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Podemos encontrar dos formas de intoxicación dependiendo del tiempo de exposición y de las
concentraciones de CO a las que estuvo expuesto el paciente; cada una de las cuales pre-
sentará características distintivas.
Intoxicación Aguda: en algunos casos, poco frecuente, puede presentarse una forma
sobreaguda o fulminante. En general este tipo de cuadros se dan cuando ocurre una aspiración
masiva del gas por ejemplo por rotura de depósitos o en mecánicos que aspiran violentamente
del tubo de gas para eliminar obstrucciones. En estos casos el cuadro se desarrolla
rápidamente, la víctima cae al suelo, sufre convulsiones y muere inmediatamente, sin que sea
posible asistirlo. Se cree que en este tipo de intoxicaciones se pone en marcha un mecanismo
inhibitorio por estímulo de las terminales laríngeas del vago. Más comúnmente se producen
intoxicaciones de tipo agudo en las que se pueden distinguir tres períodos:
Período comatoso: el paciente evoluciona a un estado de coma profundo con abolición de los
reflejos, respiración débil y pausada. Se pueden presentar convulsiones y midriasis marcada. Es
característica la aparición de manchas rosadas sobre la piel. Se observan alteraciones en el
electrocardiograma ECG como taquicardia sinusal, que se atribuye a lesiones específicas del
miocardio o a pequeñas hemorragias y focos de necrosis en el mismo debido a lesiones
capilares. También se observa un electroencefalograma EEG alterado, el cual refleja el
sufrimiento al que es sometido el encéfalo. El coma dura entre 2 y 3 días, si se extiende por
más tiempo el pronóstico empeora produciendo la muerte, aunque exista un período en el que
el paciente recupera la conciencia. Son de pronóstico adverso los comas hipertérmicos. La
muerte se produce por el agotamiento gradual que se genera, y debido a un aumento
paulatino de los trastornos respiratorios y circulatorios, siendo la parálisis respiratoria la
primera en ocurrir.
a) Integración vertical, que amplía las fronteras de esta disciplina de acuerdo con la
naturaleza de las relaciones que existan entre la investigación toxicológica y las disciplinas
básicas. Como resultado de todo ello aparecen diversas subdisciplinas: toxicología genética,
toxicología molecular, inmunotoxicología, neurotoxicología, entre otras.
b) Integración horizontal, que se orienta hacia las aplicaciones prácticas con repercusiones
importantes para los estudios que afectan al medio ambiente y la salud humana. Todo ello da
lugar a cuatro ramas con bastante interés práctico: toxicología clínica, toxicología ocupacional,
toxicología medio-ambiental y toxicología alimentaria.