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CUENTOS DE ORO RELATOS GANADORES EN LOS CUARENTA ANOS DEL PREMIO COPE (1979-2018) Ala memoria de Washington Delgado, fans Enrique Tord y Gregano Martinez, escrtores de ora quyja obra nos enriquece Palabras iniciales Ea un acontecimiento inusitade, no solo en la labor cétidiana de Petréleos del Pera, sino en la vida literaria del pais, que los participantes y lectores de los certa- menes del Premio Copé celebramos con indisimulada satisfaccidn, al cumpli sus increibles primeros cua- renta afios de vida, porque los hechos de convecarlo, dirmirie y entregaria puntualmente cada afin tienen viaoa de ejemplo vivificante. Me abruma que la proverbial pentileza de los eje- cutives del Departamento Relaciones Corporativas de Petroperd haya queride honrarme en esta circunstan- Cia, encargandome decir unas palabras del premio por haberlo iniciado, tarea que anonada por la pregunta ineludible que trae consigo: gqué meérito cabe en haber promovide la ejecucién de una competencia que hace siglos €6 rutina en medio mundo? dAcnso no ¢5 norma que todas las universidades realiten ane tras afio sus afemades juegos florales, aunque la admisién a cellos sea exclusiva para loa alumnos... ¥ que, eso si, invariablemente, las distin- ciones al cuento y la porsia scan los laureles mas co- diciades y comentados por las mayorias? d@Alguien puede negar que nuestro pais ha tenido memorables periodos en los que congregaba a certa- menes de decidide apoyo a la cultura? Todos sabemos. que no es dificil organizarlos, aunque si mantenerlos. latentes. Esta Ultima razin es suficiente para no suatraer- me de empezar agradectendo a Hugo Rey, renombra- do ejecutive de esata Empresa que, ademas de culto, naturalmente afable y de exquisitex congénita, en ese entonces acababa de ser nombrado gerente de Rela- clones Poblicas. En la primera conversacion que tuvimos solos, para no perder el habite de plantear la iden del concureo, se la dejé caer sin mucha ihisidn, pero su respuesta fue emocionante. «Me comprometo a presentareelo al pre- sidente ejecutivo, pero adelantandole que seria buena que ti mismo le expongaa el proyecto en sus detalles, con el apasionades interés con que me acabas de ha- blars, Ablandada ya por Hugo Rey, el presidente acepté la idea, pero con un +Estoy de acuerdo en todo menos en el monto del premio, que me parece demasiado altos, En sus palabras, me perecia seguir oyendo a uno mas de esos convencides que, legando a ese punto, vacila- ban con disculpas. como esa o.afirmanda que el asun- to ne tenia ninguna relacién con nucstre negocio... o de aquel, inolvidable, que afirmé que «as biblioteeas cinculantes que prestan libros a precios modicos y las ediciones pirata cran més que auficiente ayuda ¥ que ef pueblo na necesitaba masse, Gimiendo de manera interna, me decici a olvidar de modo conclusivo el asunto, pera, felizmente, dos semanas después, se aparccié la Virgen: un canal de television, el del Estado, promovia un concurso de cuento para alummnos de educacién secundaria, aireciendo una suma mayor a la que asustaba a nuestro presidente del directorio, Materializar la primera convocatoria (en 1979) fue tocar el cielo. Se presentaron setecientos cuarentai- trés concursantes. De ahi cn adelante, los anos si- quientes la cifra oscilaria entre loa mil quinientos y dos mil. Durante la devaluaciaén —cuando el monta de premio no le alcanzé al ganador para pagar el taxi que lo trasladaba de regreso a su casa— la dismi- nucion de participantes no se hizo notar porque ell prestigio del Premia Capé ya se habia afirmade. Que liegara a constituirse como cl mejor en su eapecialidad no se debit solo a que los primeros eje- cutives pusieran su maxima empeio en mejorario, aino también y sobre todo a aquellos que, al recibir la posta del cancursa, lo enriquecieran, en el fonda yen la forma, antes de ceder la ejecucién a sus asu- CeSsores. Asi se fueron modificando Ientamente las bases, permitiends mayor extensién para las narracionea y¥ los poemas; se aumenté la cantidad de premios, agregando los de novela y ensayo; se continud con puntualidad con la publicacian de las obras gana- doras de cuento, pocsia, novela y ensayo, sumando hasta ahora nada menos que ochentaidés titulos. Ello logré cl apoyo del Ministerio de Relaciones Ex- teriorea para recibir y enviar los trabajos median- te valija diplomatica y que el Ministerio de Cultura declarase el premio de «interéa cultural nacionals, hasta haberlo convertido entre las mas preciadas distinciones de su ramo que se otorgan en cl pais. La culminacion de este esfuerzo se debié en gran parte a la presencia de un jurado constituido por miembros de log que nadie ponia en duda de su honestidad y concecimientes, Para ello solicitamos ayuda al Instituto Nactonal de Cultura (hoy Ministerio de Cultura), ala Academia Peruana de la Lengua, a universidades que tienen facultad de Letras, ademas de un representante de Petréleos del Pert. Nos cabe la inmensa satisfaccion de que en re- petidas ocasiones contamos para esa tarea con la estimulante participacion tanto de exrectores de las universidades en mencién, como de exdirectores y di- rectores de la Academia Peruana de la Lengua, Su quehacer es complicado y dificil, empezando por él de separar el trigo de la paja, para seleccionar los mejores trabajos, para escoper tos veinte que han de integrar el libro, y finalmente, elegir entre cinco a los ganadores de las medallas de oro, plata y bronce, Sobra decir que una de las mayores satisfacciones de este grupo de personas esta ¢n rescatar y, a veces, imponer en la penultima tectura un trabajo. previa- mente desechado por los demas. Como también es frustrante prescindir de los impecablemente buenos, debido a los limites de espacio que imponen las nor- mas, ¥ porque es casi imposible la coincidencia total. Preocupante tambien ea Ja desilusiin que pueda aen- trun buen autor que, porque la suerte no Ios ayuda, pueda penaar falaamente que carece de talento para estos menesteres. ‘Coincidir cn escoger buenos trabajos no es clificil, pero llegar aun acuerdo total para distinguir el mejor es evicentemente lo mas arduo, pero tanto, que el primer premio ha sido otorgado por unanimidad solo en. dos opertunidades. Lo que significa también que, fizurar en la antologia, sicmpre implica que se trata de un trabajo, perdide en el montén, que pude tam bién obtener ¢l primer pucsta, Hubo un case en que la solucién era calificar, de cinco @ uno, « cinco finalistas, y resulté ganador el que no habia logrado el primer lugar en la calificacién de ningdin miembre del jarade, Habiendo tenido el privilegio de ser enviado, por los gerentes que me sucedieron en el cargo, a inte- grar cl jurado representando a Petropera, no vacilo en repetir a Ricardo Gonzilez Vigil, autor de la mo- numental obra £l cvento peruana, cuando reiniéndo- g@ a que el gran eatimule a la produccidn cuentiati- ca es la realizacion de certamenes, subrayando que «sin duda el mas importante, el de mayor poder de convecatoria entre voces de diversas generaciones ¥ tendencias, lo cual le permite ofrecer una muestra bastante representativa de la narrativa peruana en curso, és ¢] Premio Copés Tiene en sus manos el lector textoa que tratan loa temas mas diversos trazados con indudable calidad literaria, que, en infinitas variantes, son el fruto de lo qué sus autores le robaron al tiempo para transfor mario, como alguien ha dicho, unas veces en paraiso ¥ otras en infierno. Al hojearlos con satisfacciém inmensa, aunque también con razon y juicio, me quedo pensando maa en log otros, es decir, em los que no llegaron a fina- listas, pero catoy seguro de que no por eso dejaran de ser conocidos y admirados, muy pronto, junto a quitnes continiian, o empiezan a ser cl asombro ¥ encantamiento de estos ultimos diez afios. El Gltimo Premio Copé tiene que darme la raz6n porque sobraron excelencias. Nunca el eacogimiento fue mas desigual. Pedro R. Cateriano mayo de 2019 Prologo Habia una vez un gerente de Relaciones Publicas de Petraleos del Pera que deploraba la inexistencia en el Peni, a fines de la década de 1970, de un premio literario de envergadura (recordaba con nostalgia los Premios Nacionales y los Premios de Fomento a la Cultura, de otrora) que rindiera tribute a los escrito. res relevantes en actividad y estimulara la creacién literaria en [as nuevas generaciones. Gran conocedor de la vitalidad de Ja literatura peruana contempora- Hea, poeta y dramaturge él miamo, dicho gerente con- vencid a los directives de la Empresa para instituir el premio bautizacdo con la palabra tallan [lengua indi- gena de Piura, centro por excelencia de la produccion petrolera peruanal «copes, traducible como sehrea, Decidid entonces convocar ala! Bienal de Cuento “Premio Cope 1979, ostentando un Jurado Califica- dor de lujo: dos narradores, Eleodoro Vargas Vicuha y José Antonio Bravo (también notable conductor de talleres de cuento, en dinamico contacto con las nue- vas hormadas); dos criticos, Estuarde Nunez y Anto- nio Cornejo Polar; ¥ completande la némina, en re- presentacién de Petroperu, él mismo, Pedro Cateriano Delgado, mas su audaz y generosa decisidn de incor- porarme a mi, joven come era y sin los pergaminos de fan ilustre elenco, De un lade, el prestigio de dicho jurada y el enor- me estimulo del atractivo monto pecunianio destina- do a loa tres premios (Oro, Plata y Bronce|, ademas de la publicacién de los cuentos ganacores y los fi- nalistas. Y, de otro lado, la eficacia administrativa de Petropert: para recibir, a lo largo y a lo ancho del pais, mas los envios de peruanos residentes en el ex- tranjero, los centenares de textos participantes jen las ediciones siguientes, pasarian siempre cel millar de cuentos v, en una ocasidn, superaron los dos mi- llares}, incicieron para que, desde la primera bienal, el Premio Copé fuera un rotundo éxito, tanto por la cantidad como por la caliclad de los concursantes, asi como por la respuesta de todos los rincones del Pera, con todas nuestras sangres y herencias culrurales, conforme puede constatarse en fos libros publicados con los. seleceionados en cada convecatoria. Ampliamente satisfecha con la primera bienal, la Empresa otergé todo su apoyo para realizar la I] Bie- nal de Cuento «Premio Copé 1981s, Ante el éxito to- davia mayor de convocatoria de repercusién en loa medios de comunicacién, decidid asegurar no solo la continuidad de las Bienales de Cuento hasta este afio que estamos celebrando sus cuarenta afios de fecunda trayectoria (bajo fa batuta de los gerentes de Relaciones Publicas, de Relaciones Corporativas y de Gestion Cultural que sucedieron en la Empre- aa a Cateriano Delgado, aunque siempre contandoa con su participacian en el Jurado Calificadar), sine que redonded su cxtraordinaria contribucién a las letras nacionales, dando vida en 1982 a las Biena- les de Poesia [convocadas ¢n altermancia con las de a Cuento}, en 2007 a las Bienales de Novela {realizadas junte con las de Poesia) y en 2008 a las Bienales de Ensayo [programadas, desde entonces, junto con las de Cuente], extendiéndose asi todos los principales pénecros. literanos. Conviene puntualizar que la experiencia de la I Bienal de 1979 le sirvid a Cateriano Delgacio para per- feccionar la labor de seleccién del Jurado Calificador, asi como su conformacion, Recogiende los comenta- ries y las sugerencias de los integrantes del jurado de 1979, lo redujo, en adelante, a cinco miembros (el numero impar evitaba que acacciera un empate, con la necesidad del voto dirimente del representante de Petropert, seman ocurrid en la!) Bienal con los votos logrados por los cuentos que resultaron ser de Was- hingten Delgado y Luis Enrique Tord); y tomé la sabia decision de que la designacion de los miembros del Jurado Calificador no dependiera de una sola enti dad, sino de varias con incuestionable autoridad aca- démica, posibilitanda una valoracién multiple y libre de lintamientos ideolagices y estéticos, cuando no de camarillas editoriales y argollas literartas: el Institute Nacional de Cultura (haego, el Ministerio de Cultural, la Academia Peruana de la Lengua, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos ¥ la Pontificia Univer- sidad Catélica del Peri. En cuanto al procesa de lectura y calificaciin de las obras, en la Bienal de 1979 se habia actuado divi diendo en seis la masa concursante, a fin de que cada une de los jurados seleccionana los cwentos que con- aideraba premiables de la parte que be tecd en suerte. Y el fruto de esa criba fue entregade a todos los inte- grantes para que lo leyeran atentamente, y cligieran los premiables y los que quedarian como finalistas con derecho a acompafar a los premiados en el libro Zz por publicarse con loa resultados de la I Bienal. Se séfalé una reunion final para ewaluar las propuestas de cada jurado y dirimir el fallo correspondiente. En cambio, en la I Bienal, funciond un sistema de calificacion muy superior (el mejor que conozcamos en los certamenes literarios existentes, tanto perua- nos como extranjeros): durante dos meses de trabajo, todos los miembros del jurado leen todas las obras presentadas (coro, en las siguientes convecatorias, se acrecentd en demasia ¢] corpus comcursante, se establecié que cada texto debia ser leide par un mini- mo de tres integrantes del jurado), Y en una primera reunitn evaluadora, de acuerdo con laa calificaciones brindadas por cada uno, se fijan las obras que deben ser releidas, durante un mes, por todos [se entiende que, en los casos de haberse acordada la lectura a cargo de tres y no de cinco, se trata de verlos por pri- mera vez, pero ya con la arencign debida a los textos seleccionados por otros) y calificadas con mencion expresa de cuales merecen premios ¥ cuales ameri- tan figurar como finalistas, Conchrye la labor en una reunidn final, analizan- do y discutiendo las propuestas de cada jurado, con certificacian notarial del fallo (en las Hienales de No- vela y de Ensayo, que otorgan un dnico premio, cabe conceder menciones honrosas, sin el beneficio de su publicacion a cargo de Ediciones Cope). Constitucién del jurade y procedimiento de evalua- cion verdaderamente ejemplares. La prueba elocuente es que el Premio Copé refleja, mejor que cualquier otra certamen literario, la diversidad de las letras peruanaa actuales, sin marginar los aportes de los autores afin cados en provincias, ni pnvilegiar las fonmas discur- sivas de mayor éxito comercial en el mercado literario publicitadé por los medios masives de comunicacién, a En concordancia con ello, desde sus primeras entre- gas, en la década de 1980, se ensefored como el con- curse literario més importante del Peni, cl que goza de mayor prestigio. Soy testige excepcional de la formidable contribu - cién cultural que, en el curso de cuarenta afios, ha venico cumpliencdo el Premio Copé, con paso firme y seguro, decidide a proseguir su magnifica labor en las décadas venideras, Porque he tenido el privilegio caai todos estos afos de formar parte de los jurados de sus diferentes bienales, la mayoria de veces coma representante de la Pontificia Universidad Catolica del Pera, y en loa dos ultimos lustros como represen- tante de Petroleos del Pera: he integraco ¢l Jurado Calificador en quince de las veinte Bienales de Cuen- to, en varias de las Rienales de Poesia, en la mayoria de Jas Bienales de Ensayo, y en todas las Bienales de Novela. En lo concemiente a las Bienales de Cuento, Pe- troperd me ha honrado, ademas, encargandome pro. loges [cinco, con cl que ahora tienes en tus manos, lector de estas paginaa conmemorarivas) en loa que he efectuaco balances de los lagros del Premio Cope: el bro sobre el Premio Cope 1979), «(fuitarna de pali- sandrow y los cuentas ganadores yj flnalistas de Ia XJ] renal de Cwento «Premio Copé 2002+, Libro de aro. Obras ganadoras de fas Bienales de Cuento «Premio Cope: (1979-2008), Ayaymamas y finalistas de la XVI Bienal de Cuento «Premio Capé Internacional 2070+ ¥, por cierto, este que prologa en presente volumen. en celebracion de sus cuarenta afios de perdurable creatividad, Afadase que, generosamente, Catenano Delgado y los directivos que le sucedieran en el area cultural me han encargado la confeccién de la monumental a antologia El cwenio peruano joonsta ya de nueve to- mos en once voliimenes|, En las entregas dedicadas al desarrollo del cuento a partir de 1980, he podi- do destacar, objetivamente hablando (no dejandome perturbar por mi identificacién con el Premio Cope y la hazafia cultural asumida por Petréleos del Peru), la relevancia del mencionado concurso como estimulo para el auge creador que ha experimentada el cuento en la década de 1980 y en las siguientes [reparese en el contraste con las décadas de 1960 y 1970, pradi- gas en novelistas, pero magras en cuentistas|. Resulta contundente el elenco de la década de 1980 galardonads par el Premio Copé: autores ca- Pitales, como Oscar Colchado Lucio, Cronwell Jara Jiménez, Fernando Iwasaki Cauti, Luisa Nieto Degre- fori y Carlos Schwalb Tola. Si consideramos a los que obtuvieran el Copé de Plata o el de Bronce, 7 a los finalistas, encontrariamos otros nombres des collantes de la década de 1980, verbigracia Dante Castro (Copé de Plata en la V Bienalj, Pilar Dughi [Bronce en la IX), Andrés Cloud (Bronce en la X}, Tedfilo Gutierrez (Bronce en la Vij, Teresa Ruiz Ro- sas, Carlos Herrera, Siu Kam Wen, Julian Pérez y Samuel Cardich. En la hornada de la década de 1990, han obte- nide cl Copé de Oro José de Pigrola, Selenco Vega y Yuri Vasque; vy deatacaron, ademas, Arnaldo Panaifo (Plata en Ja IV), Ericka Mesia (Plata en la VII), Jai- me Pantigozo Montes (Plata en la VIL), Sergio Galarza (Piata en la XIV), Percy Galindo (Bronce en la Vil), Gonzalo Portals Zubiate (Bronce en la VII) y Sécrates Zuzunaga, ¥Yoen lo tocante a la espléndida promocién surgi- daen la primera década del siglo XX], han recibi- do el Copé de Oro Pedro Ugarte Valdivia (discipulo em de un taller de narrativa dirigido por Cronwell Jara) y Johann Page; cabe resaltar, ademas, a Juan Ma- nuel Chavez (Plata en la Vj, Augusto Effie Ordéner (Plata en la XI}, Elmer Lopez Guevara (Plata en la XVI}, Carlos Arambulo {Plata en la XVIII), Marco Gar- cla Falogn (Bronce en la XI}, Alina Gadea (Bronce en la XIV), Ivan Loyola Velarde (Bronce en la XVIy en la XVII), Pedro Llosa Vélez (Bronce en la XVIII}, Ale- jandro Neyra (Plata en la XVI), Julie de Trazegnies, Alexis Iparraguirre, Luis Fernando Cueto y Miguel Ruiz Effic. ¥ en lo concerniente a los tltimos afios, han recibide cl Copé de Oro Daniel Amayo Magalla- nes, Chriat Gutiérrez y Stuart Flores. Quizes cesalte mejor el espléndide estimulo o el caracter consagratorio (mas de un comentariata opi- né que actuaba coma un Premia Nacional de Litera- tara, durante las décadas que no los hubo) del Pre- mio Copé el hecho de que hayan participade en sus bienales voces de generaciones antenores a 1974, Asi, autores conocidos en otros géneros, se animaron a mostrar sus dotes para el cuento: de la emblema- tica —por su decisiva contribucidén al cuento perua- no— Gerneracién del 50, Washington Delgado, cele- brado como poeta y ensayista, dic la sorpresa en el Premio Copé inaugural (sirviendo de ejemplo a otros escritores mayores para darse a conocer en esta face- fa creadora o para competir con cuentiatas jovenes), recibiendo el Copé de Oro; y ¢l lawreado cineasta Ar- mando Robles Godoy, ganador del Copé de Plata (x Bienal) y el Copé de Bronce (Il Bienal), quien no dudé en admitir que este certamen tuvo mucha «culpar de que volviera a componer cuentos, varios de ellos, na- tables. [estaquemos aqui la presencia de un narra- dor del 50 que ¥a tenia premios en su haber: Luis Rey de Castro (Copé de Bronce en la | Bienal), a

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