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Juan Bautista Alberdi Estudios sobre la Constitucion argentina de 1853 (1853) Capitulo I Rol d juri ela i izaciO a jurisprudencia en la organizacion constitucional nacional de la Reptiblica Argentina Constitucion de los Estados Unidos, y fueron provincias de un solo Estado. Biviex cli are soles m een o integridad convi 2a carle al pie de la letra la endo en Estados a las que son de Méjico y fa Republica de Centroamérica han sucumbido a los efectos wanizacion di método de organizacion politica 0, mejor dicho, de desor- ea aah 4 Estado unitario. La Nueva Granada se coloca hoy en los Lernins U, si desorden, por donde conseguira los resultados, no de alleaados d ti os, sino de Méjico y de la América Central, sus mas gados de raza y situacion. Para falsear y abastardar I eentina no hay sino que comentarl cién de los Estados Unidos. Esta jurisprudencia de revolucion ¥ destru partido anarquista de la Republica Argentina cuam jo vi esfuerzos por evitar la sancion de la Constitucion general. El ser Sarmiento, organ? de esa politica, publicd un libro de Co- mentarios de la Constiticion jna de 1853- En doctrinas parecidas s¢ ha apoyado mas tarde desconocer la autoridad del Gobierno creado por Ja mayoria nacional. Los que han podido dar su gobierno Jocal a toda la Nacién han dicho: pues la Nacién no nos vo, Para justific cobediencia, han “a de los Estados : dara el suyo- interpretado la Federacion Argentina co ee oesid Unidos. Por este medio ‘dad del presidente, han tratado dee que no les agradaba. Para restablecer 12 e de la Constitu' de anarquia, esos Comentarios de deso: libro, en que el autor ha procurado sefial: cin y deben ser las ba- propios que han servido para ses de su jurisprudencia- al de la Republica Ar a Constitucion feder: atarios de la Constitu- a con los comer 1ecion se puso en obra por el 9 malogrados sus Buenos Aires para j6n argentina, alterada por ito el presente JUAN BAUTISTA ALBERDI La jurisprudencia es el gran medio de mejorar y corregir las leyes sin derogarlas ni cambiarlas. Pero si es verdad que el comentario es un suple- mento de la legislacién y un medio de darle estabilidad por la conserva- cién de su texto, también puede ser el medio de comprometerla y extra- viarla por un error fundamental en el sistema de comento.' ' Si bien en esta obra Alberdi tiene por claro fin sefialar los errores de interpretacién en los Comentarios de Sarmiento, acepta la centralidad que tiene la hermenéutica constitucional a la hora de fijar criterios rectores del accionar en el marco de dicha Constitucién. De ese modo hace suya, de forma algo velada, la intencién politica que Sarmiento despliega en sus Comentarios [N. del C.]. 272 Capitulo II El comentario no es el ataque. Error fundamental del sistema del sefior Sarmiento. Fuentes 0 bases naturales de comento. Un mal sistema de comento oscurece y arruina la ley En el libro del seiior Sarmiento hay dos cosas. Hay un comentario y hay un ataque a la Constituci6n argentina de 1853. Importa sefialar la existencia de esas dos cosas para depurar el comen- tario de lo que no es él y de lo que es opuesto a toda idea de comento. Es preciso no dejar nacer la costumbre de arruinar la ley so pretexto de ex- plicarla. Voy a demostrar que en el comentario hay un error fundamental, y en el ataque, la injusticia de la pasion de partido. Comentar es interpretar, explicar, glosar; jamas atacar. El comentario es el amigo, el angel guardian de la ley, que no admite en ella sentido al- guno que no sea bueno y sano. Como intérprete, participa de la imparcia- lidad del juez y no debe ser nunca el enemigo de su ordculo. De ahi es que la judicatura ha dado a luz a los mejores comentadores. Blackstone y Story han sido jueces.? Pero no basta ser juez para ser comentador, como no basta ser honrado para ser un matemiatico. Esos sabios fueron comentadores porque cono- cian a fondo la ciencia del derecho que comentaban. José Story, muerto en 1845, fue profesor de Jurisprudencia en la Universidad de Harvard, en Cambridge, y autor de varias obras célebres de jurisprudencia. Comentar las leyes (politicas 0 civiles, no importa el género) es mate- ria de una ciencia que, como las demas, reconoce fuentes naturales de investigacién. Veamos cudles son y si el sefior Sarmiento las ha consul- tado u omitido en su plan de comento. Las fuentes naturales de comento son: (1) la historia del pais; (2) sus antecedentes politicos; (3) los motivos y discusiones del legislador; (4) los trabajos preparatorios de los publicistas; (5) las doctrinas aplicadas a la 2 El lector recordard el empleo profuso que hace Sarmiento de los Commentaries del juez Story [N. del E.]. 273 JUAN BAUTISTA ALBERDI ciencia publica; (6) la legislacién comparada o la autoridad de los textos extranjeros y sus comentadores. Estas son las fuentes en que la ley toma origen y en que sus disposiciones encuentran la luz supletoria de su texto brevisimo. Abrid los buenos comentarios de todos los cddigos: no halla- réis uno que no se provea de estas fuentes. Toda poblacién que no se ha formado la vispera de darse la ley y que cuenta algunos siglos de existencia posee necesariamente una Constitu- cién normal segtin la cual ha sido gobernada, bien o mal; seguin la cual se ha administrado justicia, se han establecido sus rentas, se ha ejercido la accién del poder publico. Esos antecedentes forman una de las bases de su Constitucién bajo cualquier régimen y acompafian durante toda su vida al Estado, como el genio y la figura acompaiian al hombre hasta su fin, Esta comparacién no es mia, es de M. Tocqueville, que la aplica jus- tamente a los Estados Unidos al tiempo de explicar los origenes de su actual Constitucién por el modo de ser primitivo de los pueblos de Nor- teamérica. Es lo que él llama el punto de arranque o punto de partida en la organizaci6n politica. Desde la formacién de nuestras colonias nos ha regido un derecho publico espafiol, compuesto de leyes peninsulares y de codigos y orde- nanzas hechos para nosotros. Somos la obra de esa legislacion, y aunque debamos cambiar de fines, los medios han de ser por largo tiempo aque- llos con que nos hemos educado. Por cuarenta afios, durante la revolucién, hemos ensayado nuevas le- yes fundamentales. No se puede decir que hayan pasado sin dejarnos algo, cuando menos usos y practicas, creencias y propensiones. 3 Alberdi se refiere aparentemente a lo que Tocqueville desarrolla cn el capitulo 2, Primera parte del Libro I de la Democracia en América, titulado «Punto de partida y su importancia para el porvenir de los angloamericanos». El jurista argentino intenta poner de manifiesto que la aplicacién llevada a cabo por Sarmiento del modelo institucional de los Estados Unidos carece de mediaciones y es, por lo tanto, desacertada. Dicho modelo halla su sen- tido, en cambio, en un punto de partida irrepetible que hizo confluir a las primitivas colo- nias en los Estados Unidos. Alberdi articula este argumento de Tocqueville que enfatiza la importancia del origen histérico y los habitos sociales de las colonias que formaron los Estados Unidos- con el nucleo de la vision del pensador francés sobre la Constitucién fede- ral de los Estados Unidos, que figura en el Libro I, Primera parte, capitulo 8 de su obra principal («La Constitucién federal), es decir: la novedad de dicha organizaci6n institucio- nal. Se vale, pues, del pensamiento de Tocqueville para oponerse a la gran obsesién de Sarmiento en los Comentarios: instalar como referencia casi exclusiva cl modelo constitu- cional norteamericano en detrimento del proyecto alberdiano de las Bases, mas original y atento a la singularidad del punto de partida de la Constitucién argentina [N. del C.]. 274 ESTUDIOS SOBRE LA CONSTITUCION II Todo eso es fuente de nuestro derecho publico y base natural de sus disposiciones, si han de ser nacionales y estables. Los motivos de las leyes contenidos en las discusiones tenidas por el legislador para su sancién, los trabajos preparatorios de los publicistas que han auxiliado al legislador son el medio mas genuino y puro de co- mento. Asi vemos que ningtin comentador sabio del dia deja de tomarlos en cuenta. Esos trabajos son los verdaderos documentos justificativos de las leyes, los que contienen su historia y revelan toda su mente. Los textos extranjeros, o bien sea la legislacion comparada, son un medio de comento en politica como en derecho privado. Pero la ley ex- trafia debe ser interrogada siempre después de la ley propia, y nunca una sola con exclusion de otras. No hay doctrina, hay plagio, cuando no hay generalidad en los textos consultados. Muchas Constituciones extranje- ras explican la nuestra con mas razon que la de Estados Unidos, a pesar de ser federal en parte; pero ninguna la explica tanto como la misma Constituci6n normal anterior, en cuya direccién habia encaminado al pais el programa de su revolucién fundamental. Tenemos una serie de textos constitucionales, proclamados durante la revoluci6n, que forman como nuestra tradicién constitucional y que sin duda alguna han entrado por mucho en la confeccién de la moderna Constitucion y deben naturalmente servir a su comento. 275 Capitulo II Origen del federalismo doctrinario argentino. Es tan antiguo como la revolucién. El que ha adoptado es suyo EI federalismo no ha sido extraiio a nuestra revolucién desde 1810 y no debié su inspiracién a la reptiblica de Norteamérica exclusivamente. La Holanda y la Suiza nos asistian con su ejemplo. Rousseau, Necker, Du- mont trajeron a la Revolucién francesa el liberalismo de la Confedera- cién Helvética. Moreno y Paso, repetidores argentinos de la revolucion en Francia, se inspiraban en Rousseau, lo traducian, lo ensefaban y eran federales como él.4 «Puede haber una federacién de sdlo una nacién»5, decia el doctor Moreno. «Deseo ciertas modificaciones», decia el doctor Paso a los uni- tarios de 1826, «que suavicen la oposicién de las Provincias y que dulci- fiquen lo que ellas hallen de amargo en el gobierno de uno solo. Es decir, que las formas que nos rijan sean mixtas de unidad y federacion»®. , *La aparicin del nombre de Rousseau como autoridad de la tradicin federalista llama la atencién por dos motivos fundamentales. Por un lado, la idea de federncion cobre In que polemizan Alberdi y Sarmiento tiene su antecedente mas importante hacia fines del siglo XVIII en los Estados Unidos. Por otro, no resulta facil extraer consecuencias federa- listas del pensamiento politico de Rousseau (como no las extrajo Mariano More vez que tanto en el Contrato Social como en su Proyecto de Constitucién para Cércega cl ginebrino se basa en el ideal de una unidad politica con territorio acotado y ciudadania no contaminada con malos habitos y costumbres, ambito donde los Principios politicos serian aplicables. Al mencionar a Rousseau, Alberdi probablemente intenta dar a enten- der que Sarmiento, hechizado por el ejemplo de los Estados Unidos y en un gesto de aparente desprecio hacia antecedentes ajenos a dicho ejemplo, no tienc en cuenta las ideas de muy importantes pensadores, ni de préceres de Mayo, como Moreno [N. del C.]} 5 Alberdi cita el escrito de Moreno «Sobre la mision del Congreso convocado en vistad de la resolucién plebiscitaria del 25 de mayo» (1810), que figura en Norberto Piteiro (ed.), Mariano Moreno. Escritos politicos y econdmicos, Buenos Aires, La cultura argentina, 1915, pp. 209-300. Como sefala el editor, el parrafo que contiene la frase citada por Mo. reno (pp. 299-300) no se encontraba en ja primera versi6n del escrito, publicado en La Gaceta, sino que fue insertado en este texto, como antetiltimo parrafo, en Coleccién de arengas en el foro, y escritos de Mariano Moreno, publicado por su hermano, Manuel Mo. reno, en Londres, en 1836 [N. del E.]. 7 # Sesién del Congreso nacional argentino del 18 de julio de 1826. [Entendemos que la refe- rencia es a la sesién del Congreso General Constituyente del 14 de julio, donde se presentd Moreno), toda 276 ESTUDIOS SOBRE LA CONSTITUCION III Pocos afios después, Dorrego, Gomez y otros publicistas argentinos traian de Estados Unidos el anhelo de aplicar literalmente a la Republica Argentina el gobierno federal de Norteamérica. En la tentativa de organizacién de 1826 acabé por triunfar esa doc- trina; pero los hechos por si solos no le hubiesen dado la sancién sincera que hoy tiene entre los hombres rectos a no ser por los trabajos de Toc- queville, Chevalier y Aquiles Murat, que después de 1833 vinieron a ilus- trar y decidir a la juventud del Rio de la Plata en el sentido de esa forma de gobierno, que los hechos por otra parte hacian necesaria e inevitable. Por fin, en 1845, vino el comentario de Story a completar la conversién que habian preparado ya los publicistas franceses, que vulgarizaron la doctrina federal después de 1833. El Dr. Pico habia traducido a Aquiles Murat; y la permanencia de nuestros unitarios en el Brasil, perseguidos por el gobierno de Oribe en 1837, habia contribuido también a darles la inteligencia del sistema federal, que en gran parte es el del Gobierno bra- silefio, y enfriado mucho su antigua devocién a la unidad indivisible, Mevada a la exageracion por la Convencidn y el Imperio francés. He aqui el origen doctrinal de nuestro federalismo argentino, por cuya razon seria conveniente no buscar luz a nuestro texto en el ejemplo exclu- sivo de los Estados Unidos, sino también en el de otros paises regidos por ese sistema. Nos consta que la moderna Constitucién argentina debe gran parte de su doctrina politica a los trabajos luminosos de Rossi sobre la organizacién helvética y a los trabajos de revisién emprendidos en Alemania y Suiza después de la Revolucion francesa de 1848. Quien esté al corriente de ellos no podra desconocerlo a la primera inspeccién del texto argentino.’ el informe de despacho de la Comision de Negocios Constitucionales. Alli se hace referencia a la opinion de las provincias consultadas respecto de la forma de gobierno a incorporar en el Proyecto Constitucional. El resultado fue que las Juntas Representativas de las provincias de Cérdoba, Santiago del Estero, Mendoza y San Juan se inclinaron por la forma de go- bierno «representativa republicana y federal». Por su parte, Salta, Tucuman y La Rioja se inclinaron por la forma srepresentativa republicana y de unidad», En cambio, San Luis, Catamarea y Corrientes dejaron a consideracién del Congreso la férmula més apropiada, y el resto de las provincias no se pronuncié. El art. 7 de la Constitucién de 1826 establecié la siguiente formula: «La Nacién Argentina adopta para su gobierno la forma representativa republicana, consolidada en unidad de régimen» (N. del C.)]. 7 Si bien la polémica sobre el grado de influencia de Pellegrino Rossi -en particular de su Acta Federal para la Confederacién Helvética y la Constitucién suiza de 1848- sobre el texto constitucional argentino no esta en modo alguno saldada, a partir del cotejo de los documentos puede advertirse la incidencia de Rossi en las Bases de Alberdi y, a partir de alli, muy indirectamente, en la Constitucién de 1853. Podria explicarse dicha influencia en 277 JUAN BAUTISTA ALBERDI ¢Existian trabajos preparatorios de publicistas para servir a la Consti- tucion argentina de 1853? En honor del Pais y en obsequio de la jurispru- dencia, es menester reconocer que si han existido. La Repiiblica Argentina no ha copiado literalmente, como Méjico, su Constitucién a Estados Unidos. Se ha dado un derecho propio asimi- lando a él una parte del derecho Norteamericano. De las discusiones del Congreso consta el papel que han hecho los trabajos auxiliares de los publicistas argentinos en la elaboracién del texto. Mas que por honor del pais es preciso no oscurecerlos, a fin de que la Constitucion tenga abun- dantes comentarios de su mente propia y genuina. Vulgarizados por repetidas ediciones en toda forma, conocidos en toda la América, mencionados en Europa y recomendados en alto por el mismo sefior Sarmiento, ¢a qué fin ponerlos ahora a un lado para expli- car sin ellos la Constitucién, que en parte es hija de ellos? Pues bien, el sefior Sarmiento desconoce o Prescinde de esas fuentes en su sistema de comento. Ni la historia colonial, ni los trabajos constitucio- nales del nuevo régimen, ni los escritos Preparatorios de los publicistas, ni las discusiones y motivos del legislador argentino encuentran cabida en su sistema de jurisprudencia constitucional, que se reduce a la autoridad estricta, seca y pura de los Estados Unidos de Norteamérica. Basando asi la jurisprudencia politica argentina en un principio in- completo y bastardo, la priva de sus luces naturales, precipita la politica en un falso camino preparando aplicaciones inadmisibles y oscureciendo el texto en vez de alumbrarlo; todo por no reconocer los antecedentes nacionales y argentinos de la Constitucién de 1853. virtud de que el proyecto de Rossi abrevé en los antecedentes constitucionales de los Esta- dos Unidos, al igual que la Constitucién de 1853. De la influencia alemana en los debates constitucionales previos a 1853 no existen indicios concluyentes; aun asi, Levaggi advierte una afinidad en la distincién entre federacién y confederacién que hace Sarmiento, y las categorias de Staatenbund y Bundesstaat. Véase Abelardo Levaggi, Federacién y Confede- racion en la génesis del Estado argentino, Buenos Aires, Facultad de Derecho (UBA), 2007, p. 158 [N. del C.]. 278 Capitulo IV Sistema de Story en su comentario. El sefior Sarmiento no lo sigue. Comenta las instituciones argentinas por la historia legal de Norteamérica. Confunde Constituciones diferentes porque se parccen los preambulos Muy distante ha estado el sefior Sarmiento de imitar en esta parte a su sabio modelo, cl comentador de Estados Unidos. Story divide su comentario en tres grandes estudios que se auxilian y completan mutuamente. Destina el primer libro a la historia constitucio- nal y de la jurisprudencia de las colonias, anterior a la revolucién; de ahi pasa, el segundo, a la historia de cada Estado durante la revolucién, del origen, progreso y caida de la confederacién primera; y por fin consagra el ultimo libro a la historia, origen y exposicién de la Constitucién actual, tomando para ello sus datos, como él dice, en las fuentes auténticas, es decir, en los trabajos y discusiones del legislador nacional, no extranjero. Ese plan es sabio porque es completo. Abraza la cadena entera de la vida politica del pais y explica el presente por el pasado. Tocqueville sigue poco mas o menos el mismo plan en su estudio y exposicién de la demo- cracia de Norteamérica. Pero el sefior Sarmiento pone a un lado la vida anterior de la Rept- blica Argentina; se apodera del texto desnudo y seco de su Constitucién reciente; lo sacude, digimoslo asi, de sus antecedentes argentinos, y em- prende su comentario sin mas auxilio que el comentario de la Constitu- cién de Estados Unidos, pudiendo definirse su obra: «La Constitucién argentina comentada por el sefior Sarmiento con los comentarios de la Constitucién de Norteamérica por José Story». El autor no disimula su sistema. Lo establece clara y decididamente en estos términos sustanciales: ¢la Constitucién federal argentina es repeti- cién textual de la Constitucién federal de Norteamérica? Luego el co- mentario, la glosa, la jurisprudencia de la Constitucién de Estados Uni- dos son el comentario, la jurisprudencia, la glosa de la Constitucién federal argentina. Luego Story, que es el comentador cabal de la Consti- tucion norteamericana, es al mismo tiempo el comentador mas propio de Ja Constitucién argentina. 279 JUAN BAUTISTA ALBERDI ¢En qué se funda el sefior Sarmiento para establecer que la Constitu- cién argentina es repeticién literal de la Constitucién de Norteamérica? En que el preambulo de la una es casi una copia del preambulo de la otra en la enumeracién de los fines y objetos de la Constitucion. —zLos predmbulos son idénticos? dice él-. Luego son idénticos los textos, por- que toda la Constitucién se encierra en el preambulo, supuesto que él abraza los fines primordiales del Gobierno federal. El error fundamental de este sistema se descubre al primer examen. El preambulo abraza los fines, el texto contiene los medios, es decir, las autoridades organizadas para obtener la realizacién de los fines. ¢Cuales son los fines de la Constitucién de Estados Unidos? Veamos su predmbulo: «Formar una union perfecta, establecer justicia, asegurar la tranquilidad interior, proveer a la defensa comin, promover el bienestar general, ase- gurar los derechos y prerrogativas de la libertad para hoy y para ma- fiana». Pero notad que éstos no son fines peculiares del Gobierno de Nortea- mérica. Son los fines esenciales y Gnicos de todo gobierno racional posi- ble, sea cual fuere su forma y el pais de su aplicacién. éTenéis noticia de que exista gobierno alguno racional que no tenga por objetos la unin, la justicia, la paz, el orden, la defensa, el bien gene- ral y la libertad? ;Creéis que el Gobierno inglés, que el Gobierno suizo, que el mismo Gobierno imperial francés tengan otros fines que ésos? — No, ciertamente. Pero si es verdad que todas las Constituciones tienen un fin idéntico y comin, también lo es que todas difieren y deben diferir esencialmente en la composici6n de sus autoridades, que son los medios de obtener la rea- lizacién del fin. Estos medios, es decir, el Gobierno propiamente dicho, las autorida- des, dependen en su organizacién y mecanismo de las condiciones y ante- cedentes peculiares de cada pais; pues cada pais es peculiar en algin modo y diferente de los demas. Se sigue, pues, que no porque sean idénticos los fines de la Constitu- cién argentina a los de la Constitucién de Norteamérica son idénticos los dos Gobiernos en la organizacidn de sus poderes. No porque se parezcan los predmbulos se parecen los textos. Y si los textos son diferentes, si los poderes varian en su organizacién, en sus medios de obrar, en la extensién de sus facultades, el comentario 280 ESTUDIOS SOBRE LA CONSTITUCION IV de Norteamérica os podra servir para comentar el preambulo de su Cons- titucién argentina, como os servird para comentar los fines del Gobierno inglés, del Gobierno chileno y de todo gobierno racional posible; pero de ningtin auxilio sera por eso para explicar la Constitucién argentina en la parte que organiza los poderes que son el medio de obtener tales fines, es decir, casi en su totalidad. Dar a una Constitucién un comentario que no le pertenece es oscure- cerla en vez de glosarla. 281 Capitulo V Diferencias entre la Constitucién argentina y la de Estados Unidos. Analogia con la de Chile. Peculiaridad del Poder Eje- cutivo. Consecuencias en el sistema de comento Todo es diferente en las dos Constituciones, argentina y norteamericana, respecto de la organizacién del gobierno, por mas que la forma federal, que les es comin, las asemeje al ojo del observador inatento y superficial. Plan, division general de los objetos, sistema de poderes, distribucion y extension de sus facultades, todo es diferente y debja serlo necesaria- mente. Si los argentinos no se hubiesen separado en muchas cosas del sistema de Norteamérica para acomodarse a sus antecedentes y a su ma- nera peculiar de ser, toda su organizacién habria sido un pobre plagio de una forma extranjera, que en Estados Unidos tiene sus razones conocidas y propias de ser como es. Habrian incurrido en el error de Méjico, que copi6 a la letra el federalismo de Norteamérica para regir provincias que habian formado por tres siglos un virreinato unitario por reglas que go- bernaban la unién artificial y reciente en un solo cuerpo compuesto de Estados que por tres siglos habian sido independientes entre si. El error de Méjico ha sido juzgado y condenado por todos los publicistas y repu- tado la causa principal que ha mantenido a ese pais sin gobierno por es- pacio de treinta afios. Méjico desconocié lo que llama Tocqueville e! punto de partida. Los Estados Unidos habian sido siempre Estados desunidos o independientes. Venian de la diversidad a la unidad. Méjico, como el Virreinato de la Plata, al contrario, venia de la unidad a la diversidad; habia sido un Es- tado solo y tnico, dividido interiormente en provincias slo para fines econémicos y administrativos, de ningtin modo politicos. Las provincias espajiolas del reino de Méjico no habian sido cuerpos politicos, sino divi- siones administrativas de un mismo y tnico Estado. Lo propio sucedia en el Rio de la Plata. Pero el Congreso de Santa Fe ha tenido el acierto de reconocerlo y de tomar ese hecho, que forma el més grande antecedente de nuestra antigua vida espafiola, como el punto de partida para la organizacién de su gobierno. 282 ESTUDIOS SOBRE LA CONSTITUCION V Ha resultado de ahi que el Poder Ejecutivo argentino, que forma la faccién prominente de la Constitucion de 1853 y determina toda su fiso- nomia, es completamente diferente del Ejecutivo de los Estados Unidos de Norteamérica. No hay mas que colocar uno enfrente de otro y contar sus atribuciones para ver que se asemejan tanto como un huevo a una castafia. Y asi debja ser. Era nuestro Ejecutivo en cierto modo, y en espe- cial respecto de los medios de accién, una especie de reconstruccién del gobierno central que habia existido por dos siglos. Mil veces mas se ase- meja al de Chile que al de Estados Unidos, a pesar de la diversidad de nombres; y debia preferirse la imitacién de lo que era mas andlogo y adaptable a nuestra condicion de ex colonia espaiiola y de habitantes de la América del Sur.* Fuerte, como el de Chile, republicano en la forma y casi monarquico en el fondo, central como en dos siglos, hasta donde lo permitia el individua- lismo provincial creado de hecho por la revolucién, el Ejecutivo es la parte prominente y principal del nuevo Gobierno argentino, segun su Constitu- cién. Por mucho tiempo en la América del Sur, lanzada en el mundo nuevo de la republica desde 1810, el gobierno ha de estar representado y simbo- lizado casi totalmente por el Poder Ejecutivo. Es el punto de arranque en todas las creaciones politicas, por ser el llamado a fundar la autoridad, base de todo orden politico que rara vez deja de tener un origen de hecho. Chile lo comprendié asi desde 1830 y a eso debe su salvacién. El Poder Ejecutivo argentino posee las siguientes facultades, que no tiene cl Ejecutivo de Norteamérica. El presidente es jefe supremo de la Confederacién y tiene a su cargo la administracion general del pais. Participa de la formacién de las leyes. Concede jubilaciones, retiros, licencias, montepios. Ejerce los derechos del patronato nacional. * Alberdi intenta distanciarse de los antecedentes norteamericanos, sefialando la necesidad de un Poder Ejecutivo fuerte y centralista como el de la Constitucién chilena de 1833, que se encuentra asimismo en la Constitucién de 1853. El jurista pretende transpolar al texto constitucional argentino una influencia que solo Ilegé hasta sus Bases, mas no impacté de- cisivamente en los constituyentes reunidos en Santa Fe. Con algunas variaciones, el disefio institucional del Poder Ejecutivo contenido en la Constitucién de 1853 sigue el modelo norteamericano y en nada se parece al chileno. La disputa por el antecedente y la interpre- tacién apropiada del apartado es de gran importancia politica y marcaré una de las mas persistentes diferencias entre Alberdi y Sarmiento, pues el segundo siempre opondra el ejemplo federalista norteamericano a la idea centralista y de Ejecutivo fuerte defendida por Alberdi [N. del C.]. 283 JUAN BAUTISTA ALBERDI Concede el pase o retiene los decretos de los concilios y del papa. Concluye y firma tratados de paz, de comercio, de navegacién, de alian- za, de limites y de neutralidad con las potencias extranjeras, por si solo. Provee los empleos y grados militares de la Confederacién. Declara la guerra y concede patentes de corso. Declara en estado de sitio uno o varios puntos de la Republica, por peligro exterior o interior. Puede arrestar y trasladar las personas de los perturbadores en casos de sedici6n (articulo 83). Es el jefe de los gobernadores provinciales (articulo 107). Ninguno de esos poderes tiene el Ejecutivo de los Estados Unidos de Norteamérica. Por fin, la Constitucién argentina entrega el Poder Ejecutivo a dos presidentes, uno principal y otro suplente, en lo cual es copia de la Cons- titucion chilena de 1828, lejos de ser imitacién de la de Estados Unidos, que no reconoce vicepresidente.? El presidente de los Estados Unidos puede ser reelegido. En la Confe- deracién Argentina no pueden ser reelegidos ni el presidente ni el vicepre- sidente. Por esta disposicién, ni el presidente puede ser elegido vicepresidente ni el vicepresidente puede ser elegido presidente; pues si se admitiese otra interpretacién, no solo vendrian a ser reelegibles alternativamente, sino perpetuables, con solo cambiar de papel cada seis afios. El Poder Legislativo argentino, por su parte, tiene las siguientes facul- tades, que no tiene el Congreso de Norteamérica. Puede dictar los Cédigos Civil y Comercial para todos los pueblos de la Confederacién. Tiene la facultad de fijar los limites al territorio de cada provincia y crear otras nuevas. Puede declarar el estado de sitio y suspender las garantias de la Cons- titucién en caso de conmocién interior, en cualquiera de las provincias. * Esta afirmacién es inexacta, pues la Constitucién de los Estados Unidos de 1787 expresa- mente sefiala en su art. II, sec. 1: «The Executive Power shall be vested in a President of the United States of America. He shall hold his Office during the Term of four Years, and, to- gether with the Vice President, chosen for the same Term, be elected, as follows [...] (El Poder Ejecutivo residira en el presidente de los Estados Unidos de América. Este desempe- fara su cargo por un término de cuatro afios y su cleccién se realizara de la siguiente ma- nera, junto con la del vicepresidente, quien desempefiard su cargo durante el mismo tér- mino: [...])» [N. del C.]. 284 ESTUDIOS SOBRE LA CONSTITUCION V Examina previamente toda Constitucién Provincial, y puede repro- barla si es contraria a la Constitucion federal (articulo 64). Se ve, pues, que el Gobierno federal argentino tiene mas facultades, es mas central que el Gobierno federal de Estados Unidos, y asi debia ser, atendiendo a que el nuestro era la reconstruccién de un centralismo que ha existido por siglos, mientras que el de Estados Unidos era una novedad creada artificialmente. En Norteamérica era artificial la unin; entre noso- tros, era artificial la descentralizacion estando a nuestro pasado colonial. En vista de tan profundas diferencias, ¢podria servir el comentario de la Constitucién de Estados Unidos para glosar y explicar la Constitucién argentina en la organizacion de poderes y facultades que no da la Cons- titucion de Norteamérica a las autoridades de la Unidn? Pedid luces a Story sobre la inteligencia y aplicacién de las facultades de los poderes argentinos y Os quedaréis a oscuras porque no las da ni ha debido darlas comentando una Constituci6n diferente. Es, pues, del todo errada la base en que reposa el sistema de comento del Sr. Sarmiento. Mi interés en demostrarlo es evitar que se dé a nuestra jurisprudencia constitucional una direccién que falsifique el sentido ge- nuino y recto de nuestra Constitucién y haga imposible o dificil y tor- tuosa su ejecucién. Si la Federaci6n Argentina no es la de Norteamérica, menos puede ser considerada como la de Suiza 0 como la Confederacién Germdnica.° Buscar comentarios a la Constitucién federal argentina en el ejemplo de las federaciones de Suiza y del Rin es otro medio de embrollar y oscurecer las cuestiones que hace nacer su aplicacién en los negocios del Plata. Buenos Aires no es un Estado que pueda considerarse en la actitud que tiene la Prusia o la Baviera en la Confederacién Germanica. Estos Esta- " Alusion a la Confederacién Alemana (Deutscher Bund) de 1815, que en los hechos fue un acuerdo entre ciudades y Estados libres para regirse mediante un congreso compuesto por representantes diplomaticos permanentes de cada unidad politica. Esta forma institucional es en rigor propia de lo que hoy seria materia de derecho internacional, antes que de una orga- nizacién politica interna. Que Alberdi remita a ella como ejemplo de federacién puede de- berse al nombre que recibié la base normativa de la Confederacion Alemana: el Acta Federal (Deutsche Bundesakte), de julio de 1815. Al respecto sugiere Schmitt que el derecho puiblico aleman no ha saldado la polémica sobre la distincién entre «federacién» y «confederacién» en Ja historia constitucional alemana: «Al tratamiento tedrico que ha recibido hasta el dia de * hoy en Alemania el problema de la federacién le aqueja lo siguiente: se halla dominado por un interés que contrapone una confederacién de Estados (para decirlo concretamente, Con- federacién Germanica de 1815) al Estado federal [Staatenbund] (Reich de 1871) y recurre para esta distincién a las antitesis mis toscas». Véase Carl Schmitt, Verfassungslebre, Berlin, Duncker & Humblor, 1993, p. 366 [N. del C.]. 285

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