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Libro Diagnostic o
Libro Diagnostic o
Enfermedades Digestivas
Editores
Dr. Juan Carlos Weitz V.
Dr. Zoltán Berger F.
Dr. Samuel Sabah T
Dr. Hugo Silva C
1
Registro de propiedad intelectual:
ISBN:
Producción:
2
DIRECTORIOS
3
4
ÍNDICE
Prólogo
Dr. Juan Carlos Weitz Vattuone ............................................... 9
Dolor abdominal
Dr. Carlos Defilippi Caffri ........................................................ 11
Diarrea aguda
Dr. Gonzalo Ossa Abel ............................................................. 16
Diarrea crónica
Dr. Renato Palma Cataldo ....................................................... 22
Hemorragia digestiva alta
Dr. Ling Vargas Tank ................................................................ 29
Hemorragia digestiva baja
Dr. Roque Sáenz Fuenzalida .................................................... 36
Embarazo y aparato digestivo
Drs. Jaime Lubascher Correa y Humberto Reyes Budelovsky.. 45
Inmunocompromiso y aparato digestivo
Dr. Ricardo Estela Petit ........................................................... 55
Reflujo gastroesofágico
Dr. Juan Carlos Glasinovic Radic ........................................... 63
Cáncer de esófago
Dr. Italo Braghetto Miranda .................................................... 72
Infección por Helicobacter pylori
Dr. Antonio Rollán Rodríguez ................................................. 79
Gastritis
Dr. Jorge Valenzuela Escobar .................................................. 91
Úlcera gastroduodenal
Dr. Antonio Morales Barría ..................................................... 96
Cáncer gástrico
Dr. Fernando Fluxá García ..................................................... 103
Enfermedad celíaca
Dra. Sylvia Alegría Quevedo ................................................... 109
5
ÍNDICE
Parasitosis intestinales
Dr. Juan Carlos Weitz Vattuone ............................................... 114
Trastorno digestivo funcional
Dra. Ana María Madrid Silva .................................................. 122
Diarrea asociada a antibióticos
Dr. Sergio Carvajal Cabrera .................................................... 129
Constipación
Dr. Samuel Sabah Telias .......................................................... 134
Isquemia mesentérica
Dr. Alex Navarro Reveco .......................................................... 141
Enfermedad inflamatoria intestinal
Dr. Robinson González Donoso ............................................... 148
Pólipos colónicos
Dr. Eduardo Maiza Rodríguez ................................................. 155
Cáncer de colon y recto
Dr. Christian Jensen Benítez .................................................... 162
Colestasis
Drs. Marco Arrese Jiménez y Patricio Ibáñez Lazo ................. 170
Hepatitis virales
Dr. Humberto Ibarra Vargas .................................................... 178
Hepatitis crónica
Dr. Javier Brahm Barril ............................................................ 183
Hígado graso no alcohólico
Dr. Jaime Poniachik Teller ....................................................... 189
Daño hepático crónico
Dr. Hugo Silva Calcagni .......................................................... 194
Complicaciones del daño hepático crónico
Dra. Rosa M. Pérez Ayuso ........................................................ 199
Hígado y drogas
Dr. Juan Ramón Soto Henríquez .............................................. 217
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ÍNDICE
Tumores hepáticos
Dr. Francisco Fuster Saldías ................................................... 251
7
8
PRÓLOGO
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10
DOLOR ABDOMINAL
DR. CARLOS DEFILIPPI CAFFRI
Localización
La localización del dolor es un elemento importante para el diagnós-
tico. De acuerdo a su origen embriológico, el dolor puede originarse en
los diferentes segmentos del tubo digestivo, de acuerdo al esquema
siguiente:
11
CARLOS DEFILIPPI C.
Esófago distal
Abdomen Superior
Estómago y duodeno hasta la ampolla de Vater
Duodeno distal
Abdomen Medio Intestino delgado
Intestino grueso hasta el ángulo espénico
Abdomen Bajo Colon distal desde el ángulo espénico al recto
Dorsal: pancreatitis
Escapular: Cólico biliar
IRRADIACIÓN Izquierda: cólico
renal, pancreatitis
Lumbar
Derecha: cólico biliar,
colecistitis, cólico renal
Pelviana: cólico renal
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DOLOR ABDOMINAL
Examen físico
Es importante efectuar un examen físico completo y en especial un
cuidadoso examen del abdomen, mediante la palpación, determinando
localización de la sensibilidad y presencia de signos de irritación
peritoneal, resistencia muscular y búsqueda de masas sensibles. La
auscultación abdominal es un elemento importante para el diagnóstico.
Debe completarse este examen con tacto rectal o vaginal, de acuerdo a
las características de cuadro clínico.
Con una hipótesis diagnóstica basada en los antecedentes aporta-
dos por la anamnesis y el examen físico, con frecuencia suele ser nece-
sario recurrir al estudio de imágenes. El examen de elección según la
patología que se sospecha se esquematiza en el siguiente cuadro:
13
CARLOS DEFILIPPI C.
14
DOLOR ABDOMINAL
Referencias
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DIARREA AGUDA
DR. GONZALO OSSA ABEL
Epidemiología
Fisiopatología y patogenia
16
DIARRREA AGUDA
Intoxicación alimentaria
17
GONZALO OSSA A.
18
DIARRREA AGUDA
19
GONZALO OSSA A.
20
DIARRREA AGUDA
Referencias
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DIARREA CRÓNICA
DR. RENATO PALMA CATALDO
Definición
22
DIARREA CRÓNICA
Etiología
Historia clínica
23
RENATO PALMA C.
24
DIARREA CRÓNICA
Examen físico
Exámenes de laboratorio
Hematológicos
Los exámenes de rutina tales como hemograma y sedimentación,
perfil bioquímico, electrolitos plasmáticos, no informan sobre proba-
bles etiologías, pero sí miden el impacto que la enfermedad ha tenido en
la economía del sujeto. Sistemáticamente estos exámenes son normales
en los trastornos funcionales.
Los exámenes que tienen una mayor especificidad diagnósticas son:
• PCR elevada que apoya el diagnóstico de enfermedad inflamatoria.
• Anticuerpos antiendomisio y antitransglutaminasa tisular,
indicadores de enfermedad celíaca.
• Anticuerpos pANCA son positivos en más del 80% de los casos de
colitis ulcerosa.
Examen de deposiciones
El examen parasitológico de deposiciones es el test tradicional para
la investigación de quistes, huevos o trofozoítos de parásitos. Se debe
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RENATO PALMA C.
Exámenes endoscópicos
26
DIARREA CRÓNICA
Exámenes radiológicos
27
RENATO PALMA C.
Tratamiento
Referencias
1.- AGA Medical Position Statement. Guidelines for the evaluation and
management of Chronic Diarrhea. Gastroenterology 1999; 116: 1461-4.
2.- Fine K, Schiller L. AGA Technical Review on the evaluation and management
of chronic diarrhea. Gastroenterology 1999; 116: 1464-86.
28
HEMORRAGIA DIGESTIVA ALTA
DR. LING VARGAS TANK
29
LING VARGAS T.
Mallory Weiss (6%). Son menos frecuentes las HDA por tumores y por
lesión de Dieulafoy. En un 8 a 10% no se aclara diagnóstico.
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HEMORRAGIA DIGESTIVA ALTA
31
LING VARGAS T.
Lesión de Dieulafoy
Corresponde a un vaso submucoso aberrante que erosiona el epite-
lio que lo cubre sin que exista una úlcera previa. Su causa no es clara.
Determina un sangramiento masivo, habitualmente intermitente, de tipo
arterial. El diagnóstico endoscópico es difícil, lo que explica las múlti-
ples endoscopías aparentemente normales a las que habitualmente se
les ha sometido. La lesión se ubica con frecuencia a nivel subcardial y
puede parecer un simple mamelón puntiforme. Durante el sangramiento
activo, se puede observar como un chorro de sangre que emerge desde
un punto preciso, bajo el cual no se identifica úlcera. Se tratan mediante
calor local o escleroterapia con una incidencia significativa de recidivas.
La ligadura elástica parece una buena alternativa de tratamiento, al igual
que el “endoclips”, en caso de disponer de éste y presentar sangramiento
como jet arterial. En la recidiva hemorrágica debería tatuarse la lesión
con tina china y realizar cirugía resectiva.
Otras causas menos frecuentes de HDA son la fístula aorto entérica,
(HDA masiva), la ectasia vascular de antro gástrico (“Watermelon
32
HEMORRAGIA DIGESTIVA ALTA
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LING VARGAS T.
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HEMORRAGIA DIGESTIVA ALTA
Referencias
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HEMORRAGIA DIGESTIVA BAJA
DR. ROQUE SÁENZ FUENZALIDA
Definición
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HEMORRAGIA DIGESTIVA BAJA
37
ROQUE SÁENZ F.
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HEMORRAGIA DIGESTIVA BAJA
En estos casos, el primer paso será instalar una vía venosa gruesa,
obtener muestras para clasificación de grupo, Rh y alertar al banco de
sangre. En ocasiones, puede enviarse muestra suficiente a medicina
nuclear, para realizar un estudio con glóbulos rojos (GR) marcados en el
futuro, con objeto de identificar fuente de sangramiento.
Reponer la volemia y prevenir complicaciones como el infarto agu-
do del miocardio, la falla cardíaca congestiva o el accidente vascular
cerebral. El paciente debe ser ingresado a una unidad de cuidados es-
pecializados o estabilizarlo en el servicio de urgencia.
La reposición de volumen debe ser utilizando soluciones hidroelec-
trolíticas, GR o la mínima transfusión necesaria. Al comenzar el estudio
diagnóstico que suele ser simultáneo con la estabilización, podría utili-
zarse Octeotrido® iv (Somatostatina), que disminuye 15% aproximada-
mente el flujo esplácnico, sin repercusión en otros órganos, y disminu-
ye el sangramiento en casos severos, permitiendo la hemostasia o la
disminución del sangramiento. Se sugieren dosis de 50 ug iv c/8 h o en
bolus horarios.
Al instaurar las medidas iniciales, se realiza una detallada historia,
que incluya magnitud y duración del sangramiento, dolor abdominal,
fiebre, cirugía endoscópica previa, tenesmo rectal, antecedentes de en-
fermedad ulcerosa, EII, radiación del abdomen o pelvis, enfermedades
hepáticas, cardiopulmonar o renal, medicamentos consumidos, (incluso
los automedicados), como anticoagulantes, AINEs y antibióticos.
Debe interrogarse dirigidamente sobre molestias que pueden suge-
rir un infarto miocárdico, asociado a la pérdida hemática y de volumen o
clínica de hipoperfusión en extremidades inferiores. Especialmente en
pacientes mayores o con antecedentes de patología cardiovascular. El
examen cardiovascular debe descartar arritmias o valvulopatías, bus-
car masas abdominales, dolor o signos de abdomen agudo, soplos
abdominales, o signos cutáneos de radiación previa. Es de sumo inte-
rés la inspección anal, tacto rectal y anoscopía que muestren patología
orificial.
Se solicitarán hemograma, electrolitos plasmáticos, N. ureico,
creatinina, estudio de coagulación y tipificación de la sangre como
laboratorio mínimo. Electrocardiograma en mayores de 50 años o con
antecedentes cardíacos.
Una vez estabilizado el paciente, el monitoreo debe ser continuo, ya
que pueden presentar nuevos episodios de sangramiento considera-
ble. Evaluar hospitalización en unidad de cuidados especializados.
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ROQUE SÁENZ F.
Diagnóstico
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HEMORRAGIA DIGESTIVA BAJA
Rol de la cirugía
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ROQUE SÁENZ F.
Referencias
1.- Zuccaro G Jr. Approach to the patient with acute lower GI bleeding.
www.asge.org/clinical_info/updates/cu_lower_gi_bleeding.cfm
2.- Waye J. Hablemos de... Hemorragia Digestiva Baja. Gastr Latinoam 1998;
9: 192-6.
3.- Jensen D, Machicado G. Management of severe lower gastrointestinal
bleeding. En Barkin J S, O’Phalan C A, ed. Advanced therapeutic endoscopy.
2a ed. NY: Raven Press; 1994; 201-8.
4.- Suzman M, Talmor M, Jennis R, Binkert B, Barie P. Accurate localization
and surgical management of active lower gastrointestinal hemorrhage with
technetium-labeled erythrocyte scintigraphy. Ann Surg 1996; 224: 29-36.
42
HEMORRAGIA DIGESTIVA BAJA
HDB
↓
↓
CRÓNICA AGUDA
↓
Sangramiento previo detenido
↓
Evaluación de hemodinamia
Anemia en estudio Estabilización
Historia y Ex. físico
GR a Med. Nuclear
↓ Laboratorio + Clasificación Gr. Rh.
↓
COLONOSCOPÍA TOTAL HOSPITALIZAR SEGÚN
GRAVEDAD. UCI? ↓
↓
Tto específico
SNG - ¿Endoscopía alta?
preparación de colon
Endoscópico o quirúrgico octeotrido iv en bolus
Según hallazgos
↓
COLONOSCOPÍA TOTAL
↓ (puede repetirse según resultado)
↓
SI (–) (+) TTO LOCAL
↓ Inyectoterapia
Terapia térmica-APC
ESTUDIO GR MARCADOS Heater probe etc.
↓ ↓ Endoclips.
5.- Zuccaro G Jr. Management of the adult patient with acute lower
gastrointestinal bleeding. Am J Gastroenterol 1998; 93: 1202-8.
6.- Vernava A, Moore B, Longo W, Johnson F. Lower gastrointestinal bleeding.
Dis Colon Rectum 1997; 40: 846-58.
7.- Jensen D, Machicado G. Colonoscopy for diagnosis and treatment of severe
lower gastrointestinal bleeding. Gastrointest Endosc Clin N Am 1997; 7:
477-98.
43
ROQUE SÁENZ F.
44
EMBARAZO Y APARATO DIGESTIVO
DR. JAIME LUBASCHER CORREA
DR. HUMBERTO REYES BUDELOVSKY
45
JAIME LUBASCHER C. y HUMBERTO REYES B.
46
EMBARAZO Y APARATO DIGESTIVO
Úlcera péptica
En general, la enfermedad ulcerosa péptica es infrecuente en el cur-
so del embarazo. Ciertamente el reflujo gastroesofágico y la hiperemesis
gravídica son mucho más frecuentes. Pero algunos síntomas son simi-
lares en las tres patologías, como la dispepsia, lo que puede dificultar la
decisión de si juega o no un rol la enfermedad ulcerosa en la sintoma-
tología de la paciente y si debe o no someterse a exámenes diagnósti-
cos endoscópicos.
Si bien no existe contraindicación para realizar endoscopías en las
embarazadas, éstas deben reservarse para casos seleccionados donde
haya un alto índice de sospecha de una enfermedad ulcerosa o sus
complicaciones.
Como ya se explicó anteriormente, no existen contraindicaciones
para utilizar bloqueadores H2 de la histamina o inhibidores de la bomba
de protones para tratar en forma adecuada una úlcera péptica. Todo ello
asociado a terapia erradicadora de H. pylori, si corresponde.
Helicobacter pylori
El embarazo se asocia a una serie de cambios en la inmunidad humo-
ral y celular, los que exponen a la embarazada a contraer algunas infec-
ciones por microorganismos. En este contexto se ha comunicado una
mayor susceptibilidad a la infección por H. pylori durante el embarazo.
Además, existen múltiples reportes de pacientes con hiperemesis
gravídica severa que presentaron respuestas terapéuticas dramáticas
47
JAIME LUBASCHER C. y HUMBERTO REYES B.
Constipación y diarrea
La constipación está presente entre el 11 y 40% de las embarazadas.
Su patogenia parece deberse a 2 factores principales: los niveles eleva-
dos de progesterona, que producen una disminución de la actividad de
la musculatura lisa colónica, sumados a la compresión extrínseca del
útero grávido sobre el colon sigmoideo. Otros factores asociados pue-
den ser la ingesta de suplementos de fierro e hidróxido de aluminio,
entre otros. El manejo de este cuadro requiere esencialmente del au-
mento de la fibra dietaria, de la ingesta de líquidos y agentes externos
como el psyllium. Están contraindicados los laxantes que contengan
antroquinonas, cáscara sagrada, aceite de castor y fenolftaleína. La
constipación pertinaz puede complicarse con patología hemorroidal,
impactación fecal y el dolor abdominal y pelviano.
La evaluación y el tratamiento de un cuadro diarreico no difieren del
manejo de mujeres no embarazadas.
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EMBARAZO Y APARATO DIGESTIVO
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JAIME LUBASCHER C. y HUMBERTO REYES B.
50
EMBARAZO Y APARATO DIGESTIVO
51
JAIME LUBASCHER C. y HUMBERTO REYES B.
52
EMBARAZO Y APARATO DIGESTIVO
Síndrome de HELLP
Generalmente, es un cuadro sobreimpuesto a una pre-eclampsia, o a
un HGAO, con hemólisis, elevación de aminotransferasas séricas y
53
JAIME LUBASCHER C. y HUMBERTO REYES B.
Referencias
54
INMUNOCOMPROMISO Y
APARATO DIGESTIVO
DR. RICARDO ESTELA PETIT
Definición
Epidemiología
En el mundo, el SIDA constituye una epidemia que ha ido sobrepa-
sando los límites proyectados hace algunos años atrás, no existe país
que no posea esta enfermedad, así como su difusión no ha tenido dis-
tinción de sexo, razas etc. Lamentablemente, en un gran número de
países constituye la primera causa de muerte dentro de hombres jóve-
nes y por ende presenta altos índices de morbilidad. En Chile, la preva-
lencia acumulativa del SIDA alcanza al 19,2 por 100.000 individuos, y se
han reportado en general, salvo algunas excepciones, las mismas com-
plicaciones que en el resto de los países.
Clínica
Los síntomas digestivos más frecuentes, asociados al inmunocom-
promiso, y en forma esquemática son: odinofagia-disfagia, diarrea cró-
nica asociada a baja de peso y desnutrición; y enfermedad anorectal.
55
RICARDO ESTELA P.
Odinofagia y disfagia
Estas molestias la padecen, al menos, un tercio de los pacientes con
SIDA en el transcurso de su enfermedad y su incidencia aumenta con la
progresión de la inmunodeficiencia.
Si bien ni la historia ni el examen físico son suficientes para identifi-
car la causa específica de sus molestias, algunas características pueden
ser de utilidad. La presencia de exudado en la cavidad bucal puede ser
predictiva de esofagitis por Candida. Es la causa más común de disfa-
gia en estos pacientes y es detectada por endoscopía en sobre el 64%
de pacientes sintomáticos.
Si la odinofagia es el síntoma prominente, con o sin disfagia y en
ausencia de exudado oral, lo más probable se trate de una esofagitis
ulcerativa, cuya etiología puede corresponder a Herpes simplex,
Citomegalovirus o más inusual por VIH.
El diagnóstico de estas afecciones se basa en el estudio endoscópico
y biópsico. Sin embargo, especialmente en pacientes con exudado oral,
56
INMUNOCOMPROMISO Y APARATO DIGESTIVO
Diarrea
Aunque raramente diagnóstica, una historia cuidadosa puede ayu-
dar a precisar la porción del tracto gastrointestinal más intensamente
comprometido. Factor crítico en la investigación clínica de los pacien-
tes con SIDA es el recuento de CD4, historia de uso reciente de
antibióticos y establecer si la diarrea es aguda o crónica.
Algunas claves que pueden ser de utilidad:
• Cólicos de la región alta o media del abdomen, con bazuqueo y
náuseas sugieren compromiso gástrico, de intestino delgado o am-
bos, lo que podría ser más común en Mycobacterium avium,
Cryptosporidium o infección por Isospora belli.
• Diarrea acuosa intensa con tendencia a la deshidratación, alteracio-
nes electrolíticas y pérdida de peso, sugieren cryptosporidiosis.
• Hematoquezia y cólicos de abdomen inferior, generalmente implican
infección colónica causada por patógenos tales como Citomega-
lovirus, Clostridium difficile, Shigella o Campylobacter. El tenesmo
es propio de la colitis bacteriana.
• Pérdida de peso acompañando diarrea crónica es sugerente de in-
fecciones oportunistas.
En el examen físico, la presencia de fiebre, adenopatías periféricas,
hepatoesplenomegalia y sensibilidad abdominal acompañando a la dia-
rrea, deben hacer sospechar la presencia de SIDA. Debe evaluarse cui-
dadosamente el estado nutricional y el grado de deshidratación.
En el diagnóstico, los exámenes básicos para iniciar el estudio son
leucocitos fecales, coprocultivo, parasitológico seriado de deposicio-
nes complementado con Ziehl Neelsen. En el supuesto de que todos
esos exámenes son normales, el segundo paso son cultivos especiales
de deposiciones (Yersinia, Campylobacter) y búsqueda de toxina de
C. difficile (estos pacientes frecuentemente consumen antibióticos).
57
RICARDO ESTELA P.
Síntomas anorectales
Las enfermedades anorectales son frecuentes en el grupo de pa-
cientes con SIDA tanto homosexuales como bisexuales. Son hallazgos
comunes en esta población los abscesos perirectales, fístulas anales,
ulceraciones inespecíficas y proctitis infecciosa. En etapas tardías del
SIDA la causa más común de ulceraciones es Herpes simplex, sin em-
bargo, también se presentan linfomas y ulceraciones por Citome-
galovirus, tuberculosis o histoplasmosis.
Los síntomas como pérdida de peso, fiebre, fatigabilidad y sudora-
ción nocturna, aumentan la posibilidad de una neoplasia o una infec-
ción oportunista anorectal.
En pacientes con SIDA, el examen físico debería incluir una cuida-
dosa inspección de la piel y mucosas así como palpación de ganglios
linfáticos. La inspección del ano para observar fisuras y masas debe
preceder el tacto rectal. La presencia de intenso dolor en el tacto rectal
sugiere fuertemente ulceraciones o neoplasia. Igualmente, la palpación
del canal anal puede evidenciar fisuras o masa que no fueron diagnos-
ticadas a la inspección.
Todos los pacientes con síntomas anorectales deberían someterse
a una anoscopía y rectosigmoidoscopía, rígida o flexible con biopsia de la
mucosa. Los pacientes con tenesmo, descarga rectal, dolor anorectal
con o sin historia de relación homosexual, deben estudiarse con
anoscopía, búsqueda de polimorfonucleares y tinción de gram en el pus
58
INMUNOCOMPROMISO Y APARATO DIGESTIVO
Afecciones neoplásicas
CÁNCER ANAL
SARCOMA DE KAPOSI
59
RICARDO ESTELA P.
20.000 veces más común que en la población general y 300 veces más
frecuente que en otros inmunosuprimidos.
El sarcoma de Kaposi asociado a SIDA, tiene un curso clínico varia-
ble desde una enfermedad mínima presentándose como un hallazgo
incidental, a un crecimiento explosivo originando morbilidad y mortali-
dad significativa. El compromiso de la piel es característico, pero las
manifestaciones extracutáneas son frecuentes, siendo las más impor-
tantes las de la cavidad bucal, tubo digestivo y tracto respiratorio.
El compromiso de la cavidad oral se presenta en aproximadamente
un tercio de los pacientes, siendo el sitio inicial de la enfermedad en un
15% de los casos. La ubicación preferente es el paladar, seguido de las
encías. Estas lesiones pueden ser fácilmente traumatizadas durante la
deglución normal, ocasionando dolor, sangrado, ulceración e infección
secundaria. Esto puede interferir con la nutrición y el lenguaje.
El tracto gastrointestinal está comprometido, desde el diagnóstico
inicial, en el 40% de los pacientes con Kaposi, y sobre el 80% en las
autopsias, a veces en ausencia de enfermedad cutánea. Las lesiones
gastrointestinales pueden ser sintomáticas o causar uno o más de los
siguientes síntomas: pérdida de peso, dolor abdominal, náuseas y vó-
mitos, hemorragia digestiva alta o baja, malaabsorción, obstrucción in-
testinal o diarrea.
El examen de hemorragias ocultas es un excelente método para in-
vestigar el compromiso gastrointestinal, y de ser positivo, efectuar es-
tudio al igual que en pacientes con síntomas gastrointestinales. Las
lesiones de Kaposi, en general, son fácilmente reconocibles por el
endoscopista, por tratarse de nódulos hemorrágicos, ya sea aislados o
confluentes ubicados en cualquier porción del tubo digestivo.
Las biopsias pueden no demostrar el Kaposi, ya que las lesiones
tienden a ser submucosas. Lesiones de alto grado están más asociadas
con invasión y diseminación. La presencia o ausencia de síntomas es a
menudo el principal determinante de decisiones terapéuticas tanto en
las lesiones orales como en todo el aparato digestivo.
Tratamiento
Patología esofágica
Ya hemos mencionado a los azoles como terapia de la candidiasis
esofágica, siendo el más efectivo el fluconazol.
La infección esofágica por Herpes simplex en inmunocomprometidos
60
INMUNOCOMPROMISO Y APARATO DIGESTIVO
debe tratarse con aciclovir 400 mg por boca (si ello es posible), 5 veces
al día entre dos y tres semanas. En caso de terapia intravenosa debe
dosificarse a razón de 5 mg/kg cada 8 horas por 7 a 14 días. En cepas
resistentes se puede utilizar vía oral valaciclovir o famciclovir. Para tera-
pia intravenosa se recomienda foscarnet.
El compromiso esofágico por Citomegalovirus requiere de tratamien-
to con Ganciclovir 5 mg/kg cada 12 horas por dos a tres semanas o
foscarnet 90 mg/kg por dos semanas. Ante falla en la respuesta a algu-
no de los fármacos, deberían recibir terapia combinada. El fracaso de la
terapia combinada puede resolverse con el uso de cidofovir asociado a
probenecid.
Estos fármacos requieren de manejo cuidadoso por una serie de
efectos colaterales renales.
Diarrea
Se recomienda ciprofloxacino para salmonellosis, shigellosis,
campylobacteriosis y yersiniosis; y metronidazol en caso de infección
por C. difficile, de acuerdo a esquema en capítulo Diarrea por Antibióticos.
El tratamiento de los agentes parasitarios se detalla en el capítulo
correspondiente.
SARCOMA DE KAPOSI
Referencias
1.- Revision of the CDC surveillance case definition for acquired immuno-
deficiency syndrome. Council of State and Territorial Epidemiologists; AIDS
Program, Center for Infectious Diseases. MMWR 1987; 36: Suppl 1S.
61
RICARDO ESTELA P.
62
REFLUJO GASTROESOFÁGICO
DR. JUAN CARLOS GLASINOVIC RADIC
Definición
Epidemiología
Etiopatogenia
63
JUAN CARLOS GLASINOVIC R.
Clínica
Diagnóstico
Utilidad de la endoscopía
No se efectúa para saber si existe reflujo patológico (diagnóstico
clínico o por pHmetría), sino para determinar si hay esofagitis, lo que no
puede ser deducido del análisis clínico.
64
REFLUJO GASTROESOFÁGICO
65
JUAN CARLOS GLASINOVIC R.
Técnica Utilidad
• Esofagograma con bario: Disfagia, evaluación preoperatoria.
• pH/24 hrs ambulatorio: Correlación con síntomas en ausencia
de esofagitis, eficacia de tratamiento,
síntomas atípicos.
• Manometría: Evaluación preoperatoria, estudio de
otras causas (mesenquimopatías).
• Bilitec: Evaluación preoperatoria.
Tratamiento
66
REFLUJO GASTROESOFÁGICO
Medidas dietéticas
Dirigidas a evitar la distensión gástrica:
• Evitar comidas copiosas.
• Evitar líquidos, especialmente gaseosas.
• Evitar grasas (retardo del vaciamiento gástrico).
Dirigidas a evitar la irritación de la mucosa esofágica:
• No ingerir alcohol.
• No ingerir condimentos (ají, pimienta, etc) ni cítricos.
Dirigidas a evitar la estimulación hormonal o mecánica sobre el EEI:
• Acción de grasas en duodeno
• Menta, café, chocolate, dulces, cafeína, fármacos (ej: teofilinas,
bloqueadores canales de calcio).
• Abstenerse de fumar.
Se recomienda además:
• No acostarse inmediatamente después de comer.
• Levantar la cabecera de la cama.
• No hacer gimnasia o deportes después de las comidas.
67
JUAN CARLOS GLASINOVIC R.
Terapias endoscópicas
Actualmente se están desarrollando diversas técnicas para la terapia
del RGE, pero aún faltan trabajos randomizados con gran número de
pacientes enrolados. Dentro de las técnicas destacamos la Gastroplicatura
endoscópica, (similar al Nissen, pero a través de “sutura” y “clipaje”
endoscópico); la transmisión de radiofrecuencia a la UGE (ablación de
haces nerviosos vagales y estimulación de fibrosis con engrosamiento
muscular) y el implante de biopolímeros en la zona del EEI para aumen-
tar el área del EEI y así obtener una mejor competencia.
El tratamiento debe ser efectivo, programado a largo plazo y ajusta-
do a las necesidades y posibilidades del paciente.
ESÓFAGO DE BARRETT
Definición
Corresponde a la metaplasia de epitelio cilíndrico en el esófago distal
como complicación del RGE.
Patogenia
Restitución de las células escamosas dañadas por el reflujo crónico
por células cilíndricas de tres tipos: del fundus, de la unión y de tipo
intestinal (fundamental) con células caliciformes secretoras de mucus.
Sólo la metaplasia de este último tipo puede progresar de displasia
a carcinoma.
Epidemiología
Generalmente, se descubre en hombres caucásicos de edad madu-
ra, pero puede encontrarse en ambos sexos a cualquiera edad.
Estudios internacionales lo describen en 10-15% de pacientes so-
metidos a endoscopía por síntomas de RGE.
El índice de desarrollo de adenocarcinoma es ~1 cáncer/125 años-
paciente de seguimiento (0,8% de incidencia anual en paciente adulto
con Barrett).
Clínica
Se suele descubrir a raíz del estudio endoscópico de la RGE. Sin
embargo, en un número importante de casos, no existen síntomas y no
se detecta, salvo endoscopía por otra indicación.
68
REFLUJO GASTROESOFÁGICO
Tratamiento
No existen evidencias de regresión por el tratamiento médico del
RGE ni la cirugía antirreflujo. Se encuentra en estudio la efectividad de
la ablación de la mucosa anormal mediante diversos medios (láser, argón
plasma coagulación, terapia fotodinámica).
Los pacientes con Barrett deben ser sometidos a vigilancia endos-
cópica para displasia y cáncer en forma periódica. Desgraciadamente, la
efectividad de esta vigilancia es dudosa. Se busca marcadores más
confiables de displasia severa.
Cuando existe displasia severa o focos de adenocarcinoma, debe
resecarse todo el esófago recubierto de epitelio metaplásico.
HERNIA HIATAL
Definición
La mayoría de las hernias hiatales (HH), lo son por el deslizamiento
a través del hiato diafragmático hacia el tórax, del EEI y una porción del
estómago. Pueden ser reducibles o no reducibles.
Etiología
Pueden colaborar la falta de elasticidad de las estructuras muscula-
res y ligamentosas del hiato (constitucionales o por la edad), la excesi-
va contracción longitudinal del esófago y el acortamiento del esófago
por esofagitis.
Prevalencia
Más común en mujeres y en personas de edad avanzada.
Consecuencias
Una UGE situada normalmente forma parte importante de la barrera
antirreflujo. La hernia puede atrapar en el esófago distal el contenido
refluido.
69
JUAN CARLOS GLASINOVIC R.
Clínica
En la mayoría de los casos es asintomática, de existir síntomas, están
en el espectro del RGE y del dolor torácico. Hay correlación entre la exis-
tencia y tamaño de la HH con la intensidad de los síntomas por reflujo.
Puede causar sangramiento crónico oculto o hemorragia digestiva
alta. El sangramiento oculto se manifiesta por anemia ferropénica y su
origen puede estar en el esófago (esofagitis) o en el estómago (erosio-
nes lineales o úlceras). El sangrado agudo se debe en la mayoría de los
casos a una lesión tipo Mallory-Weiss.
Diagnóstico
Puede efectuarse por métodos radiológicos, endoscópicos y mano-
métricos. Cada uno de ellos tiene limitaciones.
• Radiológico: Identificación de la UGE > 2 cm por encima del hiato.
• Endoscópico: 1) Identificación de la UGE > 2 cm por encima del
hiato, lo cual puede ser difícil cuando hay Barrett y 2) Visión en
retroflexión.
• Manométrico: Dos zonas de alta presión: EEI y diafragma (poco
sensible).
Tratamiento
La mayoría son asintomáticas y no necesitan tratamiento, si existen
manifestaciones de RGE, en la mayoría de los casos la presencia de HH
no cambia la conducta terapéutica.
La reparación de la HH forma parte del tratamiento quirúrgico del
RGE.
La indicación de cirugía por la HH misma, se reserva a contados
casos: síntomas refractarios, estenosis, úlceras, hemorragia recurrente
y complicaciones pulmonares.
Referencias
1.- Thomson A. When acid suppression is not enough: endoscopy and GERD.
Can J Gastroenterol 2002; 16: 324-6.
70
REFLUJO GASTROESOFÁGICO
71
CÁNCER DE ESÓFAGO
DR. ITALO BRAGHETTO MIRANDA
Etiopatogenia
Clínica
72
CÁNCER DE ESÓFAGO
Cáncer avanzado %
Disfagia 90
Pérdida de peso 75
Dolor retrosternal 20
Tos 10
Hemorragia digestiva 70
Disfonía o estridor 10
}
Disconfort retrosternal
Dolor restrosternal
Sensación de quemadura 2
Sensación de fricción
Retención alimentaria
Diagnóstico
73
ITALO BRAGHETTO M.
74
CÁNCER DE ESÓFAGO
Tratamiento
Cirugía
Resección. Debe incluir un adecuado límite proximal y distal más
remosión ganglios regionales. En los tumores del esófago inferior se
75
ITALO BRAGHETTO M.
Radioterapia
La radioterapia puede lograr paliación con respuesta objetiva en
aproximadamente el 50% de los casos; curación ha sido comunicada en
pocos pacientes.
Radioterapia y cirugía. Algunos han pensado que la radioterapia
preoperatoria podría mejorar los resultados.
Radioterapia, quimioterapia y cirugía. Algunos protocolos han
sido diseñados con la combinación de radioterapia, y luego con el uso
de quimioterapia.
76
CÁNCER DE ESÓFAGO
Tratamientos paliativos
Bypass quirúrgico. Muchos autores sugieren efectuar un bypass
con estómago o colon en casos de cáncer irresecable, pero la mortali-
dad publicada es alta y la sobrevida no justifica este procedimiento.
Prótesis transtumorales. Si bien no mejoran sobrevida, son un gran
aporte en mejorar la calidad de vida del paciente, al permitir ingerir
alimentos. Tanto las colocadas por vía quirúrgica o endoscópica pue-
den presentar complicaciones como perforación, fisuración, disloca-
ción, oclusión y hemorragia.
Dilatación. La dilatación esofágica periódica es una excelente alter-
nativa de paliación, sobre todo en Chile, donde no hay disponibilidad
de otros métodos que requieren mayor apoyo tecnológico.
Gastrostomía. Actualmente se puede efectuar gastrostomía endos-
cópica y quirúrgica, pero sus indicaciones es cada vez menor.
Se han utilizado otros métodos como radioterapia intraluminal,
fotocoagulación con láser y el uso de bicap.
Nuestros resultados respecto de la sobrevida de esta patología con
tratamiento paliativos se objetiva en la Tabla 2.
Gastrostomía quirúrgica 15 3 - 08
Prótesis transtumoral 35 1 - 12
Dilatación sola 48 2 - 06
Dilatación + Gastrostomía
Endoscópica 14 4 - 16
Alcoholización 3
SNY 14 1 - 02
Sin tratamiento 12 <1
77
ITALO BRAGHETTO M.
Referencias
78
INFECCIÓN POR Helicobacter pylori
DR. ANTONIO ROLLÁN RODRÍGUEZ
Introducción
Epidemiología
79
ANTONIO ROLLÁN R.
Patogenia
80
INFECCIÓN POR Helicobacter pylori
81
ANTONIO ROLLÁN R.
Presentación clínica
82
INFECCIÓN POR Helicobacter pylori
Antritis
Difusa Pangastritis
(G. atrófica
multifocal)
multifocal)
Gastritis
Ulcera Duodenal Superficial Ulcera Gástrica
Cáncer Gástrico
Asintomáticos
83
ANTONIO ROLLÁN R.
Dispepsia y H. pylori
El término dispepsia alude a un conjunto mal definido de síntomas,
84
INFECCIÓN POR Helicobacter pylori
AINEs y H. pylori
Entre ambos explican la gran mayoría de las úlceras pépticas, proba-
blemente a través de mecanismos diferentes. La alta frecuencia de in-
fección por H. pylori y de uso de AINEs en la población general hace
que la coexistencia de ambos factores sea muy frecuente. En relación
con el riesgo, la relación entre ellos podría ser aditiva, sinérgica, anta-
gónica o indiferente. La información publicada es contradictoria y pare-
ce apoyar cada una de estas posibilidades. Los resultados discordantes
85
ANTONIO ROLLÁN R.
86
INFECCIÓN POR Helicobacter pylori
Diagnóstico
Tratamiento
Indicaciones
En todos los casos se requiere la confirmación de la presencia de la
infección mediante algún test diagnóstico.
Las indicaciones aceptadas de erradicación de H. pylori son la
siguientes:
87
Test Diagnósticos en Infección por H. pylori
88
Test Sens/Espec Ventajas Requisitos/problemas Utilidad principal
(%)
Ureasa rápido > 90 / > 90 Bajo costo, rapidez, Requiere endoscopía. No Diagnóstico en pacientes
(Clo-Test®) disponibilidad antibióticos ni omeprazol sintomáticos sometidos a
(Hepy-Test®) en mes previo. Sangre endoscopía
ANTONIO ROLLÁN R.
disminuye sensibilidad
Histología > 90 / > 90 Disponibilidad Requiere endoscopía. No Diagnóstico en úlcera gástrica
antibióticos ni omeprazol (tomar biopsias antrales)
previo. Costo elevado Test confirmatorio post test de
ureasa
Cultivo 50/100 Alta especificidad. Evaluar Bajo rendimiento, costo Orienta la elección de esquema
susceptibilidad a antibióticos. elevado, lento antibiótico luego de fracaso
Tipificación de cepas terapéutico
Serología 80-90 / 80-90 No invasivo, bajo costo, No asegura infección activa. Estudios epidemiológicos.
rapidez, no influido por Test comerciales poco Diagnóstico en niños
omeprazol o antibióticos confiables en poblaciones
distintas a las originales
Test > 90 / > 90 No invasivo, reproducible No antibióticos ni omepra- Elección para confirmar
Espiratorios zol en mes previo. C14 no en erradicación, 4-6 semanas
(C13/C14) niños ni embarazadas. C13 post tratamiento
requiere comida de prueba
Antígeno en 90/90 No invasivo, simple Rendimiento no comprobado Diagnóstico inicial no invasivo
deposiciones luego de tratamiento Uso post tratamiento requiere
antibiótico más información
INFECCIÓN POR Helicobacter pylori
Erradicación de H. pylori
No existe aún la terapia ideal. La multiplicidad de esquemas emplea-
dos da cuenta de las dificultades en lograr un esquema que sea, simul-
táneamente, costo-efectivo, seguro y aceptable por los pacientes.
Los esquemas más efectivos actualmente recomendados incluyen
un bloqueador de la bomba de protones o bismuto, asociado a dos
antibióticos, en dos tomas diarias, durante 7-14 días. Diversos estudios
sugieren que la efectividad aumenta si la duración del tratamiento se
prolonga por 10-14 días. En nuestro medio el esquema de primera línea
más recomendable es omeprazol 20 mg c/12 h (o lansoprazol 30 mg c/12
h), amoxicilina 1g c/12 h y claritromicina 500 mg c/12 h (OAC), durante
10-14 días (recomiendo 14 días). En caso de alergia a betalactámicos
puede usarse terapia cuádruple (ver más adelante). La tasa de erradica-
ción esperable es 85-90%. La sustitución de alguno de los antibióticos
por metronidazol probablemente disminuye la efectividad, debido a la
frecuencia de cepas resistentes. La causa más frecuente de falla del
tratamiento es la resistencia a antibióticos y la no adherencia.
No es necesario prolongar la terapia con antisecretores más allá de
dos semanas, ni siquiera cuando el paciente es portador de una UGD
activa con o sin complicaciones, para no elevar innecesariamente el
costo del tratamiento. La erradicación de la bacteria se asocia a la
curación de la úlcera en > 95% de los casos.
Debe confirmarse la erradicación 4-6 semanas después de comple-
tado el tratamiento. Durante este período el paciente no debe recibir
antibióticos ni bloqueadores de la bomba de protones.
Frente a un fracaso en la erradicación luego del tratamiento inicial, la
conducta recomendada es la siguiente:
89
ANTONIO ROLLÁN R.
Referencias
90
GASTRITIS
DR. JORGE VALENZUELA ESCOBAR
Gastritis endoscópica
91
JORGE VALENZUELA E.
Clínica
92
GASTRITIS
93
JORGE VALENZUELA E.
Tratamiento
Referencias
1.- Laine L, Weinstein W. Subepithelial hemorrhage and erosions of human
stomach. Dig Dis Sci 1988; 33: 490-530.
2.- Laine L, Weinstein W. Histology of alcoholic hemorrhagic “gastritis”: a
prospective evaluation. Gastroenterology 1988; 94: 1254 -62.
3.- Correa P. Chronic gastritis: a clinico-pathological classification. Am J
Gastroenterol 1988; 83: 504-9.
94
GASTRITIS
95
ÚLCERA GASTRODUODENAL
DR. ANTONIO MORALES BARRÍA
Definición
Etiología y epidemiología
Fármaco Riesgo
Ibuprofeno 1
Ac. Acetilsalicílico 1,6
Diclofenaco 1,8
Sulindaco 2,1
Diflumesal 2,2
Naproxeno 2,2
Indometacina 2,4
Piroxicam 3,8
Ketoprofeno 4,2
Azoprepazona 9,2
96
ÚLCERA GASTRODUODENAL
Cuadro clínico
97
ANTONIO MORALES B.
Diagnóstico
Indicación de la endoscopía
1. En dolores sugerentes de úlcera o con sospechas de organicidad
(anemia, sangrado digestivo alto, enflaquecimiento u otro).
2. En un cuadro no urgente, deben considerarse:
a) condiciones locales (frecuencia de patología, recursos),
b) cálculo de costo/beneficio (gastos en medicamentos inútiles,
nuevas consultas, riesgos del examen mismo o de un diagnóstico
errado por falta de examen) y
c) personales (ansiedad por el diagnóstico, recursos, tranquilidad al
asegurar ausencia de lesión).
3. En una complicación, el paciente debe hospitalizarse y el examen es
parte de su tratamiento integral.
Tratamiento
98
ÚLCERA GASTRODUODENAL
99
ANTONIO MORALES B.
100
ÚLCERA GASTRODUODENAL
Control
Consideraciones especiales
Indicación quirúrgica
101
ANTONIO MORALES B.
Referencias
102
CÁNCER GÁSTRICO
DR. FERNANDO FLUXÁ GARCÍA
Epidemiología
Etiopatogenia
103
FERNANDO FLUXÁ G.
Factores ambientales
Clásicamente los factores ambientales han sido los más estudiados
y relacionados a este cáncer. Se han asociado la dieta rica en nitratos,
sal, alimentos ahumados y conservados en vinagre, el bajo consumo de
alimentos ricos en antioxidantes (frutas y verduras). El uso de la refrige-
ración de los alimentos ha tenido estrecha relación con la disminución
del cáncer gástrico en países desarrollados, probablemente afectando
los factores dietéticos antes mencionados.
El tipo de alimento sería un potencial carcinogénico directo o bien
por la producción de una gastritis atrófica, quien haría posible la colo-
nización por bacterias capaces de convertir los nitritos en compuestos
N-nitrosos incluyendo nitrosaminas, que son carcinogénicos.
Otro factor de riesgo es el nivel socioeconómico bajo, que en países
desarrollados tiene relación directa con el tipo de alimentación, sin em-
bargo, en Chile siendo un factor conocido, no se ha establecido clara-
mente su relación con la calidad de la alimentación.
Las infecciones han aparecido como un factor a considerar en la
patogenia de este cáncer, en especial el rol atribuido a H. pylori, que se
analiza en el capítulo correspondiente. Por otra parte, en los últimos
años, se ha estudiado la relación del adenocarcinoma gástrico y el virus
Epstein Barr. Virus que se detecta en aproximadamente 10% de los
carcinomas gástricos y en éstos, la totalidad de las células tumorales
están infectadas por este agente, lo que supone una infección inicial y
una posterior expansión clonal.
Factores genéticos
La secuencia de eventos genéticos en este caso no es tan clara
como lo es en el cáncer colorectal. Se conocen factores hereditarios que
aumentan el riesgo y alteraciones genéticas en la mucosa gástrica, que
la haría más susceptible frente a agentes carcinogénicos.
Se han detectado defectos en oncogenes específicos y genes su-
presores de tumores como MCC (mutated in colon cancer) en un 33%,
APC (adenomatous poliposis coli) 34% y DCC (deleted in colon cancer)
en 64%. La activación del oncogen ras es un evento precoz al igual que
la inactivación del gen p 53.
Los cánceres gástricos precoces no tienen diferencias desde el punto
104
CÁNCER GÁSTRICO
105
FERNANDO FLUXÁ G.
Clínica
Diagnóstico
106
CÁNCER GÁSTRICO
Tratamiento
107
FERNANDO FLUXÁ G.
Referencias
108
ENFERMEDAD CELÍACA
DRA. SYLVIA ALEGRÍA QUEVEDO
Definición
Epidemiología
Patogenia
109
SYLVIA ALEGRÍA Q.
Clínica
Síntomas Signos
Diarrea Carenciales
Pérdida de peso Distensión abdominal
Vómitos Atrofia muscular
Anorexia Desnutrición/ falta de crecimiento
Distensión abdominal Palidez
Irritabilidad - letargia Irritabilidad
Retraso psicomotor
Hematomas
Raquitismo
110
ENFERMEDAD CELÍACA
Síntomas Signos
Anorexia Dedos en palillo de tambor
Talla baja Estatura baja
Retardo puberal Anemia
Deposiciones pastosas Osteopenia
Artritis/ artralgia Hematomas
Dolor abdominal Hipoplasia del esmalte dental
Intolerancia a la lactosa Calcificaciones intracerebrales
Epilepsia
Diagnóstico
El diagnóstico de un paciente con enfermedad celíaca se basa en la
clínica, la serología y la biopsia de intestino delgado.
111
SYLVIA ALEGRÍA Q.
Técnicas serológicas
Existen distintos estudios serológicos que permiten determinar la
presencia de anticuerpos como antigliadinas (AGA), antirreticulina
(ARA), antiendomisio (EMA) y antitransglutaminasa (tTG).
La determinación de IgA-AGA mediante ELISA tiene una sensibili-
dad de 53-100% y especificidad de 65-100%, por lo que debe solicitarse
junto con otro tipo de técnica serológica.
En cambio, el EMA y el tTG tienen una sensibilidad y especificidad
cercana al 100 %, pero EMA es un anticuerpo IgA dependiente, siendo
no reactivo en pacientes con déficit de IgA.
La solicitud de estudios serológicos son recomendados en pacientes con:
• Síntomas sugerentes de EC.
• Condiciones asociadas con EC.
• Familiares en primer grado de un paciente celíaco.
El estudio de anticuerpos no es un método diagnóstico de enferme-
dad celíaca y un resultado positivo permite sólo sospechar la EC, la que
debe confirmarse con biopsia intestinal.
112
ENFERMEDAD CELÍACA
Tratamiento
Referencias
113
PARASITOSIS INTESTINALES
DR. JUAN CARLOS WEITZ VATTUONE
Definición
Epidemiología
Etiopatogenia
114
PARASITOSIS INTESTINALES
Clínica
Para tratar los aspectos clínicos, diagnósticos y de tratamiento, en
forma esquemática, los dividiremos en protozoosis y en helmintiasis. Se
incluye dentro de los protozoos los agentes comensales, fundamental-
mente para recordar su importancia y denominación e insistiendo en
que no son patógenos.
Protozoosis
Amebiasis
La infección amebiana tiene una prevalencia variable según las re-
giones del país y ha ido disminuyendo dramáticamente con los años,
actualmente es menor del 10% en adultos y niños. Sólo un 5 a 10% de
ellos tienen síntomas: diarrea aguda (lo más frecuente); son cada vez
más infrecuentes la disentería, colitis fulminante o el ameboma. El abs-
ceso hepático amebiano, también una rareza, se presenta de preferencia
en la VIII Región del país. El significado clínico de la amebiasis intesti-
nal crónica es controvertido, aunque debe ser tratada por razones epi-
demiológicas. Esta infección no tiene mayor prevalencia en
inmunocomprometidos y la clínica es similar a la descrita.
Balantidiasis
Producida por protozoo ciliado que se ubica en el intestino grueso.
La infección humana es infrecuente, siendo el cerdo el reservorio del
parásito, por ello los antecedentes epidemiológicos son fundamentales.
Blastocistosis
Protozoosis controvertida, aparentemente es capaz de producir cua-
dros agudos y raramente crónicos. Se recomienda tratar si no existe
otro agente en las deposiciones. Algunos autores relacionan su
patogenicidad a un número mayor de 5 protozoos por campo.
Cryptosporidiosis
Causa diarrea aguda, inicialmente febril, por 5 a 7 días, con dolor
abdominal, náuseas y vómitos. En pacientes inmunocomprometidos
provoca diarrea crónica severa, en ocasiones con malabsorción y mani-
festaciones extraintestinales. Muy importante su búsqueda en pacien-
tes con SIDA y diarrea.
Cyclosporosis
Cyclospora cayetanensis es similar a Cryptosporidium, de mayor
115
JUAN CARLOS WEITZ V.
Helmintiasis
Anisakiasis
Se adquiere por ingestión de pescado crudo (cebiche) o insuficien-
temente cocido, que contiene larvas del parásito, las que se incrustan
116
PARASITOSIS INTESTINALES
Diagnóstico
117
JUAN CARLOS WEITZ V.
Protozoosis
Parasitosis Método Alternativa Situaciones Otros
elección especiales
Amebiasis PSD con PSD fijador Serología: in- Bp colon
fijador PAF habitual vasión tisular
Balantidiasis PSD Bp colon
Blastocistosis PSD
Cryptosporidiosis Z Neelsen Bp I delgado Monoclonales
o colon en Elisa o IFI
Cyclosporosis Z Neelsen Ex luz U violeta Bp intestinal
Giardiasis PSD Bp i. delgado
Isosporosis Z Neelsen PSD Bp i. delgado;
flotación
Microsporidiosis Tinción Bp intestinales M. electrónica
tricrómica
Sarcocystosis PSD
PSD= parasitológico seriado de deposiciones
Bp: biopsia; IFI: inmunofluorescencia
Helmintiasis
Parasitosis Método Alternativa Situaciones Otros
elección especiales
Anisakiasis Observación Estudio pieza
endoscopía operatoria
Ascariasis PSD Ex directo de
heces o vómitos
Difilobotriasis PSD
Hymenolepiasis PSD
Oxyuriasis Test Graham Obs directa en
colonoscopía
Teniasis Examen proglótida PSD*
Tricocefalosis PSD
*= sólo indica infección por tenias no su especie
118
PARASITOSIS INTESTINALES
Tratamiento
Protozoosis
Amebiasis
a) Metronidazol: 1.500 a 2.000 mg diarios, divididos en 3 dosis por 10
días. b) Tinidazol: 2.000 mg diarios, divididos en 2 dosis, por 2 días. c)
Ornidazol: 1 g en 2 dosis por 5 días. Se debe prohibir el consumo de
alcohol durante el tratamiento.
Balantidiasis
a) Tetraciclina: 2 g/día por 10 días; b) Metronidazol: 750 mg en 3
dosis, durante 7 días.
Blastocystosis
a) Metronidazol 750 mg diarios, fraccionados en 3 dosis, por 1 semana.
b) Cotrimoxazol forte 2 tab al día por 7 días.
Cryptosporidiosis
No existe tratamiento específico. Se recomienda la Paromomicina
(no disponible en Chile), 2 g/día por 14 a 30 días. Algunos buenos
resultados se han obtenido con nitazoxanide.
Cyclosporosis
Cotrimoxazol forte 2 comp diarios por 7 a 10 días.
Giardiasis
a) Metronidazol: 750 mg diarios, en 3 dosis, por 7 días; b) Tinidazol:
1 g por 2 veces por 1 día; c) Furazolidona: 400 mg diarios en 4 dosis, por
7 días.
Isosporosis
Tratamiento referido básicamente a inmunocomprometidos.
Cotrimoxazol fuerte 4 tabletas diarias, durante 10 a 14 días, segui-
dos de dosis de mantención por 15 días o más, con 2 tabletas diarias;
b) Pirimetamina 75 mg diarios, en 3 dosis, durante 10 días, luego 1
119
JUAN CARLOS WEITZ V.
Microsporidiosis
Se han probado una larga lista de fármacos, el 40% de los casos de
diarrea es provocada por una especie que responde al Albendazol.
Sarcocystosis
Sólo se pueden aplicar medidas sintomáticas.
Helmintiasis
Anisakiasis
Extracción con pinza de biopsia en la anisakiasis gástrica y explora-
ción quirúrgica en la ubicación intestinal.
Ascariasis
a) Mebendazol: 200 mg antes del desayuno, por 3 días; b) Albendazol
2 comp de 200 mg antes del desayuno, por 1 día; c) Pamoato de pirantel,
750 mg (3 comp) por 1 vez.
Difilobrotriasis
a) Praziquantel, 10 a 20 mg por kg de peso.
Hymenolepiasis
Praziquantel 15 a 25 mg/kg en la H. nana. En la H. diminuta y el D.
caninum se requieren 10 mg/kg de peso. Dosis única.
Oxuyriasis
a) Mebendazol 200 mg; b) Albendazol 400 mg; c) Pamoato de pirvinio
300 mg. d) Pamoato de pirantel 750 mg. El tratamiento se debe extender
al grupo familiar, recomendando el aseo cuidadoso del hogar.
Teniasis
a) Praziquantel 10 mg/kg por 1 vez.
Tricocefalosis
Mebendazol o Albendazol, en las dosis recomendadas para la
ascariasis.
120
PARASITOSIS INTESTINALES
Medidas preventivas
Medidas generales:
Saneamiento ambiental, alcantarillado, agua potable, control sanita-
rio alimentos, control de manipuladores, educación sanitaria general y
especialmente a manipuladores y empresas relacionadas con alimentos.
Medidas particulares
• Evitar ingestión de formas infectantes parasitarias: consumo de fru-
tas y verduras lavadas adecuadamente, ingerir carnes de vacuno,
cerdo, cordero y pescado suficientemente cocidas; lavado de ma-
nos antes de ingerir alimentos, etc.
• Evitar la propagación de estos agentes intrafamiliarmente: educa-
ción, lavado de manos, control del manipulador de alimentos.
• Inmunocomprometidos: educación de pacientes, aislamiento en caso
que lo requiera, ingestión de alimentos cocidos.
Referencias
121
TRASTORNO DIGESTIVO FUNCIONAL
DRA. ANA MARÍA MADRID SILVA
Fisiopatología
122
TRASTORNO DIGESTIVO FUNCIONAL
123
ANA MARÍA MADRID S.
Diagnóstico
124
TRASTORNO DIGESTIVO FUNCIONAL
4) Sensación de evacuación
incompleta
125
ANA MARÍA MADRID S.
126
TRASTORNO DIGESTIVO FUNCIONAL
Síntomas Fármacos
127
ANA MARÍA MADRID S.
Referencias
1.- Drossman D. The functional gastrointestinal disorders and the Rome II
process. Gut 1999; 45 (Suppl 2): II 1-5.
2.- Gwee K, Leong Y, Graham C et al. The role of psychological and biological
factors in postinfective gut dysfunction. Gut 1999; 44: 400-6.
3.- Manning A, Thompson W, Heaton K, Morris A. Towards positive diagno-
sis of the irritable bowel. BMJ 1978; 2 (6138): 653-4.
4.- Thompson W. Gastrointestinal symptoms in the irritable bowel compared
with peptic ulcer and inflammatory bowel disease. Gut 1984; 25: 1089-92.
5.- Thompson W, Heaton K, Smyth G, Smyth C. Irritable bowel syndrome in
general practice: prevalence, characteristics and referral. Gut 2000; 46: 78-
82.
6.- Guthrie E, Creed F, Dawson, Tomenson B. A randomised controlled trial of
psychotherapy in patients with refractory irritable bowel syndrome. Br J
Psychiatry 1993; 163: 315-21.
7.- Aggarwal A, Cutts T, Abell T et al. Predominant symptoms in irritable
bowel syndrome correlate with specific autonomic nervous system
abnormalities. Gastroenterology 1994; 106: 945-50.
8.- Camilleri M. Review article: Clinical evidence to support current therapies
of irritable bowel syndrome. Aliment Pharmacol Ther 1999; 13 (Suppl 2):
48-53.
9.- Thompson W, Longstreth G, Drossman D et al. Functional bowel disorders
and functional abdominal pain. Gut 1999; 45 (Suppl 2): II 43-7.
128
DIARREA ASOCIADA A ANTIBIÓTICOS
DR. SERGIO CARVAJAL CABRERA
Introducción
La aparición de diarrea asociada al uso de antibióticos es un hecho
frecuente. En este contexto, existen dos entidades. La primera es la
diarrea asociada a Clostridium difficile, que es la menor proporción de
los casos, pero que por su evolución y consecuencias es de gran im-
portancia y será el tema de este capítulo.
El segundo tipo, es la diarrea por antibióticos que se produce me-
diante mecanismos no del todo comprendidos, entre los que se cuen-
tan: alteraciones inducidas en el metabolismo intestinal de carbohidratos
y sales biliares, efectos tóxicos y/o alérgicos sobre la mucosa intestinal,
acciones farmacológicas sobre la motilidad del tubo digestivo y partici-
pación de microorganismos tales como Clostridium perfringens,
Klebsiella oxytoca, Candida spp y Salmonella spp. La mayoría de las
veces esta diarrea es leve a moderada, se presenta durante el curso de
la terapia antibiótica, se asocia a la dosis empleada, es de curso benigno
y cede al discontinuar el medicamento.
Definición
Es la diarrea producida por las toxinas del Clostridium difficile, que
es un bacilo gram positivo anaerobio, formador de esporas. La mayor
parte de las veces está asociada al uso previo de antibióticos.
Epidemiología
La DACD es fundamentalmente una infección nosocomial, y cons-
tituye la primera causa de diarrea que se presenta en un paciente hospi-
talizado. Es menos frecuente en pacientes ambulatorios.
Se ha detectado la presencia de C. difficile en el 20 a 25% de los
pacientes adultos internados en un hospital general. Sólo un tercio
desarrolla diarrea y los otros son portadores asintomáticos. Todos ellos
forman el reservorio del agente infeccioso. Esta bacteria sobrevive en el
ambiente hospitalario mediante sus esporas, las que pueden ser ingeri-
das por los pacientes. Se ha demostrado la presencia de esporas via-
bles por meses en baños, pisos, teléfonos, estetoscopios, etc.
129
SERGIO CARVAJAL C.
Etiopatogenia
La secuencia patogénica se inicia con una alteración de la flora
bacteriana intestinal, inducida por los antibióticos, lo que permite la
colonización por C. difficile, si la persona está expuesta a la ingestión
de este agente. Posteriormente, la bacteria libera toxinas que producen
el daño tisular.
Las cepas patógenas de C. difficile son aquellas productoras de
toxinas, existen dos tipos y se denominan A y B. Ambas son proteínas
de gran peso molecular, capaces de unirse a receptores en la superficie
de las células del epitelio colónico. Desde allí son transportadas al
citoplasma, sitio en el que inducen alteraciones del citoesqueleto que
se traducen en pérdida de la forma celular y finalmente en muerte celu-
lar. Las toxinas también causan una intensa inflamación de la lámina
propria y microulceraciones de la mucosa, que pueden ser cubiertas por
pseudomembranas.
Clínica
La DACD presenta un amplio espectro de manifestaciones clínicas,
que va desde una diarrea leve de curso benigno, hasta una colitis inten-
sa con desarrollo de megacolon tóxico y complicaciones intraabdo-
minales y sistémicas que pueden llevar a la muerte del paciente.
Usualmente la diarrea aparece dentro de la primera o segunda sema-
na desde el inicio de la antibioterapia y continúa después de su suspen-
sión. En un tercio de los casos, la diarrea se inicia después de que ha
concluido la terapia antibiótica y, a veces, alejado de ella, hasta por un
par de meses. Las deposiciones son abundantes, acuosas o mucosas,
pueden contener sangre y se acompañan de dolor abdominal, fiebre y
compromiso del estado general. En casos más prolongados o intensos
puede aparecer deshidratación, depleción de electrolitos e hipopro-
teinemia (por colonopatía perdedora de proteínas).
Un número pequeño de casos evolucionan en forma fulminante,
con pancolitis, hemorragia y pueden llegar al megacolon tóxico, con
todas sus consecuencias. En algunos pacientes, la colitis está confina-
130
DIARREA ASOCIADA A ANTIBIÓTICOS
Diagnóstico
131
SERGIO CARVAJAL C.
Tratamiento
132
DIARREA ASOCIADA A ANTIBIÓTICOS
Prevención
Referencias
133
CONSTIPACIÓN
DR. SAMUEL SABAH TELIAS
Definición
134
CONSTIPACIÓN
Etiopatogenia
Según su etiopatogenia, la constipación se puede clasificar como:
a) Primaria (funcional o idiopática).
b) Secundaria.
Cuando nos enfrentamos a un paciente constipado, debemos con-
siderar las diversas causas y mecanismos que pueden conducir a esta
patología (Tabla 1).
135
SAMUEL SABAH T.
Tránsito lento
Se manifiesta por un retardo en el paso de la materia fecal por el
colon. La “principal” queja del paciente en estos casos es la defecación
infrecuente. Se asociaría a una alteración del plexo mientérico, con dis-
minución de ondas de contracción propulsivas. Algunos trabajos re-
cientes, han demostrado en este grupo una disminución de células
endocrinas (Enteroglucagón y Serotonina).
El término “Inercia de colon” se reservaría para aquellos casos más
severos, en que el tiempo de tránsito en colon ascendente está prolon-
gado, y no se observa reflujo de marcadores desde el colon izquierdo,
por una escasa actividad motora.
Diagnóstico
136
CONSTIPACIÓN
Evaluación del paciente con disfunción del piso pelviano (causa pri-
maria)
Defecografía. Consiste en una evaluación dinámica de la defeca-
ción que revela el comportamiento normal o patológico del recto, canal
anal, periné y estructuras adyacentes.
Manometría Anorectal. Evalúa la eficacia del aparato esfinteriano,
la coordinación (reflejos rectoanal y recto esfinteriano), el umbral de
percepción del deseo defecatorio y los reflejos de acomodación rectal.
Electromiografía. Registra la actividad eléctrica en colon, no se
usa de rutina, siendo de mayor utilidad en el esfínter anal, donde por
ejemplo se puede detectar contracción paradojal de músculos
puborectalis.
137
SAMUEL SABAH T.
Tratamiento
Terapia específica
Primaria o funcional
138
CONSTIPACIÓN
Constipación secundaria
En este caso además de las medidas generales ya mencionadas, la
terapia consistirá en la corrección si es posible de la alteración especí-
fica correspondiente.
Referencias
139
SAMUEL SABAH T.
irritable bowel syndrome based on rectal perception. Gut 1998; 43: 388-
94.
3.- Bannura G, Contreras J. Etiología, evaluación y tratamiento del paciente
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9.- Cortes C. Radiología de la constipación. Gastr Latinoam 2001; 12: 107-
11.
140
ISQUEMIA MESENTÉRICA
DR. ALEX NAVARRO REVECO
141
ALEX NAVARRO R.
142
ISQUEMIA MESENTÉRICA
143
ALEX NAVARRO R.
Diagnóstico
La ecotomografía doppler-duplex puede determinar las características
144
ISQUEMIA MESENTÉRICA
Tratamiento
Clásicamente la terapia quirúrgica era de elección en estos casos,
mediante la construcción de puentes aorto-mesentéricos (con material
autólogo o protésico). Los resultados demuestran una tasa de éxito de
59-100%, mortalidad en procedimiento de 0-16% y recurrencia de 0-
26%, con una sobrevida acumulativa a 5 años de 81-86%. La cirugía se
recomienda actualmente en pacientes de bajo riesgo quirúrgico, meno-
res de 70 años y con escasa o nula comorbilidad. La creciente propor-
ción de pacientes añosos con múltiples patologías desarrolló como
alternativa la angioplastía, que sumado a la instalación de stent otorga
una tasa de éxito de 79-100%, con mortalidad en procedimiento de 0-
13% y una tasa de recurrencia de 0-6% en seguimiento de 24-53 meses.
A pesar que en series comparativas se observa mayor tendencia a
recurrencia de síntomas en pacientes tratados con angioplastía, los
resultados son auspiciosos, y probablemente en el futuro esta técnica
sea aplicada no sólo a pacientes de elevado riesgo quirúrgico.
COLITIS ISQUÉMICA
145
ALEX NAVARRO R.
Diagnóstico
Tratamiento
146
ISQUEMIA MESENTÉRICA
Referencias
1.- Valdés F. Isquemia mesentérica aguda. Rev Chil Cir 1988; 40: 206-11.
2. - Kasirajan K, O‘Hara P, Gray B et al. Chronic mesenteric ischemia: open
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33: 63-71.
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Gastroenterology 2000; 118: 954-68.
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5. - Rhee R, Gloviczki P. Mesenteric venous thrombosis. Surg Clin North Am
1997; 7: 327-38.
147
ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL
DR. ROBINSON GONZÁLEZ DONOSO
Definición
Epidemiología y Etiopatogenia
148
ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL
Histopatología
Clínica
149
ROBINSON GONZÁLEZ D.
Diagnóstico
150
ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL
Tratamiento
151
ROBINSON GONZÁLEZ D.
152
ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL
Colitis Corticoides
5-ASA
Metronidazol
¿Cirugía?
153
ROBINSON GONZÁLEZ D.
Complicaciones
Referencias
154
PÓLIPOS COLÓNICOS
DR. EDUARDO MAIZA RODRÍGUEZ
Introducción
Definición
Clasificación
Morfológica
Los pólipos se dividen en sésiles y pediculados. En nuestro país, se
utiliza con frecuencia la clasificación de Yamada para pólipos gástricos;
a los sésiles, apenas o claramente solevantados se les denomina tipo I
y II, y los con pedículo esbozado o claro serán III y IV.
Histológica
Los pólipos se dividen según su potencial maligno en neoplásicos
o adenomas y no neoplásicos (Tabla 1). Los adenomas son tubulares,
vellosos o tubulo-vellosos, si están conformados por estructuras
tubulares, digitiformes o por ambas. El porcentaje de elementos vello-
sos nos permitirá llamarlos tubulares (menor del 25%), tubulo-vellosos
(hasta 74%) o vellosos (75% o más). Los más frecuentes son los prime-
ros (70-85%) y menos del 5% lo constituyen los últimos. Los vellosos
tienen mayor potencial de degeneración maligna.
Es importante considerar el grado de alteraciones mucosa y celulares,
155
EDUARDO MAIZA R.
Neoplásicos* No Neoplásicos
Adenomas Hiperplásticos
- Tubulares Juveniles
Benignos
- Tubulo-velloso Peutz-Jeghers*
- Vellosos Inflamatorios
- Mixtos o serratos Agregados linfoides
Hamartomas
Malignos
- Pólipo malignizado
Histogénesis
156
PÓLIPOS COLÓNICOS
Clínica
Diagnóstico
Evolución y tratamiento
157
EDUARDO MAIZA R.
Vigilancia
158
PÓLIPOS COLÓNICOS
tado (versus 48% del enema baritada), por lo que es preferible, después
de un primer examen, repetirlo al año y luego seguir la recomendación
internacional.
Casos especiales
Prevención
159
EDUARDO MAIZA R.
Tabla 2. Resumen de las conductas a tomar con relación a pólipos del colon
Pólipo Conducta
Hiperplástico en No completar colonoscopía
rectosigmoidoscopía
Adenoma:
• Mayor un centímetro
• Dos o más
• Velloso
• Displasia alto grado Colonoscopía control a los 3 años
160
PÓLIPOS COLÓNICOS
Referencias
1.- O’Brien M, Winawer S, Zauber A et al. The National Polyp Study. Patient
and polyp characteristic associated with high-grade dysplasia in colorectal
adenomas. Gastroenterology 1990; 98: 371- 9.
2.- Winawer S, Zauber A, O’Brien M et al. The National Polyp Study. Design,
Methods, and characteristics of patients with newly diagnosed polyps.
The National Polyp Study Workgroup. Cancer 1992; 70 (Suppl 5): 1236-
45.
3.- American Society for Gastrointestinal Endoscopy. The role of colonoscopy
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for Clinical application. Gastrointest Endosc 1999; 50: 921- 4.
4.- Rex D, Johnson D, Lieberman D, Burt R, Sonnenberg A. Colorectal cancer
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Gastroenterology. Am J Gastroenterol 2000; 95: 868-7.
5.- Bond J H. Polyp guideline: diagnosis, treatment, and surveillance for patients
with colorectal polyps. Practice Parameters Committe of the American
College of Gastroenterology. Am J Gastroenterol 2000; 95: 3053-63.
161
CÁNCER DE COLON Y RECTO
DR. CHRISTIAN JENSEN BENÍTEZ
Epidemiología
Etiología
Etiopatogenia
162
CÁNCER DE COLON Y RECTO
163
CHRISTIAN JENSEN B.
164
CÁNCER DE COLON Y RECTO
Clínica
Diagnóstico
Métodos de diagnóstico
• Colonoscopía y biopsia. En la actualidad existe clara aceptación
que la colonoscopía es la mejor herramienta para llegar al estudio y
diagnóstico de la totalidad del intestino grueso.
• Enema baritada de colon. Se reserva su uso para aquellos pacien-
tes en los que fue imposible realizar una colonoscopía completa,
como un método complementario para estudiar el segmento de co-
lon que no fue revisado endoscópicamente.
Recientemente se ha incorporado la colonoscopía virtual como una
herramienta de ayuda, especialmente en algunos tipos de pacientes,
examen que al igual que el anterior, no permite tomar biopsias.
El 95% de los tumores colorrectales son adenocarcinomas. Den-
tro de los diagnósticos diferenciales se debe mencionar los linfomas
165
CHRISTIAN JENSEN B.
Etapificación
Se han usado distintas clasificaciones, pero en la actualidad priman
dos de ellas, la clasificación de Dukes modificada por Astler y Coller, y
clasificación TNM.
Clasificación TNM
T0 Sin tumor primario.
T is Carcinoma in situ: intraepitelial o invasión de la lámina propria
T1 Tumor invade la submucosa.
T2 Tumor invade la muscular propria.
T3 Tumor invade hasta la subserosa o hasta tejidos no peritonizados
pericólicos o perirrectales.
T4 Tumor invade directamente otros órganos o estructuras y/o per-
fora el peritoneo visceral.
Etapa 0 T is N0 M0
Etapa 1 T1 N0 M0
T2 N0 M0
Etapa 2 T3 N0 M0
T4 N0 M0
Etapa 3 Cualquier T N1 M0
Cualquier T N2 M0
Etapa 4 Cualquier T Cualquier N M1
(1)
AJCC (American Joint Committee on Cancer)
(2)
UICC (Union Internationale Contre le Cancer)
166
CÁNCER DE COLON Y RECTO
Pronóstico
La sobrevida global del cáncer de colon y recto continúa siendo de
50% a cinco años. Si la desglosamos por etapas, utilizando las clasifica-
ciones mencionadas, se observa que el pronóstico está directamente
relacionado con el grado de invasión tumoral.
Según clasificación de Astler y Coller, la sobrevida en los distintos
tipos es la siguiente: A (97%); B1 (78%); B2 (78%); C1 (74%); C2 (48%)
y D 4%.
De acuerdo a clasificación TNM: Etapa 0 es100%; Etapa I T1 (97%)
y T2 (90%); Etapa II T3 (78%) y T4 (63%); Etapa III N1 (66%), N2 (37%)
y N3 (¿?); Etapa IVM1 es 4%.
Tratamiento
El tratamiento del cáncer de colon y recto es la cirugía exclusiva o
con terapias de neo o coadyuvancia, dependiendo de la etapa tumoral
y la localización.
Existen numerosos protocolos en marcha. Nuestra política en la
actualidad es:
167
CHRISTIAN JENSEN B.
Cáncer de colon
Etapa ICirugía exclusiva.
Etapa II Cirugía + Quimioterapia post operatoria (en revisión).
Etapa III Cirugía + Quimioterapia post operatoria.
Etapa IV Cirugía paliativa + ¿Quimioterapia? (Cada caso se discu-
te en comité).
Cáncer de recto
Etapa ICirugía exclusiva.
Etapa II Rt + Qt preop + Cirugía.
Etapa III Rt + Qt preop + Cirugía + Quimioterapia post op.
Etapa IV Cirugía paliativa + Rt y/o Qt post op (Cada caso se dis-
cute en comité).
Seguimiento
Existen distintos esquemas de seguimiento, llamados livianos o pe-
sados, dependiendo de la frecuencia de los controles y de la cantidad
de exámenes solicitados. El objetivo es detectar los casos de recurrencia,
antes del momento en que espontáneamente hubieran sido diagnosti-
cados. Los casos tratados en Etapa II y III son los que supuestamente
pueden beneficiarse del seguimiento.
• Seguimiento por un período de 5 años desde la fecha del diagnóstico/
tratamiento.
168
CÁNCER DE COLON Y RECTO
Referencias
169
COLESTASIS
DR. MARCO ARRESE JIMÉNEZ
DR. PATRICIO IBÁÑEZ LAZO
Definición
Etiología
170
COLESTASIS
Clínica
171
MARCO ARRESE J. y PATRICIO IBÁÑEZ L.
172
COLESTASIS
Colestasis
V
ECOTOMOGRAFÍA
V
V
VB dilatada VB normal
V
V
Evaluación de causas
Otros diagnósticos (colestasis Sospecha de CBP
por drogas, colangitis
obstructivas
V esclerosante, (colestasia del V
V
embarazo, etc.)
AMA (–) AMA (+)
Colangiografía
por
RNM
V V
Biopsia Biopsia
V
hepática hepática
Enfermedades específicas
173
MARCO ARRESE J. y PATRICIO IBÁÑEZ L.
Clínica
174
COLESTASIS
Tratamiento
175
MARCO ARRESE J. y PATRICIO IBÁÑEZ L.
Etiopatogenia
Diagnóstico
Tratamiento
176
COLESTASIS
Referencias
177
HEPATITIS VIRALES
DR. HUMBERTO IBARRA VARGAS
Definición
Epidemiología
Formas de trasmisión
Fecal-oral
Los virus A y E se trasmiten vía fecal-oral. Esto implica que el prin-
cipal vehículo de trasmisión es el agua y por ende los alimentos conta-
minados. Esta forma de trasmisión explica su mayor prevalencia e in-
cidencia en individuos residentes en zonas con deficientes sistemas sani-
tarios. Posiblemente muchas hepatitis no A-E se trasmitan por esta vía.
Parenteral
Esta vía incluye sangre y sus derivados (transfusiones), incluye
178
HEPATITIS VIRALES
Sexual
Trasmisión por secreciones biológicas, principalmente genitales y
semen. Esta vía puede ser utilizada por el virus B, motivo por el cual se
considera una enfermedad de trasmisión sexual (ETS).
Perinatal
Trasmitida de la madre al recién nacido vía trasplacentaria. Corres-
ponde al virus B. Discutible para el virus C.
Características virológicas
A B C E
Hepatocarcinoma No Si Si No
179
HUMBERTO IBARRA V.
Clínica
MEJORÕA
CR” NICO
BIF¡ SICA
CIRROSIS
COLEST¡ SICA
CARCINOMA
FULMINANTE
MUERTE
180
HEPATITIS VIRALES
Diagnóstico
Marcador + Interpretación
Anti-HAV IgM Infección aguda por virus A
Anti-HAV IgG Infección anterior -Inmunidad al virus A
181
HUMBERTO IBARRA V.
Referencias
1.- Schiff E. Viral hepatitis. En: Schiff’s Diseases of the Liver, 8ª ed, Lippincott
Williams & Wilkins Publisher, 1999.
2.- Berenguer M, Wright T. Viral hepatitis. En Sleisenger and Fordtran’s.
Gastrointestinal and Liver Disease, 7ª Ed, Saunders, 2002.
3. - http://www.amedeo.com/medicine/hep.htm
4.- http://www.hepnet.com/news.html
182
HEPATITIS CRÓNICA
DR. JAVIER BRAHM BARRIL
Definición
Etiología
Formas de presentación
183
JAVIER BRAHM B.
Diagnóstico
HEPATITIS AUTOINMUNE
184
HEPATITIS CRÓNICA
Laboratorio
Además de los aspectos propios de todas las hepatitis crónicas, el
laboratorio se caracteriza por la presencia en títulos altos de anticuerpos
antinucleares, antimúsculo liso y excepcionalmente anti LKM1. Ade-
más elevación de inmunoglobulinas, especialmente IgG y de VHS.
Biopsia hepática
Los elementos característicos son la marcada actividad inflamatoria,
con infiltrado a predominio linfocitos y células plasmáticas, con forma-
ción de rosetas.
Tratamiento
La terapia inmunosupresora es altamente efectiva en el control de
los síntomas, mejoría de las alteraciones de laboratorio y en modificar la
historia natural de esta enfermedad. Es más, la respuesta terapéutica
puede constituirse como un “elemento diagnóstico” (prueba terapéutica).
Esta terapia se basa en el uso de corticoides con o sin azatioprina.
Prednisona = 0,5 mg/kg como dosis de inicio, con reducción poste-
rior según respuesta clínica.
Azatioprina = 1-2 mg/kg, que también debe regularse según el caso.
El período de tratamiento es prolongado, en la mayoría de los casos
en forma indefinida, dado la alta posibilidad de recaídas. Sin embargo,
hay casos seleccionados en que podría ser posible la suspensión de la
terapia.
185
JAVIER BRAHM B.
Laboratorio
Las alteraciones de laboratorio son habitualmente leves, incluyen-
do casos con exámenes funcionales hepáticos normales.
El diagnóstico se sospecha por la detección de los anticuerpos
(medidos por técnicas de ELISA). Posteriormente es necesario confirmar
la presencia de viremia, cualitativa (por técnica de PCR) o cuantitativa/
carga viral (técnicas de bDNA). Idealmente debería investigarse ade-
más el genotipo viral (especialmente conocer si se trata del genotipo 1),
por tener importancia pronóstica, particularmente en relación al tratamiento.
Biopsia Hepática
Son elementos sugerentes de hepatitis crónica por VHC, la presen-
cia de folículos linfoides, y grados leves de hemosiderosis y esteatosis
macrovesicular.
Tratamiento
Después de numerosos intentos de terapia antiviral, en la actuali-
dad el tratamiento recomendado es la combinación de Interferon (3 MU
x 3 veces a la semana) y Ribavirina (800-1.200 mg/día). Los plazos reco-
mendados son 12 meses en los genotipos 1 y 6 meses en los otros
casos. La viremia persistente a la mitad del tratamiento, sugiere falla en
la terapia, por lo que esta debería ser suspendida. Las tasas de respues-
ta sostenida (6 meses después del término de la terapia), es del 40-50%.
Recientemente se ha elaborado PEG-Interferon, lo que ha permitido
prolongar su vida media y aumentar su actividad antiviral. La utilización
de los “Interferones pegilados” asociados a ribavirina parece ser la
terapia del presente y futuro.
El uso y monitorización de estos tratamientos requiere disponer de
la adecuada tecnología (biología molecular) y por lo tanto, deberían
estar restringidos a centros de referencia o profesionales calificados.
186
HEPATITIS CRÓNICA
187
JAVIER BRAHM B.
Referencias
1.- Sherlock, Dooley Eds, Chronic hepatitis. En Disease of the Liver and
Biliary System. Blackwell, 11ª edición; 2002: capítulo 19: 321-33.
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Gastroenterology 1999; 177: 408-13.
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8.- Di Marco V, Lo Iacono O, Camma C et al. The long-term course of chronic
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10.- Hoofnagle J, Di Bisceglie A. The treatment of chronic viral hepatitis. N
Engl J Med 1997; 336: 347-56.
188
HÍGADO GRASO NO ALCOHÓLICO
DR. JAIME PONIACHIK TELLER
Definición
189
JAIME PONIACHIK T.
Clínica
Diagnóstico
190
HÍGADO GRASO NO ALCOHÓLICO
Tratamiento
191
JAIME PONIACHIK T.
192
HÍGADO GRASO NO ALCOHÓLICO
Referencias
193
DAÑO HEPÁTICO CRÓNICO
DR. HUGO SILVA CALCAGNI
Definición
Clínica
194
DAÑO HEPÁTICO CRÓNICO
195
HUGO SILVA C.
196
DAÑO HEPÁTICO CRÓNICO
Puntuación 1 2 3
Encefalopatía Ausente I a II III a IV
Ascitis Ausente o leve Moderada Controlable Difícil
por diuréticos manejo
Bilirrubina (mg/dl) >1a2 2a3 >3
Albúmina (g/dl) > 3,5 2,8 - 3,5 < 2,8
T Protrombina > 50% 30 - 50% < 30%
De acuerdo al puntaje obtenido se dividen en tres grupos
A (buen pronóstico) 5 - 06 puntos
B (intermedio) 7 - 09 puntos
C ( mal pronóstico) 10 - 15 puntos
197
HUGO SILVA C.
Referencias
198
COMPLICACIONES DEL DAÑO
HEPÁTICO CRÓNICO
DRA. ROSA M. PÉREZ AYUSO
ASCITIS
Patogenia
Aunque la patogenia de la ascitis no está todavía totalmente aclara-
da, la teoría más recientemente aceptada es la siguiente (Figura 1): la
existencia de una hipertensión portal sinusoidal sería el primer evento
que condicionará la aparición de una vasodilatación arterial sistémica,
principalmente localizada en el territorio esplácnico. Esta vasodilatación
determinará dos tipos de eventos, el primero se relaciona con el aumen-
to secundario del influjo en la microcirculación esplácnica, que condi-
ciona un incremento en la formación de linfa a través de un aumento de
la presión capilar y de la permeabilidad esplácnica. El segundo consiste
en la aparición de una hipovolemia efectiva y el consiguiente descenso
de la presión arterial, lo que determina la activación de los sistemas
vasopresores y retenedores de sodio y agua (renina-angiotensina-
aldosterona, nervioso simpático y hormona antidiurética). Ambos even-
tos actuando simultáneamente conducen a la formación continua de
ascitis. Aunque se han propuesto numerosos agentes vasodilatadores
199
ROSA M. PÉREZ A.
HIPERTENSION PORTAL
VASODILATACION
ARTERIAL
ESPLÁCNICA
HIPOVOLEMIA
↑ PRESION CAPILAR EFECTIVA
Y PERMEABILIDAD
ESPLÁCNICA ↓ TA
ACTIVACION SISTEMAS
VASOCONSTRICTORES
Y RETENEDORES SODIO
Y AGUA
ASCITIS
200
COMPLICACIONES DEL DAÑO HEPÁTICO CRÓNICO
Tratamiento
Tenemos la posibilidad de actuar a nivel de los distintos eventos
fisiopatológicos de la ascitis que acontecen secuencialmente.
Restricción de sodio y diuréticos
Actuamos sobre la retención renal de sodio. El 90% de los pacientes
responden a este tratamiento, pero no está exento de complicaciones
(insuficiencia renal, trastornos electrolíticos, hiponatremia dilucional,
etc), y entre un 5 a 10% de cirróticos sin insuficiencia renal, presentan
una ascitis refractaria al tratamiento diurético, porcentaje que es más
elevado en los pacientes con insuficiencia renal.
El diurético de elección en el tratamiento de la ascitis por hipertensión
portal es la espironolactona. Nunca debe administrarse furosemida de
forma aislada. En general se recomienda la siguiente pauta:
• Ascitis grado 1: Escasa. Dieta hiposódica (2 g /día) y espironolactona
100 mg/día.
• Ascitis grado 2: El volumen de ascitis oscila entre 3 y 6 litros.
Espironolactona 100 mg/día, como dosis inicial, si la excreción uri-
naria de sodio es superior a 10 mEq/día. Si la excreción de sodio es
inferior a 10 mEq/día y BUN normal, deben asociarse furosemida (40
mg/día) y espironolactona (100 mg/día), todo en una única dosis por la
mañana como dosis de partida. Si los niveles plasmáticos de
creatinina y/o BUN son iguales o superiores a 1,2 mg/dl y 25 mg/dl,
respectivamente, debe iniciarse el tratamiento con furosemida (80
mg/día) y espironolactona (200 mg/día).
Los pacientes deben reevaluarse cada 5 días, ajustando la dosis de
diuréticos según la respuesta (estimada por la evolución del peso
corporal, diuresis de 24 h, perímetro abdominal y excreción urinaria
de sodio). Deben controlarse inicialmente cada 5 días con BUN,
creatinina y electrolitos plasmáticos hasta alcanzar la dosis de diu-
réticos adecuada. El objetivo es detectar tempranamente la apari-
ción de una insuficiencia renal por diuréticos y de trastornos
electrolíticos. Una vez alcanzada la dosis de diuréticos eficaz, sin
efectos secundarios, los controles pueden distanciarse. Se considera
respuesta diurética insatisfactoria, cuando la pérdida de peso es
201
ROSA M. PÉREZ A.
Paracentesis evacuadora
La paracentesis terapéutica total (una sola sesión) está indicada en
las siguientes situaciones: Ascitis a tensión (grado 3) y ascitis refracta-
ria al tratamiento diurético.
Cuando la paracentesis evacuadora es superior a 5 litros, debe ad-
ministrarse siempre seroalbúmina, 6-8 g/l de ascitis extraída (50% du-
rante la paracentesis y la otra mitad 6 horas después). El objetivo es
prevenir la disfunción circulatoria postparacentesis, que se asocia a la
extracción de un volumen importante de ascitis y que se caracteriza por
una disminución del volumen plasmático efectivo secundario a una
mayor vasodilatación esplácnica. Esta alteración se asocia a un
reacúmulo más rápido de la ascitis, el 20% de estos pacientes desarro-
llan insuficiencia renal y/o hiponatremia dilucional y, por último, el de-
sarrollo de esta complicación no es reversible espontáneamente y se
asocia a una menor supervivencia. Tras la paracentesis evacuadora, los
pacientes deben continuar siempre con tratamiento diurético para evi-
tar el reacúmulo rápido de la ascitis.
Otras alternativas
Entre el 10 a 20% de los pacientes cirróticos presentan una ascitis
refractaria al tratamiento diurético. Según el Club Internacional de la
Ascitis, la ascitis es refractaria, cuando no puede eliminarse con el
tratamiento diurético habitual o cuando su reaparición, tras una
paracentesis evacuadora, no puede prevenirse con diuréticos. Esta
definición incluye dos subtipos diferentes: “Ascitis resistente a los
diuréticos” y “ascitis intratable con diuréticos”:
• Ascitis resistente a los diuréticos: No responde a la restricción de
sodio (50 mEq/día) y a la máxima dosis de diuréticos (furosemida 160
mg/d y espironolactona 400 mg/d), administrada un mínimo de 7
días, o recurre tempranamente tras una paracentesis evacuadora, a
pesar del tratamiento diurético. Se considera recurrencia temprana la
202
COMPLICACIONES DEL DAÑO HEPÁTICO CRÓNICO
203
ROSA M. PÉREZ A.
SÍNDROME HEPATORRENAL
Definición
El Club Internacional de la Ascitis ha definido dos tipos de SHR:
SHR tipo 1. Deterioro rápido y progresivo de la función renal, con
aumento de un 100% de la creatinina plasmática hasta un nivel > 2,5
mg/dl en menos de 2 semanas, o un descenso del 50% del clearance de
creatinina hasta un nivel < 20 ml/min en igual período. En algunos
pacientes este SHR se desarrolla espontáneamente, sin un factor
precipitante identificable, en cambio, en otros, se relaciona con una com-
plicación, especialmente en el curso o tras la resolución de una PBE. La
aparición de un SHR se asocia a una elevada mortalidad a corto plazo.
SHR tipo 2. Deterioro leve y progresivo de la función renal, su
consecuencia clínica principal es la aparición de una ascitis refractaria.
Además se han definido una serie de criterios mayores para el diag-
nóstico de este síndrome:
• Disminución del filtrado glomerular: creatinina plasmática > 1,5 mg/dl o
clearance de creatinina < 40 ml/min.
• Ausencia de shock, infección bacteriana, hipovolemia, drogas
nefrotóxicas.
• No mejoría de la función renal tras retirar diuréticos y expansión de
la volemia con 1,5 litros de un expansor del plasma.
• Proteinuria < 500 mg/d y ausencia ultrasonográfica de uropatía
obstructiva o enfermedad renal parenquimatosa.
Patogenia
El SHR se desarrolla siempre en pacientes con cirrosis hepática
avanzada e hipertensión portal grave. La perfusión renal en pacientes
cirróticos con ascitis sin insuficiencia renal se mantiene dentro de unos
204
COMPLICACIONES DEL DAÑO HEPÁTICO CRÓNICO
Tratamiento
Sigue siendo una complicación de difícil manejo. Los únicos méto-
dos eficaces, además del trasplante hepático, son los que determinan
un aumento del volumen plasmático efectivo y los que inducen un
descenso significativo de la presión portal.
• Aumento del volumen plasmático efectivo. Se puede lograr median-
te agentes con un potente efecto vasoconstrictor en el territorio
esplácnico. Existen estudios no controlados con dos análogos de la
vasopresina, ornipresina y terlipresina, ambos asociados a la admi-
nistración de albúmina iv, logran la regresión del SHR que persiste
tras suspender el tratamiento, permitiendo que aproximadamente
2/3 de los pacientes lleguen al trasplante. Entre ellos, el de elección
es la terlipresina, por no asociarse a complicaciones isquémicas. Sin
embargo, se necesitan estudios controlados y con un mayor núme-
ro de pacientes para aceptar este tratamiento en la práctica clínica, y
únicamente podría indicarse, de demostrarse su eficacia real, en
aquellos pacientes que vayan a trasplantarse en un corto período.
• Descenso de la presión portal. Mediante la colocación de TIPS.
Estos estudios han observado que se logra mejorar la función renal
en estos pacientes, pero se asocia a una elevada incidencia de com-
plicaciones, tales como EH y deterioro de la función hepática. Por
otro lado, faltan estudios prospectivos y controlados, y por el mo-
mento debe considerarse sólo como puente al trasplante hepático.
Finalmente, el tratamiento de elección del SHR es el trasplante hepá-
tico, si bien esta indicación debe hacerse, si es posible, antes de la
aparición del SHR. Como puente hasta el trasplante, estos pacientes
pueden manejarse eventualmente con terlipresina asociada a albúmina
o mediante la colocación de TIPS.
205
ROSA M. PÉREZ A.
Diagnóstico
El pronóstico de la PBE depende principalmente de la precocidad de
su diagnóstico, el que se basa en el recuento diferencial, el examen
citoquímico del sedimento del LA y en el cultivo del mismo.
¿Cuándo debe realizarse una paracentesis exploradora?:
1) En todos los pacientes con ascitis que ingresan en el hospital.
2) Siempre que un paciente con ascitis presente:
• Signos o síntomas de peritonitis.
• Signos de infección sistémica.
• EH o deterioro función renal.
• Hemorragia digestiva.
El diagnóstico de PBE se basa en un recuento de PMN igual o
> 250/µl, siempre que predominen los PMN. En esta situación debe
iniciarse tratamiento antibiótico empírico, sin esperar el resultado mi-
crobiológico. Para este examen debe inocularse una cantidad mínima de
10 ml de LA en 2 frascos de hemocultivo (aerobio y anaerobio) en la
cabecera del paciente y remitirse sin demora al laboratorio de microbio-
logía. Con esta metódica se alcanza entre el 50 y 70% de positividad,
debido a la baja concentración de bacterias en el LA. El hallazgo de una
tinción de Gram positiva a varios gérmenes, es altamente sugestiva de
peritonitis secundaria. Pacientes con recuento de PMN igual o > 250/µl
y cultivos negativos de LA y sangre, debe considerarse que tienen una
“PBE con cultivo negativo”.
206
COMPLICACIONES DEL DAÑO HEPÁTICO CRÓNICO
Tratamiento
Comprende tres aspectos: el control hemodinámico, la prevención
de complicaciones y el tratamiento antibiótico empírico.
Prevención de complicaciones
La PBE se asocia a complicaciones relacionadas con el deterioro de
la función hepática y renal. Un 30% de los pacientes presentan deterio-
ro de la función renal incluso en los casos de buena respuesta al trata-
miento antibiótico. Este deterioro es un factor predictivo de elevada
mortalidad (casi de un 100%).
¿Cómo prevenir el deterioro de la función renal?:
1. Albúmina iv de 1,5 g/kg el primer día y 1 g/kg el tercer día. Previene
el deterioro de la función renal y mejora la sobrevida intrahospitalaria.
Se recomienda en pacientes con mayor riesgo de desarrollar un
deterioro de la función renal: niveles basales de BUN > 30 mg/dl y/o
creatinina plasmática > 1 mg/dl, o bilirrubinemia > 4 mg/dl.
2. Evitar maniobras que favorecen el deterioro de la función renal:
fármacos nefrotóxicos (aminoglicósidos, AINE), diuréticos, para-
centesis evacuadora.
207
ROSA M. PÉREZ A.
208
COMPLICACIONES DEL DAÑO HEPÁTICO CRÓNICO
Profilaxis
La PBE es un factor predictivo de elevada mortalidad a mediano
plazo y una indicación de trasplante hepático. Existen meta-análisis que
han demostrado que la profilaxis tiene buena relación costo-beneficio,
mejora la sobrevida y retrasa la indicación de trasplante hepático.
Debemos distinguir dos tipos de profilaxis:
• Profilaxis primaria. Sólo en pacientes sin antecedentes de PBE,
con elevado riesgo de presentar un primer episodio: a) pacientes
con ascitis y hemorragia digestiva, cuya probabilidad de presentar
esta complicación es del 30 al 50%. En los pacientes sin ascitis y con
hemorragia digestiva, también es recomendable realizar profilaxis
antibiótica, porque hasta un 20% presentan alguna infección en el
momento de su hospitalización y hasta un 50% la desarrollará du-
rante el ingreso, b) presencia < 10 g/l de proteínas en el LA, en
pacientes con hospitalizaciones prolongados o con bilirrubina > 3
mg/dl; y/o un recuento de plaquetas < 90.000/ µl. El riesgo de PBE
en estos casos es > 40%. c) Pacientes con < 10 g/l de proteínas en
LA, en lista de espera para trasplante hepático (no existe consenso
al respecto por falta de estudios prospectivos).
• Profilaxis secundaria. En todos los pacientes que hayan presenta-
do un episodio previo de PBE, cuya probabilidad de recidiva es
superior al 50% anual.
¿Qué antibióticos deben emplearse en cada caso?
• Pacientes con hemorragia digestiva: Norfloxacino oral 400 mg c/12 h
durante 7 días. Si se usa la vía sistémica: cefotaxima, ciprofloxacino
o amoxicilina-ac.clavulánico. Siempre debe efectuarse una para-
centesis exploradora antes del inicio de la profilaxis antibiótica, por
el elevado riesgo de que estos pacientes ya tengan una PBE en el
momento de la hospitalización.
• Pacientes < 10 g/l de proteínas en LA y en las situaciones antes descri-
tas: Norfloxacino oral 400 mg/día de forma permanente mientras exista
ascitis. Otras alternativas: ciprofloxacino oral 750 mg/semanal y
trimetroprim-sulfametoxazol doble concentración oral 5 días/sema-
na. Cabe destacar que sólo existe un estudio que evaluó la eficacia
de estos dos últimos antibióticos y con un escaso número de pa-
cientes. No existe consenso sobre la indicación de profilaxis prima-
ria en los pacientes con sólo < 10 g/l de proteínas en LA en ausencia
de una bilirrubina elevada o plaquetas disminuidas.
209
ROSA M. PÉREZ A.
En resumen:
• Todo paciente cirrótico con ascitis debe ser sometido a una para-
centesis exploradora aunque no tenga signos de infección.
• Todo paciente que haya presentado un episodio de PBE debe eva-
luarse para trasplante hepático.
• Existen meta-análisis que demuestran que la profilaxis de la PBE se
asocia a una mejoría de la sobrevida y presenta una buena relación
costo-beneficio si se aplica en pacientes con riesgo elevado de
infección: a) Antecedentes de PBE y b) Proteínas < 10 g/l en LA
asociada a bilirrubinemia > 3 mg/dl o plaquetas disminuidas
(< 90.000/µl).
ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA
Definición
Patogenia
210
COMPLICACIONES DEL DAÑO HEPÁTICO CRÓNICO
Factores predisponentes
La insuficiencia hepatocelular y la presencia de colaterales porto-
sistémicas son factores imprescindibles para que se produzca la EH.
Factores determinantes
No se han identificado con claridad las sustancias responsables de
la alteración en la neurotransmisión. Si bien el amonio puede que sea el
factor más importante, la importancia de su medición en sangre es dis-
cutible, ya que existe una mala correlación entre los niveles arteriales y
el grado de EH y clínicamente no es útil. La toxicidad del amonio se debe
a cambios intracerebrales secundarios a su metabolismo, sus niveles en
la periferia no reflejan con exactitud las alteraciones neuroquímicas.
Factores precipitantes
• Hemorragia digestiva.
• Transgresiones dietéticas.
• Estreñimiento.
• Insuficiencia renal.
• Alteraciones hidroelectrolíticas.
• Infecciones.
• Sedantes.
Manifestaciones clínicas
1. Aguda o subaguda. Aparece de forma brusca o de manera subaguda
en el curso de una semana.
2. Aguda o subaguda recurrente. Episodios muy ocasionales de dura-
ción o intensidad variables, pero con normalidad absoluta en los
intervalos.
3. Recidivante. Episodios sucesivos durante meses o años, aunque
con medidas adecuadas pueden ser reversibles y controlables.
4. Crónica. Es permanente, con una evolución de curso oscilante en
intensidad y habitualmente es progresiva e irreversible, sin interva-
los libres de signos o síntomas de EH. Este tipo suele presentarse
en pacientes con una cirrosis hepática y un elevado grado de anasto-
mosis portosistémicas, ya sean espontáneas o quirúrgicas (shunt
portocava).
5. EH latente. Sólo detectable mediante exploraciones complementa-
rias.
La clasificación de la EH se puede ver en la Tabla 1.
211
ROSA M. PÉREZ A.
Diagnóstico
212
COMPLICACIONES DEL DAÑO HEPÁTICO CRÓNICO
Tratamiento
213
ROSA M. PÉREZ A.
214
COMPLICACIONES DEL DAÑO HEPÁTICO CRÓNICO
215
ROSA M. PÉREZ A.
Referencias
216
HÍGADO Y DROGAS
DR. JUAN RAMÓN SOTO HENRÍQUEZ
Introducción
Junto a los virus y al alcohol, el daño hepático por medicamentos es
una de las causas más frecuentes de enfermedad hepática. Se estima
que produce más del 40% de las hepatitis agudas en personas mayores
de 50 años y alrededor del 20 al 25% de los casos de insuficiencia
hepática aguda.
Los medicamentos también pueden causar hepatitis crónica
(metildopa, nitrofurantoína), cirrosis (metotrexato), esteatohepatitis
(amiodarona), alteraciones vasculares como la enfermedad venooclusiva
y el síndrome de Budd-Chiari, (azatioprina, anticonceptivos orales) y
neoplasias (anticonceptivos orales, esteroides anabólicos).
En la práctica clínica es esencial que cualquier paciente con ictericia
o alteración de las “pruebas hepáticas” sea interrogado cuidadosamen-
te respecto a uso de medicamentos, incluso de medicina alternativa
como hierbas, vitaminas y “productos naturales”, ya que se han des-
crito numerosos casos de daño hepático por estos agentes. También se
debe tener presente que el uso de drogas ilícitas como cocaína y “Exta-
sis” (5-metoxi-3, 4-metilendioximetamfetamina) puede causar daño he-
pático agudo severo.
Metabolismo de drogas
Las drogas son generalmente lipofílicas, y por lo tanto, deben ser
transformadas en compuestos más polares para su eliminación renal o
biliar. Este proceso tiene lugar en el hígado, habitualmente en dos fases.
Las reacciones de fase I, fundamentalmente oxidativas, son catalizadas
por enzimas de la familia del citocromo P-450. En esta fase se generan
con frecuencia metabolitos reactivos, capaces de inducir
lipoperoxidación o de unirse covalentemente a macromoléculas o al
DNA, causando necrosis celular. Las reacciones de fase II neutralizan
estos metabo-litos conjugándolos con glucurónidos, sulfatos o glutatión
que se excretan.
Patogenia
El daño hepático puede ser causado por dos mecanismos: toxicidad
directa o idiosincrasia (Tabla 1).
217
JUAN RAMÓN SOTO H.
Toxicidad directa
Los tóxicos directos o intrínsecos, producen daño hepático regular-
mente en los individuos expuestos a una dosis suficiente, después de
un período de latencia corto y las lesiones son reproducibles en anima-
les de experimentación.
De más de 900 medicamentos que han sido incriminados en casos
de hepatotoxicidad, sólo unos pocos son tóxicos directos y el más
importante, por ser de uso muy frecuente es el paracetamol.
Idiosincrasia
En la hepatotoxicidad por idiosincrasia o indirecta, el daño es impre-
decible y ocurre rara vez e independiente de la dosis en quienes reciben
el medicamento.
Se piensa que este fenómeno se debe a una variabilidad genética de
las isoenzimas del citocromo P-450. Ello determinaría la ausencia de
metabolismo de un precursor determinado, o la producción excesiva de
metabolitos tóxicos, capaces de dañar los hepatocitos, la excreción bi-
liar o las estructuras vasculares del hígado, causando los diferentes
cuadros clínicos.
Manifestaciones extrahepáticas de hipersensibilidad como fiebre,
artralgias, erupción cutánea, leucocitosis y eosinofilia, ocurren en aproxi-
madamente el 25% de los pacientes con reacciones idiosincráticas; en
estos casos, se formarían metabolitos tóxicos que probablemente gene-
rarían anticuerpos.
Factores asociados como edad, sexo, consumo de alcohol, dieta,
enfermedad preexistente y consumo simultáneo de otros fármacos pue-
218
HÍGADO Y DROGAS
Clínica
219
JUAN RAMÓN SOTO H.
Diagnóstico
Prevención de la hepatotoxicidad
220
HÍGADO Y DROGAS
Tratamiento
221
JUAN RAMÓN SOTO H.
Referencias
1.- Farrell G. Liver disease caused by drugs, anesthetics and toxins en: Feldman
M, Scharschmidt, BF y Sleisenger MH, Ed. “Sleisenger & Fordtran’s:
Gastrointestinal and Liver Disease” 6a Ed, Filadelfia, WB Saunders, 1998,
1221-52.
2.- Zimmerman H. Drug induced liver disease. Clin Liver Dis 2000; 4: 73-96.
3.- Silva M, Roth D, Reddy K et al. Hepatic dysfunction accompanying acute
cocaine intoxication. J Hepatol 1991; 12: 312-15.
4.- Andreu V, Mas A, Bruguera M et al. Ecstasy: a common cause of severe
acute hepatotoxicity. J Hepatol 1998; 29: 394-7.
5.- Zimmerman H, Maddrey W. Acetaminophen (paracetamol) hepatotoxicity
with regular intake of alcohol: Analysis of instance of therapeutic
misadventure. Hepatology 1995, 22: 767-73.
6.- Kaplowitz N. Causality assesment versus-guilt-by-association in drug
hepatotoxicity. Hepatology 2001; 33: 308-10.
7.- Encinas A, Bruguera M. La hepatotoxicidad: la prevención como objetivo.
Gastroenterol Hepatol (Barcelona) 1998; 21: 97-9.
8.- Wolf CR, Smith G, Smith R. Pharmacogenetics. B M J 2000; 320: 987-90.
9.- US Food and Drug Administration. Center for Drug Evaluation and
Research: www.fda.gov/cder/livertox
10.- Medicines Control Agency (Gran Bretaña): www.mca.gov.uk/index.htm
222
ENFERMEDADES METABÓLICAS
DEL HÍGADO
DR. RODRIGO ZAPATA LARRAÍN
α-1-AT)
DÉFICIT DE ALFA-1 ANTITRIPSINA (α
Definición y concepto
Enfermedad hereditaria autosómica recesiva, frecuente en la pobla-
ción caucásica, especialmente de origen nor-europeo. La α-1-AT es un
inhibidor de una serie de proteasas (tripsina, quimotripsina y principal-
mente la elastasa) presentes normalmente en los neutrófilos. Su ausen-
cia determina daño celular progresivo por predominio de la actividad de
enzimas proteolíticas que se asocia a daño hepático y en algunos casos
a enfisema pulmonar.
Epidemiología
Es una alteración metabólica hepática frecuente, en población nor-
europea blanca la incidencia de la mutación homozigota es de 1/1.500.
En EE.UU. se observa en 1/1.600 a 1/2.000 nacidos vivos.
Etiopatogenia
La α-1-AT es sintetizada casi exclusivamente en el hígado y el gen
responsable de su síntesis se encuentra ubicado en el cromosoma 14.
La forma alélica normal se denomina PiMM. La forma patológica más
223
RODRIGO ZAPATA L.
224
ENFERMEDADES METABÓLICAS DEL HÍGADO
Tratamiento
El tratamiento es inicialmente de soporte. Evitar el tabaco para retrasar
la aparición del enfisema. Parece razonable mantener la lactancia mater-
na hasta el año de vida para disminuir las manifestaciones colestásicas
y en algunos casos puede asociarse el uso de ácido ursodeoxicólico
oral. El uso de terapias de reemplazo con a-1-AT es polémico. Otras tera-
pias se están investigando incluyendo terapias génicas.
En pacientes con daño hepático avanzado la alternativa es el tras-
plante hepático ortotópico que, además permite corregir el defecto
metabólico, pues el paciente adquiere el fenotipo del donante y alcanza
niveles plasmáticos normales de α-1-AT.
PORFIRIAS HEPÁTICAS
Definición y concepto
Grupo de enfermedades metabólicas causadas por deficiencias
genéticas de enzimas que participan en las vías biosintéticas del grupo
heme. La molécula heme es sintetizada principalmente en la médula
ósea (75-80%) y en el hígado (15-20%) y es un componente esencial de
variadas proteínas incluyendo: hemoglobina, mioglobina, citocromos
P450 y transportadores de electrones. Los intermediarios en la forma-
ción del heme (precursores) se denominan porfirinas y no tienen efec-
tos fisiológicos conocidos, sin embargo, su acumulación y excreción
excesiva se asocia a enfermedades clínicas características. Existen 8
pasos enzimáticos en la vía sintética del heme y la deficiencia en cual-
quier paso enzimático, con excepción del primero, determina una forma
específica de porfiria (Figura 1).
Clasificación
Existen siete variedades de porfirias, dependiendo de la enzima altera-
da (Figura 1); se pueden clasificar de acuerdo al sitio más importante de
225
RODRIGO ZAPATA L.
Epidemiología
La PCT es la más frecuente de las porfirias y generalmente se mani-
fiesta después de los 20 años de edad. Puede ser heredada en forma
autosómica dominante aunque más frecuentemente es adquirida.
La PAI es la más frecuente de las porfirias agudas y se observa en
5-10/100.000 personas, siendo autosómica dominante con penetrancia
incompleta.
Etiopatogenia
Los mecanismos que explican los síntomas no están del todo aclara-
dos, sin embargo, se sabe que los niveles elevados de porfirinas (pre-
cursores grupo heme) tendrían efectos citotóxicos en tejidos neurales y
cutáneos.
Clínica
Las porfirias agudas hepáticas incluyen a la PAI, CP, PVG y la Ala-
D-porfiria. Las tres primeras se heredan por mecanismos autosómicas
dominantes y la ALA-D-porfiria es autosómica recesiva. El 80% de los
pacientes con crisis agudas son mujeres (18-45 años de edad). Las crisis
se caracterizan por ataques recurrentes y muy intensos de síntomas
neuroviscerales (dolor abdominal con náuseas, vómitos y constipación),
alteraciones neurológicas (neuropatía periférica ocasionalmente con
compromiso de pares craneales, paresia o parálisis ascendente o inclu-
so cuadriplejia) y alteraciones neuropsiquiátricas (ansiedad, depresión,
psicosis aguda, confusión, alucinaciones, convulsiones y coma). El
dolor abdominal es causado por neuropatía periférica y se observa en el
90-95% de la porfirias agudas hepáticas. Durante la crisis aguda se
produce un aumento en la excreción urinaria de porfobilinógeno y áci-
do aminolevulínico.
226
ENFERMEDADES METABÓLICAS DEL HÍGADO
Porfobilinógeno
→ Porfobilinógeno deaminasa
↓ (Porfiria aguda intermitente: PAI)
Uroporfirinógeno I
→ Uroporfirinógeno III cosintetasa
(Porfiria eritropoyética congénita: PE
↓ o enfermedad de Gunther)
Uroporfirinógeno III
→ Uroporfirinógeno decarboxilasa
↓ (Porfiria Cutánea Tarda: PCT)
Coproporfirinógeno III
→ Coproporfirinógeno oxidasa
↓ (Coproporfiria Hereditaria: CP)
Protoporfirinógeno IX
→ Protoporfirinógeno oxidasa
↓ (Porfiria Variegata: PVG)
Protoporfirina IX
→ Ferroquelatasa
↓ (Protoporfiria Eritropoyética: PP)
GRUPO HEME
Los episodios agudos pueden ser precipitados por factores que esti-
mulen al sistema hepático P450 (alcohol, tabaco y algunos medicamen-
tos como barbitúricos, sulfas, griseofulvina, cloroquina, corticoides y
hormonas sexuales). Las crisis también pueden ocurrir frente a cambios
hormonales (embarazo o premenstrual) o sin mediar factor precipitante
227
RODRIGO ZAPATA L.
228
ENFERMEDADES METABÓLICAS DEL HÍGADO
Diagnóstico
Debe plantearse el diagnóstico de porfiria en pacientes con crisis
recurrentes de dolor abdominal y constipación, asociados a alteracio-
nes neuropsiquiátricas o en pacientes con hallazgos cutáneos típicos.
El examen físico y abdominal habitualmente es irrelevante. Suele
haber hipertensión, taquicardia sinusal y a veces retención urinaria.
La radiografía de abdomen simple puede mostrar un patrón de
pseudo-obstrucción con áreas de dilatación intestinal. En 10-40% de
los casos además hay fiebre y leucocitosis acompañando el cuadro de
dolor abdominal.
Una vez que se sospecha el diagnóstico de porfiria es indispensa-
ble corroborarlo bioquímicamente. Puede ser útil la demostración cuali-
tativa de exceso de porfobilinógeno en la orina mediante el test de
Watson-Schartz o de Hoesch. Un test positivo indica niveles de
porfobilinógeno urinarios al menos el doble de lo normal. Posteriormen-
te se debe confirmar mediante medición cuantitativa de porfobilinógeno
y ácido aminolevulínico en la orina.
Para distinguir entre las diferentes porfirias se requiere muestras de
sangre, orina y deposiciones para análisis de porfirinas y sus precurso-
res, aunque el tratamiento de la crisis será el mismo.
Prevención y tratamiento
Porfiria aguda
1. Evitar o tratar factores precipitantes (drogas, dietas hipocalóricas,
infecciones subyacentes). En el caso de crisis gatilladas por el ciclo
menstrual eventualmente usar análogos GnRh (LHRH) para inducir
amenorrea.
2. Tratamiento del dolor abdominal: opioides (meperidina) y reposo en
una habitación silenciosa.
3. En caso de agitación u otras alteraciones psiquiátricas: clorpromazina.
4. Taquicardia e hipertensión: propanolol.
5. Mantener una hidratación generosa: al menos dos litros de ingesta
líquida/día o ev (solución fisiológica).
6. Terapias específicas:
• De elección: Administración de glucosa (0,3 g/kg/hora o 300-
400 g/día, habitualmente en infusión endovenosa continua lenta).
La glucosa en esta dosis produce una reducción en la excreción
urinaria de porfobilinógeno debida a la inhibición de la ALA
sintetasa.
229
RODRIGO ZAPATA L.
HEMOCROMATOSIS
Definición y concepto
Trastorno del metabolismo del fierro caracterizado por su depósito
excesivo y progresivo en diferentes parénquimas: hígado, páncreas,
corazón, gónadas e hipófisis. Esta sobrecarga de fierro determina daño
tisular progresivo e insuficiencia funcional.
Clasificación
Existen dos formas de hemocromatosis: La hemocromatosis heredi-
taria o genética (HH; antiguamente llamada primaria o idiopática) y las
230
ENFERMEDADES METABÓLICAS DEL HÍGADO
4. Antihistamínicos: Difenhidramina.
Epidemiología
La HH es la enfermedad genética más frecuente de la población
caucásica. Afecta a 1 de cada 250-400 individuos blancos de descen-
dencia nor-europea (especialmente de origen nórdica o celta). Esta en-
fermedad es infrecuente en población indígena de África, Asia y Amé-
rica del Sur.
Etiopatogenia
Es una enfermedad autosómica recesiva asociada a mutaciones en
el brazo corto del cromosoma 6 (mutaciones del gen HFE) cercano al
locus para HLA. Dos mutaciones principales han sido decritas: La
231
RODRIGO ZAPATA L.
d) Atransferrinemia congénita
3. Administración exce-
siva de fierro parenteral
232
ENFERMEDADES METABÓLICAS DEL HÍGADO
Clínica
La HH es asintomática durante largo tiempo, mientras se va produ-
ciendo la sobrecarga progresiva de fierro y el daño tisular. Los síntomas
generalmente aparecen cuando se ha producido daño tisular importan-
te, lo cual generalmente ocurre con sobrecargas de fierro corporal de
unos 10 a 20 gramos. La edad de la mayoría de los pacientes, al momen-
to del diagnóstico es de 40 a 60 años y es más frecuente en hombres
que en mujeres (relación 8: 2). Las pérdidas crónicas durante los ciclos
menstruales protegen a la mujer de una enfermedad sintomática precoz.
La triada clínica clásica de Trousseau (hepatomegalia, diabetes e
hiperpigmentación) es infrecuente y sólo se ve en pacientes con enfer-
medad avanzada. El hepatocarcinoma es 200 veces más frecuente en
estos pacientes que en la población general. Los síntomas más princi-
pales se describen en la Tabla 3.
Existen pacientes adultos en los cuales se diagnostica la enferme-
dad durante el estudio causal de anormalidades de laboratorio hepático
o al estudiar a familiares de pacientes con hemocromatosis o sobrecar-
ga de fierro conocidas Las alteraciones de las transaminasas son habi-
tualmente discretas y se ven en el 30-50% de los pacientes. La hiperpig-
Tipo Frecuencia
Síntomas Debilidad, fatiga 40-85%
Apatía, desinterés 40-85%
Dolor abdominal 30-60%
Baja de peso 30-60%
Artralgias 40-60%
Pérdida líbido, impotencia 30-60%
Amenorrea 20-60%
Síntomas de insuficiencia cardíaca 0-40%
Signos Hepatomegalia 60-85%
Cirrosis 50-95%
Hiperpigmentación cutánea 40-80%
Artritis (2ª y 3ª metacarpofalángicas) 40-60%
Diabetes Mellitus 10-60%
Esplenomegalia 10-40%
Atrofia testicular 10-30%
Miocardiopatía dilatada 0-30%
233
RODRIGO ZAPATA L.
Diagnóstico
El diagnóstico de HH requiere de un alto índice de sospecha clínica
y una correlación clinico-patológica. Debe demostrarse una sobrecarga
de fierro corporal (% saturación de transferrina y ferritina), exceso de
fierro en células parenquimatosas (generalmente en el hígado), una his-
toria clínica y laboratorio que permitan excluir otras causas de sobrecar-
ga de fierro corporal.
Un aumento en la saturación de transferrina sobre 45% es el indica-
dor más sensible de sobrecarga de fierro y por lo tanto la alteración
fenotípica más precoz de la HH. Este parámetro se calcula dividiendo la
ferremia (µmol/l) por la TIBC (g/l) y multiplicando este resultado por
100. El examen debe realizarse en ayunas. La ferritina sérica es en gene-
ral proporcional a la cuantía del depósito de fierro en el organismo, sin
embargo, por ser una proteína de fase aguda puede elevarse en otras
condiciones patológicas (infección, inflamación, etc). El nivel sérico
normal de ferritina es menor de 300 ng/ml en hombres y de 200 ng/ml en
mujeres.
La resonancia magnética nuclear de hígado es de alta sensibilidad y
especificidad dado el masivo depósito del metal fierro.
El diagnóstico debe plantearse frente a todo paciente con una
hepatomegalia o cirrosis de causa no precisada, hiperpigmentación cu-
tánea, miocardiopatía, diabetes, artritis o hipogonadismo con eviden-
cias de sobrecarga de fierro (saturación de transferrina > 45% y/o ferritina
sérica > 300 ng/ml en el hombre o > 200 ng/ml en la mujer).
Los criterios fenotípicos actuales usados para el diagnóstico de HH
son los siguientes:
• Fierro hepático teñido en exceso (grado III-IV/IV de Sheuer).
• Concentración hepática de fierro aumentada (> 80 µmol/g seco de
peso).
• Índice hepático de fierro (IHF) mayor a 1,9.
• Fierro total acumulado removido por flebotomías mayor a 5 gramos.
Los tres primeros criterios dependen de una biopsia hepática y el
último es un criterio retrospectivo.
234
ENFERMEDADES METABÓLICAS DEL HÍGADO
Tratamiento
235
RODRIGO ZAPATA L.
236
ENFERMEDADES METABÓLICAS DEL HÍGADO
Saturación de transferrina/Ferritina
Normales Elevados
Detener estudio Estudio mutaciones gen HFE
Heterocigoto C282Y o
Heterocigoto H63D o Mutaciones gen HFE (+)
Sin mutaciones gen HFE
(C282Y/C282Y o C282Y/H63D)
IHF < 1,9 IHF > 1,9 AST/ALT AST/ALT
Normales Anormales
Probable
sobrecarga
Probable HH
Bx Hígado
2ria de fierro
FLEBOTOMÍAS
caso índice tiene alguna de las mutaciones del gen HFE. Si la ferritina es
normal deberá reevaluarse periódicamente. Si la ferritina es alta deberá
iniciarse tratamiento con sangrías periódicas.
Definición y concepto
Enfermedad autosómica recesiva que se caracteriza por el depósito
excesivo de cobre principalmente en el hígado, cerebro, riñones y córneas.
Esta sobrecarga se debería a una reducción de la excreción biliar de cobre.
237
RODRIGO ZAPATA L.
Epidemiología
Su prevalencia es de 1/30.000, siendo más frecuente en grupos
poblacionales con mayores tasas de relaciones de consanguinidad
(Cerdeña, algunas islas de Japón).
Etiopatogenia
La ingesta diaria de cobre es de aproximadamente 1-2 mg/día. Sólo el
10% del cobre dietético es absorbido a nivel intestinal. El cobre es
transportado a través de la circulación portal al hígado acoplado a albú-
mina, histidina y transcupreína. Los hepatocitos captan ávidamente el
cobre y lo reducen a Cu+ transportándolo a través de la membrana
celular hacia sitios como el Golgi. El gen ATP7B localizado en el
cromosoma 13, codifica una proteína ATPasa transportadora de cobre
(WDP) que moviliza este metal del hepatocito hacia la bilis y permite
además la síntesis de ceruloplasmina.
En la EW se produce una mutación genética que determina la au-
sencia de la proteína WDP, determinando la acumulación patológica de
cobre intracelular que en exceso e in vitro sería hepatotóxico. La fre-
cuencia génica de esta mutación es de 0,4%. El depósito patológico de
cobre en el hígado se asocia a hepatomegalia y a esteatosis, llevando
en etapas más tardías a fibrosis periportal y finalmente en puente.
Clínica
La EW se presenta de diferentes formas, la edad de inicio de sínto-
mas también varía (entre los 3 y los 40 años de edad). Aproximadamente
el 40% se presenta con una hepatopatía entre los 3 y los 12 años. Las
manifestaciones hepáticas pueden ser agudas (falla hepática fulminan-
te) o crónicas (cirrosis).
Alrededor del 50% tienen una presentación psiquiátrica o neuro-
lógica, generalmente, en la adolescencia o más tardíamente y de ellos, la
mitad sufre de una enfermedad hepática clínicamente detectable. Algunos
enfermos presentan una enfermedad neurológica progresiva sin
disfunción hepática y otros pueden debutar con hemólisis grave (Tabla 4).
En la mayoría de los enfermos con presentación neurológica puede
apreciarse el clásico anillo de Kayser-Fleischer corneal, debido al depó-
sito patológico de cobre en la membrana de Descemet. Sin embargo,
entre el 15-59% de los pacientes con presentación hepática aislada no
se aprecia este hallazgo oftalmológico.
238
ENFERMEDADES METABÓLICAS DEL HÍGADO
Diagnóstico
Un adecuado índice de sospecha clínica es la clave para el diagnóstico
de la EW. Luego sigue la confirmación diagnóstica mediante exámenes
complementarios de laboratorio.
En general, en todo adolescente o joven con enfermedad hepática
de etiología no aclarada y especialmente si se asocia a alguna manifes-
tación neurológica o psiquiátrica, debe plantease el diagnóstico de EW.
El examen oftalmológico cuidadoso buscando el anillo de Kayser-
239
RODRIGO ZAPATA L.
Tratamiento
Parece razonable evitar alimentos con excesivo contenido de cobre
(chocolate, algunos mariscos e hígado).
240
ENFERMEDADES METABÓLICAS DEL HÍGADO
241
RODRIGO ZAPATA L.
Trasplante hepático
La corrección del defecto metabólico sólo es posible mediante el
trasplante hepático ortotópico, que es el tratamiento de elección en
pacientes con hepatitis fulminante por EW y en aquellos con insufi-
ciencia hepática avanzada refractaria a tratamientos farmacológicos. En
pacientes con disfunción neurológica o psiquiátrica severa el trasplan-
te hepático es polémico, pues sólo en algunos casos se ha observado
una cierta mejoría clínica.
242
ENFERMEDADES METABÓLICAS DEL HÍGADO
y entre 12-18 mg/dl: 3 puntos; SGOT entre 150-200 U/l: 2 puntos y entre
200-300: 3 puntos; Protrombina entre 8 y 12 segundos sobre lo normal:
2 puntos y entre 12-20 segundos: 3 puntos]. Un puntaje mayor a 7 o su
deterioro progresivo es indicación de trasplante.
El manejo inicial es de soporte, uso de quelantes (D- Penicilamina y
Zinc), N-acetilcisteina (que mantiene niveles de glutation y es quelante
de cobre) y eventualmente ultrafiltración en espera de la posibilidad de
un trasplante hepático.
Referencias
243
INSUFICIENCIA HEPÁTICA AGUDA
DR. ALEJANDRO SOZA RIED
Definición
Etiología y antídotos
244
INSUFICIENCIA HEPÁTICA AGUDA
Indeterminadas
245
ALEJANDRO SOZA R.
Clínica
246
INSUFICIENCIA HEPÁTICA AGUDA
Tratamiento
Complicaciones
Medidas Generales:
• Mantener al paciente con una elevación de la cabeza de 30º.
• Prescindir de la sedación, en particular benzodiazepinas y antiemé-
ticos.
• Evitar la estimulación innecesaria como aspiración de secreciones.
• El control de la fiebre y la hipotermia controlada reducen el edema
cerebral.
247
ALEJANDRO SOZA R.
Monitoreo de la PIC:
• El monitoreo de presión intracraneana (PIC) es vital en el diagnósti-
co precoz y tratamiento de la hipertensión endocraneana asociada
al edema cerebral, particularmente en los enfermos en ventilación
mecánica o que cumplen criterios para trasplante hepático.
• La exploración por imágenes no tiene sensibilidad suficiente para
detectar edema, incluso en pacientes con PIC muy elevadas.
Medidas Específicas:
Manitol:
• Actúa como agente osmótico reduciendo el agua intracerebral.
• Su uso ha demostrado mejorar la sobrevida en pacientes con falla
hepática aguda y encefalopatía grado IV.
Barbitúricos:
• Se debe usar cuando hay preservación del flujo cerebral.
• Aparentemente su principal efecto es reducir la hiperemia cerebral
al disminuir el consumo de oxígeno cerebral.
Ventilación Mecánica:
• La hiperventilación disminuye la pCO2 y con esto el flujo cerebral.
Esto reduce la PIC durante la fase hiperémica de la FHA, pero en las
fases avanzadas, la hiperventilación puede agravar la isquemia ce-
rebral. Por esto, la ventilación debe guiarse estrictamente por los
cambios detectados en el monitoreo de la PIC y consumo de O2
cerebral.
Otras medidas:
• La restricción de proteínas, la lactulosa y la neomicina no tiene valor
práctico.
• Los corticoides no son efectivos en el manejo del edema cerebral.
Infección
La sepsis complica hasta el 80% de los casos de FHA y causa la
muerte en el 10%. Los signos clásicos de infección (fiebre y leucocitosis)
pueden estar ausentes, por lo que se requiere un alto índice de sospe-
cha. Predominan las cocáceas Gram (+).
La detección y tratamiento precoz de la sepsis son críticos. Con el
uso precoz de antibióticos mejora el porcentaje de enfermos aptos para
trasplante.
248
INSUFICIENCIA HEPÁTICA AGUDA
Coagulopatía
Los trastornos de la coagulación son habituales en la FHA y predis-
ponen a sangrado por sitios de punción y gastro-intestinal. La inciden-
cia de hemorragia digestiva ha disminuido considerablemente con el
uso de inhibidores H2 y sucralfato.
El manejo incluye la administración de vitamina K para excluir su
déficit. La corrección del tiempo de protrombina con plasma está indica-
do sólo si hay sangrado activo o antes de un procedimiento invasivo.
La trombocitopenia bajo 50.000 plaquetas/ml requiere transfusión si
hay sangrado activo.
La medición del factor V se usa regularmente en el seguimiento
debido a su corta vida media y a que no se afecta por el aporte de
plasma. Además es un factor independiente de pronóstico.
Falla renal
La insuficiencia renal oligúrica se presenta en el 30% de los pacien-
tes con encefalopatía grado IV. La medición de niveles de creatinina y
diuresis horaria son mejores indicadores.
El aporte de volumen en forma de albúmina y plasma fresco son de
elección.
Cambios metabólicos
La hipoglicemia es frecuente como consecuencia de depleción de
glicógeno hepático y gluconeogénesis disminuida. Habitualmente se re-
quiere un aporte continuo de glucosa al 10% y monitorización de la glicemia.
Se debe administrar tiamina en forma rutinaria durante 3 días para evitar
déficit agudo de esta vitamina al aportar infusiones de carbohidratos.
Otros trastornos metabólicos son: alcalosis respiratoria de origen
central, acidosis metabólica (frecuente en FHA por paracetamol), hipofos-
femia, hipocalcemia, hiponatremia e hipomagnesemia.
249
ALEJANDRO SOZA R.
Trasplante hepático
Referencias
1.- Schiodt F, Atillasoy E, Shakil A et al. Etiology and outcome for 295 patients
with acute liver failure in the United States. Liver Transpl Surg 1999; 5: 29-
34.
2.- Takahashi Y, Kumada H, Shimizu M et al. A multicenter study on the
prognosis of fulminant viral hepatitis: early prediction for liver
transplantation. Hepatology 1994; 19: 1065-71.
3.- Van Thiel D, Brems J, Nadir A et al. Liver transplantation for fulminant
hepatic failure. J Gastroenterol 2002; 37 (Suppl 13): 78-81.
4.- Hoofnagle J, Carithers R Jr, Shapiro C, Ascher N. Fulminant hepatic failure:
summary of a workshop. Hepatology 1995; 21: 240-52.
5.- Makin A, Wendon J, Williams R. A 7-year experience of severe
acetaminophen-induced hepatotoxicity (1987-1993). Gastroenterology
1995; 109: 1907-16.
6.- Blei A, Larsen F. Pathophysiology of cerebral edema in fulminant hepatic
failure. J Hepatol 1999; 31: 771-6.
250
TUMORES HEPÁTICOS
DR. FRANCISCO FUSTER SALDÍAS
Clínica
La mayoría son asintomáticos y permanecen estables a lo largo del
tiempo, especialmente los pequeños (menores de 4 cm de diámetro).
Aquellos que son de mayor tamaño y especialmente los superiores
251
FRANCISCO FUSTER S.
Diagnóstico
El laboratorio suele ser normal, sólo en los HC grandes pueden
identificarse colestasis por compresión de estructuras vecinas; excep-
cionalmente son la hemólisis, hipofibrinogenemia o plaquetopenia.
El US en las lesiones pequeñas suele dar una imagen característica-
mente hiperecogénica, redondeada, bien delimitada, con refuerzo pos-
terior, sin halo periférico, y con distribución homogénea de los ecos.
Esta imagen, si bien es típica, no es patognomónica. El TAC dinámico
suele dar una imagen bastante más específica (> 95%), consistente en una
imagen de contraste periférico precoz seguido por un contraste centípetro
tardío, de aspecto globular, con o sin áreas de contraste encharcado.
La RNM reproduce este patrón de contraste con una imagen bien
definida, levemente hipointensa y de márgenes lobulados en la fase
precontraste T1. Tres patrones de contraste han sido descritos para
HC, el más frecuente y característico es el antes descrito para el TAC,
siendo la RNM especialmente útil en el diagnóstico de lesiones peque-
ñas, sobretodo en el contexto de hígado graso y/o para descartar me-
tástasis.
La cintigrafía con glóbulos rojos marcados y la arteriografía dan
imágenes típicas, pero en la actualidad se utilizan cuando el TAC y la
RNM no son característicos.
La punción biopsia con aguja fina suele ser segura, pero casi siem-
pre innecesaria.
Tratamiento
Habitualmente innecesario, por su curso asintomático y libre de
complicaciones. Excepcionalmente, en los casos con síntomas significati-
vos relacionados con gran masa, ruptura, asociación con coagulopatía,
252
TUMORES HEPÁTICOS
Clínica
Diagnóstico
253
FRANCISCO FUSTER S.
Tratamiento
Clínica
254
TUMORES HEPÁTICOS
Diagnóstico
No hay cambios específicos en el laboratorio ni en el US, siendo su
apariencia variable.
Las imágenes obtenidas con el TAC Helicoidal de 3 fases y con la
RNM con contraste, son equivalentes.
Tratamiento
La regresión del AH ha sido ocasionalmente observada post sus-
pensión de ACO, este resultado no es constante, y el crecimiento pos-
terior de la masa también es posible.
Hay un riesgo pequeño pero no despreciable de degeneración ma-
ligna. Por todo ello, el AH debe ser resecado.
CARCINOMA HEPATOCELULAR
Definición
Tumor maligno primitivo del hígado, originado en los hepatocitos.
Epidemiología
El Carcinoma Hepatocelular (CHC), es lejos el tumor hepático primi-
tivo más frecuente del adulto y uno de los tumores viscerales más
prevalentes de mundo.
El CHC tiene una distribución geográfica muy variable, por una
parte están los países occidentales, con una baja incidencia, menor a 5
o 10 casos por 100.000, entre los que se encuentra Chile; en el otro
extremo están los países Africanos sub Saharianos y Asia en general,
con incidencias sobre 20 casos por 100.000 habitantes.
En Occidente y Asia, la hepatitis crónica viral, que con lleva a cirrosis,
255
FRANCISCO FUSTER S.
Clínica
256
TUMORES HEPÁTICOS
Diagnóstico
257
FRANCISCO FUSTER S.
Tratamiento
258
TUMORES HEPÁTICOS
Resección quirúrgica
La resección quirúrgica ha demostrado ser claramente beneficiosa
sólo ante lesiones únicas, de pequeño tamaño, y con muy buena fun-
ción hepática, evidenciada por unas pruebas bioquímicas totalmente
normales, junto a la ausencia de signos que sugieran hipertensión por-
tal ni diseminación. En otras circunstancias clínicas hay discrepancias
sobre la utilidad de someter al riesgo de la cirugía a estos pacientes. La
sobrevida a 5 años de los candidatos óptimos es de 70%, la que está
limitada en gran parte por la alta recurrencia del CHC, > 70% a 5 años.
Trasplante hepático
Los candidatos óptimos al transplante son pacientes con un CHC
único < 5 cm, o con un máximo de 3 nódulos, menores de 3 cm, sin
evidencias de diseminación extrahepática ni compromiso vascular. La
sobrevida de estos pacientes es de un 70% aproximadamente a los 5 años,
con una recurrencia del 15 a 20%. Estas cifras junto al hecho de que
elimina la enfermedad de base, la hacen en teoría, la terapia ideal, ya que no
todos los pacientes pueden acceder a ella, principalmente por el esca-
so número de órganos disponibles, lo que obliga a un tiempo prolonga-
do en lista de espera (alrededor de 6 a 9 meses en nuestro país), junto a
un muy elevado costo.
Estos motivos han generado continuas discusiones y revisiones
sobre el tema; ya que a lo antes referido se agrega el uso de terapias que
pretenden evitar la diseminación del tumor mientras se espera el tras-
plante, como son la ablación percutánea con alcohol o radiofrecuencia,
o la embolización transarterial, terapias que si bien tienen una base
sólida para ser empleadas, en este contexto no han sido evaluadas en
estudios controlados.
Por otra parte, la emergente utilización de donantes vivos en casos
pediátricos agudos, con buenos resultados, ha propiciado un creciente
interés, junto con un importante debate ético, sobre su utilización en
259
FRANCISCO FUSTER S.
260
TUMORES HEPÁTICOS
Referencias
261
LITIASIS BILIAR Y SUS COMPLICACIONES
DR. PABLO CORTÉS GONZÁLEZ
DR. JUAN F. MIQUEL POBLETE
Epidemiología
80
masculino
femenino
60
Prevalencia (%)
40
20
0
20-29 30-39 40-49 50-59 60-69 >69
Grupos Etarios (años)
262
LITIASIS BILIAR Y SUS COMPLICACIONES
Sexo Obesidad
Colesterol-HDL ↓
Edad COLELITIASIS
Paridad ↑
Clínica
Colelitiasis Asintomática
La mayoría de los pacientes con colelitiasis no tienen síntomas y a
su vez, muchos pacientes portadores de litiasis vesicular pueden tener
síntomas digestivos no atribuibles a esta enfermedad, sino que a otras
enfermedades digestivas crónicas altamente prevalentes (litiasis
asintomática en pacientes sintomáticos).
263
PABLO CORTÉS G. y JUAN F. MIQUEL P.
COLELITIASIS
ASINTOMÁTICA ?
CÁNCER
CÓLICO BILIAR SIMPLE VESICULAR
COLEDOCOLITIASIS
PERITONITIS ÍLEO
BILIAR BILIAR COLANGITIS AGUDA
SUPURADA
Asintomático
Sintomático
PANCREATITIS AGUDA BILIAR
Complicaciones
264
LITIASIS BILIAR Y SUS COMPLICACIONES
265
PABLO CORTÉS G. y JUAN F. MIQUEL P.
Diagnóstico
266
LITIASIS BILIAR Y SUS COMPLICACIONES
plicaciones como aire en la vía biliar (neumobilia por una fístula bilio-
digestiva), o íleo mecánico por obstrucción intestinal producida por un
cálculo biliar impactado generalmente en la válvula íleocecal (íleo biliar).
Tratamiento
• Coledocolitiasis asociada
• Pólipo vesicular asociado
• Vesícula en porcelana
• Lumen vesicular no visualizado en ecografía
• Cálculos grandes (> 2,5 cm)
• Antecedentes familiares de cáncer vesicular
• Otras aconsejables:
- Colecistectomía al pasar, en cirugías abdominales por otras
causas (cirugía vascular, gastrectomía, otras)
- Detección a edades tempranas de la vida (< 15 años)
- Alta ruralidad
- Poblaciones con alta incidencia de cáncer vesicular (Mapuches)
- Temor del paciente a desarrollar cáncer vesicular
267
PABLO CORTÉS G. y JUAN F. MIQUEL P.
268
LITIASIS BILIAR Y SUS COMPLICACIONES
Referencias
269
ENFERMEDADES NO LITIÁSICAS DE
LA VÍA BILIAR
DRA. MARÍA DE LOS ANGELES GATICA URETA
Introducción
Sin duda que la primera causa de enfermedad biliar en nuestro país,
está representada por la litiasis y sus complicaciones.
En este capítulo revisaremos las afecciones no litiásicas, que tienen
una incidencia mucho menor, pero son de importancia en el diagnóstico
diferencial de la patología biliar. El enfoque terapéutico y adecuada
resolución dependerán de la acuciosidad diagnóstica en cada caso en
particular.
Enfermedades congénitas
QUISTE COLEDOCIANO
270
ENFERMEDADES NO LITIÁSICAS DE LA VÍA BILIAR
Clínica
Se presenta en la infancia y adolescencia con hepatomegalia y dolor
abdominal. Fiebre e ictericia por colangitis recurrente, en ocasiones,
sepsis y absceso hepático. La hepatoesplenomegalia se observa en
fase de cirrosis.
Diagnóstico
Mediante ecotomografía y tomografia computada abdominal (TAC).
Tratamiento
En enfermedad limitada a un lóbulo hepático, resección quirúrgica.
Terapia con ácido ursodeoxicólico puede disolver la litiasis intra-
hepática.
En enfermedad difusa se recomienda trasplante hepático.
Enfermedades adquiridas
271
MARÍA DE LOS ANGELES GATICA U.
Clínica
Cuadro séptico sin foco evidente o hiperamilasemia en pacientes
con las características antes mencionadas. Su curso es fulminante, en la
mitad de los casos al momento del diagnóstico ya existe una complica-
ción como gangrena o perforación vesicular, empiema y colangitis, en
caso de sobreinfección bacteriana.
Diagnóstico
Lo más importante es la sospecha clínica precoz.
La ecotomografía tiene sensibilidad de 67 al 92%, y especificidad
del 90%.
En la TAC se observa sensibilidad y especificidad mayor del 95%.
Tratamiento
Restablecer hemodinamia y antibióticos de amplio espectro.
Colecistectomía abierta de elección.
En pacientes que no toleren anestesia, colecistostomía percutánea.
Colecistostomía endoscópica transpapilar e instalación de sonda naso-
biliar (en coagulopatías severas o ascitis que impida la vía percutánea).
Uso de CCK ev diario profiláctico: no está definido la relación costo/
beneficio.
Enfermedades parasitarias
HIDATIDOSIS
Diagnóstico
Se efectúa mediante las distintas técnicas de imágenes: ecotomo-
grafia; TAC, resonancia nuclear magnética, colangio-resonancia y CPER.
Tratamiento
El tratamiento es quirúrgico.
272
ENFERMEDADES NO LITIÁSICAS DE LA VÍA BILIAR
ASCARIASIS
Clínica
Cólico biliar, ictericia y colangitis, sensibilidad y masa palpable en
hipocondrio derecho.
Diagnóstico
Rx simple de abdomen y ecotomografia abdominal.
Examen parasitológico de deposiciones.
Tratamiento
Analgésicos y antiespasmódicos, junto con terapia específica des-
crita en capítulo correspondiente.
Eventualmente duodenoscopía, CPER y extracción de los parásitos.
La cirugía es excepcional, cuando hay compromiso intrahepático.
FASCIOLIASIS
Clínica
Cólico biliar recurrente, colangitis, obstrucción biliar y la infección
crónica puede conducir a cirrosis. Otra forma de presentación es fiebre
prolongada, dolor abdominal, hepatomegalia y eosinofilia.
Diagnóstico
Serología especialmente por ELISA, junto con parasitológico en
deposiciones (10 muestras), aspirado duodenal o bilis.
Ocasionalmente de utilidad la CPER y rara vez la biopsia hepática.
Tratamiento
En la actualidad, el fármaco de elección es el triclabendazol.
273
MARÍA DE LOS ANGELES GATICA U.
Clínica
Dolor postprandial en hemiabdomen superior, que va desde males-
tar inespecífico hasta un cólico biliar típico. En casos más graves puede
producir obstrucción de la vía biliar, con dilatación coledociana, altera-
ción bioquímica de las enzimas hepáticas o disfunción del esfínter de
pancreático, con episodios de pancreatitis recurrente.
El siguiente esquema corresponde a la clasificación de Milwankee
para esta patología.
Biliar Pancreática
Diagnóstico
El diagnóstico de DEO de tipo I, se establece por métodos clínicos,
al menos 2 episodios de obstrucción de la vía biliar principal en ausen-
cia de coledocolitiasis.
Test de Debray. Estimulación con ácido dehidrocólico y morfina,
que produce dolor que cede con TNT; con alza de transaminasas.
Test de Nardi. Estimulación con Neostigmina de la secreción bilio-
pancreática + morfina, que provoca el espasmo del esfínter, con alza de
transaminasas y amilasa.
274
ENFERMEDADES NO LITIÁSICAS DE LA VÍA BILIAR
Tratamiento
En tipo I, esfinterotomía endoscópica. En tipo II y III se puede inten-
tar tratamiento con TNT o nitroglicerina en parche, eventualmente con
antagonista de calcio. Tratamiento alternativo es la colocación de stent
o inyección de toxina botulínica en la papila – una buena respuesta
clínica apoya la indicación de la posterior esfinterotomía.
Clínica
Los síntomas más frecuentes son ictericia, prurito, dolor en el cua-
drante superior derecho y disminución de peso. Ocasionalmente
colangitis, que es más frecuente después de instrumentalización. Al
examen físico presenta ictericia, signos de grataje, hepatomegalia, masa
palpable y en algunos casos, signo de Courvoisier.
Diagnóstico
Aumento acentuado de fosfatasas alcalinas (FA), variable de
bilirrubina y leve aumento de transaminasas. Aumento de Ca 19-9.
De gran utilidad exámenes como la ecotomografía, TAC y CPER.
Tratamiento
Cirugía, sólo 25% es resecable al momento del diagnóstico. La mejor
opción terapéutica la tienen los tumores distales. El tratamiento es la
operación de Whipple. Los tumores más proximales requieren de resec-
ción hepática y hepático-yeyunoanastomosis.
En la mayoría de los casos el tratamiento es paliativo, con la instala-
ción de prótesis por vía endoscópica.
275
MARÍA DE LOS ANGELES GATICA U.
Clínica
Ictericia y prurito. Ocasionalmente melena por friabilidad o necrosis
tumoral.
Diagnóstico
Laboratorio: aumento de FA, con discreto aumento de bilirrubina.
Ecotomografía y TAC (dilatación simultánea de colédoco y conduc-
to pancreático, “double duct sign”), duodenoscopía y biopsias.
Tratamiento
Resección en el 75% de los casos. Operación de Whipple.
Tratamiento paliativo: esfinterotomía endoscópica y prótesis.
Referencias
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the Japanese literature. Am J. Surg 1980; 140: 653-7.
2.- Stain S, Guthrie C, Yellin A, Donovan A. Chodedocal cyst in the adult. Ann
Surg 1995; 222: 128-33.
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disease. Am J Roentgenol 1995; 165: 333-7.
4.- Barie P, Fisher E. Acute acalculous cholecystitis. J Am Coll Surg 1995;
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5.- Savoca P, Longo W, Zucker K et al. The increasing prevalence of acalculous
cholecystitis in outpatients. Results of a 7-years study. Ann Surg 1990;
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cholecystitis by transpapillary endoscopic cholecystotomy. Gastrointest
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7.- Berger Z. Disfunción del esfínter de Oddi. Gastr Latinoam 2001; 12: 121-
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Vater. Endoscopy 1988; 20 Suppl 1: 211-7.
9.- Allema J, Reinders M, Van Gulik T et al. Results of pancrea-
ticoduodenectomy for ampullary carcinoma and analysis of prognostic
factors for survival. Surgery 1995; 117: 247-53.
276
CÁNCER DE LA VESÍCULA BILIAR
DR. XABIER DE ARETXABALA URQUIZA
Introducción
Patogenia
277
XABIER DE ARETXABALA U.
Diagnóstico
Etapificación
278
CÁNCER DE LA VESÍCULA BILIAR
I) Mucosa
II) Muscular
279
XABIER DE ARETXABALA U.
Tratamiento
Quirúrgico
La única posibilidad terapéutica en cáncer de la vesícula biliar se ha
obtenida mediante la resección completa del tumor antes de la existen-
cia de diseminación. Con el objeto de analizar las diferentes estrategias,
es conveniente evaluar los diferentes tipos de tratamientos basados en
el grado de desarrollo tumoral, de acuerdo a la etapificación antes ex-
puesta.
280
CÁNCER DE LA VESÍCULA BILIAR
281
XABIER DE ARETXABALA U.
Tratamiento adyuvante
Tanto la quimio como la radioterapia han sido extensamente emplea-
dos en el manejo de pacientes portadores de un cáncer de la vesícula
biliar. Desafortunadamente, la mayoría de las series existentes incluyen
pequeños números de pacientes no bien estratificados lo que hace muy
difícil la obtención de conclusiones.
El uso de radioterapia complementaria se basa fundamentalmente
en la alta probabilidad de tener tumor residual microscópico o macros-
cópico posterior a la resección del tumor. De igual modo, el análisis de
los patrones de recurrencia en pacientes portadores de esta neoplasia,
demuestra que en la mayoría, ésta es de tipo locoregional. Lamentable-
mente, la baja frecuencia de la enfermedad en otras áreas del mundo,
hace difícil la realización de series prospectivas con el fin de conocer el
verdadero valor de esta forma de tratamiento.
La quimioterapia ha sido preferentemente empleada como paliación
en estos pacientes. La mayoría de las series emplean 5 fluoracilo (5 FU)
como droga principal, con respuestas de aproximadamente 10 a 20%,
pero sin observar cambios significativos en la curva de sobrevida. De
igual manera, la combinación de drogas incluido al 5 FU no ha mejorado
el pronóstico comparado al 5 FU sólo. El uso de quimioterapia como
adjuvante es aún más controversial, pues si bien existen algunas series
con que muestran aumento de la sobrevida, ninguna ha sido efectuada
en forma randomizada lo que limita considerablemente las conclusiones
obtenidas.
El empleo de la gemcitabina ha renovado el interés por el uso de
quimioterapia en estos pacientes. En nuestro medio, Gallardo reportó
25 pacientes con enfermedad metastásica medible, de los cuales un
16% sobrevivió más de un año de seguimiento.
282
CÁNCER DE LA VESÍCULA BILIAR
Referencias
283
PANCREATITIS AGUDA
DR. RICARDO LATORRE MARTIN
284
PANCREATITIS AGUDA
Definición
Etiología
285
RICARDO LATORRE M.
Diagnóstico
286
PANCREATITIS AGUDA
Imágenes
Rx simple de abdomen. Permite detectar signos de íleo, presencia
de aire intraabdominal y ver calcificaciones pancreáticas, propias de la
pancreatitis crónica.
Ecotomografia abdominal. De valor limitado por el meteorismo
existente. Permite diagnosticar litiasis biliar, seudoquistes, colecciones
líquidas peripancreáticas.
Tomografía axial computada (TAC). El método de mayor rendi-
miento tanto en el diagnóstico inicial como en el seguimiento y en la
búsqueda de complicaciones. La clasificación de Balthazar que permite
establecer criterios de gravedad de acuerdo a los hallazgos radiológicos
(Tabla 2). Además es una excelente guía en el drenaje percutáneo de
colecciones intraabdominales. Debe usarse TAC dinámico con con-
traste endovenoso.
Puntaje
A Páncreas normal 0
B: Páncreas aumentado de volumen por edema,
sin necrosis ni colecciones 1
C: A lo anterior, compromiso de la grasa vecina peripancreática 2
D: Aparición de una colección líquida o área de necrosis 3
E: Aparición de más de una colección 4
Necrosis
No 0
< 30% 2
30 - 50% 4
> 50% 6
287
RICARDO LATORRE M.
Complicaciones
Locales. Colecciones líquidas estériles, abscesos, necrosis difusa
o focal de páncreas, fístulas, trombosis portal o esplénica, ascitis
pancreática, hemoperitoneo, etc.
Sistémicas. Insuficiencia cardiocirculatoria, respiratoria (distress),
falla renal, trastornos metabólicos (hiperglicemia, hipocalcemia), CID,
encefalopatía, hemorragia digestiva.
Tratamiento
288
PANCREATITIS AGUDA
Indicación quirúrgica
Precoz (< 7 días). Única indicación sería la duda diagnóstica, al no
poder descartarse otras causas del cuadro abdominal agudo. No hay
duda que la laparotomía exploradora deteriora la evolución de la PA y
sólo es aceptable al no poder realizarse una TAC de urgencia.
Se abandonó también la indicación casi clásica, de “ausencia de
mejoría clínica a pesar de tratamiento conservador adecuado”. Se de-
mostró claramente, que casos con necrosis estéril no requieren cirugía
precoz, su evolución es mejor con tratamiento conservador.
Después del 10° día. Necrosis infectada, comprobada por punción
diagnóstica con aguja fina. La presencia de necrosis infectada triplica la
mortalidad, su remoción es inevitable en la inmensa mayoría de casos.
289
RICARDO LATORRE M.
Pronóstico
Referencias
290
PANCREATITIS AGUDA
291
PANCREATITIS CRÓNICA
DR. ZOLTÁN BERGER FLEISZIG
Definición
Epidemiología y etiología
292
PANCREATITIS CRÓNICA
Clínica
Diagnóstico
293
ZOLTÁN BERGER F.
I. Funcional
a. Con sondeo duodenal
1. Prueba de secretina-colecistoquinina
2. Test de Lundh
b. Sin sondeo duodenal
1. Enzimas en deposiciones
• Quimotripsina
• Elastasa
2. Medición indirecta de función enzimática
• amilolítica - almidón
• lipolítica - Pancreolauryl
- esteatocrito, pérdida de grasa (van de Kamer)
• proteolítica - PABA (bentiromida)
II. Morfológico
a. Sonografía
1. ecotomografía abdominal
2. endosonografía
b. Diagnóstico radiológico
1. Rx simple (3 proyecciones)
2. TAC
3. Resonancia nuclear magnética (RM)
4. Colangio-pancreato-resonancia (CPRM)
5. (Pancreatoscopía virtual por TAC o RM)*
c. Diagnóstico endoscópico
1. CPRE (Colangio-Pancreatografía Retrógrada Endoscópica)
2. Pancreatoscopía*
* de accesibilidad muy limitada y excepcional en la actualidad.
Pruebas funcionales:
• Medición de la secreción enzimática y de bicarbonato del páncreas,
después de estimulación directa (secretina, colecistoquinina ev) o
indirecta (test de Lundh, comida de prueba). Requieren sondeo
294
PANCREATITIS CRÓNICA
Exámenes morfológicos:
• Ecotomografía abdominal. Limitada por meteorismo frecuente y por
la ubicación retroperitoneal del páncreas. Sin embargo, es un méto-
do no invasivo, que se puede repetir sin riesgo, útil en descartar
otras patologías responsables del cuadro clínico y demuestra con
gran sensibilidad las complicaciones (colecciones, dilatación de vía
biliar, etc). En las formas avanzadas se observa la dilatación del
conducto y la presencia de calcificaciones.
• Endosonografía. Según los últimos estudios, sería el método más
sensible en detectar lesiones incipientes. Sin embargo, todavía es
poco accesible, posee mínimos riesgos y depende de la experiencia
del operador.
• Radiografía simple (en tres proyecciones: A-P, lateral, oblicua). Pue-
de detectar las calcificaciones en formas avanzadas.
• Tomografía axial computada (TAC). Sensibilidad > 90% en diagnos-
ticar formas moderadas y severas. Detecta las alteraciones del
parénquima y en menor grado de los conductos (dilatación).
• Resonancia nuclear magnética. Su sensibilidad en demostrar las
alteraciones del parénquima es similar o algo superior a la de TAC.
Además, mediante la colangiopancreatografía por resonancia mag-
nética (CPRM) se obtienen imágenes de los conductos pancreáticos.
La sensibilidad diagnóstica de CPRM en formas moderadas y seve-
ras es comparable a CPRE y parece algo inferior en formas leves.
• Métodos computacionales ya actualmente permiten obtener imáge-
nes del interior del conducto pancreático, a partir de imágenes ad-
quiridas por TAC o por RNM. Sin embargo, este método todavía
esta en su etapa experimental.
295
ZOLTÁN BERGER F.
TAC
Normal PC
Etapificación:
• Funcional
o ¿esteatorrea?
o ¿diabetes?
• Morfológica
o CPRM
296
PANCREATITIS CRÓNICA
Tratamiento
297
ZOLTÁN BERGER F.
Pronóstico
298
PANCREATITIS CRÓNICA
Referencias
299
CÁNCER DE PÁNCREAS
DR. RICARDO ROSSI FERNÁNDEZ
Introducción
Epidemiología
300
CÁNCER DE PÁNCREAS
Biología
Clínica
Ictericia obstructiva
Se presenta en pacientes con tumores de cabeza de páncreas y del
área periampular. La asociación con dolor abdominal o dorsal, baja de
peso, diabetes reciente y/o anemia se relacionan con peor pronóstico, si
bien no son indicadores clínicos de irresecabilidad. La Figura 1 representa
301
RICARDO ROSSI F.
No Resecable Resecable
302
CÁNCER DE PÁNCREAS
• Cáncer Páncreas
• Otros Tu Páncreas (Islotes, quísticos, neuroendocrinos, sarcomas, etc)
• Tumor vía biliar distal
• Tumor ampular
• Pancreatitis
• Compresión extrínseca
• Litiasis
• Parásitos
• Otros
303
RICARDO ROSSI F.
Enfermedad resecable
Pacientes estimados resecables en el TAC helicoidal, tienen una
resecabilidad quirúrgica de alrededor de 30% para carcinoma ductal de
páncreas y de sobre 70% para tumores ampulares y de vía biliar distal.
El procedimiento curativo es una pancreatoduodenectomía que pro-
porciona la única posibilidad de curación y optimiza el diagnóstico
304
CÁNCER DE PÁNCREAS
305
RICARDO ROSSI F.
306
CÁNCER DE PÁNCREAS
307
RICARDO ROSSI F.
InvasiÛn extracapsular
Si No
Referencias
308
CÁNCER DE PÁNCREAS
treatment approaches and future challenges. Surg Clin North Am 2001; 81:
667-81.
8.- Harris J, Bruckner H. Adjuvant and neoadjuvant therapies of pancreatic
cancer: a review. Int J Pancreatol 2001; 29: 1-7.
9.- Brennan M, Moccia R, Klimstra D. Management of adenocarcinoma of the
body and tail of the pancreas. Ann Surg 1996; 223: 506-11.
10.- Halloran C, Ghaneh P, Bosonnet L et al. Complications of pancreatic
cancer resection. Dig Surg 2002; 19: 138-46.
309
TABLA DE PREVENCIÓN DE
HEPATITIS VIRALES
DRA. KAREN HOLA CHAMY
310
TABLA DE PREVENCIÓN DE HEPATITIS VIRALES
Hepatitis B
Indicaciones
• Prevención de transmisión vertical.
• Inoculación accidental en personal sanitario no vacunado.
• Contacto sexual ocasional con persona infectada en sujeto suscep-
tible o desconoce su estado inmunitario.
• Enfermos sometidos a transplante ortotópico de hígado por hepa-
topatías causadas por VHB.
Dosis
En caso de inoculación accidental: administrar 5 ml dentro de las
primeras horas tras exposición y se examina HBs Ag, Anti HBc y Anti
HBs. Si el individuo es susceptible, se inicia vacunación, si se trata de
un sujeto que no ha respondido a la vacuna, deberá administrarse una
segunda dosis de inmunoglobulina hiperinmune.
Inconvenientes: Costo elevado y brevedad del período que confiere
protección.
311
KAREN HOLA CH.
Hepatitis D
Su profilaxis se basa en la prevención del virus de hepatitis B.
Hepatitis C
Prevención de trasmisión parenteral con uso de Anti HVC en ban-
cos de sangre. No existen medidas inmunoprotectoras ni activas ni
pasivas contra este virus.
Hepatitis E
Medidas higiénicas de prevención igual que virus A.
Referencias
312
TABLA DE PROFILAXIS DE
ENDOCARDITIS BACTERIANA
DRA. KAREN HOLA CHAMY
Alto riesgo
• Prolapso mitral sin insuficiencia.
• Válvula protésica
• Defecto auriculoseptal no com-
• Endocarditis previa
plicado.
• Enf. Congénita Cianótica
• Soplo inocente.
(Ej. Fallot)
• Kawasaki o E. Reumática sin
• Shunt Sistémico Pulmonar
disfunción valvular.
• Marcapaso o desfibrilador im-
plantado.
Riesgo moderado
313
KAREN HOLA CH.
314
TABLA DE PROFILAXIS DE ENDOCARDITIS BACTERIANA
Referencias
315
SITIOS WEB DE INTERÉS EN
GASTROENTEROLOGÍA
DR. JUAN CARLOS WEITZ VATTUONE
Revistas médicas
316
SITIOS WEB DE INTERÉS EN GASTROENTEROLOGÍA
Revistas de Gastroenterología
317
JUAN CARLOS WEITZ V.
Atlas de Gastroenterología
Atlas of Digestive Endoscopy
www.luz.ve/ICA/Atlas_med/i_index.html
Atlas of Gastrointestinal Endoscopy
www.mindspring.com/~dmmmd/atlas_1.html
318
SITIOS WEB DE INTERÉS EN GASTROENTEROLOGÍA
Casos clínicos
Cochrane reviews
www.update-software.com/abstracts/mainindex.htm
Atrapando la evidencia
www.infodoctor.org/rafabravo/netting.htm
Sociedades y asociaciones
319
JUAN CARLOS WEITZ V.
320
Información para pacientes
Family Doctor
www.familydoctor.org
321