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Un día después de mucho tiempo, después de reconstruir tu corazón,

llega un él, esa persona que hace nacer de ti una admiración total, su sonrisa, su

mirada coqueta, esos vellos que se asoman de su pecho, un él que baila con

pasión y comparte con amor el talento con el que nació, un ser humano de esos

que ya no existen, una persona que te hace creer en ti, y en lo que puedes

lograr, qué estará ahí para aplaudirte y con quien cada que te abrace y mire

sentirás la mayor tranquilidad del mundo… el problema es que mientras te

reconstruías olvidaste cómo coquetear, cómo encontrar el vocabulario exacto

para hablarle, donde erróneamente creíste que dándole like a sus fotos

conseguirías su atención, y es en ese momento que te das cuenta que te

ilusionaste y que ese amor platónico ya tú lo dijiste es distinto, no se enamora

igual, ni siquiera lo conoces para saber que le gusta o que no, y entonces

comienzas a preguntarte una y otra vez si en algún momento él té volteará a

ver, lo difícil es saber qué tal vez él ya te voltio a ver, quizá no de la manera que

esperabas…. Pero sería lindo que pasará.

El amor está compuesto de situaciones y de insinuaciones, cuando se

crean expectativas es uno de los momentos más dulces del enamoramiento pues

la expectativa nació de la admiración y aunque la respuesta no siempre sea la

deseada, siempre valdrá más la pena mirarlo a los ojos y saber que en ese reflejo

está tu amor, y qué el amor es propio antes de poder construir algo con ese

alguien en el que se refleja tu admiración….

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