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Como se sabe la materia se presenta en tres estado: gases, líquidos y sólidos. Los
conductores y semiconductores son sólidos cristalinos, y para entender mejor sus propiedades
eléctricas se necesita un conocimiento básico de su estructura.
Los sólidos amorfos, en donde los átomos o moléculas que lo constituyen están
dispuestos de manera irregular y aleatoria, de forma similar a los líquidos que presentan
estructuras ordenadas de corto alcance, que son rotas con facilidad en cuanto aumenta la
energía térmica. O sea, al elevar la temperatura de estos sólidos los enlaces débiles se rompen
conduciendo a un gradual ablandamiento antes de fundirse completamente (vidrio).
Los sólidos cristalinos, en donde los átomos o grupos de átomos están dispuestos en un
orden regular o periódico constituyendo la llamada estructura cristalina. Si el orden regular se
extiende sobre una porción completa de material, se denomina monocristal y si se extiende a
partes pequeñas, de forma que el material es una aglomeración de microcristales, se llama
policristalino.
Para comprender la estructura de un sólido cristalino solo hace falta estudiar su unidad
básica o celda de la red, ya que en ella se aprecia la distribución de los átomos y los enlaces
interatómicos. Las propiedades del sólido se repiten de una celda a otra. Los métodos mas
efectivos para analizar una estructura cristalina son la difracción de rayos X o de neutrones.
* Iónico.
* Covalente.
Este es un tipo de enlace fuerte que hace que el sólido sea duro y difícil de
deformar. Al no tener electrones libres son malos conductores de la electricidad y el
calor. Además un cristal covalente requiere una
cantidad de energía relativamente grande para
producir vibraciones en todo el cristal, debido a
la rigidez de los enlaces.
* Matálico.
Justamente los electrones libres hacen que los sólidos metálicos tengan excelente
conductividad térmica y eléctrica.
* Molecular.
Esto puede ser explicado como sigue: aunque en promedio estas moléculas no
tienen un momento dipolar eléctrico permanente, sus configuraciones electrónicas a
cada instante pueden dar lugar a un dipolo eléctrico instantáneo. Las fuerzas de
Wan der Waals provienen de la interacción de estos dipolos eléctricos instantáneos.
Las razones anteriores explican por qué los sólidos moleculares no son conductores
del calor y la electricidad, tienen un punto de fusión bajo, son muy compresibles y
deformables. Ejemplos, los gases nobles cuando solidifican, CH4, Cl2, I2, CO2.
La idea de que los sólidos con enlaces metálicos (metales) contienen electrones libres
para moverse a través de una red de iones positivos relativamente fijos, fue propuesta por
Drude y Thomson alrededor de 1900 y desarrollada posteriormente por Lorentz. Este modelo
predice con éxito la ley de Ohm de la conducción y relaciona la conducción eléctrica y la
conducción térmica con el movimiento de electrones libres en los conductores. Sin embargo
este modelo presenta algunos fallos que discutiremos más adelante, pero es un buen punto de
partida para estudios mas complejos de los metales, basados en mecánica cuántica.
Pero por su movimiento aleatorio la velocidad media de todos ellos en el metal es cero,
o sea, no hay corriente eléctrica si no actúa ningún campo externo.
E
J =σ E =
ρ
Si existen n electrones libres por unidad de volumen, que se mueven con una velocidad
vd paralela al conductor, la densidad de corriente es
J = n e vd
Un electrón libre experimenta la acción de una fuerza de valor eE, si está fuera la única
fuerza, la velocidad del electrón debería aumentar con una aceleración eE/me. En lugar de esto,
la ley de Ohm implica que existe una situación de estado estacionario en la cual vd es
proporcional a E. Como es natural, sobre los electrones actúan otras fuerzas cuando chocan
con los iones de la red del metal. En este modelo clásico se supone que la velocidad del
electrón, después de haber realizado un choque de este tipo, carece de correlación con la que
poseía antes del choque, porque vd es muy pequeña en comparación con la velocidad térmica
aleatoria. Por consiguiente, el electrón se acelera por el campo eléctrico durante el breve
tiempo entre dos choques con los iones. El movimiento de un electrón de este tipo se puede
apreciar en la figura.
En este modelo se supone que el exceso de energía adquirido por los electrones en el
campo eléctrico se libera en los iones en los choques aumentando su energía de vibración lo
que hace que se caliente el metal.
Sin considerar la velocidad térmica aleatoria, después de cada choque el electrón parte
del reposo, con lo cual su velocidad de desplazamiento vale
eE
vd = a t = τ
me
siendo τ el tiempo medio entre dos choques (tiempo de relajación). Sustituyendo este valor en
la expresión de la densidad de corriente
e2 E
J=n τ
me
con lo que
n e2 me
σ= τ ⇒ ρ=
me n e2 τ
Si l es el recorrido libre medio de los electrones, el tiempo medio entre choques está
relacionado con esta longitud y la velocidad térmica, mediante
l
τ =
v rms
Aunque el modelo clásico de los electrones libres resulta compatible con la ley de
Ohm, no es satisfactorio para explicar algunos fenómenos importantes.
l me
τ = =l
v rms 3kT
sustituyendo en la conductividad
n e2 me
σ= l
me 3kT
Un segundo fallo que se aprecia, es que según el modelo clásico los electrones libres,
estos se comportan como un gas ideal. Como la energía interna de n moles de un gas
3
monoatómico es U = nRT (R constante universal de los gases), su capacidad calorífica a
2
volumen constante vale
dU 3
Cv = = nR
dT 2
cabría esperar que la capacidad calorífica del metal aumentase en esta cantidad por la
contribución de los electrones libres. Pero experimentalmente se comprueba que este aumento
3
es bastante menor que nR , y es más, el aumento de capacidad calorífica por los electrones
2
libres depende de la temperatura.
Tampoco concuerdan exactamente los valores de vrms obtenidos por el modelo clásico
y los experimentales.
* El carácter ondulatorio de los electrones, que hace que las energías permitidas esten
cuantizadas.
n πx n π y n πz
Ψn1 n 2 n 3 = Ψ0sen 1 Ψ0sen 2 Ψ0sen 3
a a a
h2
E n1 n 2 n 3 =
8 me a 2
(
n12 + n 22 + n 32 )
en donde se puede observar que son las mismas ecuaciones que en el caso unidimensional,
asociando un número cuántico a cada dimensión, es decir, la energía está cuantizada,
caracterizándose cada estado por tres números cuánticos, n1, n2 y n3 que determinan su energía.
2
h 2 3N e 3
EF =
8m e πV
N
donde se observa que depende del número de electrones por unidad de volumen e , que es
V
característico para cada elemento. Excepto para temperaturas extremadamente altas en los
conductores típicos E F varía poco con la temperatura, por lo que el valor obtenido para T = 0
K es una buena aproximación en un amplio rango de temperaturas.
1
f(E) = ( E - E F ) / kT
1+ e
lo que claramente muestra que la energía de Fermi divide los estados ocupados de los vacíos
en un sólido para T = 0 K. Siendo la probabilidad de que un electrón ocupe un estado cuántico
de valor de energía la de Fermi de 1/2.
En las figuras se puede observar lo expuesto.
Como la energía cinética de los iones de la red a una temperatura T es del orden de kT,
los electrones en sus colisiones con estos iones no pueden ganar energía muy superior a kT
(que es pequeña). Por tanto, sólo aquellos electrones cuya energía difiera de la energía de
Fermi en cantidades próximas a kT podrán ganar energía al crecer la temperatura y por el
principio de exclusión no podrán ir a niveles de energía inferiores a EF porque están ocupados,
sólo podrán ir a niveles superiores de energía que habrá muchos disponibles.
me
ρ=
n e2 τ
1 2E F
EF = me v 2 ⇒ vF =
2 me
M ω2 1
l=
2π n kT
l
τ=
vF
3 π2 kT
E = NeEF + Ne kT
5 4 EF
dE π2 kT π2 k
CV = = Nek = nR T (donde nR = N e k)
dT 2 EF 2 EF
3
que es significativamente inferior a nR y se puede observar su dependencia de la
2
temperatura, concordando con los valores experimentales.
La función de onda de un electrón en un átomo aislado está ligada a ese átomo y cada
nivel de energía claramente definido y frecuentemente muy separados. Por el contrario, una
función de onda de un electrón en un sólido cristalino no está localizado en una posición
atómica, sino que se extiende por todo el cristal, ya que un electrón interacciona con todos los
iones de la red, en lugar de encontrarse en un ión en particular. Es decir, cuando dos átomos se
aproximan sus niveles energéticos cambian debido a la influencia del otro átomo y como
consecuencia se desdobla en dos niveles de energía ligeramente diferentes que corresponden al
sistema formado por los dos átomos. Al constituirse un cristal metálico a partir de N átomos,
un nivel de energía de un átomo aislado se desdobla en N niveles energéticos distintos pero
muy próximos. El resultado es que en vez de tener niveles energéticos discretos, se tienen
bandas prácticamente continuas de energía, separadas por intervalos de energías prohibidas.
En una red cristalina hay muchas bandas de energía, cada una correspondiente a un
nivel de energía (1s, 2s, 2p…). En la figura se aprecian las bandas que corresponden a varios
niveles de energía para una distancia interiónica a.
Por lo tanto concluimos que un sólido que tiene una estructura de bandas como la de la
figura deberá ser un buen conductor eléctrico y térmico, siendo los electrones de la banda más
alta los responsables de ambos procesos.
En los semiconductores ocurre un caso análogo a los aislantes con la diferencia de que
la discontinuidad de energía entre la banda de valencia y la de conducción es del orden de 1 eV
o menos, por lo que es relativamente fácil excitar térmicamente a los electrones desde una
banda a la otra. En el siguiente tema hablaremos más extensamente de ellos.