0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
8 vistas1 página
La segunda revolución industrial llevó a las sociedades occidentales a su mayor nivel de desarrollo. La metalurgia y la química se expandieron rápidamente, permitiendo nuevas invenciones como la bicicleta, el fonógrafo y la linotipia. La industria química también creció con nuevos productos como la película fotográfica, perfumes y medicinas como la aspirina. La industrialización se extendió a nuevas regiones de Europa y comenzó a llegar a Rusia y partes de Austria-Hungría
La segunda revolución industrial llevó a las sociedades occidentales a su mayor nivel de desarrollo. La metalurgia y la química se expandieron rápidamente, permitiendo nuevas invenciones como la bicicleta, el fonógrafo y la linotipia. La industria química también creció con nuevos productos como la película fotográfica, perfumes y medicinas como la aspirina. La industrialización se extendió a nuevas regiones de Europa y comenzó a llegar a Rusia y partes de Austria-Hungría
La segunda revolución industrial llevó a las sociedades occidentales a su mayor nivel de desarrollo. La metalurgia y la química se expandieron rápidamente, permitiendo nuevas invenciones como la bicicleta, el fonógrafo y la linotipia. La industria química también creció con nuevos productos como la película fotográfica, perfumes y medicinas como la aspirina. La industrialización se extendió a nuevas regiones de Europa y comenzó a llegar a Rusia y partes de Austria-Hungría
A partir de la situación de base conseguida por la primera revolución industrial las
sociedades occidentales alcanzan su más alto nivel de desarrollo. La industria textil mantiene su nivel de producción y se modernizaba con la introducción de sistemas automáticos. Destacan la metalurgia y la química. La metalurgia se pone a la cabeza de la actividad, aumenta la capacidad de los altos hornos y de la obtención del acero. Métodos como el Bessemer, Siemens o Gilchrist permiten la aplicación a construcciones de buques, locomotoras o puentes. Las aleaciones contribuyen a que sean posibles otras máquinas como el fonógrafo (1887), gramófono (1887), la linotipia (1886) o la bicicleta (1885). Por otra parte, la industria química: la película fotográfica (que se desarrollará con el cine) inventado en 1895, los perfumes, colorantes, las fibras. Bayer fabricó la aspirina desde 1893 y otras medicinas. La Coca-Cola tiene su origen en 1886. El aumento de la inversión en el sector militar que varios países llevaron a cabo se benefició de la producción siderúrgica. La técnica armamentística fue evolucionando desde mediados del siglo XIX, la artillería y los blindados necesitaron aceros especiales para su mejor funcionamiento, así como los submarinos y acorazados. La empresa alemana Krupp se convirtió en un gran imperio empresarial y sus inversiones en investigación y en la fabricación de todo tipo de armamento la llevaron a dominar este sector industrial. El volumen del comercio internacional se multiplicó, contribuyendo a ello el triunfo definitivo del vapor en la navegación, y también se intensificó la movilidad de capitales a la búsqueda de mayores rentabilidades. Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. El mercado de bienes de consumo se amplió considerablemente, resultado del aumento de población, la urbanización y la mejora del nivel de ingresos. Y en los países más avanzados, los progresos sociales acompañaron al crecimiento económico, de tal forma que fue una época dorada, no sólo para las burguesías más pudientes, sino también para las clases medias. Incluso las clases trabajadoras mejoraron su poder adquisitivo y sus condiciones de vida, mitigándose parcialmente el escandaloso panorama de pauperismo social que acompañó a la primera fase de la industrialización. La industrialización también se propagó a nuevas regiones. Alrededor de ese centro nuclear de países avanzados se encontraban otros países industrializados o en proceso de industrialización. En el continente europeo, Holanda, Suecia, Dinamarca, Noruega y el norte de Italia se añadieron a las pequeñas naciones que ya estaban industrializadas con anterioridad, a Bélgica y Suiza. Más hacia el este, la industrialización comenzaba a llegar a los imperios autocráticos de base agraria: la Rusia zarista y determinadas regiones del Imperio austro-húngaro, aunque bien es cierto que manteniendo una acusada dependencia de las inversiones extranjeras. Fuera de Europa, Japón había iniciado su camino hacia la conversión en nueva potencia industrial, y en otras zonas del mundo, sobre todo en los dominios británicos, había regiones semiindustrializadas, lo que indicaba claramente que la industrialización ya no era un fenómeno exclusivamente euro norteamericano.