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LEYENDA DE CANTUÑA

VERSIÓN SALA CATARINAS “INICIAL 2”


Queridos amigos y amigas, les voy a contar una leyenda que sucedió hace
mucho tiempo en la Ciudad de Quito.
Todo comenzó aquel día en el que llegaron los padres franciscanos y
observaron por aquí, luego observaron por acá y dijeron.
Oh, quito es una ciudad muy hermosa.
Si, es realmente bella, pero hay algo muy que falta ¿Qué podrá ser?
Yo se, falta una gran iglesia para poder rezar como Dios manda.
Entonces los padres se pusieron a pensar y pensar, y pensar a quien
pedirían que construya una iglesia tan grande.
Ya sé, pidámosle al señor Cantuña que construya nuestra iglesia.
¡Señor Cantuña, señor Cantuña!
Cantuña era un hombre indígena muy pobre, pero sabía cómo construir los
edificios y casas mas hermosas.
Padrtecitos franciscanos buenas trades, en que les puedo ayudar.
Cantuña, tu vas a construirnos una iglecia, la iglecia más grande de Quito y
a cambio te darmos todo este oro.
Cantuña se pueso muy feliz.
Espera, pero si no terminas de construir en 6 meses te llevaremos preso en
la cárcel de por vida.
Cantuña se puso preocupado por que era muy poco tiempo para construir la
iglesia.
Los padres franciscanos se fueron cantando alabanzas.
Cantuña empezó la construcción cargando piedras muy pesadas, pasaron
los días y las noches pero Cantuña no terminaba.
Cuando faltaba solo una noche para terminar la iglesia cantuña se puso
muy triste.
No puedo acabar solito esta iglesia ¡y ahora quien podrá ayudarme!
De pronto salió de entre las llamas el Diablo y le dijo a Cantuña.
Hola Cantuña, no te preocupes yo te voy ayudar, construiré tu iglesia con
todas y cada una de estas piedras, pero a cambio tú me entregaras tu alma y
me la llevaré al infierno.
Señor Diablito por favor no se lleve mi alma.
Entonces los padres franciscanos te van a llevar preso.
Cantuña no pudo decir que no y acepto la ayuda del diablito, muy triste se
sentó a dormir un rato sobre una de las piedras.
El diablo grito muy fuerte.
Diablitos vengan ahora
Y aparecieron mucho diablitos pequeñitos marchando y diciendo:
Vamos a trabajar, vamos a trabajar, vamos a trabajar.
Trabajaron toda la noche hasta que salga el sol, cuando Cantuña despertó
vio la iglesia que ya estaba lista.
El diablo riéndose le dijo a Cantuña.
E cumplido con mi trato, es hora que me entregues tu alma
Cantuña respondió diciendo “!NO!”
No te voy a dar mi alma por que te faltó una piedra
Mentira, no veo ninguna
Te falto esta
Y cantuña se levanto para mostrar la piedra que se olvidó el diablito.
El diablo muy enojado desapareció junto a sus diablitos devuelta al
infierno.
Y Cantuña pudo entregar la iglesia a los padres franciscanos.
Cantuña, que bonita te quedo iglesia, toma tu paga.
¿Y como llamaremos a esta iglesia?
Se llamará Iglesia de San Francisco de Quito”
Y colorin colorado la suerte de Cantuña lo a salvado.

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