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TOMO 1-2.
-· .•.·• '
'
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· S!GRlDAS ESCRITURAS,
DE LOS SANTOS PADRES
y DE LOS CONCILIOS DE LOS CINCO PRiliEROS SIGLOS
co~
Omsri) l :CGLtCl~
POR A. ZELONI.
1\IADRID: 1843.
Imprenta ele D. Jostí FEux PAr.Acros, EDJrnn.
l:ü;ulclltísimo sciwr,
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AL SEÑOl{ LUSCOl\fB,
OBISI'O DE LA IGLESIA Al'iGLICAlU.
SANTOS PAl>R~S
.SAGRADAS ESCRITURAS, DE LOS
CAPITULO l .
IG LE SIA no -
Pn UT !\C JA DE L PA PA Y DE l .A
JifANA
- 20-
la ciento y cincuenta á Opta lo dice: (C Que rue á CcS<J.
rea para obedecer, á donde le habia llam;•do la ncrcsi-
Jud eclcsióslica·, es decir, la órdcn (esta es su e.\pre-
sion) dcll'encrable Papa Zósimo, obispo de la silla apos.
lolica.» En el capítulo primero del libro primero¡, Bo-
uiCacio se hallnn esl••s palubrns dirigidas ni Pap,o: " To-
dos los que somos llamados ti dcsmnpef~<•r con ro:; Jns
fun ciones del episcopado, tenemos parle eo la vigilnncia
pastoral, aunque vo; descollcis como co!oc:~do en mnyor
nlturu (1).» No debe V. ignorar la niaoera sumisa r
respetuosa con que tos obispos congregados en lo; couci.
líos de Cartago y l\lile1·is escribieron al Papa lnocencio:
S. Aguslin trae las dos carlas, y se cree que la segunda
t!s obra suya. Dicen eu lu primera aquellos obispo; ce que
tienen cuidado de iurormor de todo a su santidnd, ú 11u
de que emplee la autoridad Uc la sede aposlolica pa •·~
r.oul1rmar las decisiones de su mediocridad (2)." En la
segunda los pudres de 1\Iilevis, y entre ellos S. Agustiu,
suplica u al Papa encnrecidnmcnte cc que se digne por la
autoridad apostólica en que Dios le ha puesto, de auxi-
liar con su pastoral 1·igilancia á los miembros débilc. de
Jesucristo, expuestos á coolugiarsc de la hcrejla ( 3).»
princip~lus. Tom. 11, ep. G2, edit. Bosi lens. F&·oh~u,
1'· ?28.
( r) C:ommun is esl ornn ihus nohis, (} ui fu u¡:;irnu E' rpisco-
pn tUs offir.io, spe<:uln paslOI'n1is, qunruvis in co rr·rec mi11r:u
cehiorc fa.tigio . - Lih. J, c. 1 ocl Bonifac., l. VIl, p. 86>.
(2) Ut stotutis nostr:c mrdíocrilatis etiam ~postolic:cse
•lis odhihta~ur ouctoritas. -Ep. •• o , t. 11, cd. Froben,
1'· ~·4·
i.3) Qui• le Dominus in ude opnslolic:i collocavit, prri-
culi.s infirmorum mcml.n·ortnu Chdsti pastoralem t.IHit;,en·
1 in m qmcmmuo atlhiLnc clignc·ris. - E p. 112 , l. 11,
P•lttt •
' . -~i-
El Papa Inoceneio responde á los primeros: « Que refi-
riendo asi su juicio á la santa sede habían se¡;uido IQS
ejemplos de la antigua tradicion , observado la discipli-
uo eclesiástico, y dado á la sauta sede lo que le era de-
bido (1).» ~ los segundos: « Que habian seguido la cos-
tumbre de todas los proviuci·<ts, las cuales no dejan de re-
currir á la santa sede apostólica para aclarar sus dudas
en aqtJella fuen te, sobre lodo si'empre que ocurren difi-
cultades en cuan to á la fé (2).» Lo que denota aun mejot·
la alta idea que tenia el san to doctor de la silla de Ro-
ma , son las célebres rmh•bras que pronuncia con motivo
del error de Pclagio: «Y u se han enviudo dos resolu-
donc·s sobre esta causa á la sede apostólica, de donde
han venido dos rescriptos: la causa está concluid;; : ¡ojalá
que el error concluya tambien alguna vez(3)!» Parece que
con estas palabras queria aludir el santo doctor á los er-
rores de los lhunados reform~dos de los siglos XV y
X VI. No hay quien ignore que en los santos padres
griegos y ltllinos, aun en los mns nnliguos y próximos á
ros tiempos apo~lólicos, se hallan pasajes marcados en
favor de la jurisdiccion que reeonocemos en los papas.
y podrían acumula rse aqui innumerables cital¡.
-~3 -
fanio nos enseña tambien que los dos obispos arrianos
Ursacio y Vale11te, arrepintiéndose ó fingiendo arre-
pentirse de la conduela que habían obsenado, fueron á
buscar al pnpn .l ulio para darle cuenta de sus opinio-
nes (1). S. Busilio ¡,no nos demuestra en su carln á Ata-
nnsio que se lun> por con,·enientc rogar al obispo de
!toma que intet p~iern el dtcrelo de su juicio , y que
enviara comisarios ~Oriente, para que amonesto sen á los
11ue se habinn dejado seducir en el concilio de Rimini,
y anulasen cuanto se habiil hecbo nlli por violencia (2)?
Pero ¿á qué citar todos estos teslimonios? Nos bastaría
1'1 de un santo padre á quien llama V. en su auxilio en
1~ primera parle de su obra, y que sin embargo es evi-
olcntementc conlrnrio á V.: hablo del gn1nde lrcneo,
•·se sabio obispo de Lcon, instruido y formado por los
discipulm: de los apóstoles, y azote de lodos los herejes0
de su tiempo. lié nrtui cómo se e>presa en el libro 3.
de las Herejías : "Nosotros confundimos á todos los he·
rejes con la tradicion de la grande y anliquisima igle-.
•
h:oh.,> nt robur ; illi ontem qui in iqui\ r¡;eru nt , . ¡oen:e eccl~
~ia .., tic:.rum Jrgum ~uhjact•ant. Ep. ad lnnocc nlium .
(•) Ursadu s et ' ' :dt•th p;:cuitr nti:.m :~gen lt's uni cum
lib("llo profecti sunt ad hc-a luraa Julium r·o m:u•um rpiscopuro
f"·n talione rttltlrnd o de >uo crrore •e dclict o.- Epiph.
h;crcs. , t. ,, tl Pctavi i, p.¡~!,.
{:a) Visum f'~l c:on sru l:lm'um sc rihr.t·e acl·rris cnpum . ro-
nt3uum 1 nt vic.leal rr.s nnJlt·as et jutlicii sui drcrrtu m inte r-
ponat .•• lpse :nrctor itattm tt·ilm:":l;t rJt.IC"cli5 vit·!s qui conan1 o-
da et prodenti ot·atiou e eos qni a_ recta via deOt>xet·un t, rno-
u(•re possen t, t'JIIi'lu e acla :~t'i m i nensis c.ondlii src:nm ft·rant
:•d illic violeut rr acta
~:a rescinderu.ln,qu~ 3uut . -B~~a. t"pist.
S, a el A than ~~ium, Frobeu , 1'• 6 18.
(•) Broli tudo , vutr :.. pott rit u liller is a~nosccre quo-
Jrm omn imn ccclesi:u·um cur:un gera t. __ Ed. P3ri s,. Labbe,
t. l ll, p. r., ' ·
(•) 1'. o68 .
(3) Grot iosog imus quod so neto mcmbo·a so ncl is vocib us
3tuacto capil i sauc lu$ ctiarn vtst&·is cxcla mati onib us vos :ul-
junx cril is.- T om. lll, p. 6 1!l ·
(4) S;cculis onon ibus nol um est quod sonc tns l'etr us,
opos tolor um princ r ¡u el copn t, fidciqne colum no el ccclcsiro
r.a tt.o licre fund antcn lum .. . .. Hu jus itaque srcU ndum ordinem
successor ct locum le nens ¡>o pa Celes l inus. P. 6
-3 5 -
padrcs, de los concili os y de los historiadores
ros. Sin embargo quiero com·cncer ú V. comcdcsiá;l i-
lc citá ndole los testimonios mismos de los autplctamcu-
tc~l~ntes rle mn s nombradía , com
ores pro -
o Lutero , Zninglio,
Call'ino, Melan chl orr y llemir¡ue de l\Ioruny.
las obras dP qur In.• he ~ncmlo, ) las bibliotcm Iruli<·oa1¡ui
1~ .!uudc
~e hallan para fad litar á V. su
comprobaciun ,i desea
hacerla. .
La iglesia rom nna ha llorado siempre en su
la mnrca de I'Crdarlcra e::po>:l de .Jesurr islo , frente
solamente ha alumbrado á sus hijos el res porque no
una marr,a tnu brillante, sino que hasta susplandor de
han tenido 1¡nc re1·onocc r en ella esle c;~rúc tcr enemigos
Del mismo modo que los refumwdorc s, los jefeaugusto.
sectas, los ministros y doctor._'S mas sabios, s de las
los li monios en faror de la iglcsiu romana; todos dan
son d.!masiado numerosos, solamente citaré pero como
los
tables. Mclau chtou se expresa asi : u Los rwcst mas no-
de acuerdo en que la policla de la iglc,;ia es unaros esta u
cita; á ~n ber, que ha ya c:c rlo nú mero de cosa li-
{¡n:encs dependan varias iglesias , y que el oll:spos dll
Uomn sea sobre todas los iglesias (1) , El miobispo de
respuesta que dió ú su madre, que vióndole smo en la
c~pira r le su¡Jiir.ó con encarecim
á punto de
iento que
de las dos religiones le parccia In mejor , sil<lladij ese cuá l
In protestante, dijo : la reliyionlulcrana es la católica 6
sible: la catñlico es la mas sryura. mas ¡¡lcm-
Zuinglio ronliesa que un cristiano podía salvar
la iglc; in roma un (2), y en otrn parte dice: u se en
dir emos del Papa , de los cardenales y de los Pe ro ¿qué
obispos
• (•) En lo rc.spursta al llm n. Sr. ol
r llrl lay , orv >bi ,po
de P> ri.•.
(~) En su court>sian efe r~, qn~.: th·llic:t :i ·····~
uciJCO l.
o-36 -
tnmhien iglc-
qn e se reunen en concilio? Ellos ¿no son
~in? ncspondo qu e solnmeut
e ~011 miembros de est a
onoce n po r su
iglesia , porque creen e u Cristo y le rec
cabeza (1 ).» que sea , en
Cal vino se expresa nsi :·" Como quiera
de l E1•angclio es
cualquiera parle en que lo. palobra
ciados los sacra-
prncticada severnmcnte, y no son despre forma de igl e-
mentos, alli aparece por entonces cierta ito condenar
líc
sia de que no se puede clu c!;n· , y no es i onc ~. ni deS ··
tnc
su autoridad, ni de~preciar ~us umoncs o~ (2).•> Y en
eastig
<!CIHlr sus consejos ó burlnrse de sus
todas co;:.as que
el mismo libro ailade : '' Protesto ante:doctores ho nra n
110 quiero negar que los
auliguo;;
hlan de ella <·o:•
siempre mucho á la iglesia romana, y l!it la mas pnci-
pre
re1•ercncia... La iglcsiu romanu fue sic111
iela estul>.1 á al-
-fica ele aquel l!cmpo, y la que meno;; su. ojados de sus
nrr
teraciones: de ahí provenía que sic:nt!o
clrina , se ret i-
iglesias los obi;;pos hucnos y ele 5tHw tlo pero ha COII-
raban como á un refugio y ú un pu rrl o; qu e una rez
!'CI'I'ndo mas co nslanlcmcutc b doctrado ina
en mnyor ,·e-·
hubia recibido. La ,;i!la romano ha est
tiguos (3}.•• En
ucracion, y fue nprccitula de los an cedo que JI o-
el propio libro nfmdc así: ".\ unqu e yo ton as las iglc-
de tod
u;¡, hnya sitio en otro tiempo mallr c
!>Í11S, úeRdc 11ue comenzó 6 sc!r
lu r<'sidencia del r.nle-
c:-.prcsion no
ni ,lo cesó de se r lo <1nc era (4\ .. Estn pon¡uc es b!ca
dchililu en ni;¡guna 111<HICra este p:•snjc; nistros prole~.
~:!\Jido, wmo uota un au tor , 'lliC los mi
-4 0-
5C3 , ha¡•n sido y clcbn ~er el primero. Lo que me mu e-
' e á creer que el ponlHkc rom ano es ~obre totlos los
1lcmas que llevan In rnlidarl de pon! ffice, t•s primcr
~
men te la voluntad de Dios . la cua l es visi ble en c;le
asunto ; porque el pontífice rom ano no hubiera podido
jnmós llegar ít e,ta monorq uía , si Dios no lo hub iese
11uerido. Ahora bien la ,·oluntnd de Dios. de cua
l-
<tU iern manera que nos :,ea signi ficudtt , elche reci birs
e
con respeto; y por lo tanto no es lícito resislit' nl llOn
-
tifice romano en su primado. E~ta rr.zon es tan podcro
·
~~~. que aun cuando 110 hu biera en su f.n·o
r nin gun texto
de la santa escritura , ni nin gun a otra rnzon , c~ta se-
ria bastante fuert e para rc¡¡l'imir ú los que le rcs
b-
ten (1 ).>>
V. sabe que el P11p11 no ha te nido nnu ca mayo r
enemigo c¡nc Lutero , y tal vez t:o ignora V. que cua
n·
•lo todo el mundo se escandaliwha de que c¡uisic>!: des
-
tru ir todas lus r.rccncius y prá cticas cstahlctidas en
lu
iglesia tantos sig!o' habin , uo daba mas rar.on que esta
:
<~Es por h~cer ra b:ar ul Pupa.>' No ob~lnut
c se '' ió obli-
gado á con t\:~ r la ~obcrauía del P;~pa y h1 mo aarquf
a
c~p irilual, cuya c:-.istencia e;; l'i>iiJI\'mcu
lc tutu obra tlc
In 1~1ano de Dio s, capaz de desarmar á lodos sus adr
er-
sll'los.
Sob re el ca p. v r del Génesis dice Lu tero: << Ln igh: -
sia romuna hn sido \'erdaderamente santu : natlie pod
rá
<tttihn· á nuest ros u!lvcrsurio,; c:.Lc tít ulo de i¡;lc ~ ia,
y
armados con él uos con denarán y nos perderán (2).»
en el en p. XI l:«Es ind udable IJUC muchos se hu u sulv
Y
ml9
en la te del papadO.>>
{e) Lul\ !l' l> ''" ) ti t l' .• l:1tlo iul itub du: H~.·st•luclou suÚ I't.:
,,,.,.•. l' 'upo:otit·ihm·~ , L 1 ,J,. la t·tlif'iou ,),. J,•u;)..
{.1) l.t•h:•·,, su!, . e ~· l l'ap . G Jd Gt.:t lt Sis .
•
-4~-
Jienrique el Grande, cuya ulmo eru lan clcvuda, puesto
entre estas dos proposioione;: fuera de la iglesia católi-
ca, apostólica , t·omana no llay salvacion; por la cual
cslan prontos lodos los católicos ú derramar su ~ugre y
dar su vicia ; y esta ol ra: los protestantes cou¡iesan que
t'it>iendo y muriendo Clí la creencia de la iotesia romana,
se puede consegwr la sa!oocior1; sacase la consecuencia
t(ne vnlin mas pertenecer á esta iglesia en la qne lodos
cnnconlnbnn que podia salv;u·se , que 6 aquullu e11 que
lo aseguroba la menor parle.
Concluiremos con los testimonios de Jacobo, rey de
J nglalerra, en fal'or de la iglesia romana. En sn pri.mc-
ra arenga á los estados de la Grnn Bretaím, reunido~ en
!:1 de noviembre de 1G05, dice: u Confesamos con justici:~
que muchos pnpistns y particularmen te nncsLrosanlcpn-
s:tdos, J>onieodo su única _esperanza en Cristo y en sus mé-
ritos, porlrian lograr sn s:~lva cion , y que con frecuencia
lo·hnce n; y detestamos en esle punto y repulamos dig-
na de lns llamas In cruelda d de los puritan os que dir.en
•1ue ningun papisla se salva.» Lns supuestos iglesias re-
~ormadas de l nglaterr¡¡ han reconocido á este príncipe
por su soberano, no solo en lo temporal, sino en lo es-
piritual: luego cuando hizo esta arenga, ·¿no conviene
V. en qye aquellas iglesias hablaron por su boca y dc-
cl<rrnron á los estados de la Gran Bretaf•n que los qlll:
\•ivieron en la iglesia romana antes de la apostasía du
J"ulero, Calvino y Henrique Vlli, habian tenido lodo
lo necesario paru la salvacion, y que pueden salvarse
Jos que viveoaunen ella? Esto cscvidenle. El mismodccin
en otra arenga : " Yo rec.onozco á la iglesia romana 'por·
madre tic las iglesias, aunque manchada de errores y cor-
r upcionus, y no soy enemigo de la iglesiu romana: 110
quiero que se destruya el templo, sino que se 11uilcn lu~
manchu~."
-
© Biblioteca Nacional de España
-4. 1-
Aislcdio (1), Col'cllo (2) , l'olano (:1), Wol ran¡;o Mus-
culo (!~). lloke r (5), Pablo Ferr y, ministro en Metz
( G), Amiruul, ministro . y profesnr en Son mur (7),
1>a1•id lllon del, ministro de lloucy (8), Jorge Cassancln:
(V), .\la reo Auto:tio de Domi uis (10), M. Daillé , mini,¡..
lro en Chl\ rentou (11 ), M. i\lngemlic, ministro en Sainl -
Giadic, (J 1) , l\lateo Scrivcncr, calvinista conformista
•
•
•
© Biblioteca Nacional de España
•
- 48 -
la iglesia romano por confesion misma de nuestro; nd-
versarios, no podrá V. menos de convenir en que de-
ben eslnr igualmente en ella la vertladcrn ley de grn-
cia, la vertladera religion ele J csucrblo. Concluiremos
con elleslimonio del sci•orTavernieren f.tror de ht igle-
sia romana. En su COil\CCion de ,·ariu;; rclucio!! CS di ce (1 ):
<•Siete ailos dcspues que los portugu c;cs arribaron por
primeru 1•c·r. al Japo11, fue S. Francis~o .Jal'icr á predi-
car el Evangelio : su primer desembarco fu e en la isl.l
de Nifon , do11de habitó dos aftas y nlguno;; meses , y
recorrió varios parajes de aquellas islas. Pero siendo su
Jlrincipa l intento ir fl la China, emprendió es le l'iiljc, y
no bien estuvo en alta mar la emb<trcacion , cuando en.
yó peligrosn menle enfermo S. Francisco Javier. El cn-
)lilan y lodos los oficiales fueron de t>~•rcccr de erharle
á tierra, creyendo que podría enconlt·o r alivio. Lo c¡ue
mas los determinó á este intento, fue que se hallabun
cerca de la isla de .:iechcn , otros dicen lln ynan, dcpcu-
dienle de In China. Edt;lrOH úncor;Jo para abordar IÍ
ellá, y dejnron nlli á S. ~Francisco Jav ier; pero su en-
fermeda d aumentó en vez de di;minuir, y al cabo de nl-
gunos dios concluyó en nqud lugar su mision con la ,.¡_
da, dcspucs de haber establecido la fé crist iana con nd-
mirahles progresos en to,los los paraje.; por donde habiu
pasado, no solamente por su zelo y predicaciones , sino
tambien por su ejem plo y la santidad de sus co~tum.
bres. Su muerte ocurrió en el afio 1 ;);)~, y uo csl nl'o ja-
más en \u China romo h,111 creido alg'.!uos , ¡ulllquc ar-
ribó rlos vcc.cs.• Todo el mundo sabe que S. Fran~:is
co Javier profesaba la rcligion calcjli ra npost(llica 1'011111-
· ua : era S:ICci·dole , j'!S!Iil;l )' h·gaclo fllatl·r t• 1lcl l'u!'u c•n
lns ludias: dccin misa lodus lo,; tlius: crciu eula tu·c,cn -
CAPITUI~O 11.
DOGll ll DE L 1\. Tl\ANSUST ;( NCIACI ON,
( t) Cu.l i :ot bt·n<"d ict inn is cui hCned icim u.c:. no u nr. en mm un¡ ..
catio s:tn~uinis Christi est? el p:• uis r¡m:m fr:angimus, nonoc
P'' rlicira ti, corporis Domiui cst? Cor. 1 o, 1 6.
r.sse. p:Hn·m, éliamsi ~uslus paHcm rsse sentiat, sed esse cor-
pus Chl'isti; d vinum •.tooU a
uuhis conspicitur, tonu·ts i
'scnsui ~uslus v inum essc videat ur, non tamrn vinum, sed
•anguinem csse Christi. ln catcchesi Mysta¡; 1 quarla l'l.l.
Pari.<, P· •3í e l o83 .
( ,) ll•·c lt\ l'f'~ll tWtHn quo{ll.JC Dei verbo !ia.u'ctificatuan
.pan('m in Or.i ve•·hi col'pns t.:l'Nio lr.·utsmut~u·i. - J11 (u·a t.
Cath, ca¡>. 3í, t. 111, ed. Pao·is, p. • n~ .
T. 1 ) • S
- 76 -
EI patriarca Dayid, resid cutc eu Alepo eu uombrc
de la rwcion armenio, dice crr una acln de 1." de mar -
zo de 166 8, coufirmada por tres obispos que pu~ierou
ws firmas y >trs sello~ á prcscucia del seflor Jlar ou, cón-
~u l de la ua ciou fran cesa : .. Nosotros creemos
que
la naturaleza del pan y del l'ino se con1·iert c propia y
sustanciahnenle en . el cuer¡Jo y sang re del Salva-
dor &c.»
.El patriarca de los ~irio s , que se firmó Grcgorio,
el obispo J uun, sirio de Damnsco, dice lo mismo que
PI de Alepo, y otro patriarca sirio, llamado Anclt·cs,
habla cxoctamcnte el mismo leugua}c en una acta fcdra
ir 2i:i de febn:ro de HJGS.
Por lo quo mira ú los coftos y egipcios, rlice su pa-
triarca Maleo en una ac(a cm iada ni rey Luis X 1\":
" Dedarnmos delante de lodos los hombres que los
coftos creen firmemente <1uc el cue rpo de Jesucristo
mismo, de Jesucristo que subió ;i los ciclos, y está
sentado á la diestra del Pad re , esló en su !Jropia sus-
tancia en la santa Euca ristía &c. •
Tocante á los ncslllrianos esp¡u·cidos por la l\Iésopo-
tnmia, la Persia. y las Indias, declaró su patriarca
'lUC reside en la ciudad de Oiarbeckír, en una
acla fir-
mada por él y seis de sus prc,;bíleros el uno 16G!), di-
l"igida al señor de Noinlel, embajador en Constautinu-
pla, y desde nlll enviada á Francia, que los de su co-
munion creían In presencia real y la transuslancia-
cion : << Hacemos saber á todos los hombres que no
admitimos la doctrina opuesta á esta creencia: que
miramos la doctrina coutn.rriu como heré tica , y que
t.l ccimos anatema á los 11ue se atrevan ú wsle -·
uerla. »
Todavía tend ríamos otros testimonios particulares,
como ror ejemplo, el del cónsul de l~raucia en Ale¡JO
CAPITULO lll.
I~ TEI\1'1\ETAClON l>E LA SAN TA ESC RI 'l' t 11\ •,\ .
-83-
herejes han f~IO(!ado sus errores en inlj!rprelaciones fal-
sas, y han deslumbrado í1 los débiles persuadiéndoles
que les proponían la palabra pura de Dios, porque no
tes hablaban mas que con términos de la sagrada escri-
tura, á tos cuales daban un sentido erróneo (1)..~ si di-
cen nuestros teólogos que expticnndo mal la escritura
se toma el er,ror y la mentira por verdad. Por ejemplo
estas palabras: u Este es mi cuerpo», tomadas en el seu-
licio literal, contienen la revelacioo de la presencia real:
pero si se loman en el sentido figurado , ya no la con:
tienen. Dicen los teólogos que la iuf;1libilidad de la reYe-
lacion nos seria inútil sin la infalibilidad ele la interpre-
tacion: que de poCQ nos serviría estar seguros de que la
re~·elacion no puede engaí1arnos, si al mismo tiempo no
lo estuvieramos de que tomamos en el 1erdadero senti-
do el texto que contiene la revetacion : que sobre una
infinidad de textos discutidos de una y otra parte, y
muchos de ellos capaces de recibir dos y á veces mns
senlidos, los reformados y protcstnntes no pueden te-
ner ninguna certeza que los tranquilice en su interpre-
tacioo, y que el partido que lomen de preferir un sen-
tido á otro, uo puede merecer á lo sumo mus que el no m.
bre y la calidad de opinion; porque ¿d(! dónde saca-
rían la certidumbe que les quitase enteramente el temor
de equi1•ocarsc en la eleccion de uno de los dos sentidos
que suelen presentarse con igual vero$imilitud? ¿Saca-
rían esta certeza de si mismos, ó de su pastor , ó de su
iglesia, ó de la inspiracion del Espíritu Santo , ó de la
misma Escritura"? Nada de esto puede proporcionarles
la certeza que buscan, y por consiguiente quedan necc:
(t) Non aliunde nalre sunl hrercses, nisi clnm .~criplu
rre honre intelliguntur non benc.- Aug. Trad. • S in Joan.,
t, IX, cd. Frobe n, p. t55. ·
(1) QuA igiln l·tnul:aria fil, nt postla nli concilii :au ccori -
t otem dispul ationc•s nu L c¡ u:csLion cs ins l'il un ul? - Al h. Ep.
ad eplc. ed. Froh• n, fl• í 4·
(2) lllccum slos, oit Dumin us, si slts In tcclesi:l .
-98 -
dt un auxilio adnu:rable para comprender la Escritura,
t¡ue enseiia la vía de la salvacion. De este modo nos da
V. el pleito ganado, porque ¿no interpretamos nosotros
In Escritura segun los s;1nlos padres> Al fin no dudo que
para ser consecuente los creeni V., y ya que acabn de
prestarles·el homenaje debido, declarando que no quiere
V. referirse mas que á ellos. espero que aceptará V. sus
testimonios. Voy pues á ncolarlos, y verá V. que los
creencias y prácticas de la igle~ia romana de hoy, que
V. supone ser de invcncion suya y supersticiosas, son
enteramente las mismas creencias y prácticas rccibid~s
universalmente en los primeros siglos. Principinró por
la misa y la comunion bajo rle una wla e5pecic.
Cr'\PITULO IV.
SACR IFICJO DE LA EUC ;\ RJSTÍ A Ó ))'F.
J, A ftl I SA ,
-
- 10 0-
del segundo sigl o, y los segundos hácia mediados del
tercero. ¿Y que diría V. si le 11re~entase sus testimo-
llios mas..claros y formales? P ues bi!!n, los cuatro tes-
til1can en términos bien positivos que el sacrilicio de
la misa estaba esta blecido uni1•crsalmente en el mu ndo
cristiauo; y pura no reconocerlo hab riu que renunciur
al testimonio de sus ojos, (l la inteligencia hum ana y
ó lo buena l'é.
S. J uslino dice en su diálogo con Tri fon: « Dios
manifiesta que tiene por agr;~dables á lodos los que
ofrecen el sacr ificio que Jesucristo nos enseiió á ofre-
cer , es decir, la Eucaristra, que se prepara con pan y
vino, y que los crislianos hacen crr todos los luga res del
mundo (1). »
Le cito como un testigo que nos ense ña los usos de
su tiempo. Poner en dudo la univ ersa lidad de la prác-
tica en todo el mundo cristiano á la época en que es-
cribia, creo que seria aun en el dict¡jmcn Je V. querer
manifestar no solamente una obslirwdou inex plicable,
sino una especie de demencia.
S. l reneo nos asegura « que Jesu cristo por la con-
sagracion del pan y del vino nos cu~elró la nueva obla-
cion del nuevo testomenlo; que la iglesia la recibió de
los apó stoles y la ofrece en lodo el univ erso: que segun
la prctliccion del profeta Malnquías (2) desechó Dio:~
Jos uuliguos sncrificios para sustituir este sacri!i cio pu··
risi mo: que desde el oriente del sol husla el ocaso >o
fo.: ia
(1) Univcr&os i¡;ilu r qui pe•· n omr n Ísliu s ucri
in tu-
offe ruu t 1 qme Jesus Christu.s fieri trad idit , hoc ut,
cbar istiñ pan is et cnl icis , qu;;e in loco omu i n cbri
sti:.uis
. llibl io-
ftun t , p•·z verl ens Dcu s grnl os sibi csse lts liÜc alur
t ho·ca l'olr um, L. JI, p. >, opu d An issn .dos , P· 99·
(>) Malat h., c. • ·
-1 01 -
ofrecr. ni Allísimo, y por el cunl es gloriOcado su nom-
bre cnlre los gentiles (1), es deci r, entre los que nntcs
de su com•ersio n l'ivion en el paganismo.» ¿Qué respon-
derá V. á esto? ¿Sostendrá V. totln1·ía que los hombres
hnn cambiado ltl naturaleza de la Euca rist(a : que .Jesu-
cristo babia hecho solamente un sncramento; y que al-
gunos hombres ntre1•idos han osado hacer un sacrificio?
Pero ¿qui t!ncs son esos hombres teme rarios? Nombre-
los V. si quiere: ya l'e V. qun S. !renco asegura r¡ue la
igle ia recibió este sacrificio de los apóstoles , y que los
apóstoles le aprendieron rle Jesucristo. ¿ Le parece á
V. que este santo obis po merece nlgun créd ito, ó le juz.
gn Y. absolutamente indigno de él? ¿Estaba informado
del usunto duque habla, ó le fallabnn los conocimientos
nccc¡;arios? ¿ De dónde sabia lo que uos dice? Lo sabiu
sin duda por su mneslro S. Policarpo, primer obispo de
Smirna, que habi a cou1•ersado familiar mente con los
. apóstoles, y recib ido lecciones del mismo S. Juan. ¿ Ha-
briun engaiiado los apóstoles á S. Policarpo haciéndole
creer que hnbian aprendido de Jesucristo 6 ofrecer este
sacri ficio nunquo no fuero usi·? ¿O seria S. t>olicarpo ~1
c¡uc engoflasc á S. I reneo diciendo haber recibido de los
(l) c.·.m qni ex U3lur:t pani s Ul accrr•tt' et Gratia$
rgit Uit·eu s: n lluc es t. corpu~ IO(•u m . • . ••• ., l~l no vi tts la-
mrnt i no\• :ten docu it ohka tionr rn, qu:uu e.cc-lt'sÍ.l .1h :.post olis
accipitn.s in univ'"no mun do offcr t lh·() . . •.. . ltlal.tchias sic
Jlrresi\;u ifi('avit : <f No n est mihi volu11t~.s iu ,.r,Li s, dicit
D om inus om ni¡}o h:ns, e l s3cri ticium llfHI acdp i:uu de ma ni-
lms ,•u tris, quon iam o. l., ortu .so lis us•¡u e :ul ()('Casum uo-
-
nlc A m euru t;lori ficat ur inte r ~entt""s, c: t in omui loco incen
r
sum o.ffertut· nnm ini m e() et $:tcri fici um pnru m ..... » Pl'io
quidt·m popu lus ee.ua ,•it offt•••·e 01!0 , omn i autt:m loco
sac•· ifidu m olfer tur Don, tl hQe puru m. Lib. 4, cop. l1,
e<l. Col. , ['• 355.
( 1) !toque el ••c r ifi c> mus pro salute iru perat oris, std
Deo uoslr o el ipsius . Lib. • •d Scop utam , co p. ed. Fro •
b.-u, l'• 553 .
(2) Non pcrmittimu .t rnuli\!l'i in eccle.s it1 ncc tlocca·f',
uec t:a ngcrc , ucc offerre. Lib. de vehlndis virGlni, c.op. 11,
ed. F r ohtn , i'· 4!16 .
( 3) ~l ulici'Íbus llltlla proccdencli ca usa uon te tr ie•; out
imhr.c il1is aliquis ex frat1•Íhus vi.si toudu s , ou t sacl"iticiu-m
offo·rt u o•, out vcl'l.um Oci aJmi uistra tur. Lib. de eultu f:em.,
c. ¡ 1 cd. Frubc u , 1'· S 1 f·
(1) Accr t>to c<>rpore Chr i•ti t t r.sr rvat o utm mqu c ••t-
ficii . Lib. de
\•um ut, el pa•·t icip atio s:u:r ifaci i, el exrc u lio o
ora lion t , c. XlV . p. ¡g3 . •
hu jus
(2) Quot1 J?.111~ Chri u us Oomintu nost er ! :.crificii
Fro brn,
aucl o•· et docl or fuit et docu il. Lib. >, •·p. 3, eJ.
p. ~ 1.
{31 Nan} qui.' mat;is snr.c rd o., Dei sum m i, quam Dom inus
no•• ••· Juu a Chr islu !, qui s acrifocium Deo c>bluli t hoc idem
vino m,
<¡uod Mel chi. rdrc h obtu lcra l, id rsl, p>nem •L
nnn n scili ct•t COJ'iH.IlJ el ung uinc ru. Lib. ;{, C'p• 3, td. Fro -
ben , p. S..
•
© Biblioteca Nacional de España
- 105 -
ligua como el cristianismo In prúclica de ofrecer el sa-
<:ri!icio por los difuntos? Lea V. la quinta Catequesis de
S. Cirilo , obispo. de Jcrusalem, escrita Mcia medindos
del siglo 1V para inslru ccion de los catecúmenos, que
se disponían á dispon er el bautismo , porque sin duda
en semejante circunstancia emplearía el santo do~:tor
palnbras claros y sencillas pua dar á los neófitos ideos
justas y exactos sobre los mislerios y ceremonias ele la-
religion cristiano. La manera con que les habla, demues-
tra bastante que ero la pnícli cn uniYersal de la iglesia
por enton ces. "Cuando celebramos, dice , el sacrificio,
pedimos en último lugar por lo~ que hnn muerto entre
nosotros, creye ndo que sus ahnas reciben mucho nlivio
del sacrificio tremendo de nuestros ollares y de las
oraciones que le acompañan (1). » En seguida se pre-
gunta cómo puede ser que la conmemora cion hecha en
el sacrificio proporcione alil'io á las almos; y respo nde
á esta cuestion con la comparacion de un rey que
hubiese enviado á un súbdito suyo al destierro por
malas acciones. «Si los parientes del culpable, dice,
presentasen al pr!ncipe una corona de oro para nplacat•
su cólera; seria un buen medio de inducirle á que ab re-
viara el tiempo del destierro ó mitigara In pena: pues
del mismo modo orando por los difuntos durante el sa-
crificio ofrecemos ú Dios no una corona, sino Jesucris-
to su Hijo, que murió por nuestros pecndos, á fiu de
lwcer propicio á ellos y á nosotros aquel Dios tan iocli-
uado ya por su naturaleza á lo clemencia (2). • En es-
tus palabras se ve bien marcado un uso generul de In
iglesi a, que se·noti!ico y explica á aquellos á quienes se
quería instruir en la religion y en la piedad verdode-
( 1)C.tcch. Cvril. td. Paria , 1" •4•·
(>) lbid , P· ·,, , ,
-1 09 -
que nos
S.1ntos padres uno infinid ad de particularidadesebraba y
demuestran que el sa!:rifl cio de la misa se cel icamos;
nplicaba á los mismos flncs á que hoy le aplnsi~tir ,¡
cuando veo que exisliu la misma obligacion dey man•I'Í-
él. y que se experimentaban efectos prontos que en la
llo::os; cuando por ejemplo, sé por Eusebioobi~pos ha.
dcdica cion de la iglesia de Jerusalcm muchos e é ius-
ciun ~bios discur sos al pueblo para exhortarl ubra se
truirle , y que los que no teuian el don de la pal cios no
ocupnbun en aplucur ó Dios ofreciendo los sacrifi sia de
incruentos y las oblaciones místicas por In igle udor y
Dios, por lo paz comun y por la salud del emper Leo n
de sus hijos ( 1); cuando veo que consul tado S.
sobre lo que debin hacerse cuando los fiel es nose cabían en
reitere
lns iglesias por ser reducidas, respond~ que ieron cu -
sin titubear el sacrificio para los que no pud ll S. Ful-
lrur (2) ; cuando leo que habiéndole propuesto Dios Pa-
gencio si se había de ofrecer el sacrificio á solo por tuda
dre ó juntamente á los tres personas , alego católica
respue sta la práctica genera l de In iglesia nidüd el
de ofrecer indivisiblem ente á la sanlfsima Tri al gran
cuerpo y sangre de Jesucristo (3) ; cuando YCO
(t) S··ss.>>,«•¡>.II.
( •) Lo u:. > 2 , 1 ~~-
(3) lhiJ, ,, ,.,o.
•
'
, tl pa nt rn in co •·p u'
( •) St•ptt>m h:. be nt s:. cra mr nta in
Domiui e l vinum in sangu i ncm tra usmu tilri vu tan t . lla::c
•
© Biblioteca Nacional de España
-1 21-
un libro que despues se imprimió , y lleva por título
S te/la orientltlis , occ'identalis splenilens. En el artículo
IV se dice hablando de la misa : «Creemos que la obla-
cion del misterio es el sacrificio propio y verdade ro del
nuevo testamen to, por el cual Dios se hace propicio á
los vivos y á los muer tos (1).»
El señor marqués de Noiu.tel, embnjador del rey de
Francia, solicitado por algunos doctores católicos que
habián entrado en controversia con los cal vini~tas fran-
ceses, para que les proporcionase certificados auténti-
cos de la fé de los griegos sobre los principales puntos
disputados, creyó que dcbia aprovechar la ocasion de
halla rse reunidos siete arzobispos griegos en Constunti-
nopla. Propusolcs por escrito qu incc articulo~ que le
habian enviado de Francia , y les pidió su parecer so-
bre ellos : la respuesta al tercero fue : << La Eucaristía es
un sact:ificio por los vivos y los muert.o s, establecido por
Jesucristo, y legado ú la iglesia por la t.radicion de los
apóstoles.• El acta se dió en Pera, arrabal de Constan-
tinopla, á diez y ocho de julio del afio 1671, y la fir-
maron llartolomé de llernclea, Jeremi<Js de Calcedonia,
Metodio de Pisidia, 1\Iel.rofanes de Cizico, Antonio
de Atenas, Joaquín de Rodt~s y Neófito de Nicomedia.
Ademas de este certificado podrian presentarse taro-
bien las dec\>iones de dos sínodos celebrntlos en estos
últimos tiempos por los griegos separados de nosotros.
El arzobi:>po Nicéforo congregó el primero de aquellos
en Leucosit~ (isla de Chipre) el aito 1GG8. Hilarion Cica-
da, obispo de la mismn'Chipre, hizo un extracto de es-
'te sínodo que se envió á Francia , y el original griego ·
-1 2-~ -
cxislia en la biblioteca del monasterio de S. Germnn de
los Prados. Despues de declarar sobre la mis•J lo que se
contiene en las otras declan•ciones, aí.ade: «'Si alguno
dice que la misa no. es un sacrificio incruento propicia-
torio por los pecados de los vivos y de los muertos, y
que no se debe adorar á Jesucristo en el sacramento de
la Eucaristla; m!resele como culpable de herejía, y
quede sujeto á todas las penar, y censuras promulgadas
contra los herejes.» El slnodo añade al fin que esta fé
es la de los cuatro patriarcas de Constantinopla, Ale.
jandría, Antíoquía y Jerusalem, de los moscovít.as , de
los rusos , de la llulgaria , de la Servía, de 1<1 Mi:;ía su-
perior é inferior, del Epi ro, de los árabes y de los
egipcios.
El segundo si nodo se tuvo en · Jerusalem en tiempo
del patriarca Dosíteo. Por su órden y la del sínodo se
compuso un extracto sinodal con el titulo de Escudo ele
la {é, que envió el patriarca á Luís Xl V , como una
prueba aulénlie¡l de la fé de los pueblos sometidos á su
vigilancia: este manus~rito se conserva en la biblioteca real.
Viniendo Dosileo á tratar del artrculo de la misa asegura
«que es un sacrificio verdadero y propiciatorio, ofrecido
por todas las personas piadosas. vivas y difuntas, y por
la utilidad de todos , como se declara expresamente en
las oraciones del sacrificio.» Luego hácía el fin niiade
que los nestorianos, los armenios, los coftos, los sirios
y los etiopes, situados bajo la linea equinoccial y aun
mas olhi hácia el trópico de Capricornio, aunque se-
parados de los griegos muchos siglos há, estan sin em-
bargo enteramente de acuerdo con ellos en cuanto ni
número de los sacramentos, y lo que se cnsef1a en el
tratado de la Lransustanciacíon y del sacrificio. "Esto.
dice, es lo que nosotros vemos con nuestros ojos, y IÓ
que nos manifiestan nuestros sentidos en esta ciudad
-1 23 -
santa de Jerusalem , á donde acuden en percgrinncion
tnotas personas sencillas y no instruidas de todos los luga-
res del mundo.• El patriarca de A ntioqula no quiso ser
menos que el de .Jerusalem , y en el acta que entregó.
al embajador francés decía ( 1): «Creemos que la misa es
un ''erdadero sacrificio incruento, cuya perfeccion su-
pera tanto á los sacrificios ofrecidos en la ley de Moises,
cuanto el cordero de Dios venido para quitar los pecados
del mundo aventaja en excelencia á los corderos privados
de alma racional, y cuanto el sacerdote eterno segun el
órden de i\Ielquisedec h excede en perfeccion á u u mi-
nistro f•·ágil y capnz de pecar; porque en la diviun mi-
sa el 1\lcs!as es el ofrecido y el que ofrece , el que reci-
be y el que da, segun la expresion de S. Juan Crisóslo-
mo. Nosotros pues ofrecemos este sacrificio incruento al
Altísimo por el pcrdon de los pecados cometidos por
los fieles vivos y difuntos, así como nos lo enseilaron
los santos apóstoles instruidos por el 1\les!bs. •
Ademas de la iglesia griega existen tambien otras
sociéd ades en Oriente separadas de In iglesia católi ca
por un cisma mucho mas antiguo que el de los griegos,
y que no por eso dejan de estar de acuerdo con ellos y
ron la iglesia romnnt1 sobre el punto en cueslion. Estos
son los jacobitas y los nestoriunos. El patriarca de los
prameros, que se llama n lnmhien mono(isiws, porque
no reconocen mas que una uaturaletn en Jesucristo,
es el sucesor de Dióscoro, condenado por el concilio
de Calcedonia, y de consiguiente es tan separados de la
(8) El patria rca N•ófit o ex tendió esta acta que llrva '"
frcbo de ,,• de mayo de •6 ¡ 3, y la firm>r on y aprob aron
se is ar7.obi$ptls y g r·andis imo rnírurro de {:clesiásticos : antes
ele lo revolu cion •• ~;u••·daba en la pibliote.ca del monas terio
de S. Guma u de los Pndos .
- 1~~5 -
tra trece arllculos de la doctrina de Lutero y Calvino,
y s<; quejan de que se les im¡>ute calumniosnmeute es-
ta. El cuarto de dichos arlículos dice : uQue la mis.a 'no
es un sacrificio de propiciacion, y que asi no debe ofre-
cerse por los vivos y difuntos.»
El patriarca de los armenios de S. Ermeazin, situa-
do en la Armenia ma yor, llnm<tda Ararat, instado por
el embajador frunces en .Constantinopla para que se ex-
plicara sobre los artículosoroulroverlidos entre los ca- ·
tólicos y protcslaates, declaró en una acta solemne que
con otras de su especie se conservaba en la biblioteca
de S. Gcrman de los Prados, que sus oídos no habían
oído jamús cosa semejunte á las aseveraciones de los
calvini~ Las y luteranos: que las proposiciones que soste-
nitln no le habían pasado jamás por el pensamiento; y
que las desechaba como dogmas pestilencinles y ponzo-
íiosos , protestando que ni él ni los. suyos oirían jamás
unos discursos tan honibles sin profundo dolor." Pues
la cuarta de estas proposiciones que desecha con tanto
horror, era la que acabo de mencionar, en que se sos-
tiene que la misa no es un sacrificio propiciatorio, y
que no debe ofrece1·se por los ,;¡vos y difuntos.
Ve V. pues que existe una perfecta conformidad
entre las opiniones de los jacobitas y las de la iglesia
romana respecto de la misa : resta ver lo que pensaban
los nestoriilnos sobre el mismo artículo. Solamente pro-
duciré un atestado del metropolitano de estos en la ciu-
dad de Dinrbcckuir fecha 6. 24 dias del mes Nisam del
ailo de Hi69. El patriaren .losé y su clero se expresan asi:
"Hemos sabido con grandísimo tisombro que cierto hijo de
Satanús, de la nt~cion de Francia (habla del seí1or Clan-
de, ministro ¡)rolcstnnle en Charenton), hu osado hacer
UIIil injuria atro7. á la iglcsi~ oriental, imputándole fal-
samente que no cree ni admite el grandísimo misterio
•
-t. 1 2· 9
CAPITULO V.
COlliU~ION D,\.TO U~ t\. SOLA ESPEC U::.
(t) Omn is spiri lus qui solvi t Jesn m , r x Deo non esl,
et hic esl autic hrist us. - Ep. • , Joan . fr, 3 .
( >) l. Coo·, 9 , • ¡.
(1) Vcr m:im illin mtn rst corp us bnm ini in J3nc
t3. Eu-
sun tl rredilum
rhar isti: l uti :tui mal um, i ta tpwq nc s::m gu iuc
• .sub una.
:ull"sse r l man fluc old. - In cli sput . COil ll'3 corn
T y pis Jo u•hi 1\ lu llo·o·i 1 1'· o;3.
1,
(:t) No tum fu it 3 1\IÍq nitn li Chr istum uhic uinq uc aflr$
cx3ngut>, nf•c
t ot un• l"l i ntt'SI'eun ad,·$-st'; rorp us rjus non rs.se
p3rl . ,, t. t,
sn n guim•m ex tra corp us. -I:: xall J. conc . tricJ. ,
rol. ~' rauc f. 1'· >44 , u. 3o.
qu:lm
(3) Nnu n•gom ns '1"'" loho . Chr islu s t• rn pone
usum utri us·
viuo in Euclaari s li:i clis pcus rt.tr . Tam ru clocrmus
fllle (•3rt is rh•h.-,·(' rccl('site un iw·r sum rue. -In
confCu. Wi -
feui onu m,
l c mbc rg., orl. de Eurlo>r. Vid< S) nlog m• con
rolilnru Gcuc v:e sum plih us Pdl 'i Chc vcl 1 p. • o6.
-1 33 -
de\ mismo modo el que me come vivirá por mL • Y c1~
el ;)9 : «No es este pan como el maná que vut!.l ros pa-
dres comieron y no les quitó el morir : el c¡ue co:na es-
te pan, vivini eternamente.» ¿No seria justo creer que el
Salvndor, repitiendo hasta C1111tro veces la mi~mn pro-
mesa, no tuvo otro designio <¡uc inculcarnos bien 1111
punto de doctrina, cura verdad prevcia que huiJiu de
ser nu dia el objeto de las nws acaloradus disputas, y
asegurarnos que basta para la sahacion recibir lu Euca -
rislla bajo una sola e,:pecie'! .En efecto todos lo> santos
padres de- la antigllcdntl concuerdan ea entender del
mismo modo esta parle del c.•pílulo VI de S. J uan , de
que In iglesia romana saca tan fu ertes pruebas en fal'or
de su práctica. Yo no haré mas que citar attu i los que
han escrito comentarios sobre Gl Evangelio de este han·
lo apóstol, como S. Juan Crisóslomo (1 ), S. Agustín (2),
S. Cirilo de Alejandría (3). Teo!Haclo (4;, Eulimio ( (),;
y si quiere V. que cite il otros sauto> padres que ht•-
b!nron de él por incidencin, aiiadiré il Orígcnc; (G), San
Cipria no (1), S. Jlilario (8 ;, S. Uasilio (9), S. Cirilo de
•
•
- 139 -
lexto del Evangelio de S. Lucas, en donde se dice: "Esió-
tando Jesus con ellos á la mesa , tomó el pan , le part
y se le presentó : al instante se abriero!l sus' ojos y le co-
noc ieron, y él desapareció de su ¡>reserlcia (1). »
¿No \'C V. en esto una l'erdadera comunion'! ¿Se pue-
de hacer una dcscripcion mas exacta de la Cena? ¿J.\:visi o se
,·e la bendicion del pau, In distribucion y el efec to -
ble que el sacramento obró en el nclo mismo abriendo
los ojos a los que los babia n cerrado , y haciénd olos co-
nocer á Jesucristo? En tales indi cios ¿puede descono-
cerse In di1•ina Eucaristla? Asi In iglesia, fiel inté r-
prete de las escr ituras, juzga de.lo que es esencial á los
sacr amentos: por ejemplo , respecto del bautismo se han
dispensado sus ministros de darle por inmcrsion, spor -
que podía result.ar alguna iuco motJidad á los niño dé-
biles ó enfermos, y ndemns era dificil gua rdar la decen-
cia al bau tiza r de esta mau era a los ndullos, y sobre to-
do á las personas del otro sexo. Del mismo moJo había
muchos inconvenien tes en administrar el cúliz, porque
era imposible no derrama r la sang re a pe;ar de las mas
exquisitas precauciones, al presentarle á una gran mul-
tilud de comulga n tes , muchos de ellos lorp cs : ndcmas
repugnaba á no pocas personas el beber despues ele los
enfermos, los pobres, los achacosos &c. Para e1•ita r pues
estos y otros gran des inco nven:cntes, la iglesia informa-
da de la sufi ciencia de unn sola llSpecie por una l radi-
cion constante man tuvo sabiamente por un decreto del
concilio de Constanza el uso que el pueblo había ob-
serv ado de suyo. Los palabra s del concilio son estas:
«Aunque Jesucristo ha ya inslituido este venerable
sacr amento despues de la Cen a, y adm inislrádolc á sus
discípulos bajo las dos especies de pan y Yino ; no obstan-
(t) Luc. •4, 3o.
(t) Licd Ch ris tus post eren> m insti luer il , ct s_u,is <lis-
cipulis atlmiuis travc t·i ~ s ub utr&~l ué s pceic pa uis, e l vi ni hoc
vcne1·ahi ll! sacr·;uu et•tu m ; L.uall:u hoc uon oUs ta n ll! 5acro-
l'ufll canouum nuc ltlrit.a s lauJahilis et 3pprobJ.la cousuclu-
clo et:clc~s i~ sct·vav i l el sc r vaf, tptnU hujusmucl i sacramcutunJ
JlOU clehd C(nlf'itil pos t CU! U31U, JlCijUC :\ fil)eli.bus r ccÍpÍ UOII
jcjuuis ni$Í iu e;. usa i u lirm itat is aut altcrius ucccssi ta.tis . -
Scss. d, t. Xlf, couc. L~Ltb, P· • o o.
•
•
•
CAPITULO VI.
•
S:\C ilAli El\T O liE LA. P ENIT EN Clt\. O LA.
CON FESl ON.
PrtH'h :.s eh! la ins tituci on divin a tl(· rstf" 5:)l' 1':11n r nto :li:tc:ula s
1l•· b sa:;nu.J.l t·st:r i lur3 . Coufonuid:u1 c.lc los s.anlo.s padn s
'!tic lns m:u cCicb rcs tscril ort·s dr lodos lo.s si¡; los •
• .
Eu la púgiua 135 de In quinta conferencia intenta V.
romhatir la roufesion produciendo el testimonio de San
Juun Crisóstomo, S. Dasilio, S. ll ilurio y S. Agusliu, que
no hace V. mns que nombrar sin cuidarse de referir M IS
textos en apoyo de lo que v:
afirma; pero en estas rna -
tcrin s de ordinario nadie se conte nta con beliO:! razo ·
uam iento; , si110 que se quieren pruebus de hcdt o. Per-
mít nme V. que con tinúe la seri e de los Lcslim ouios so-
bre este :~rtfculo cou tanta exactitud y ubundaud¡¡ como
creo haberlo hecho rcsp"cto de lo> demas.
Lo' S<Hilos padres de la iglesia, de que voy {¡ cilnr á
V. multitud de pnsajcs, ha u mirado como de inst ilucion
di viua la confesion que V. no quiere adm itir, y es iu-
contcsluble qn e ,Jesucristo dió á los npóstoles y en su
perso nu á los ministros de In igles ia la potes tad de atar
y desa lar, de ab~olver y condenar. En efecto es eviden-
te que cua'ndo el Snlvodor, para cu mplir lo promesa que
había hecho 11 sus di'c!pulos, les dice antes de Sltbir al
cielo, como se refiere en el cap!lulo JI de S.•Juan: (( Los
pecados serán perdonado; á aquellos a quienes v<»olros
(! ) J., . .....
~· ) Ac l. ' ¡, 18.
-1 57 -
mitir los mayores pecadores á la participacion de lus
gracias celestiales, con tal que hagan penitencia de sus
pecado.s con el ar repentimiento ·del corazon y la sinceri-
dad de la confesion ( 1 ). Pero ¿por qué recurrir á la~
palabrus del santo, cuando en su conducta hallamvs una
prueba complel!l de esta ''('rdad? ¿No se dice en su vi-
d;~, que'escribió Paulino, uno de sus diáconos, y por
consiguiente autor contemporáneo, que den·¡¡maba mu-
chas lágrimas cuando oía la confesion de los penitente,;,
y que así los obligaba i1 llorar eon él? ¿No añtlde el au-
tor que el S<lnto guardaba un profundo secreto sobre
todo lo que se le había confiado, y que no con,•ersaba·
mas que con Dios solo para implorar sus miseriror-
dins (2)" Lo que leemos en una exhortncion de S. P<l-
ciano, obispo de Barcelona, á la penitencia, nos el a
iguahnenttl á conocer tlue en el siglo IV se ex igian alos
peuile¡1tes los mismas disposiciones que hoy. El g¡utlo
obispo los conjur~t por aquel á quien eslan pittenl e>- la,;
t:osns mas secretas, que no oculten nada, que no encu-
bron su conciencia llagada (3). Quéjase de los que se di-
.
(1) Dir tmo r, l. 11, Cht'llll· aut h. Bru nsw . p. 333
•
(>) Bol lad . q Mar lii, l. 11, ('• 369 •
(3) Yo• pes in Cili"OII. Ol"d. S n .·uccl. l. IV. ll· 4So.
(4) Tom . 11, Sl'ic il. Arh cri, p. 6¡G .
(S) ll ist_o ri~ ole Iu~ lot. por Auclr~s Ouchero
c, cdic. de
Du vcr dirr , l. T, J. !T. P· '49 ·
srcu m ho-
(G) Qui sque Jll"rofo·c tus unu m pr:e bylc rum
ic:Lrc et iudi ..
br3t, qui hominiOu.s pccc:1ta confitcr\l ibus jud
15 3$.
c:aro pron ilen tiom pou it. Tom . V J, I.ab b. P·
( ¡) T o m. V 11 La bb. p. 11 t, 3 •
C1\PiTULO .VII.
DEI. PlJRGATOIUO Y DE LAS ORACIONES POR
LOS MU ERTOS.
-1 88 -
tin, S. J uan Damasceno y S. Isidoro du Sevilla. ( 1}
En la orarion f(mebre del emperador Teodo io dice
S. Ambrosio que habiéndole amado constantemente le
~cguirá hasta la region de lo~ vivos, y no le abandonará
hasta que con sus lágrimas y plegarias le haga eutrur
cu el lugar á donde le llaman sus méritos, en el rnoute
S11nto donde se disfruta una vida perdurable (2). Por
f'~las palabras ve V. que el santo doctor crt:in que po.
día no hnbc r llegado aun el olma del emperador á la
rcgion de los vivos, y que podrían sen ·irlc de algo sus
ornciones p:1r11 acelerar su rclicidad. Escribiendo ni oiJis-
po Oclfin S. Paulina, obispo de Nola, contcmpcm)nco
de S. Ambrosio y de S. ~\ gu~tin , le recomienda el al-
ma de un hermano querido, que acab~ba de perder, y le
dice: " Haz de modo que Dios conceda esta alma Íl tus
oraciones, y que con tu rara virtud alcances del :Scilot·
que derrame sobre aquella algunas gotas de rcfri-
geri.o ( 3). »
No puedo omitir otro pasaje de S. Agustín, quien
en el libro 9. de sus Confesiones dice á Dios , despues
0
r le: esam li
{ 1) N une pro prCC31is mal ris m a> dep roco
ndi t iu lig-
me pt>r med ica m vulnrrurn nostrorurn qu:e pepr
nohis. Sdo
n<", el st•lcos ud drxtc•·a.ro tuam inh•rp~· ll at ¡H'o
se dtbi f;, tlrl, i-
rni:w rico rdit tr opt r3 t um , el e~ cord e dimisi$.
Dominc ,oh~c
tod bus su is: dimiU<: illi el tu <h-•bita su:1: tlim illc
ero , ne intrt>s cum e:\ in juü iciu m. - Lib.
IX Con f. c. ~ ~.
1. 1, .J. Fro b., p. t6o .
re tu um
(2) Quoh]uOt hrec J,•gtrint, tuemincrint ad alta
l f":drtmum,
!\)()nicre t3m uhe luce .... . ul qund illa puposci
ulJt!f'ÍliS ,.¡ \) nl!lo ll'lu r Íll muh OI' UJil Oro
tion ibu s.-J bid p. 16 r.
'
"l'. ·~ · u
CA PI TU LO VI II.
D E LA S UD UL GE NC U.S .
( t) Non v idcbun l l (' l' l':\r\\ pro IJUd jura vi ratrib us ('0-
J'UIII. - Num. 1 4·
(' ) Q ui• nnn c•·eclidislis mihi ul •• nct i6c.re lis me co -
t·~IJ) filii .. lsr'3tJ , uou iu t roducc l Íl ho.s populo s in terr:.nt
quam d:Jbo c:i!l•- Num. 20 .
(3) Oixillp oc 1'\ath;o u o<.l Do vid : Don> inu; ~UOIJU< Ira u•·
tu1ÍL ~lC-Coltunl luum. - ., R,·;;. t 'J, • 3 .
•
' -1 98 -
desatado en el cielo (1)." llenriq uc Vlli ciln el mismo
texto para proba r esta doctriua contrn Lute ro {2). En
el capítulo XVlll de S. Mateo ~e lee que dirigieudo !ll
divino maestro la palnbra ú torios los apóstoles, les di.io:
«E r.l verdad os digo, todo lo que ata reis en la t ierra,
~erá atado en el cielo; y lodo lo que des¡¡tnreis eu la
tierra, será desatado en el ciclo (8).» Aqui obsenan
nuestros teólogos que estas palabras: .. Totlo lo que des -
a:¡Hcis en la tierra, serú desalado en el cielo,» contie·
11en unu proposicion univc rsul que expresa una potestad
absoluta de romper todus las ligMiuras con que puede
estar atado un pecador en la tierra , de CU<lhluiero na-
tu raleza que sean. Los mismos apóstoles usaron rle esta
potcstnd, y dieron ú los ~i glos posteriores el cjcn1plo de
~·onceder indu lgencias eu ciertas ocasiones. ¿No ha leido
V. en el ca pítulo V de la epístola primera ue S. Pablo
;i los cor intios que este grande npóstol, zelo>o por la
gloria de Dios y la salfncion de las alma> que habia con-
qu istado pu ra Jesucristo eu la.dudad de Corinto, cre-
yó ,que deuia vengar el ultraje hecho por un incestuoso
"¡j Dios y á 1~ iglesia? Le co ndenó it una penitencia r igo-
rosísirnn y C<Jpaz de inspi rar un sa nto horror á semejan-
Lesdesó.rdene~, le entregó á Satanás, y le intimó que ex-
- 212 -
to; lu<!go eran preceptos de l'ira voz ó tradi1·iones, y
en este sentido ha de entenderse el texto. El fin de
este mismo capitulo suministra una nueva prueba
en fuvor de esta vcrdttcl. Des¡lllcs de exponer el npos-
tol la instilucion de la sagrada l~ ucaristia y lu necesi-
dad de pre¡>ararse pum recibirla ron snntus disposi-
ciones, ailude: << Lo demus lo nrreglaré yo cuando vaya
(1) . " En estas palabras se l'e •1ue se trata de re-
glamentos concernientes á la celcbracion de la santa
Encnrisliu. Ahora bien debe V. mostrarnos esto re-
glamentos y disposiciones que S. Pablo prometió á
los corintios sobre el gran misterio, puestos por e~
crito: 6 de no. tendrá V. c¡uc comen ir de buena re
que nqucl apostol dió de 1•iva 1'07. preceptos ú inslrucc:io.
11es que no se encuentran en las sagradas escrilurns,
como estará V. convencido siendo tan versado en ellas.
S. Pablo, dicen nuestros teólogos, instruido pot·
el Espirilu Santo l111•o sin d,lda buenas razones para
dar aquellos preceptos de 1·iva I'OZ: " lo demos lo
orcglaré yo cuando vaya. • Y cstns razones del apos-
tol son los que la iglesia tul'o en los primeros si-
glos; á saber, guardar grandisima resena aceren de
la explicacion de tan dil•ino misterio. V. sabe r¡ue
en aquellos primeros tiempos no se ndmilin ft los cn-
lecíunenos á !;1 celebrncion de los misterios dil'inos,
ni se explicaban á los iniciados hasta despnes de c"-
pcrimentar por cierto Liempo su fidelidad y :ulhesion
(l la religion para no e:-.poner las cosas mntas ni
desprecio y á la burla de los infieles, segun el pre-
Cel>to de Jesucristo: «No deis lo que es santo ó los
perros, ni echeis margarílus á puercos, no sea r¡uc
cis tis SÍ\'(1 per Séi"IUO Otffi, S i VC ['Cr cpisto lam IIO.Slro.m.
Thrs.s . 2 , ra p. !:11 , v. 1 5.
(l ) Qu3s diJiciJ lis si ve per sermonern 1 JÍ\'t per rpisto-
lant n osto·>m . - Ihid.
(o) Jliu c cst per.ri cunm ~uod non omnia t ro.J i,Jr o· u nt
( apo~toli) l)er rpisto lam; srd mu lta cti3m s ine script b • et
e:L 'luoqu e suul fiJe tli;;na. Qu:uuobrero rcclui ~ q~toqu e t ra-
ditiour.m ccnse:u nus use fide dig n:'lm. EJl lradit io, nihil
qnaeras ampli us. - Sa uct. Chr ys. 11om. 5 iu c. • , CJl· ad
TJ,esu l.
Non ail: Plu s t¡a;im ncccpi.sl i.s. , srd prre ler flUOd
(• )
ncc~ pistis. N;\t n si illud tlic:t'ret , slhi ipsr prl.l!jutlicarrt , r¡ui
plcrc- t c¡nre i l loru m
<'upi,·h:t l vc nire :u) tliC$Sn lon icC' uses ul sup
us r rot 3ci.Jit,
fidr i .lt fue run t. Srd t¡u i sup pl• t, q uod · min
c·('cl ic• lur fitlci n··-
uon quo d Íll <' l':tl toll it; qui aut (•m pro:c lt·l'~
~ul:un, non accr•lit in vi:i , .sfd
rrct·d it t.h: ,.¡;¡, - S. A u;.
Tr• ct. gS in Jo• nn .
nli :un, qn:trn t' I'P,:l
· (~) Hzc ('O tcmp<Wc f'lUO Dei misr rico
, ~ tr¡ ue non r ha r 1a:
n1e os lende ha. t 1s tml iosCet a ltf'O tC 3uc1 ir bam
Ol \l lldnh3m.
el litt cris , st•tl iull ·r iol'i men t is coi;ila tiou i
(•) Quocl autrm obstrr punL has voces in scrip tul'is non
r rpC'rir·i, frustr a s::tn;• a.c teour c obstrc opuul; n3m i lli ipsi ex
vocibu s non scripl is i n impirl~lt'ru dt-laps i \'OCtS qnmJm • non
script :u, uimiru rn Filium r:c nihilo crt~ lum, et tempu s
fuisse r¡ n:. ndo non c rn t, :ul suum erro1·e m co nfirnta 1HJum
off<'rn nt. Qu:.pr o(llrr ('"non sc 1·iptis vocil.n Js, pi\! t3mcn cx-
cogit3 tis, conclt• mu3ti su nt. Jp.si e·r \im voctS .sui crrori s ex
.sterco rc cruC'ntrs • uti vrri• lrrren os dccel,: .t loc-uti su nt.
E pisco pi :.utt'rn uon .suopte i ug(·tdo vcrba excogi tnn tt~, stU a
p:.tt·ih us l l'sti moni:\ IJr.lcn lt•s .sic scri p.senm t. Nam cr:l ut
episco pi v<•teres antt• a unos ft.·ri• cen tum el ta·i::; inta, lum H.o-
mz 1 tum iu nostr3 ci\•itat e:, qui crimin :.ha ntrn· tos A qui -
hus Filius f.tcl us •Jic,·b atur, t•t nou coruuhst<~nti:ilis Vatri 1
Quod •¡ ui1lt•m iulr·l1t•:<l'l'3 l Eusc·hiu~, r•pi."icOpus cres:u·i<·nsis, qui
f)uam rlu:.m :tu te J,.fl,•x t• ral atl h::crcsh n a1·iau am, pos lc•:t la -
men coucil io niro:cuo snbscr ip.,it, 3lt¡ue arito ecc!e.sire .su:e per
littcr\'l s co n firm:tv it Sé anlma ch'rt·tis.se hoc vtrbur n corutrh s-
1\'lntia le :\ veh:rib us c·pi.sco pis et. sc riptor ·ihus, iisquc rlisc rti5
ct. illustr iLus, iu clivin itate Pntl'is el filii rxplica m.U usur-
patum cssc. _ Thtod . l. I, lli&t . tccl<·s. c. 8.
(•) Omnr s ~pi•copinccbm avcru nl: h rec Qmn ium ' 'oces
.sunt : h.ec omuu dicim us: hoe omniu m volum u t. Quz
tandem nmniu m vocr.s at,¡uc: cmniuru vota, o isi ut quotl tr3l
ontiqu it:u tradil um tenere tu•· , quod invrnt una nup\·r cx¡,Jo-
derc:t ur.- Vinc~ nt. Lirin. in Comm onit.
(>) Confil erour lictem ltncrc e l pro:cl icare ab in ilio do-
(,¡ s. n. . il.
( > ) l.tb. co nt•·a q•i.t. runtl>m ·· nli c . 5 .
t l ) Hnc et iam fralri t'"t cnns:.c•·rcloti nos tro Bonif::acio
t>l ¡,J iis t-.:l t l ln1 1•a•·•i•rm ··pi~ropis. prt• co nli•·ma uJo islo ca-
a
l llmr iuu ntc•.sr3 t, r¡nia p:.tl'ihus is l:l ,,.·n pimus in ecclrsi3
lcgrnd• . Conc. car·th. 3.
T. 1 ·.: • 15
CAPITULO X.
JIEREJlA DE Ll\ tGI ,ESlA ANGLICAN A.
- ~28 -
jnicio de aquellos grandes sabios y doctores de la igle8ia?
Toca nte al culto e! illi'OC3cion de los ~notos la re-
forma auglicauu euseí•n lo mismo que enseilaba Vigilan·
c;io, heresiarca del tiempo de S. Gerónimo. Sin em-
hargo ¡qué guerra tao terrible declaró este s;u1to á
aquel hereje ! ;. Y por c¡ué ? Tal l'ez no lo ignora V;
por vengar á lo; santo s mártires de los desprecios de
Vigilancio, que no c1neria que se guardusen respetuo-
snmeute las reliquias de aqucllo5 , ni que se pasase
la noche en ornciou cerca de sus sepu le ros, ui que
se implorase el auxilio de sus ,:ufrilgios. • Dices en
tu libelo ( son palabras del saulo ) 11ue mientras vi-
Yimos podemos orar ruutuamcnln por nosot ro::; pero
que despues de muertos uo ha de orar el uuo por
el otro. Si los apóstoles y mártires cncr.r rados auu en
~~~ cuerpo pueden orar por lo:: dcmas ruando tOtluvia
rlchen estar ~olfcit.os por si; /. cuánto mas de~pues de
c·onscguidns las <·oronas, las vidorias l' los triunfos?
F.l apóstol Pablo dice que en la nnre se le han
c:oncedido doscientas setenta y seis nlmns; y dcsp ues
c¡uc libre de sus ntadurus está con Cristo, ~habrá .de cer-
rar la boca, y no podrá pronunciar unn palabra
•m favor de aquellos qt•e creyeron en su E vangelio
I•Or todo el orbe? e! Será me.ior Vigilancio, perro
'ivo, que aque l \con muerto ( l} ? Yo podrin re fe-
( t) Oicis in li~11o tuo qu0c1 dum vivim u.s mutu O pro-
J\Ohis or:trt! pn$um u5; postq uam nulcm MOI'Lui fu el"imus
llulliu s sll pro :dio exotHHe.nda C.l'at io. • •• Si :..pnstoli t•t
m;:arlyrts :ulhoc in corpo re con~tituti pos.sunt orare prn~
ezter is, c¡u3ndo pro so dr.hrn l adhuc use sollic iti, qunn to
ma;is post coronas, victoa·ias et triumphos .. .. Paulu ~ npo~.
tolns ducen t:u et srptna~inta el sex 5ihi dicit in na"i
;mim os co~tdotul:tS, "' po.stqnarn r<-snfn ltiS 'tcpe.rit r.\St" cwn
Clu·isto, tune or:' cbu;) urus esl, rt pro hi~ r¡ui in loto urtw
-23 3-
dl) h1 iglesia católica, al punto respon den: J>orquc está
escrito ; é iumcllialamcnlc produccu mil testimonios.
mil ejcmplo5 y mil autoridades de In ley, de los salmos,
llc los apó~toles y de los profetas {1).n ·<Ya estcn entre
los suyos, nfwde el mismo autor, yn entre los extraños,
•
ya en privado, ya en público, ya hu bien, ya escriban,
yu esten en un convite, ya en la plazu pública, apenas
enuncian una proposicion de su co~ha que no procu -
ren i!poyur con las palabras de la E~critura (2).n «Y
¡.qué harán los católicos? pro5igue el mismo: ¿cómo dis-
cerniríin lo verdade ro de lo falso en las Escrituras? Cui-
dando sin duda de interpretar el cánon divino segun la
lradicion de la iglesia universal y las reglas del dogma
cntólico, en lo cu;1l asimismo es uece~n rio que sigan la
uuiver salidnd, la anligllcdarl y el consentimiento de la
iglesia catól:ca y opostólica (3 ).» l'or nqui ve V. que en
el siglo Y ~e leuian ya las mismas ideas que hoy tene-
mos acerca de la naturaleza de la herejía; pero ¿qué di-
go del siglo V? El ;Julor mnnifi esla ol principio de su
obra que no refiere sino máxim us tomadas de lo anti-
gliedad. SI, <:n todo tiempo se ha mirado lo herejía
(1) Tln.o surt, Hi•t · ele lo< v,.,, lib. VIl , p . 46,,
(>) llul'lle l , 1, pref.l.lll, p. 4o3,
•
© Biblioteca Nacional de España
•
- 23 7-
tentizó que hablan de prcdicnr el Evangelio á lodos lo~
pueblos, como eslabá predicho por el salmista: no hay
idioma ni lengua en que no se oigu n sus voces (1).» " Y
porq uc Dav id , c,ontinúa el mismo doctor, preveía que
el Evn n~llii o de Jesucristo debía set· predicado en toda~
las naciuncs y en todas las lcngut1s, y que las verdudcs
de lo rcligion que son como el cuerpo de Cristo, re,oua·
r inn en lodos partes y eu todos los idiomas, prosigue:
el sonido de sus palabras cundió por toda la tierra, y su
lenguaje se oyó en los confines del mundo {2).» En el
mismo rundamento apoyaba el susodicho santo padre el
argumento que hacia a los donalislus: «La iglesia es co.
uocidn de todas las nacio nes : mas el partido de Doualo
~~~ tlcsconociclo de mu chas: luego no es iglesia t 3) » m ·
mismt) argumeuto puede npli1:orsc cierttl'menle á lu re .
fonna nnglica na: la iglcsin ca tólica romana es conocida
de toda> las naciones: la iglesia anglicana es dcscouol' hln
rle muchas: luego la iglesia anglicana no es la l'erdndc-
ra iglesia. Mas ¿cómo elude V. la fuerza de tales argu-
mculos en su última courcrcncia? Llama Y. á la refor-
ma anglicana una rama de la verdadera iglesia : tiene
(t )
-
In o mnihus linguis l'ulut'Um ev on¡;elium illud tu ne
tHir·:u~ulun• llOrlt~udehat quo d t l in ps:.ln10 tanto :t.n tc pnc·
1
tl i(' tum cs t : n o n s unt lor¡uc lre , n rr¡uc sc rmoues quonau
tw u :11ulin ntu1~ vnct•s eorum . - l ,. rt c.ontrn ,Pet il 1 c. :i~,
t. VIl, ttl. F t·oben , 108 .
(1) Scu qui:. in om u ibus ge n tihos e l linguis futurum
ev:an=:('lium et corpu.$ Cbristi peor tfltum orbrru l erra rum lin-
~uis omn ihus prrson .:'l turuna si¡;nific:.h:tt , ncutus ai t : In ""' -
n tm l crram esivi t Ao n us eotum , e l fi nes orhis terre vtl'l•:..
toru m . 1hi<l
(3) Ecclesio IH) la es l Ont'lihus grntibus; paro aulrm n.,.
11 ati ig notn u t plu rihn.s ~r. ntihu.t; uon e r~o ipsa. - l_;i ll. 11
co ul r:\ J.iu. Prtil., c . •o!, , rd. Frobcn, p. 1So .
•
© Biblioteca Nacional de España
- 238-
v. razon : es una rama desgajada del árbol de la l'erda-
dera iglesia católica apostólica romana; pero ya sabe
V. lo que sucede á las ramas desgajadas del árbol, que
no producen ni fruto ni hojns. J>or eso temiendo V. esta
justa consecuencia que se podio deducir de su proposi-
cionseopresura á ai•ndir: · En el reinndo de Eduardo Yl
y hasta el año undécimo de Isabel los católicos romo-
nos frecuentaban nuestras iglesias y oraban con las con-
gregaciones, hasta que al fin se lo prohibió el Papa
Pio V;» de donde infiere Y. que ellos fueron los que co-
metieron un cisma. Pero permltame Y. que le dign que
son tan endebles estaR razones, que puede decirse que
perjudican á su causa y fa vorecen a la mia. No me de-
tengo pues mas en esta materia , porque supongo dema-
siado ilustrados á mis lectores para conocer la evidencia
de la verdad.
CAPITULO X I.
DE L CU LT O EX TE RI OR ,
- 24 4-
la rnrl.1
El mbmo Eusc1Jio que nog ha 1rn•1smilillo P•Jta-
gen
que acabo de cxlraclar, cuenta ele la ~anla ,·ir uno de su>
mi cna. mt\rlir del siglo Jll , que re,·onocida á lo de tic.
guardias, el cual aunque pagano había cuitlat la ton -
nrlo
!'cndcrlu de los ins ull os de sus verdugos cua él de pues
ducian ol suplicio, prometió ncortla rse de pcusn ue su
de su muerte, y alcanzar de Dio~ la recom tres diOIS
r.nridad. y Cutolplió In palabra; rortiUC á lositativo de-
de su martirio se apareció una noche ú su carle dijo qnc
fensor, le puso una corona en la r;lbcza , ya él. nu ~il i
había conseg uido de Dios lo que pitliera par en sentir
tlcs ( que nsi se llamaba el guardia ~. no tardó e súbit;J-
el efecto do ltlS oraciones óe 13 ~nula : hallóscstimacion
mcnlc mudarlo v t;HI penetrado de amor y abrazarla,
hácia la reli gion cristiana, que no vaciló enmartirio.
logrando de allí rí poco tiempo In corona del o que los
Echase.de ver por !;1 relacion de este cas las nc-
~anlos no se con lcnlan con ped
ir cr1 el cic lo por
admite en -
cc>idades de la iglcsin en :;eocral (lo cual se se int crc .
tre ustedes sin dificultad), sino qu e ademas
se emplean
san en las necesidades de los particulares, ellcacisimas
en alcan~rlcs gracius , y sus súplicas son nlia en fa-
pnra con Dio:; a fin de conseguir ~u rni;erico go. e>lnha
''Or de aquellos. S. Ci pri ano. ouispt) de Carta especie de
tan persuadido de esta verdad, que hizpro o una
convenio con el Papn Cornelio, y se metieron qun
ndo por un
el primero que fuese arrcbatúdo de este mu
ari u cnn
t'fccto mas pronto de la bondad dh•ina , lomnlemenll'
empello los intereses del otro y ro~aria diligeto á un ns
al Sei1or por él (t ). Escribiendo el mismo san
tion is crl trit :.l t
( 1) Si t¡uis nos trih n pri or div in;e dig n:.
ctio nos tr~ ele . -
rneccs•e•·il, pc•·scv erct npud Dcutn dile
1•. 1, Er . •, <d. F•· obr n , p. 3.
- 248 -
Aunque esta es unu ¡¡póstrofc, no deja de ~er htmbic:n
una "erdadera plegaria; ¿y se 11uerle ~oli cilur COH m¡ts
enérgi cas inslancins la inlercesi('n de un santo~
Nombrar~ tnmlJicH á otros tres ~a ntos padres del siglo
IV, S. Ciri!o de Jcrusa lcrn, que muri6 el uilo 386, S. Am.
brosio, que falleció cu el de .tQQ, y S. Juan Crisós tomo,
que h:tbiendo pasado de este murulo á mejor ''ida en el
de .i Q7, escribió In mayor parte de sus obras á fines de
dicho siglo IV.
• S. Cirilo dice en la catequesis quinta: «Cuomlo ofre-
cemos este sacrificio hace mos tnmbicn conmcmoracion de
los que durmieron en el Sciror ante; de nosotros, pri-
meramente de los patriarcas, de los profetas, de los
apósto les y de lo; mltrtircs. pnm que por ~us oraciones
acepte Dios nuestro s súplicas {1).» Uuego ir V. que uole
que en este pasaje no se trato de In devocion de algunos
particulares, sino del oficio público de la iglesia: que en
él se hacia rnencion de los patriarcas y de los profetas,
de los ap6stoles y de los mórlir cs , pri ncipolrncnte pam
pedirles el auxilio <le sus oraciones; y que el órden de
-25 \ -
licus ele la iglesia romana, lnoracion por los muertos y la
invocacion de los santos; prácticas que V. supone ser
innovaciones de tu misma iglesia cuando se ven ya seña-
ladas en la liturgia del tiempo de S. Agustín. Lo mis-
mo nos demuestra S. Gerónimo, contemporáneo de es-
te (1 ). Vea V. cómo· habla Teodoreto de los honores
tributados a los santos mártires en su tiempo: .. t os
templos en que repo>an estos múrtircs vencedores, se
distingoen vor su cnpacidnd su ma:;nificcncia, y por
lodo género de adornos: en lodo resplandece la beller.a.
No nos contentamos cor. asistir á ellos una, dos ó cin-
co vece~ al ofto, sino que celebramos frecuentes reunio-
nes, y aun se cantan cada dia sus alabanzas delante del
Señor: los que estan buenos piden la consetvacion de la
salud, y los que se ven alligidos de alguna enfermedad
piden verse libres de ella. Los que no liénen hijos, soli-
cilan esta g-racia, y las mujeres estériles irn plo ran la de
la fecundidad: los que han conseguido un don, supli-
can que se les conserve: los que preparan algun
viaje , ruegan á los múrtir~s que les sirvan de
cornraiieros y guias en el cnmino: ·Jos que han vuelto
salvos dan gracias, no dirigiéndose á aquellos como dio-
ses , sino orando como á unos hombres divinos para
que se dignen ser nuestros intercesores. Los presentes
ofrecidos por los que han cons.cguido sus votos, manifies-
lnn que la confianza en su crédito no es vana. Unos'
llevan figuras de ojos, otros de pies, otros de manos,
ya de oro, ya de platn , y l;1s cuelgan en los altares de
los mártires en seflal de gratitud (2)." Citaré tambien
(•) T. IV, NI. Mortianay, port. 2 , p. zll5 .
(:1) Victorum martyrum templa c1\ll'a et, conspicoa
t·c·rnuntur magnitudinr. , prresta.uti:\ f't ornni ornatus gene1·e
illustr ia ct pulc hri tud inis splendorem late fundeulia . Ne-
r¡uc ad ha:c nos $Ctllcl bisve aut quinquics quotannis acce-
•
- 254 -
qué es lo que hacia tan célebre este lugar? La esperan-
za de hallar á Dios mus propicio y mas pronto d escu-
char los I'Otos que se le presentaban ror la intcrccsion
del san lo. ,,.Siempre que, dice el mismo poeta, agobia-
do de los males del alma y del cuerpo oré postrado an-
te 1-'S tc sepulcro, merecí rcdb ir auxilios (1). , Ahora
pregunto yo: ¿cómo podriu V. persuadir á pcrsonns ra-
cionales que en los mejores dius de la iglesia hobia
abandonado ya el pueblo cristiano el culto del Dios ,·er-
dadero para poner una vana confianza en las criaturas?
¿Que ignoraba y perjudicaba los derechos del llcdentor,
buscando intercesores en detrimento de la mcdiacion de
Jc~ucristo? ¿Que cm tan simple que· habla bu á unos
sordos incapaces de oir lo que se les pediu ·¡ ¿Y nunl-
mcnte que la ve rdudc ru piedad estaba proscrita del
mundo cristiano , y que en su lugar reinaban la su-
perslicion y la idolatría, sin haber podido nadie poner
Indigrna el Picens, pl\•hs el etrusca venil.
Coucurrit Samnitis ah·ox habit~tor , ct ahz
Campanns Capu.e, j~ntque uolotnus acles t.
Quisr1ue su:i lretu! cum couju::,t, dulr.iiJUS el cum
Pigr\Or iLus l'apitlllm COI'IJOI'C s··.sti t itcr.
V ix cnpiuut patu li pol'u lo r•urn gamliase t::..mpi,
ll :crt l el iu nt:tgní5 densa cohors spa tli s.
Au gus tum tantis ¡llwJ sprcus t.'SSC catervis,
lloud dubium •st om ¡ol:i foucr. licel pal rol;
Stol sed justa aliutl, quo•l lonlo frequeutio templum
Tune adeat, culto nobile •·rgifico.
(Lib. de Coroni$, (U. Po r is, p. >Sg .)
(1) !\Jira loci pietos tl promplo precantibus ora
Sp•s honoinum plo citla prosperi tole juvat,
llir. COI'I'uptdis animir¡ uc el r.o r· poris re.gtr ,
Or\)vi quotics .$ ll'atus, opern ru ('t'ui.
(1' . . . s.
v . • ¡5.)
'
[ 1) Quomt ¡uom ista r¡u rostio vir r·s iutel\ig cutire tll•·a>
, , inca t, c¡utm:ulmot.l um opilulentur m"rlyrt"S iis quo5 Jh• •"'
f'05 eer tum t.sl adju ,·ari utrum ipsi p(' r e;e ipso :ulsi ut on ip -
~i.s gener3J ite1· nra ot ibus ¡wo indigcn th1 supp1ic:J uliuul D.-•us
\'.'<n utlicn s mortyr u m preces pcra ngclicn m in is lt.•I' Ía uMJUCfJua -
c¡u e tliffussa prre hcat homini lws iSLa ~oluli•.J, <Juibus iu lwju.i
' 'ihe miseri~ !udicat esse ¡na::beu da, ct suorum mc.:r it:~ n•a •·-
t y rum uL i vull , quando \lult, quomod o vuh, mir3hi li cJt-
<tu• inelf~bili honital e commc n d.t.-L . de cur:i pro mor-
l uis, c. , 6, t . rv; rd . 'Fc·nh., ('- llg,.
(•) L. [ rlc .oncla br>lit. , cap. >o, 1. 1, rrl. PM is,
1'• i 35.
(3) Nihil inlrrc! 1, sh•r ondi:n1 t, $i\•r non audi:t nt.-
Hug. p. 'l'l 'i in h'p . ad rom., eJ . 1\Jogun t. , p. ~g3.
(4 ) ·'0¡•1 rOII1)4! 11ltÍ t• f1tO d(• I n.~ sauiO~· - C3 p. ' l l. ur, i m-
) .
JH'f'50 f: ll 1 :lt' l ~ ' 1)· 4 Í •
(5) 1\'l uh o ut>n iuveniu nt nr in litteris r.orum (apo.sto -
lnrum) , ntqut in concili is postrriorun1 1 ti tamrn fiUia per
uuh•cr.s:nn c ustocliu nt ur t•c:clf's.~i ;HO uttu nisi ab ilpn~toli.s
tl' 3tl i t a el CO III nt('IICb l a l l'(ll]uutu J·. -1... IJ el~ bap. t'OHI I' 3.
rlonoo • c.¡ , 1. V Il , rd. Fmb. , p. 3uli.
, .• 1~ .
' .1
(1) 1\htb 9
( >) l bid .
(3) Ita ul ven irnlt Prl ro, »hem nm lo ra illiou olm m-
h.·arrt qut•m,Tu:l m iilon un , .. , liht"t'3rt u'ur :.h intirm it:. ci-
hns s uis. - At: l. 5.
(1,) fta ut di:un S:ttfWI' lnn;,:: uitl o.s d f•fe rrt-ll flll';) ('cl rporc
<'ju~ :mcl:lria t.'l rt·mic in ctin, 1'1 n·rt>tldJ~nt ah ii5 I:IUf,IIHI'':s,
el spi •·i tus ucctuaru ('g•·,··l i~ha ulu r. - Ac l. 'J ·
(a) Lt-~atorius
Antonii boneclieli, qui lrilum l'GIIium
cutn mt-lote imperio ejus mrruer:.t accipere, Antonium in
Autonii muu('rilms :unplrclitu~·, rl t;JffitJUam ma;;n:i ls:er~:Ji
tttlc ditatus lretanter prr vestimtutuul record:atur inugiucru
aanctitr-tis. - S. Ath:ut. in vi1.:i U. Auton ii.
(•) Dir hus solcmnit.u s Pnsr. hrc el Pentccoslcs sempH
P:au1 i tun ic~\ vcstltus es l . - S. 11 it• •·· in vil S b l':l ti Pnnl i ert·m.
(3) Ili sunt t¡ui nost1·am l'(•t;ionrm ~uln.i ui .ct c·,'\ul, el vc· lu -
ti tnn·e.s r¡uretbm cohrertoulu st·cu,·itah·m :.h hm;lium incu•·-
su c o hibl"nl 1 n o n unn Ideo se iu clnJculrs, sNi mullís ¡.,m
locis ho..spitr-s r~cti, el muh:.s p;~tl"i3.s cxornautu. - S. D.t-
s tl. or:~t . in quatoor m :1rtyrc.s.
( 4) Ut autrm non solum :1nima S3 nctorum honoretur,
crcod:llurquc t¡uoc.l etiam in corporibus morluoruna in r.sl vir-
1us st•u poten ti~, jacens in srpulc hro Elhre i mortuus, mor-
'"'""'1'" prophdre c.orpus ~llingcns vivifica tus es l . - Snncl.
Cyri ll . llict·o•ol • .Cotccl•. < 7·
CAPITULO XII..
CU I.'l'O l>E l-AS. RELIQUI AS E N LA i GL ESI A.
Ci\TÓLICA.
•
© Biblioteca Nacional de España
•
- ~86 -
culnbnn ron facilidad. Oc 1licz y seis mil eclesiásticos de
que ~e romponia ell'lcro de Inglaterra , cuenta llurnct
que las lrc; cuarta,; parles renunciaron al celibato cu
tic1npo 1lc Edut1rdo (1), es deci r, en cinco ó seis nflos;
y de estos malos eclcRiilslicos que renunciabu n ú sus vo-
tos, se hacían buenos reformados. Asi se ganaba ni cle-
ro. En cuonlo <i los seglares se les daban por de;pojos los
bienes de la igle::in, y lns alh¡1jus de los templos enri-
quecion el tesoro del prlntipe. L:~ soln urna de Santo
Tomás de Cautorbery. pnriente consanguíneo de los Tal-
bol, con los ine~limnbles presentes que se habian en-
viado al santo de todns portes, produjo sumns cutlllliosi-
simas ni tesoro real (2); y como dice JlossucL, bnsl6 esto
porn degradar al ~anto múrlir que fue condenado á fin
de saquearle, haciendo porte de su crimen la riqueza de
su sepulcro (3).
Sobre este punto no puedo pasar en silencio <¡ue
unn de las muchas partidas que se leen en los docu·men-
los dclliempo de Henriqur. \'111, estaba concebida nsi:
« l tcm entregado el mismo din en manos de su reo!
majc~lad cuatro cálkes lle oro con cuolro palenos de la
mismn maLerin, asi romo uu n cuchara <le oro, que en
todo pc~nn ciento seis ouzns. llrcibi<lo : Hcnriquc, rey.»
Y ero Crom\\'cl que no le enl'iuba menos de cincueuta
om.ns rle oro catla vez.
t>or último no puede V. ~ospechnr que los persona-
jes mas re:;pelablcs de In nnLiglicd~d hnyn n querido in-
ttOI'Or é inl ro<!ucir un uso y un cnllo supersticioso é ido-
lólriro. Los Juslino>, lo:; Tertulianos, lo:; ll1inncios Fc-
lix, los Orígenes, los Euscbios, los Dámasos, los Da-
(1) numet, par!. '• l . • • 1'· 4•5.
(•) J>... t. l .
(:\ ) ll ist. Jc las Va•· · l. VI l,
(t) l nrrrtlu lis au tem tl'dt•m fi~u t a :-.d iutcr ituru con-
tl crn n:al inntm <¡uc pr&eff l"l u r.
(~ ) Uhi rst O\' Í' perd !t¡, :i Oomino a·cc; uisit:t, el hume a·js
r jus rcvf•t• l a. p,·oc~~ tlaut ipstc piclur•re calicum vrstr orum ,
$i ve! ill is peo l"l ucc·hil inlrrp•·rtatio prr wlis illius .
(3) 'f imo•· et trrn;o r t:atlu nl $-Uper cos (dO!mo nes). d un
signum iu vobis 'iJcriul ca·ucis fhl..•li tca· fi xum.
-294-
cion tle honor , que no es verdadera latriu segun nues-
tra fé, la que solo compete á la naturaleza divina;
sino como encendemos luces y ofrecemos incienso
fl la imágen de la cruz veneranda y vivificante, á los
santos Evangelios , á J~s reliquias y ú lns sagradtiS
ofrendas , siguiendo la piadosa costumbre de nuestros
mayores. Porque resulta grande honor 111 prototipo; y
el que adora la imógcn adora lo que en ella se repre-
senta (1)." Estas son las actas que debería V. con~ultar
para cerciorarse del verdadero sentir de los concilios y
de la iglesia catolica. ·
CAPITULO XIII.
S l'I<EC I':~
O D E LA. LE ~G \J A L.ó \T IN A EN LA
US
IC A. ,
DJ;: LA IG LE SI A C;\.T OL
(1 ) l. CM. t, l o.
(2 ) Rom. t 2, S.
•
( l) J ~~> u. • o, 3, ~·
-299-
y en otro lugar de sus olms dice: " Cuando sobre-
venga á alguno una enfermedad, no se quejen los peta-
dores, y pida á la iglesia oleo bendecido fielmente para
ungir su cuerpo; y segun dice el após tol la oracion de
la fé salvará al enfermo y el Señor le aliviará; y no solo
recibirá la salud del cuerpCI, sino la del al ma (1).»
En uno de sus sermones se expresa así: "¿Se halla en-
fermo t1lguno? Llame á los sacerdotes &c. Y ved her-
manos mios, como el que recurra á la iglesia en la en-
fermedad merecerá recibir la salud del cuerpo y alcan-
zar el perdon de ·tos pecados (2).»
S. Juan Crisóstomo usa· el mismo lenguaje. «Los
sacerdotes, dice, tienen la potestad de perdonarnos los
pecados, no solo cuando nos regeneran , sino despues.
Si alguno de vosotros está enfermo, llame á los sacerdo-
tes de la iglesia (3).» Estu práctica de 4ngir á los en-
fermos, segun el precepto del Evangelio, pareció tan
justa y necesaria al rey Cario Magno, que la insertó en
el libro que compuso de las leyes de los f¡·anceses. «Que '
CAPITULO XIV.
DEF ECTO S l'niN Cil' ALE S DE LA IGLE SIA AN•
CLI CAN A;
'
{1 ) Ambr. ,. t. 5 de ~•crnru.
(>} H cnrico VIII . Asserli<> seplem soc•·•m cnloru m od·
verst'u ~hrl. t ulher. , l'· . ., . eJ. Pads, t Sti2 .
(3) J bi<l. Qu"' pes lis UIH(U310 1:1111 per niciMo i nvo sit
gregcm Christi ? Q~t issc t·pcnJ uur¡u:1 m tam ve tH!lHatns lrnp--
ait fJuolm is qui ''" b:.by lo uic:i r.rcl rsd ~cl'ips it, qni sc· t·ip turarn
t3tr3m el suo Sl" nsu co ult·a Chri$Ll 53C l'.lmrnt a th•torcl'u·l ,
lr:a tlitos ah a ut iquis p:~tl"ilnu ecclt-si:uti,·os ritos t"lutlil s"uc-
1
t is·irno:; viros, vr tust is~imo~ ~ac rart11 n li llí" l'arum i ut t>l'f•r•·-
tes , ni.1 i (\Ut1lt•auu ip~i ~u ac nsui c.n n vc• u1un t rt t:onsl'll l iunt,
u thil'p'-'tHiit, -''kc t·n.s:~ tH' I 3Itl Mtlt·m rn tu :Ht "~lll B tlt~lmat•tn :lp-
pelbt, summu m pontificem vocat fyt·3uu idrm t•,tins rcclr-
Ji:e, decreta. S3lubt rrim a C:t(lliv itatrm censtt, sauctis sim i
pnut ificis notnt n in anttchr istnm co nvra·li t? O dC'lrstal>iiL'
aa· rn¡:;::tnliro, co ut unteliro nc sc h ii ma l i~ hucci natm·! Q u;l J\t uJ
j n f'Cro .·um )lllHI! rst ÍJ te ' 'l u i Ch ri$l i s··~·,en t d ispcr~fi'C 'I'HC•
'
•
© Biblioteca Nacional de España
•
- 311 -
r~ph il u S.111to las cosas perfectas (1).» S. Clemente (2)
ti ice que el que no está confi rmado, no es pe1fecto cris-
tiano 5Í l'oí untariamente y por neglige ncia ha dejado de
recibi r la confirmacion ; y aftade que así lo enseí111 ron
S. Pedro y los otros, npósloles por órden del Seitor. San
Cipri11no hablando de In coul1rmn cion dice: " Est1• prác·
líen ~e hace entre nosotros O¡¡,; de 1¡ue los fieles bnuli-
zndo~ en la iglesia sean preseulndos á los que est¡¡ n
puestos en ella pa ra conducirlos y reciban el Espí-
ritu Santo por nuestra oracion y la imposicion de 'os
mnnos (:3).» u Si me preguntnis aquí . dice S. Gcrónimo,
por •1ué el que ha sido bautizado en la iglesia no recibe
el Espfrilu Santo sino de las monos del obispo, pues que
se recibe el mismo Espiritu Sunto en un verrln.!ero
bnulismo, Rabcd que csln práctica trae su autoridud de
que clCS J)Ues de la Ascension del Seftor bajó el Esplrilu
S:1111o sobre los apóstoles (4 ).» No me detencl ré mas en
probar un hecho que no puede V. disputar sin recha1or
los testimonios de lodos los sontos padres y doctores y
de todos los concilios; ¡y sin embargo la llamada refor -
. ma anglicana le ha desechado!
En fin como dice·Burncl se l\uprimirá In un ciou en
In extrernauctcion (5) , por mas que di ga Santiago; y
ft pcsnr del Pnpa Inocencio que habla~a de ella en el
~iglo 1V, se decidirñ que h n~lu el X no sr. encuenlnt
la cx tremauncion. Voy ¡\notar otro defedo en la n·l'or -
ma nnglic:wn, la suprcsion ele! u~o de l;~s cruces y del
signo de la cruz practicados siempre dc:-de los primeros
(•) ld.rr~m-4.inJo>n.
(>) Ad omn rm prog rt»u tn atqu e prnmotnn> , 3d om-
nt·m ndilm n el txitu m, ad ve.sl ltulll , :ul ca lceatum , 3d
13V3 -
rr:., ;uJ nu•ns:..s, ad lumi ua, ad e u bicul:., ad .trdili3, quan - •
clocum'lut nos couver.sal io cxrrc tl, front t:m cruc is signa cu-
lo trrr 1nu s.- T ert. r. tic ctu·on. rnili t. c. 3.
(3 ) T,·rt ul. <lo· coro n. mili t.
-3 17 -
lito , obispo y mártir (1), tle S. Cirilo <le Jerusa lem (2),
io
de S. Epifanio (3), rl~ S. Atauosio (4), de S. Gregor ~
ó
Ni seno ( 5 ), de S. Grcgorio Nuzianzeno ( 6), de S. Ger
uirno (7) , de S. Ju an Crisóstomo (8) y de S. Agus-
tiu (9). Pero me contenturé l'On dtu r nqui por nnt u al--
guno; lugares de sus oLras , donde hablaron exl> resa -
mcnlc de la ;cíw l de la cruz, á fin de que pueda V. miss
mo leer la dcc lara cion de tan ilustres testigos. Mu cho
de los que se han separado de la iglesia cató lico , han
conser\'ndo la práctica de hacer la seiwl de la cruz. co-
sia
mo puede ''er~e en el liLro de la liturgia de la igle
de
anglica na. Ah ora bien este uso junto ol tesd mouio
toda la outigOcda d condena maniüeSlamente á los que
•
.. '
(>) 1 Cor. "• •;, 34 . • t. • •
( 1) fhill.
( ., > O>· iol. lih. IX ~1..t:~m. <Ir Alcm"'cne. •
(3) Viq;il. l. V I de 1l-:m·id.
-3 20 -
que e~la costumbre se practicaba en la verrludera reli-
gion mucho antes de Ovidio y de Vir gilio; luego el !en -
tido comun obliga á. reconol:cr que los pnganos por el
contrar io imitaron las ¡>rúclicas de la I'Crd¡Jdcra religiou
en este punto. En efecto se Ice en el libro de los Xúme-
ros (1) y en el Exo!lo (2·} que los fich:s del antiguo tes-
tamento no entraban en el templo sin lomar antes agua
bendita parn purificarse, á fin de manifP.slar por este me-
dio que no debe uno ace rcurse á Dios sin estar limpio de
alma y cu<Jrpo segun la explicacion de los teólogos. Asi
tiene V. que confesar que el uso del agua bendita es dn
iostituc ion divina, porque el mi,;mo Dios hlbin prescrito
todos los usos de lu ley anliguu. Y en cuanto á la llllt i-
güedad de esta prácliC<l en la iglesia cristiana , no puede
dudarse que comenzó con los ini>mos apóstoles, por•lnt:
como dicen los santos padres, el E1•nngelio n9 hahiu
abolido mas que las figuras y l;•s sombras de la antigua
ley, cuyo cuerpo y verdad estaban en J es ucri sto, y h;•-
bia couservudo. todo lo que era bueno y propio para mo-
\'er los hombres á la snntificacion. Teuemos pues der e-
cho úe creer que los primeros crisliau os obserl'abnn el
uso de purifir.nrse con el agua bendita al ent rar en las
iglesias , á no que se nos demues tre exp resamen te que
J esucristo ó sus apóstoles le abolieron. l'ero lejos de hu-
llar en la Escrilu ra que se suprimiese es la práctie11, I'C
V. por el contrario que los primeros cristianos y los
apóstoles mismos, cua ndo iban ni templo de Jeru snlcm,
u Habiendo
5e purificaban como los judios á la entrada.
pues tomado Pa)llo á estos hombres (dice el libr.o de los
Actos de los apóstoles) , y purilicádo.;e con ellos, entró
Num. 1 9•
- (1)
(') Ex o• l. 3o.
-321-
cn el templo (1 ).» Pues si ni Jesucristo ni sus apóstoles
.1bolieron esta práctica , ¿con qué derecho se ha atre-
vido la llamada reforma á desecharla, aunque se haya
usado desde los primeros siglos como hoy?
·c APITUL O XV.
CONCLUSI ON.
(1) l. p,, , , g.
-336 -
cia espiritual é in1•isible como Dios, ha de prnclicnrse
por los movimiculos im i~ibtes de nuestra alma me-
diante la excitacion dél Espíritu Santo. «Dios es I'Spiri-
tu, y los que le adora n deben adorarle en espíritu:·
Jesucr isto mismo lo dijo.
Ln llamada reforma acusa ademas á la iglesia cnló-
Jica de dedicar los templos á la 5aulísima VIrgen y á los
santos, y de euscimr á los cristianos que Dios está mas
parlicuiUJmente en el templo t¡ue en otro lugar, como
dice .Beiurmiuo, y que allí O) e mas bien nuestras ora-
ciones. Al primer cargo que rebosa mala fé porque no
es fundado , se respoude que uo b:•y mas que ver lo-
da la forma de la dedicacion de nuestros iglesias en
el ritual romnno pura conl'enccrse de que no se co11~
sagrun ú la Virgen ni ó los santos, sino ú Dios solo,
aunque en honor y b¡1jo la ad,·ocacion de la Virgen
y de los santos. Los reformados, cuyo entendimiento
conserva alguna luz, dehen conoce r que se les expli-
c~ mul In sagrada escritura cuoudo se les ensei•a li
condenar la del'oCion de los cristianos il sus iglesias,
só pretexto que Je ucrislo abolió la restriccion del cul-
to público á un solo lugar. En l'erdad hay que con-
venir en que esa p11sion de dis¡>uta r lodo3 los artículos
de la fé de una iglesia, en la que la reforma anglk
cana encuentra su símbolo y su decálo go, y ese furor
de de truir todo el culto exterior de una religion de
que ha salido aquella , hasta las sílabas, los ornamen-
tos y las piedras , deberia hacer conoce r á los refor-
mados 1.elosos é ilustrados que á sus doctores los ani-
ma un cspirilu muy difereu te del de ·S. 11ablo, quien
en todos sus escrito; nos eJo.horla á soporta rnos cari-
talil'amenlc unos á otros, y ó no dil id irnos liviana-
mente por parciulidadcs que despedazan la iglesia y
de~honran el cristianismo.
FIN.
'
•
-339 -
l' l!(o
1001894912