercicio en el cargo ha sido establecido para que el funcionario pueda cumplir sus atribuciones con entera libertad de
iniciativa y criterio, debiendo ajustar sus actuaciones a la Constitución y leyes, y no sujeto a presiones de toda índole, lo que
puede lograrse esencialmente mediante el derecho a la estabilidad en el cargo, o, como ya se había dicho, a impedir la
separación de la función pública que desempeña por la mera voluntad del órgano, por el mero arbitrio o capricho de quien tiene
autoridad para destituirle. Esa es la teología constitucional de la consagración del plazo para el ejercicio del cargo, el que
produce dos consecuencias: por un lado, la obligación de desempeñar el cargo que se acepta realizando las atribuciones que
la Constitución y las leyes señalen; y, por otro lado, como concreción de la estabilidad en el cargo, surge a favor del funcionario
el derecho a mantenerse en el cargo durante el plazo por el cual fue electo. Teniendo en cuenta el sentido de los períodos de
los funcionarios, en el presente caso se concluye que el efecto restitutorio se traduce, necesariamente, en el reinstalo en el
cargo. Por otro lado, consecuencia de la destitución que padeció el demandante es que dejó de percibir los salarios que le
correspondían en razón del cargo. Tal perjuicio es un daño inmediatamente cuantificable, pues se trata de meras operaciones
aritméticas, determinadas por los salarios dejados de percibir desde la fecha de la destitución hasta la fecha de la presente
sentencia; por lo que el pago de los mismos es dable ordenarse en esta sentencia. Sin embargo, el presente caso presenta la
peculiaridad que la afectación a la esfera jurídica del demandante se suscitó mediante violación al derecho constitucional de
audiencia llevada a cabo por entidad estatal de la que no depende administrativamente el pago de salarios del demandante; es
decir, el acto violatorio de la Constitución afectó la relación de servicio entre el actor y la SIGET, pues el Superintendente no
depende administrativamente de la Presidencia de la República. Esto significa que los salarios que corresponden al señor de
Sola Wright estaban contemplados en el presupuesto de la SIGET. Por ello, si bien es cierto que la autoridad responsable de la
violación constitucional es el Presidente de la República, el pago de los salarios ha de hacerse por la SIGET, y en caso de no
poder hacerle frente a tal gasto en el presente ejercicio, deberá la Asamblea disponer la partida respectiva para cubrir el pago
de los salarios a que se ha hecho referencia. IV.- Finalmente, esta Sala está obligada a tomar en cuenta las consecuencias de
la presente decisión respecto de los actos producidos por la persona que ocupó el cargo de Superintendente General de
Electricidad y Telecomunicaciones en sustitución del demandante. Tal situación nos traslada al tema de los Funcionarios de
hecho; y, al respecto, ya la jurisprudencia constitucional ha sido sumamente específica en indicar que funcionario de hecho es
aquel que goza de una investidura que, aunque irregular, da la impresión de ser un funcionario legalmente designado, y que
actúa bajo circunstancias de aquiescencia y reputación públicas que inducen a considerarle legítimo. En el presente caso, ha
sido públicamente conocido que se nombró por el Presidente de la República un sustituto del demandante del amparo, por lo
que dicho funcionario actuó públicamente de modo ilegítimo; aún más, a la fecha de su nombramiento, su investidura gozaba
de la presunción de legitimidad y, no ha sido sino hasta por la presente sentencia que se invalida tal presunción. Ha sido, pues,
a consecuencia de un hecho superviniente -la presente sentencia estimatoria- que el nombramiento del sustituto se ve
invalidado como efecto directo de entender inconstitucional la destitución del señor de Sola Wright. Sobre este punto, esta Sala
advierte que las actuaciones de la persona que ocupó el cargo de Superintendente General de Electricidad y
Telecomunicaciones se realizaron bajo condiciones que pública y razonablemente hacía creer que estaba regularmente
investido de la función pública, por lo que no debe afectarse a terceros como derivación de esta sentencia, y, en consecuencia,
debe reconocerse la validez jurídica de los actos llevados a cabo por quien ocupó el cargo de Superintendente, debiendo
hacerse declaración expresa al respecto en el fallo, pues es consecuencia directa de esta decisión." Sentencia de amparo 190-
97, del 11 de diciembre de 1997.
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(c) Los reglamentos. Los reglamentos, a diferencia de otros países, pueden ser
sometidos directamente el control de constitucionalidad a través del proceso de
inconstitucionalidad. Encontramos en nuestro ordenamiento jurídico
reglamentos autónomos, como los internos de la Asamblea Legislativa -artículo
131 ordinal 1º. Cn., del Organo Ejecutivo y el Consejo de Ministros -artículo 167
ordinal 1º Cn.-; y reglamentos de ejecución, como los dictados por el
Presidente de la República con base en el art. 168 ord. 14º Cn.
(e) Normas preconstitucionales. Este es un respecto del cual hasta hace muy
poco tiempo ha hecho pronunciamiento la Sala de lo Constitucional,
especialmente a partir del contenido de la disposición derogatoria contenida en
el Constitución. Al respecto la Sala de la Constitucional, amparándose -entre
otros- en el principio de seguridad jurídica, ha sostenido que se encuentra
habilitada para conocer de pretensiones de inconstitucionalidad dirigidas a
atacar la constitucionalidad de normas preconstitucionales con el objeto de
constatar con efecto general y obligatorio, la derogatoria o no producida por el
art. 249 Cn., lo cual no excluye la posibilidad de que un juez a tribunal al
conocer de un caso concreto pueda realizar de oficio o instado por las partes-
un examen de compatibilidad entre la normativa preconstitucional y la Ley
Suprema, y constatar la derogación de tales disposiciones, si como resultado
de dicho examen encuentra contravención a la Constitución; todo ello, sin
necesidad de esperar un pronunciamiento general y obligatorio de la Sala 666.
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665 Artículo 149 inciso 2º Cn. "La declaratoria de inconstitucionalidad de un tratado, de un modo general, y obligatorio, se hará
en la misma forma prevista por esta Constitución para las leyes, decretos y reglamentos."
666 El art. 249 Cn. deja en claro que las disposiciones preconstitucionales que se opongan a lo dispuesto por la nueva
Constitución quedan derogadas, debiendo entenderse que tal efecto se produce en virtud del propio mandato constitucional;
aseveración que, en principio, pone fin al problema, en los términos antes expuestos. Sin embargo, si se tiene en cuenta la
existencia de múltiples órganos de control de constitucionalidad de las disposiciones inferiores a la Constitución, sean previas o
posteriores a la vigencia de ésta -como es el caso salvadoreño, según lo establecen claramente los arts. 235, 149 y 185 Cn., y
arts. 10 inc. 2º y 12 inc. 3º Pr.Cn.-, resulta que no siempre es posible que esos órganos coincidan en la interpretación del
contenido de la Constitución, y en la conformidad o no de la normativa preconstitucional con la Ley Suprema. Consecuencia de
ello es que, existe la posibilidad que no siempre se considere derogada por el mandato del art. 249 Cn. una norma
preconstitucional; que es lo que ha ocurrido en el presente caso, en que el ciudadano Rodríguez ha señalado que el Decreto-
Ley Nº 296/80 se continúa tomando como formalmente vigente, y está siendo aplicado por funcionarios públicos y de
instituciones oficiales autónomas. Por lo cual, tratándose de un problema de compatibilidad con las bases constitucionales del
ordenamiento jurídico -suscitado en ocasión de la aplicación actual de una norma jurídica, aunque la elaboración de ésta haya
sido anterior-, esta Sala, en su calidad de interprete supremo de la Constitución, se encuentra habilitada para conocer en el
fondo de la pretensión planteada, y constatar con efecto general y obligatorio, la derogatoria o no producida por el art. 249 Cn.;
ello "en beneficio de la claridad y certidumbre que debe tener el derecho vigente", como expuso en su opinión el Dr. Melara
Granillo, 4. Sin embargo, es conveniente dejar en claro que el pronunciamiento que esta Sala realice sobre la compatibilidad
con la Constitución de una disposición o cuerpo normativo preconstitucional es para el solo efecto de producir seguridad
jurídica; pues la aplicación de la derogatoria genérica del art. 249 Cn. no es privativa de la Sala de lo Constitucional. Cualquier
juez o tribunal de la República tiene plena potestad para realizar -de oficio o instado por las partes- un examen de
compatibilidad entre la normativa preconstitucional y la Ley Suprema, y constatar la derogación de tales disposiciones, si como
resultado de dicho examen encuentra contravención a la Constitución; todo ello, sin necesidad de esperar un pronunciamiento
general y obligatorio de esta Sala. Sentencia de Inconstitucionalidad 4-88/1-96, del 20 de junio de 1999.
El proceso de habeas corpus puede ser iniciado ante las Cámaras de Segunda
Instancia que no residan en la capital y ante la Sala de lo Constitucional de la
Corte Suprema de Justicia, tal como lo disponen los artículos 247 inciso 2º de
la Constitución y 41 de la Ley de Procedimientos Constitucionales. Por otro
lado, la Sala de lo Constitucional es competente, en el caso concreto del
habeas corpus, para conocer del recurso de revisión contra la resolución que
pronuncien las Cámaras de Segunda Instancia que "denegare la libertad del
favorecido", a solicitud del interesado.
Así, como primera providencia el Juez Ejecutor debe intimar 684 a la persona o
autoridad responsable el auto de exhibición personal en el mismo acto de
recibido, si se hallare en el lugar, o dentro de veinticuatro horas si estuviese
fuera. Por su parte la persona o autoridad responsable deberá exhibir al
favorecido, así como la causa de la detención o manifestar la razón de
privación de libertad, de la cual el Juez Ejecutor levantará el acta
correspondiente685.
Entre las circunstancias que dan lugar a la finalización del proceso por
sobreseimiento se encuentran: (a) la libertad del favorecido; (b) la muerte
natural del mismo; (c) cuando el Tribunal ya hubiese efectuado
pronunciamiento en otro proceso sobre la pretensión planteada; y (d) cuando la
restricción es consecuencia de sentencia ejecutoriada 689.
Por otro lado, existe la posibilidad excepcional de que el proceso de habeas
corpus termine por desistimiento, supuesto en el que dicha petición debe ser
hecha por el titular del derecho vulnerado.
Interpretación Constitucional
A mis padres,
un infinito agradecimiento
y mi eterno amor y devoción.
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0. INTRODUCCION
Lo anterior exige del intérprete, una noción clara de la idea del derecho, de su
fundamento y validez última; lo mismo que una toma de postura racional, desde
los distintos paradigmas interpretativos existentes, tomando en cuenta las
peculiaridad de las normas constitucionales, y su incidencia en los métodos
interpretativos tradicionales y los principios derivados de tal peculiaridad, que
permita realizar los grandes valores y fines de la Constitución.
La ciencia del derecho trabaja con un método jurídico propio, con la aplicación
de las normas jurídicas, cuyo núcleo esencial es la teoría de la hermenéutica
(interpretación), en cuyo cometido no se trata de una simple opinión, de un
considerar algo correcto o desde un punto de vista subjetivo, sobre la base de
un sentimiento jurídico perteneciente a un nivel pre-científico, sino de
parámetros objetivos, críticos y controlables para el conocimiento del derecho.
Interpretar significa transmitir y comprender el sentido de una norma jurídica 699.
La anterior posición ha sido criticada por la doctrina, en tanto que con tal
afirmación, Hesse se adhiere a la bandera exegética de "in claris non
interpretatio". Por el contrario, Gadamer afirma que "la interpretación no es un
acto complementario de la comprensión, sino que comprender es siempre
interpretar y, en consecuencia, la interpretación es la forma explicita de la
comprensión", como refiere Vigo701. Es decir, al afirmar que el sentido de una
norma es claro, ya se ha efectuado una interpretación previa que ha constatado
su claridad.
Por tal razón, la importancia de analizar los distintos sujetos que interpretan la
Constitución desde sus deferentes roles en el ejercicio del poder público, como
desde su calidad de actores sociales con incidencia en la concreción de las
normas constitucionales. Especial consideración merece la juridicción
constitucional, en tanto competencia constitucional especializada, por la cual se
controla la actuación de los otros órganos estatales a través de los procesos
constitucionales, control que dependerá no sólo de la naturaleza del acto
controlado, sino del rango de actuación que le permita la Constitución.
Pero aún tal distinción no está del todo clara, sobre todo porque existe
principios jurídicos que tienen enorme incidencia en principios políticos 733 (v.gr.:
protección del interés público en términos de derecho, los derechos de los
individuos que conforman la mayoría, los derechos de la segunda generación
propios del Estado social de Derecho, estos últimos que exigen una
reinterpretación dados los problemas de ineficacia e inexigibilidad frente a la
jurisdicción, lo que "devalúa" el carácter normativo de la Constitución, su fuerza
normativa y su pretensión de vigencia)734.
El órgano judicial está integrado, para decirlo en palabras de Pizzorusso 751, por
"una pluralidad de entes orgánicos, sólo parcialmente coordinados entre si", e
integrado de tal forma que "restauraría la unidad de la jurisdicción (...) pero tal
recuperación queda limitada en algunos casos a las impugnaciones por
motivos de jurisdicción".
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741 "Para que el Judicial Review sea legítimo, a fin de que el Tribunal Supremo pudiera decir 'no lo hicimos nosotros, vosotros
(el pueblo) lo hicisteis', debe siempre seguirse la intención de los constituyentes. (...) El TS no puede enjuiciar nuevas
situaciones si los constituyentes no podían haberlas previsto. Los que promulgaron la enmienda 14 no podían prever el aborto,
los anticonceptivos, la distribución de los jueces por distritos electorales, la discriminación por razón del sexo o filiación..., etc.;
el TS usurpa poder si resuelve estos problemas recurriendo a esta enmienda, ya que por definición, no puede dar respuesta
alguna", Enrique Alonso García, obra citada, pp.143.
742 Sobre el reciente debate público del caso Miranda v. Arizona (1966), ver Washington Post, de fechas 2 y 7 de noviembre
de 1999. Artículos de Joan Biskupic, titulados "Reno asks High Court to Reaffirm Miranda Rule" y "High Court to reconsider
Miranda Rulling". Ver: http://www.washingtonpost.com/wp-srv/national/longterm/supcourt/supcourt.htm
743 Así, los precedentes sobre "hallazgo inevitable", "actuación policial de buena fe", "hechos intervinientes", "razones de
seguridad pública" como excepciones a la regla de exclusión de evidencias. Ver: Alejandro D. Carrió, Justicia criminal, Lerner
Editores Asociados (LEA), Buenos Aires, 1986; y Juan Antonio Durán Ramírez, La prueba prohibida en el proceso penal
salvadoreño, en Ensayos doctrinarios. Nuevo código procesal penal, UPARSJ, San Salvador, 1998,pp.263-321.
744 Así, Stern, al tocar el tema de la ponderación de valores en principio en una única dirección, en relación a la máxima "in
dubio pro libertate", señala: "No se puede tener libertad sin seguridad. Desde un punto de vista político por lo tanto, la libertad
solo puede existir emparejada con la seguridad (...) En cuanto principio general de interpretación no supone ninguna ayuda.
Incluso la "perferred-freedoms-doctrine" de la Supreme Court no tiene validez general (...) la tesis de la máxima efectividad
posible de los derechos fundamentales formulada por R. Thoma en la época de Weimar, a la que se refirió inicialmente el
Tribunal Constitucional Federal, ha perdido su justificación,", obra citada,pp.295.
745 Stern, obra citada, pp.282.
746 Luis Prieto Sanchís, Ideología e interpretación jurídica, Tecnos, Madrid, 1993, pp. 16.
747 En comparación a otros sistemas normativos, por ejemplos, Dworkin plantea que "cuando surge un desacuerdo sobre el
contenido de una norma de cortesía, la pregunta que guía la solución es: ¿Qué requiere en este caso la práctica social de la
cortesía?, y no: ¿Qué piensa cada uno de los participantes sobre este caso?. En el ámbito jurídico, la pregunta es: ¿Cuál es la
solución exigida por el derecho en este caso?, y no: ¿Cuál es, según los redactores de la norma o el público en general, la
solución a este caso?", Nota No. 129 en el estudio preliminar de César Rodríguez, obra ya citada,pp.63.
748 Hay que recordar que la "jurisdicción" implica tanto la "auctoritas" (Autoridad, prestigio o verdad socialmente reconocida)
como la "potestas" (fuerza o poder o voluntad de fuerza o poder socialmente reconocido), como lo expuso el procesalista
español Alvaro d´Ors, citado por Juan Montero Aroca, Introducción al Derecho Procesal, Tecnos, Madrid, 2a. Edición,
1979,pp.25.
749 Sobre la función jurisdiccionar ver: Ignacio de Otto, Estudios sobre el Poder Judicial, Ministerio de Justicia, Madrid, 1989.
750 Francisco Bertrand Galindo y otros, obra citada, Tomo II,pp.1126-1128.
751 Alessandro Pizzorusso, Lecciones de Derecho Constitucional, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1984,Tomo II,
pp.73.
Decir que tal potestad la ejercen porque la Constitución así se los atribuye,
conforme a los arts. 185755 y 149756 Cn., es una respuesta simplista; sería como
afirmar que la supremacía constitucional viene dado del carácter que la propia
Constitución se autoatribuye en el art. 246 757Cn.
Es en esa actividad en la que se centra el quid del poder judicial, pues como
señala Luis Prieto Sanchís "no se trata de acentuar los límites del lenguaje
legal para justificar seguidamente la figura de un juez instalado en las regiones
etéreas del Derecho natural, sino más bien de apurar las posibilidades de ese
lenguaje para saber dónde comienza efectivamente el juez desvinculado; pues
no se discute un problema de teoría de interpretación, sino que ante todo se
dirime una cuestión de legitimidad política." 765.
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758 "Artículo 163. Cuando un órgano judicial considere, en algún proceso, que una norma con rango de ley, aplicable al caso,
de cuya validez dependa el fallo, pueda ser contraria a la Constitución, planteará la cuestión ante el Tribunal Constitucional en
los supuestos, en la forma y con los efectos que establezca la ley, que en ningún caso serán suspensivos."
759 Tal como lo afirma Sagüés: "En otras palabras, la propia Constitución "constitucionaliza" a las leyes inconstitucionales
(hasta tanto no sean declaradas inconstitucionales)... (...) la ley opuesta a la Constitución es, no obstante (al menos
provisoriamente, o bajo condición resolutoria) constitucional.", en Nestor Pedro Sagüés, La fuerza normativa de la Constitución
y la actividad jurisdiccional, en Divulgación Jurídica, Comisión coordinadora para el sector de Justicia-Unidad Técnica Ejecutiva
(UTE), año III, número 1, febrero, 1996,pp. 2-13
760 Konrad Hesse, obra citada.
761 "(....) hay sólo dos alternativas demasiado claras para ser discutidas, o la Constitución controla cualquier ley contraria a
ella, o la legislatura puede alterar la Constitución mediante una ley ordinaria. Entre tales alternativas no hay términos medios: O
la Constitución es Ley Suprema, inalterable por medios ordinarios o se encuentra en el mismo nivel que las leyes y de tal modo
cualquiera de ellas puede reformarse y dejarse sin efecto siempre que al Congreso le plazca. Si es cierta la primer alternativa,
entonces una ley contraria a la Constitución no es ley; si, en cambio, es verdadera la seguridad, entonces las Constituciones
escritas son absurdos intentos del pueblo para limitar un poder ilimitable por naturaleza. (...) Si una ley contraria a la
Constitución es nula ¿obliga a los tribunales a aplicaria no obstante su invalidez o bien en otras palabras no siendo ley
constituye una norma operativa como lo constituye una ley válida? Sin lugar a dudas, la Competencia y la obligación del Poder
Judicial es decir qué es ley; si dos leyes entran en conflicto entre si, el Tribunal debe decidir acerca de la validez y la
aplicabilidad, del mismo modo, cuando una ley está en conflicto con la Constitución y ambas son aplicables al caso de modo
que la Corte debe decidir conforme a la ley desechando la Constitución o conforme a la Constitución, desechando la ley. La
Corte, debe determinar cuál de las normas en conflicto gobierna el caso. Esto constituye la esencia misma del deber de
administrar Justicia. Luego, si los tribunales deben tener en cuenta la Constitución y ella es superior a cualquier ley ordinaria,
es la Constitución y no la ley la que debe regir el caso al cual ambas normas se refieren." fragmentos del leading case Marbury
v. Madison, citado por Nino, La filosofia del control judicial de constitucionalidad, ya citado, pp. 79-80.
762 En el supuesto de inaplicación de la ley, el Juez genera lo que Goldschmidt llamó 'lagunas dikelógicas' distinguiendo este
tipo de lagunas de las 'lagunas históricas', es decir, las producidas por 'olvido' del legislador o producidas por el surgimiento de
un 'nuevo hecho o nueva circunstancia' no prevista por éste; en cuyo caso le corresponde construir la norma a partir de la
analogía legis, los principios jurídicos o decidir según el 'meollo' de la justicia. Véase, Pedro J. Bertolino, El funcionamiento del
Derecho Procesal Penal, Ed. Depalma, Buenos Aires, 1995.
763 Baste mencionar a los sucesivos titulares de dicha cátedra en Oxford, Hart y Dworkin, que la enriquecieron con el debate a
partir de la década del sesenta. Ver también: Carlos Santiago Nino, La validez del Derecho, Editorial Astrea, Buenos Aires,
1985.
764 Tanto Hart como Dworkin parten de la idea del parecido entre Derecho y Literatura; ver "Cómo el Derecho se parece a la
literatura" de Ronald Dworkin, en César Rodríguez, obra citada.
765 Obra citada, pp.17.
Sobre todo, cuando se trata de un juez que inaplica una ley aprobada por una
mayoría parlamentaria elegida por el voto popular, y sancionada y promulgada
por el Ejecutivo, llegado también por la mayoría del electorado 766.
Ferrajoli por su parte, señala que la función declarar o decir la verdad, pero en
especial, el papel de garante de los derechos fundamentales
constitucionalmente establecidos, es, en la actualidad, el principal fundamento
de legitimación democrática de la jurisdicción.769
No hay que dejar de mencionar las fuertes críticas que existen a este modelo,
dada la desconfianza que se tiene a los jueces 772, como a los tristres
acontecimientos históricos que dicha concepción supuso 773.
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766 Ta legitimidad democrática se deriva además de la propia función judicial, distinta de los otros órganos del Estado. Así: "La
legitimación democrática de poder judicial es estrictamente diferente de los otros poderes del Estado, no teniendo nada que ver
ni con la voluntad, ni con la opinión de la mayoría. La jurisdicción, a diferencia de otras actividades ajenas a la verdad o
falsedad, tiende a definirse como un 'metiércongnoscitivo' que, al menos en lo que a los "hechos" respecta, se expresa
mediante asertos cuya "verdad"- relativa por supuesto- remite a una verificación empírica sujeta a prueba y contraprueba,
abierta a la negación o a la confirmación a través del contradictorio.(...) De ahí que (...) la legitimidad democrática abdique aquí
de la "representatividad" o del "consenso" y consagre, en cambio, el principio de "veritas non auctoritas facit iudicium", que es
el inverso al de "auctoritas no veritas facit legem" (...) Ninguna mayoría, por importante que sea, puede legitimar la condena de
un inocente. Como tampoco ningún consenso político (del Estado, de la prensa, de los partidos o de la opinión pública) sirve
para suplir las eventuales carencias del material probatorio.", Juan Igartua Salaverría, Valoración de la prueba, motivación y
control en el proceso penal, Tirant lo blanch, Valencia, 1995, pp.175-176. De igual forma, Luigi Ferrajoli, obra citada, pp.16; y
en Derechos y garantías. La ley del más débil, Trotta, Madrid, 1999, pp.27.
767 María Luisa Balaguer Callejón, La interpretación de la Constitución por la jurisdicción ordinaria, Civitas, pp.23-26.
768 Zagresbelsy, Gustavo, El derecho dúctil, Editorial Trotta, Madrid, 3a Edición, 1999, pp.149.
769 "La sujeción del juez a la ley ya no es, como el viejo paradigma positivista, sujeción a la letra de la ley, cualquiera que
fuera su significado, sino sujeción a la ley en cuanto válida, es decir, coherente con la Constitución. Y en el modelo
constitucional-garantista la validez ya no es un dogma asociado a la mera existencia forma de la ley, sino una cualidad
contingente de la misma ligada a la coherencia de los significados con la Constitución, coherencia más o menos opinable y
siempre remitida a la valoración del juez. De ello se sigue que la interpretación judicial de la ley es también un juicio sobre la
ley misma, que corresponde al juez junto con la responsabilidad de elegir los únicos significados válidos, o sea, compatibles
con las normas constitucionales sustanciales y con los derechos fundamentales establecidos por las mismas (...) nunca sujeto
a la ley de tipo acrítico e incondicionado, sino sujeción ante todo a la Constitución, que impone al juez la crítica de las leyes
inválidas de su re-interpretación en sentido constitucional y la denuncia de su inconstitucionalidad. (...) En esta sujeción del
juez a la Constitución, y, en consecuencia, en su papel de garante de los derechos fundamentales constitucionalmente
establecidos, está el principal fundamento actual de la legitimación de la jurisdicción y de la independencia del poder judicial de
los demás poderes.", Luigi Ferrajoli, Derechos y garantías. La ley del más débil, obra citada, pp. 26.
770 "Salvando las distancias, el Parlamento ostenta una legitimidad de origen y el Juez una legitimidad de ejercicio; al primero
se le controla a través de su elección, y al segundo mediante la crítica de su comportamiento", Luis Prieto Sanchís, citado por
María Luisa Balaguer Callejón, La interpretación de la Constitución por la jurisdicción ordinaria, obra citada,pp. 53.
771 <<El legislador debe resignarse a ver sus leyes tratadas como <<partes>> del derecho, y no como <<todo el derecho>>.
Pero puede pretender, tanto de los jueces como de la Corte constitucional, que se mantengan abiertas las posibilidades de
ejercitar su derecho a contribuir políticamente a la formación del ordenamiento jurídico. Si este derecho no se respetase, talvez
tendríamos un Estado constitucional, pero desde luego ya no un Estado constitucional democrático.>>, Zagrebelsky, obra
citada, pp.153.
772 Por ejemplo, el realismo jurídico norteamericano con Jerome Frank, en alusión al alto grado de incertidumbre de la
decisión judicial, como se verá más adelante, Luis Prieto Sanchís, obra citada, pp.40.
773 Como consecuencia de la reacción antiformalista, en Europa se desembocó en el irracionalismo, manifestado en la forma
más extrema del positivismo voluntarista como lo fue en el nacionalsocialismo, con influencia del propio Carl Schmitt. "(...) el
buen juez debía alistarse en las filas del movimiento llamado a esclarecer la auténtica conciencia jurídica nacional. Su función
no consiste ahora en ejecutar los designios de la ley, sino en descubrir y defender el Derecho popular incluso dictando
sentencias contrarias a la ley. (...) ya no es posible una vinculación esctricta o normas preestablecidas, "entonces todo
depende de la clase de nuestro jueces", igual que el anterior, pp. 40-41.
Por ello, es importante fijar criterios y parámetros para que tal función se ejerza
dentro de los límites de lo razonable, respetando los ámbitos de actuación de
los otros órganos estatales.
c) Sala de lo Constitucional.
Sin embargo, aún cuando en los casos de control concreto a través del amparo
y del habeas corpus, sus efectos son inter partes, tal jurisprudencia y criterios
interpretativos, no dejan de tener efectos vinculantes tanto funcionales como
extraprocesales, tal como lo ha señalado Anaya 777.
2.1.4 Doctrina
La doctrina es una de las principales fuentes de donde se nutre la
interpretación constitucional; a través de ella se facilita el libre debate y análisis
profundos que permiten orientar desde diversas perspectivas académicas y
científicas, la actuación de los órganos estatales y la propia jurisprudencia
constitucional.
Así como Austin hizo descansar la idea del fundamento último del derecho en
el "soberano"; Kelsen en la "norma fundamental" y Hart en la "regla de
reconocimiento"780, el profesor Gregorio Peces Barba agrega un elemento que
denomina el "hecho fundante básico", que consiste en el "poder como
fundamento real de la validez y eficacia de las normas jurídicas del
Ordenamiento. Y este fundamento básico no es el Soberano en el sentido que
lo emplean Hobes o Austin, justamente criticado por Hart, sino el poder en
sentido amplio formado, por supuesto, por el Estado, por el conjunto de las
instituciones públicas y también por el poder de los grupos sociales y de los
ciudadanos que participan en la formación del Derecho y que luego contribuyen
a su implantación a través de una aceptación generalizada. Es una realidad
compleja en la que participan órganos e instituciones, poderes fácticos que
detentan la fuerza física, operadores jurídicos, funcionarios y ciudadanos." 781
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780 Que Hart basa en la "aceptación social" de la norma. Dworkin, si bien no utiliza tal expresión, establece dos condiciones de
pertenencia de la norma al sistema jurídico: que formen parte de las instituciones reconocidas en la comunidad y que sean
consistentes con la moralidad política que justifica esas instituciones. En César Rodríguez, obra citada, pp.59.
781 Gregorio Peces Barba Martínez, prólogo a la obra Juan Ramón de Páramo Argüelles, H.L.A. Hart y la teoría analítica del
Derecho, obra citada, pp.22.
De tal suerte que Häberle define a los "ciudadanos y grupos, a los órganos del
estado y a la opinión pública", como "fuerzas productivas 'interpretadoras'", a
las que les asigna el carácter de "intérpretes previos" 783.
Hay que distinguir que el objeto de control es distinto en cada uno de los
procesos constitucionales; y a su vez, dentro de cada proceso, hay a su vez
distintos objetos susceptibles de control. Así, a través del proceso de
inconstitucionalidad no es únicamente sobre las leyes en sentido formal, pues
además existen otro tipo de mandatos normativos de contenido general y
abstracto, (leyes en sentido material) susceptibles de ser controlados, como
son además los decretos y reglamentos, los tratados, las reformas
constitucionales (en la forma o procedimiento de reforma constitucional y en
cuanto a las disposiciones relativamente invulnerables); las ordenanzas
municipales, las normas preconstitucionales así como ciertos actos políticos o
de gobierno784.
Por vía del amparo, son susceptibles de control los actos administrativos, las
leyes autoaplicativas, resoluciones judiciales e incluso los actos de particulares;
estando excluidos de contro por esa vía, las restricciones ilegales o arbitrarias y
abusos contra la dignidad del detenido (susceptibles de control a través del
habeas corpus o exhibición personal785), los asuntos de mera legalidad y las
sentencias pronunciadas en amparo786.
A partir de esos distintos tipos de actos sujetos a control, Schneider 788 distingue
en la jurisprudencia constitucional alemana, las siguientes categorías en la
actividad de control:
(a) Criterios de control, que hace referencia al tipo de control efectuado en sede
de la jurisdicción constitucional. Dentro de los que se distinguen el control de
contenido, el de aceptabilidad, el de evidencia y el de comportamiento, así:
(b) Densidad del control, que se refiere al 'grado de intensidad' de control sobre
la actuación de los órganos estatales por la jurisdicción constitucional.
(d) Variantes de las sentencias: Que dependen del objeto de control, pero en
especial, en atención al respeto a la independencia de poderes entre los
órganos del Estado, y que generan distinto tratamiento jurisprudencial e
interpretativo, ya se traten de actos del legislativo , gobierno, o del judicial.
Así, han sido analizados los sujetos que realizan la interpretación constitucional
cuya variedad con la ley depende de la cualidad de la norma constitucional, en
tanto fundamento de unidad y cohesión de la sociedad. Se ha dicho que en
comparación con la ley ordinaria, la Constitución carece de un órgano que
pueda realizar la interpretación auténtica; y que precisamente la propia
Constitución crea un órgano especializado para la jurisdicción constitucional,
cuyo cometido último será interpretar el texto constitucional. De igual forma, se
ha tratado la interpretación constitucional dentro de dicha jurisdicción
especializada, a partir de los distintos actos controlables.
Los métodos antes mencionados han de ser combinados, y ninguno deben ser
absolutizado. Sin embargo, tales métodos tradicionales no nos ofrecen una
orientación suficiente al momento de efectuar la interpretación constitucional 792,
por lo que se hace necesario apoyarnos en otros instrumentos que la Ciencia
del Derecho ha producido.
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792 Hesse, obra citada, pp.37.
También los principios generales del Derecho pueden ser una herramienta útil
al momento de efectuar la interpretación constitucional. Tales máximas son
innumerables, pero pueden enunciarse las siguientes:
4) El aforismo "ubi lex non distinguit, nec nos distinguere debemus", donde la
ley no distingue, no puede distinguir el intérprete.
Ello implica del jurista, pero especialmente del juez salvadoreño, un análisis de
las formas del razonamiento795 y de tales paradigmas interpretativos, en tanto
que detentador del control difuso, le corresponde 'decir' 'que' es el derecho, y
fundamentar 'como' ha de interpretarlo.
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794 Conferencia impartida en Viña del Mar, Chile, 1991, y publicada en "Interpretación, integración y razonamiento jurídico",
Editorial jurídica de Chile, Santiago, 1992,pp.123-137. Responducida además en la obra de Vigo anteriormente citada, pp.203-
233.
795 Acá se distingue el razonamiento "lógico", a través del silogismo deductivo, como el "extralógico" que puede ser
'dialéctico', cuando utiliza el canon lógico pero la verdad de las premisas no se encuentra constatada científicamente, aunque
pueden considerarse verosímiles por su general adminisibilidad; o 'retórico o argumentativo', cuando se trata de mover a
persuasión o de lograr una convicción o una aceptación, pues se usan premisas que no son verosímiles por su general
aceptación o el razonamiento no se desenvuelve en forma rigurosa -por ejemplo 'es más justo', 'es más benigno', etc.-; Carlos
Ducci Claro, Interpretación jurídica. En general y en la dogmática chilena, Editorial jurídica de Chile, Santiago, 1989, pp.84.
i) Dogmático o racionalista:
Dado ese sentimiento de rechazo a la idea del juez vinculado, surgen como
consecuencia de 'positivismo voluntarista', que degeneraron en los paradigmas
irracionalistas, como en el nacionalsocialismo alemán, a los que ya se ha
hecho mención.
Una manifestación de esta corriente, propone la teoría del "uso alternativo del
Derecho", haciendo del Derecho, un instrumento de transformación social,
devaluándose su carácter jurídico ante el uso instrumentalista.
iv) Herculeano:
Tiene su origen a partir del debate del inglés Herberth L.A. Hart y el
norteamericano Ronald Dworkin.
Hay quienes han afirmado, incluso, que Dworkin y Hart no están realmente en
desacuerdo, sino que la discusión entre ellos se llevó a través de líneas
paralelas que no se rozaron, pues mientras Hart intenta una teoría descriptiva y
general, Dworkin formula una teoría descriptiva-justificativa y particular, tal
como Hart lo señaló en su propio Postscriptum799.
v) Funcionalista o Pragmático:
vi) Procedimentalista:
vii) Dialéctico:
Dentro de sus ponentes se encuentra el francés Michael Villey 801, y aún dentro
de tal corriente, podría ubicarse al propio Habermas, que vincula enormemente
la validez del derecho, del grado de facticidad que tenga en la realidad; y
partiendo de ahí, re-interpretarlo802. Tal corriente interpretativa señala que el
derecho no se encuentra en las 'reglas', pues sería un "moralismo jurídico",
impuesto 'desde fuera' a la sociedad. Por el contrario, concibe que el origen del
derecho está en el orden social espontáneo, Tiene un carácter teorético
especulativo, no práctico.
viii) Hermenéutico:
ix) Analítico:
Hart destaca que el ordenamiento está compuesto por las "normas jurídicas de
textura abiertas", en donde pueden distinguirse "zonas claras" (o iluminadas) y
"zonas de penumbra"; y es precisamente en esa característica, donde destaca
los problemas semánticos y sintácticos del Derecho, como problemas de origen
lingüístico.
En ese contexto, Hart enfatiza en el "Poder legislativo del juez", que tiene un
poder de "Creación del Derecho", y tal poder debe ejercerlo el Juez, en forma
no arbitraria sino justificada, sobre todo en casos de la existencia de zonas
intersticiales, como lo haría un legislador consciente, a partir de la
discrecionalidad judicial.
x) Prudencial-retórico.
2º) La remisión en general al legislador para que "cree" derecho dentro del
marco fijado por la propia Constitución; es decir, dotarles de concreción por
medio de la cual se les da contenido y puedan servir para algo.
c) El consenso de todos 'los que piensan racional y justamente', entre los que
hay que hacer constar a profesores de derecho, jueces, así como también en
una función de más control, a 'toda la comunidad'.
4. EPILOGO
Podemos concluir con las siguientes ideas y reflexiones, sobre las que ha
girado el presente trabajo:
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814 Georg Jellinek, Teoría del Estado, Editorial Albatros, Buenos Aires, 1943, pp.440.
815 "Dinámica Interna" e "historicidad", refiere Hesse; obra citada, pp.82.
816 La jurisprudencia norteamericana ha tratado ese problema, mediante la idea de la 'living Constitution' o Constitución
viviente, por el cual los órganos del Estado y especialmente la jurisprudencia constitucional, realizan y adecuan
constantemente la Constitución, cuya vigencia, dicho sea de paso, es la de más larga data en la historia contemporánea. De tal
forma que "(...) los jueces del Common Law comprendieron que su tarea consistía en adaptar un número relativamente
pequeño de principios generales de justicia, oportunidad y conveniencia, a un sistema adecuado a las necesidades de una
nueva era y de una nueva nación (...)", Schwartz, obra citada, pp. 104.
817 Tal como lo hizo España, para poder ratificar el "Tratado de Maastricht" e ingresar a la Unión Europea, López Guerra, obra
citada, pp.574-598.
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